Hola, acá vengo con otro capi, me ha gustado mucho escribirlo y espero que a ustedes también les guste, les cuento que aveces público los capítulos sin las últimas ediciones y solo me doy cuenta cuando ya he publicado, así que aveces suelo re editar, porque aveces hay palabras mal escritas o se me ha perdido alguna parte importante del texto…….. Recuerden que aunque me encantaría publicar seguido, casi no tengo mucho tiempo para escribir, así que porfavor tengan paciencia, poco a poco vamos haciendolo, aunque no creo que la historia sea muy larga, ahi vamos mirando!!!!
Saludos y ya saben, cualquier queja, opinión o sugerencia, escribanme un mensaje….. Adiós.
Draco
Una vez el profesor Snape nos dejó encerrados en la sala de pociones, sentí que el aire me sofocaba, me aflojé la corbata con rudeza, la rabia del momento me había hecho confesar cosas que aún no estaba preparado para soltar frente a todos, mucho menos ante la panda de subnormales gryffindoreanos que se habían quedado mirándome como un bicho raro, al parecer si estaba cometiendo muchas estupideces, como había dicho Snape.
Me concentré en acomodar las pociones que había en cada mesa en su lugar de origen, y suspiré hastiado ante el silencio prolongado de la habitación, no pude evitar voltear a mirarla, era algo intrínseco en mí la necesidad de solo observarla, se había recogido el cabello en una coleta que difícilmente sostenía su pelo rizado, varios cabellos escapaban indomables del agarre. Se había retirado el buso del colegio y la imagen me pareció demasiado tentadora para ignorarla, ella vaciaba el contenido de un caldero con su varita, dejandolo impecable en el proceso, tampoco me miraba, la observé y trate de encontrarle un sentido a todo lo que había pasado, llevaba analizandolo bastante tiempo, tal vez estaba equivocado y debía retroceder, tal vez debía seguir los consejos de mi padre y seguir con el linaje puro que tanto le obsesionaba, solo tal vez debía ser un Malfoy… pero ese tal vez me sonaba tan insulso y vacío, me negaba en absoluto, yo no quería ser como mi padre, no me interesaba el maldito linaje, ni el apellido Malfoy si me condenaban a ser infeliz, por mí se podían ir todos juntos al infierno, rechazaba todo porque el solo mirarla me llenaba el pecho de un calor tan agradable que se extendía hasta acaparar todo, ardía en fuego cada que respiraba su mismo aire, cuando la besaba y acariciaba solo podía pensar en tenerla a solas para mí, la vida perdía toda coherencia y solo podía verla a ella. Hermione sintió la intensidad de mi mirada y me observó, sus ojos estaban apagados.
-Lo siento - le dije
-¿Que sientes? - susurró
-Heberte arrastrado a todo esto - me acerqué a ella. - Yo actue impulsivamente y no te di la opción de decidir cuando se debian enterar de lo nuestro. He alterado tu tranquilidad - reflexioné - Al final sí soy el bastardo que tus amigos dicen que soy…. Y solo puedo disculparme por todo el daño que te he hecho a lo largo de estos años y por el que sigo causandote ahora. - suspiré - Debes creer que esto es algún tipo de plan macabro.
-¿y lo es? - dejo de limpiar y se acercó a mi también, me miró directo a los ojos.
-No lo es - le respondí sin apartar mi mirada de ella - es verdad lo que te he dicho antes, te deseo, te quiero en mi vida Hermione y lamento que nadie pueda comprenderlo, pero no necesito que ellos lo aprueben… solo tú, solo necesito saber que tu también quieres esto, ahora casi todos están en nuestra contra, pero si al menos me quieres, enfrentaré al que sea. - ella se sonrojó y respiró con agitación.
-Draco yo acepté todo esto en el instante en que decidí irme contigo al baño de prefectos, ha sido mi decisión, pude haberme detenido, pude haberme negado a ti, pero simplemente no quise hacerlo, muy a pesar de saber que todos me caerían encima, a pesar de nuestra historia pasada, yo decidí. - se acercó a mí y pasó su mano por el costado de mi cara, acariciándome. - Decidí que te quiero, que lo que ha pasado entre los dos me ha marcado para siempre y que enfrentaremos juntos lo que sea, vamos al menos a intentarlo, mis amigos tendrán que decidir, si su orgullo es más importante que mi amistad - me acerqué, hasta que nuestras respiraciones chocaron entre sí. Ella comenzó a respirar con agitación y tragué saliva, el aire se cargó de esa energía densa, la tensión sexual volvía a aparecer muy cargada.
