QUE ONDA A TODOS, AQUI BRAVETHUNDER REPORTANDOSE CON USTEDES. LES HE TRAIDO UN CAPITULO NUEVO DESDE HACE MUCHO TIEMPO. Y VAYA, ME DA MUCHO GUSTO SABER QUE SIGUEN POR AQUI. ME DA MUCHA ALEGRIA SABER QUE AUNQUE ME HE RETIRADO MUCHO DE ESTA HISTORIA, SIGAN LEYENDOME. ME HACEN MUY FELIZ Y ME MOTIVA A ESCRIBIR MÁS. RESPECTO AL FIC EN GENERAL;

AUNQUE FALTA RELATIVAMENTE MUCHO PARA QUE TERMINE, YA ESTA EN SU RECTA FINAL PARA QUE LLEGUEMOS AL PROLOGO DEL DESENLACE, DADO A QUE COMENZARE A PUBLICAR FRAGMENTOS MÁS IMPORTANTES SOBRE ARKZRIMIEL Y EL FUTURO DE ESTA SAGA, PUES COMO DIJE. LOS ULTIMOS GUARDIANES SERA LA ULTIMA HISTORIA QUE ESCRIBIRE, LO QUE SIGA DESPUES DE TERMINARLO. YA LO DETERMINARE EN SU MOMENTO, PERO MIENTRAS TANTO. LOS PLANES QUE TENGO A FUTURO SIGUEN EN PIE. YA LES COMPARTIRE MÁS INFORMACION PRONTO.

ESPERO LES GUSTE ESTE CAPITULO TANTO COMO A MI AL ESCRIBIRLO, LOS VERE HASTA LA PROXIMA

—CAPITULO 43: GENEROSIDAD—

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En uno de los bastos reinos creados por Arkzrimiel, en algún punto muy alejado de su mirada y su atención. Existía un reino, sumido en el crepúsculo de su sombra, donde la humanidad no había podido progresar pues unas bestias traídas de otro reino ya borrado por Arkzrimiel habrían hecho que estuviesen al borde de la extinción. Miles de millones de humanos morirían en cuestión de años por los grandes asedios coordinados de dichas bestias endemoniadas.

Pero entre ellos surgiría un hombre, un antiguo y enigmático hombre que portaría en su diestra una hoja ondulada y usaría su gran poder para enfrentarse solo a estos seres. Su mirada había odio y en su alma oscuridad. Algo que el padre de todo habría creado haber extinguido pero este hombre era la prueba de que no era perfecto y que podría equivocarse, pero sin enterarse de que se había equivocado.

Raminidez y sus amigas correrían nuevamente al bosque donde se perderían entre las ramas y hojas con desespero. Pues no entendían muy bien lo comprometidos que se encontraban ante tal situación. En su mente solamente había preguntas y la que más aterraba a Raminidez involucraba a Raphiel. Pues, aunque teme un poco de Angela, teme más de Raphiel en ese instante. Quien siempre se mantuvo negativa ante la mera idea de seguir los ideales del guardián o de tan siquiera ser mencionado. Y si tanto se negaba. ¿Por qué los acompaño?

Raminidez no tenía por qué temer de Angela, pero temía por la salud de las chicas a pesar de la traición de Raphiel, pues siguen siendo familia porque crecieron todos a la par y el imaginar una vida sin una de ellas era lo que le aterraba, pero tenía la enorme duda en su corazón sobre la lealtad de aquella chica angelical la cual llama hermana en sus momentos más íntimos y quiere saber cuáles son sus verdaderas aspiraciones en este mundo apocalíptico y al borde de la extinción.

Regresarían a las inmediaciones de la iglesia buscando asilo, pero serian detenidos ante una multitud de ponys encapuchados con túnicas de color purpura, en un principio no reconocerían aquellos ponys, pero al ver el bordado de una gema azulada sabrían muy bien quienes son. Dichos ponys al sentir los pasos en el aire voltearían apenas notándose sus rostros e inclinarían la cabeza. Se reconocieron mutuamente.

