Hola a todos! He aquí un nuevo capítulo. Muchas gracias por apoyar esta historia y espero que por favor sigan apoyándola. Las cosas se vienen tensas en este capítulo, espero que lo disfruten. Y sin más qué decir… COMENZAMOS!
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Capítulo 19.
Fulminante.
…
La idea era escalar un costado de la montaña, pero no era tan sencillo como pensaron al principio. El camino se volvió demasiado sinuoso y peligroso. Había partes las cuales tuvieron que escalar y otras en las que Xiao tuvo que usar su aire control para ayudarles a subir. Mu era el único que no tenía problemas en escalar, ya que sus saltos eran tan ágiles que podía posarse en cualquier lugar por pequeño que fuera. Llegaron a una formación demasiado inclinada y Enlai creo unas escaleras de roca sacando parte de la roca.
-Las damas primero.
-¿Y son seguras?- preguntó Amarillys.
-Por supuesto, lo doy por garantizado.- Xiao subió primero sonriendo a su amiga para que también subiese, cosa que hizo un poco desconfiada y Enlai quedó detrás.
-Según el mapa, al cruzar la montaña estaremos llegando cerca de Ciudad República y de la frontera con el norte.- explicó Enlai.
-Nunca he estado en Ciudad República.- admitió Xiao.- En realidad, nunca he estado en ninguna de las tres ciudades.
-¡Te encantará! Tiene de todo. Y son mucho más avanzadas en tecnología que otras ciudades.
Amarillys se sentía demasiado nerviosa para formar parte de la charla e intentando no mirar hacia abajo, cosa imposible tras estar constantemente vigilando su paso cuando dio un ligero traspié, al mirar abajo vio el fondo y se sujetó sin querer de las trenzas de Xiao que emitió un grito corto ante la sorpresa pero mantuvo su cuerpo firme aunque curvo. Ahora agradecía con el alma el entrenamiento de Toph.
-Ama… Amarillys.- estaba tan doblada que pudo verla, de cabeza, pero la miró a los ojos.- Debes calmarte, estamos aquí para ti.
-P-Pero está muy alto.- balbuceó con las rodillas temblando.
-Amarillys, suelta a Xiao que la estás lastimando. No te va a pasar nada, que estoy detrás de ti.
-¡Lo siento! Es que… es tan alto. Cuando estábamos sobre los bisontes era más seguro, pero el ver el vacío….- soltó las trenzas de su amiga que se enderezó y se volteó.
-Tranquila. Estás con nosotros, un talentoso maestro tierra, un ciervo flor que salta como saltamontes y yo, la avatar. No te va a pasar nada.
Amarillys dejó de temblar y le sonrió. Si lo pensaba bien, era un poco tonto tener miedo estando con ellos. Xiao, Enlai y Mu eran mejores que los guardias reales de Ba Sing Se y ya lo habían demostrado.
-Es verdad. No debo de…- en ese momento la tierra tembló, parte de la montaña se resquebrajó y rocas y tierra comenzaron a caer desde lo alto.
-¡Cubranse!- gritó Xiao que alzó un muro de roca para protegerse pero este no soportaría semejante peso. Enlai tomó impulso alzando una columna y usó su lava control enfriando rápidamente la roca para que aguantara lo más posible.
Mu saltó con agilidad saliendo del sitio del desastre. Y Amarillys retrocedió, cediendo más paso a Enlai, pero los escalones donde estaba comenzaron a resquebrajarse bajo sus pies ante el temblor y antes de darse cuenta de ello estos se destruyeron tirando a la joven al vacío.
-¡AAAAAAH!
-¡AMARILLYS!- Xiao extendió su brazo dispuesta a usar su aire control pero una sombra rápidamente sujetó a la castaña y la salvó del peligro.
-¡Xiao!- Enlai gritó y ella asintió entendiendo lo que debían hacer.
Con un grito de ambos golpearon con fuerza su muro y comenzaron a arrastrarla, era igual a como los entrenamientos de Toph. Y ya habiendo alcanzado un punto la partieron a la mitad creando una formación en V invertida que hizo que todo cayese a los costados. Cuando todo terminó, ambos suspiraron de alivio.
-¿Amarillys?- Xiao vio a su izquierda sobre una saliente, la chica estaba sujetando con fuerza la capucha roja de su salvador.
La castaña abrió los ojos y al ver que estaba a salvo sonrió feliz y se volvió a quien le ayudó, a pesar de no poder ver su rostro por completo por culpa de la capucha.
-Gracias, gracias, ¡gracias! Estaré por siempre agradecida.
Su salvador se enderezó y se quitó la capucha, revelando para sorpresa de todos, una larga cabellera negra y unos ojos ambarinos.
-No hay de qué.- dijo Iroh con una sonrisa.
-… ¡AAAAAAH!- la chica gritó y retrocedió como si hubiese visto al mismísimo demonio.
-E-Espera…- alzó su mano para atraparla pero ella fue atrapada en una columna de roca para evitar que cayera y Iroh sintió que algo lo golpeó en las rodillas. Enlai llegó rápido y se puso frente a él con los puños a los costados y una expresión que no auguraba nada bueno.
-Cómo te atreves de aparecer frente a nosotros después de lo que hiciste.- algunas rocas se unieron a sus puños y Iroh cerró los ojos, esperando el golpe que se merecía pero Xiao intervino.
-¡No!- hizo que su amigo mantuviera su distancia, cosa que le molestó y por ello lanzó un fuerte gruñido al aire sacudiendo las piedras y prefirió ayudar a Amarillys que estaba todavía sujeta a la columna.
Iroh lo agradeció pero Xiao no le miró a la cara.
-¿Qué haces aquí?- preguntó con cierta frialdad.
-Xiao, yo… vine porque deseo disculparme contigo.- ella no dijo nada y él prosiguió.- Lamento mucho todo lo que te hice. Estaba cumpliendo mi misión sin saber cuánto te lastimaba, pero ahora entiendo lo que es verdaderamente importante. La venda se cayó de mis ojos después de lo sucedido y pasé por ciertas pruebas, ahora lo veo todo claro. Quiero también seguir mi propio camino y quiero que este sea contigo, no porque sea mi deber o mi obligación, sino porque quiero acompañarte en este viaje de autodescubrimiento y… quiero estar contigo, ¡con ustedes!- corrigió.- A quienes considero mis amigos.
