QUE ONDA A TODOS, AQUI BRAVETHUNDER REPORTANDOSE CON OTRO CAPITULO MÁS DE ESTE GRAN FIC;
SE QUE ME HE DEMORADO MUCHO CON ESTE CAPITULO PERO EN REALIDAD YA LO TENIA LISTO DESDE HACE TIEMPO SOLO QUE SE ME FUERON LAS PATAS Y PUSE NOMBRES DE PERSONAS QUE NO DEBERIAN DE ESTAR ALLI (DE MOMENTO) XD ASI QUE ME DEDIQUE A MODIFICAR ESAS PARTES Y AÑADIENDO UNAS COSAS MÁS SOBRE EL GUARDIAN PARA QUE SE ENTIENDA MEJOR ALGUNOS ASPECTOS DE EL.
PERO SI, YA TENGO YA TODO EN ORDEN, LITERAL. YA TERMINE DE ESCRIBIR EN MI MENTE ESTA HISTORIA Y YA TENGO TODOS LOS CABOS EN ORDEN Y ESPERO PODER DEJAR YA UN CAPITULO POR SEMANA AUN POR LARGO QUE SEA. EN FIN, SIN MAS QUE DECIR ESPERO LES GUSTE ESTE CAPITULO TANTO COMO A MI AL ESCRIBIRLO. LOS VEO HASTA LA PROXIMA AMIGOS.
—CAPITULO 27: LOS MISTERIOS DEL GUARDIAN; PARTE II—
Armadura Equestria
Armadura creada por los tres pilares de Equestria; Shanalotte, Theresa y Celeste. En un intento de mantener la paz de Equestria ante posibles amenazas. Estas armaduras están imbuidas en deseos y amor para los portadores quienes deben de ser castos y puros de corazón para poder cumplir con su labor. Pero también guardar una pizca de oscuridad dentro de ellos, una maldad latente para mantener el equilibrio y no dudar en los combates donde la vida corre riesgo. Justo como el Rey de Equestria hubiera deseado.
Radiantshield veía con una gran sonrisa a su alrededor, como era asombrado por el hermoso sol que su madre había traído, maravillado por el paisaje del castillo de Canterlot. Recién remodelado tras la toma de poder de su madre como la única reina, digna de portar la corona y el manto del antiguo Rey. Horas habían pasado desde que su madre ascendió al trono y aun veía como la gente estaba reunida alegre fuera del castillo.
Radiant estaba en el balcón de la sala del trono, viendo en el jardín del castillo a un millar de ponys alabando al nuevo Príncipe de Equestria. Radiantshield extendía su pata escuchando las alabanzas y al bajar su pata detenerse y al ascenderla nuevamente alababan al chico con cariño.
Habían pasado horas desde que la antigua princesa de la amistad derrocara a la Reina Celestia y a la princesa Luna, ambas asesinadas por esta y tomar el trono como el suyo.
Tras la partida del guardián legendario a la inexistencia el mundo se sumió en un caos, y los astros estaban a punto de colisionar cuando el poder de la Princesa de la amistad lo detuvo evitando así el apocalipsis, y al ver que su antigua mentora desconocía muchas artes en la magia divina, aprovechó para liquidarla, así como la princesa de la noche.
De igual maneras, el mundo se había cansado de alabar a dos falsos dioses y al extinguir a ambos alicornios se alzo con el amor de todo un planeta que estaba a punto de desaparecer.
—Veo que te gusta la atención, hijo mío—Su madre, la nueva Reina apareció detrás de su hijo. Saliendo de las cortinas carmín de la sala del trono. Con un tono de voz grave.
—¡Claro! ¡En serio nos aman madre! —Respondió Radiant sonriendo hacia su madre, viendo como portaba una corona de color negro con una estrella de color lila de siete puntas, tenia un collar del mismo color, así como una capa color carmesí, unas botas de plata y su cola tenia un recubrimiento de plata para protegerla.
