QUE ONDA A TODOS, ESPERO SE ENCUENTREN MUY BIEN, AQUI BRAVETHUNDER REPORTANDOSE CON OTRO CAPITULO MÁS A CASI UN MES DEL CAP ANTERIOR. SI QUE ME HE TOMADO MI TIEMPO JEJE. EN FIN, ESTE CAPITULO SE PODRIA DECIR, QUE ES EL CLIMAX DE LLENO AL TRAMO FINAL DEL FIC. SI, QUIZAS DEJE CABOS SUELTOS PERO NO FUE MALINTENCIONADO, DE HECHO. TODO ESTA CONECTADO HASTA LO QUE NO PARECE TENER SENTIDO, Y EN CASO QUE NO SEPAN: EQUESTRIA ESTA FRAGMENTADA, NO SOLO EN DIMENSIONES. SINO EN TIEMPO, EQUESTRIA LLEGO A UN PUNTO DE FRACTURA TAN GRAVE QUE CADA LINEA DEL TIEMPO ESTA TAN PEGADA UNA A LA OTRA QUE DAN CONTINUIDAD A LA HISTORIA A PESAR DE LLEGAR A CONTRADECIRSE EN CAPITULOS ANTERIORES QUE HAYAN AFIRMADO ALGO PERO QUE EN SIGUIENTES SE NIEGUE O QUE ALGO QUE YA SE SABIA SEA OLVIDADO EN OTROS Y VICEVERSA. REALMENTE ME TOMO MI TIEMPO PUES YA ESTOY EN EL PUNTO DE MI FIC (Y EN TODOS LOS QUE HE HECHO ANTERIORMENTE) EN LA QUE SIENTO QUE TODO TIENE UN PROPOSITO ADEMAS. EN ESTOS MOMENTOS YA TENGO EL CAPITULO TERMINADO DE ESTE FANFIC. NO LO HE ESCRITO, PERO YA LO TENGO HECHO EN MI MENTE Y TODOS LOS DIAS LO REPASO UNA Y OTRA VEZ PARA PERFECCIONARLO PUES AUNQUE SEA UN FINAL ES UN INICIO Y CREANME. NO ES UN INICIO COMUN Y CORRIENTE.
ESPERO LES GUSTE ESTE CAPITULO TANTO COMO A MI AL ESCRIBIRLO, LOS VERE HASTA LA PROXIMA AMIGOS Y ESPERO PODER TRAERLES EL OTRO CAP EN MENOS TIEMPO.
—CAPITULO 47: SERA NOMBRADO CON UN NUEVO NOMBRE—
HOJA PODRIDA
En un lugar muy distante, en una época muy lejana. Existía una hermosa mujer, que lucho sin conocer derrota, una mujer capaz de cargar con el peso de su mundo. Pero no contaba que perdería contra una deidad sin nombre, un Dios con los ojos del universo, ambos ojos abundaban estrellas de colores y de diferentes tamaños. Vio en ella el poder de cambiar el rumbo de la creación y en vez de convertirla en estrellas. La adoptó como su guardiana, guardaespaldas de su sacrarium Dei. Lugar donde habitaría desde el primer momento de la creación, donde el todo fue la nada y la nada fue todo.
Después del inesperado regreso de Pherica y Raphiel a Terranova, la reina pondría su reino en un confinamiento totalitario, no dejaría que ningún Equestre entrara salvo Twilight y las demás academias, pero no permitiría que preguntaran la razón del porqué. Su pueblo sabía muy bien que pasaba si la reina ponía en su reino en tal estado por lo que no se opondrían, sino. En cada hogar, cada humano. Se arrodillaba pidiendo piedad del guardián y en el silencio le nombrarían por su nombre humano pues solo ellos podían nombrarle sin causar la colera de Arkzrimiel mientras que las gobernantes dialogaban que hacer a continuación con gran temor pues ya sabían por qué razón había regresado Raphiel con Pherica, pero no contaban con la existencia de un vástago. De nombre Angela.