Ningún grupo haría mención de una palabra hasta que verían bajar de las escaleras a un pony con una túnica purpura con dorado en los bordes descubierta del rostro y es ahí donde ellos sentirían un alivio pues no era más que su tía.

—¡Rarity! —Raminidez caminaría con una sonrisa, pero sería borrada casi al instante pues ella le vería y le sonreiría con demasiado esfuerzo y su mirada notaria una gran pesadez. Podía sentir que algo malo le sucedió—Tía Rarity.

—Radiantshield, sobrino mío. Me alegra verte—Rarity pasaría en medio de su grupo y el chico se arrodillaría enfrente de ella y ambos se abrazarían, pero el tono de voz de Rarity remarcaba una penumbra.

—¿Sucedió algo tía? ¿Por qué tan desanimada? —Rarity inclinaría la cabeza dejando caer su distinguido cairel confusa.

—¿A caso no sabes lo que paso aquí? —Radiant negaría su pregunta en silencio, pero comenzaba a sentir la consternación de Rarity—Ellos. Murieron. Toda la iglesia de los búhos. La iglesia Figueroa.

—¿Qué? —Y Raminidez voltearía a ver a sus amigas consternadas y vería a Raphiel y ella se encogería de hombros desviando la mirada. Apenada—¿Cómo fue eso?

—No lo sé con exactitud, tu madre nos mandó a la iglesia para cerciorarse que Rigentes los estuviera entrenando. Temí lo peor cuando no los encontré y vi tal masacre.

—Espera. ¿Entrenarnos? En ningún momento se nos dijo eso. El Cardenal nunca nos lo dijo.

—Entonces ¿Qué paso? ¿Por qué no estaban aquí? —Y Rarity se percataría de la ausencia de Reinhardt—¿Y tu hermano? ¿Qué le paso a Reinhardt?

—Él…Bueno, digamos que nos encontramos a alguien malvado y nos atacó. Dijo llamarse Angela—Y Rarity no sabría de quien hablaba, pero se preocuparía por su sobrino.

—Vamos por él, necesita de nuestra ayuda—Y Rarity levantaría la pata y su grupo de estudiantes se dispersaría por el bosque en un suave desvanecimiento y Raminidez daría media vuelta señalando la dirección por donde regresaron y el grupo volvería a adentrarse en el bosque ahora bajo la compañía de Rarity quien se mostraba preocupada, pero emanaba de su cuerpo un gran sentido de valentía y liderazgo. Raminidez sentiría múltiples presencias a su alrededor y vería a los estudiantes de Rarity en las ramas de los árboles trotando como siluetas translucidas. Era increíble como pudo pasar de una simple modista a una líder de rescate y preservación de la vida fuera de la ilusión del guardián.

Y no era para menos, Rarity tenía la reputación de ayudar poblados enteros junto con sus estudiantes y sembraría esa generosidad entre los habitantes quienes habían dejado de lado aquellas enseñanzas sobre los elementos de la armonía, aunque también había ocasiones donde tenía que luchar para acabar con la discordia existente en dichos lugares. A tal grado de incapacitar a sus oponentes, Rarity nunca ha derramado ninguna gota de sangre, tanto suya como la de sus opositores.

Los chicos no tardarían mucho en salir del bosque viendo a las cercanías a Reinhardt tomado del pecho y en mano derecha sostener la guadaña cristalina, fue aquí que Rarity tuvo un poco de miedo de su sobrino pues no era posible que pudiera portar tal arma y peor aún. Conseguirla pues solamente la debió haber conseguido en la iglesia bajo la aprobación de Rigentes.

Rarity se abalanzaría sobre Reinhardt junto con un par de estudiantes apoyando su cuerpo en las piernas del chico quien sonreiría al ver aquella tía tan amorosa y generosa dándole ese soporte que tanto necesitaba, pero sería efímero pues vería a Raphiel y tal sonrisa desaparecería en el aire y se detendría señalando a Raphiel con la guadaña.

