En el año 2000, la humanidad se encontró con su primer mayor enemigo.
Más fuerte que el animal más poderoso.
Más terrorífico que cualquier otra guerra.
Este enemigo, era un completo misterio para todo aquel ser humano que intentara todo lo que le fuera posible para desvelarlo.


Año 2015.
El ejército de la milicia de Japón estaba amontonado en la carretera frente al océano, con todos los soldados expectantes de arrojar fuego a un ser extraño.
Este mismo ser, se trataba de una especie desconocida, humanoide, de unos 75 metros de altura, piel verde muy oscura, costillas hacia afuera, una clase de corazón circular y brillante de color rojo, y una máscara blanca con forma de esqueleto de pájaro.
¿Su nombre? El tercer Ángel, Sachiel.
Dicha criatura asombrosa, que hasta parecía de alguna obra hecha por H.P Lovecraft, se levantó, alzando un torrente ascendiente de cuerpo oceánico, y con sus ojos vacíos de todo color y sentir, observó al ejército de la JSSDF.
- ¡Fuego! – Advirtió uno de los mayores del ejército, y los soldados en la ruta efectuaron la dicha orden.
Una larga y vistosa corriente de disparos, bombardeos y fuego golpeó a la criatura.
Sin embargo, esta misma, majestuosa e imparable, alzó sus brazos como si disfrutara del toque de las balas y disparos como nosotros disfrutamos de la lluvia.
- ¡Maldición, sus defensas no flaquean, ese AT-Field es demasiado fuerte! – Gruñó otro de los oficiales, frustrado.
- Maldito monstruo... - Comentó uno de avanzada edad, golpeando el escritorio que tenía en frente con su puño.
Cuando la desesperación inundó toda la sala de control, frente a todos apareció una pantalla holográfica rectangular hacia arriba que decía "SOLO SONIDO", y una voz grave emergió de la pantalla.
- Déjenle este trabajo a NERV.


EPISODIO UNO: "FUERZAS NIHILISTAS"


Actualmente, un joven adolescente de catorce años se encontraba a solas, sentado en un tren en movimiento, dirigido a una ciudad de nombre "Tokio-3".
El chico era de piel clara, cabello castaño con un flequillo hacia la izquierda, facciones de rostro muy suaves, ojos color avellana, y un uniforme escolar tradicional de Japón, y debajo de este mismo una camiseta negra, que, si miraras debajo de su uniforme, descubrirías que tiene un estampado en la zona del corazón que dice: "You Rock!", con letras de color naranja en el "You" y rojas en el "Rock", mientras que el signo de admiración está de color rosado.
En la parte inferior del uniforme, llevaba unos pantalones tipo cargo de color azul oscuro, cosa que parecía difícilmente formar parte del código de su uniforme.
Sus zapatos, por otro lado, eran unos deportivos negros con suela blanca y cordones del susodicho color, lo que terminaba de sellar su falta de importancia u orden ante el código de vestimenta del colegio del cual viniese.
El chico estaba pacíficamente escuchando música por medio de un reproductor SDAT de color azul, con una cinta en la parte superior del reproductor que decía "Ishiki Kentaro", escrito con bolígrafo azul y con letra desordenada.
El SDAT estaba reproduciendo música muy movida y emocionante, como lo pueden ser canciones como "Welcome To The Jungle" de Guns N' Roses, o "Back In Black" de AC/DC, y el chico no paraba de sacudir la cabeza de forma apacible, disfrutando de la solitaria experiencia.
- Próxima parada, ciudad central de Tokio-3. Por favor, no trate de emerger del transporte sin antes dejar abrir las puertas, y tenga cuidado al salir o entrar del tren. – Dictaba una voz robótica, femenina y serena.
El chico no tenía mucho de lo que preocuparse ante este anuncio, puesto que no había literalmente nadie más que no fuera él entre todos los vagones conectados al tren eléctrico.
Esto se debía a un pedido que le fue encargado al joven, el hecho de ir en tren a Tokio-3 bajo la premisa de encontrarse con el afamado capitán Artorias Armael, parte del ejército de NERV, un selecto grupo asociado a la ONU con el fin de proteger a la humanidad de la siguiente venida de los enemigos más grandes, los Ángeles, emisarios de Dios e hijos de Adán.
