QUE ONDA A TODOS, AQUI BRAVETHUNDER REPORTANDOSE FINALMENTE CON OTRO CAPITULO.

VAYA, CUANTO TIEMPO HABRA PASADO DESDE LA ULTIMA VEZ QUE PUBLIQUE. ¿6 MESES? ¿7? EN FIN, SE QUE HA PASADO MUCHO TIEMPO. Y A DECIR VERDAD, NO TENGO UNA RAZON EN ESPECIFICO. O SI.

DE ALGUNA FORMA, QUERIA ELIMINAR MI CUENTA DE FANFICTION, COMO HABIA DICHO HACE TIEMPO. FANFICTION SE VOLVIO ALGO HERMOSO PARA MI, ERA UN ESTILO DE VIDA. PUBLICAR SEMANALMENTE, ERA UNA META INCREIBLE Y VER COMO A USTEDES LES ENCANTABA TODO ESTO, ME MOTIVABA. PERO TODO CAMBIO CUANDO TERMINE REENCARNACION.

SENTIA QUE DEBIA ESCALAR A MÁS, Y SABIA QUE "LOS ULTIMOS GUARDIANES" ERAN ESE ESCALON QUE DEBIA SUBIR, Y NO ME EQUIVOQUE, PERO ME EQUIVOQUE DE CAMINO.

CONSEGUI LO QUE QUERIA, ESTA HISTORIA SE VOLVIO ALGO TAN GRANDE, ALGO INCREIBLE, LEER CADA CAPITULO DE "LOS ULTIMOS" GUARDIANES, ME HACIAN SENTIR BIEN. PERO TAMBIEN ME HACIAN SENTIR, INCOMPLETO. SE QUE LOS ULTIMOS GUARDIANES SON LO MEJOR QUE HE ESCRITO HACE TIEMPO, INCLUSO COMO AUTOR SUPERA CON CRECES "REENCARNACION" PUES TODA LA PLANEACION QUE PUSE AQUI LO SUPERA, PERO ME SUPERO A MI, SE VOLVIO UN CONFLICTO INTERNO CUANDO CONSIDERE ESTE FANFIC COMO UNA NOVELA, PENSE QUE SI LO HACIA. DESCUBRIRA MEJORES COSAS, PERO ME ESTANQUE.

NO ME MALINTERPRETEN, IDEAS HAY (Y MUCHAS) PERO NO SUPE COMO ORDENARLAS, ASI QUE COMO DIJE EN MI PAGINA DE FACEBOOK (QUE ESPERO NO DEJARLA TAN ABANDONADA) COMENCE A ESCRIBIR EN UNA LIBRETA LAS IDEAS DE ESTE FANFIC. PORQUE UNA VEZ QUE TERMINE, ES AHI DONDE TODO COBRARA SENTIDO. MIS FANFICS SON MI VIDA, Y SE QUE SON IDEAS DE UN FAN QUE LE GUSTARIA COMO FUESE SU SERIE FAVORITA. PERO NO TOME EN CUENTA LO DEMAS.

ESTA HISTORIA SEGUIRA, PERO DECIDIRE EL FUTURO DEL RESTO DE HISTORIAS, YA QUE TAMBIEN EL TIEMPO ES LO QUE ME FALTA, TENGO YA MUCHOS AÑOS ESCRIBIENDO Y REALMENTE QUISIERA MOSTRAR DE LO QUE SOY CAPAZ.

ESPERO NO HABER PREOCUPADO A ALGUIEN DURANTE ESTE TIEMPO, PERO NO SE PREOCUPEN. QUE SEGUIRE AQUI, SEGUIRE DANDO LO MEJOR DE MI PORQUE USTEDES SON MI FAMILIA, MIS AMIGOS. LOS VERE HASTA LA PROXIMA CHICOS.

PS: SE ME OLVIDABA, A PESAR QUE LEI EL FIC VARIAS VECES SE QUE ENCONTRARAN VARIAS INCONSISTENCIAS EN ESTE CAPITULO, DISCULPEN DE ANTEMANO XD NO CONSEGUI SEGUIR TAL CUAL LA CONTINUIDAD.


—CAPITULO 29: ABISAL—

Bastón de la tormenta.

