QUE ONDA A TODOS, AQUI BRAVETHUNDER REPORTANDOSE. VAYA. SI QUE SE FUE EL AÑO RAPIDO, Y CREO YO QUE SOLO PUDE SUBIR 10 CAPS (QUIZAS MENOS JEJE) EN TODO EL AÑO QUE PASO. SI QUE ME HE AUSENTADO DEMASIADO PERO DEMASIADO, Y YA LES HE DADO LAS MISMAS EXPLICACIONES Y AUNQUE ESTE CAPITULO LO QUERIA SUBIR EL 24 CREI QUE ERA MEJOR PARA HOY. PUES PORQUE YA ESTAMOS LLEGANDO A UN PUNTO DE LA HISTORIA DONDE TODO DARA UN VERDADERO COMIENZO, Y COMO EN ESTE AÑO. DARE TAMBIEN UN GRAN INICIO Y ESPERO PODER HACERLO ESTE AÑO FINALMENTE Y PODERLES DAR UNA DE LAS NOTICIAS MÁS GRANDES DE MI HISTORIA COMO ESCRITOR NOVATO. ESPERO LES GUSTE ESTE CAPITULO TANTO COMO A MI AL ESCRIBIRLO, LOS VERE HASTA LA PROXIMA AMIGOS Y LES DESEO UN FELIZ AÑO NUEVO Y ESPERO QUE PUEDAN CUMPLIR SUS METAS Y QUE SIGAN CON SUS FAMILIAS UNIDOS


—CAPITULO 44: RAPHIEL—

Espadón zurdo del abismo

Samael se consideró así mismo como un vástago del abismo, siendo una creación nueva, aunque con la misma naturaleza. Y así como el guardián del mundo repartió sus armas por el mundo, Samael hizo lo mismo para que el hijo que nazca de las sombras posea estas armas porque anhela que ese hijo desafié a su hermano para demostrar que, aunque muertos. Esten presentes en nuevas generaciones. Ya que el mal y el bien es lo mismo. Solo hay que cambiar de perspectiva.

Raphiel había huido del inminente interrogatorio por parte de Reinhardt y Raminidez pero no contaba que Pherica le seguiría inocentemente, pasaría por un gran grupo de arboles y voluptuosos arbustos y una vez que se sentía en soledad se sentaría al pie de uno de aquellos arboles secos mirando sus manos, aquellas manos blanquecinas y sus uñas esmaltadas de color vino. Sabia que tarde o temprano descubrirían la verdad. Pero no de esa manera.

Se sumiria en un largo sueño pues para ella, para su reloj biológico. Habia pasado una eternidad que había dormido y era la primera vez en siglos que dormiría. Y soñaría un paisaje, un basto paisaje hermoso con un gran campo de flores blancas y vería el cielo resplandeciente pero sin un sol que fuera la fuente de luz, escucharía las aves a lo lejos y un hermoso bosque de primavera; hojas resplandecientes en un verde vivido y hermosos y fuertes troncos marrones. Al regresar su mirada vería al guardian del mundo, pero no portaría su armadura, usaría una humilde tunica blanca y detrás de él habría siete troncos con un hueco en el centro, y dentro. Una esfera dorada en cada tronco. El guardian vería fijamente a Raphiel por un rato, analizando su apariencia y sus emociones y recordaría lo que hizo para estar delante de él nuevamente.

—Veo que ya descubrieron tus intenciones, Raphiel —El guardian del mundo exhalaria una gran cantidad de aire decepcionado —Te lo adverti muchas veces Raphiel; Actuar por tu cuenta no te ayudaría en nada.

—¿Y tu hubieras hecho algo? Nunca hiciste nada bueno para Equestria. Simplemente nos usaste para tus fines egoistas —Y el guardian no mostraria ninguna expresión negativa hacia Raphiel. Simplemente la miraría de la misma forma —Todos te amaron, todos confiaron en ti y les pagaste con ese horrible futuro. ¿No crees que ya sufrieron bastante?

—Y seguirán sufriendo Raphiel. Pero no por mi culpa, amo tanto a Equestria como tú la amas, y es lógico que quieras defender lo que más ames, pero no es la respuesta. Pones en riesgo mis planes, pones en riesgo el verdadero futuro de Equestria. Pones en riesgo la salvación.

