—CAPITULO 5; LAS SIETE ACADEMIAS DE LA ARMONIA; PHERICA—
Cuchillas del sol rojo
"Antiguas armas usadas una vez por Rigel. El Sol rojo, estas cuchillas de oro y mango de marfil son tan afiladas que cortan todo tipo de material como si de manteca se tratase, aunque estas cuchillas únicamente deben de ser utilizados por la chica que una vez perdió al amor de su vida ya que absorbe sus ganas de vivir. Aunque esas ganas se hayan ido hace muchos años".
Un día transcurrió desde la corta visita a Terranova, donde se presentó Krysta, capitana de la guardia real y mano derecha de la Reina Phoenix Twonagasis. Y se conoció ligeramente aquellos que trabajaban bajo el mandato de la Reina, aunque ambos hermanos tenían mal sabor de boca, solamente habían estado un par de horas y tras eso regresaron de nuevo a Ponyville donde de nueva cuenta tuvieron que guardarse en sus habitaciones con Raphiel de escolta, algo que desagrada a ambos, pero tienen que conformarse con eso, si es que querían saber mas de lo que se les prohibía saber.
Radiantshield leía su libro sobre el guardián del mundo, aquel libro que había robado de la biblioteca de su madre con el fin de leer el mismo párrafo una y otra vez con el fin de entretenerse, aunque tenia los lujos de las hijas de la Reina Celestia; Tenia un televisor de pantalla plana con una consola de videojuegos con varios discos sobre la consola de color negro, ambas conectadas a una clavija única en la pared que iba hacia el subsuelo del castillo e iba hasta Canterlot donde estaba la única central eléctrica en todo el continente, pero estos aparatos estaban juntando polvo. Aun siendo un regalo de Celeste Cortes y de Theresa, así como los videojuegos de parte de la Reina Phoenix. Acumulando tristemente polvo, Reinhardt estaba recargado en la pared de brazos cruzados con su lanza en la pared, meditando sobre su entrenamiento básico para no perder las reglas básicas del combate. Teniendo sesiones de entrenamiento imaginarias, aunque algo irreales ya que fantaseaba con ganarle a Krysta en el combate. Cosa que no sucederá jamás.
—¡Rayos! —Radiant lanzo el libro cayendo sobre la almohada girándose estando frente al techo de la habitación con un ligero puchero e inflando sus mejillas—No puedo creer que todavía tengamos que esperar para que madre nos permita pasar por las siete academias. ¡Quiero empezar ahora mismo! ¡Quiero hacer algo!
—Me siento igual hermano, pero. Madre es muy, estricta—Reinhardt reaccionó mirando por un costado, al ras de la ventana, viendo apenas el humilde pueblo—Cuando éramos niños no siempre fue así. ¿Recuerdas? —Radiant se acomodó al pie de la cama—Oh si, lo recuerdas. Madre nunca fue así; Recuerdo cuando nos mimaba, nos sacaba al campo a diario a jugar. Cuando nos llevaba a paseos junto con nuestras tías. Todo cuando éramos niños, pero. ¿Ahora porque es así?
—Quizás sea la edad. ¿No? Todos cambian.
—Pero es nuestra madre, ¿Por qué de un momento a otro cambio de forma tan horrible? Tan, estricta—Reinhardt cerro un poco sus ojos, teniendo vagas imágenes de su madre jugando con él, estando sobre su lomo y corriendo en el campo y Reinhardt como potro corriendo con una gran y resplandeciente sonrisa.
—Ni idea hermano. El estrés quizás o se siente sola. No lo sé.
—Aun así. Tiene un reino, están mis tías, tiene aprendices. ¿Por qué se sentiría sola? Es, raro. Muy raro.
—Siendo honesto. No recuerdo a mamá ser amable—Radiant bajo de la cama y camino hacia el mueble a un costado. Sacando de el con su hocico una caja de cartón. Su hermano reaccionó viendo la caja escrito por un costado "Juguetes" —Lo que se es que mamá nunca quiso que saliéramos del castillo sin supervisión. Que tonto—Radiant saco un cuaderno y se lo lanzo a su hermano, quien lo tomó despreocupado. Abriendo el cuaderno con cientos de dibujos de un hombre con alas y armadura—Siempre me imagine como te verías con armadura.