Enlai parecía dispuesto a romperle la cara, cosa que Amarillys tuvo que detener trepándose a él y jalándolo hacia atrás.
Xiao mantuvo la misma expresión hasta que al fin sus miradas se encontraron y ella deshizo el agarre de roca que lo tenía aprisionado.
-Vete. Y no te atrevas a seguirnos.
-Xiao…
-No me importa si has cambiado, o si incluso has abierto tu consciencia al universo.- expresó con cierto desprecio en su voz.- No quiero cerca a alguien que podría entregarme al Loto Blanco o a cualquier otro con sólo una orden.
-Yo no haría eso.- pero ella no suavizó su expresión, o al menos no hasta que notó una pequeña ave de brillante plumaje carmesí volar y posarse en el brazo de Iroh.- Mira, ella es mi nueva amiga, se llama Karue, me ayudó mucho en mi viaje espiritual. Es mi espíritu guía.
La expresión de Xiao se suavizó un poco, pero eso no quería decir nada.
-Por favor… sólo vete. No tienes a ningún amigo entre nosotros.- parecía que le dolía decir esas palabras. Se dio la vuelta y fue a con sus amigos.
Iroh se sintió un poco frustrado, sin embargo, no iba a rendirse tan fácil.
-No deben de crear formaciones de este tipo.- dijo alzando un poco la voz para que le escuchasen.- Si lo hacen provocarán de nuevo una avalancha y quien sabe qué podría pasar.
Enlai quería decir algo pero la mano de Xiao le tocó el hombro y le detuvo. La joven le miró unos instantes, ojos de llenos de resentimiento, traición, duda y tristeza. Sin decir nada, siguieron su camino y Iroh les siguió guardando su distancia.
…
Un cuervo apareció en el cielo y aterrizó sobre el brazo de Zidan que le quitó la nota que tenía en la pata.
-Mmm, parece ser que tendremos visitas.
-Mi señor, nos informan que la avatar se encuentra en el lado oriente de la montaña.- dijo su subordinada retirando su capucha.- Nuestros espías han mantenido la distancia y reportan avalanchas.
-Ah, perfecto. No está tan lejos de nosotros como pensábamos y tengo ventaja en ese terreno.
-¿Cómo desea que procedamos?- normalmente Zidan diría que fuesen a por ellos, pero desde la última vez no quería arriesgarse, mucho menos arriesgar a sus hombres a enfrentar a la avatar que ahora era mucho más peligrosa.
-Esperaremos un poco. Vamos a tener un invitado, tal parece que es alguien especial mandado por nuestro cliente.
-Señor, con todo respeto, no podemos perder más tiempo. Hemos esperado demasiado y su cliente nos ha hecho hacer tareas sin demasiados beneficios a nuestro favor. El equipo de la avatar podría adelantarse y, en donde están, su posición es claramente vulnerable. Nuestro ataque podría agh…- la mujer detuvo su diatriba y Zidan notó cómo su cuerpo estaba por completo tenso, ella puso los ojos en blanco y de su nariz y boca comenzó a brotar sangre. Rápidamente apuntó su rifle hacia un hueco oscuro del bosque de donde una figura encapuchada salió. El hombre sonrió bajo la capucha.
-Tal parece que no sabes elegir sabiamente a tus ayudantes.- apretó su puño y la mujer emitió un quejido de dolor.- Quizás a eso se deba en parta la incompetencia de tus trabajos.
-Déjala, ahora. A menos que quieras un hueco en tu cabeza.
El hombre parecía que no lo haría, Zidan apretó el gatillo a punto de dispararle y… el hombre liberó a la mujer. Ella cayó al suelo y comenzó a vomitar. Zidan silbó sin dejar de apuntar al intruso y dos de sus hombres llegaron llevándose a su compañera que miró por última vez a su líder que ni siquiera parpadeaba.
-Supongo que vienes por parte de nuestro cliente.
-Supones bien.- se quitó la capucha y Zidan abrió ligeramente los ojos apenas conteniendo la sorpresa. El hombre de largos cabellos negros y piel morena demostrando su descendencia de alguna tribu de agua, pero lo impresionante era la cicatriz que iba desde la coronilla donde podía verse la calva y bajaba por su ojo derecho, tan rojo como la sangre, bajando hasta deformando su labio que mostraba parte de los dientes delanteros hasta su barbilla cuadrada. Y en su frente, tenía incrustadas tres pequeñas joyas rojas que parecían contener un líquido dentro.
-Te conozco. Eres Kanryou, el Dragón de Sangre. Pensé que te habían encerrado en la prisión de máxima seguridad de la nación del fuego, o que te habían ejecutado.
-Hay alguien que me aprecia demasiado desde lo alto. Y tu cliente no es cualquier persona.
-Kanryou, maestro sangre, número de víctimas 357, entre ellos, muertos 112, o ese es el número oficial que dieron en los informes.- el maestro sangre sonrió en una mueca retorcida.
-Los maestros sangre no somos cualquier cosa. Cuando Katara dio a conocer la sangre control y la prohibió, muchos como yo comenzamos a entrenar y a sacarle provecho. Saber que tienes en tus manos la vida de un ser vivo es una sensación adictiva.
Zidan se sintió incómodo con él, pero mantuvo su pulso estable para que este no sintiese su miedo. Podía sentirlo, lo estaba evaluando.
-Bueno, ¿y crees que podrás con la avatar? Esa chica también es maestra sangre. Por lo que veo muy difícil que puedas con ella.
-Oh, lo sé. Pero te aseguro que ella no conoce los mismos trucos que yo he perfeccionado con los años. Y cuando la tenga cara a cara, va a suplicar con que termine su agonía.
Tenía que admitir que sintió pena por la chica. Ese bastardo era famoso por acabar con quien fuera se metiera en su camino de formas inimaginables.
-Cae más rápido un hablador que un cojo. Pero está bien. Si crees que puedes con el trabajo adelante, no digas que no te advertí.
-Oh, ¿acaso el famoso asesino de los Cuervos le teme a una niña?- Zidan tenía deseos de pegarle un tiro pero se contuvo.
-Eres demasiado hablador. No me tientes a tirarte los dientes de un balazo.
-Ni siquiera podrías jalar el gatillo.- Zidan estaba seguro de una cosa, ese sujeto terminaría muerto a manos de la chica o en sus manos.
