QUE ONDA A TODOS, AQUI BRAVETHUNDER REPORTANDOSE UNA VEZ MÁS CON UN CAPITULO MÁS DE ESTE GRAN FIC.

REALMENTE ESTOY EMOCIONADO, FINALMENTE HE TERMINADO UNA SUBTRAMA. ¿CUAL? YA ADIVINARAN XD PERO ME DA GUSTO SABER QUE HE TERMINADO UN ARCO DE CASI 20 CAPITULOS, DIVIDIDOS EN 3 TITANES. SE QUE TENDRAN LA DUDA DEL PORQUE NO HUBO UN CUARTO, PERO NO SE ALTEREN. HABRA EXPLICACION, ALGO AMBIGUA. PERO LA HABRA.

EN FIN, ME PONDRE MANOS A LA OBRA A SEGUIR AVANZANDO PUES EL CAMINO HA COMENZADO. DEBEMOS TERMINAR ESTA HISTORIA CUANTO ANTES PARA QUE PUEDAN ENTENDER LO QUE SEGUIRA DESPUES. SIN MÁS. ESPERO LES GUSTE ESTE CAPITULO TANTO COMO A MI AL ESCRIBIRLO, LOS VERE HASTA LA PROXIMA AMIGOS.


—CAPITULO 30: PARADOJA—

Guadaña de Samael

Guadaña una vez empuñada por el legendario Arcángel de la muerte, aquel que murió apenas cruzando el abismo dejando de legado esta arma para aquel digno de recogerla. Aquel que tenga un corazón tan oscuro como lo tuvo el podrá entrar al abismo.

Radiant veía Griffonstone desde el tejado de la estación de tren, con el libro de la vida a un costado, con las cadenas descansando en la madera. Estaba desconcertado, preocupado. Tenía en claro que debía de avanzar en su viaje, en progresar y regresar con éxito. Pero todo era un peligro inminente, desde que salieron de Fillydelphia tenían esa amarga sensación. "No confiar en nadie. Este mundo no existe la magia de la amistad" Pensaba Radiantshield con una espina en su corazón.

A pesar que su madre era muy estricta y fría con ellos, siempre les otorgo esa esperanza, que todos eran buenos en el fondo de su corazón, que todo se resolvía con amor y compasión. Pero desde que salieron solo han visto traición tras traición, incluso a aquellos que conocieron durante el trayecto, no los consideran amigos, los consideran aliados. Pues dejaron de creer en la amistad y, por ende, la magia.

A un lado de Radiantshield apareció el guardián del mundo, con una pequeña sonrisa, compasivo ante el chico. Veía y entendía sus emociones, él ya lo había vivido en carne propia. Y se sentó a su lado tomando del hombro a Radiantshield.

—¿Cuánto más tenemos que sufrir para poder lograr nuestras metas? —Pregunto Radiantshield sin apartar su mirada de la cima de la montaña, de Griffonstone.

—Sufrirán mucho, y cuando dejen de sufrir. Sufrirán más.

—¿Por qué? ¿Por qué debemos de sufrir? —Radiantshield miro al guardián, a esos ojos color avellana y vio su reflejo en tales ojos. Y el guardián dio un largo y profundo suspiro.

—El mundo está a punto de desaparecer, Arkzrimiel viene en camino para borrar este reino. No podemos permitirlo.

—¿Viene en camino? No entiendo. ¿No es omnipresente?

—No, Arkzrimiel nació con un defecto…

Antes de la creación, no había nada. Antes de que el tiempo fuera tiempo, antes que la realidad y fantasía fueran dos cosas antes, antes de que nacieran las estrellas nacieran y los soles ardieran.

No existía nada

Solo un páramo oscuro, un profundo abismo. Un mar negro, así fue desde que la eternidad era un mito.

Pero en algún momento, en medio de la nada, sucedió algo. Algo inesperado, súbito. Y Arkzrimiel apareció en una magna luz. Apestando a divinidad. Y fue allí donde todo empezó…

Arkzrimiel creo este reino para probarse a sí mismo, si era capaz de crear algo más que sufrimiento y muerte, pero torpemente cayo en su propio engaño. Pensó que creo algo hermoso, algo para amar. Pero se mintió durante todo este tiempo, creó muchas cosas. Experimentando, creó a la humanidad, creó a los Equestres. Y ninguno resultó favorecedor.

Radiantshield se enmudeció bajando la mirada. Preocupado, al borde del colapso. Derramando un par de lágrimas, pero el guardián acaricio su melena, brindando sobre el aquella luz de tranquilidad y esperanza.

—¿Cuándo vendrá Arkzrimiel? ¿Qué debo hacer para ayudarte?

—Ya lo estás haciendo, me ayudas mucho. Ya no hay nadie que me pueda ayudar en estos momentos, nadie confía en mí. Porque decidí morir como un traidor, como un alicaído.

—¿Por qué?

—Porque mi tiempo como héroe termino, termino bien. Y de eso me siento orgulloso —Y el Guardian sonrió mirando el cielo —Quería que Equestria tuviera una nueva generación de héroes, seres de corazón puro, unos verdaderos guardianes. Pero deje unos…Bueno, ya sabemos el resto. O lo sabrán más adelante.

Radiant no dijo nada. Aunque vio extraña la reacción del guardián al final de sus palabras.

—¿Tienes un nombre? —Y el guardián volteo a verle, su rostro automáticamente cambio, y se tornó serio y frio.

—Lo tenía, pero no importa ya. Debo irme.

—¿Por qué no me dices tu nombre? Creo en ti, confió en ti. Pero ¿Por qué no se tu nombre?

—Porque ya te lo he dicho, el decir mi nombre significaría que Arkzrimiel nos borrara antes de tiempo. Radiantshield, debes de ser paciente —Y el guardián le tomo del hombro con gran firmeza —Debes de ser paciente, pronto sabrás todo, entenderás todo. Pero ahora debes de ser mi guía, debo de traer balance al mundo. Sacarlos de la creación —Y Radiantshield bajo la mirada y el guardián desapareció nuevamente, exiliándose a su paradoja, a su prisión espacio-temporal, sufriendo por su injusto pecado.