El joven de catorce años se levantó de su asiento a pocos minutos de arribar en su destino, Tokio-3.
Se sujetó a una baranda de hierro cercana a las puertas de salida del tren, y esperó, mirando su reloj de marca Omega, el cual parecía ser un poco copia barata debido a su coloración negra, muy anormal de ver en relojes de esa marca.
Las puertas se abrieron, y el joven adolescente saltó del borde del tren hacia la estación de Tokio-3.
Miró a sus alrededores, ya que durante todo el viaje no había prestado absoluta atención al paisaje de la ciudad.
- Parece que no está aquí. – Murmuró, decepcionado. – Debí quedarme en el refugio...
De repente, un estruendo azotó la estación, haciendo temblar el tren, y Kentaro cayó para adelante, por suerte deteniendo su caída con las manos.
(Música: NGE OST – Angel Attack)
- ¡Guau! – Exclamó, asombrado.
Miró hacia el origen del estruendo, y el techo de la estación se abrió en dos pedazos, mostrando a una criatura terrorífica que no paraba de perturbar a Kentaro.
El Ángel Sachiel produjo un sonido incomprensible, flotando por los aires y lanzándose hacia un lado de la estación, destruyéndola.
- ¡WAAAAH!
Kentaro escapó de allí a las corridas, y cuando vio que podía resguardarse debajo, pensó en el encuentro para el que lo llamaron.
- "No debes huir, no debes huir, no debes huir, no debes huir..."
De repente, un misil fue disparado desde un helicóptero, y el misil era tan gigantesco que podría atravesar toda la zona del hombro izquierdo de Sachiel.
Sin embargo, este alzó su esbelto brazo izquierdo, y sujetó el misil, deformándolo con su fuerza de agarre como si fuera un papel de regalo.
El misil le explotó en la cara, pero no le hizo absolutamente nada.
- ¡Mierda, su AT-Field es mucho más fuerte de lo que creíamos! – Insultó uno de los oficiales de la milicia, desde el escritorio en el que se encontraban todos reunidos.
Mientras, Kentaro escapó de la estación, corriendo hacia la calle sin importarle ninguna herida que recibiera por lanzarse de lugares de diferentes alturas.
En un momento, casi es chocado por un coche antiguo, pero este logró frenar poco antes de impactarlo.
El conductor se mostró, y resultó ser un hombre que no pasaría de los 25 años.
Cabello rojo y estirado hacia atrás como puercoespín, una cicatriz en la mejilla y ojos carmesí que mostraban seriedad extrema.
Era el Capitán Artorias Armael.
- ¡Sube! – Ordenó.
- ¡A-ah!
Kentaro se subió al segundo asiento frontal del coche, tembloroso, y se colocó el cinturón de seguridad sabiendo el entorno en el que se ubicaba actualmente.
- Lo siento por la espera. – Dijo Artorias, haciendo un gesto de disculpa con cuatro dedos de la mano, y sonriendo todavía con el ceño fruncido. – Supongo que ya me conoces por la fotografía que te envié por correo.
- S-sí.
Kentaro decidió quedarse callado y mirar su reloj con constancia, suponiendo que era mala idea hacer muchas preguntas por más reacio a insultarlo que se mostrara el capitán, y porque era generalmente muy tímido para siquiera participar en clase con regularidad.
- Entonces, ¿Es la primera vez que vienes a Tokio-3? – Preguntó Artorias.
Kentaro solo asintió, y tuvo que volver a asentir porque Artorias no le miró la cara a la primera.
- Entiendo tu cara. Estás asustado y confundido, como liebre en jaula. Pero no te hagas problema, ya te llevaremos a un lugar seguro, las barreras de NERV.
- Las barreras de NERV...
Sinceramente, el joven, con lo asustado que estaba ahora mismo, no podía pensar en la palabra "barrera" e intentar no imaginar una prisión donde no le darían más que un pan por día al vivir en ella.
Ese pensamiento no era normal, pero él mismo sí lo era.
- "Ya se te pasará. Estás asustado, es todo. Es todo, es todo, es todo..." – Se reponía una y otra vez, tratando de convencerse de que todo estaba bien con él.