…
La noche pronto los atrapó en medio de las montañas y decidieron acampar. Xiao había hecho la cena como era costumbre y vio a lo lejos la fogata de Iroh que seguía manteniendo distancia del grupo. Aunque era imposible ignorarlo.
-¿Quieres que me deshaga de él?- preguntó Enlai que parecía el más molesto por la presencia del maestro fuego.
-No es necesario. Tarde o temprano se cansará.
-Tsk…- chasqueó los dientes con fastidio. Amarillys masticó el panecillo y miraba entre sus amigos y Iroh.
-¿No creen que de verdad haya cambiado? Es decir, parece en verdad sincero.
-De repente me quedé sin apetito.- comentó Enlai con disgusto soltando los palillos y Xiao suspiró.
-Si ha cambiado o no, ya no es nuestro asunto. Por favor, la comida no debe desperdiciarse.
Amarillys no dijo nada, aunque notó que Xiao separó algo de comida.
Rato después, Iroh miraba al grupo de vez en cuando, aunque se encontraba más perdido en sus pensamientos y en las estrellas mientras comía una tira de carne seca.
-Esa no parece una comida muy completa.- al ver a Xiao se levantó tan rápido que incluso su ave se asustó y todavía mordía la tira de carne.
-Ah, bueno…- se quitó la tira de la boca.- Te acostumbras a comer lo que sea cuando estás en misiones. Esto lo consideramos un lujo.- ella le tendió una caja.
-Hice arroz, miso y panecillos con carne. Es mejor que tu tira de carne fea.
-No sabe tan mal, sabes.- cuando tomó la caja sus dedos se rozaron, ella apartó su toque y se dio la vuelta para irse.- Xiao, por favor. En verdad lo siento...- habló sincero.- Antes pensaba que sólo debía obedecer órdenes y hacer orgullosa a mi gente, cargando sobre mis hombros el peso de no sólo mi familia, sino también de la nación. Nunca me paré a pensar si de verdad lo que hacía me hacía feliz. Pero gracias a ti lo veo claro. Quiero una vida distinta, sentirme vivo, tomar mis decisiones… de verdad he cambiado Xiao. No miento. Y me gustaría que me aceptases de nuevo en el equipo.
La joven dudó unos instantes, pero simplemente no podía confiar tan fácilmente.
-Me alegro que busques cambiar, pero… por favor, hazlo lejos de mí.- se alejó de él incapaz de verle a la cara, porque estaba segura que si lo hacía su voluntad flaquearía. Iroh quiso detenerla pero sabía que aquello podría ser contraproducente y lo mejor era no presionarla.
Se sentó a comer la comida, saboreando su sazón que ayudó a hacer más fuerte su resolución.
…
Ya entrada la noche, Enlai había decidido hacer "guardia". Se había quedado despierto hasta que las chicas estuvieran dormidas, sentado mirando la fogata. Tras notar que las chicas estaban dormidas profundamente se levantó y a lo lejos vio que Iroh le estaba esperando, cosa que incluso le molestó más.
-De verdad tienes agallas para mostrar tu rostro después de lo que hiciste.- musitó entre dientes apenas llegó con él.
-Entiendo que estés enojado conmigo, Enlai. Lo que hice fue horrible.
-Horrible no es una palabra adecuada para lo que hiciste. Rompiste su confianza, estuvo inconsciente tres días y se bloqueó siendo incapaz de hacer tierra control por un tiempo. ¿En serio crees que siguiéndonos como un perrito arrepentido va a cambiar algo?- expresó con rabia pero Iroh no se inmutó. Se veía distinto a su seriedad habitual, parecía incluso más sereno.
-Y es por eso que estoy aquí. De alguna forma u otra retribuiré lo que hice. Pero hazte a la idea de que no me iré. Quiero seguir en este viaje con Xiao, hacerle ver a ella, a Amarillys y a ti que de verdad he cambiado y no me voy a rendir tan fácilmente. Más que nada, porque me he dado cuenta que Xiao es mucho más que la avatar… o una buena amiga.
Ante sus palabras finales Enlai se erizó como un gato de montaña y le sujetó de la ropa listo para golpearlo, Iroh no se inmutó, lucía tan sereno y dispuesto a que él hiciese lo que quisiera. E iba a hacerlo, pero se dio cuenta que podría despertar a las chicas y no quería hacer más drama del necesario así que le soltó.
-Te lo advierto, Iroh. No te vamos a perdonar. Ni aunque te caiga un rayo encima te vamos a perdonar.
Se dio la vuelta y se marchó de regreso a descansar. Iroh suspiró y el ave se posó sobre su hombro emitiendo un pequeño canto que le hizo sonreír y le hizo merecedora de una caricia por parte del joven.
-Tranquila, no me voy a rendir tan fácil.
Regresó hasta donde su fogata así como Enlai, pero ninguno se dio cuenta que dentro de su bolsa de dormir, Amarillys había escuchado todo, incluyendo la confesión.
…
Zidan encontró rápidamente el rastro del grupo, podía fácilmente decir que eran cuatro personas más el animal.
-¿Los encontraste?- preguntó Kanryou a sus espaldas haciendo que le diese un leve escalofrío. Ese sujeto le daba mala espina.
-Sí, están yendo por el camino fácil. Han de creer que nadie les seguirá.
-Pobres ilusos… y hablando de ilusos, ¿por qué no dejaste que tus hombres vinieran a con nosotros? —canturreó la pregunta y pasó su lengua por sus dientes expuestos.
-Mientras menos mejor, así el ataque será más efectivo y letal.- si era sincero, no quería a ninguno de sus hombres cerca de ese lunático. Había escuchado historias, historias demasiado turbias y abominables. Y los hombres y mujeres que todavía seguían con él eran más preciados ahora. Pareció percatarse de su desconfianza, por lo que pudo notar la burla en sus ojos.
-Ya veo. Supongo que tienes razón.
Zidan se adelantó para seguir con su rastreo y preparando sus armas en caso de que debiera usarlas rápido, sólo por si acaso algo pasaba antes de llegar con la avatar.
…
Siguieron subiendo con Iroh detrás de ellos. A pesar de la considerable distancia, su presencia ponía incómoda a Xiao que sentía a cada tanto que debía mirar a su espalda. Tal vez debido al miedo de otro posible ataque por la espalda o porque se preocupaba por él aunque lo negase. Sin embargo, cuando pudieron divisar el horizonte, notaron las nubes de tormenta acercarse.
-Ay no…
-¿Esas son nubes de tormenta?- preguntó Amarillys.
