Nota: Como parte de la Semana SenHaku de la página Senku & Kohaku, quise traer la actualización de este fanfic que tenía medio "olvidado" jeje, voy a ver si esta semana la aprovecho como excusa para empezar a actualizar muchas cosas. Tengo demasiadas cosas por hacer, porque la verdad, como les comenté, mi trabajo está bastante pesado últimamente y tengo demasiadas cosas encima; sin embargo, ¡haré lo mejor que pueda!
Nota 2: También este capítulo quiero que sea una dedicación especial para mi preciosa Ginna, la cual siempre me hace portaditas hermosas, espero que le guste, ¡Ginna! ¡Este es tu regalo de cumpleaños!
Capítulo 4: Misiones cruzadas
Kohaku corrió a la mayor velocidad posible tras haber salido de la fiesta, por suerte las calles estaban bastante solitarias ese día, era insólito que hubiera tenido que estar en medio de una situación tan extraña porque parecía que ese chico tenía tantas ganas como ella de irse de ahí.
"¡Ja! ¡Esas fiestas son lo peor!" —pensó mientras subía unas escaleras a un lado de un edificio bastante alto.
Quería irse a entrenar lo más rápido posible, así que necesitaba moverse lo más rápido, y sería mucho más rápido por el aire, además, con sus acrobacias aunadas a su gran velocidad, conseguía pasar rápidamente de un edificio a otro. En poco tiempo, llegó al lugar en donde habían acordado, esta vez prefirió pedirles a sus amigas que la esperaran en un sector relativamente cercano a la fiesta.
Necesitaban que Daik las movilizara, debido a que la distancia hacia el Bosque Mortífero era de aproximadamente 3 días caminando, considerando que equivalía a unos 400 Km y que ellas habían sido entrenadas desde la infancia para tener resistencia física.
—¡Llegué! —exclamó casi sin mostrar cansancio al llegar antes sus amigas.
—Es hora de irnos —informó Daik, sin esperar respuesta, envolviéndolas a las tres para irse en dirección al Bosque Mortífero.
…
Senku había llegado al lugar esperado, había tenido que esconder la ropa de Kohaku en una mochila, pensando en que quizás no sería tan mala idea devolverle sus "zapatillas de cristal" a esa extraña Cenicienta, y simplemente estaba continuando con su misión, que era lo más importante para él en ese momento.
"No pienso ser un cerdo para el matadero de estas personas" —pensó mientras tecleaba en una computadora que tenía acceso a todos los servidores del lugar. Estaba haciendo algo demasiado peligroso y que podría llevarlo a la muerte si era descubierto, pero tenía que hacerlo él mismo porque en estos servidores la seguridad era muy superior al resto.
Estaba revisando la computadora cuando sintió la presencia de alguien más en el lugar y se volteó con temor, alzando su arma en dirección a la persona que se acercaba.
—No me mates, Senku-chan~ —lo detuvo el mentalista.
—¿Por qué apareces de esa forma, mentalista? —le reclamó Senku guardando su arma y terminando su búsqueda, con una copia de toda la información dentro de la Tablet que regularmente llevaba encima—. Enviaré todo esto a la nube para que después Ryusui nos ayude a analizarlo con ayuda de su hermano —comentó mientras se volteaba a ver a Gen, rascándose el oído con el meñique.
—Vine porque me pidieron que te buscara para asignarte una misión, Senku-chan~ —mencionó con tranquilidad el mentalista, pero Senku sintió que estaba "demasiado tranquilo" para su gusto.
—Ve al grano.
—Pues… aparentemente a uno de los jefecitos no le gustó que bailaras con su hija, supongo que, como eres sólo un "cerdo para el matadero", probablemente no quiera que su hija se interese en ti, y pues justamente "los vieron salir juntos", así que tendrás que irte a una misión de "emergencia", Senku-chan~ —explicó con su voz cantarina y una enorme sonrisa.
Senku de inmediato chasqueó la lengua con molestia, definitivamente esos altos rangos querían acabar con ellos rápidamente, pero él sabía que no perdería tan fácilmente.
Volteó hacia su Tablet, haciéndose el que no tenía ningún miedo o preocupación sobre lo que estaba pasando, y vio que en la pantalla se podía leer: "Transferencia completada", así que desconectó el aparato para luego caminar hacia su compañero general. Le entregó en sus manos la Tablet y le dijo simplemente:
—Entrégale esto a Ryusui, iré a ver qué quieren esos ancianos.