La reina estaba muy consternada mirando a su hermana, ambas aisladas en la sala de guerra del castillo, una enorme habitación en donde un par de estatuas adornaban las paredes del lugar; Por un lado, estaba el guardián de la vida, Siegfried. Portando en sus manos la hoja acuñada de marfil la cual le dio fin a la vida de Arkzrimiel, pero también dio vida al Göttliche Grenze y del otro lado la esposa de este. Alexiel, guardiana protectora de Sophitia. Quien seria de los primeros creados junto con Siegfried y, por ende. Ambos padres de las actuales gobernantes de terranova.
Ambas estarían sentadas en cada extremo de la gran mesa de piedra, ambas mirando la gran mesa de piedra. Imaginando que habría un millar de papeles, un desorden que dé a notar que han planificado algo, algo que dé el primer paso a sus planes, así como lo hicieron con Raphiel para cuidar de Pherica, que de prueba que todo tienen todo cubierto, pero, al contrario. No sabían que hacer. Simplemente imaginaban tener una idea. Pero era inútil.
—¿Qué podemos hacer? —Preguntaría Krysta mirando a su hermana menor mientras ella trataba de hacerse de una mínima idea.
—No lo sé…Si lo que dijo Leila es cierto…—Y se detuvo para mirar a su hermana—…Y lo es. Los Equestres no tienen salvación.
—Pero ¿Por qué? ¿Por qué el guardián haría eso? Eso los extinguiría para siempre.
—No lo sé, dice que "Es que ya no quiere ser vinculado con este mundo, quiere ser más que eso" Así lo dijo Leila.
—¿Por qué? No puede desecharlos como si no valieran nada, Equestria le dio todo lo que es ahora, incluso su condena…
Ambas callarían con temor al escuchar la puerta abrirse lentamente y verían la figura de Raphiel. A diferencia de su vestimenta habitual. Ahora portaba una camisa blanca de botones con un pantalón color lila con unas botas negras. Su cabello estaba recogido en una larga coleta que llegaba a su media espalda. Estaba en su descanso.
Ambas gobernantes respiraron tranquilas al ver que no era Pherica la que había entrado. Ambas dejaron que entrara la chica y cerraron la puerta con su magia y asegurándose, una protección mágica para que no saliera el sonido de la habitación.
—Perdonen que interrumpa.
—No, de hecho. Ahora que llegaste, queremos preguntarte algo—Y Krysta recibiría a Raphiel con un saludo de mano. Pero apenas Raphiel la tomo sería tomada a la fuerza para un abrazo. Raphiel no entendía el abrazo de su superiora, pero sentía una gran calidez proviniendo en su pecho, pero también sintió una gran tristeza, después de un largo rato la soltaría y retomarían el tema.
—Queremos saber más de esta Angela—Hablaría Phoenix con ambas manos en la mesa mirando a Raphiel mientras se reincorporaba.
—Es que no tengo mucho que decir, fue solo esa vez donde Reinhardt terminó herido y que su hija tuvo el primer contacto con ella. ¿Qué más quiere saber? —Y la reina guardaría silencio, consternada pues sabía bien de quien era hija, pero no entendía porque iba en contra de los principios del guardián. Aunque a esas alturas tampoco ellas sabían si hacían lo correcto estando haciendo todo lo que él les había dicho que hicieran, pero no dejaba de ser una amenaza para el débil equilibrio de Equestria.
—Es que su madre, es CloudChaser. Ella fue. Digamos, una rival en amor de Twilight…—Y Phoenix se apenaría un poco mirando a su hermana y a Raphiel—…Y mío.
—¿Cómo? ¿A qué se refiere?
—El guardián no fue alguien tan. ¿Cómo decirlo? Fiel a su amor por Twilight, y a estas alturas ya es más que claro que ellos tuvieron algo. Pero en su juventud. Se junto con CloudChaser después de que yo tuviera un episodio de ira y él hubiera ido a otro mundo a pelear. Regresando sintió ese gran apego a ella y pues, paso lo de Angela—Y la Reina se pasó la mano por el rostro avergonzada—En mi ataque de celos, libere mi poder. Aldebarán.
—¿Aldebarán?
—Sí. Digamos que, todos los divinos tenemos dentro de nosotros una estrella que nos da poder; Krysta tiene Rigel. Y mío, Aldebarán. Que son los núcleos donde nuestras emociones son almacenadas, en esencia. Son nuestras almas.
