CAPÍTULO 7: Un anuncio inclemente

Un día Oshawott estaba patrullando en la Villa del Puerto a por nuevos misterios y casos por resolver. Todo parecía muy tranquilo a simple vista, pero de la nada aparece un Pokémon para saludarlo:

—Hola, Oshawott.

La pequeña nutria se dio vuelta para ver quién era: se trataba Dewott, su maestro de entrenamiento.

—Oh, hola, maestro Dewott.

Él notó que su estudiante no estaba con mucho ánimo ese día.

—¿Sucede algo?

—Oh, no es nada. Solo estoy triste porque no puedo volver ver a mi amor de mi vida.

—¿Tú amor de tu vida? ¿Quién es?

—Emm… ya que… si guardas el secreto te lo digo.

—Entendido.

—Estoy enamorado de la princesa Snivy.

—¿De la princesa Snivy, tú dices?

—Sí. Todo empezó cuando hicimos una piyamada en nuestras casas, ahí me di cuenta por mi amor por ella. Hasta le di flores con la esperanza de contar mis sentimientos por ella.

—¿Y ella que dijo?

—Ella también sentía lo mismo que yo.

—¿Qué pasó después?

—La Gran Serperior nos vio besándonos sin darnos cuenta que ella estaba ahí. Y nos dio la orden de no volver a juntarse, y de que yo no entrara a la Zona Flora.

—Auch, eso debió doler mucho.

—Sí, demasiado. Oh, todavía extraño mucho a mi amada Snivy.

—No te preocupes, talvez pronto se solucionará tiempo después.

—Ojalá —dando un suspiro.

—Sabes una cosa, dudo que ustedes vayan a estar juntos mucho tiempo, digo, ¿un Pokémon común y corriente con una princesa? Se me hace difícil que alguien apruebe ese tipo de relaciones.

—¿Enserio?

—Sí, ¿qué pasaría si tú dejas la Zona Costera para estar con ella? Samurott me contó que cuando él no esté con nosotros tú tendrás que reemplazarlo en su puesto de Jefe de la Zona Costera. ¿Quién estaría a cargo de esa importante labor? Debe ser un… no sé, alguien capaz y disciplinado para tener un enorme peso en sus hombros; que sepa batallar bien, un buen profesor que educa a sus alumnos. Podría ser cualquiera, incluso yo. Aunque no sea tan poderoso, puedo tener algunos dotes de líder ¿Qué me dices, Oshawott? ¿Yo podría ser un buen Jefe de la Zona Costera?

Esas palabras resonaron en la cabeza del Pokémon nutria; era verdad, Samurott le dio el cargo de Jefe de la Zona Costera cuando él no estuviera, era todo un honor para él en el futuro, ¿pero qué haría si tuviera que abandonar la zona solo para estar con su novia Snivy? Era muy complicado. Por un lado estaba quedarse y tomar el cargo después de Samurott, él era como un padre todo este tiempo que lo cuidó, pero por el otro estaba quedarse con Snivy y no ser el Jefe de la Zona Costera. Tenía que buscar un reemplazo, pero él no sabía quién sería el indicado para ese cargo, no tenía candidatos que conociese que puedan ejercer dicha labor, ni mucho menos los tenía al lado de él en ese mismo momento. ¿Qué podía hacer?

Después apareció un Pokémon que chocó con ellos.

—Oh, lo siento mucho —mientras seguía con su camino.

Oshawott y Dewott vieron quien era, era un Pokémon que nunca habían visto por ahí. Era como una especie de rana con piernas y brazos largos y un nenúfar en su cabeza. ¿Quién era ese Pokémon? No tenían ni la más mínima idea. Después vieron hacia donde iba ese Pokémon. No se habían dado cuenta que había varios Pokémon desconocidos en el sector. Algunos conversando en grupo con otros, ¿Quiénes eran? ¿Y de qué hablaban? Oshawott decidió a investigar. Se acercó a dos de ellos. Uno era como una flor con sombrero amarillo y cabello rojo, su cuerpo era parecido a un cáliz de una flor y con bracitos. Su cara parecía estar no tan descubierta por los adornos. El otro Pokémon era una planta con un cabello rizado de algodón, parecía tener un pañuelo amarillo. La nutria quiso iniciar una conversación con ellos.