—Pero yo quiero saber porque sufro… —Radiantshield se quedó plasmado por un rato, mirando el suelo árido, estaba dudando ya de su labor, algo nació en el para comenzar a dudar. Quería ayudar al guardián, pero siente que no es justificación suficiente para haber salido de su hogar, y se preguntaba constantemente "¿Por qué de pronto quise salir de mi hogar? Si no tenía una razón para irme" Pero su pensamiento fue cortado, Reinhardt estaba en el sendero con Pherica y Raphiel, lo esperaban.

Reinhardt sonrió al ver a su hermano saludarle y este salto cayendo suavemente hasta apenas levantar unas partículas de tierra. Miro a sus amigos y miraron la estación de trenes abandonada, ver el barco a lo lejos con confianza, nadie se lo robará ni moverá de allí. Eso es seguro.

Así que partieron hacia Griffonstone, caminando por un sendero cuesta arriba.

Durante el camino, nadie menciono ninguna palabra. No había una razón ni tema de conversación, al menos para Raphiel ni Pherica quienes sonreían tranquilas pues sentían aires de alegría a diferencia de los chicos, que uno presencio el ocaso el guardián de la muerte encontrando un propósito y el otro comenzó a dudar de su propósito. Cuestionándose el valor de su vida.

No podían evitar admirar el paisaje conforme subían, era un paisaje tétrico pero bello, ver el otro continente del mundo, sumido en su propio ambiente. Ver las ciudades de la costa, con las luces en los edificios como puntos amarillos y el infinito bosque que devoro los caminos y poblados de Equestria así mismo como única referencia la montaña de Canterlot. Donde se había perdido rastro del castillo, no por la distancia. Sino que finalmente cedió y se derrumbó y aun podían verse el polvo salir desprendido del suelo acompañado del humo del fuego que lo consumía.

Radiantshield veía el paisaje de izquierda a derecha varias veces viendo todo lo que han recorrido, y su presentimiento era cercano a la realidad; volverían a recorrer todo nuevamente. Buscando más respuestas ¿Cuánto tiempo más viajarían? Comenzaba a dudar de su viaje, pero seguiría avanzando. No solo quería saber quién fue el guardián del mundo en vida, sino. ¿Cómo es que quiso dejar su hogar de la nada?

Los chicos subirían por horas, algunas veces tratarían de conversar, pero sería inútil pues el paisaje reprimía toda alegría, su unión se desquebrajaba cada vez que hablaban de volver a su hogar, había ocasiones que no se veían como amigos, ni como familia, solo aliados. Camaradas en la incursión. Raphiel era la que más mostraba esa emoción, había ocasiones que solo veía a los demás como molestias, como cobardes. Pero recobraba su compostura y esbozaba una sonrisa llena de calidez y amor.

Doblaron varias esquinas del sendero en ascenso, se doblaron las piernas varias veces las chicas con las rocas a punto de caer, pero finalmente verían la entrada a Griffonstone, la ciudad de los grifos.

Radiantshield sonrió de emoción y apresuro su paso adelantando los chicos, obviamente le siguieron queriendo oprimir las emociones del chico, pero era en vano, quería averiguar más del guardián del mundo. Aquel que tiene nombres infinitos, pero ninguno real.

Lo primero que verían serian cadáveres de dragones en la entrada, esqueletos secos por el sol y sus escamas apenas visibles por la tierra, esto los desconcertó. Un dragón es inmortal, los dragones compartían rasgos con los humanos divinos y lo único que podía matarlos era un arma divina o un arma humana. Pero ninguno mostraba señales de combate o eso aparentaban sus esqueletos empolvados.

Radiantshield borro su sonrisa y miro a su hermano preocupado, Raphiel desenvaino sus dos cuchillas y Pherica se ocultó detrás del grupo preparando varios hechizos. Reinhardt apretó su lanza plateada con una mano mientras que con la otra apretaba firmemente la vara de Samael. Delante de ellos estaba la entrada a Griffonstone, un enorme arco de paja y madera se alzaba conforme se adentraban a la ciudad.

Una ciudad desierta.

Lo primero que sintieron sus piernas fue la paja que cubría la mayor parte de la ciudad, a los costados varias casas con las puertas de madera roídas por las termitas y las ventanas rotas, algunos techos caídos y casas derrumbadas, delante de ellos se postraba una prominente estatua, con el guardián del mundo plasmado, en su mano derecha tenía un báculo delgado con una esfera en medio, este báculo intrigo a Raphiel. Ya lo había visto antes, sabia a quién pertenecía, y Phoenix conocía mejor al dueño del báculo, en su izquierda. Una espada de plata, con unas rondanas en el mango. Asegurando la hoja, ¿A Quién perteneció dicha katana? La vaina estaba escrita en otro idioma y apenas se distinguía algunas letras "walküre"

En la base de la estatua estaba escrita una leyenda, esto emociono a Radiant y corrió sobre ella, pero al acercarse vio sangre y lo que había escrito fue rayoneadas hasta lo incomprensible; "Asesino" fue lo que leyeron los chicos, todos en silencio.

—¿Seguro que es aquí donde debemos estar, Radiant? —Pregunto Reinhardt mirando a todas partes.

—Sí, aquí es. Turime nos dijo que este sería el lugar. Además, es obvio que el guardián estuvo aquí. Si no, su estatua no estaría.

—¿Y por qué escribirían tal cosa? —Pregunto Pherica apoyándose en el hombro de Raphiel.

—Algunos piensan que el guardián hizo mucho mal al mundo. Aunque yo pienso lo contrario—Una voz anciana interrumpió a los chicos, todos sacaron sus armas hacia el origen, pero a su izquierda solamente había un grifo, un grifo anciano con una túnica. Apenas podía caminar.

—¿Quién es usted? ¿Se encuentra bien? —Reinhardt dio un par de pasos, pero fue detenido por Radiant, estaba inquieto ante el grifo.

—Usted se llama Gherman. ¿Verdad? —Y el grifo sonrió, y aparto su túnica. No tenía ningún arma, solo sus plumas marrones y el cuello canoso, sus patas tenían manchas de la vejez. Se apoyaba con un bastón.

—¡Pero que chico tan perspicaz! Hace mucho tiempo que no vienen jóvenes como ustedes. Díganme, ¿Cómo se la pasaron durante el viaje? ¿Descubrieron cosas nuevas? —Los chicos no respondieron, Gherman sonrió acariciándose la barbilla—Supongo que no fueron cosas buenas. Vamos chicos, no se asusten. Sigan a este pobre anciano a su tumba.