—Sería interesante Radiant—Reinhardt veía el sujeto dibujado en el cuaderno. Se parecía mucho a Reinhardt. Aunque le sorprendía mucho era su dibujo. Era tan perfecto, profesional—Estos fueron tus últimos dibujos antes de que mamá te los quitara ¿Verdad?
—Sep, nunca entendí porque me los quito. Aunque la tía Rarity me los dio después—Reinhardt veía los dibujos con las armaduras, bien trazados y definidos. El mismo sujeto, que parecía ser Reinhardt. Portaba las armaduras, aunque en algunos tenia el cabello castaño y en otros de cabello blanco—¿Sera que no le gustaron los dibujos?
—No lo sé, a mí me encantaron. Se me hacen muy buenos hermano—Reinhardt sonrió alabando a su hermano, aunque fue corto pues Raphiel apareció en la puerta, con un cesto vacío. Y cubierta de betún. Reinhardt miro curioso a la chica dorada mientras entraba a la habitación molesta.
—La ultima perra vez que acepto trabajar con Pinkie Pie. Es un dolor de cabeza.
—¿Qué sucedió Raph? ¿Te volvió a disparar betún con el cañón? —Raphiel miro a Radiant molesta frunciendo el rostro. Reinhardt comenzó a reír yendo por una toalla al baño.
—Bueno Raphiel, al menos tuviste un día interesante—Reinhardt entro al baño. Tomando la toalla de la pared y regreso lanzándoselo. Raphiel lo tomo y se sentó en la cama a un lado de Radiant y se limpio el rostro. Radiant tomo el cesto y lo dejo en la entrada.
—No puedo creer que para probar su "consistencia" tenga que dispararme en la cara. ¡Como odio sus experimentos! —Raphiel se limpió el betún del uniforme. Aun quedando pegajoso por el restante—Gracias Rein, espero que todo cuente para cuando entre a la guardia divina.
—¿Y que te dice la capitana Featherhope? ¿No hay un progreso en tu entrenamiento?
—Si, si la hay. Gracias a Celestia. Dice que si sigo constante en mis practicas y entrenamiento. Para el próximo mes podre hacer una audición junto con otros candidatos para el puesto—Reinhardt se ilusiono al saber tal oportunidad. El deseaba también ser un guardia para cuidar y proteger a su familia. Era algo que le nacía de adentro. No explicaba que era, pero le nacía proteger a su madre a capa y espada.
Se quedaron en silencio por un rato, mirándose los tres cada rato. Era un silencio apacible, aunque ligeramente incómodo.
Radiant miraba el libro y Reinhardt jugueteaba con su lanza y Raphiel se veía la mugre debajo de las uñas.
Un suave rechinido en la puerta llamo la atención de los tres, miraron hacia la puerta como se abría lentamente, hasta estar abierto por completo. Los tres quedaron estáticos ante la pared del pasillo. Hipnotizados por la inquietud. Raphiel cruzo miradas con Reinhardt y apenas Raphiel se levantó de la cama un gran grito sacudió sus cuerpos y eventualmente una risa aguda y desgarradora.
Y apareció una chica de cabello rubio resplandeciente. Con un par de coletas en los costados de su cabeza, con dos cintas rosadas sosteniendo cada coleta. Un vestido blanco de una pieza y zapatillas de color carmín. En su hombro colgando tenia una bolsa de cuero color avellana y tenía una sonrisa bien marcada, de ojos color azul claro resplandecientes por su emoción.
Los chicos se aterrorizaron ante tal chica inocente.
—¡Hola chicos! —Pherica entró a la habitación en pequeños saltos, con una sonrisa pura y dulce, tarareando una canción que ella invento para la ocasión.