Él era un científico, y se consideraba lo suficientemente ingenioso para resolver esa misión y regresar con vida. Les demostraría que no sabían con quién se estaban metiendo.
Sonrió como un desquiciado mientras salía por la puerta de vuelta a la fiesta.
…
Los adollahs de noche eran mucho más temibles que en el día, Kohaku, Amaryllis y Suika estaban intentando lidiar con el hecho de que había más de cinco a su alrededor y, mientras, Daik se mantenía impasible a lo lejos. Kohaku por un momento sintió un odio por Daik mientras empezaba a sentirse demasiado agotada con lo difícil que era vencer a esas criaturas y mantener el flujo de sus nuevos poderes. Estaba tan frustrada que invocó un arma y atravesó a una de las criaturas sin contemplación y se dirigió directo hacia Daik, olvidándose por un momento de Suika y Amaryllis.
—¡Esto es horrible! ¡Ya no aguantamos más! ¡Sácanos de aquí! —exclamó frustrada mientras apuntaba su arma hacia Daik.
—No debes interferir con el entrenamiento, Gravity Doll —informó Daik con tranquilidad, hablando en la mente de Kohaku.
—Mis amigas están en peligro… ¡sácanos de aquí! —amenazó de nuevo, viendo cómo a duras penas Amaryllis conseguía hacer que los adollahs se alejaran de Suika y ella haciendo un torbellino alrededor.
—Utiliza la gravedad a tu favor, Gravity Doll —presionó Daik.
Kohaku ni siquiera entendía del todo cómo funcionaba la gravedad y el cansancio que tenía la hacía sentir deseos de buscar a sus amigas y largarse, pero su cuerpo no resistiría correr tanto en esas condiciones y mucho menos si tenía que llevar a sus amigas a cuestas. Necesitaba descansar y sabía que esa extraña criatura no tenía sentimientos similares a los que ella experimentaba. ¿De qué servía entonces ayudar a su raza? Pero lo cierto era que los enemigos en común eran lo suficientemente temibles para que Kohaku aceptara mantener ese pacto y seguir siendo una Magic Doll.
Respiró profundo y gritó:
—¡Amaryllis! ¡Suika! ¡Distraigan a esas cosas!
Necesitaba un poco de tiempo para recargar su energía y continuar. Vio a sus amigas asentir y sacó de una pequeña mochila una garrafa con agua. Bebió con avidez y guardó nuevamente.
Su plan tendría que enfocarse en hacer que las cuatro criaturas restantes entraran en gravedad cero, por lo que tendría que correr a máxima velocidad.
Tomó una bocanada de aire, sabiendo que solamente su cuerpo aguantaría para hacer ese esfuerzo una sola vez y tendría que tocarlos a todos.
Y justo después corrió como si su vida dependiera de ello. Saltó sobre la primera criatura y al hizo entrar en gravedad cero al tocarla, mientras seguía su camino. No se esforzó por ver nada de lo que estaba pasando tras ella, pues no había tiempo para ello y su concentración solamente alcanzaría para hacer eso una sola vez. Siguió corriendo y saltó sobre la segunda criatura, que era un poco más pequeña, eligió esa porque así sería más fácil que alguna de las chicas la empujara hacia el bosque.
La tercera criatura fue un poco más difícil, pero logró tocarla metiéndose entre sus piernas, aunque no salió ilesa de ello, porque recibió un zarpazo en la pierna antes de que el adollah se elevara, lo que le impidió moverse hacia el último. El flujo de adrenalina que tenía por el momento se detuvo y pudo empezar a sentir el dolor en su cuerpo, ocasionado por la herida que el monstruo había dejado en su pierna. También podía sentir cómo cada milímetro de sí misma parecía estar empezando a temblar, flaqueando como consecuencia de la fuerte actividad física y del uso tan amplio de sus habilidades, recientemente adquiridas. Se sintió como en un videojuego y casi pudo imaginar el letrero del "Game Over" cuando la criatura restante se fue hacia ella.
Pero en ese momento, en que todo empezaba a nublarse frente a ella, vio una ráfaga de rocas volar sobre el adollah y hacerlo caer aplastado.
Sonrió ligeramente antes de desmayarse. Al menos sabía que sus amigas la habían protegido, así como ella las había protegido previamente a ella.