—¿Quién eres en realidad? —Raphiel se paralizaría bajando la mirada y Raminidez apenas le vería de costado y regresaría a su hermano mirándole la herida en el pecho.

—Querido necesitas atención medica urgentemente. ¿Quién fue la bestia que te atacó de esta forma? —Rarity dejaría a su sobrino en el primer árbol del bosque y este se sentaría con cuidado.

—No fue una bestia, fue una niña. Llamada Angela—Se tomaría el pecho mirando su herida cerrarse lentamente. Algo que le preocupaba pues sus heridas sanan como las de un humano divino. Era preocupante lo tanto que Angela le hirió de un solo golpe.

—Tu hermano me lo dijo, pero no te preocupes. Estas a salvo, ahora mismo atenderé tus heridas—Y Rarity saco su alforja la cual en su interior habría un pequeño estuche de cristal y al abrirlo verían una considerable cantidad de agujas plateadas y en el centro podía verse un líquido verde brillante y a una esquina un cordel con un hilo casi transparente. Rarity usaría su magia para alzar 10 agujas y el cordel para pasar dicho hilo entre los ojos de las agujas—Dolerá un poco querido, pero te ayudara.

—Créame tía Rarity que no hay peor dolor de lo que estoy pasando ahora—Reinhardt trataría de sonreír, pero el dolor y la preocupación le superaba. Y Rarity sacaría un par de tijeras mágicas rasgando la ropa de su pecho mostrando la gran herida. Era una herida que pasaba de su pecho hasta casi la cintura. Aunque en su ropa apenas mostraba el corte, por dentro era mucho más grande. Rarity llamaría a una de sus estudiantes, anteriormente una enfermera llamada RedHeart. De pelaje blanco y melena rosada con una Cutiemark de cruz roja con corazones en cada vértice. Vería la herida con tanta atención que sabría muy bien qué tipo de herida era. Se lo susurraría a Rarity y ella quedaría pasmada ante tal diagnóstico.

—Hay dos cosas que quiero mencionar, pero una es una pregunta. Sobrino querido, ¿De dónde sacaste la guadaña? —Rarity comenzaría a coser la herida de Reinhardt usando las agujas y con ayuda de la enfermera sería más rápido pues le limpiaba la herida con gasas—Esa sangre no es la tuya me atrevo a decir.

—¿Por qué lo dice tía? ¿Qué tiene de malo esta arma? —Y Rarity levantaría la mirada levemente mientras cosía la herida con una aguja mientras las demás las clavaba en cada punto clave.

—Esa arma pertenecía a un guardián—Y Rarity se detendría por segundos mordiéndose el labio inferior—Al arcángel de la muerte Samael—Y Reinhardt guardaría silencio mientras le regresaba la mirada a su tía—Ya lo conociste ¿Verdad? A Samael.

—Sí. Él me dio el arma.

—Agradable ¿Verdad? A pesar de tener uno de los títulos angelicales más apáticos fue muy linda persona.

—¿Lo conoció tía? —Interrumpiría Raminidez observando a su tía coser con aquel casi apercibido hilo.

—Muy bien diría yo, y cualquiera de mis amigas. Samael tuvo una historia muy trágica. Y un final por igual. Supongo que, si lo conociste por tus medios, debiste haber visto donde se encontraba.

—Sí tía, vi donde estaba.

—¿Y cómo se encuentra? —Y Reinhardt bajaría la mirada recordando como en un pestañeo aquella heroica figura había desaparecido entre la miasma llena de lamentos y dolor.

—Lo vi conversar con Arkzrimiel, pero después. Ya no estaba, solamente esta guadaña en el suelo. Él. Él murió—Y la expresión de Rarity denotaría una gran tristeza a tal grado que derramaría un par de lágrimas, pero sonreiría.

—Eres un tonto, Samael—Esbozaría con una sonrisa—Samael es aquel hermano no deseado del guardián. Pero se volvería uno pues fue él mismo quien se dejó amar tras tanto sufrimiento, se podría decir que Samael fue el origen a la paradoja que hoy en día sigue castigándonos.