—Disculpa, señoritas —dijo el pequeño tipo agua.

—Oh, hola y buenos días, compañero. Para su información, yo soy un chico.

Oshawott se quedó sorprendido, pensaba que era hembra por cómo se veía, recordó esa vez que Oshawott confundió a Snivy con un chico. Qué momento más incómodo había vivido.

—Oh, disculpe. No me di cuenta. Je, je.

—Da igual. ¿Querías conversar con nosotros?

—Sí, ¿ustedes quiénes son?

—Yo me llamó Gossifleur, príncipe de la Zona Pradera y esta señora que está a mi lado se llama Eldegoss, mi abuela.

—Mucho gusto, joven —saludó la anciana—. ¿Usted está bien, amor?

—¿Por qué pregunta eso, señorita?

—Bueno, me di cuenta que tú confundiste a mi nieto con una chica. ¿No se ha caído de cabeza o no ha tomado su té por las mañanas?

—Eh… yo no tomo té.

—¿Enserio? Lo veo un poco despistado hoy.

—No, no. Yo realmente estoy bien, damisela.

—Espero que sí.

—Bueno, espera un momento. ¿Escuché bien? ¿Tú eres un príncipe? —le preguntó a Gossifleur.

—Así es. Soy de la Zona Pradera de un PokéPark muy lejano. Vine con mi abuela para esta ocasión especial y única.

—¿Y por qué ustedes vinieron aquí? ¿Están de visita?

—No, no, compañero. Nosotros vinimos aquí porque hubo un aviso en donde nos reuniríamos en la Zona Flora de este PokéPark.

—¿Y que decía ese anuncio?

—Decía que la Zona Flora necesitaba un candidato para ser la pareja de la princesa Snivy.

—¡¿QUÉ QUÉEEEEEEE?!

Oshawott estaba en shock; no solo eso, adentro de la Zona Flora, Snivy también quedó choqueada de la misma forma cuando su madre le dijo sobre el anuncio.

—¡¿Qué acabas de hacer qué, mamá?!

—Te lo acabo de decir, hija. Yo mandé un anuncio a otros PokéParks para buscar una pareja especialmente ideal para ti.

—¡¿Y tú lo hiciste sin avisarme?!

—Sí, lo siento. Pensé que te iba a gustar la sorpresa.

—Pero, mamá, ¡¿por qué hiciste esto?!

—Querida, te veía triste y sola en estos días, y que necesitabas a alguien que te acompañe. No tuve otra mejor idea que hacer un llamado a otros Pokémon de la realeza de otros PokéParks para que tú elijas a tu próximo amado.

Snivy quería decirle un montón de cosas a su madre, pero ella solo dijo:

—Mamá, Oshawott es mi amado. Él no va a ser reemplazado por un príncipe que no me importa de dónde provino, ¿escuchaste?

—Sí, escuché todo lo que dijiste. Me gustaría decirte la verdad: Oshawott no es el Pokémon indicado para ti.

—¡¿Por qué piensas eso, mamá?!

—Son temas realmente delicados para decírtelo ahora. Ya no hay marcha atrás, me avisaron que las familias reales ya están en la Villa del Puerto esperándonos. Tú debes estar presentable y comportarte muy bien con los invitados.

—¡Mamá, no quiero hacer eso! ¡Oshawott es el único Pokémon que realmente amo!

—Hija, lo hago por tu propio bien. Si te comportas como no es debido, tendré que castigarte por un mes otra vez, pero esta vez de verdad y sin excepciones. ¿Escuchaste?

La princesa estaba muy en desacuerdo con la medida que tomó su madre, Snivy solo amaba a su querido Oshawott y no lo reemplazaría por otros Pokémon que venían de la realeza. Después de escuchar la amenaza de la reina, debió estar de acuerdo, por más que odiaba la idea. Snivy no quería estar privada otra vez de jugar con su amiga Deerling. Aquella semana que fue castigada fue la semana más aburrida que había vivido en toda su vida. Era solo estar todo el tiempo en su casa sin hacer nada. No quería vivir ese tormento de la aburrición de nuevo, pero por un mes entero. La serpiente hierba no aguantaría estar encerrada por un mes. Ya lo había sufrido por una semana, y no quería vivir eso de nuevo. Había que hacerle caso a su madre por esta vez si no quería recibir un castigo eterno, en sus propias palabras.