Avanzaron por su camino en la ruta, cuando repentinamente oyeron el sonido de un misil flotando, pero a un volumen ultra exagerado.
- ¡Mierda, es una bomba N2! ¿¡En serio planean usar eso con el Ángel?! – Expresó Artorias, girando el volante y doblando, cosa que presuntamente evitaría tener contacto con la bomba N2.
La dicha bomba fue lanzada desde los cuarteles de NERV, a una distancia de más de 300 kilómetros del Ángel.
La bomba impactó a la izquierda de la bestia gigantesca, y una explosión colosal de un radio de 220 kilómetros se formó lentamente como si fuera una cascada destructiva.
El coche del capitán se sacudió, volteándose y girando repetidas veces, mientras todo a su alrededor era desintegrado por la bomba, formando un cráter que cubría todo el radio anteriormente mencionado.
El coche se deslizó por el cráter por un paso mal dado, y Artorias y Kentaro tuvieron que emerger del coche, chocándose contra el cráter poco a poco.
Cuando pudieron levantarse, Artorias se mordió el labio inferior, a modo de queja por el desastre.
- Hay que voltearlo. ¿Me darías una mano?
Kentaro asintió sin más, y los dos se dirigieron hacia el coche volteado, empezando a empujar hacia atrás, hasta que con unos minutos de hacerlo pudieron lograrlo.
Artorias logró dar con el impulso adecuado, y pisó el acelerador, yendo de primera.
El coche se disparó fuera del cráter, y empezaron a dirigirse nuevamente a los cuarteles de NERV.
- Oye... No hablas mucho. – Advirtió el capitán, incomodado.
- Lo siento. No sé qué decir o hacer en una situación como esta, así que solo hago lo que me diga. – Contestó Kentaro.
- Deberías ser un poco más independiente, eh... ¿Cómo era tu nombre?
- Ishiki Kentaro, señor.
- Kentaro. Deberías ser más independiente, como dije. A tu edad conozco muchos niños que no pueden parar de parlotear. En serio, es como si fueran loros.
- Yo...
Pensó que él no era como otros niños. Era más solitario, más cobarde, y menos de todo lo bueno, más de todo lo malo.
Pero no lo dijo, porque asumía que no le importaría tomando en cuenta la cara que tenía el capitán.
Al final, no terminó de hablar, y Artorias aceleró como nunca antes, disparándose a través de la carretera y pasando a través de un túnel poco iluminado con una expresión alocada en el rostro.
Después, parecieron haber bajado por otro túnel, totalmente oscuro, a diferencia de que ahora predominaba el sonido de una cascada, y del goteo de agua.
- ¿Qué es ese sonido? – Preguntó Kentaro.
Al salir por el otro lado del túnel, el chico se vio dentro de un tubo gigantesco de cristal duro, y detrás del cristal se encontraba algo que lo hizo emocionar tanto que se pegó al cristal de la ventana del auto.
Un brillo anaranjado, producto del sol artificial debajo de la tierra, azotaba el cristal, dándole más ansias de explorar al joven chico.
(Música: NGE OST – Tokyo-3)
- ¡Ese es realmente el Geo-Front! – Exclamó.
El Geo-Front es un hermoso paisaje natural, que incluso viene con un sol artificial, y este paisaje se encuentra ubicado debajo de la ciudad de Tokyo-3 justo al lado del Cuartel principal de NERV, el cual alberga tres fases de profundidad; el Dogma Inicial, el Dogma Central, y el Dogma Terminal, todas con un cuartel diferente.
El coche paró en una especie de cinta de transporte automatizada, la cual llevaba vehículos como si fuera un garaje de alta tecnología.
- Vaya... - Murmuró Kentaro, por demás de asombrado.
- Toma esto, te servirá a modo de guía. – Indicó Artorias, dándole un panfleto al joven.
La revista parecía ser un manual de instrucciones de NERV, al que Kentaro trató de darle toda su atención.
- Capitán, ¿puedo preguntarle algo? – Inquirió Kentaro.
- Dime.
- ¿Me va a hacer ver a mi papá...?