-no sé ellos - susurré encantado por su cercanía tibia y envolvente - pero para mí, tú eres mucho mas importante que el orgullo Malfoy - la vi cerrar los ojos entregada a las sensaciones de nuestra cercanía
-creo… creo que… debemos terminar de arreglar esto - susurró casi sin aliento.
-si, yo también lo creo - susurré, levanté la varita y con un hechizo, todo estuvo en su lugar pronto.
-Draco, eso no…
-el profesor Snape nunca específico como debíamos arreglar esto - le dije - y yo en este momento lo que realmente deseo es arracarte ese uniforme y hacerte el amor, ahora mismo.
-¡estas loco! - miró hacia la puerta con los ojos muy abiertos - el profesor Snape volvera y… - sus objeciones fueron olvidadas cuando reduje toda la distancia para besarla, nuestras bocas colisionaron en un beso intenso, hambriento y casi caníbal, la hice retroceder hasta que su trasero chocó con el escritorio de Snape y le arranqué un gemido, le metí la lengua y exploré toda su cavidad, deleitándome con su sabor. Bajé a besarle el cuello y me entretuve saboreando cada parte de su piel blanca y suave hasta bajar al medio de sus redondeados pechos, abrí cada uno de los botones de su camisa hasta que ésta quedó abierta, exponiendo un sujetador beige que pronto salió a volar, me concentré en besar, chupar y succionar cada uno de sus pezones, sentir como se removía excitada me levantaba el libido como una bestia. Metí mi mano bajo su falda y le baje las bragas hasta el piso, con mi mano exploré su entrepierna hasta que dí con su clítoris, la acaricie suavemente y en círculos, mientras le chupaba los senos, ella se arqueaba y gemía enloquecida, sus manos me apretaban hacia ella, la observé cerrar los ojos y abrir la boca envuelta en llamas de placer, mi pene tallaba contra la bragueta del pantalón pidiendo atención, me sentía delirar, aumenté la velocidad de mi mano y la vi caer sobre la mesa presa de espasmos incontrolables, no le di tregua, me agaché y saboree su clímax con mi boca y lengua, la lamí y besé con devoción tragándome con deleite todo su placer, le metí la lengua profundo, mientras succionaba su clítoris, los ruiditos agitados que hacía me volvían aún más loco y mucho más cuando la sentí tensarse por segunda vez y la escuché gritar mi nombre.
-¡Draaaacooo! - jadeó - Yo, también deseo complacerte - me dijo fuera de si, totalmente entregada a la pasión, se levantó de la mesa y me empujó hasta hacerme caer en la silla, la vi arrodillarse en medio de mis piernas y me abrió el pantalon, me deje hacer hasta que mi ereccion estuvo frente a su cara, vi como se la metió en la boca y me tensione, la sensación de sus labios dulces presionando sobre mi miembro con insistencia, era completamente sublime, la observé lascivamente como se metia mi enormidad hasta donde su garganta se lo permitía, con sus manos me acariciaba la base del pene de arriba a abajo, mientras su boca y lengua me follaba con ímpetu, era el puto cielo, trate de no gemír pero se me escapaba uno que otro jadeo, me vine en su deliciosa boca y ella siguió lamiendome, mi pene se alzo de nuevo erecto ante sus atenciones, deseaba mucho más, así que la hice levantarse del suelo, volvi a comerme su boca como un salvaje, no me importaba nada… La alcé de la nalgas y la penetre estando de pie, ambos gemimos cuando estuve totalmente dentro de ella, comence a balancearla de arriba a abajo entrando y saliendo de ella con desquiciante lentitud, de nuevo chocamos contra el escritorio del profesor Snape y ahí la recosté, botando todo al suelo, me moví sobre ella con fuerza, penetrandola con estocadas profundas que la hacian gemir y pedir, estaba tan estrecha, el placer me corría por las venas con furia.
-¡¡¡oh merlín!!! - decía ella mientras trataba de tapar con su mano los deliciosos gemidos que salían de sus labios sonrosados - Dra…. Dra… . ¡Draco! ¡Ah!... ¡Así, no pares!
-No tengo intención alguna de parar - le dije, mi voz sonaba muy ronca y gutural, estaba demasiado excitado - dime lo que deseas.