—Sí, mamá… —dijo derrotada y deprimida.

—Muy bien, querida. Vamos a hacer los preparativos para las reuniones reales.

Snivy, sin muchas ganas, siguió a Serperior para ver que podían hacer en ese momento. Tenían que prepararse bien para reunirse con otras familias reales que venían de otros PokéParks muy lejanos que escucharon el anuncio.

Mientras tanto, en la Villa del Puerto, Oshawott todavía estaba en shock por el anunció que dio Gossifleur.

—¡¿Estás hablando enserio?!

—Sí, el anuncio por parte de la reina Serperior fue hace una semana atrás. Dijo que necesitaba candidatos para que un príncipe se gane el corazón de la princesa Snivy.

—Vinimos lo más rápido que pudimos —dijo la abuela Eldegoss—, fue muy largo, pero creo que valdrá la pena. Por fin mi nietecito podrá conseguir a una chica linda para él, y para que tengamos más territ¬¬… digo, más familiares que conocer y hacerse buenos amigos con nosotros.

—Sí —dijo el Pokémon adornofloral—, pero parece que no somos los únicos que recibieron el anuncio. Puedo ver otros Pokémon de otras familias reales que nunca había visto aquí. Es una interesante congregación.

Oshawott vio a su alrededor. Era cierto. Había como siete familias reales rondando en la Villa del Puerto, incluyendo a Gossifleur y su abuela. Todos venían de lugares distintos y lejanos. La nutria sentía que algunos eran muy poderosos e imponentes, mucho más que él mismo. Se sintió deprimido. En eso aparece un Pokémon que chocó con Oshawott, uno diferente al que le ocurrió hace minutos atrás.

—Oh, disculpe, joven. No te vi en mi camino.

La nutria vio al Pokémon, era como una especie de pájaro de colores verdes con dos coletas rojas que venían de su cabeza, tenía alas blancas y sus patas tenían un solo dedo, también tenía varios símbolos en su cuerpo. A Oshawott le pareció muy exótico ese Pokémon. Le hizo una pregunta:

—Oye… ¿Tú quién eres?

—Oh, disculpe por no haberme presentado. Soy Xatu, vengo de otro PokéPark para venir hasta aquí.

—¿Tú eres un Pokémon de la realeza que busca ganar el corazón de Snivy?

—No, joven. Soy el casamentero. La reina Serperior me dijo que necesitaba a alguien que supiera sobre hacer parejas perfectas con su hija. También soy el encargado de dirigir un matrimonio. Vine aquí lo antes posible. Me alegra que no he llegado tarde, esta vez.

Oshawott estaba ahora más triste todavía. La nutria se dio cuenta que la Gran Serperior necesitaba a un novio para su hija, y no era él. Parece que Snivy tenía que olvidar de Oshawott y buscar otro amor para toda su vida.

—Hmm…

Oshawott estaba mirando al suelo, pero se percató que Xatu estaba observándolo fijamente.

—Eh… ¿Pasa algo malo, Xatu?

—Hmm… no, es nada. A veces confundo a otros Pokémon con los que he conocido. Por estar viejo ya se me confunden y olvidan las cosas.

—Entiendo… —dijo de forma deprimida.

—Bueno, me toca irme. Espero que me dejarán entrar primero a la Zona Flora.

Y finalmente Xatu se fue del lugar hacia la intersección. Oshawott no podía estar más triste ese día. El hecho de que ya no pueda ver a su novia era desolador, pero cuando escuchó el llamado de Serperior para conseguir un novio para Snivy, fue inclemente para él. ¿Qué haría Oshawott sin ella? Era su único amor que conoció. Todavía recordaba esos bonitos momentos que vivieron los dos hace tiempo atrás, tenía atesorados los recuerdos cuando hicieron una piyamada en sus casas. Esa vez que le regaló flores con el intento de decir lo que sentía por ella, y ese momento que ella dijo que sentía lo mismo por él. Oshawott dio un fuerte suspiro. Al parecer no había otra salida, Snivy tenía que olvidarse de él para dar paso a una nueva relación amorosa con un príncipe de otro lugar que desconocía por completo. Él finalmente se dio la vuelta y lentamente caminó entristecido hacia el faro, para llorar en silencio en su cama.