—¿Y qué paso después con Aldebarán? —Y ambas hermanas se verían y se avergonzarían un poco mirando a otra parte ruborizadas—¿Pasó algo?
—Estuve a punto de asesinar a Twilight…Algo que me da vergüenza recordar, pero esa fue la primera vez que manifesté la existencia de Aldebarán.
—Y también yo, cuando falleció…Bueno, Samael—Y Krysta bajaría la mirada un poco recordando una vida con el Arcángel de la muerte—Nos estamos desviando del tema. Lo que queremos saber es que ¿Qué planea Angela?
—Creo que mencionó algo de una paradoja. Que tiene que detener la paradoja.
Ambas hermanas quedarían pensativas ¿De qué paradoja habla? ¿Acaso hay algo del que no son conscientes?
Mientras ambas hermanas se preocupaban por el destino de los hermanos y Twilight consternada por lo que vio en el guardián, los hermanos se quedaban en el exterior siendo protegidos por Rarity mientras recuperaban fuerza. Ambos veían poco a poco como el ambiente era más pesado y el agujero negro en el cielo acrecentaba más al igual que el calor en el aire. Rarity veía esto con temor al igual que su academia mirando el firmamento anaranjado.
—Ya se acerca el final—Exclamaría Rarity con temor—Arkzrimiel ya viene. No tenemos mucho tiempo. Queridos sobrinos. Tienen que apresurar el paso.
—¿Pero a donde iremos? La iglesia de los búhos fue mala idea. No aprendimos nada.
—Exacto—Reinhardt trataría de reincorporarse, pero la costura en su pecho le hacía imposible eso y era detenido por dos estudiantes—No sabemos que hacer tía.
—Tienen que ir al imperio de cristal, tienen que buscar a Cadence. Aunque no sepamos nada de ella desde hace años. Sigue siendo una aliada y ella tiene el conocimiento necesario para decirles que harán, pero deben tener cuidado. Si esa tal Angela está en su camino, tienen que huir, no sabemos qué tan grande es su poder y menos que la acompaña.
—¿Por qué huir? ¿Por qué? Si debemos detenerla—Diría Radiantshield con enojo—¡Ella pudo matar a mi hermano!
—No sabemos a qué nos enfrentamos. No sabemos quién es esta tal Angela y mucho menos sus motivaciones. Si dicen que quiere parar la paradoja. Hay que saber primero a que paradoja habla.
Muchos en la actualidad admiran la perspicacia de Rarity olvidando casi por completo que antes era una modista con un gran futuro en el ámbito, codeándose entre los Equestres más famosos e inclusive vistiendo a la Reina Celestia hasta en boca de algunos se hablaba de ser pedante a la forma de hablar y una actitud narcisista pero hoy en día. Su visión se tornó en otra cosa, ya no desea crear vestidos para Equestria, sus agujas dejaron de coser tela porque prefirió usarlas para coser el mundo en armonía, aunque su hilo se haya acabado hace tiempo. El fin de Equestria causó en todos los elementos de la armonía un quiebre profundo, sus elementos dejaron de funcionar cuando el guardián dejo de intervenir en el mundo, pero ahora crearon los suyos. Querían ser los faros que guiarán a los últimos Equestres y lo seguirán haciendo hasta el fin de la creación que conocemos.
Rarity animaría a los chicos a seguir su viaje, pero los escoltaría por el desierto porque teme que la intervención de Angela haya provocado represalias en el débil balance de Equestria.
Los chicos estarían en el centro de la caravana de la academia de Rarity, si se viesen a la distancia. Sería una mancha purpura y dos puntos disparejos de color en el centro y hasta el frente iría Rarity. Mirando a todas partes mientras el eclipse de ambos astros los sumía en calor y frio sintiendo un abrasador bochorno y conforme se acercaban aumentaba dicha sensación aplastante.