—¿Qué tiene que ver Samael con esto? —preguntaría Radiant.

—Mucho, fue él quien le dio la idea al Guardian del mundo dar su vida contra Arkzrimiel para trazar un plan para salvarnos. Aunque no de forma directa, simplemente como lo hizo.

—¿Y cómo lo hacía tía?

Cuando Samael se volvió a lo que todas y Reinhardt lo conoció. Antes era un guardián idéntico al que nosotros conocemos, pero al entrar al abismo para detener a Arkzrimiel, pero sería despojado de toda bondad que lo protegía; Amor, sabiduría, honestidad, amabilidad, generosidad, risa, lealtad y magia. Y solamente quedaría un ser de magia divina pura la cual sería alimento para Arkzrimiel, pero Samael tendría un pequeño atisbo de humanidad y huiría de su destino dejando aquel humano sufrir su condena convirtiéndose en un cascaron y repetiría su vida una vez más pasando por las mismas experiencias hasta encontrarse nuevamente en el abismo donde haría lo mismo, lo que no sabía es que con cada salto que hacía. Se hacia más poderoso, pero también, el hambre de Arkzrimiel.

Paso mucho tiempo para que llegara a este mundo, o línea del tiempo donde haría lo mismo, pero al sentir el poder latente del guardián del mundo no lo consumiría, en su lugar. Observaría como desarrollaba dicho poder hasta que decidió liberarse como un ente independiente y querer tal poder, pero sería reformado por el amor del guardián pasando a ser su hermano. Y bueno, resumiendo todo. Cuando llego el momento de nuestro guardián entrar al abismo, seria Samael quien entraría en su lugar llegando a la conclusión que para detener ESA paradoja tenía que luchar con Arkzrimiel para toda la eternidad… Y así fue como su historia llego a su fin…tuvo que vivir para poder ser libre…

Los chicos guardarían un largo silencio, Raphiel mantendría la mirada abajo, pero sentiría una apuñalada en el pecho y levantaría la vista para ver a Raminidez furioso.

—¿Sabías eso Raphiel? —Y todos verían al chico molesto, ella apartaría la mirada—Sí lo sabias. ¿Por qué no nos contaste de Samael? ¿Por qué no nos dijiste que él pudo romper su paradoja? ¿Por qué nunca nos mencionaste algo tan importante como eso? —Y Raphiel no respondería, pero se vería en su rostro la consternación que ahogaba su corazón—¡Responde!

—Porque no lo entenderían—Rarity dejaría de atender a su sobrino y la relevaría la enfermera quien no buscaría entrometerse en dicha conversación—No pueden condenar tan a la ligera a su amiga. Saben, Raphiel también sufrió demasiado para tener la vida que tiene ahora. Si Raphiel se mantenía al margen era por dos cosas; la primera, era Phoenix. Aunque la reina de Terranova siempre amo a Equestria tanto como el difunto Rey y el guardián. No quería poner en riesgo la vida de su única hija por lo que haría lo más sensato para ella. Mandar a Raphiel como su guardaespaldas y la segunda. Porque estas son historias que no les compete, el guardián del mundo fue muy claro con nosotras y con Raphiel "No quiero que los que sigan de mí cometan mis mismos errores por querer seguir mis huellas"

Los chicos guardarían silencio, pero no quitarían esa mirada inquisidora de Raphiel quien no diría nada, simplemente daría media vuelta y se retiraría. Pherica miraría a sus amigos preocupada y correría detrás de su mejor amiga dejándolos.

—¿Por qué la defiende tía? Angela me dijo que Raphiel estaba dispuesta a abandonarnos en el exterior para regresar a Terranova con Pherica—Rarity miraría a Raminidez con decoro, pero marcaria muy bien su desapruebo hacia sus palabras.