Y Gherman comenzó a caminar entre el pueblo, los chicos obviamente desconfiaban del grifo, pues aparentemente era el único que habitaba el reino de los grifos. Pero tenían que seguirle, pues era el hijo del guardián. Un creado para un propósito mayor.

Los chicos seguirían en silencio con sus armas en mano mientras Gherman se tambaleaba con su bastón, con el ruido de la madera golpear la piedra y el sonido de la paja al arrastrarse. Radiant veía al anciano y no entendía su vejez. A diferencia de Llanas, este parecía más muerto que vivo. ¿Cuántos años tendrá Gherman? Gherman era el tercer hijo del guardián. Su titan. Un ser que comparte la inmortalidad del guardián, entonces. ¿Por qué de su estado senil?

—Gherman, ¿Es usted un titan del guardián? Solo para confirmar—Radiant emparejo al anciano y este volteo a verle, de cerca. Vio sus ojos, unos ojos dorados con una capa grisácea. Era ciego. Gherman sonrió.

—¡Claro que soy hijo del guardián! ¿Acaso no se me nota? —Gherman se detuvo sonriendo—¡Fui bendecido por su poder! El guardián salvo mi vida cuando más le necesitaba y salvo Griffonstone.

—¿Sí?

—¡Obvio! ¿Acaso no vieron lo mismo que yo en la plaza? Y dicen que yo soy el ciego ¡Ja! —Y Gherman siguió caminando, bajando por una pequeña cuesta y los chicos vieron al final. Una enorme casa de dos pisos, con torres y algunas velas. En la entrada verían esculturas de madera de diferentes especies, aunque predominaban grifos—Griffonstone antes era una ciudad prospera, había un centenar de visitantes cada día, iban y venían con una gran sonrisa. Y obvio ¡Bolsas de oro! Obviamente aceptábamos lo que aquellos llamaban "Bits" pero al final de cuentas, era oro. Pero hubo un antes y un después de tanta prosperidad…

Los chicos llegaron a la enorme casa, Gherman les abrió la puerta y rechino hasta topar con la pared. Verían el interior lleno de estatuas, de cientos de especies; Personas, dragones, grifos, humanos y Equestres. Y en el techo un millar de velas colgando con delgadas cuerdas. Llenando de cera el suelo, y este mismo estaba revuelto en plumas, paja y madera cortada. Radiant vería a sus amigos y entrarían al edificio con cautela y al entrar todos. Gherman cerraría la puerta con quietud.

Déjenme contarles una pequeña historia, de cómo llegue a ser un titan. Un hijo del guardián…

Todo empezó con un suave susurro, un susurro del invierno.

Aunque como empezar, ¿Qué debería de decirles? Pues esta información vale oro. Como les dije, Griffonstone fue una ciudad ultra materialista, aquel que tuviera oro. Ganaba un pase directo a cualquier rincón de la ciudad y podía ver los hermosos paisajes que solo nuestro reino podía ofrecer. Aunque podría preguntar ahora que, si tienen algo de valor para mí, pero es obvio que si lo tienen. Puedo ver en tu cadera joven Raminidez, el estoque del lobo blanco y el espadón de la reina Phoenix. Por lo que veo, no les das uso a pesar de sus bondades. Así que sí. Les contare lo que sepa de mi historia y como es que seré de ayuda para ustedes.

Siéntense, acérquense a la chimenea y espero no se duerman. Pues es una historia muy interesante.

Yo vivía al sur de Griffonstone, cerca del castillo de difunto Rey Rober. Bueno, no tan cerca pues vivía bajo este y era habitual dormir entre un montón de escombros, era un chiquillo cualquiera. Sin familia, sin amigos, sin nadie en quien ampararse, aunque así vivíamos todos en Griffonstone, pero yo más, yo no tenía donde morir, solo las enormes piedras del escombro que aplastarían y cubrirían mi cuerpo si muriese o estas me matarían un día.

Aunque no siempre fue malo pues había grifos que descuidaban sus hogares y podía tomar algo de paja, periódicos de los turistas o los mismos panfletos de sus nidos y así me hice de mi pequeño hogar, bueno. Lo que durara antes que las piedras las aplastasen en cualquier momento. No era una gran vida, pero me considero un sobreviviente.

Recuerdo claramente cuando vino el guardián del mundo buscando a un sucesor, a un ser que pudiera almacenar tanto amor como él. Aunque era la primera vez que todos lo veíamos y quedamos maravillados. Obviamente no por su especie ni lo raro que era, sino por el oro que portaba; ¡Su armadura era de oro! Era un hombre de alta estatura, de ojos color avellana y cabello castaño, su armadura mostraba un ave fénix en el centro con sus alas extendidas, sus alas eran de fuego, así como una corona del mismo fuego sobre su cabeza. Olvide mencionar que tenía tres pares de alas.

Al verlo obviamente nos abalanzamos sobre él, "Era un ser de dinero" "¡Un millonario!" Decían otros, incluso algunos dijeron que era una especie de Dios de la fortuna, pues brillaba en una luz dorada. Aunque nadie noto que venía con un acompañante; Un hombre de ojos purpuras, cabello blanco y uniforme blanco con capa lila con el símbolo de la princesa de la amistad, Twilight Sparkle. En su mano tenía una guadaña y su espalda un par de alas negras, y era claro que era idéntico a este hombre de oro, pero le ignoraron al principio. Querían al hombre dorado.

Yo podía decir que era inocente, o no tanto. Pues mientras él estaba rodeado de los grifos de todo el reino, yo entre a sus casas a tomar más cosas. Quería hacer mi casa en un mejor lugar y no había mejor momento que teniendo a toda la ciudad distraída.

El guardián dio un discurso mientras yo tenía sobre mi lomo todo lo que pude "pedir prestado" y lo llevé aquí, a mi taller y lo escondí entre algunos escombros que traje del castillo. Incluso me llegue a burlar de todos los grifos, pues les había robado todo JAJAJAJA. ¡Pobres torpes!

Y di varios viajes con cosas hasta que el guardián me miro a los ojos, no estaba molesto. Me sonreía, a pesar que tenía en mi espalda ya varias tablas de madera para mi nuevo hogar y mi nuevo proyecto. Vería a su amigo y me llamaría señalándome. Todos los grifos al verme con sus cosas comenzaron a abuchearme y a insultarme. Algunos incluso me lanzaron rocas, intenté huir, pero tropecé por el peso y justo cuando me rodearon. El guardián me protegió usando su poder.