-Debemos buscar refugio rápido o la tormenta nos atrapará en medio de la tormenta.- sugirió Enlai. Amarillys entonces miró detrás de ellos y vio a Iroh.
-¿Y qué hay de Iroh?
-¿Qué con él?- escupió Enlai con desprecio.
-No lo podemos dejar en medio de una tormenta. Sería de lo más cruel.
Xiao tuvo que darle la razón, por lo que dando un largo suspiro se volvió a Iroh.
-¡Busquemos refugio!- gritó a este que parecía sorprendido pero sonrió asintiendo.
-¿Estás segura que quieres compartir un espacio con ese?- preguntó Enlai.
-Aguantaré una noche, sólo… intentemos que esto no sea lo más incómodo posible.- suplicó para que él también se comportase, cosa que lo hizo gruñir. Aunque decirlo era más fácil que hacerlo…
La tormenta no tardó demasiado en llegar pero no tardaron en encontrar un refugio. Dejaron encendidas sus lámparas para dar luz al lugar y Xiao repartió la comida tras no poder cocinar con miedo de que el humo inundase el sitio. Iroh sonrió recibiendo de buen gusto unos dumplings que Amarillys le dio.
-Gracias.- dijo antes de darle un poco de maza a Karue.
La tensión podía cortarse con un cuchillo de mantequilla.
Enlai no dejaba de ver de reojo a Iroh que parecía tranquilo, Xiao tampoco intervendría y mucho menos quería ver en su dirección, hasta Mu parecía vigilarlo apenas parpadeando. Sólo Amarillys parecía ser la única que quería intervenir en esta incómoda situación.
-Amm, Xiao.- susurró lo más bajo posible cerca de ella.- ¿En verdad no le vas a dar una oportunidad chiquita? En serio parece haber cambiado y no parece el mismo.
-¿Cómo estás tan segura?- susurró también para que Enlai no le escuchara.- Todo puede ser parte de un ardid, convencernos que cambió para después seguir con cualquier plan que tenga dependiendo las ordenes que siga.
-Porque él siempre ha sido muy duro con todos, incluso consigo mismo. Pero ahora parece tan distinto y más suelto. Tal vez pienses que soy ingenua, pero si lo ves a los ojos, es más que obvio que algo ha cambiado en él.
-No creo que sea capaz de verlo a los ojos como antes.- declaró con cierta amargura en su voz y Amarillys se sintió mal por Iroh, aunque comprendía a Xiao. Él traicionó su confianza y la hirió en el proceso, todos estuvieron en ascuas esperando a su recuperación y entre tanto Enlai estuvo descargando su ira en su entrenamiento, todavía podía recordar que gracias a ello logró aprender lava control.
-Sabes, muchas veces el miedo, la ira y el dolor son obstáculos para lo que de verdad uno siente. Yo dejé que el miedo se apoderara de mis acciones durante mucho tiempo pero… cuando dejas atrás todo lo negativo puedes escuchar con mayor claridad lo que tu corazón dice.
Xiao estaba sorprendida, admitía que las palabras de Amarillys estaban llenas de razón, incluso su abuelo le enseñó a no dejar que sentimientos negativos nublaran su juicio, sabía lo que eso le hacía a los espíritus alrededor.
-Wow, Amarillys. Eso fue profundo.
-Lo aprendí de ti. Y de una galleta de la suerte, pero ese no es el punto. Sé que tal vez ahora sea demasiado difícil, pero si dejas que lo malo nuble tu juicio ahora, más adelante esos malos sentimientos te volverán una persona que no quieres ser.
Xiao miró de reojo a Iroh que estaba de espaldas con su ave en el hombro y contemplando la lluvia afuera.
De repente las orejas de Mu se movieron y se levantó bramando furioso en la entrada, cosa que extrañó a los presentes, incluyendo a Iroh que por un segundo pensó que era a él a quien se dirigía el animal, pero cuando Karue emitió un pitido agudo escuchó un sonido muy peculiar que lo hizo saltar lejos de la entrada.
-¡Cúbranse!
La granada explotó destruyendo por completo la cueva pero Enlai y Xiao habían colocado una fuerte barrera de roca entre el grupo y la retiró haciendo a alusión a una flor floreciendo, lo que ayudó a que las rocas que cayeron encima fuesen retiradas. A pesar de la tormenta, no tardaron en divisar a Zidan que estaba a pocos metros de ellos.
-Impresionante.- admitió con una sonrisa.- Se nota que aprendieron mucho en su escuela. Díganme, ¿sigue viva la vieja?
-Esta vez vamos a acabar contigo, ¡maldito!- exclamó Enlai ya que estaba furioso por lo que había hecho a Toph y a Xiao, y estaba dispuesto a cobrárselas de una buena vez. Las rocas que lanzó sirvieron de distracción para que Xiao atacara, mientras Iroh procuraba que Amarillys estuviese protegida, cosa que ella agradeció.
Xiao usó su aire control para elevarse y usó el agua de la lluvia para intentar golpear a Zidan que esquivó sus ataques con gran agilidad. Iroh vio alrededor, aquello no era común en Zidan, atacar en solitario no era su estilo. Pero no podía divisar a nadie más alrededor.
-Esto no está bien… ¡esto es una trampa!- gritó, pero sus palabras no fueron escuchadas puesto que estaban ya lejos de él y el agua y el viento impedían que pudiesen escucharle con claridad.
Zidan sacó sus dos pistolas y disparó a las rocas haciéndolas pedazos y haciendo que Enlai esquivara las balas que atravesaban sin problema la roca como mantequilla.
-No te vas a salvar de esta.- creó un camino de lava que Xiao avivó y lanzó como ola gracias a su fuego control y Zidan le esquivó al último segundo quedando parte de su capa quemada ante el mortal ataque. Incluso él reconoció el peligro latente de seguir enfrentándolos en solitario, pero tal parecía que su socio no iba a ayudarlo. La lluvia hubiera apagado la lava, pero ante el control persistente de Enlai y las llamas de Xiao, expandieron todavía más el terreno obligando a Zidan a subir en las rocas y ser un blanco mucho más fácil para atacar.
Xiao fue quien preparó las rocas, lista para lanzar.
-Tuviste tu oportunidad. ¡No habrá otra!- estuvo a punto de lanzar sus proyectiles cuando sintió un extenso dolor paralizarla. Enlai pronto sintió lo mismo y los demás que ya iban en su ayuda cayeron arrodillados en el suelo con la misma sensación que Iroh reconoció enseguida.