Definitivamente necesitaban a las otras Dolls.
…
Senku llegó a la oficina de uno de los altos mandos que lo habían hecho ir hacia ese lugar, manteniendo su actitud tranquila, mientras rascaba su oído con el meñique. No quería estar ahí, sino que más bien deseaba salir lo más rápido posible para saber qué contenía la información que había robado recientemente, pero tenía que mantener su actitud de "general respetable" y simplemente se dirigió hacia su superior, quien se encontraba organizando unos documentos sobre su escritorio.
Ambos se miraron fijamente y Senku tomó asiento frente a él, en una de las sillas para invitados, mientras mantenía una actitud tranquila y dejaba que fuese el hombre frente a él quien hablara.
—Buenas noches, Ishigami. Lamento molestarte en medio de tu velada, pero, verás, surgió una misión de último minuto —explicó el sujeto con cautela.
—Ya, ya… ¿qué debo hacer, general de brigada Bermont? —indagó él, sin ánimos de continuar ahí, pero sabiendo que tendría que acatar las órdenes.
—Creo que es más fácil que lo leas en el camino —se limitó a decir el hombre, dejando un sobre amarillo, sellado, encima del escritorio.
Senku lo tomó con fastidio, aunque coincidía con su superior en que era mejor leerlo detalladamente en el camino, especialmente si se trataba de una misión "de emergencia", como habían hecho ver.
—Puedes retirarte. Te esperan otros de tus compañeros en el patio central para finiquitar los detalles.
El joven general caminó hacia la puerta y, al salir, abrió el sobre antes de dirigirse hacia donde "lo esperaban". Las instrucciones eran simples: tendría que ir con un grupo hacia un lugar que aparentemente tenía "movimiento" en las inmediaciones del Área Negra. El grupo de exploración parecía haber reportado sospechas de la presencia de "seres vivos de características humanas", lo cual le preocupaba un poco, dado que podrían ser humanos o, incluso, podrían ser walkanians, en cuyo caso iría a una muerte asegurada y eso no le gustaba para nada. No obstante, tenía que cumplir con su deber, así que tenía que intentar hacer una copia de la información y hacérsela llegar a los otros generales.
"La única forma sería tomarle fotos, pero las cámaras apuntan hacia mí" —pensó mirando hacia los lados y notando que había dos cámaras en su dirección, al mismo tiempo fue guardando nuevamente los documentos, de forma que pensaran que sólo era un adolescente anticipándose a lo que pudieran solicitarle—. "El tiempo que me tomará llegar al patio central es de cuatro minutos con dieciocho segundos, por lo que no tengo ni el más mínimo margen para salirme de la ruta salvo que entre al baño que está en el pasillo 5… y son muchos documentos para tomar fotos a todo a tiempo".
El joven caminó fingiendo total despreocupación y sin voltear a las cámaras, pese a haber notado que iban en su dirección. La indiferencia que fingía en ese momento era necesaria para no dejar que se dieran cuenta de que podría estar pensando en algo específico.
Entró al baño con tranquilidad, como si fuese algo "de pasada" y se encerró en uno de los cubículos para tomar las fotos rápidamente y enviarlas con los datos más importantes y como mensaje encriptado para Ryusui. Su teléfono seguramente estaría "pinchado" para captar cualquier comunicación, así que no podía hacer las cosas tan fáciles.
"Con tres fotos es suficiente" —pensó terminando de crear unos códigos para encriptar las fotos en una carpeta en la nube y posteriormente pasándosela a Ryusui con un enigma que un experto programador pudiera descifrar.
Estaba contrarreloj, así que tuvo que terminar en diez minutos de hacer todo esto, antes de salir con tranquilidad y como si nada del baño, ya en dirección al patio central. En el camino Ukyo pasó junto a él "casualmente" (aunque supuso que sería idea del mentalista hacer eso) y Senku apenas moviendo sus labios mencionó:
—Ryusui.
Sabía que Ukyo era la persona idónea para entender lo que había dicho y para transmitir la información a los otros generales, y los movimientos habían sido tan precisos de parte de ambos que era imposible que alguien sospechara que estaban planeando algo. A simple vista se vería como dos compañeros de trabajo cruzándose casualmente por un pasillo.