Estaba envuelto en un campo de magia dorada.

Gente de Griffonstone—Hablo el guardián con una voz poderosa, tanto que emitía un suave eco en su voz—No debemos caer en tentación mundana, el mundo está acabando. Y mi deber es salvarlos—Los grifos obviamente enfurecieron, su mundo era lo material. Incluso para un ser como el guardián, era preocupante. Y su gesto mostraba tal emoción—Samael, ¿crees que podamos hacerlo? ¿Estarán en verdad listos?

¿Y tú que crees? ¿Cuántas veces lo hemos hecho ya? Detener la paradoja depende de que hagas lo correcto. Incluso que parezca malo.

Y el guardián hizo una pequeña mueca, en aquel entonces no sabía a qué se refería a aquello que dijo Samael, pero. Bueno, ya lo entenderán ahora.

Muy bien—Dijo el guardián sonriendo y emitió una onda que empujo a todos los grifos lejos de mí, se acercó caminando y detrás de él, en el suelo aparecían pepitas de oro. Y era obvio que ahora temían del guardián—Gente de Griffonstone, como dije anteriormente. Me llamo ¡"#"#$"#$" Y soy el guardián de este mundo, soy el guardián del amor y de la amistad. Vengo ante ustedes como un amigo, un ser lleno de amor y bondad y quiero lo mejor para ustedes. Quiero darles un mejor futuro, y una excelente noticia—El guardián se acercó a mí, me miro a los ojos y sonrió amable. Era un hombre educado, amoroso pero su mirada mostraba dolor y tristeza—Se que su situación económica es deplorable, no tienen rey y temen tener otro, pero no dejare que el miedo ciegue sus corazones, pero yo sé que necesitan. Necesitan, amor.

Y el guardián permitió que los grifos tomaran todo el oro que dejo atrás, y el mismo hizo que lloviera oro, todos os grifos estaban emocionados, incluso yo. Intentaba tomar tan siquiera una piedrita, pero el guardián no me dejo salir de la esfera. Él vio algo en mí.

Hermano. No perdamos más el tiempo—Menciono Samael que estaba de brazos cruzados, recargado en una casa.

Cierto, Cierto—Sonrió el guardián apenado y miro todo el paisaje, todos los grifos tomando el oro. Era tanto oro que nadie peleaba por él. Simplemente lo tomaban y reían alegres—Les dije que les daría todo lo que quisieran, pero no les dije que el oro era gratis—Y ahí todo el ambiente se tensó, todos se pararon en seco y vi al guardián cambiar parcialmente su mirada, intimidaba—Deje que cayera oro, pero no dije que dejaría que se lo llevaran. Se los daré si me prometen algo—Y todos verían algo de malicia en tu padre, aunque era un prejuicio ignorante. Malditos grifos.

Oh, dulce guardián del amor, díganos ¿Qué es lo que desea a cambio? —El entrometido anciano Gruff apareció entre la gente con las alas llenas de oro. Era un anciano adulador cuando le convenia.

Parece que usted anciano, fue el único en preguntar. Mucho gusto Gruff—Dijo el guardián sonriendo, ¿Cómo supo el nombre del anciano Gruff? Nadie se lo había dicho—Mi única petición es que ustedes vivan y prosperen.

Todos cruzaron miradas ante esto, extrañados por la petición.

¿Disculpe guardián? ¿Es eso lo que quiere? Podriamos hacer lo que usted quiera, nos dio lo que tanto adoramos.

Pero no es algo que los llevara a la salvación, sino a la ruina. El oro que tienen en sus manos les durara todas sus vidas, incluso sus generaciones futuras serán ricas. Pero no sabrán lo que es amar. Ni ser autosuficientes. Lo que les pido es algo sencillo. Sean felices, vivan sus vidas y adoren a sus iguales.

Aunque todos los grifos dudaron por un gran rato, finalmente accedieron. Había algo en el guardián que cambiaba la mentalidad de todo aquel que lo escuchara. Nadie podía negarse ante tanta bondad y amor.

Y fue cuando todo cambio; Los grifos aprendieron de la amistad, y para que funcionara mejor. Mandaron a un chico llamado Galo a una academia de la amistad en Equestria, y viviría allí durante años mientras nosotros crecíamos como reino, aprendieron sobre la paciencia, el amor, y muchas patrañas más.

El guardián paso toda su vida en Griffonstone, nunca volvió a su hogar, y paso toda su vida allí hasta que desapareció de la creación y con él. Yo también dejé de existir, y fui testigo un centenar de paradojas hasta que finalmente, al ver al guardián. Le esperaba, ya tenía todo conmigo; En vez de vivir en los escombros, hice mi taller con todo mi conocimiento, hice una enorme casa donde acobijar al guardián y cuando llego el momento. El hizo su monologo, me protegió de la muchedumbre y repartió el oro. Pero en vez de dejar el oro a los grifos, este me lo dio a mí. Y me dijo que hacer una estatua a su imagen traería prosperidad, no solo a Griffonstone, sino a la isla entera y así fue. Todo lo observe a la distancia, sin ser alguien especial. Observe el mundo un millar de veces.

Me convertí en escultor, esculpí la estatua y la deje en la plaza, el guardián se quedó conmigo hasta desaparecer. Como lo ha planeado. Y aún recuerdo la plática que tuve con el guardián. Creo que fue una de tantas veces que regreso.

Buen trabajo chico, veo que has hecho un gran trabajo en pulir mi armadura.

Muchas gracias guardián. Hice lo mejor que pude, pero tallar oro no es tarea fácil.

¿No? ¿Acaso se necesita más que un pico y cincel?

¿Qué? ¡¿Por quién me toma?! Estas garras bastan para formar su rostro—Y mostré mis garras con orgullo, pues sí. Eran afiladas y nunca se romperían pues el mismo encanto mis patas—Solamente con descanso puedo hacer lo que me plazca.

Me da mucho gusto, dime. ¿Cómo te llamas? —Y fue cuando me di cuenta de algo, no me recordaba. Pensé que todas esas veces que venía a Griffonstone, a darnos prosperidad. Era una señal que todo era parte de la vida. Porque yo lo recordaba, pero él a mi no.

Me llamo Gherman, guardián.