Este bastón posee un cristal puro capaz de absorber y almacenar la magia en su interior potenciándola gracias a la pureza del cristal, extraído del árbol de la armonía siglos atrás. Inclusive la Princesa Celestia desconocía su origen hasta el día en el que un Rey desquiciado tentó contra su reino y la Condesa de la amistad junto con el consejo de la armonía le derrotaron y obtuvieron el conocimiento de una misteriosa pony medio cuerno. El cual su nombre se vincula a la tempestad. Aunque, ¿El Guardian supremo sabia de su intervención? Quien sabe, pero quizás su existencia repentina y el paradero de este desconocido bastón amenace sus planes absolutos.

Los chicos habían llegado a tierra, alegres salieron del barco por la proa con una sonrisa. Habían sobrepasado la tormenta sin complicaciones y tenían delante de ellos el mítico reino Griffinstone, hogar de los Grifos, seres emplumados con cabeza de águila y alas, con cuerpo de león. Eran conocidos por ser extremadamente codiciosos y conflictivos hasta que la Condesa Twilight abrió su academia donde todos fueron invitados y pudieron conocer la magia de la amistad. Un grifo que se destacó por estas enseñanzas fue Galo. Un grifo que aplicaría todas las normas de la amistad y ayudaría a su pueblo a prosperar con la ayuda de una amiga de nombre Gilda. Ambos enseñarían a su pueblo los beneficios de la amistad.

Galo beneficiaria tanto a su pueblo que con el tiempo seria coronado como Rey de Griffinstone. Y viviría con orgullo pues sabia que todo había sido posible con la ayuda de la princesa Sparkle, y sus amigos. Aunque con ellos, igual fallecieron con el tiempo y se desconoce el estado de aquel reino que se alzó de un pueblo pobre. Aunque moriría sin saber que el guardián intervino en su desarrollo, llegaría a Griffinstone con su hermano Samael y ambos harían lo impensable. Así que ese reino de igual forma, alaba al guardián a pesar de que el mundo está llegando a su fin.

Radiantshield vería Griffinstone de primeras y sus ansias por ir crecerían, pero antes de hacer un movimiento, su hermano Reinhardt saltaría del barco con sus alas extendidas y las piernas atadas a una gruesa cadena. Delante de ellos estaba el dichoso rio, aquel que se perdía entre una red de montañas. El rio parecía favorable para encallar, pero aun necesitaban ayuda de Reinhardt para guiarlos.

Pherica corrió hacia el puente con una gran sonrisa y Raphiel se quedó viendo a Reinhardt sumergirse en el agua y tomo el extremo de la cadena y abrió un portal hacia la parte inferior del barco, por la sala de máquinas y lo anclo a la parte interior del casco.

Reinhardt emitió un fuerte pulso mágico que los sensores de Pherica percibieron y vieron el camino despejado en su radar. Y avanzo con el barco lentamente, guiada por los constantes pulsos de Reinhardt.

Mientras su hermano estaba en la superficie, asombrado. Reinhardt nadaba bajo el agua impulsándose con sus alas lentamente, mirando el fondo de la desembocadura notando que no era un rio, sino una gran grieta, un canal. Producto de un terremoto, posiblemente siglos antes de que fuera colonizado aquella sección del mundo. Por lo que no temió de que el barco se estrellara o su casco raspase por el fondo. Solo tenía que cuidar los costados e ir indicando a Pherica la dirección.

Reinhardt siempre fue renuente a usar su magia, pues sabe que el usar su magia es indicativo de debilidad y hace todo lo posible para remarcar eso, y más en el mundo exterior. Pese a todo lo que han vivido, han sido contadas las veces que ha usado su magia. Pero dado a que su hermano ha hecho cosas fuera de lo normal e incluso natural, siente que debería de dar su mejor esfuerzo para seguir apoyando a su hermano.

"Reinhardt" Una tenue voz recorrió la mente del chico y miro en varias direcciones, ondeando su cabello con la ligereza del agua, estaba extrañado. Pues sabia su nombre con claridad y aquello le inquietaba. Con todos los enemigos que han hecho durante su camino no era de extrañar que aquello que lo nombro fuera uno de ellos.

Reinhardt siguió avanzando por el canal con calma, ignorando la voz en su mente. Era la voz de un hombre, una voz tranquila, serena. Sentía que ya había escuchado esa voz anteriormente. Hace años, pero no sabía ubicar el momento en su vida.