Al llegar al patio principal, pudo ver que el grupo que le habían asignado era un grupo relativamente pequeño, conformado por siete personas, de los cuales no conocía a ninguno, ni le interesaba conocerlos; sin embargo, uno de ellos se acercó con una actitud prepotente. Era un tipo que, incluso a pesar de llevar ropas militares, se notaba musculoso bajo estas. Tenía el cabello castaño oscuro largo, con apariencia de dreadlocks.
—¿Cómo es que un debilucho como tú es general? —le preguntó y él lo miró con fastidio.
—Soy un científico, esta asignación de general fue algo… inesperado —explicó él, y eso era en parte cierto, porque él había pensado que lo remitirían a un grupo de investigación, no a una tropa militar.
El hombre sonrió con arrogancia.
—¡Eh, Hyoga! ¿Estás viendo al "jefe" de nuestra misión? —se burló el sujeto, hablándole a un albino que tenía la boca cubierta con un cubrebocas. Este era un sujeto bastante alto y no tan corpulento como el que le hablaba, pero parecía ser que era el "líder" del grupo.
—Ya déjalo, Mozu… es el general a cargo. ¡Larguémonos de aquí! —ordenó el sujeto llamado Hyoga y todos asintieron—. Quiero estar de regreso antes de que amanezca.
Senku vio la hora, eran las 23:58 horas, lo que quería decir que parecían estar aspirando a una misión "rápida", por lo que pudo tranquilizarse un poco.
Sería mejor acabar con eso rápidamente.
…
Kohaku abrió los ojos lentamente al sentir que sus energías se recuperaban. Volteó hacia los lados en busca de sus amigas y quiso incorporarse, pero en ese momento se dio cuenta de que se encontraba atada sobre una especie de mesón con una mujer extraña parada junto a ella. Su piel era de color grisáceo y sus ojos eran temibles, de un color completamente negro, sin escleras, tenía un cabello casi dorado, que parecía brillar y un largo vestido blanco que destacaba su aspecto femenino.
—¡¿Quién eres tú?! ¿Dónde están mis amigas? —La desesperación empezó a apoderarse de ella, necesitaba soltarse.
—Calma —habló la voz de Daik en su mente y ella se tranquilizó un poco—. Soy yo, Daik, esta es mi forma real, la otra es una forma que utilizo para desplazarme más rápidamente y ahorrar energía —aclaró.
—¿Y dónde están Suika y Amaryllis? —se preocupó la rubia al darse cuenta de que podía estar tranquila ante la presencia de Daik.
—Ellas volvieron a casa, te traje para curarte y espero que podamos regresar pronto —explicó Daik comunicándose telepáticamente—. Aunque…
Kohaku entendió que había algo de preocupación en ella, pese a que no parecía mostrar ninguna expresión o emoción.
—¿Qué ocurre?
—Creo que algunos de tu gente descubrieron a mi gente en las inmediaciones del territorio humano donde ustedes viven… necesitamos encontrar un lugar para escondernos —contó Daik, y en ese momento alejó sus manos de Kohaku y ella sintió su cuerpo ser liberado de las ataduras que tenía.
Pudo moverse y se incorporó, dándose cuenta finalmente que se encontraban en una especie de ruinas que se le hacían conocidas. Ella había leído sobre ello en algún momento en las viejas historias, eran de una de las ciudades que habían sido destruidas en los tiempos en que había empezado la conquista de los enemigos, pero nunca las había visto en persona.
Detalló las inmediaciones y estaba prácticamente en el centro de lo que debió haber sido algún tipo de templo, pero que estaba posicionado en medio de una ciudad destruida. Ella había estado al aire libre todo ese tiempo y no había siquiera sentido el frío de la noche por lo cálida que era la sensación de las manos de Daik sobre su piel, curándola con esos extraños poderes que tenían aparentemente los de la raza metha.
—¡Ja! ¡Yo los protegeré! ¡Busquen un lugar para esconderse y yo me encargaré de hacerles creer que fueron los adollahs quienes los atacaron! —se ofreció emocionada Kohaku. Sentía que sería una misión muy divertida, especialmente porque sería asustar a algunos cadetes.
Una sonrisa felina se dibujó en su rostro mientras veía a Daik tomar una forma similar a la de un animal, y corría a esconderse en una casa cercana, que parecía tener todas sus estructuras bien conservadas. Notó que había varios lugares con esas características y también pudo percibir muchas miradas sobre ella.