Oh, que buen nombre. Me gusta, te esperan mejores cosas Gherman—Y el guardián acaricio mi cuerpo, obviamente este trato no me gusto, no me recordaba. Así que me aparte de él dándole un fuerte empujón, esto lo alegro y sorprendió—Increíble, pudiste separar mi mano de tu cuerpo. Eres muy fuerte.

Claro, porque usted me…

Gherman—El guardián me interrumpió abruptamente—Quisiera que me llevaras a tu taller. Quisiera ver algo—Me quede viéndole un buen rato ¿Acaso me platicara todo su plan por millonésima vez? ¿O es que hay algo que oculta? Me quedé entumecido por un rato viéndole, estaba esperando a mi reacción, no dije nada y solo di media vuelta. Y camine por las calles renovadas de Griffonstone, así como las casas recién construidas. El guardián se veía maravillado. Griffonstone cambio abruptamente de una era a otra, todos los grifos codiciosos que conocí eran seres de bondad y generosos—Me maravilla tu reino, se nota que he sido de gran ayuda, me alegra saber que todo ha cambiado.

Sí guardián, todo ha cambiado. Usted lo dijo, usamos el oro para mejorar nuestras vidas, pero también de los demás que viven en la isla.

Y me llena el corazón de orgullo, me parece hermoso que hayan cambiado, y espero puedan recibir mi recompensa con los brazos abiertos—Y eso me recordó, en mis vidas pasadas nunca vi tal recompensa. ¿Qué habrá sido? Me vi tentado en preguntarle, pero se veía tan distraído por sus pensamientos que no quería quitarle la sonrisa que tenía.

Llegamos a mi taller, aquí mismo. Esta misma habitación descuidada, con bloques de piedra, madera y restos de oro por doquier. Y así como están ahora ustedes, estaba el guardián. Sentado delante de mí chimenea, humildemente en el suelo, con una sonrisa. Maravillado de todo lo que había creado, como un niño.

¿Y bien? ¿Qué le parece guardián? Aquí hago todos mis trabajos, hago esculturas de lo que me pide mi corazón y ahora mismo hago una de la reina Celestia—Y señale una estatua al fondo, entre varias. Era la reina portando una espada ondulada y en su cuello un frasco con un corazón de piedra y lleno de arena—Todavía me faltan unos detalles, pero una vez terminado espero poder llevarlo para que lo evalué. Quizás me haga de renombre.

Me parece esplendido Gherman, eres un chico honrado, todo el esfuerzo a tu taller. Tus patas muestran toda tu pasión.

Y eso es gracias a usted, de no haber sido de su ayuda. Todo esto habría sido en vano y yo seguiría viviendo en la basura.

¿Vivías en la basura? —El guardián cambio su gesto, se preocupó por mí, diría que mucho. Pues me apeno decirle tal tontería.

Bueno, en la basura, basura. No, sino que fue mi hogar. Vivía debajo del antiguo palacio y comía lo que Gilda preparaba. Obviamente nadie la comía, solo yo. Aunque Gilda aprendió a cocinar al poco tiempo que vinieran unos ponys extranjeros. Eran elementos de la armonía. Pero bueno, no me pienso enrollar más.

¿Y qué es lo que deseas Gherman? ¿Qué deseas en esta vida? —Y me quede viendo al guardián, estaba sonriendo, pero sentía que ya había hecho esta pregunta. Me había propuesto algo que olvide.

Nada en especial, disfruto mi vida como es; Hago esculturas y soy reconocido en mi pueblo, aunque me gustaría ser reconocido por toda Equestria, pero gracias a los turistas sé que puedo cumplir mi sueño. Es lo que más ansío.

¿Y no deseas poder? ¿No deseas algo de absolutismo? ¿Poder dominar el tiempo? ¿Un poder para proteger a los demás?

Hmmm…—Y fue cuando me fui para atrás, no literal. Pero hice una clara mueca, y creo que al guardián lo hizo sentir mal—Siendo honesto guardián, me basta saber que los demás son felices con mis esculturas y seguiré haciendo esto hasta que muera.

El guardián del mundo cambio su semblante, ya no sonreía. Sino que tenía una mueca de tristeza, y comenzó a llorar. Su armadura dorada cambio a una blanquecina, su corona se volvió tangible y era dorada y sus alas se hicieron más grandes. Era un hombre diferente. El guardián volteo a verme, llorando. Y tomo mi cabeza con su mano. Me acaricio la frente.

Puedo verlo Gherman, puedo sentirlo dentro de ti. Tu ya tienes algo mío, te había dado mi poder hace ciclos. Y dentro de ti yace ese anhelo. Quieres poder ¿Qué es lo que quieres Gherman? Hacer esculturas no satisface a tu yo interior, al negarte ahorita. Te has negado al cambio ¿Qué quieres demostrar? Cuando te pregunte si querías poder, era que te daría mi poder, te daré mi poder para que protejas a tus creaciones, a tu pueblo—Como dije nuevamente, el guardián tenía la capacidad de hacer recapacitar a las personas. Mire las estatuas, todas incompletas. Quería que mi trabajo llegara a cada rincón de Equestria, pero quería cuidad de mi pueblo también. No quería que cayera una segunda hambruna y con ella. Una codicia asesina. Asentí aceptando el trato.

¿Qué es lo que hare guardián? ¿Por qué tendré que aprender de usted?

Quiero que protejas Equestria, mejor dicho. Esta parte de Equestria, eres el segundo titan que he hecho, pero te nombraras como el tercero. Tendrás la fuerza que me acompaño en esta vida, te daré el conocimiento y desbloqueare todas tus vidas pasadas, así aprenderás más de lo que se aproxima. Yo seré tu padre, y tu mi hijo. Y una vez pasado este poder, esta pizca de existencia, aborrecerás esta vida eterna. La aborrecerás hijo mío. Pero cuidaras la vida de quienes viven aquí, de los que viven cerca y los que vengan, y darás esperanzas a los que sigan mis pasos y les dirás como Romper mi paradoja. Pues estarán cerca de cumplir su meta. Siempre y cuando me prometas lealtad absoluta. Me seguirás hasta el fin del mundo y cuando todos hayan olvidado mi nombre, me veneraras y mantendrás mi leyenda viva, tu serás el tesoro de Griffonstone, serás leyenda.