—Es lo que veo, me da gusto saber que finalmente somos libres—Dijo su madre viendo a sus nuevos súbditos con una sonrisa. Con una mirada llena de satisfacción y vanidad. Levantando la barbilla ligeramente viendo a sus súbditos. Se sentía realizada por su proeza.
—¿Crees que nos seguirán amando madre? —Radiantshield se apoyo en el barandal de mármol viendo a los súbditos alegrarse por el chico, por la nueva familia real.
—Claro que nos seguirán amando Radiantshield, los hemos liberado de las cadenas de estas patéticas alicornios. Equestria necesitaba líderes. Y lo seremos ahora hijo mío—Radiantshield sonrió de mejilla a mejilla y corrió hacia el interior y su madre enternecida por lo visto.
Entro siguiendo a su hijo viendo a su guardia crepuscular; Ponys con armaduras negras con toques lilas en los bordes, todos con cascos completos cubriendo sus rostros. Quitaban la cristalería vieja y maldita. Quitaban los vitrales coloridos de la sala del trono y como de uno de ellos lo rompían directamente, era el vitral que retrataba la ascensión de las princesas del sol y la luna. Y lo hacían con risas. También quitaban los vitrales donde se relataban las victorias de los elementos de la armonía y como su difunto hermano se casaba con su difunta niñera fortaleciendo el significado de amor.
Aunque ellos ya han sido aniquilados por el poder de la Reina de Equestria. La Reina Sparkle.
Miro a su hijo sentado en su trono apreciando el paisaje. Como poco a poco se reconstruía la sala del trono a la imagen de su madre y la de él. Su madre se sentó a un lado de su hijo sonriendo, quitándose la corona y dándosela a Radiantshield.
—Dime hijo, Si fueras Rey. ¿Qué harías? ¿Cuál seria tu primer mandato? —Y le puso la corona a su hijo, y Radiantshield sonrió con un brillo en los ojos y regreso la mirada alegre hacia la sala viendo a los guardias trabajar y otros mirando al chico atentos.
—¡Muerte a los humanos! —Grito levantando la pata deteniendo los trabajos y los guardias gritaron eufóricos levantando sus patas. Su madre comenzó a reírse alegre y enternecida por su hijo.
—Sabia decisión hijo mío—Y beso en la mejilla a su hijo—Claro que los humanos morirán. No merecen pisar nuestro sagrado suelo. Así como lo hubiera deseado el Rey de Equestria, el difunto Rey Arturo. ¿Qué más, hijo mío?
—himno…—Y Radiantshield inclino la cabeza tallándose la barbilla con su pata—Tener mi propia guardia real.
—Oh vaya—Dijo su madre asombrada—No será necesario que seas rey para eso hijo mío, pues en unas horas formaras tu propia guardia. Y solo te seguirán a ti y serán fieles a ti.
—¿Morirán por mí? —Pregunto Radiantshield sonriendo.
—Claro que morirán por ti, serán lo que tú quieras que sean.
—¡Perfecto! —Y Radiantshield se levanto de un salto viendo a su madre dándole su corona con su magia—¡PREPARARE TODO PARA CUANDO LOS CONOZCA!
—Me parece esplendido hijo—Y Radiantshield sonrió corriendo hacia la puerta de la sala, justo antes de acercarse esta se abrió por un par de guardias y atravesó el umbral desapareciendo y su madre se coloco la corona nuevamente y se sentó en su merecido trono, alegre de ver que su hijo sigue sus ideales, sus metas y ambiciones. Inhalo y exhalo mirando su victoria.
—Veo que has logrado lo que deseas, "Reina" Sparkle—Una voz provino de su costado, levanto la capa mirando un libro teñido de negro, con alquitrán burbujeante, colgándose de los costados y caer al suelo y desaparecer al contacto. La Reina sonrió mirando su libro.
—Y veo que también has logrado tu cometido "Libro" —Y sonrió burlona.
—Claro que lo he hecho, me has enseñado mucho. Debería de agradecértelo, pero ya no tengo forma de compensarte por tantos estudios.