—Hola Pher. ¿Cómo estás? Creía que llegarías de Canterlot más tarde—Raphiel fue atrapada por sus delgados pero fuertes brazos de aquella chica, hija de la Reina Phoenix. Pherica Twonagasis. Princesa y sucesora del trono.
—Lo sé, yo también creí eso, pero me dejaron tomarme un descanso temprano. ¿No es increíble? Mi profesora me dijo con emoción que podía tomarme los días que quisiera pero que no regresara pronto.
—Me imagino porque será—Radiant se apoyó en su hermano sonriendo y Reinhardt contuvo la risa. Menos mal que Pherica no escucho. Raphiel, perdía color por la fuerza de Pher.
—Bien Pher, ¿Sabes por qué estás aquí? —Reinhardt aparto a Raphiel de Pherica viéndola recuperar el aliento a bocanadas.
—Si, mi madre me envió una carta avisándome que cuando saliera de la academia de la reina viniera aquí mismo, me dijo que su madre me necesitaría. Y bueno, aquí estoy—Pherica tenía una gran sonrisa de alegría, pero el resto de chicos no compartían la misma emoción;
Reinhardt, Radiantshield y Raphiel crecieron a la par con Pherica. Quien es mayor por unas escazas décadas, nació después de que el padre de ambos falleciere. Aunque es una chica mayor para ellos actúa como una niña de 10 años. Muy pura e inocente, y seguido imperativa. Que le ha causado muchos problemas para su aprendizaje, tanto que cuando alcanzo cierta edad su madre, la reina de Terranova la mando a Canterlot para que estudiara en la academia de la Reina Celestia hasta la fecha.
Aun cuando pasaron años distanciados Pherica quiere mucho a los chicos, los tres se consideran hermanos al haber pasado tantos años juntos, inclusive tienen ese lazo que los une. Aunque hay momentos que no soportan a Pherica por su gran imperatividad. Incluso la comparan con Pinkie Pie o que será una digna adversaria.
El detalle que distingue a Pherica de su madre o de cualquier chica de cabello dorado es la peculiaridad en sus ojos, no son ojos de un ser divino, lo que la ha tachado como un ser impuro entre la gente de Terranova. Aunque no se demuestra de frente, cuando ella no esta es cuando se le trata como menos. Contradiciendo todo lo que su madre lucha por evitar. La marginación.
Inclusive se ha rumoreado entre algunos que su madre se acostó con un ser humano del planeta Tierra, un mundo ya sellado por un difunto guardián. Otro que cometió sacrilegio y creo a su hija con la funesta técnica de incubación por magia. Inseminando a su hija en una mujer humana y que cuando nació esta se la arrebato matando a su criadora.
Son muchos misterios que corren por tal alegre y hermosa chica de ojos mortales.
Pherica se sentó al pie de la cama, columpiando sus pies entonando una vieja canción de cuna. Radiantshield veía esto como una oportunidad. Aunque un posible estrés al soportar a Pherica. Reinhardt se mantuvo al margen con su reacción casi anulando su conflicto de alegría y miedo por tener a una vieja hermana y amiga con la que crecieron si como una chica que les causaría muchos problemas por su excesiva alegría.
Raphiel estaba obligada a tomar su rol, no podía comportarse tan informal ante la princesa del reino que ansia proteger y servir. Así que tomo su arma y se postro en la puerta. En el arco de la puerta, mirando al frente sin pestañear.
—Y bien chicos ¿Cómo les ha ido? —Pherica observo a ambos chicos con una sonrisa y ellos cruzaron miradas en silencio—¿Sucedió algo?
—Nada malo, realmente—Respondió Radiant.
—Solo que estamos castigados. Otra vez—Reinhardt guardo su lanza con su magia aplastándola con ambas palmas y Raphiel apago un poco su sonrisa.
—¿Por qué? ¿Qué hicieron?
—Querer aprender del mundo—Respondió nuevamente Radiant con celos. Pherica quito su sonrisa y dejo su bolsa en la cama, mirando a Radiant. Extendió sus brazos y lo tomo de su pecho sentándolo en sus piernas. Radiant se molesto por tal acto, pero se tranquilizo al sentir la mano de Raphiel en su lomo. Aunque era incomodo y denigrante.