Y así fue como el guardián del mundo me ordeno cuidar esta parte de Equestria, esta minúscula partícula de creación. Me convirtió en un titan y me transmitió sus conocimientos, conocimientos que ningún titan posee. Y ahora sé que tengo que hacer, porque ustedes deben de sufrir. Y seguirán sufriendo.

Levántense del suelo, pues el anciano Gherman se unirá a su cruzada como un enemigo. Esculpiré unas hermosas estatuas con su sangre.

Los chicos estaban desconcertados, pues delante de ellos un viejo grifo se postraba en una posición de combate. En una pose muy triste para un grifo muy anciano.

—Disculpe, señor Gherman. Pero ¿Qué hace? —Pregunto Pherica mientras el grifo sacaba sus afiladas garras tambaleándose hacia los lados.

—Detenerlos, si no consiguen derrotarme. No avanzaran en su aventura—Y los chicos cruzaron miradas, al ver al decrepito titan queriendo interponerse entre ellos.

—No creo que sea buena idea para un grifo de su muy avanzada edad, siendo honesto. Me pareció una historia muy interesante. Pero no vemos amenaza en usted. Siéntese, le ayudara a su cadera—Radiantshield se levantó del suelo e intento ayudar a Gherman, pero un chorro de sangre cayó sobre él, paso su pata en su frente y era sangre suya y empezó a sangrar. Gherman sonreía.

—Por muy viejo que sea, no significa que no sepa algunos trucos. Sera mejor que se preparen porque no fallare la próxima vez.

Y los chicos se levantaron alarmados, Radiant retrocedió y sano su herida con su propia magia mientras Reinhardt lo cubría con su cuerpo y Raphiel por igual.

—¿Qué es usted? —Pregunto Raphiel dando un paso hacia el grifo, este sonrió y sus arrugas desaparecieron parcialmente.

—Soy un titan, como lo dije. Y uno muy poderoso—Raphiel comenzó a sangrar de sus muñecas y se alejó, Reinhardt vería con detenimiento al grifo, pero no encontraría nada fuera de lo normal. Aparte de los cortes súbitos—Como les dije, el titan me dio algo muy increíble, algo que solo él sería capaz de darme. Y algo que ustedes ya deberían de saber pues ya he dicho que también he compartido maldición con el guardián.

Y Gherman desapareció, dejo de existir. Delante de los chicos, ellos parecían desorientados. Perdidos Radiant se tallo el rostro con su pata y Reinhardt parecía desorientado. Raphiel estaba tambaleándose y sus cuchillas cayeron. Pherica comenzó a mirar a todas partes con un miedo enorme y todos a la vez hicieron una pregunta en sus cabezas; ¿Qué estábamos haciendo aquí?

Delante de ellos apareció Gherman nuevamente, y ellos sintieron un enorme dolor en sus pechos y comenzaron a sangrar de los brazos. Gherman reía tallándose su canosa barba.

—¿Pero qué carajos? ¿Qué hizo? —Raphiel quería vomitar del impacto, no toleraban el abrupto golpe existencial de Gherman.

—Hice lo que hizo el guardián; Y mejor que él—Y Gherman volvió a dejar de existir, los chicos cayeron al suelo súbitamente, la realidad del espacio-tiempo se quebraba sobre ellos, sus mentes y almas no toleraban el que un ser dejara de existir a voluntad de ellos.

—¿Qué sucede Radiant? —Pherica se tomaba de la cabeza con fuerza, sentía que su cabeza explotaría en cualquier momento. Pero Radiant estaba en blanco, con un fuerte dolor estomacal. Trato de levantarse, pero el regreso de Gherman lo atraso y lo reventó contra el suelo nuevamente, con varios cortes en las patas.

—No me sorprende que ahora mismo estén destrozados, mi padre me dio todo lo necesario para ser su adversario, el poder. El conocimiento, puedo dejar de existir cuando quiera, pero sé que no puedo hacerlo permanentemente, porque mi propósito aquí es que ustedes fracasen. Y vuelvan a empezar.

—¿De qué hablas? ¡¿Empezar, de nuevo?! —Radiant levanto la mirada mientras otros cortes aparecían de la nada por su frente, escurriendo por su rostro grandes gotas de sangre.

—¿Acaso no lo han notado? Ustedes también están atrapados en el ciclo, algo provoco que ustedes repitieran esta vida nuevamente, ¿Cuánto tiempo habrá pasado? Quien sabe, pero lo que es cierto es que ustedes han fracasado y todo esto vuelve a comenzar.

Radiant comenzó a llorar mientras Gherman dejo de existir nuevamente, y vio a su hermano. Y este estaba al borde de la muerte, Reinhardt estaba enroscado en sí mismo llorando sangre, y por todas sus cavidades sangraba. Volteo a ver a Raphiel y esta estaba inconsciente y Pherica tomaba la mano de Raphiel, llorando. Radiant estaba en blanco.

Acaso… ¿este es nuestro final?

Acaso guardián, ¿Esto es parte de tu plan maestro? ¿Aquello que tanto nos pediste hacer?

Así que…

Empezar de nuevo. ¿Eh? Me parece perfecto.

Para no seguir tus pasos…

Y Radiant murió antes que su hermano, perdiéndose para toda la eternidad. Nunca supo que paso después de eso.

Pero Reinhardt sí.

Mientras Radiant perdió la vida y volvió a vivir todo de nuevo, como parte de la maldición del mundo. Reinhardt estaba en un profundo letargo, lejos de los ataques existenciales de Gherman. Fuera de la propia creación. En el abismo de Samael.

Sentado, mirando la vara. Paciente a que esta reaccionara a su llamado. Pero no se inmutaba, se permanecía estática. Inmóvil y helada. Reinhardt meditaba.

—¿Cuál es el origen de tu poder, Samael? —Reinhardt levanto la mirada y veía al guardián supremo de la muerte, Samael de pie. Mirándolo con amor.

—Mi origen es el mismo que el guardián del mundo, pero a diferencia de él, yo enfermé y hui, comencé a matar a mis iguales y suplantándolos con el fin de tener mi vida anhelada pero lo que hacía era posponer lo inevitable y causar todo este caos en la creación. Mi hermano detuvo el caos, pero no pudo salvar el futuro. Reinhardt. Necesitas mi poder, y no solo es seguir mis pasos. Debes ser maldad. Debes de dejar de ser ese lienzo en blanco que Twilight Sparkle hizo de ti, tu hermano se ha perdido, pero tú debes de ser soporte. Debes de seguir avanzando y crear equilibrio.

