CAPITULO 12

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—Sé quién lo hizo.

—¿Quién lo hizo? —Quiso saber Klaus, su voz alzándose con fuerza. Zach, asustado, le pidió que se callara. Dio gracias al cielo porque al parecer el profesor no estaba cerca.

—Vengan. —Les indicó que lo acompañaran a un área menos transitada, entonces pudo hablar en voz baja—. Michelle dijo que logró ver a un tipo alto de piel clara y cabello negro con un tatuaje en el cuello. El tipo se llama Barton, no sé mucho sobre él pero sé que se acostó con Narcisse un par de veces.

—Espera, espera... —Dominik fijó sus ojos claros en Zachary, totalmente incrédulo—, ¿estás insinuando que Narcisse pudo tener algo que ver con el ataque a Michelle?

Reticente, Zach asintió, confirmando las palabras del pelinegro.

—Pero ¿por qué? —preguntó Klaus, incrédulo.

—Creo saber la razón. —Dominik miró a Zachary—. Narcisse no se detendrá hasta cumplir su fin. Esto ya es demasiado, Zachary. Si no lo detenemos, podría... hacerle un daño mayor a Michelle, o incluso a ti.

—A mí no me importa lo que pueda hacerme... —Abatido, Zach se recostó contra la pared—. Pero lo que le haga a Michelle. —Negó—. No se lo perdonaré.

—¿Cómo lo detenemos? —Quiso saber Klaus.

—No sabría decirles. —Dominik se recostó al lado de Zachary—. No conozco lo suficiente a Narcisse, y tampoco podemos inculparlo, Michelle no le vio allí.

—Narcisse usará todos los contactos disponibles que tiene para hacerle daño a Michelle, y con contactos me refiero a la larga fila de amantes que han pasado entre sus piernas.

Dominik intentó pensar. ¿Cómo podrían proteger a Michelle? Ya Narcisse ha recurrido a hacerle daño fuera de la escuela, y pedir ayudar a Claude estaba demás.

—¿Y si informamos a los padres? A los de Narcisse y a los de Michelle —sugirió.

—Cambiarán a Michelle de escuela. —Era la acción más lógica de un padre.

—¿Quieres que Michelle esté a salvo? —le preguntó Klaus, el rubio asintió—. La amenaza de Narcisse es clara.

—Que Michelle se cambie de escuela... —Dominik caviló la idea—. Pero ¿crees que Narcisse le deje en paz? —No parecía muy seguro—. Tampoco podemos combatir la violencia con más violencia... —Dominik respiró hondo—. Podemos ir pensando, pero por ahora tenemos que proteger a Michelle. Tampoco sabemos si Narcisse solo quería herirlo... o hacerle algo peor.

—Hará algo peor. —Les aseguró Zach—. Les diremos a sus padres lo que sabemos. Pueden ponerle un transporte a Michelle, y en el colegio debe estar siempre acompañado.

—Los gemelos parecen estar siempre a su lado —recordó el alemán.

—Pero no es suficiente...

—Michelle nunca está solo en la escuela, lo sabemos —intervino Dominik—. No te preocupes, entre todos le protegeremos.

—Lo haremos —prometió Zachary.

Tomada su decisión, el grupo habló con los padres del muchacho y con el profesor presente, hablaron sobre sus temores, incluso llegó a colación el quid del asunto de porque Boucher estaba tan ensañado con Michelle y qué relación tenía Zachary con todo esto. Para decepción de los jóvenes, tuvieron que irse a casa. Tan sólo esperaban que todo lo que dijeron sirviera de algo.

Para sorpresa de todos, Michelle apareció cuatro días después del ataque en la escuela, más recuperado. Solo leves moretones se veían en sus brazos, y no estaba tan pálido como Zachary le vio en el hospital. Quien no había aparecido era Narcisse, en ningún momento desde el día que Michelle sufrió el ataque se había visto por el colegio.

En el comedor, estaba contándole a Dominik –quien se había acercado a saludarle en el pasillo– que sus padres le asignaron un transporte durante un tiempo. Los gemelos no se separaban para nada de Wolfhart, ni siquiera Léa que normalmente era bastante inquieta y no perdía la oportunidad de seguir a algún chico para pedirle ser su novio. Incluso Zachary se unía a ellos en cuanto podía.

Zach estaba preocupado por no saber nada de Yu, era peor no tenerlo a la vista. Vagamente pensó que si hubiera mantenido su trato desde un principio nada de esto estaría pasando.