"Necesitas mi poder, tienes que luchar" Reinhardt se detuvo. Miro a todas partes sacando su lanza, no era buen peleador bajo el agua, nunca lo ha intentado. Pero se defendería a toda costa, miro hacia la superficie y veía a su hermano Radiantshield, incluso llego a pensar que era una broma de su hermano, pero nunca fue bueno engañándolo, su risa le ganaba justo apenas intentaba hacer algo.

"Sigue mi voz, tienes que bajar. Tu hermano morirá si no reclamas lo que te pertenece" Y un reflejo cegó la mirada de Reinhardt, bajo la mirada y aquel reflejo venia del fondo del canal. Aquella enorme fisura, era una chispa de luz entre una oscuridad profunda, veía hacia el fondo y la oscuridad era similar al del abismo bajo el castillo de su madre.

Reinhardt no temió, pues sabia que todo lo que encontrase fuera de la ilusión seria buena fuente de estudio como el cartógrafo, así que ahondo más guiando el buque con la cadena. Reinhardt no tendría más compañía que su mente, y no podía dejar de repasar toda su vida, de cómo es que de la nada comenzaron a hacer este viaje sin sentido, esta tontería de "Últimos Guardianes" Era obvio que él no se veía como un "Guardian". Un ser sin alma y maldito como lo relatan todos los gobernantes de Equestria, él amaba su hogar, quería volver y vivir tranquilamente pero mientras que su hermano estuviera ansioso de seguir el camino del guardián del mundo, él tenía que seguir a su hermano.

Y Reinhardt dejo de existir.

Cuando Reinhardt reacciono estaba en otro lugar, con una misteriosa armadura blanca, bien pulida y con hermosas decoraciones en su pecho, sentía su cuerpo arder en poder, sentía sus ojos cambiar de tonalidad, como si se viera en un reflejo. Veía su cabellera, larga y castaña y ojos avellana. No se reconocía, miro a todas direcciones, pero solo veía oscuridad, como en su interior y comenzaría su caminar entre la oscuridad, aquel abismo sin pizca de luz o amor. Movería su cabeza en círculos buscando cualquier guía, cualquier indicio de dirección, pero no se mostraba nada.

Y, aun así, no tenía miedo. Se mantenía sereno, pues sentía que algo dentro de él le mantenía tranquilo, y era poder. Aquel anhelado poder que toda su vida deseo.

Y camino durante horas, días, semanas, años, milenios, hasta que llego a la nada. Y comenzó a escuchar a la distancia el choque de un arma contra la carne, carne muerta y sebosa. Y caminaría hasta divisar una figura llena de alquitrán y sangre, con el cabello blanquecino y mirada purpura, con un traje manchado en ambas sustancias, en sus manos portaría una guadaña de cristal purpura con la hoja acerada, vería a ese hombre luchar sin cansancio, sin temor, sin miedo a la muerte. Pues ese hombre ya había muerto dos veces.

Ese hombre, tuvo un nombre, pero lo abandono y adopto otro, acomodándose a su nueva naturaleza.

Y vería ese hombre luchar contra una prominente figura, sentada en un trono de cadáveres, con rostros llenos de dolor y angustia, vería detrás de esa figura un demacrado y marchito árbol con varias hojas blancas, tambaleantes. Y los escucharía hablar.

+Dime Samael, ¿Estas listo para morir y darme a otro ****?

Dijo aquella voz con un profundo eco, mientras los cadáveres debajo de este gemirían del dolor, pues cada silaba dada por esa figura era una agonía para ellos. Y este hombre, de nombre Samael sonreiría.

Serás un imbécil, ¿Crees que te lo permitiré? Replico este moribundo Samael ante aquella figura quien enfureció y respondió con toda su miasma oscureciendo más el lugar y borrando de la oscura creación a Samael.

O eso parecía.

Pues Samael permaneció luchando durante eras.

Evitando que el apocalipsis cayera sobre Equestria.

Sabiendo que nunca volvería a su amado hogar.

Sabiendo que nunca volvería a ver a su amada pelirroja.

Sabiendo que en su hogar inicial desapareció hace eones.

Sabiendo que este es el fin del camino.

Samael llego a su final.

El fin de Samael es ahora y nunca será.