—¿Y cómo lo hare? Si yo no quiero hacer la maldad, ya hay mucha en el mundo. No quiero empeorarlo.

—Pero claro que no lo empeoraras, crearas balance. Serás la nueva maldad, tu definirás la maldad y la muerte, tu decidirás quien vive y quien muere, tu decidirás cual será la maldad que tú quieras que sea, serás un creador. Un guardián legítimo. Pues ya no hay nadie que pueda ocupar el puesto.

—Ósea que, si soy la nueva maldad, ¿Puedo ser una maldad buena?

—¡Claro! ¡No habrá nadie que te evite ser bueno aun cuando cargues la cruz de maldad en tu espalda! —Samael sonrió desvaneciéndose delante del chico—¡Salva a tu hermano! ¡Te necesita!

Y Reinhardt abrió los ojos y se levantó ignorando por completo el dolor de Gherman, tenía en su mano la vara y como si ya supiera como funciona, desenvaino la vara por completo y la hoja de cristal se materializo en un aura purpura, alrededor de su tórax hasta las piernas se materializo una llama purpura imitando la armadura cristalina del guardián de la muerte y el cabello del chico se tornó blanco. Miro a todas partes en silencio. Gherman todavía no regresaba para asestar un golpe.

Volteo a ver a su hermano y se arrodillo tomándolo entre sus brazos y de igual manera, como si ya supiera todo, lo revivió sacándolo del nuevo mundo al que había sido mandado. Radiant despertó de golpe sin recordar lo que vivió nuevamente y vio a su hermano con sorpresa, temor, pero sobre todo alegría. Miro su mano, portando aquella arma maligna, y vio sus ojos. Portadores de tal maldad, pero no temió. Sintió amor por su hermano. Y se levantó.

Aparto su túnica mostrando la legendaria espada de la Reina Phoenix Twonagasis, llamando la atención de Gherman. Quien regreso a la creación con una sonrisa, había visto esa espada un millar de veces. Pero era la primera vez que portaba un listón que violaba toda ley.

Gherman mantuvo su silencio ante el pegaso y el humano, ambos eran gemelos, pero no lo parecían. Gherman sabia la razón de esto, y volvió a dejar de existir, para estudiarlos por vidas enteras mientras que a percepción de los chicos solo eran minutos.

—Radiant, ¿Qué debemos hacer? ¿Cómo podemos acabar con esta tortura?

—Es un titan, es un ser con un poder inmensurable, no es como Llanas ni Turime. Es diferente.

—¿Entonces? ¿Qué haremos? —Radiant miro la chimenea y como esta quemaba la madera escuchándose quebrarse por el calor. Reinhardt veía las estatuas, mirando como algunas colgaban y otras se mantenían en los costados de la cabaña. Vio varias estatuas peculiares, una era la del Rey Arturo. Difunto rey de Equestria, Reinhardt solo conocía las pocas leyendas que rodeaban al misterioso Rey—¿Cuántas veces hemos visto la estatua del Rey Arturo, Radiant?

—¿Rey Arturo? —Y Radiant voltearía hacia donde veía su hermano y vería la estatua del Rey, asomada entre algunas estatuas sin rostro, vería la mano del Rey alzada hacia el cielo con una espada curveada, no tenía mango—Ya veo, muy pocas. La Reina Celestia es muy envidiosa ante las historias del Rey, pero hay una que incluso nuestra madre cuenta con temor.

—¿Recuerdas cuál es?

—Sí—Reinhardt sintió el dolor en su pecho, como si hubiera estado allí presente—El Rey casi mato al guardián del mundo en un torneo sin antecedentes, creado simplemente para burlarse del guardián y dar origen a un conflicto de ideales. El Rey creo que uso la misma espada que uso yo.

Y ambos chicos reaccionaron, entendieron. Reinhardt tomaría el estoque del lobo y lo sostendría con su hocico perdiendo su naturaleza, y apoyado por la bendición del guardián tomaría su apariencia humana. Raminidez volvería.

—¿Podremos detener a Gherman con la espada de Phoenix? —Reinhardt sonreiría con cierta esperanza viendo a su hermano quitarse el estoque de la boca sosteniéndola con su diestra mientras que el espadón lo apoyaba en el suelo con la zurda.

—No—Y Raminidez ondearía ambas armas en círculos creando suaves estelas mágicas —Pero haremos que baje de velocidad—Raminidez haría una onda de choque que destrozaría las estatuas, la gran variedad de estatuas hechas de oro, plata, bronce, madera y cobre. Todas destrozadas en miles de pedazos, seres que perdieron su vida y eran recordados por medio de estas estatuas dejarían finalmente de ser relevantes para el mundo; Desde el gran rey Galo, hasta la blasfema CloudChaser. Todo seria borrado, esto causaría un dolor en Gherman y regresaría a la creación con un enorme golpe cósmico que aplastaría a los chicos, lo suficiente para hacerlos arrodillar. Pero despertaría la llama en Raphiel. Quien lentamente vería a dos figuras enormes delante de ella, y se aterraría al recordar a dos seres idénticos.

—¿Por qué? ¿Por qué lo hicieron? Mi… Mi trabajo… Mi pasión…—Gherman caminaría atónito por su taller, mirando los escombros de sus trabajos. Con su hocico tembloroso de lo anonadado por tal cruel suceso—Mi padre me pidió, me pidió preservar esto para la nueva era…Debian volver a nacer una vez que la era terminara…Pero ustedes… ¡Ustedes! ¡Lo rompieron todo! —Y Gherman se abalanzaría sobre los chicos como bestia, sacando sus filosas garras y los chicos lo detendrían con sus armas, pero la magnitud de su fuerza fue grande que recibieron aun así cortes en sus brazos. Y Gherman desaparecía delante de ellos.

—¡Creo que lo hicimos enojar! —Exclamo Raminidez sonriendo.

—¿Tú crees? ¡Veamos qué más podemos hacer! —Reinhardt giraría su guadaña con una anormal maestría y apagaría la chimenea de un tajo y eventualmente esta se partiría en dos. Los gritos de Gherman resonarían en toda la creación. Estaba dolido por tal pecado.