…
Senku leyó por el camino todas las informaciones que había en el sobre, mientras se interesaba mucho en que la descripción no encajaba con la de un humano, ni con la de los walkanians. Estaba intrigado de saber qué clase de extraña criatura estaba presente en ese lugar, pero al mismo tiempo andaba intentando analizar a los presentes. Había cuatro de ellos que se notaba que eran reclutas recientes y estaban nerviosos, otro era el conductor que se veía como una persona irrelevante, porque seguramente permanecería en el auto, y los últimos dos eran Mozu y Hyoga, que parecían de mayor rango, pero no se veían de fiar tampoco.
Después de un trayecto de aproximadamente una hora, llegaron finalmente a unas ruinas cercanas al Área Negra. Él conocía de ellas, pertenecían a una extinta ciudad que había dado paso a la creación del Área Negra.
Tras llegar al lugar, bajaron del automóvil y, como se imaginó, el conductor permaneció ahí.
—A ver, jefe… ¿qué hacemos? —lo cuestionó Mozu, en tono de burla.
Senku se rascó el oído con el meñique.
—Pues… creo que alguien debe resguardar el auto, en caso de que venga algún adollah. Mientras, necesito que dos de ustedes vengan conmigo a investigar. —Fue su orden, pero tampoco esperó mucho a que alguien dijera algo, sino que caminó.
Escuchó a Hyoga decir:
—Mozu, Marco, vayan con el general Ishigami.
Por suerte, parecía que el sentido del deber de Hyoga era bastante fuerte y sabía que resguardar el vehículo era importante, por lo que sería absurdo dejarlo al cuidado de cualquier nuevo.
Se adentró seguido de Mozu y Marco al interior de la ciudad y encendió una linterna apenas para observar un poco lo que estaba ocurriendo en el lugar. No parecía que estuviera habitado, y mucho menos que hubiera algo "anormal" en el lugar, sino que todo daba la impresión de estar calmado.
"Demasiado calmado para una noche en un territorio rodeado por los adollahs" —pensó, sintiéndose abrumado por la sensación. Su corazón latía fuertemente, pero él no podía demostrar temor, sino que debía mantenerse calmado.
Escuchaba una respiración intranquila tras él, y supuso que era el chico llamado Marco, uno de los cadetes.
—¡Ya cállate, imbécil! —gritó Mozu, y luego escuchó algo caer al piso, por lo que supuso que Mozu había hecho caer a Marco, seguramente con un empujón.
A pesar de eso, Senku no se volteó, tenía que concentrarse en la misión, sólo se limitó a decir:
—Si hablan, atraerán a los adollahs.
—No hay adollahs aquí —expresó con arrogancia Mozu y Senku fingió no oírlo—. Está desierto, si hubiera adollahs, ya nos habrían atacado.
No había fallas en la lógica del sujeto, por lo que Senku tuvo que resignarse y chasquear la lengua.
—Creo que debió ser un reporte falso.
—Es posible —concedió Senku—, pero es nuestro deber investigar —puntualizó, mientras seguía caminando.
Sin embargo, justo en ese momento una ráfaga de piedras cayó a su lado izquierdo, justo en medio de donde estaban Mozu y Marco, y él, como si algo enorme hubiera atacado el lugar. El general sudó frío y volteó hacia sus acompañantes, pero lo que vio lo hizo sentir terror y caer de espaldas: un enorme adollah había destruido una de las casas y había dejado a Mozu y Marco del lado que iba hacia el automóvil, mientras que a él lo había dejado del otro lado.
Quiso gritar en ese momento mandándolos a huir, pero en ese momento vio cómo un zarpazo atravesó a Marco por la mitad, al tiempo que Mozu daba un salto hacia atrás y salía corriendo hacia donde estaba el automóvil, siendo perseguido por el adollah casi pisándole los talones.
—¡Salgan de aquí! ¡No esperen por mí! —chilló, aunque sabía que igual lo harían, sin pensarlo dos veces.
Él se incorporó a duras penas y corrió a toda velocidad en dirección contraria, adentrándose más en la ciudad y sabiendo que eso sería una locura, pero tenía la esperanza de que no hubiera más adollahs en el lugar. Tenía que correr por su vida, no importaba cuán cansado estuviera.
Pero cuando estaba llegando al centro de la ciudad vio a una figura humanoide de cabello rubio que le recordó de pronto a alguien que conocía, con un traje verde oscuro que destacaba un poco, pese a la poca luz, únicamente procedente de la luna, puesto que su linterna se había caído cuando lo habían atacado.