—Porque de la misma forma te defendimos a ti de tu madre cuando tomo el papel de tirana. Podrás tener la esencia del guardián por su libro, pero eso no te convierte en él. No puedes ir juzgando a tu familia por sus acciones. ¿Sabías que Raphiel la encontramos en una bodega abandonada en el antiguo Die Göttliche Grenze? —Y Raminidez encogería de hombros en silencio —Sus padres la abandonaron cuando asediamos ese mundo en nombre de la libertad y abandonaron esta parte de la creación dejándola a su suerte. De no ser por Noblesoul y nosotras. El guardián la habría dejado ahí o peor. La abría ejecutado —Y Rarity enojaría al recordar las palabras del guardián en ese momento parando por un rato "Si esa niña termina hiriendo a alguien, tú pagaras las consecuencias. No me importará quitarte la vida" —El guardián podrá haber sido el salvador de este mundo, pero aun tenía maldad en su corazón.

—Pero, Tía —Reinhardt apretaría el mango de la guadaña mirando a su hermano —Confiamos tanto en Raphiel y saber que esconde tantas cosas. Es. Difícil. Es complicado poder pasar por alto esto.

—Y los entiendo, también hemos dudado del guardián…—Rarity guardaría silencio por un rato mirando al cielo, su mirada se agudizo demasiado que sonrió—Je, no puede escucharnos. Nosotras también hemos dudado del guardián del mundo o Nova. Como sea. Twilight hace poco fue hablar con la Reina Celestia y ella afirma que nuestro mundo tiene dos destinos; Ser borrado por completo y empezar desde cero bajo otras identidades o de que en verdad borrará a Arkzrimiel de la creación dejándonos a nosotras como los lideres de nuestro destino.

—Pero Raphiel cree en la segunda—Interrumpiría Reinhardt y Rarity asentiría—Aunque no confié en el guardián, debe confiar en nosotros. ¿Por qué ocultar tanta información?

—Porque ustedes son lo que queda de la era dorada de Equestria, su madre los tuvo en su vientre durante el conflicto con Sophitia y los antiguos guardianes, El guardián sabía que cuando él ya no estuviera habría un nuevo peligro, pero nunca se nos dijo que clase de peligro. Para nuestra sorpresa fue cuando este mundo comenzó a romperse y seriamos salvadas nuevamente por la presencia del guardián creando así las ilusiones que rodean Equestria, pero también seria ese momento que sabíamos que Arkzrimiel estaba cansado de este mundo y nos quería borrar para siempre pues no somos merecedores de su bondad tras el pecado de Sophitia y el resto.

—Entonces ¿Qué hacemos con Raphiel? Aconséjenos tía—Raminidez voltearía a ver hacia el punto donde Raphiel se perdería en el bosque con Pherica y ella sonreiría.

—Como en todas partes me preguntan; Sepan perdonar, Raphiel ha estado con ustedes desde que nacieron, Raphiel cargo de ustedes y de Pherica mucho antes que tan siquiera pudieran razonar. Raphiel pasó noches cuidándolos a ustedes tres. ¿No creen que al menos deban reconocer que cuido de ustedes? Ahora podrá estar de lado de Phoenix, pero sigue siendo su amiga, su familia. Por lo que haya hecho y no haya hecho no significa que los quiera. Ella quería protegerlos del guardián tanto que se sacrificaría para que ustedes no sigan sus pasos. Pero sabemos que tienen que seguir los pasos del tan amado e infame guardián.

Raminidez y Reinhardt mirarían en silencio la entrada del bosque intrigados de lo que pasara ahora en adelante y si es que Pherica podrá convencer a Raphiel de regresar con sus amigos.

Corazón en el frasco

Nadie sabe con certeza de quien es el corazón o si en verdad posee un corazón pues es su secreto más grande pero no pertenece al corazón de un humano dada a las dimensiones del órgano además de que acompañado al corazón dentro del frasco hay un gran trozo de collar dorado con una gran gema lavanda incrustado en el centro. ¿De quién es el frasco y por qué emana un poder tan grande como el del Rey? Y ¿Por qué lo mira con una gran melancolía y resentimiento al padre de todo?