Pero llego Reinhardt, por el llamado de Samael, y vería a sus pies lo que quedo de Samael. Aquella arma cristalina, solamente era una corta vara de cristal purpura. Reinhardt se agacharía a tomarla con su diestra y recorrería en su cuerpo una nueva energía, haciendo enfurecer aquel ente habitante y seria expulsado hacia la realidad de un tirón.

Y Reinhardt vería a su alrededor la oscuridad del agua, sentiría nuevamente la fría humedad y sobre el la cadena y el barco levitante bajo el anaranjado sol Equestre, delante de él las piedras del fondo y retomaría su nado con la vara en su mano.

Cuestionándose de lo que vio, ¿Era verdad? ¿Quién era ese Samael? ¿Para qué luchó si murió en vano? ¿Para qué era la vara y como es que llego y salió de ese lugar? ¿Qué es en realidad el mundo exterior? Temía que sus respuestas fueran respondidas, ya que todo ha sucedido desde que salieron de su hogar.

Radiant vería la cuerda ir de izquierda a derecha con calma, mientras el barco se movía gentilmente entre el canal, mirando ambos pedazos de tierra pasando a los costados del barco y a lo lejos ver un enorme árbol con un castillo de madera y retazos de oro, era el castillo de Griffinstone, asomándose sobre una montaña. Delante de él se mostraba un puente de madera, bien cuidado y firme, a la altura de la cubierta y a su izquierda un pequeño edificio de concreto, paja y madera. Ahí se estacionarían.

Radiant tomo la cadena de su hermano tirando varias veces y a los pocos minutos subiría a la superficie su hermano mirándolo y eventualmente viendo su destino, así que uso sus alas para elevarse a la altura del puente del barco y guiar a Pherica.

Hasta que finalmente, llegaron. Con un suave descenso a la velocidad del barco Reinhardt planto pie en el puente, sonriendo. Su magia evaporaba el agua de su cuerpo así que no tardo más que un minuto para estar seco completamente. Miro la barra en su mano y la guardo.

—¡Hermano! —Radiant dio un gran salto de la cubierta del barco hacia su hermano, sonriendo con el choque de la cadena por el salto—¡Lo lograste! Nos trajiste a tierra.

—No hermano, lo hicimos todos. Lo logramos—Reinhardt miro hacia el puente del barco y Pherica estaba con Raphiel, ambas usando su magia para ocultar el barco con su poder divino y a su vez arrancar el motor para encogerlo y llevarlo con ellas.

Reinhardt veía el apocalíptico sol sobre ellos, y su sonrisa se desvaneció. Ver la luna siendo devorada por las llamaradas del sol y el sol escupirlas en llamas, perdiéndose en el agujero negro del centro. Lo que sentía, era muy distinto. Sentía un poder dentro de él. Quería salvar el mundo.

Raphiel descendió con Pherica, ambas sonriendo. Y miraron hacia el edificio abandonado. De cerca podían distinguir bien que era. Una antigua estación de trenes. Pero no había trenes, ni las vías. Todas fueron arrancadas del suelo y solamente quedaban marcas en la tierra. La estación estaba a un Kilómetro de los chicos.

—Supongo que iremos a la estación—Exclamo Pherica con temor e intriga mientras se aferraba a su bolso.

—Si, es donde iremos—Respondió Radiant con una sonrisa y camino hacia la estación, mirando el suelo. Analizando mientras le seguían los chicos—El puente es viejo, pero no esta desgastado. Se ve claramente que las vigas de acero fueron arrancadas del suelo y ¿para qué? Ni idea, pero debió haber sido durante el caos, cuando el mundo colapso. Y hablando de caos, recuerdo haber leído una de las tantas bitácoras de mi madre. Habla de un ser antiguo, un ser de aspecto "Caótico". ¿Saben algo al respecto? —Radiant buscaba hacer conversación para aligerar el camino, pero esas preguntas solo incomodaban a Raphiel. ¿Qué gran casualidad, ¿no?

—Estas en lo cierto Radiant—Dijo Raphiel, con una falsa sonrisa bien actuada—Ese ser existió hace años. Dicen que vivió desde mucho antes de que la reina Celestia tomara el trono. Su nombre era Discord, y era un Dios. El Dios del caos y desarmonía.

—Oh. ¡Genial! ¿Y qué sucedió con él?