A Michelle no le preocupaba tanto, solo le parecía muy curioso que Narcisse hubiera faltado. Los días anteriores, y otros dos días siguientes. La vez que apareció, por primera vez en casi una semana, se veía pálido, con ojeras que se le notaban bajo sus ojos y un humor insoportable que provocaba que todos huyeran de él, hasta los amantes que solía tener cerca. Para entonces Michelle estaba totalmente recuperado, aunque eso no evitara que tuviera curiosidad por el estado de Narcisse. Nunca, nunca había visto a Yu en ese estado.

—Me preocupa Yu. —Le dijo Zach una tarde a Michelle. A pesar de tener el transporte, el rubio insistía en acompañarlo de todas maneras, se quedaba un par de horas en su casa y luego volvía a la suya—. Nunca lo vi así de mal. Parece enfermo.

—Quizás deberías... acercarte y hablar con él, Zach. —Le sirvió un pedazo de pastel de chocolate que hizo el día anterior, sirviéndose otro para él—. Después de todo, fueron... son... bueno, amigos. No creo que esté fingiendo como dijo Dominik durante el almuerzo en la escuela. Se ve bastante real.

—Se veía bastante mal. ¿Cierto? —Suspiró agradeciendo el dulce—. No es nada que yo haya visto antes, te puedo asegurar que no esta fingiéndolo. Lo he visto fingir, esto es diferente.

—Más razón aún para que te acerques. Es... puede que sea algo grave. —No le gustaba alarmar a Zachary, después de todo respetaba que existiera algún cariño o preocupación hacia Narcisse por la amistad que tuvo en el pasado, pero era mejor que estuviera preparado para cualquier cosa. Como Zachary, no tenía idea de qué era lo que ocurría con Yu.

Asintió pensativo. —Mañana. Mañana hablaré con él.. —Comió la mitad del pastel oscuro antes de volver a hablar—. ¿Y tú? ¿Realmente estás bien?

—Claro. —Michelle le sonrió—. No hay problema. No puedo prohibirte que hables con él a pesar de las cosas que hizo.

Hipnotizado por esa hermosa sonrisa, Zach se inclinó sobre la mesa dejando un beso en la cálida mejilla. Michelle pareció sorprendido por un breve minuto, enseguida las mejillas se le colorearon.

—¿Y... eso?

—Es que eres muy lindo. No pude resistirme.

Michelle carraspeó, devolviendo su atención al pastel.

—¿Quieres... algo de beber? —intentó distraerlos.

—Un poco de lecha estaría genial con la torta. —Descansó la cabeza sobre su mano mientras veía a Michelle buscar la leche, se moría por besarlo de nuevo, tenerlo entre sus brazos como ese fin de semana que pasaron juntos.

Michelle se movió con bastante fluidez por la cocina, buscó dos vasos y luego fue a por la leche, sirviendo generosas porciones para Zachary y para él. Claro que notó la expresión de Zach después.

—¿Qué? —Dejó la leche a un lado—. ¿Por qué me ves de esa forma?

El rubio se ruborizó al verse descubierto. —Lo siento. Es que... estaba pensando en el fin de semana que pasamos juntos. Fue tan maravilloso. —Sus ojos se desviaron a los labios de Michelle—. También pensé que me gustaría volver a besarte.

—Oh. —La verdad no esperaba nada de eso. Michelle no supo qué contestar, sin embargo... —También... algunas veces pienso en esos días. —Tomó su cubierto de nuevo, troceando un pedazo del pastel—. He estado pensando y... tal vez... bueno, viendo cómo te has comportado y todo... —Michelle por un instante dudó en continuar—. Tal vez... podamos intentar algo más —terminó, sin atreverse a mirar a Zachary.

—¿De verdad? —preguntó con más entusiasmo del que debería—. Prometo ser muy cuidadoso, de verdad, y haré que te sientas bien, realmente bien. —Le prometió—. Te haré tocar las estrellas.

Michelle alzó la mirada, entrecerrándola después.

—No hablaba de sexo realmente. Eres un pervertido. —Frunció un poco el ceño—. Mis padres me hablaron de un supuesto novio hace unos días, y yo no tengo novio. Anduviste diciendo que lo eras, ¿no es así?

La sonrisa se le borró del rostro y fue sustituida por una expresión de mortificada vergüenza. —Tuve que decirlo. No me querían dejar entrar al cubículo y estaba desesperado por verte.

Negando, Michelle suspiró.

—El caso es... que pensaba hacerlo real —dijo, sin dirigirle la mirada al tiempo que un sonrojo se establecía en su rostro.

Tomando la mano de Michelle, Zach entrelazó sus dedos. —¿Si te lo pregunto, me dirías que sí?