Artorias dudó, viendo el rostro incomodado de Ishiki, pero asintió.
- Sí, tu padre trabaja de esto, y solicitó que te hicieran una carta de identificación que, si no me equivoco, te llegó en el correo.
- Claro.
Kentaro sacó de su mochila en el asiento trasero una extensa carta cuadrada que más bien parecía un periódico mal hecho por un estudiante de sexto grado en un trabajo de arte.
En el nombre del sujeto, decía lo correspondiente; "Ishiki Kentaro", en su ocupación dictaba que era un estudiante, y también llevaba gran parte de sus datos personales.
- Hace... Tres años que no nos vemos. – Murmuró Ishiki.
- Entiendo, tu padre es un cliente muy difícil de tratar.
- ... Sí.
La conversación se quedó en silencio eterno.
Por medio de otra cinta transportadora, los dos se estaban guiando a través del recinto con facilidad, hasta que se cruzaron con una especie de laboratorio mecánico.
Allí, se podía encontrar trabajando a un hombre de presumiblemente una edad cercana a la de Artorias.
Era de piel un poco menos clara que la de Kentaro, de cabello negro con un flequillo que cubría poca parte de su frente, y sus ojos eran de un color tan negro como su cabello.
- ¿Oh? ¿Capitán Armael? – Inquirió el científico.
- Saludos, doctor Atsushi. – Contestó Artorias secamente.
Kentaro se retuvo de hablar, quedándose en absoluto silencio.
- Kentaro, este es el científico más importante de todo NERV, el doctor Atsushi Gonta. – Informó el capitán Armael.
- S-saludos. Soy K-Kentaro I-Ishiki.
- Un gusto en conocerte, Kentaro. – Sonrió Gonta. – Vamos al hangar, ¿está bien?
Los tres se dirigieron hacia una escalera mecánica, y fueron bajando lentamente.
Al llegar a su predestinado lugar, Kentaro se asombró al ver que no había luces encendidas y no podía ver mucho.
- ¿Quién apagó las luces? ¡No veo nada! ¿¡Hola?!
Su visión fue atacada de frente por una luz que lo encandiló, acompañada de la imagen inminente de una cabeza metálica y ovalada hacia arriba, con forma de pistola gigantesca de una película ficticia sobre las galaxias. Aparte de esto,
Parecía pertenecer a un robot, el cual era de color morado con ojos blancos como una lámpara, con forma intimidante, dos rayas carmesíes emergiendo de sus ojos como si fueran cicatrices rectas hacia el mismo lado, y una barbilla puntiaguda de color celeste, la cual daba paso a una mascarilla del mismo color que tapaba su presunta zona de la boca, la cual parecía ser parte de una mandíbula tan cuadrada y hexagonal como sus dientes. Aparte de esto, no se podía ver mucho más considerando que el robot parecía estar sumergido en un líquido rosado, pero sí se podían ver unas franjas naranjas debajo y entre todo su cuello, las cuales eran cruzadas por unas rayas negras y desordenadas.
- Un robot gigantesco... - Murmuró Kentaro, alzando el manual y tratando de separar página por página, a ver si podía encontrar una imagen de cuerpo completo del gigante metálico.
- Ni intentes buscarlo en el manual. – Advirtió Gonta, serio. – Esta es el "arma humanoide de combate definitiva multipropósito, humano artificial Evangelion".
- ... O simplemente, Evangelion, o EVA. – Retrucó Artorias, irritando al doctor Atsushi.
- Sí.
Kentaro miró los ojos del robot, y se vio asombrado.
- "Un tremendo robot... Esto es... Como un sueño..."
Los ojos del joven brillaron al ver al robot, recordando su niñez mientras jugaba con pequeños muñecos con pistolitas láser que estaban basados en series de animación Mecha.
- ¿Esto es parte del trabajo de mi papá...?
- Eso es. Cuánto tiempo sin verte, Kentaro. – Dijo la misma voz grave que les pidió dejar todo en sus manos a los de la JSSDF.
Kentaro miró a su padre, nervioso.
(Música: NGE OST – I. Shinji)
- Y tú, Kentaro, tienes que pilotar el EVA, y enfrentar al Ángel Sachiel.