—¿Aprender del mundo? ¿Cómo? ¿Intentaron salir de nuevo?
—No, tomamos unos libros de nuestra madre. De la historia de Equestria, mitos y leyendas—Radiant miro a su hermano quien se mantenía en silencio. Algo temeroso de lo que suceda por lo que él diga.
—¿Y eso que tiene de malo? Todos podemos hacer eso cuando queramos. Para eso están los libros.
—Pero no cuando eres el hijo de la princesa de la "amistad" —Reinhardt respondió ahora, rompiendo su voto.
—Llevamos años convenciendo a mamá de que nos permita salir de Ponyville, pero cada vez que lo hacemos reacciona de una forma molesta. Como si odiara que saliéramos del pueblo. Que supiéramos que hay mas allá del santuario Everfree—Pherica se disgustó un poco, miro a Raphiel y ella seguía viendo al frente, pero resentía la pesada mirada de la princesa. Bajo a Radiant y se levanto de la cama. Tomo su bolso y saco un teléfono celular de pantalla táctil con funda blanca y un unicornio rosa en la parte trasera. Uno de los contados dispositivos electrónicos de todo el continente. Solo las princesas y las reinas podían usar uno. El resto, se le mantenía con las costumbres. Como lo pedía Novasoul. Y Pherica marco por teléfono.
—¿A quién marcaras Pher? —Radiant se sentó en el suelo algo nervioso. Temía lo que fuese a hacer, pero Pher no respondió su pregunta. Hasta reaccionar a una voz.
—Hola princesa, soy Pherica Twonagasis. Si, fue un gran viaje. Gracias por recogerme en la estación, sí. Estoy con ellos princesa. Si, se están portando bien como siempre. Perdone que la interrumpe princesa, pero me gustaría preguntarle algo. Gracias, ¿Por qué sus hijos están castigados? —Hubo un largo silencio en la sala. Los tres protagonistas podían ver la cara de Pherica reaccionar a la explicación de su madre, Pherica veía de vez en cuando a ambos chicos. Y molesta hacia Raphiel. Quien la hizo sudar varias gotas gordas. Temía hacerla enojar—Ya veo princesa, tampoco quiero que pase mal rato, solo quería saber porque estaban castigados ya que quería invitarlos a Las Pegasus con mi madre, pero si lo que hicieron es grave no la hare cambiar de parecer. Si, ya me topé con Starlight y me dijo que ya vendría por nosotros. Si, nuestra primera clase será con Applejack, aunque ya es algo tarde para arar el campo, sí. También pienso que eso ira su primera clase. Solo espero que tengamos la suficiente resistencia—En ese momento apareció Starlight Glimmer sorprendiendo a Pherica. Starlight tenia el cuerno iluminado y las orejas envueltas en su magia—Si, aquí esta. Si, ahora les digo. Si princesa, se cuida mucho en el camino a Canterlot. Me saluda a su cuñada. Si, chao. Besos—Pherica colgó suspirando de alivio.
—Chicos, Applejack les espera. Es momento de empezar con su entrenamiento—Starlight entro a la habitación. Vestida con su túnica de mago, desvaneciendo la magia de su cuerpo. Su túnica emanaba una fuerte aura que pesaba el ambiente, las letras grabadas en la tela resplandecían intermitentemente, su sombrero de hechicero. Aun por pequeño tenía una gran dimensión mágica. Que simulaba el efecto ondulante de la melena de la Reina.
Muchos sabían el pasado de Starlight Glimmer, y más aquellos que vivieron el pasado y que ya no están. Y si lo están, no sabrán tales historias de posesión y robo de talentos masivos. Esclavizar un pueblo inocente por un capricho mundano. Un acto de traición a la cultura pony. Pero entre tantas historias, pocos saben de su mejor amigo. El cristalizador del antiquísimo imperio de cristal. Maestro de la princesa del imperio. Quien fue en una época más que un amigo. Un amante, y origen de su poderosísima magia. Una magia que surgió de los sentimientos negativos de Starlight con el fin de evitar mas perdidas en su vida. Y alargar la de otros para que no experimenten tal perdida.