-E-Esto es…
La lluvia al fin apagó la lava que todavía brillaba bajo la roca y Zidan cayó frente a ellos.
-Ya era hora, maldito bastardo.- masticó las palabras al ver Kanryou emerger por fin de su escondite.
-Lo siento, pero era muy divertido verte pelear contra este par.- Zidan rechinó los dientes.
Los chicos se quejaron y Iroh reconoció al maestro sangre.
-Tú…
-Ah, no pensé encontrarme con un rostro conocido.- sonrió de forma retorcida.- Nos volvemos a encontrar, general.
Alzó su mano y Iroh se enderezó, su cuerpo apenas tocaba el suelo.
-Cuántos recuerdos juntos. Y veo que has cambiado tus espadas.
-¡Déjalo!- gritó Xiao y el maestro sangre con otro movimiento de su mano hizo que el cuerpo de Xiao se inclinara hasta que su cabeza tocó el suelo.
-¿Quieres hacer los honores?
-Encantado.- Xiao intentó moverse, pero era difícil, era como tener nudos en todas sus extremidades. Ahora entendía porque Iroh siempre se mostró en contra de su control, podía ser algo abominable.
Escuchó el gatillo sobre su cabeza y con esfuerzo logró girar su cabeza para ver al pistolero apuntarle.
-Nos veremos en tu próxima vida. Donde volveré a cazarte con gusto.
Sin embargo, antes de poder apretar el gatillo, Karue voló sobre Kanryou y con sus garras le hizo un corte del otro lado del rostro, justo en su ojo sano y Mu se abalanzó tacleándolo. Al sentirse libre del control, Xiao reaccionó y usó su propia sangre control para desviar el brazo de Zidan a pocos centímetros de su cabeza. El disparo pasó muy cerca de ella.
Rápidamente con sus manos en la tierra, elevó una columna que le dio a Zidan con fuerza en el pecho y antes de darle oportunidad de moverse, ella fue quien paralizó a Kanryou, moviendo sus manos detrás de su espalda y creó unas esposas de hielo que paralizó sus manos para rematar también con una columna de roca que le dio de lleno haciéndolo chocar contra un muro.
Cuando los dos villanos volvieron a levantarse, ya no había rastro del equipo Avatar.
…
Xiao no podía evitar respirar agitada, los había sacado a todos lo más rápido posible adentrándose más en la montaña. Todos estaban adoloridos por la experiencia.
-Siento… Siento como si cada fibra de mi cuerpo hubiese estado a punto de romperse.- se quejó Enlai frotando sus brazos.
-Nunca había sentido algo así.- se quejó Amarillys casi deseando echarse a llorar. Iroh fue el único que se quedó callado y Xiao se acercó a él.
-Él te conocía. ¿De dónde lo conoces?- le preguntó desconfiada y él no alzó la vista, sus manos… temblaban.- ¿Iroh?
-¿Recuerdas que te conté que me enfrenté a un maestro sangre?- le preguntó calmando su temblor.- Fue él…
-El que mató a todos tus hombres.
-Te mentí en esa parte. Él no los mató.- alzó su cabeza para verla.- Yo los maté a todos.
…
La tormenta estaba empeorando y Zidan no quería arriesgarse a un deslave.
-¿Y bien? ¿Cómo los encontramos ahora?- preguntó al maestro sangre que parecía de lo más tranquilo.
-Eso es sencillo. ¿Conoces lo que es la geolocalización?
-Es lo que usan los maestros tierra para ubicar objetos u oponentes.
-Los maestros agua tenemos algo similar. Si hay lluvia podemos encontrar lugares donde el agua no toque, y en mi caso, puedo encontrar grandes cantidades de agua o sangre. Los encontraremos. Sólo preocúpate de jalar ese gatillo cuando llegue el momento.
…
Todos habían quedado fríos ante la confesión de Iroh, incluso Xiao que no sabía qué pensar. Iroh se tomó unos momentos antes de comenzar con su relato.
-Sucedió hace años. Kanryou había estado acechando a varias pequeñas ciudades y aterrorizado a sus ciudadanos con todo tipo de torturas usando su control. Es un hombre enfermo que debía ser detenido a cualquier costo. Por eso cuando me dieron la misión de atraparlo con mi escuadrón no dudé en ir a por él. El plan era perfecto, se le atacaría desde la distancia, restringiríamos sus movimientos y con ello lo arrestaríamos y llevaríamos a la justicia pero… nunca previmos el alcance de su poder.
Todavía podía recordar la escena.
Kanryou, estaba a la vista. Retiró la vista de los binoculares y revisó que tal como esperaba todos sus hombres estaban en posición. Cuando dio orden de disparar el rifle nada pasó, su tirador estaba paralizado por completo, y pronto lo estuvieron todos los demás, incluso él. Sus cuerpos se elevaron y fueron llevados frente al maestro sangre que los reconoció como el equipo de élite de la nación del fuego.
-El dolor era indescriptible, comenzó a torturarnos de distintas formas. Pero hubo un momento… fueron unos segundos que me sentí libre de su control gracias a que estaba ocupado con otro soldado. Lo ataqué sin dudar, pero todo fue una trampa.
El filo de su entonces larga espada estuvo a punto de tocar su cuello, tenía que detenerlo, terminar con ello antes de que el daño fuese irreparable. Pero Kanryou le detuvo y con una sonrisa sádica comenzó a usarlo como una marioneta y lo volvió contra sus soldados. El filo de su espada fue contra ellos a pesar de los gritos y súplicas, él mismo no pudo evitar llorar.
-Cuando todos cayeron, iba a terminar su pantomima conmigo, apareció mi abuelo.
El filo de su espada, bañada en la sangre de sus soldados como él, tocó su cuello, sintió el filo a punto de cortar su piel cuando una bola de fuego distrajo a Kanryou que tuvo que esquivarlo. Justo en ese momento, Zuko apareció y su espada cortó el rostro del villano que pronto fue sometido por el anciano dejándolo mal herido e incapaz de moverse hasta que los soldados lo apresaron.
Zuko se acercó a su nieto, pero Iroh tenía la mirada perdida y parecía más muerto que vivo. Lo abrazó ante el horror que había pasado pero aun así él no reaccionó.
Iroh que había mantenido los ojos cerrados los abrió viendo las expresiones de cada uno.