—¿Y cómo? ¡¿Cómo?! ¡Si soy la única que carga con toda la responsabilidad!

—Cargas con ella porque quieres, nadie te dijo que cargaras con un peso que no es tuyo. Hay que ser idiota para querer cargar el peso de otra persona. No estas ni nunca estarás lista para cargar con tanto peso.

—¡Nosotros sabemos lo que haras! ¡Se muy bien lo que vas a hacer!

—Y aun asi tratas de entorpecer mis avances, pero no me preocupare por ti. Porque también seras salvada porque, aunque no te ame igual que a los demás, mereces vivir.

—¡Me importa un carajo si me quieres dejar vivir o no! ¡Ellos merecen saber la verdad! ¡Radiantshield ya sabe que es tu hijo!

—Y no le dará importancia, pues ellos no han existido para desarrollar tal interés. Ellos son meramente el puente entre Equestria y yo, tanto Radiantshield y Reinhardt. Son las juntas para unir ambos extremos del puente —El guardián daría media vuelta. Y caminaría hacia los troncos parándose delante de uno, el más hermoso y firme. El orbe en el centro emanaría un aura dorada pulsante, Raphiel al ver dentro de ese orbe. Sentiría un gran anhelo de búsqueda, recolección y entrega. Vería a un joven desconocido de aspecto humano en un barco con un gran grupo de seres de otras razas con un poder mágico desconocido para ellos, pero para ella muy familiar.

Miraria a otro tronco, y vería a un joven de armadura verdosa. Con una capa carmesi y con una espada de plata. Peleando con una mujer de armadura negra y cabello rubio en una ciudad llena de luces de neon y entre sombras vería a una mujer de plata. A una valquiria de plata.

—¿Qué es todo esto? ¿Por qué me lo muestras?

—…No lo entenderías Raphiel…. Pero Equestria debe sobrevivir hasta que yo regrese. Tu podrías ser parte de todo esto, si no. Te perderás para siempre en la oscuridad que habrá dentro de poco. Decide Raphiel, decide pronto. Pues mis guardianes iran a verlos.

—¿No eran ya tus guardianes? Radiantshield y Reinhardt —El guardian no diría nada y se sentaría delante de estos troncos y Raphiel miraría como la mirada del guardian poco a poco se iba desvaneciendo teniendo una mirada triste y apática. Su cabello comenzaría a crecer a gran velocidad demacrándose con cada centimetro que se alargaba y su tunica se percudia perdiendo aquella santa blancura que le distinguia y poco a poco perdería masa corporal quedando únicamente la sombra de lo que fue el guardian del mundo, ante esto. Ella sentiría una abrumadora soledad al estar a su lado y vería nuevamente estos troncos y sentiría una felicidad palpitante. Una alegría que la haría añorar esos lugares, vivir esas nuevas aventuras.

—Sera mejor que te vayas. Pronto vendrá mi guardia a verme, necesitan consejo pues mi hogar esta siendo atacado y quieren que recree otro mundo sin esas huestes oscuras. Sin la oscuridad que nunca quise ver.

Y Raphiel abriría los ojos y vería a Pherica abrazándola, durmiendo. Raphiel recordaría poco de lo que hablo con el guardian pero tendría en su mente lo que vio. ¿Qué quiere hacer con Equestria? Pero duraría poco su pregunta pues al ver a su alrededor recordaría que ya no estaba con sus amigos.

El animo de Raphiel bajaría a los suelos acariciando la cabellera rubio de la chica y ella despertaria poco a poco de su sueño

—Que bueno que ya despertaste Raphiel—Pherica sonreiría tallándose los ojos pero Raphiel apenas soltaria una mueca alegre.

—Me da gusto verte Pherica. Pense que te quedarías con los chicos—Y ella negaría su suposicion sentándose a su lado mirando el paisaje con una inocente tristeza.

—No…No quería dejarte sola, no en un lugar asi—Y Raphiel esbozaría una pequeña sonrisa que alegraría parcialmente a Pherica.

—Sera mejor que vayas con ellos Pherica. No es seguro estar a mi lado—Raphiel sentiría un leve nudo en la garganta, algo que nunca había experimentado antes. Por un momento se extrañaría pero comprendería bien el origen de aquella sensación.