-quiero más - gimió - tomame duro por favor. - me dijo y yo como buen caballero, atendí su pedido, me agarré de sus brazos y la penetré con más fuerza y rapidez, la mesa comenzó a chirriar por la fuerza de mis profundas embestidas. - ¡ah! ¡Ah! ¡Ah! - gemía ella.
-¡uffff Hermione! - gemí al estar cerca de mi liberación, le chupe de nuevo los pechos mientras la penetraba y pude sentir de nuevo la tensión de su sexo al llegar al climax, me apresure a sacar mi miembro de ella y me vine sobre su vientre. Pronto me quite de encima de su cuerpo y me sorprendí al verme de nuevo empalmado con solo observarla sobre la mesa, con la blusa abierta, los pechos al aire, la falda subida, el rostro totalmente rojo por el esfuerzo y su cabello indomable, suelto.
-Vas a matarme - sonrió observandome y se levantó limpiándose y acomodando su ropa con su varita - creo que ya hemos corrido demasiados riesgos - me dijo sonriendo divertida - debemos tener un poco de cordura y regresar a nuestros deberes y obligaciones. Como el trabajo de pociones para mañana.
-Quédate conmigo esta noche - le dije y ella alzo las cejas asombrada.
-Creo que eso está prohibido - me dijo y rodé los ojos - además hay hechizos que no permiten ingresar a chicas al dormitorio de los chicos… y para sumarle, a tus compañeros no les gustaría en absoluto.
-me importa un carajo lo que les guste o no a mis compañeros, no es como si tuvieramos habitaciones compartidas - le dije y ella abrió mucho la boca - y no es como si no te gustara lo prohibido, he visto como te encanta romper las reglas… - la vi reír y sonreí - además los slytherin ya hemos solucionado eso de los hechizos.
-¿Ah, si?
-si, no nos tomamos muy bien eso de no poder disfrutar de nuestra privacidad y sexualidad - me acerqué a ayudarle a abotonar su blusa una vez terminé de acomodar mi ropa - así que hicimos algo al respecto.
-vaya, que recursivos - rodó los ojos, resumando sarcasmo - y supongo que no es nada legal.
-en efecto - la vi suspirar - pero piénsalo, podemos hacer el trabajo juntos y en la noche podemos seguir con lo que empezamos aquí - murmuré sobre su boca rosada - deseo tenerte toda la noche, como la primera vez, en mi cama, completamente desnuda para mi. Tu pelo alborotado y mis sábanas plateadas, deben ser una combinación brutal. - de sólo imaginarla, un corrientazo placentero me atravesó toda la columna.
-suena muy tentador - me dio un beso suave - pero no voy a meterme en el nido de las serpientes Draco, si se enteran me van a odiar el triple, pensaran que no respeto su espacio y descubrirán que tú y yo hemos dejado el decoro atrás, por lo cual fijo si me crucificarian, al menos media población femenina de Slytherin. - sus manos también se concentraron en acomodarme la corbata y yo le acomodé el cabello tras la oreja. -
-Yo necesito saciarme de ti, Hermione - le dije - no paro de pensarte todo el puto día como un maniático, solo espero la hora de verte en las mañanas, y en las clases que compartimos para poder deleitarme en ti - ella se quedó sin aliento y sus ojos brillaron, sonreí - el solo observarte a distancia me pone a mil, no puedo pensar con coherencia porque tengo impregnado en mi olfato, tu delicioso aroma que me pone enfermo… Acabamos de estar juntos y aún no es suficiente, deseo mucho más.. - con ella todas las palabras salían sin esfuerzo. - Quédate conmigo, esta noche. - le pedí de nuevo, la vi morderse el labio inferior.
-Draco yo…
-por favor - le susurré - no te vas a arrepentir.
-no lo sé - dudó.
-Por favor - le pedí de nuevo pero esta vez robándole un beso suave.
-esta bien - aceptó al fin - pero solo si logras que nadie se entere de esto.
-Solo la gente indicada - le dije.
-¿te refieres a?
-Theodore Nott, él me ayudará a colarte en mi habitación.
-no lo sé, Draco. - jugueteo con el elástico de su cabello entre sus dedos.
-Hermione, mis amigos saben absolutamente todo de mí, más que nada porque son unos cotillas de lo peor y es imposible quitármelos de encima - le confesé - ellos saben que tú y yo, ya hemos hecho mucho en privado. - vi que comenzaba a alarmarse - tranquila, son lo suficientemente discretos, si no quieren morir deben serlo. Además necesitamos solo a una persona, que sea capaz de entretener a la mayor población de Slytherin - le sonreí - créeme Theo es un tipo confiable.