—Sí —respondió, aceptando su mano. Entonces se mostró ceñudo—. Pero si empiezas a actuar como idiota, te mandaré a volar de una patada.

—Perfectamente entendible. —Sonrió, acercándose poco a poco hasta que sus labios casi se tocaron—. Michelle Wolfhart ¿Quieres ser mi novio?

Michelle se adelantó lo suficiente para darle un pequeño beso antes de responder.

—Sí... Sí quiero.

Sonriendo como un completo tonto, Zach se inclinó para continuar el beso. Cuando se separaron, las mejillas de los dos estaban ligeramente coloradas, pegaron sus frentes en un momento sumamente íntimo. —Justo ahora podría morir de felicidad.

Al día siguiente, Narcisse no llegó a la primera clase, sino a la segunda. Michelle consideró que se veía un poco peor al día anterior. Por un momento pensó que quizás Yu estaría consumiendo drogas, pero... ¿las consecuencias se notarían tan rápido? Yu incluso parecía que poco le importaba cuidar su apariencia física. El chico ni siquiera miraba en su dirección. Esperaba que Zachary lograra algo, ya que no deseaba maldad alguna a Yu a pesar del sufrimiento que le provocó.

En el comedor, Narcisse ocupó una mesa para él solo, mientras Michelle junto a los gemelos estaban en otra un poco más lejos.

Como cada almuerzo, Zach se encontró con Michelle y los gemelos, esta vez feliz de poder saludar a su novio con un beso. Léa chilló en su lugar cuando los vio, pasó un buen rato antes de que su voz volviera a un tono que no hiciera sangrar sus oídos.

Cuando Mich le señaló a Zachary que Yu estaba a unas mesas de distancia, se horrorizó al notar lo mal que se veía Narcisse. El rubio le dio un beso en la sien antes de ir con Yu. Sin pedir permiso, tomó la silla al lado de la de Yu para sentarse. Estando tan cerca vio que estaba usando suéter; algo debía estar realmente mal, Yu nunca usaba suéter, decía que no delineaban su figura.

—Hola.

—¿Qué estás haciendo aquí? —Fue lo primero que preguntó, ceñudo, encogiendo los brazos. No había probado bocado de su comida, aunque su bebida iba más allá de la mitad.

—Estoy preocupado por ti —respondió sinceramente, para él no pasó desapercibido que intentaba esconder algo—. No te ves muy bien.

—Estoy bien. —Desvió la mirada—. Lárgate con tus 'amiguitos'. No necesito tu falsa lástima.

—No es falsa y lo sabes. Siempre me he preocupado por ti. —Descansando la espalda en el respaldar de la silla, pudo notar algunas manchas. En ese ángulo pudo apreciar unas manchas —en rojo, marrón y algunas moradas— que subían por su cuello. Eso en verdad lo alarmó, no se veían como marcas de chupetones y dudaba mucho que Yu estuviera metido en juegos de BDSM.

—Si en verdad lo hicieras, no me hubieras abandonado —acusó, fulminándole con la mirada.

Zachary desvió la mirada de su cuello para fijarla en sus ojos. —Te dije que seguía siendo tu amigo, no importan las circunstancias. Querer manipularme con amenazas contra Michelle es otra cosa completamente distinta. Ahora dime. ¿Qué pasa contigo? —Arqueó una ceja—. No me mientas.

Narcisse le miró fijamente por largos minutos. Le evaluaba, le observaba, analizaba cada parte de él, como si estuviera buscando una mentira, un engaño, una traición, cualquier cosa que le permitiera mandarlo a la mierda. Sin embargo, y para su desconcierto... no encontró nada.

Yu tuvo que apartar la vista, tragando en seco. Sus manos se movieron, aún ocultar por el suéter, como si le costara hablar.

—Es... —Su voz salió un poco forzada— sida.

Impactado, Zach miró a su amigo con nuevos ojos. Se inclinó hacia adelante, apoyando los brazos en la mesa, hablado bajo para que otros no lo escucharan.

—Desde.. —carraspeó al notar que las palabras se ahogaban en su garganta— ¿Desde cuándo?

—No lo sé. —Narcisse jugueteó con los hielos en su bebida ayudado del popote—. Empecé a... sentirme mal hace días. El doctor al que fui dijo que está avanzado.

Asintió. —Las manchas en tu cuello lo delatan. ¿Tienes alguna idea de quién...?

—Sospecho de algunos —dijo luego de unos minutos—. Pero no estoy seguro.

—Yo sospecho de Barton —dijo a propósito, aún sabiendo que fue culpa de Yu el que golpearan a Michelle, quería saber si él decía algo al respecto—. No parece alguien que se cuide mucho.