—Y no debería de exigirte nada, porque al final. Me llevaste a donde quise; Asesiné a la Reina Celestia, a la princesa Luna, a Cadence, Shining Armor. A quien se interpusiera. Gracias.
—Y veo que has aprendido mucho, me gratifica saber que mis enseñanzas no han sido en vano—Dijo la voz proveniente del libro con mucha alegría—Ahora debemos hablar de lo que vimos. Porque lo vimos.
—¿Era él entonces?
—Sí, aquel que no debe ser nombrado ni amado.
—Ya veo—Y Twilight dejo de sonreír mirando al final de la sala. Consternada de la situación—¿Y qué debemos de hacer para evitarlo?
—Es lo que trato de averiguar. ¿Cómo evitarlo?
—¿Y en que concluyeron tus estudios?
—Que aun en el pasado el desgraciado existe, Veras; Aun cuando el pasado no haya afrontado su existencia, él es capaz de aparecerse y distorsionarlo. Porque "Así lo desea" Y lo que hace es alterar las cosas a su beneficio. Es por eso Twilight, que aun cuando tu nunca lo conociste, el fue capaz de vincular tu existencia con la suya y eventualmente la aparición de los elementos que el deseé. Uno de ellos es Radiantshield. Ese chico tiene la bendición de ese hombre y desea que este anclado a ti.
—Es lo que noté, aunque me avergüence decirlo, yo sigo siendo virgen. Y de un día para otro él apareció, así como recuerdos del pasado que nunca viví con él. Y ahora estoy enamorada de mi hijo, siento que en verdad lo tuve y no quiero apartarlo de mí.
—Es el instinto maternal, todo lo que trae tener un hijo. Y es lo que él quiere ¿Para qué? No lo sé. Simplemente soy un ente del pasado que ha visto todo de lo que es capaz.
—¿Y cuándo debí haberlo conocido? ¿A este guardián?
—Debiste haber llegado a su mundo hace un par de años, pero eso no sucedió porque asesinaste a Blackpegasus. Un ser que vino de otra época y que comenzó esta serie de acontecimientos que llamamos "El amor nunca muere" Pero esto no le agrado al guardián y te obligó a tener al chico. Aun cuando mataste a tus amigas y te hiciste de sus elementos, mataste a la Serafín Phoenix Twonagasis y a su hermana, así como a su reina Sophitia, sucesos que no pasaron hasta su "Reencarnacion" pero él se encargo de sumirte en esa única historia que debe de haber. Para que sus "últimos guardianes" se alcen.
—¿Y podemos hacer algo?
—No—Dijo el libro con firmeza, Twilight volteo a verle y el libro comenzó a temblar—Por desgracia estoy atado a la maldición que se me fue concebida. Yo vivo mi propia maldición y él vive la suya. Aunque interfiera llegara el momento que me hare su aliado. Tu alteraste mucho la historia, arruinaste su saga. Arruinaste su alzamiento al poder. Asesinaste a la causa de su sufrimiento como un guardián mestizo y asesinaste a uno de sus amores. Es obvio que esto no le agradara.
—¿Y que hay de tus estudios? ¿Acabaste lo que deseabas? —Twilight se veía cada vez mas consternada ante las palabras del libro lleno de alquitrán y maldad.
—Que él es capaz de viajar en el tiempo, alterar la realidad a su antojo e inclusive fusionar realidades. Esta Equestria, no debería existir. No debió suceder, pero me demostraste que se puede forzar. Se puede hacer algo que el aun no puede hacer.
—¿Y qué es?
—Vivir fuera del destino; Alteraste el destino de forma que no serás condenada, pero si el lo hace. Será maldecido otra vez.
Y Twilight guardo silencio, apartando la mirada lentamente del libro. Miro al fondo de la sala como sus guardias terminaban de romper la cristalería, aquellos vitrales de un pasado lleno de esclavitud y engaño. "Magia de la amistad, que estupidez" Pensó riendo, pero su sonrisa duró poco pues apareció Radiantshield por la puerta, colgado del cuello por la mano de un humano, los guardias voltearon hacia la puerta y al ver al nuevo príncipe se abalanzaron sacando sus armas, pero no fueron rivales ante ese hombre.