-Fue juzgado y encarcelado. Pero esa experiencia me dejó marcado contra los maestros sangre.
-Iroh… yo… lo siento mucho.- musitó Xiao sin poder imaginar el horror que vivió.
-No conté esto para que me vieras así, con lástima. Sino porque Kanryou es muy poderoso. Solos no podremos hacerle frente.
Xiao desvió la mirada y Enlai suspiró pasando sus manos por su cabeza.
-O sea que estamos jodi…- Mu le interrumpió, no queriendo que dijese lo obvio.
-¿No tiene una debilidad? ¿Un punto débil?- preguntó Amarillys.
-No, es un psicópata que no tiene piedad ante nada ni nadie. Lo único que nos queda es escapar, ya que si nos siente estaremos perdidos.
-¿Cómo que sentir?- preguntó Enlai.
-Puede sentir y ver formas de agua, eso incluye seres vivos. Es por eso que debemos irnos lo más rápido posible.
-Con esta tormenta es imposible.- se quejó Enlai. Xiao respiró profundo y pensó unos momentos mientras miraba la lluvia caer.
-Tal vez esa sea nuestra ventaja.- dijo Amarillys viendo al equipo que parecía confundido.- Tengo un plan… o algo así.
…
Kanryou no tardó demasiado en encontrarlos a pesar de la molesta lluvia. Guio a Zidan hasta una cueva la cual no podía verse su interior pero a los ojos del maestro sangre sus presas aguardaban quietas en el interior.
-La avatar está justo al frente de ti en el centro.
-Prefiero irme por lo seguro.- tomó una bala transparente con líquido dentro, parecía una versión modificada de las bombas.- He trabajado mucho en este bebé.
Alzó su rifle, intentó ver más allá de la oscuridad sin éxito, y entonces disparó. La bala dio en el blanco y entonces explotó, todo lo que había dentro fue destruido y la cueva se desplomó por completo. Zidan sonrió, una sonrisa amplia llena de satisfacción y orgullo de haber al fin cumplido su cometido.
-Supongo que esto significa que el trabajo ha terminado.- dijo Kanryou con una expresión un tanto seria, algo que hizo desconfiar a Zidan de inmediato y sus alarmas se encendieron cuando este sonrió de lado.- ¿Qué se siente ser el sujeto que eliminó al avatar?
Rápidamente apuntó con su arma pero sintió su brazo paralizarse.
-¿Qué crees que haces maldito demente?
-Sabes, ser conocido por eliminar al avatar y al general de la nación del fuego es un título muy codiciado. Y creo que ese quedaría mejor en mí.
El brazo de Zidan fue forzado a doblarse en su dirección, por lo que él no perdió tiempo y en un rápido movimiento de su otra mano, apenas y movió la funda de su arma…
¡BANG!
Fue un disparo limpio, la bala atravesó su brazo y fue libre momentáneamente del control de aquella rata traidora que no se esperó aquello.
Kanryou retrocedió ante las balas que le rozaron y una de ellas incluso lo lastimó de una pierna al rozarle. Zidan no iba a dejar que ese desgraciado se saliera con la suya.
Pero no sería por mucho tiempo.
De debajo de la tierra, dos largos brazos de roca sujetaron las manos y piernas de Kanryou y la tierra se abrió revelando al equipo Avatar sano y salvo. Enlai hizo lo propio con Zidan atrapándolo entre una apretada formación de roca.
-¿Cómo es posible? Ustedes deberían estar muertos.- habló Kanryou incapaz de creer lo que veía.
-No creas todos lo que ves, o mejor dicho, lo que crees que ves.- le dijo Xiao con una sonrisa.
Minutos antes Amarillys les sugirió hacer réplicas de ellos, por lo que Xiao usó el agua de lluvia para crear cuerpos de hielo repletos de agua lo más parecidos a ellos, después, entraron en un agujero bajo tierra y aguardaron. El plan les había salido perfecto.
-A veces el ingenio gana a la fuerza.- rio Amarillys y Iroh se acercó a Kanryou apretando el mango de su espada.
-Esta vez, me voy a asegurar de que no vuelvas a salir del agujero de donde saliste.
-Volveré a salir, tarde o temprano.- se burló de él. Sería tan fácil pasar su espada por su garganta, de la misma forma que él le obligó a hacer con sus hombres. Pero no… no iba a ir por ese camino.
-Contaré los días.
Le dio la espalda notando como Xiao lo observaba con una mezcla de sorpresa y alivio. Eso enfureció a Kanryou, el cual, había esperado una respuesta por parte del general y siguió sus amenazas.
-Voy a ir por lo que más quieres. Tu familia, tus amigos, todo el grupo. ¡Voy a disfrutar torturándolos y a ti te haré verlo todo! O mejor aún, haré que vuelvas a blandir tu espada contra ellos, cortándoles las gargantas, atravesándolos, o incluso golpeándolos con tus propias manos. ¿Te gustaría volver a hacerlo? ¡Llenar tus manos de la sangre de los que tú aprecias!- Iroh estuvo a punto de responder pero una bola de lodo dio en la cara de Kanryou. Iroh se sorprendió de ver que fue Enlai quien la arrojó y de inmediato se reivindicó.
-Esto, no significa nada. Nada más quería cerrarle a boca a este bastardo.- pero Iroh sonrió sabiendo que no era del todo así.
Nunca se había sentido tan humillado, no desde que el antiguo Señor del Fuego Zuko le derrotó y encerró en las celdas, donde era castigado como penitencia de todo lo que hizo. No podía volver allí, no podía fallar, y mucho menos podía dejar que la gente supiese que unos mocosos le habían visto la cara.
Xiao se acercó para dejarlo inconsciente.
-Esto termina ahora.- pero de repente se sintió paralizada nuevamente y no fue la única.
Las venas del rostro de Kanryou se alzaron ante su furia, apretando los dientes con fuerza desmedida y al mirar al grupo sus ojos sangraban.
-Ustedes… no saben con quién se metieron, mocosos.- escupió sus palabras entre sus dientes y sangre.
Obligó a Xiao liberarle y ya libre alzó su mano y todos se elevaron del suelo un par de metros, sintiendo cada articulación de sus cuerpos retorcerse.
-Voy a acabar con todos ustedes de forma lenta y dolorosa. Y recordaré con gran placer sus gritos de agonía.