-Bien, confío en ti - me dijo - Aunque debo decir que estas siendo una mala influencia al hacerme romper las reglas de nuevo - sonrió.
-entonces debo estar haciéndolo bien - la rodee hasta ubicarme en su espalda y le quité el elástico de las manos, le acaricié el cabello, peinandolo con mis manos para rehacer su coleta, la sensación de sus rizos en mis manos, era fascinante y ella se dejó hacer con docilidad. Me acerqué a su oído - sé de antemano que no has hecho más desde que entraste a Hogwarts, romper las reglas. - ella se giró mirándome y sonrió divertida.
-eso es mentira.
-Osea que es mentira, qué tú y tus amigos, se escaparon a media noche de la sala común de Gryffindor, petrificando a Longbottom solo para ir a un lugar prohibido a jugar un partido de ajedrez mágico. - ella se rió mostrando todos sus dientes.
-no era cualquier ajedrez mágico, era uno gigante y era alucinante - se defendió riendo - jamás imaginamos que fuera una de las trampas para salvaguardar la piedra filosofal y que Harry terminaría en la enfermería… pero, ¿quién en su sano juicio guarda una cosa como esa en un colegio? - divagó
-tendrás que darme muchas explicaciones porque tengo una lista entera - enumere con mis dedos. - también recuerdo haberte visto entrar muchas veces en la sección prohibida de la biblioteca, sin permiso alguno, y te llevaste varios ejemplares a tu habitación - nos quedamos mirando como siempre, con esa energía cada vez más chispeante y ardiente.
- Yo siempre los regresé en perfectas condiciones y mis investigaciones eran enteramente académicas - sonrió y alzó el mentón, orgullosa.
-O la vez que liberaste a un pequeño e indefenso hipogrifo de una muerte segura - ella abrió la boca y los ojos sorprendida.
-¿tú como sabes eso? - exclamó.
-Los vi, a ti y al Santo Potter, liberandolo.
-¿nos viste? - asenti sonriendo - ¿y no nos acusaste?
-Digamos que ese golpe que me diste, me reacomodo un poco las ideas - le dije y ella se carcajeó sonoramente, el corazón me dio un vuelco al escucharla - debo decir que tienes un grandioso derechazo.
-Lo siento, en ese instante me deje llevar. Eras tan odioso, pero debes admitír que lo merecías.
-Creo que me fascinaba hacerte enojar, mas que cualquier otra cosa - vi como pasaba saliva - y bueno, que tú me golpearas me hizo reconsiderar ciertas cosas.
-eres un masoquista - se burló .
-no te imaginas cuanto - muchas imágenes se me pasaron por la mente, la tomé de la cintura pegandola a mi, nuestras respiraciones se juntaron de nuevo - espero mostrarte algo de eso esta noche.
-suena prometedor - susurró agitada - Y además creo que deberías sumarle a tu lista, el tener sexo en el salón de pociones como la madre de las reglas que he roto a lo largo de los años.
-y dos veces, además - terminé de acortar la distancia, besándola de nuevo y como siempre el fervor de lo que sentíamos nos desbordó de nuevo, nos volvimos las piezas de un solo engranaje, casi que nos fundimos en uno solo, faltaban manos, piernas y dientes para abarcar todo el uno del otro.
De repente la puerta se abrió y Snape apareció frente a nosotros cerrando de un portazo y entrando como un bólido hasta pararse frente a nosotros. Hermione y yo nos separamos enseguida acomodandonos la ropa en un fallido intento de parecer menos frenéticos.
-Quieren al menos dejarle algo a la cordura, la decencia o al decoro por lo menos - dijo el profesor mirándonos muy seriamente, su vista pasó de uno al otro y luego a su escritorio desordenado, alce la varita, arreglando el desastre enseguida. Hermione estaba totalmente colorada.
-lo sentimos profesor - le dije, esperando que no estuviera tan enojado, después de todo lo que le había dicho antes y lo que veía ahora, no era para menos.