Levanto la mano izquierda y todos los guardias murieron al instante, Twilight levanto la barbilla queriendo imponerse ante la figura que se paraba en la entrada de su nuevo salón. Vio a sus guardias sin vida, cadáveres sin alma mientras esta figura comenzaba a caminar lentamente, sus pisadas. Aun delicadas hacían estremecer el suelo. Estaba enfurecido.
—Así que has llegado—Dijo Twilight Sparkle levantándose de su trono mirando al sujeto sin temor.
Miro a los ojos a este hombre, ojos de color avellana y cabello castaño. Señal de mestizaje, pero con 6 imponentes alas, tan grandes que parecían personas pegadas a su espalda. Y tenia sobre su cabeza un halo de color dorado. Señal de divinidad. Portaba una armadura dorada con un pegaso en el centro y dos hombreras de cristal azul, demostrando que las robó del cadáver del guardián de la vida, sus botas tenían la silueta de dos mujeres, en la izquierda una mujer de cabello corto de color fuego con la mirada triste y en la bota derecha a una mujer de cabello largo de color dorado con una sonrisa. Ambas tomadas de la mano rezando. Señal que esas mujeres forman parte de su poder.
El sujeto alzó a Radiantshield en frente de su madre, en silencio y con la mirada llena de ira, en su rostro se marcaba el odio por haber alterado el destino. De haber cometido un primer pecado.
—Me querían, aquí me tienen—Y arrojo a Radiantshield al suelo, su madre no demostró preocupación, pero por dentro, al ver a su hijo rebotar en la alfombra carmín su corazón se apresuraba por la preocupación.
—Con que tú eres A…
—¡SILENCIO! —Grito el guardián rompiendo las paredes con su poderosa voz, Twilight retrocedió por el poder y el libro se estremeció del temor—No tienes derecho de nombrarme Twilight Sparkle, sexto elemento de la armonía conocido como magia.
—¿Por qué no? ¿Acaso no eres conocido en el mundo?
—Si lo soy, y no lo soy. No mereces nombrarme pues has cometido un pecado con la ayuda de ese ente.
—Dirá mi nombre—Murmuro el libro con temor.
—¿Este ente? Pero si el me mostro la verdad; Me enseño que no eres tan bueno como lo pintas, me enseño que esta magia divina no es más que fanfarria.
—Ese ente, no merece estar en esta época. Esta condenado a vivir en ese libro hasta que yo lo encuentre, pero no fue así porque rompiste las cadenas del tiempo, rompiste las cadenas de este mundo con tal de alcanzar tus metas. Ese libro no merece estar en tus patas.
—Twilight, detente—Dijo el libro jalando a Twilight, pero ella estaba sumiéndose en la ira porque el sujeto azotó a su falso hijo contra el suelo.
—¿Qué derecho tienes el decir que él no puede existir? ¿Acaso no tengo la libertad para decidir? Equestria necesitaba verdaderos líderes, necesitaba de un héroe de verdad.
—¿Y Celestia y Luna no lo eran? Simplemente fuiste en contra de todo el hermoso régimen; Aniquilaste a tus mejores amigas, destruiste su futuro porque tenían razón. La magia de la amistad debe de prevalecer. No solo es un título, ni un estilo de vida. Es algo más puro, más poderoso. Pero tu "Libertad para decidir" nubló tu juicio. Él te nubló de toda verdad, porque me tiene miedo.
—¿Quién te tiene miedo? —Twilight bajo de su trono, pasando lentamente por las escaleras mirando al sujeto a los ojos con una ira sin control. El sujeto, aquel guardián. Señalo el libro.
—Samael. Samael me tiene miedo.
Y el universo comenzó a temblar del miedo, el guardián rompió la promesa que había hecho para guardar el nombre de su hermano, aquel que compartió su vida con el guardián absoluto y le juro que olvidará su nombre. Por el bien de la creación.