—Bueno, no se toda la historia, pero sé que causo muchos problemas a Equestria, casi derrotando a las princesas en aquel entonces y fue allí cuando los elementos de la armonía fueron usados por primera vez.

—¡La leyenda de las seis hermosas! —Dijo Radiant con una sonrisa, dio un pequeño salto girando hacia Raphiel caminando de espaldas—¡Seis hermosas gemas nacidas del árbol armonía, dejado por los antiguos pilares de Equestria! La historia dice que fue el padre de la hechicería, Star Swirl el barbado el que planto dichas semillas con el resto de pilares.

—Así mismo, y fue Celestia y Luna quienes dieron uso. Y Discord fue convertido en piedra, años después se despetrificaria por orden de la princesa Celestia y seria reformado. Aunque no fue fácil al principio, pero su espíritu serio controlado por Fluttershy, quien con su delicada voz y suave tacto. Harían que floreciera en él, el instinto de amar. Y fue como decidido unirse a la amistad mágica para cuidar Equestria.

—¿Y qué sucedió con él? —Todos veían a Raphiel con suma atención, pues no era tan fácil hablar de historias del muy pasado. Incluso para Raphiel, que no es para nada parte de su historia, pero son los relatos que ella gusta leer y compartir.

—Salvaría Equestria muchas veces; Pararía invasiones, salvaría vidas, usaría su poder del caos para detener crueles villanos. Y vivió en armonía durante décadas. Pero…—Raphiel corto su voz de golpe, y su semblante cambio. Y miro el cielo, viendo el apocalipsis en el firmamento.

—¿Pero? —Pregunto Pherica inclinando su cabeza.

—Esto se vino abajo, Discord vio el caos en el mundo. No, en la creación. Vería el caos creado tras tantas batallas entre el bien y el mal, vería como Equestria lucharía contra los guardianes y vería como las consecuencias de los actos del guardián del mundo y vería. Esto. Vio como el mundo se envolvió en el verdadero caos, en las tinieblas. Era un caos que lo superaba, era un caos que no conseguía entender. Discord se divertía haciendo caos, pero era un caos inofensivo comparado a esto.

—¿Y que paso Raphiel? —Pregunto ahora Reinhardt tragando saliva con intriga.

—Murió. No soporto vivir en este mundo, y acabo con su propia vida. Sobrecargó su cuerpo físico con todo su poder que estallo en miles de pedazos. Un Dios Equestre no soportó que hubiera otro Dios, un verdadero Dios que hiciera esto con solo mover un pulgar. Esto destrozó a Fluttershy, pues su inmortalidad le permitía "Vivir felices para siempre" Pero tenia un servicio que cumplir y pues. Tuvo que olvidar parte de ese amor por aquel draconequus.

Raphiel bajo la mirada, no quería hablar más de los antiguos héroes que fueron olvidados a propósito, sabia que Equestria había más héroes que Twilight y sus amigas; Tempest, Sandbar, Trixie, Ocelus, Autumn Blaze. Pero fueron obligados a perderse en el tiempo por "Su" culpa, por no ser dignos para estar en esa época ni que nadie los recordara.

Los chicos no mencionaron nada y volvieron a lo suyo, Radiant con cierto desánimo regreso su atención al frente y continuaron caminando durante casi media hora más, hasta llegar a la estación de tren.

Una vez llegando, delante de ellos estaba la puerta de madera, horas atrás. Pensaban que era una especie de tienda con suministros, que seria una parada para descansar, pero al tener el edificio delante. Les hubiera gustado cualquier otra cosa. Pues delante de ellos le esperaba una puerta a medio caer y la otra con un gran agujero en el centro, las ventanas tenían abarrotes y los cristales rotos y gruesas telarañas y capas de polvo. Las tablas de madera del suelo estaban apolilladas o quebradas. Los ánimos de los chicos estaban por los suelos. Pero tenían que seguir, quizás encontrarían algo bueno para su viaje.

Reinhardt tomo la iniciativa y saco su lanza de acero y madera abriendo lentamente la puerta mirando el interior; El aire estaba inundado por las partículas de polvo, visibles gracias a que el techo tenia un gran orificio donde la luz anaranjada iluminaba el interior, unas bancas de madera estaban en el centro, unas caídas por unas de sus patas y otras de cabeza, como si alguien las hubiera volteado. Quizás el pánico de ver el sol chocar con la luna los volvió locos. Y era entendible.