—¡No! Eres mi mejor amiga y debo de apoyarte en todo.

—Y ellos también son tus mejores amigos. Debes de estar a su lado—Y Raphiel se negaría moviendo la cabeza a los lados con mayor intensidad.

—¡Que no! Aunque quiera mucho a Radiant y Rein. Sigues siendo tu mi mejor amiga. Haz estado conmigo mucho más tiempo que ellos.

—Sí. Es cierto.

Y Raphiel vagaría en sus recuerdos que, aunque hayan sido pocos segundos. Ella vería con detalle como tendría entre brazos a Pherica. Siendo una pequeña bolita de carne rosada con brazos regordetes y piernas por igual envuelta en cobijas de seda carmesí. Raphiel no podía creer la belleza de bebe que tenia entre brazos y podía ver dentro de ella un gran poder latente.

Se encontraría en la sala de recuperación en el castillo de terranova, donde la reina Phoenix se encontraba en recuperación pues habían pasado horas para el nacimiento de la primera princesa del reino además de ser la primera en nacer de forma natural. Sin modificaciones y sin alguna atadura a una deidad.

Raphiel no podía creer la belleza que emanaba la pequeña entre sus brazos, no podía creer que nacería un individuo tan bello de la reina de Terranova pero también tenia miedo pues sabia bien que esta pequeña era una muestra de un capricho por parte de su amado reino sin contar que el padre era un ser de temer, alguien que condenó Equestria junto con los últimos humanos divinos. Temia de lo que fuera a hacer en un futuro. Levantaria la mirada y se percataría que se encontraba delante de la reina, envuelta en una cobija blanca y una gran almohada bajo su cabeza. Ella sonreía echada sobre su cama a la chica, aunque se le notaba su mirada cansada por tanto esfuerzo.

—Es hermosa ¿Verdad? —Hablaria la reina Phoenix con una gran fatiga entre silabas

—Sí. Lo es—Raphiel bajaría la mirada viendo nuevamente al bebe y esta le miraría fijamente sin hacer alguna expresión, sus brazos se moverían a los lados involuntariamente pues es mero reflejo de un bebe—¿Cómo la llamara reina?

—Pherica. Pherica Twonagasis—La reina sonreiría aun más levantando la vista al techo de la alcoba.

—¿Por qué tal nombre reina? —Y la reina miraría el techo de la alcoba con la misma sonrisa.

—Porque asi lo quiso el guardian. Es la mezcla de dos nombres; el mio, Phoenix y Angelica. La amiga del guardian del mundo.

—Él… ¿Tuvo una amiga? —Y la reina asentiría con la misma sonrisa. Conmovida, lloraría.

—Angelica fue la amiga que más amó al guardian del mundo, más que todos nosotros y más que la propia Twilight Sparkle. Ella sufrió un gran pesar desde su niñez y el guardian estuvo allí con ella, su amor fue tal que la hizo llegar a Equestria pero sabia que no podía ocupar el lugar dentro del corazón del guardian pero lo hizo a su manera; Luchó a su lado. Sangró por él y al final. Murió por él.

—¿Y qué pasó?

—El guardian le ofrecio el mismo trato que a los elementos de la armonía; Vida eterna. Pero ella lo rechazó—Y Raphiel vería con mayor intriga el relato de la reina—Ella no quería convertirse en un guardian como él. Pues él no quería perderla pero ella no quería perderse en la inmortalidad, decidio darle fin a su ciclo de vida en una cama de hospital y yo ayude en su descanso.

—¿Y qué pasó con el guardian?

—Lloro por meses, lloro mucho su perdida. Tanto que fue una de las causas que pasara décadas en su letargo, lamentándose por su perdida—Y Raphiel recordaría eso, recordaría un momento en la que el guardian despertaria en una ocasión para contraer matrimonio. "Eso fue lo que paso" Pensaria Raphiel mirando a su reina—Raphiel. ¿Te puedo pedir algo?

—Claro reina, puede pedirme lo que sea.

—Cuida de mi hija. Yo estaré bien, pero ella no. Ella es la inocencia de este mundo, ella es la niñez que fue arrebatada de esta tierra. Pherica es la esencia de todos los niños de Equestria, sin ella. No podremos tener más hijos a quienes besar, a quienes querer y proteger.