Los tres chicos tragaron saliva, Starlight miro a Raphiel y ella asintió con seriedad. Y salieron todos de la habitación liderados por Starlight y Raphiel siendo la ultima en salir, cerro lentamente la puerta viendo el interior. Buscando anomalías fuera del alcance de otros. Temerosa de que pase tal como se predijo.
Tomaron el mismo curso que cuando fueron a la sala del trono, solo que doblaron hacia la derecha. Cruzando un arco entrando a otro pasillo largo. Pasando media decena de puertas, llegaron a un cruce y doblaron hacia la izquierda. Todos en silencio, solo con las pisadas. Vieron el fondo la pasarela que bajaba a la entrada del castillo, llegaron a la pasarela donde los guardias comenzaban a mostrarse, ponys y humanos con la armadura de la princesa.
Vigilando en silencio el castillo cada puerta con sus lanzas al aire, bajaron por las escaleras estando en el recibidor del castillo, doblaron hacia la izquierda, pasando debajo de la pasarela. Abriendo una puerta entrando a otro pasillo. Uno mas corto y en diagonal, viendo al fondo una puerta de madera con una gran manzana tallada en el centro. Con una gema anaranjada en el corazón de la manzana. Starlight se detuvo frente a la puerta. Dio media vuelta viendo a los chicos con brutal seriedad.
—Saben que estas clases no son para ustedes. Y aun así optan por seguir. Si que son tercos. Radiant y Reinhardt. No saben que clase de peligros podrían experimentar si siguen con su tontería de "explorar" —Starlight miro a todos con frialdad. Aunque cerro los ojos sonriendo—Igual que su padre. Siempre tan deseoso de hacer una tontería. Tengo la certeza de que lograran sus metas, pero cuidado. Equestria todavía no esta preparada para que todos vivan en felicidad y armonía. Cuídense mucho, la honestidad les espera—La puerta detrás de ella se abrió lentamente, con el suave rechinido de las bisagras. Con una luz cegadora, envolviendo todo el pasillo perdieron todo sentido y una vez que la luz se desvaneció captaron que Starlight Glimmer ya no se encontraba, y no estaban ellos en el pasillo.
Estaban en la sala de la honestidad. Salón de clases del elemento de la armonía con nombre Applejack.
Un enorme salón con paredes de madera, el piso forrado por heno, y ramas de manzanos en el techo con el fruto colgando. Una enorme ventana al fondo y en medio. Sobre un tronco comiendo una manzana. Con un sombrero marrón de campo, con melena rubia y larga que caía sobre sus hombros y cola sujeta con listón rojo que rosaba el suelo. Con mechones blancos en algunas partes de su melena y cola. De pelaje anaranjado y una Cutiemark de 3 manzanas y de fondo un par de alas blancas. La mismísima representación de la honestidad, encarnada para repartir el bien por el mundo.
Elegida por la princesa Sparkle para guiar Equestria para la senda del bien, de la amistad y el amor. Con un par de ojos verdosos con una tenue fragancia de color dorada. Veía a los protagonistas con alegría, aunque también con un poco de temor.
La misma Applejack.
—Hola, sobrinos míos. Espero que su larga caminata no les haya aburrido tanto. Esta será su primera clase, y no me andaré con rodeos. No habrá presentaciones, ni exámenes escritos—Applejack comenzó a emanar un aura dorado y golpeo el tronco en el que estaba partiéndolo por la mitad con esa misma sonrisa—Espero resistan "el trabajo" que haremos hoy, que será un trabajo muy arduo.
"Twilight Sparkle es la clave para poder enlazar mundos, ya que su magia ha conseguido trascender más que la mía. Al tener en su interior la magia de la "verdad" ella fácilmente puede viajar entre universos y el tiempo mismo, pero esto causaría que ella perdiera control en su forma física lo que causaría un cansancio tan grande que dormiría hasta el fin del tiempo"
—Memorias de un desconocido.