Al final había un gran mostrados de madera, con algunas cajas registradoras. Algunas rotas por la pantalla, otras aplastadas por la posible anarquía de los Equestres y otras tantas especies, en su desesperación de volver a sus hogares, pero no sabrían volver. Pues no volverían nunca ya que en el mundo exterior todo es imposible cumplir toda meta o deseo, aun por bondadoso que sea.

El resto de chicos al entrar, cubrieron sus narices con pañuelos, el polvo era abundante y sentían el picor en sus fosas nasales, Radiant usaría su túnica para cubrirse mientras que Pherica usaría un pañuelo de seda y Raphiel usaría la manga de su ropa para respirar.

El ambiente estaba desolado, tétrico. No había nada, solo polvo y los ecos de las pisadas de los chicos por la sala.

—Debería ser mejor que nos vayamos hermano, no hay nada aquí—Dijo Reinhardt volteando a verle, Radiant sentía una corazonada.

—No lo se Rein, no siempre encontramos edificios abandonados en buen estado comparado al resto. Podríamos pasar la noche aquí—Los chicos miraron a Radiant intrigados, y él sonrió— ¡Es broma! Aquí no hay noche, pero descansaremos. Además, necesitas descansar hermano. Usar magia de respiración acuática es muy cansada. No quiero que te sobre esfuerces.

Reinhardt asintió, aunque cayo en balde cuando menciono tal cosa su hermano, la magia de respiración es muy difícil. Transformar cada molécula de agua en oxigeno es muy difícil. Incluso para su madre, que porta con orgullo los elementos. Y se aparto del grupo pensando mientras su hermano inspeccionaba la sala.

Pherica usaría su magia para iluminar la habitación mientras que Raphiel montaba guardia en la puerta, recargada en el marco mirando a todas partes. Radiant iría a la parte trasera del mostrador, donde daría un salto cayendo a un lado de la caja registradora volando el polvo y algunos tickets, a sus patas vería el cadáver de un pony, el esqueleto. Era un esqueleto viejo. No se asustaría, pero al ver que Pherica se acercaba saco con su magia una sabana blanca y lo cubriría y para que no sospechara, dejaría caer sobre el cuerpo algo de polvo. Bajo a un costado del cadáver y rezó por el alma del difunto. Seguramente fue uno de tantos exploradores del exterior que quiso encontrar una mejor vida, pero el tiempo lo acabo. Tenían que traer al guardián a toda costa.

Radiant al terminar de rezar cruzo una puerta, perdiéndose en la oscuridad mientras que Rein vería unas escaleras de madera al costado de la sala que iban a un cobertizo. Y subió por ellas en silencio, eran pequeños escalones, obviamente para los ponys, pero no se dificulto su ascenso hasta doblar en 180 grados y seguir subiendo hasta topar con una puerta, veía que no tenia la manija y la empujo gentilmente. El interior era desgarrador para el chico.

Había una cama al fondo de la habitación con dos mesitas a los costados con lámparas, entre el y la cama había una alfombra rosada con juguetes, todos cubiertos por una densa capa de polvo y telarañas. Reinhardt vería en la pared de lado derecho un centenar de dibujos. Vería una familia; Era un varón humano, un humano Terrano, una yegua y una niña humana con alas diminutas. Resultado del mestizaje.

Regresaría su mirada a la cama y vería tres bultos bajo una cobija marrón, Radiant sentiría su mirada pesada mientras su garganta se asfixiaba por el dolor. Y caminaría hacia el interior de la habitación con unas pisadas suaves, con la mirada casi al suelo por respeto y sin hacer ruido se acerco a un costado de la cama, donde vería tres cráneos asomados por la cobija y varios frascos blancos y unas pastillas grises. Extendió su mano delicadamente tomando el frasco, leyó la etiqueta y vio que eran pastillas para dormir. Y derramo una lagrima moviendo la cabeza hacia los lados, trago saliva con dificultad manteniendo su postura observando los cadáveres, la familia era mestiza. Decidieron tener un hijo en este caos o simplemente ya lo eran antes del caos divino.