¡Mi hogar! ¡Mi padre la construyo con amor en una de sus encarnaciones! —Gherman regreso a la creación enfurecido, los chicos vieron sus arrugas contraerse más, a tal punto que parecía irreconocible, Gherman extendió sus alas golpeando a los chicos con estas y sus garras. Pese a sus armas, no tenían armadura que les protegiera. Solamente detenían que se les fuera encima pero no paraban sus ataques. Gherman emanaba un aura verdosa de sus ojos mientras arañaba a los chicos—¡Han profanado las tumbas de los antiguos héroes de Equestria! ¡Por su culpa sus nombres serán olvidados al terminar esta era! ¡Han arruinado los planes de mi padre!

Y Gherman comenzó a llorar, tenía la fuerza para parar a los chicos, pero no era lo mismo que Llanas. Su frustración le inundo y su fuerza comenzó a descender. Raminidez vio esto como una oportunidad y agarro la cadena del libro de la vida y lo arrojo al grifo envolviéndolo en las cadenas divinas del libro de la vida, por ende. El peso de las cadenas lo hizo detener y caer al suelo como piedra. Gherman intento liberarse tratando de salir de la creación, pero el peso abrumador de las cadenas le impedía moverse. Estaba frustrado en el suelo con sus alas atadas a las cadenas.

—¡Basta Gherman! —Y Raminidez extendió su mano derecha mientras que la izquierda abría el libro de la vida del guardián del mundo—Hemos visto lo que nos has mostrado, y entendemos tu dolor. Pero no es el medio. Nunca lo ha sido…

Y el mundo se detuvo nuevamente, y Raminidez no percibió nada. Se congelo al igual que su hermano. Únicamente Raphiel era consciente de esto. Como el mundo se apagó en un tono azulado, la única que tenía su color era Raphiel. Viendo al guardián del mundo aparecer entre el chico y Gherman.

El guardián veía a Gherman, furioso. Había evitado seguir el guion dado por el guardián. Y Gherman era consciente de eso.

—Hijo mío, Pero ¿qué has hecho? ¿Qué error has cometido? ¿Por qué lo has hecho? —Y el guardián del mundo se arrodillaría delante de Gherman. Quien se mantenía inmovilizado y paralizado por la ausencia de tiempo. Paso su mano por la frente de Gherman y este recobro su tiempo y veía al guardián con temor. Y amor.

—Padre mío, ¡Necesito de su ayuda! ¡Han destruido su legado! ¡Me pidió cuidar a los habitantes y los han destruido!

—No justifiques tu ineptitud Gherman, ¿Por qué lo has hecho? ¿Por qué has dejado que destruyeran todo esto? ¿Por qué les diste algo que no tienen? ¿Por qué les diste libertad?

—¡Quería asustarlos! ¡Quería atemorizarlos! ¡Que vean lo que se avecina! —Y el guardián sonrió con una gran ternura.

—Pero Gherman. Esa no es tu labor. Tu labor era probar su valentía, su unión. No alejarlos de las chicas. Ellas también deben ser probadas. Deben de probar si son dignas de mi legado.

Y Gherman bajo la mirada aceptando su error. Acepto que cometió un gran error. Veía al par de humanos y bajo la cabeza al suelo helado.

—He cometido un gran pecado padre, merezco morir. Elimíneme de la creación. Merezco la inexistencia—Y el guardián negó su petición con la misma sonrisa. Amaba tanto a su hijo que no lo castigaría de esa forma.

—Hijo mío, tu error debe ser pagado con la muerte. Has causado una paradoja. Mataste a Raminidez y lo hiciste ver mi verdad en la otra vida. De no haber sido por Reinhardt, todo esto hubiera desaparecido. Pero no morirás hijo mío, prueba a las chicas. Ellas deben de seguir también mis pasos. Están descarriadas.

—¿Cómo? ¿Cómo enmiendo mi error? Ellas no están a la altura de los chicos, ellos son los que deben de sobrevivir. Pero ellas…—Y el guardián dejaría de acariciar a Gherman y miraría a Raphiel. Con ira.

—Has provocado a Spike, ahora tentara con Equestria. Una vez terminando aquí, volverán. Siéntete orgullosa niña rebelde. Has matado a mi hijo—Y el guardián materializaría una daga con la hoja flameante, el mango era dorado con un corazón carmesí latente. Y lo dejo caer delante de Raphiel—Reza para que Spike recuerde mi amistad con él, si no. Tendrás que matarlo también.

Y el guardián se desvaneció llorando. Con odio hacia Raphiel, por la enorme alteración de acontecimientos, El ultimo Titan bajo el sobrenombre "El Rey del Volcán" Pues no existía un nombre digno para un ente casi cercano al Guardian del mundo.

Y el tiempo recupero su cuerda y andaría normalmente. Y Gherman estaría de pie delante de los chicos enfurecido, Raminidez estaba desconcertado pues sentía una pesadez en su pecho. Sentía como si se hubiera perdido algo importante. Veía el libro y veía a Gherman con ese hueco en su estómago.

—Erhm…Bueno, Gherman. ¡Prepárate para nuestro ataque! —Raminidez extendería nuevamente su brazo apuntando a Gherman con una gran cantidad de magia. Y este dejo de existir de la creación, pero no dejo estragos en los chicos, al contrario. Sintieron una fuerza vital recorrer sus cuerpos. Pherica y Raphiel se levantarían lentamente, Raphiel escondería la daga volcánica bajo su falda mirando con desconfianza a Raminidez.

—¿Qué sucedió? —Pregunto Pherica mientras se tomaba del estómago sintiendo la misma pesadez—¿Y Gherman?

Los he visto, y he entendido. Mi padre desea lo mejor para ustedes, no son dignos para pelear contra mí. Pues con solo desearlo, puedo abandonar la creación a mi voluntad. Hablare con Llanas y Turime para debatir sobre ustedes, ¿Merecen en verdad ser el legado de mi padre o solo serán marionetas del falso destino?

Son un grupo cobarde, pero nosotros más. Pues no han luchado una verdadera pelea por su cuenta ¿Por qué? ¿Para qué pelear? Si todo lo tienen arreglado, dan lastima. Y merecen perderse en el páramo Equestre para toda la eternidad.

Nos volveremos a encontrar jóvenes viajeros. Cuando merezcan ganar, lo harán. Y los veremos triunfar, pero mientras tanto. Vagaran hasta su hogar, con un enorme pesar.

Y Gherman dejo de existir, pero los chicos no lo olvidarían, al contrario. Recordarían sus palabras.