—¿Por qué? ¿Qué pasó?

—¿Acaso no lo has notado? —Y la reina se reincorporaría un poco sentándose mirando a Raphiel confundida—No…No lo has notado.

—¿Qué no he notado?

—No hay niños en Terranova y potros en Equestria. El guardian esterilizo a toda la humanidad y equina por igual. No quería que hubiera sufrimiento inocente, pero eso causo que todo eso quedara en el ultimo nacido. Mi hija.

—¿Por qué ella? Es tan…

—…Inocente—La reina terminaría la oración de Raphiel y ella asentiría con lastima—Raphiel, cuando concebí a Pherica en mi vientre, no sabia que ella se convertiría en la ultima pequeña que nacería en este mundo, lo mismo pasó con los hijos de Twilight. Ellos también poseen esa ultima esencia pero a menor escala pues ellos en su interior poseen las dos caras del guardian del mundo pues tienen otro propósito pero en Pherica recayó otro que tal vez el guardian no es consciente, sin ella. El mundo no volverá a conocer a otro niño. Aunque fuera en el exterior de la ilusión.

—…No, no puedo reina. Si me dice todo eso, no podría cumplir con esta misión. Es muy difícil.

—Claro que podras. Porque no la cuidaras como su guardaespaldas. La cuidaras como su amiga, cuando los mundanos y los divinos se unan. Tu estarás ahí para cuidarla, Raphiel. Te pido que le des la amistad que mi hija necesitara, pues aunque Radiantshield y Reinhardt sean sus amigos. Tu seras quien le de el amor fraternal que en verdad desea. Te encomiendo esa misión, no como tu reina. Como tu amiga.

Raphiel guardaría un largo silencio levantando la vista a la vez que lo hacia en el mundo real mirando en el bosque. Seguirían solas pues los chicos no se molestarían en ir a buscarlas.

—¿Y bien? ¿Qué hacemos? Estamos por nuestra cuenta ahora—Raphiel acariciaría a Pherica nuevamente y ella sonreiría enternecida por tal gesto.

—No lo se.

—Sabes que si sigues conmigo te podrían pasar cosas malas ¿verdad? Ya no estamos con Radiant ni con Reinhardt.

—No me importa. Si es asi, luchare—Y Raphiel reiría ante la expresión de furia de Pherica y se levantarían mirando a todas partes. Raphiel extendería sus alas y Pherica la imitaría y ambas alzarían vuelo hasta sobrepasar las copas de los arboles—¿Qué haremos?

—Volver a casa. Este nunca ha sido nuestro viaje. Es de ellos—Raphiel se movería sobre si misma buscando un haz de luz hasta que milagrosamente lo vería como un pequeño punto de una pulgada. Era el faro, gracias al cristal de enfoque podrían usarlo para regresar.

Raphiel tomaría de la mano a Pherica y partirían vuelo, se sentían con la tranquilidad que Arkzrimiel les observaba y Raphiel que el guardian en especifico las detuviera de alguna forma.

No tardaría mucho tiempo para que se perdiera nuevamente en sus pensamientos. Ahora recordando a una pequeña Pherica de tan solo 20 años. Con un aspecto de un infante de 4 años. Ambas estarían en la habitación de la princesa jugando. Aunque en realidad la que jugaba era Pherica con un pequeño juego de tazas de té y varios muñecos de tela.

Raphiel observaría las pequeñas coletas de Raphiel y su sonrisa mientras conversaba con los muñecos sirviéndoles té, hablando de temas infantiles como "¿A que sabe mi te señor bigotes?" o "¿Quiere más galletas de avellana señora Tina?" era característico que Raphiel se sentara al pie de la cama con los pies cruzados. Con una espada de plata descansando en la cama, una espada que nunca se ha manchado de sangre pues ¿Quién se atrevería a atacar tal recinto? Aunque los temores hacia la otra gobernadora del reino vecino eran grandes.