Reinhardt vería las alas de la pequeña, pequeños huesos, casi a los de un pollo. La niña era humana, pero con alas Equestres, tenía en sus manos una hoja de papel. Y un escalofrió recorrió su espalda mientras su respiración pesaba cada vez más y tomaría la carta con su magia, la desapareció de los huesos de la niña y aparecieron en su mano, un pequeño rollo de papel. Y Reinhardt lo extendería viendo su contenido. Una Carta;

Hola a todos, me llamo Calisbel. Tengo 100 años. Soy una niña humana con alas de pegaso. Sí, ¡Soy Equestre! ¿No es genial? Espero que el que este leyendo esto tenga un gran día, porque yo no lo tuve. Mis padres llevan 50 años de haberse ido. Y yo pronto iré con ellos. No se que día es, ni el año. Solo veo los momentos pasar, porque no existen días ni noches.

Mis padres tomaron unas raras pastillas y me dijeron que lo hiciera, pero cuando me las iba a tomar, ellos ya estaban dormidos, pensé que despertarían. Pero no lo hicieron, así que al final. Decidí tomarlas, quizás volvieron a su hogar "Die Göttliche Grenze" Así que también iré allí.

Guardian de la creación, apiádate de nuestras almas.

—Era una chica muy audaz para su corta edad —Reinhardt levanto la mirada de golpe, y delante de él había un hombre, de cabello grisáceo, de ropa militar Equestre. Aquel uniforme de la guardia crepuscular. Reinhardt no reacciono con agresividad, pero sí con miedo. Pues este hombre era tenue, la luz pasaba a través de su cuerpo —Calisbel murió a esa edad, pero lo que no sabe es que ella nació dentro de la ilusión, y sus padres habían ido de vacaciones cuando sucedió todo. Durante su crecimiento, pensó que este mundo era un patio de juegos, donde estaban castigados. Nunca supo de Equestria central, de la que se vive feliz dentro de la ilusión, pero si sabia la existencia del guardián del mundo, el guardián de la reencarnación, etcétera…

—¿Eres? ¿Samael? —Y Samael asintió. Sonriendo.

—Soy Samael, el guardián absoluto de la muerte. He visto la muerte un millar de veces y he ganado pero esta vez, decidí perder.

—¿Quién eres?

—Ya lo dije, Soy Samael. Deberías de saber de mi —Y Samael extendió sus brazos lanzando a Reinhardt al abismo nuevamente, alejándolo de la creación del malvado. Y regresaron donde Samael había desaparecido en la miasma.

Reinhardt veía a todas partes, intrigado.

—¿Qué es este lugar?

—Es el abismo, el hogar del padre de todo. O bueno, su propia prisión.

—¿Padre de todo?

—Ya debiste haber escuchado su nombre anteriormente. Quizás lo olvidaste por vagar tanto tiempo en el tiempo. Pero el padre de todo tiene nombre, se llama Arkzrimiel. Es quien creo este mundo y le dio concepto y forma. Y nosotros somos sus creados —Y Samael recordó, aquellas palabras de Raphiel mientras navegaban en el barco.

—¿Por qué estoy aquí?

—Por la misma razón por la que tu hermano vago por muchos reinos aprendiendo del guardián. Tienes que mantener el equilibrio.

—¿Mi hermano?

—Sí, Raminidez ha estado en muchos lugares, sin saberlo. Ha visto creaciones alternas donde ha tenido contacto con el guardián y este le ha encomendado esta tarea, a diferencia de ti. Raminidez ha tenido éxito, entendió porque debe volver el guardián del mundo. Debe volver, así como yo debo volver. Sin que él sepa, claro.

Reinhardt estaba confundido, todo este tiempo ha estado ayudando a su hermano a salvar el mundo. Pero ahora debe de comprender lo que le dicen, ¿Cuándo paso todo esto? ¿Cómo debe de solventarlo?

—Pero no, mi hermano es el que tiene que hacer todo esto. Simplemente lo ayudo en su travesía, así como las chicas.

—Pero no siempre es lo que creen, Equestria tuvo un pasado difícil, muchas guerras para que el guardián lograra su final feliz, pero al final hubo caos y muerte, apocalipsis. El guardián ha sufrido mucho, pero también yo. Yo también quiero mi final feliz, quiero volver a amar, quiero volver a respirar, el guardián. Mi hermano, no es el único que merece revivir. Regresar a la creación.