—No he estado con él desde hace un tiempo. —Negó—. Ni siquiera sé si es de alguien reciente o no. —Bufó, comenzando a irritarse—. ¡Eso ya no importa! Estoy muriéndome, y solo te importa saber con quién he estado. ¿Estás celoso? —espetó, volteando a verlo—. Tal vez si no te hubieras ido con el comemocos seguiríamos cogiendo. Quien sabe si lo tengas debido a él y me lo pegaste a mí —acusó.

Un desagradable escalofrío le recorrió la espalda a Zachary. Esa pregunta se la hizo en el momento en el que Narcisse le dijo que tenía SIDA, aunque él parecía no tener ninguno de los síntomas pero fácilmente podía ser un portador y él no lo sabría. Lo peor de todo es que Michelle podría estar infectado.

Le frunció el ceño a Yu, se cruzó de brazos volviendo a recostarse en la silla. —No me eches la culpa por tu promiscuidad, sólo estoy tratando de ayudarte.

—Pues como podrás ver, no necesito tu... —Yu, quien se levantó de golpe, tuvo que volver a sentarse en cuanto un mareo le atacó. Gruñó por lo bajo, odiando como todo el comedor parecía darle vueltas.

Zach lo ayudó a sentarse en cuanto le vio flaquear. —Hey, tranquilo. Tómalo con calma. —Le aconsejó—. ¿Quieres que te lleve a la enfermería?

Yu estuvo dispuesto a negarse, sin embargo aún la cabeza le daba vueltas, por lo que asintió.

—De todo, odio los mareos.

Pasándose un brazo del menor por los hombros, lo ayudó a caminar. —¿Qué ganas viniendo al colegio en este estado?

—No tengo nada que hacer en mi casa. —Fue lo único que contestó.

Del otro lado, Michelle volteó a mirar hacia Yu y Zachary, notando que éste último ayudaba a Narcisse a salir del comedor. En vez de molestarse, solo le preocupó aún más el estado de Yu.

—En verdad no se ve bien —comentó.

—¿Está bien que Zachary se vaya con él? —preguntó Alphonse a Michelle.

—Se ve realmente enfermo —dijo Léa mirando irse a los otros dos.

—No hay problema. Creo que Yu necesita a Zachary más ahora que yo —contestó Michelle, enfocándose en su almuerzo.

—Lo llamaste Yu. —Señaló Léa con su tenedor.

—Sí... Bueno, Zachary a veces le llama así. —Michelle se vio un poco avergonzado pero no le hizo mucho caso.

—Aw. Son tan lindos —exclamó con una sonrisita traviesa.

A Michelle le llegó un mensaje de Zachary.

"Estoy en la enfermería con Yu :( Es grave. Tenemos que hablar"

Michelle le respondió de vuelta: "De acuerdo. No te preocupes. Nos vemos al final de las clases :s ".

Se dirigió entonces a los gemelos.

—Zach se quedará con Narcisse, al parecer es algo grave.

Los gemelos se miraron entre ellos teniendo el mismo pensamiento preocupado.

En la enfermería, Zach ayudó a su amigo a recostarse en la camilla mientras la encargada le buscaba algo para los mareos.

—Ya puedes irte. —Le respondió Yu, cerrando los ojos por un momento.

—¿Por qué el empeño en alejarme? ¿No eras tú el que se quejaba de que no quería ser abandonado?

—Tú me abandonaste, no te quiero devuelta —dijo Yu con absoluta dignidad, alzando un brazo para cubrirse los ojos—. Ve y regrésate con tu nuevo amante.

—Novio —corrigió al sentarse a su lado—. Dices eso porque estás enojado pero yo sé que no es lo que de verdad quieres.

—¿Y qué, según tú, es lo que quiero? —Molesto, fijó su atención en Zachary.

—Alguien que te acompañe...

Yu no dijo nada, más porque llegó la enfermera que por no tener algo que decir. Le dieron algo para los mareos, e indicaron que esperará un rato hasta que empezara a hacer efecto. Yu no se resistió, y solo cuando le dejaron solo con Zachary volvió a hablar.

—Te extraño.

—Yo también. —Le tomó de la mano notando las uñas manchadas y agrietadas—. Pero a ese niño bonito que conocí por primera vez hace dos años... Que pensaba en el placer de su pareja antes que el suyo propio.

Los ojos de Yu comenzaron a aguarse, la dureza en la que se había refugiado derrumbándose poco a poco.

—Tengo miedo, Zach —susurró—. No quiero morir.