No pasaría mucho rato hasta que entraría la Reina Phoenix y Raphiel se levantaría de su asiento mirando a la reina con una sonrisa aunque no seria reciproco. Aparecería por un lado de la reina la princesa Twilight, y en su espalda traería a dos infantes de casi la misma edad de Raphiel. Radiantshield, un pequeño pegaso de pelaje blanco y melena rubia y un niño humano pelirrojo. Esto extrañaría a Raphiel pues ambos debieron haber nacido de la misma especie. Ambos mostraban un aspecto físico a un niño de 10 años pero en realidad tenían 21 años de haber nacido. Esto consternaria a Raphiel un poco pues no sabia como reaccionaria la pequeña Pherica ante otros niños pues desde que tiene conciencia propia ha aprendido a jugar sola.

—Esperamos no haber interrumpido el juego de ambas—Empezaria la reina con una pequeña sonrisa tomada de las manos sobre su vientre—La princesa Twilight quiso venir para algo muy importante, no para nosotras. Para Pherica—Y la princesa Twilight entraría a la habitación con suaves pasos mientras que la pequeña sonrisa de Pherica desaparecia y una mirada cohibida se hacia sobre de ella intimidada por la gran princesa de pelaje lavanda.

—Hola pequeña. Debes de ser Pherica. ¡Mucho gusto! —Twilight inclinaría todo su cuerpo con una sonrisa pero Pherica se mantendría cabizbaja mirándole por encima con temor. Miraria a Raphiel y ella le haría una mueca de sonrisa incitándola a hablar.

—Hola…—Seria lo unico que se expresaría ante la princesa aunque esto no incomodaría a Twilight, con la misma sonrisa daría un cuarto de vuelta mostrando a los dos infantes en su lomo. Ambos niños mirarían a Raphiel con curiosidad sin hacer ninguna expresión.

—Ellos son Radiantshield y Reinhardt. Quieren conocerte, vamos hijos. Saluden.

—¡Hola! ¡Mucho gusto! —Gritaria Radiantshield levantando una de sus patitas con alegria—Soy Radiantshield, espero seamos grandes amigos.

—Hola, soy Reinhardt. Espero que nuestra compañía sea de nuestro agrado—Reinhardt y Radiant bajarían de un salto del lomo de su madre y mirarían a Pherica con una pequeña sonrisa pero Reinhardt miraría a su hermano extrañado y le daría un codazo moviendo la cabeza hacia Pherica.

—¡Oh! ¡Sí! Lo olvide jeje—Y debajo del ala de Radiantshield sacaria una pequeña muñeca de tela con un vestido blanco con toques dorado. Su cabello seria castaño y sus ojos serian botones de color amarillo. Esto haría una pequeña sonrisa en Pherica—No sabíamos exactamente como te veias asi que lo hicimos como nos imaginamos. Esperamos que te guste.

—¡Woah! —Pherica tomaría la muñeca con una sonrisa mirando a Raphiel y ella le sonreiría y la princesa Twilight haría lo mismo, vio química en los chicos pero la Reina Phoenix no se veía para nada emocionada—¡Muchas gracias!

—A partir de ahora, Radiantshield y Reinhardt serán amigos. Cuídense mucho pues todos ustedes son muy especiales—Twilight daría media vuelta y Raphiel vería como se alejaba pero justo cuando iba a regresar al pie de la cama la Reina Phoenix le hablaría y ella en silencio saldría de la habitación.

Una vez fuera, dejando a los chicos en la sala jugando, el trio vería a los infantes en su inocencia y la reina miraría a Twilight y ella se veía absorta en sus pensamientos. Con una enorme melancolia al ver a su hijo Reinhardt.

—Supongo que no piensas hablar del tema Twilight—Romperia el silencio Phoenix mirando a su hija jugar con los hijos de Twilight.

—No quería pero ahora que lo vuelves a tocar—Twilight miraría a la reina con cierto enojo para eventualmente mirar a Raphiel—Se que tienes la misión de cuidar a toda costa a Raphiel. Y no pienso meterme en esa orden, pues tu no eres ya una súbdita mia.

—¿Qué quiere decir con eso princesa Twilight? —Preguntaria Raphiel tragando saliva nerviosa.

—No sabría como decirlo pero. Creo que lo explicare para ti porque no estuviste en ese momento cuando pasó; Pherica, como sabras. Es hija de la reina Phoenix y sabes muy bien quien es el padre pero también debes saber que mis hijos. Tambien son SUS hijos—Raphiel guardaría silencio, pues por muy obvio que fuera, en ningún momento pensaría eso del guardian.