El padre de Kentaro era un hombre de cabello similar, redundantemente hablando, a Kentaro, pero con una barba bastante prominente, ojos serios y de gafas, con un saco azul oscuro y una camisa de trabajo roja, además de guantes blancos de doctor, pantalones negros y zapatos de oficinista.
Este mismo, era el comandante de NERV, Ishiki Rintaro.
- Padre...
- Capitán Armael, despegue el EVA. – Ordenó Rintaro.
- ¿¡Despegarlo?! ¡Pero señor, no hay quien pueda hacerlo! – Retrucó Artorias, preocupado. - ¡La unidad 00 está en mantenimiento aún!
- No hablo del EVA-00. Hablo del Modelo de Pruebas, EVA-01.
Kentaro no era muy inteligente, pero pudo deducir, por los rostros de todos, que el EVA-01 era el cual se encontraba en frente de su nariz.
- "¿Les falta un piloto...?"
- No hay de otra. – Comentó Atsushi.
- Pero espera, el piloto Roku no está en condiciones... No hay un piloto. – Interrumpió Armael.
- Acaba de llegar. – Repuso Gonta, mirando a Kentaro.
- "Yo... ¿Pilotar esa cosa y acabar con ese monstruo...?"
- ¡Es una locura, incluso Takanashi tardó siete meses en sincronizar con el EVA-00!
- Le daremos instrucciones. – Contestó Rintaro.
- "¿Sincronizar...?"
- Lo único que le pido es que se meta en el Entry Plug, si no puede hacer nada más entonces tendremos que llamar a Roku. – Refutó Atsushi.
- "No tengo un solo dicho en todo esto... ¿Qué rayos está ocurriendo?"
Kentaro apretó sus puños, y enfrentó a su padre con la mirada.
- ¡Papá! ¿¡Es por esto que me llamas luego de tres años?! ¿¡Por qué me necesitas para pilotar esta cosa si yo no quiero hacerlo?!
- Te veías muy fascinado con el EVA. – Sonrió Rintaro.
- ¡Sí, pero es simplemente una locura enviar a un niño de catorce años a pelear con un Ángel que sobrevivió incluso a una bomba de no sé qué cosa N2! – Refutó Kentaro. - ¡No he oído de esta cosa, ni la he tocado antes! ¿¡Cómo es que ves la capacidad de pilotarla en mí?!
Todos los trabajadores de NERV lo estaban mirando, confundidos por su explosión psicológica.
- No puedo... Es una locura, no puedo controlarlo, no sé cómo hacerlo...
- Se dijo ya que te daríamos instrucciones. – Dijo de repente Artorias, mirando con seriedad a Ishiki. – Pilótalo, Kentaro.
Kentaro se ablandó y se entristeció al ver que incluso el capitán estaba en su contra ahora.
- Todos están en mi contra... En el colegio, en las calles, en NERV... ¡No soy bienvenido, pero me están arrastrando a que haga algo que cualquier otro aquí puede!
- No tenemos tiempo para esto, pilótalo. – Ordenó Atsushi.
Kentaro frunció el ceño, y miró al EVA-01 a los ojos.
- "Si te piloto... ¿Podré sacarme esto de encima? No, no es por eso..."
- Dijeron que había otro piloto que estaba herido, ¿no? – Comentó Kentaro, mirando a Gonta.
- Así es, el piloto puede estar herido, pero si tú no quieres hacerlo, entonces debe ser él quien lo haga.
Kentaro mordió su labio inferior, conflictuado.
De repente, una explosión azotó los Cuarteles de NERV, y unas barras de hierro se descolocaron del techo, cayendo hacia Kentaro.
Sus ojos lo procesaron en una velocidad muy lenta, pensando que moriría ahí.
Sin embargo, la mano del EVA-01 se estiró, golpeando las barras y apartándolas.
- ¿¡Qué rayos?! ¡Se activó sin estar nadie en el Entry Plug! – Advirtió Armael. – "Él puede hacerlo." – Sonrió, mirando a Kentaro.
Kentaro se levantó de su susto inminente, y miró a todos, furioso.
- ¡No quiero que usen a otra persona herida por mi culpa, no lo merece! Yo lo haré. ¡Yo lo pilotaré! – Exclamó, decidido.