Apenas y pudo detenerse mientras corría, por lo que chocó estrepitosamente con la persona y terminaron cayendo por un pozo en el centro de la ciudad.
—¡Qué mierda! —fue todo lo que pudo gritar él mientras esperaba golpearse contra el fondo del pozo, pero ese golpe nunca llegó, puesto que en ese momento quedó suspendido a mitad del camino, mientras parecía estar a punto de empezar a flotar.
—¡Ay, no! —se quejó una voz femenina, y en ese momento sintió la razón de esa expresión: el pozo se empezó a desmoronar, haciéndolos llegar al final y dejándolos encerrados juntos en el fondo.
Definitivamente su día no podía ser peor.
…
Kohaku tuvo suerte de activar gravedad cero a algunas piedras que consiguieron soportar otras, pero realmente terminaron estando posicionadas en una forma que prácticamente no les había dejado espacio y necesitaban oxígeno para respirar, además de que sus poderes no serían suficientes para ella salir de ahí. Lo peor era que estaba encerrada con un chico que había perdido el conocimiento y, justamente, era el mismo con el que había bailado en la fiesta.
—¡Ey! ¡Tú fuiste el que me llamó "leona"! ¡Eres una escoria! ¿Por qué me pones un apodo tan horrible? —reclamó ella, mientras él sostenía a duras penas su cabeza y parecía estar intentando ver en la oscuridad.
—¿Cómo es posible que veas con esta oscuridad, leona? —preguntó él a ella y la expresión de su rostro de verdad parecía sorprendida—. Además, ¿estamos en medio de este problema y tú sólo piensas en eso? ¡Mujeres!
—¡Ja! ¡Tengo muy buena vista! —presumió ella.
Él sonrió ladinamente y, a pesar de la oscuridad, ella no pudo evitar pensar que esa era una expresión muy llamativa.
—¿Y sabes cómo salir de aquí? Parece que algo sostuvo las rocas que nos cayeron encima —explicó él.
Ella pensó en comentarle que era ella, pero luego recordó que no podía hablar de sus poderes, así que tampoco podía explicar lo del traje de Gravity Doll, aunque ella consideraba que era un traje bastante normal. Estaban encerrados y ella dudaba poder hacer algo, la que podría sería Daik, pero no sabía si podía comunicarse con ella, porque no sentía siquiera su presencia en las cercanías.
—Puedo intentar romper algunas rocas, pero eso podría encerrarnos más —explicó ella preocupada, intentando pensar en una forma de salir. Mientras, tenía que mantener la gravedad cero para que las rocas no terminaran de hundirlos.
—Bueno, algunas ciudades antiguas tenían interconexiones subterráneas para protegerse de los primeros ataques de los adollahs, así que creo que podríamos empezar por ver si este pozo tiene alguna de ellas —afirmó el chico y empezó a tocar las paredes con mucha paciencia—. Por cierto, me llamo Senku, leona.
—Yo soy Kohaku, ¡y no me llames leona!
Kohaku no pudo evitar sentir deseos de golpearlo, pero al mismo tiempo tenía mucha curiosidad por cómo él parecía tener muchísima paciencia mientras buscaba algo, como si supiera exactamente lo que andaba buscando. Además, por algún motivo ella podía sentir como si hubiera escuchado esa voz antes, y no sólo en el baile.
—Esto puede demorar un poco, espero que no estés apurada, pero ya veo a dónde ibas, ¿pensabas reunirte con algún novio o algo así? —interrogó él.
—¡No! ¡Para nada! —se defendió ella—. ¡Ja! Ando investigando… unos asuntos, así que no hay prisa —intentó explicar.
—Umm… ya. —A él no parecía importarle mucho la conversación, por lo que pudo ver ella en su expresión, pero supuso que algo tenía que ver con su investigación—. Supongo que necesitas que te cubra con los altos rangos.
—¡Ja! ¡Eres muy listo! Sí, necesito pasar desapercibida, nadie debe saber que salí del Área Negra —sentenció ella, intentando hacer énfasis en esa información, a sabiendas de que no podía transmitir la información de los metha y la alianza que había hecho con Daik—. ¿Quieres que te ayude a buscar? Puedo ver mejor que tú. ¿Qué es lo que buscas?
—A ver, leona…
—¡QUE NO ME LLAMES LEONA!