Y así fue como el guardián enfurecido arranco de Twilight Sparkle el libro con su magia angelical y en su interior el hombrecillo que vivía. Y Twilight corrió hacia su hijo tomándolo entre sus brazos y se teletransporto hacia su trono mirando a Radiantshield. El chico había muerto. No, vio en los ojos de su hijo que no tenia alma. Y miro al guardián a los ojos y vio una cruel verdad.
—El que yo te haya dado a Radiantshield no fue solo para que tuvieras alguien en quien apoyarte ni desahogarte, sino fue para que sintieras lo que siente una Twilight, una joven princesa en un lugar muy lejos de aquí, donde luchó contra mi para que su hijo no fuera obligado a vivir un infierno. Esa Twilight entiende bien el significado de la familia, la amistad y la unión. Por eso dejó que su único hijo, aun con el dolor en su corazón partiera al fin del mundo a buscar una respuesta a todo este caos. Y Samael, Samael de apellido Cobarde te tentó del a misma forma que lo hizo con mi amada Phoenix Twonagasis para que cometiera tantos pecados.
—No lo hagas, por favor—Suplico Samael dentro del libro, con miedo. Y el guardián Absoluto de la amistad y el amor miro el libro. Goteando alquitrán a chorros. Sonrió sínico.
—Veo que tu no has muertos, Samael…No eres aquel que me arranco las alas ¿Verdad? Eres el verdadero, el que vivió conmigo 2 siglos siendo mi hermano. Aquel que fue al abismo y nunca volvió. Veo que también tramas algo.
—…No lo hagas—Repitió Samael diciendo el nombre del guardián, pero no fue audible para el resto.
—¿Por qué no lo debería de hacer? ¿Arruinaría tus planes? ¿Arruinaría tu sueño frustrado?
Y el guardián libero al hombre que vivía dentro del libro. Apareció lentamente dentro del reino de la creación Samael, un hombre idéntico al guardián legendario, con los ojos purpuras y cabello blanco. Tenia una túnica color purpura con blanco, con una pequeña capa lila en la espalda con la Cutiemark de Twilight Sparkle, símbolo que formaba parte de la guardia crepuscular. Y lo que más lo delató fue el par de lentes que tenia colgando en el cuello. Y el guardián dejo de sonreír, y en su corazón se inundo de melancolía y tristeza.
—Porque me alejarías de ella otra vez. No lo hagas por favor—Samael volteo a ver el guardián con una tristeza, el guardián miro a los ojos a su gemelo y miro a Twilight quien lloraba enfurecida viendo al guardián, sosteniendo el cadáver de Radiantshield.
—Entiendo bien hermano, se que no puedes olvidarte de Twilight, se que tu amor por ella es tan grande que es incapaz de morir junto contigo. Pero entiende, no la volverás a ver. La Twilight que conociste ya no existe, ese mundo dejo de existir después de que tu partiste. ¿Qué ganarías estando aquí?
—Ser feliz—Y Samael bajo la mirada, llorando. Miro la espalda de su hermano y lo giro hacia Twilight quien veía a ambos humanos con lágrimas y desprecio. Notando que el guardian sin nombre era más alto que su hermano gemelo, de casi dos metros y medio mientras que Samael solo media dos metros quince.
—Mírala, ¿Crees que ella te va a amar? Causaste que Equestria liquidara a los humanos, en los corazones de todos los ponys yacen las semillas de odio por tu culpa, sino hubieras ayudado en esa campaña para erradicar a los humanos, quizás si hubieras podido realizarte. Pero quisiste experimentar. Quisiste sembrar esa semilla.
—Pero aun con el odio, aun con esa semilla puede florecer algo bueno. Algo único. Pero…
—¿Pero?
—Radiantshield no debería de estar. Quiero tener a mi propio hijo. No uno que tu desees.
—Lo siento, pero es eso o nada.
Y el guardián levanto la otra mano tomando el otro hombro de Samael, recordando todo su pasado juntos; De crueles enemigos a grandes amigos y eventualmente una familia. Uno era un humano proveniente de una Equestria consumida por la maldad de Arkzrimiel y el otro trataba de evitar eso. Aunque, ambos se confunden en objetivos ya que ambos tienen el mismo destino.