Los estudiantes de Rarity, mudos. Se quejaban y se reflejaba su fatiga con grandes gotas de sudor. Era difícil creer que los estudiantes de Rarity fueran tan disciplinados que no se quejaran del calor, pero pasaría que una de ellas rompería su voto de silencio y anonimato quitándose la capucha, siendo difícil de controlar su actitud. Los chicos verían a una pony de pelaje blanco con melena rosada con una franja azul celeste en el centro del mismo color que sus ojos. Se veía muy tosca para ser parte de la academia de Rarity.
Radiantshield, la miraría por un largo rato, nadie se había percatado de que había descubierto su rostro. Veía en sus ojos celestes una chispa, una ascua de valentía olvidada. Veía algo, algo que hizo el guardián. Vio en esa pony. Un elemento ¿Algo que fue borrado? Vio algo más que eso, vio un futuro. Una nueva generación, veía a otros como ella. Su hogar, era sobre una gran montaña. Con rascacielos y pantallas, tecnología muy avanzada, pero Equestre. Vio un letrero "Zephyr Heights" y vio a otra, pegaso. De nombre Pipp Petals. Ambas, eran princesas. Pero ¿Cómo? Radiant quedo hipnotizado en esa pegaso. Sintió un gran pesar, ellas. Que no eran de esa época. Estaban arrastradas al apocalipsis del guardián, como si los posibles futuros hubiesen sido devorados por el apocalipsis y el crepúsculo de la creación.
Tardaría un rato, pero sería reprendida por otra estudiante, se quitaría la capucha para regañar su actitud rebelde y descubriría que era la hermana de pelaje rosado con melena violeta y ojos verdosos. Inclusive con su capucha podía distinguirse su gran plumaje en las alas. Ambas discutirían un rato y se cubrirían el rostro para regresar a la formación. Radiant vería a su hermano y él se mantenía ignorante de lo sucedido y más de lo que sintió, no obstante. No detendría su andar, pero dentro de él sentiría un gran vacío. Un gran arrepentimiento por algo que no hizo.
Las dunas crecían conforme andaban y la arena se desvanecía con cada paso. Era como caminar en lodo y consecuente. En agua. Era casi imposible para un ser terrestre andar en el infinito desierto del norte de Equestria, pero también era perfecto para una emboscada.
Rarity se detendría y sacaría su estuche de agujas colocándola delante de ella. Al hacer esto su academia haría lo mismo, los unicornios harían lo mismo y los pegasos alzarían vuelo sacando de sus capuchas cuchillas en cada pata. Ambas hermanas vistas por Radiant harían lo mismo acercándose a los chicos al igual que los pegasos.
Los vientos rompían el ambiente, pero creaban pausadas cortinas de arena que hacían difícil la vista. Aunque nadie veía que era, Rarity sentía en su ser un gran peligro. Su mirada pasaría de izquierda a derecha el desierto delante de ella, entre duna y duna vería un paisaje árido y repetitivo hasta sentir una presencia delante de ella, pero no se mostraba. Y ella, en un desliz uso su aguja para cortar la tela de la inexistencia y vería parcialmente una gran bestia escamada y teletransportaría al grupo una centena de metros mirando como un gran golpe destrozaba la duna volando las partículas de arena en el aire, pero bastaba para ver que era.
Era un dragón.
Rarity mantendría su postura firme, sabía quién era la que montaba el dragón y no temió en dar el primer paso.
—Veo que no tuvimos que buscarte. CloudChaser—Exclamaría Rarity con una vaga sonrisa mientras que la tela de la nada seria cortada por CloudChaser, tendría en su poder un bastón de madera oscuro y piedra azulada. Rarity al verlo sentiría temor pues conoció al portador de dicho bastón.
—¿Ya reconociste qué es? —Diría CloudChaser mientras su cuerpo se mostraba sobre el dragón; aquella bestia tenía escamas oscuras como la noche, pero reflejaba el crepúsculo casi a la perfección, tenía una gran cicatriz en el hocico, así como sus ojos carmesíes una quemadura de lado derecho, su pata izquierda estaba hecha casi en su totalidad de piedra de obsidiana y la cola estaba hecha de madera y acero con las alas reconstruidas de aluminio.