—No sabia, de hecho. Que Pherica era hija del guardian tal cual. Osea, si lo sabia pero…No se como explicárselo. Pero, Eso quiere decir que. ¿Los tres son hermanos? —Raphiel se notaria nerviosa, pero entendería el punto mirando a los tres niños jugar sin escuchar la conversacion—¿Quién es mayor que quien?

—En realidad, son los hijos de Twilight—Responderia Phoenix la pregunta de Raphiel—Los chicos nacerían pocos años antes que Pherica. Pues ellos tendrían una conexión más fuerte con el guardian, al ser ellos quienes hereden gran parte del manto de responsabilidad. Tenían que nacer antes para traer consigo un balance parcial a Equestria.

—Y como sabras, el guardian no quería dejar Equestria a la suerte. Por lo que, tuvimos que hacer eso que hacen los adultos—Twilight se ruborizaría parcialmente pero recobraría su compostura—seria casi a la par que con Phoenix. En una de mis disputas con él pero parecía que el guardian sabia muy bien los tiempos pues pese a que ellos tendrían una gran conexión sabia que los bebes Equinos nacerían antes que los humanos divinos.

—Él supo marcar bien los tiempos—Concluiria Phoenix—sabia muy bien quienes tendrían la conexión y sabia muy bien quienes nacerían primero.

Y Raphiel recordaría lo que le dijo la Reina Phoenix cuando nació Pherica. No sabia muy bien los planes del guardian pero le comenzaba a dar miedo el posible destino de Equestria.

Ahora era más que claro, Raphiel sabia lo que iba a pasar con Equestria cuando el guardian regrese, no era posible evitar su regreso. El guardian traería consigo algo tan grande que haría la creación temblar. Algo tan grande que ni Sophitia hubiera podido realizar ni con toda la ayuda del limite divino, algo tan grande que dejaría al guardian del a vida como un infante en pañales.

Algo tan grande que haría temblar al mismo Arkzrimiel, solo Raphiel tenia la certeza de lo que iba a suceder y tenia que buscar una manera, no de evitarlo. Sino de posponerlo lo más que se pudiese aunque eso signifique sacrificar las vidas de aquellos que viven fuera de la ilusión del guardian.

S̸̸̶̷̷̷̷̸̸̡͓̫̞͎͓̓̽̈́̚̚o̵̵̶̷̷̷̷̴̵̻͍̼͔͕̙̐̓͆̕͝m̸̵̶̷̷̷̷̵̸͇͍͉̙̟̟͋̓͛̈́͐̐b̴̸̶̷̷̷̷̵̸͇͍̦̠͇̝͛̈́͛͑͝͠r̴̴̶̷̷̷̷̸̴̺̫̝͉̞̪̔͛̐̈́̿͘a̵̸̶̷̷̷̷̸̵̞̞̦̐̓̓̓͜͜͜ d̵̵̶̷̷̷̷̵̵̢͉̻̘͑̓̽̕͝͠ë̵̸̶̷̷̷̷̴̸̫̘͎̫̝͙́́̓̈́͌̿ A̸̵̶̷̷̷̷̴̵̟̞̦̝͎̿̈́͘͝͝͝r̵̵̶̷̷̷̷̵̴̼͕̝͉͔͛͐͐͐̚t̵̵̶̷̷̷̷̵̸̝̺͎͉̻͛͆̾̈́̚͘͜o̴̴̶̷̷̷̷̸̵̻͖̙̞̫̪͆͛͛̕͠͝r̵̸̶̷̷̷̷̵̵̼̻̪̘͓͐̔͐̈́͠͠i̴̵̶̷̷̷̷̵̸͇̪̠̟̪̾͐̓͆̈́̚ä̴̴̶̷̷̷̷̴̵̺͍͕̺͎́̈́̓͒̿͝

Poder oscuro naciente de la mano izquierda del Rey y otra herramienta principal para la masacre de los dragones. Al igual que la cegadora, tiene su origen de una maldad externa al Rey, una sombra pasada que acosaba tanto al Rey como viceversa. Lo que asegura la orden es que cuando fueron imbuidos en esta magia escucharían a un corcel y pronunciar palabras desconocidas pero lo que si tienen en concreto es que dicho corcel también portaba una corona y capa carmesí