Y Samael lloraba con dolor y el guardián veía la escena con indiferencia, tenia que regresar a su maldición y tenia que dejar a Samael en el camino correcto pues había un chico que lo necesitaría una vez que toquen tierra. Y esta distracción pondría en riesgo su plan perfecto.
—De acuerdo hermano—Dijo el guardián absoluto a su hermano tomando sus alas—Que así sea. Las devolveré cuando vea que eres digno. Te amo hermano.
Y de un tajo arranco sus alas suspirando de alegría. De una cruel satisfacción mientras veía a Samael, el guardián de la muerte caer al suelo dando alaridos y su sangre esparcirse en el aire y en el suelo. Twilight veía horrorizada la escena. Tan solo era el comienzo. Pues el guardián al ver a su hermano inconsciente, bañado en sangre carmesí, tras haber descubierto que aun viajaba por la creación buscando a su familia. Corrompiendo mundos con tal de saciar su ego.
El guardián dio media vuelta ignorando por completo a la difunta Reina Sparkle y levanto su mano derecha y chasqueo los dedos y comenzó a borrar ese mundo. Matando en cuestión de segundos todo aquello que lo poblaba, y una vez que el deseo del guardián llegara a Twilight ella cayo sin vida sobre Radiantshield, vasija sin alma y ambos desaparecieron del mundo, así como todo aquello que lo habitaba.
Demostrando que nada de eso importa, simplemente fueron creados para llenar un hueco y el guardián solo demuestra que todos los personajes que no han nacido sin trasfondo no merecen estar en el mundo perfecto.
No todos son tan puros como para ver la luz que el guardián ha dejado por tantos lugares y aquellos que solo son dignos de eso, pueden creer ciegamente en el guardián. Pero si el guardián de la muerte ha dudado de su hermano entonces no merece tal poder. Aunque eso ya ha pasado muchas veces antes y siempre se reivindica.
Radiantshield despertó de golpe, jadeando del miedo, miro a todas partes y sus amigos yacían dormidos en el puente del barco. Miro a su hermano Reinhardt durmiendo en su hombro y a Pherica abrazada a Raphiel. Miro el letrero del barco "Piloto automático" y miro sus patas. Había regresado a su forma natural, pero tenia miedo. Ya comprendía sus sueños.
No son sueños. Son otras realidades, lugares que han sido borrados de la creación porque se han desviado del camino. De Radiantshield dependía evitar que Equestria se pierda en el olvido, pero le preocupaba mucho aquello que dijo el guardián "Simplemente fueron creados para llenar un hueco" Y miro al fondo del puente. Preocupado. ¿Serán solo un hueco o realmente tienen un propósito? Pero un aire esperanzador lo tranquilizaba. El guardián lo estaba ayudando en su camino y eso le daba esperanzas que ellos tenían una razón de estar en el mundo exterior afrontando todo tipo de problemas.
Aunque no olvida lo que dijo Rarity.
"Este no es lugar para un héroe"
¿Al final tendrá razón?
"Se que, el guardián borrará su nombre de los albores del tiempo y del espacio, y dejara únicamente vagas leyendas que se vincularan a él como "El Guardian del mundo" o "El ultimo guardián" pero, me detengo yo a pensar día tras día. ¿Recordaran mi nombre? Cuando se detengan por un segundo, miren al cielo y digan; "Samael volverá del abismo" o cuando alguien peligre aparezca un héroe y diga que Samael fue su modelo a seguir. La historia, el destino que este guardián alteró ¿Sabrá quien fui yo? Tengo miedo de que él también haya borrado mi nombre de la existencia. Que haya sido borrado del mundo que tanto amé, e inclusive viajé por eternidades para prevalecer esa paz y armonía. Porque el guardián y yo, Somos inmortales. Y nuestros nombres deberán de estar grabados en piedra."
—"La melancolía de Samael" Décimo octavo fragmento del libro de la vida oscura.