El dolor en sus cuerpos era algo indescriptible. Retorciendo sus cuerpos en ángulos imposibles que muy pronto haría que sus huesos se destrozasen. Xiao apretó los dientes, intentando controlarse, intentando llamar ese algo que estaba dentro de ella. Sólo un poco más…
¡BANG!
La bala atravesó el hombro de Kanryou y Zidan sonrió con una expresión de "Púdrete" tras haber logrado liberar su brazo. Fueron un par de segundos que este perdió su concentración, segundos que Xiao rápidamente aprovechó entrando en estado Avatar. Una ola lo golpeó con dureza haciendo que terminara de liberar a sus amigos. Cayeron al suelo y apenas lo vio alzar sus manos fue ella quien lo paralizó y golpeó en los nervios. Siguió con su ataque una y otra y otra vez no dejándole oportunidad de contraatacar. Incluso cuando este logró acercarse a ella, Xiao no tuvo piedad y la sangre en la herida de su hombro sirvió para restringir su brazo al igual que un látigo de agua que salió de este. Al final, lo golpeó con un puño de roca justo en la cara y tirándole varios dientes.
Iba a darle el golpe final, cuando escuchó a alguien gritar detrás.
-¡Xiao! ¡Cuidado!
Esquivó un rayo que iba directo a ella, para su sorpresa vio a Iroh que fue quien la atacó, pero había sido él quien le gritó.
Se dio cuenta que Kanryou no había liberado a Iroh a pesar de todo.
Estaba furiosa, iba a acabar con ese bastardo. Pero Kanryou pareció adivinar su pensamiento porque hizo que Iroh comenzase a atacarla con distintos rayos, no sólo a ella, sino también a sus amigos haciendo que Enlai tomase a Amarillys y se ocultasen en un muro sólido de roca con Mu.
-¿Te gusta mi marioneta?- le preguntó en una risa demente y con los dientes rotos. Ella vio como Iroh apuntó hacia Zidan que seguía atrapado. El pistolero vio el rayo en los dedos del joven y cuando este disparó, Xiao había hecho efectiva su velocidad en aire control y se interpuso entre él y el rayo. Lo recibió como pudo, con trabajo, apuntó el rayo hacia el cielo haciendo que este se perdiese por completo. Su estado Avatar desapareció, este le ayudó a evitar cualquier daño, aunque se sentía algo aturdida, pero no estaba derrotada.
Kanryou se dio cuenta de ello y acercó a Iroh hacia él, dejándolo apenas unos centímetros frente a él.
-Lo está usando como escudo.- señaló Amarillys horrorizada.
La avatar se detuvo, no podía atacarlo directamente y mucho menos usar su sangre control sin pasar por Iroh o lastimarlo en el proceso. Karue intentó acercarse pero era repelida por el maestro sangre y los rayos alrededor, buscando refugio justo detrás de Xiao a la que le suplicó ayudarlo.
-¿Eso es todo lo que tienes? ¡Patético!- se burló el maestro haciendo que su marioneta soltase una serie de rayos alrededor del campo que les obligó a ponerse a resguardo.- Esa es tu maldita debilidad, te preocupas demasiado de otros en lugar de preocuparte de ti misma.
-Un monstruo como tú nunca entendería. Sea de quien sea la persona debe de ser valorada su vida.
-¿Incluso del bastardo detrás de ti?- preguntó señalando a Zidan.
-Con este tengo cuentas pendientes y lo entregaré a la justicia cuando pueda. Pero ese no es asunto tuyo.
-¡Eres hilarante! Eres una cobarde que no puede hacer nada.
-Te escudas detrás de un inocente ¿y yo soy la cobarde? No es cobarde valorar una vida.- dijo con orgullo ante aquella filosofía que su familia le había enseñado de pequeña y para sorpresa de Zidan.
Los relámpagos sonaron encima de sus cabezas. Parecía que alguno podía caer en cualquier momento, y eso era algo que Kanryou iba aprovechar.
-Entonces te arrebataré primero la vida antes de quitársela a las otras basuras.- obligó a Iroh a recibir uno de los relámpagos. El joven general sintió la fuerte descarga dentro de su cuerpo y lo obligó a apuntar a Xiao.- A diferencia de los presentes. Tu vida es la más valiosa y la que me traerá mayor recompensa.
El brazo de Iroh tembló, mirando a Xiao que esta vez estaba dudosa de cómo defenderse o proceder. Todavía recordaba el momento en que la atacó, pero también su valentía, su expresión curiosa, su amabilidad, su determinación y por supuesto su risa… sabía lo que tenía que hacer.
-Cierto… su vida es muy valiosa.- dijo con dificultad mientras apuntaba sus dedos a otra dirección, justo en su pecho, usando el dolor a su favor a pesar del agonizante control y dedicándole una última mirada a la pelirroja que tardó en adivinar sus intenciones.
-¡IROH!
-¿Qué crees que hace marioneta inú…?
El rayo le atravesó a él y a Kanryou dándole justo en su ojo de sangre. El maestro sangre cayó hacia atrás y su cuerpo rodó cuesta abajo. Antes de que a Iroh le pasase lo mismo, Xiao lo sujetó antes.
-No, no, no, ¡no! Iroh… despierta, vamos.- tenía una marca de quemadura en su pecho. Enlai y Amarillys fueron a donde Xiao que le abrió la camisa e intentó curar la cicatriz cuyas venas alrededor podían verse como ramificaciones.- Iroh, vamos…
-No puede ser…- Enlai quedó atónito ante la escena y Amarillys sólo uso echarse a llorar.
Karue se acercó al joven emitiendo un canto lastimero.
Xiao intentó en verdad curarlo, pero era inútil, y comenzó a sentir su cuerpo frío. Dejó de hacer la curación y cercó su oído a su pecho. Nada, no podía escuchar nada. Comenzó a usar lo básico de primeros auxilios que Yuki le enseñó y comenzó a presionar su pecho a ritmo.
-Uno, dos, tres, cuatro, cinco.- abrió su boca e hizo respiración boca a boca.- Uno, dos, tres, cuatro, cinco...- repitió el proceso pero parecía que no había pulso.
-¿Xiao?- escuchó su voz y lo vio frente a ella, sin embargo, no en su cuerpo físico.- ¿Qué ocurre? Me siento raro.- su voz sonaba lejana y su forma transparente.