—Estaré a tu lado. No pasarás por esto tú solo. —Se inclinó dejando un beso sobre su pelo.

El llanto de Narcisse se intensificó un poco, acercando a Zach para que le abrazara. Un rato después se marchó, prefiriendo ir a descansar en su casa a permanecer ahí en el colegio. Michelle supuso eso cuando Narcisse no volvió para las últimas clases del día. Al terminar, marcho hacia la salida, esperando a Zachary como le prometió.

El rubio llegó con una cara abatida. Para preocupación de Michelle, no intentó besarlo apenas lo vio. —Tenemos que ir a un laboratorio.

—¿Un... laboratorio? —Michelle sonó confundido—. ¿Por qué?

Suspiró. —Narcisse tiene SIDA y... hay la posibilidad de que yo sea un portador.

Michelle sintió como si le hubieran echado un balde de agua fría. Tuvo que sostenerse de Zachary al trastabillar un poco por la debilidad que azotó sus piernas.

—¿Si...sida? —susurró, afectado—. Eso... —El espanto estaba dibujado en el rostro del castaño—. Tú... ¿Crees que tu...?

—Es posible —murmuró en voz baja—. Hace semanas que no tengo sexo con Yu pero podría ser algo de antes dado que él esta en una etapa avanzada.

Michelle suspiró largamente.

—Es... ¿está en etapa avanzada? Pero... a mí me hicieron algunos exámenes en el hospital recientemente, y no me informaron nada sobre sida. —Michelle alzó la mirada—. Tal vez tú tampoco tengas pero...

—Tal vez, pero quiero estar seguro. Podría tener SIDA y no sufrir los síntomas, sería sólo un portador. —Tomó la mano de Michelle—. ¿Te harías el examen conmigo? Sólo por si acaso.

—Claro. —Asintió Michelle, su mano entrelazando los dedos con los del rubio—. Tú solo dime cuando —Calló solo un momento—. ¿Cómo está Yu? Es decir..., ¿está... tranquilo o...?

—Tiene miedo —admitió—. No lo culpo, nadir quiere morir de esa manera. —Se pasó la otra mano por la cara—. No sé que hacer con él. En este punto no puedo hacer nada por él y prometí estar a su lado pero soy un manojo de nervios. ¿Eso en qué lo ayuda?

—Creo que deberías permanecer con él, Zach. —Michelle le instó a caminar fuera del campus, a un lugar donde podrían esperar al transporte del castaño sentados—. Te necesita más ahora, incluso más que yo. Aun no puedo creer que le esté pasando esto. —Pateó una piedra lejos de él—. Puede que él me hizo daño, pero no le desearía algo así. ¿En verdad no hay nada que pueda hacerse? Algún tratamiento, cualquier cosa.

—Hay tratamientos... —recordó vagamente—. Pero su estado es muy avanzado. Ya tiene manchas en la piel. Con tratamiento podría sobrevivir unas cuantas semanas pero no más de eso. —Se sentaron en un banco con sombra, en la que soplaba una agradable brisa.

Michelle se inclinó a un lado para descansar su cabeza en el hombro de Zachary.

—En verdad lamento mucho que esto esté pasándole a Yu.

—Lamentablemente no puedo decir que no es algo que no me esperaba. —Hizo una mueca, acarició el cabello de su novio, descubrió recientemente que le relajaba mucho—. Las últimas veces se descuidó mucho y no tenía reparos en hacerlo con cualquiera.

—Vamos a hacer algo por él —dijo Michelle—. No sabemos cuando Narcisse podría..., ya sabes... —No se atrevía a decir las palabras en voz alta—, así que podemos hacer que tenga días contentos, que logre ser feliz y que sepa no está solo. ¿Qué dices?

—¿Qué tienes en mente? —Sonrió, apresándolo entre sus brazos para un abrazo.

—Llevarlo a sitios que le gusten, sitios a los que solían ir ustedes dos cuando él era diferente. —Un brazo de Michelle rodeó a Zach en respuesta—. Estar con él... Pronto vendrán las vacaciones de verano, habrán un sinfín de oportunidades para que se sienta querido.

—Suena bien pero no quiero apartarme tanto tiempo de ti. Se supone que eres mi novio.

—Está bien, Zach. Siempre puedes ir a mi casa los fines de semana cuando estés libre. —Vio a lo lejos que estaba llegando el transporte, por lo que se puso en pie—. Pero es Narcisse quien te necesita ahora. Vamos... Me acompañarás a casa hoy, ¿no?

—Por supuesto. —Sonrió encantado—. ¿Te he dicho que te amo?