-Si seguro, como no - dijo sarcástico, me miro con ojos pequeños y suspiró hastiado - retírense a sus salas comunes, ya va ser hora del toque de queda, les sugiero que se apresuren y vayan directamente allí - nos dijo, sorprendiendonos a ambos. Tome la mano de Hermione y la lleve conmigo hacia la salida antes de que el profesor cambiara de idea, cuando salimos fuera y estuvimos un poco retirados del aula de pociones, nos miramos y nos reírnos. Eso había sido demasiado bizarro.
-viste su cara, cuando observó su escritorio - me dijo sonrojada - qué vergüenza
-jajaja Pero se lo deje como nuevo - dije socarron.
- él lo sabe - se mordió el labio inferior y de repente dejo de sonreír - el profesor Snape lo sabe…sabe que tuvimos relaciones sobre su escritorio, Merlín que va a pensar de mi. ¿Por qué no ha dicho nada? - se escandalizó.
-no sabe nada - la abrace por los hombros.
-Claro que sí - dijo.
-no ha dicho nada porque sabe que somos una pareja de enamorados - la tranquilicé y ella se mordió los labios nerviosa - y por que él quiere ver feliz a su ahijado. Ya que él no pudo serlo.
-A que te refieres con que él no pudo serlo - me preguntó y suspiré.
- te contaré esa historia, pero esta noche, en mi cama y desnuda - alce mi mano para acariciar su mejilla de nuevo - espérame en la entrada a las mazmorras, enseguida llego por ti, voy a buscar a Theo - ella asintió y le di un último beso, antes de correr hacia la sala común de Slytherin.
Pronto estuve en medio de la sala común buscando al pelinegro, había algunos estudiantes dispersos en el lugar, pero Theo no se encontraba ahí, subí las escaleras hacia la torre de los hombres y toqué en la puerta de Theo.
-Adelante - me contestó. Abrí la puerta y lo busqué con la mirada, estaba como siempre haciendo sus deberes. Me miró por unos segundos y volvió a lo suyo. - Draco, ¿Sucede algo?
-Si… quiero hacer algo pero necesito que la sala común esté absolutamente vacía para ello - él me observó de nuevo con una ceja alzada. - Así que irás y le dirás a todos que apuestas 25 galeones, a quien le haga la mejor broma a Filch.
-¿estás loco? - me dijo - ya casi es el toque de queda cualquiera que rompa las reglas, le quitara más puntos a la casa, si nos llegan a atrapar….
-por eso la idea es que no se dejen atrapar - rodé los ojos - solo serán un par de minutos, luego puedes regresar enseguida.
-¿Que tramas? - me increpó
-Nada que te importe - lo vi reír burlón.
-a mi no, pero a ti sí - se cruzó de brazos - últimamente solo hay una cosa que te importa, ¿tendrá esto algo que ver con una Leona de cabello alborotado?.
-No te importa. -
-Por supuesto - dijo - pero si te ayudo, yo qué gano con esto.
-Que tal la satisfacción de haber ayudado a uno de tus mejores amigos - me acerqué y le palmeé la espalda.
-No, no me convences .
-¡Theo!
-esta bien, pero por favor hazme sentir orgulloso, tigre - me dijo socarrón. Lo empujé y salimos por la puerta, fui a mi habitación y tomé una de mis túnicas, mientras Theo hacía el anuncio de la apuesta en la sala común. Todos aceptaron enseguida, ningún Slytherin se negaría a la idea de molestar a Filch, mucho menos con dinero de por medio, pronto salimos en manada y fui directo hacia la entrada a las mazmorras, donde estaba Hermione esperándome mientras caminaba de un lado a otro, impaciente.
-¿He demorado demasiado? - le pregunté y ella negó.
-No, aún faltan diez minutos para las nueve - me respondió algo nerviosa. Le puse mi túnica sobre su uniforme de gryffindor, la tomé de la mano y corrimos hacia la sala común de Slytherin. El muro se abrió dejándonos entrar sin problema, no había un solo Slytherin en el lugar, subí con la castaña directamente hacia mi habitación y cerré la puerta con seguro, para que nadie se atreviera a entrar o peor aún, interrumpir. La observé parada en medio de mi habitación, observándo todo con la boca abierta.
-¿Tienen habitaciones separadas? - preguntó -
-Puedes pedirle al castillo una habitación separada de tus compañeras Hermione - le dije
-Lo sé, he leído la historia de Hogwarts, pero a mi me agrada más compartir con mis compañeras. - me respondió - aunque no esta nada mal algo de privacidad.
-sí, no está nada mal y ahora te vas a enterar porque - le insinúe, acercándome a ella que retrocedió interponiendo su mano entre los dos.