—Sí, sí, lo que digas… en fin, leona, necesito que busques alguna especie de llave de paso o lo que sea, puede ser como las de drenaje, porque estas están diseñadas para comunicarse con tuberías principales bastante grandes y podríamos salir por la tubería —explicó él—. Como te dije, están interconectadas para garantizar que cualquiera pueda escapar desde cualquier sitio de la ciudad, así que hay una red subterránea que…
—¿Es una especie de válvula redonda de unos 20 centímetros? —lo interrumpió ella, que había estado buscando mientras él hablaba—. Hay una en la parte que está parcialmente cubierta por rocas.
Había muchas rocas tapando la válvula, pero ella podría quitarlas rápidamente y sacarlos de ahí, sólo esperaba que no se diera cuenta de que estaba activando la gravedad cero, pero como él no veía, debía tomar eso en su favor.
—Iré yo, sé que puedo mover las rocas. Dame un momento.
Kohaku se acercó caminando a esa parte con dificultad, pero no encontraba cómo posicionarse por lo pequeño del espacio en el que se encontraban.
—¡No veas mi trasero! —recriminó ella.
—¡¿Ah?! ¡No seas absurda, leona! ¡No veo absolutamente nada! —bufó él con indignación.
—¡Que no me llames leona!
Mientras hacía esa distracción y trataba de ignorar el hecho de que prácticamente había tenido que ponerle el trasero en la cara a Senku para abrir la válvula, pudo quitar fácilmente las piedras con gravedad cero y posteriormente abrir con facilidad para pasar al otro lado. Estaba exhausta, su cuerpo ya casi se había quedado sin poder, por lo que necesitaba dormir. Por suerte, ya debía ser la madrugada del domingo. Habían sido días pesados para ella y más con esos poderes que había tenido que manejar.
Después de ingresar a la tubería, Senku la guio un poco por el entramado, aunque no parecía conocer del todo el lugar. Algún tiempo después, llegaron a una salida que permitía salir del lugar, pero todavía le faltaría llegar al Área Negra, y seguramente él no querría dejarla sola.
—¡Ja! ¡Eres muy inteligente! ¡Creo que me he enamorado de ti! —expresó ella emocionada.
En ese momento la cara de él se contrajo en una mueca.
—¿Qué? ¿Te enamoraste en esta situación tan horrible? El amor es lo más ilógico que existe, un cerebro enamorado es demasiado problemático —mencionó él, aún con una mueca en el rostro.
—¡Ey! ¡No me refería a eso! Sino que pienso que eres muy interesante y que podríamos ser amigos y colaborar juntos —aclaró ella, enojándose ante el hecho de que él pensara eso.
—Ah, sí, eso sí, sería útil tener a una leona como tú como aliada —aseguró él, rascándose el oído con el meñique, como si nada—. Y ahora necesitamos volver al Área Negra.
Él estaba mirando hacia las ruinas en las que se encontraban y luego miró hacia el cielo y ella entendió que él estaba preocupado por el hecho de que estuvieran en un lugar tan distante y en cómo podrían hacer para volver.
Kohaku sabía que Daik podría sacarla de ahí transportándola, pero no podía hablar sobre sus poderes, tampoco podía quitarse la transformación en Gravity Doll, porque implicaría explicarle a Senku sobre esos extraños poderes que tenía.
Sería un día difícil mientras volvía a casa, y sabía que llegaría más exhausta que nunca, y más siendo que probablemente tendrían que enfrentar a algunos adollahs en el camino.
—¡Ja! ¡Pues andando!
Sería mejor emprender el camino de una vez.
En respuesta él sólo sonrió ladinamente y ambos arrancaron a caminar.
…
¡Y así termina este capítulo! ¿Qué les pareció cómo logré enlazar el tema con ellos juntándose por fin? ¡Me enamoré muchísimo de este capítulo! ¡No tienen idea de cuánto lo disfruté!
Espero que a los del grupo de Senku & Kohaku les haya gustado el capítulo, y también a la preciosa Ginna… ¡este es tu regalo de cumpleaños!
En fin, como es tarde y en la mañana debo llevar a mi hijo a la escuela, me despido lo más rápido posible jajaja. Los personajes de Dr. Stone no me pertenecen, son de Inagaki y Boichi, yo sólo los uso para mis tramas.
¡Los quiero mucho a todos! Y espero que puedan dejarme comentarios, que realmente me motivan a seguir escribiendo.