Con manos temblorosas se detuvo al contemplar el espíritu de Iroh volverse más y más claro y negó con la cabeza dejando que las lágrimas nublasen su visión incapaz de enfrentar aquello y lanzando un grito lastimero.
-No… No puedo… lo siento… lo siento tanto.- no sabía qué hacer, Iroh estaba abandonando este mundo y no tenía idea de cómo evitarlo. Karue le picó con fuerza un dedo, el ave cantó molesta, exigiendo a la chica que no se detuviera y no le dejase ir.
Pronto, sintió a sus amigos a su lado y Enlai elevó un techo sobre sus cabezas.
-No te rindas ahora. Tú puedes.
Amarillys se acercó y acomodó mejor a Iroh.
-También estamos aquí.- a su lado, Mu también le apoyó.
Limpió las lágrimas y el agua de su rostro y siguió haciendo lo suyo.
-Uno, dos, tres, cuatro, cinco.- le dio respiración de nuevo.- Uno, dos, tres, cuatro cinco. Respira.- cuando se hubo separado notó que el espíritu parecía de nuevo volverse un poco más tenue.- Enlai, haz como yo. Necesito que mantengas presionando su pecho, no con demasiada fuerza. Amarillys, cuando llegue a cinco dale respiración de boca a boca.
-Y ahí va mi segundo beso.- Xiao se concentró, usando su técnica comenzó a ubicar el daño provocado por el rayo.- Lo tengo…- comenzó su tratamiento desde dentro, poco a poco, la quemadura en su pecho comenzó a cicatrizar y las venas comenzaron a desaparecer, y desde dentro comenzó a curar su corazón que seguía siendo bombeado por sus amigos.
En el proceso, sintió un latido.
-Sigan, está regresando.- Iroh incluso sintió que su cuerpo estaba comenzando a reaccionar y sintió otro latido. Terminó la curación.
-Xiao… chicos…- su espíritu desapareció y... aspiró con fuerza al tiempo que tosía y se dolía por completo. Abrió los ojos de forma lenta y un poco confundido.- ¿Pasó… algo?
Xiao soltó un gemido y le abrazó con fuerza.
-No vuelvas a hacer algo tan estúpido.- Karue incluso se puso sobre de él y le dio un picotazo como castigo.
-¡Auch!
Enlai y Amarillys suspiraron de alivio, Amarillys también le abrazó cuando Xiao se separó y Enlai quería golpearlo pero se abstuvo de ello.
-En serio… no vuelvas a hacerlo.- lloró Xiao.
-Lo siento…
-¿Me estás tomando el pelo?- preguntó Enlai al ver en dirección donde estaba Zidan, y al voltear todos vieron el porqué de su molestia
Zidan había escapado de nuevo.
…
Bajaron cuando la tormenta pasó y dio paso a un día claro. Xiao estaba muy al pendiente de Iroh.
-Te digo que estoy bien, ya descansé lo suficiente.
-¡Te diste con un rayo! ¿Te crees que estaré tranquila nada más porque tú lo dices? Apenas lleguemos a Ciudad República haré que un médico profesional te revise.- le regañó furiosa.
-En serio, estoy bien.
-¡Casi te mueres! ¡Vi tu espíritu así que no me vengas con eso!- le gritó casi fuera de sí.
-V-Vale…- prefirió no pelear. Enlai apoyó su brazo sobre su hombro.
-Viejo, lo que dije del rayo no era para que te lo tomara tan literal, ¿sabes?- dijo Enlai y Xiao le apuñaló con la mirada.
-¿Cómo que ya habían hablado de eso? ¡Responde ahora!- gruñó como un dragón furioso y sujetando con fuerza su camisa.
-¡No es lo que crees! ¡Te lo juro! ¡AYUDA!- suplicó Enlai al ver llamas en los ojos de la chica.
Amarillys rio al igual que Iroh que tras lo ocurrido estaba de vuelta en el equipo. No recordaba mucho de su experiencia cercana a la muerte pero había algo que sí recordaba.
-Hey, me pareció que habías dicho que yo fui tu segundo beso. ¿Quién fue el primero?
-Adora por supuesto.- sonrió llevando sus manos a sus mejillas sonrojadas.- Justo antes de que se fuera, fue tan romántico.
Enlai y Xiao ahogaron una exclamación al volverse a verla.
-¡No me la creo!
-¿Y apenas lo sabemos?
Comenzaron a hacer preguntas a Amarillys y en poco se detuvieron. No muy lejos, una carretera llevaba directo a la gran Ciudad República, una de las tres ciudades principales, que podía verse desde donde estaban.
-Wow…- Xiao se quedó sin palabras, de alguna manera se sintió un poco intimidada, pero al ver a sus amigos aguardando por su reacción, ella les sonrió y miró hacia adelante.- Vamos, todavía tenemos un camino que seguir.
El grupo se alejó, sin notar que Zidan les estuvo observando desde lo alto. Estaba herido, cansado y mojado. Bajó el resto de la montaña y grande fue su sorpresa cuando vio a sus hombres aguardando por él.
-¡SEÑOR!
-¡Está vivo!- lloró uno.
-Ya íbamos a buscarlo y matar a ese desgraciado lunático.
-Nos alegra que esté bien…- lloró uno y otro a su lado gritó tanto que la boca se le llenó de espuma y cayó al suelo. Todos parecían en serio preocupados por él, Zidan aclaró su garganta ocultando su leve sonrojo y caminó entre ellos con expresión controlada.
-Reporte.- exigió quitándose la capa que parecía más un alga mojada.
-Hemos divisado soldados del Loto Blanco en Ciudad República. Hana se ha recuperado y el contratista pregunta sobre la misión.
Alzó su mano exigiendo el teléfono. Uno de sus hombres se lo dio y marcó al número acordado.
-¿Diga?
-La próxima vez que me mandes a un ególatra bastardo lunático ¡será a ti a quien le pegue un tiro!- colgó y sorbió por la nariz sintiendo que estaba por enfermarse.- Descansen, Cuervos. Ya luego planearemos nuestro siguiente golpe después.
Necesitaba en serio un descanso y un baño caliente. Intentando olvidar lo sucedido junto con las palabras de la chica a la que deseaba eliminar.
No es cobarde valorar una vida.
Aquellas palabras lo hicieron sentir algo muy adentro de sí mismo y que prefería ignorar.
….
Y… ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO! Gracias a todos por leer. Dejen review, nada de tomatazos, aceptamos bebidas de temporada y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!