-Debes parar, por si no recuerdas debemos hacer un trabajo de pociones para mañana - me riño. - ya hemos perdido demasiado tiempo con el castigo.
-¿Si? Pues yo en este momento no deseo a la Hermione intelectual, yo deseo a esa chica sensual y deliciosamente sexy que me pone a mil - le dije y vi su mirada oscurecer un poco - estoy seguro que podemos posponer el trabajo un par de horas.
-¿Un par de horas? - le sonrei
-Un par de horas y hasta más Hermione Granger - alce mi varita e insonorice mi habitación.
Esta vez, la bese con lentitud, turnandome sus labios para saborearlos por completo, ella metió su lengua en mi boca y la recibí con la mía, nos acariciamos sobre la ropa y caímos sobre la cama sin dejar de besarnos y tocarnos, pronto cada prenda salió a volar y quedamos desnudos tratando de acaparar todo del otro, la cama se convirtió en un amacijo de caricias, jadeos, gemidos y suspiros apasionados, le di tan duro como quise, demostrandole con acciones lo mucho que la deseaba, lo mucho que me ponia el verla arquearse hacia atrás, con sus pechos apuntando a mis labios y gritando enardecida que le dé más, mucho más fuerte y rápido, hasta que la sentía irse en espasmos que no podía controlar, disfruté cada uno de sus orgasmos y mucho más cuando me gemia al oido.
-¡Dracooo! - exclamó cayendo rendida sobre mi almohada. Me tiré a su lado y nos quedamos unos minutos relajados…
-en definitiva, te vez preciosa en mi cama - le dije mirandola, ella rió.
-nunca pensé que disfrutaría tanto del sexo - me dijo y sonreí orgulloso. - mucho menos que lo disfrutaría contigo.
-Yo, si me imagine varias cosas contigo - ella alzo una ceja riendo divertida - los hombres tenemos una mente muy privilegiada, en cuanto a desnudar chicas se refiere.
-¿ah si?... ¿Y que clase de cosas te imaginabas? - me preguntó, me pase la lengua por el labio inferior y me ubiqué sobre ella de nuevo, nuestros sexos se rozaron y ella jadeo.
-Bueno, uno de mis pensamientos mas ocurrentes, era que te cogia y te arrancaba la ropa en medio del gran comedor, en frente de todos, te lo hacia sin pudor y muy duro - me moví contra ella y jadeamos excitados de nuevo. - o soñaba en que un dia me empujabas a un aula vacía y te desnudabas para mi de una manera muy sexy, eras tú la que me follaba a mí.
-Podriamos intentar eso - me dijo y con toda su fuerza me hizo girar, quedando ella sobre mí, se movió de nuevo contra mi ereccion que crecía de nuevo entre los dos. - pero ya es hora del deber y nos espera por lo menos una hora de lectura y una hora de solucionar el trabajo de Snape - antes de que pudiera atraparla, saltó fuera de la cama y la observé ponerse una de mis camisas, se recogió el cabello en una coleta y comenzo a rebuscar en su bolso, los pergaminos y la tinta.
-eres una aguafiestas Hermione - me queje y ella me sacó la lengua.
-y tu eres demasiado insaciable - me dijo - a demás, enterate que andas con una sabelotodo. Primero lo primero.
-Por supuesto, después de que me iluminaras con lo del kamasutra, no hay manera de refutar ese hecho. - me reí y me levante de la cama, me puse mi pantalón de pijama y me acerqué al escritorio donde Hermione, que ya leia un libro sobre pociones restaurativas y hacía apuntes en un pergamino. Acerqué otra silla junto a ella y me uní a la tarea, leyendo las diferencias entre la poción crece pelo y la crece huesos, conversamos sobre lo que nos parecía la lectura, analizamos críticamente y redactamos cada uno a nuestro parecer los diez pergaminos que el profesor exigia. Terminamos la tarea casi a media noche, totalmente agotados, alcé a Hermione en mis brazos y la llevé hasta mi cama, la leona estaba a punto de quedarse dormida, así que la acomodé y me recosté a su lado pegándome todo lo que más podía a su cuerpo pequeño y caliente, acomodé mi pene entre sus perfectas nalgas y la abracé, agarrando uno de sus pechos me quedé dormido enseguida. Lo último que sentí fue el olor a canela que desprendía su cabello alborotado y la sensación suave de su pecho en mi mano.