—¡No puedo! ¡Simplemente no puedo! No entiendo, primero que el tiempo esta distorsionado, que el fin del mundo esta sobre nosotros, ahora me dices que hay realidades alternas. ¿Crees que me lo voy a creer? ¿Cómo puedo confiar en ti? Este mundo nos ha enseñado que no hay que confiar en los demás. Mi madre nos lo enseño.

—Si, pero no te enseño que tu eres la encarnación de la maldad. Tu Reinhardt. Tienes que traer la maldad al mundo. Tu eres la mitad de tu hermano, eres el yin del yang. En ti hay bondad como en Raminidez maldad. Representan el equilibrio de Equestria. ¿Por qué crees que no hay ningún villano como lo contaban los libros de historia? ¿Por qué crees que seres como Discord o Sombra dejaron de vivir? Porque la maldad se terminó, el mundo se terminó. Así como la bondad. Desde el principio tu madre lo sabía, desde hace años. Cuando charlo con el guardián del mundo. Mi hermano.

Reinhardt se estremeció, retrocedió varios pasos y cayo al suelo, miro a Samael quien cambiaba su atuendo, era una armadura de cristal, con un corazón purpura en medio y su mirada emanaba un aura purpura con lágrimas de alquitrán.

—Pero no es cierto, en mi no hay maldad. No puedo ser el mal.

—Pues lo eres, tu vida ya estaba planeada desde la Reencarnación del guardián del mundo, Equestria oculto todo del pasado, tu madre oculta esto —Y Samael se arrodillo delante del chico, y su mirada cambio, se perdió aquella aura y dejo de llorar alquitrán y en cambio, esbozo una sonrisa. Una sonrisa amable —Reinhardt, aun puede haber salvación, sigue a tu hermano, haz que logre juntar aquellas armas legendarias, que reúna a los últimos guardianes, porque, aunque en ti haya maldad, no significa que serás malo. Yo era conocido como un segador de almas, la muerte encarnada, y termine dando hijos al mundo. Muy lejos de aquí, hice vida. Por el bien de mi amada. Pero fue Arkzrimiel quien me lo quito, y quiero venganza. Salvar a mi familia y empezar de cero.

Y Reinhardt vería en los ojos de Samael toda su vida, vería tanto sufrimiento y tanto dolor que la empatía no bastaría, trago saliva entendiendo todo el plan de Samael mientras este sacaba del bolsillo de Reinhardt la vara purpura.

—Esta es mi guadaña. Cuando estén en momentos de peligro, úsala. Tiene toda mi esencia dentro, mataras a quien la toque. Pero si confías en tus principios, en tu vida. No matara a nadie, simplemente harás que huyan del pavor que te tendrán, porque te verán como la encarnación de la muerte. Mi encarnación.

—¿Y si fracaso?

—Tu hermano fracasara y todo esto habrá sido en vano —Y Samael se reincorporaría sonriendo mientras se desvanece junto con el abismo —Cumple con tu tarea Reinhardt, salva Equestria, trae el equilibrio que se perdió.

—¿Y como lo hare? ¿Cómo sabre que lo hago bien?

—Sigue tu corazón. Ella te dirá todo. Y es lo mejor, porque hay hijos que no tienen alma…

Y Samael se desvaneció y la habitación regreso a la normalidad y voltearía a todas direcciones hasta ver en su mano izquierda la vara de Samael, brillando en una tenue luz tranquilizadora. Sentía que Samael fue buena persona en vida, a pesar que una vez asesino al guardián del mundo.

Voltearía hacia la cama y vería que ahora había varios pétalos de rosas sobre ella, cubriendo los cadáveres y sobre el cráneo del infante había una flor carmesí, suavemente ondeando con el aire. Y Reinhardt caminaría hacia la salida sonriendo, mirando la vara. Sin saber que todo era parte de una serie de acontecimientos que se habían puesto en marcha hace siglos por el mismo Samael.

"Oh Krysta, la hermosa pero peligrosa Krysta. De cabello como el fuego y una fuerza que daba temor. Cuando apareció por primera vez en Ponyville, creo yo que tenía unas escazas dos semanas de haber vuelto de la otra realidad. Y recuerdo con claridad como de un solo golpe casi deja inconsciente a Phoenix, y a mi me veía con un odio irremediable. Tenía miedo al ver esos ojos rojos. Emanaban ese fuego que la caracterizaría como la estrella roja. Rigel".

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