Entonces, los preparativos comenzaron.
(Música: The Avengers OST – The Avengers, Extended)
Gonta dirigió a Kentaro hacia la pista de entrada del EVA-01, que era un lugar justo al lado de la sala de control, donde le colocaron una banda fina en la cabeza, la cual su cabello se encargaba de cubrir, y esta banda poseía dos pequeños objetos con forma de oruga, llamados "Clips Nerviosos A10".
- Esto ayudará a que te sincronices mejor con el EVA. – Contó Atsushi. – Como no tenemos tiempo para darte todo el equipamiento necesario, te tendrás que saltear la fase de ponerte el Plug Suit.
Kentaro asintió, sudando y con nervios, pero decidido al fin.
Luego, estiraron la máscara del EVA-01 por medio de unos cables, tirándole hacia adelante y mostrando una entrada que era como un enchufe gigantesco, y allí mismo introdujeron una especie de cápsula con forma de cohete, nombrada Entry Plug, la cual en su interior albergaba a Kentaro, quien estaba sentado en una silla mecánica, sosteniendo al fondo de la cápsula unas manijas de hierro con forma de las placas de una pala, que funcionaban como controles manuales del arma robótica.
- Separen el puente umbilical, y desanclen el EVA. – Ordenó una de las técnicas que trabajaba en el lugar.
Esto dio paso a que Kentaro pudiera apreciar el EVA-01 mucho mejor, viendo que tenía, desde la base del hombro hasta el codo, todo negro, desde la mano hasta los codos, todo morado, y con franjas verdes neón iluminadas en el medio que los atravesaban, piernas moradas, una suerte de cañones negros con bordes naranjas en sus rodillas, y botas mecánicas de color morado oscuro. Para rematar, en los hombros hacia arriba tenía lo que parecían ser dos entradas de color negro con bordes verde neón, las cuales tenían espacio para armamento que seguramente el EVA albergaba en su interior.
De repente, un líquido naranja y un poco amarillento comenzó a inyectarse dentro de la cápsula.
- ¿Wuh? ¿Qué es esto? ¿Fanta? – Mencionó Kentaro.
- Eso es Link Control Liquid, o, en cortas palabras, LCL. No me preguntes cómo lo descubrimos porque estaría años explicando, pero contiene oxígeno hecho líquido, el cual desaparecerá de tu perspectiva cuando se haya llenado la cápsula, y te sentirás como lo harías sentado ahí normalmente. Te permite mejorar tu control de sincronización con tu EVA.
Kentaro asintió, sosteniendo los controles del EVA con nerviosismo en su accionar.
- ¡Que comience el despegue! – Ordenó el capitán Armael.
El EVA lanzó la cabeza hacia arriba, y la plataforma sobre la cual se ubicaba se disparó hacia la dirección a la que apuntaba el cuerno del EVA.
Un chirrido metálico se disparó por toda la zona mientras el EVA se elevaba hacia el exterior de Tokio-3, la cual había tomado la orden de esconder todos los edificios importantes o con gente dentro por métodos de evacuación.
El EVA-01 miró al Ángel Sachiel con su mirada fija y despiadada, pero esa no era la cara que tenía el joven dentro suyo.
Kentaro estaba nervioso, pero tenía que hacerlo.
El EVA parecía estar conectado a la torre que tenía atrás debido a que tenía un enchufe gigante en la espalda, algo que los técnicos llamaron "Cable Umbilical", y aparentemente era como tener un cargador de un MP3, ya que el cable le daba energía constantemente al EVA-01.
- ¿Cuál es su nivel de sincronización? – Solicitó Rintaro.
- ¡Nivel de sincronización de 35,3%! – Indicó uno de los técnicos.
Atsushi sonrió al oír del nivel de sincronización, puesto que, aunque no fuera el más alto del mundo y ni de cerca estaba pisándole los talones al mejor nivel de sincronización que había visto, el saber que no era una sincronización de menos de 20% les daba un pequeño ápice de optimismo por el hecho de que obtendrían un índice mayor a 0% de victoria.
- "Kentaro... No mueras." – Pensó Artorias, preocupado.


EPISODE ONE, END