—Como olvidar el bastón de Sacanas, el rey de la tormenta casi lo usa en nosotras, pero fue vencido y ese bastón…
—Escondido. Lo sé—El aspecto de CloudChaser era particular; Una túnica negra rasgada, así como su melena desalineada con algunos raspones en su rostro. En su cuello tenía un relicario. Esto la consterno aún más—¿Lo notaste? Fue un obsequio.
—No, no lo fue. Ese fue un regalo para Twilight. ¿Cómo lo obtuviste?
—Twilight tiene el suyo—Y terminaría con una risa pedante y enfurecería a Rarity.
—¡¿Profanaste su tumba?!
—Hace mucho "Querida" —Exclamaría con la misma sonrisa tomando el relicario con su pata—El guardián, por muy divino que sea. Una vez tuvo un cuerpo, y ese cuerpo aún tenía este tesoro.
—¡Eres una enferma! ¡El guardián fue una vez humano y se le debe dar el respeto!
—¿¡Como el respeto que tuvo con nosotros!? ¡¿El respeto que nos dio cuando nos dejó a la suerte?!
—¡Tendrás sus motivos! ¡Muerto fue una vez y honor se le debe dar! ¡Por el seguimos aquí!
—¡Muriendo una y otra vez! —Azotaría CloudChaser el bastón de Sacanas molesta—¡Ustedes son las necias que no ven la verdad! ¡Esos dos que tanto protegen traerán el fin de Equestria!
Y Rarity voltearía a ver a los chicos, ambos sorprendidos por la inmensidad del dragón entre los estudiantes de Rarity.
—No. Ellos son los que nos salvaran del fin de Equestria. Ríndete, CloudChaser. Muchos han muerto ya, no seas una más en la lista. Ya hemos llorado por muchos, no queremos llorar por ti también.
—No Rarity, nadie llorará por mí. Pues yo morí cuando vi la verdad de este mundo. La verdad que hay entre dos cuentos de hadas. Una verdad atrapada entre la mentira del guardián y me canse de estar hipnotizada. Vamos, Angela, hija mía. Mi querido dragón, Aojo. Al ataque.
Y detrás de CloudChaser aparecería Angela, Rarity sin mostrar una expresión vería el rostro del guardián en ella. Pero corrompido por la creencia de su madre, sacaría su gran espadón de la arena y el dragón desaparecería de la tela existencial junto con CloudChaser, pero sus pisadas se reflejarían en la arena.
Rarity usaría sus agujas e hilo para encerrar a las enemigas y a la gran bestia, pero también encerraría a la academia junto con los chicos. Y los voltearía a ver.
—¿Listos para pelear? —Y los chicos, atemorizados asentirían. Ella reiría mirando al frente y a la vez al cielo—Muy bien, guardián. Si muero, te agradezco el haberme dado esta vida, disfrute cada momento con mis amigas, disfrute cada momento enseñarles a mis estudiantes todo sobre la generosidad, pero, sobre todo. Disfrute amar este futuro. Aun por como este, sé que hay salvación.
Y Rarity junto con su academia se lanzarían sobre Angela, quien comenzó a correr hacia ellas. Radiant usaría su libro para convertirse en Raminidez y sacaría del mismo una lanza con una hoja en cada extremo, un extremo estaba hecho de metal plateado y el opuesto de acero oscuro. Tenía una inscripción "Ultra y Violeta" al portarla en mano Raminidez sintió un pesar, una enorme tristeza, pero no opacaría su valor. Reinhardt, por su parte. Empuñaría la guadaña de cristal de Samael, listo para pelear.
La academia rodearía a Angela mientras Rarity con sus estudiantes más fuertes pelearían con la bestia, Angela lanzaba grandes tajos al aire fallando pues no podía adivinar si atacar a los pegasos o unicornios que le lanzaban agujas llenas de veneno o hielo para alentarla mientras que sentía como su piel se podría y congelaba con cada aguja que lograba tocar su piel.
Raminidez con su gran agilidad humana atravesaría a la academia con su hermano por detrás y daría varias vueltas para dar un golpe horizontal siendo bloqueado por Angela, pero sería impactada por Reinhardt quien uso a su hermano de escalón para golpear con la parte sin filo de la guadaña en el hombro de Angela, el poder fue tal que la mandaría varios metros a un costado sin hacerla caer. Simplemente dejando una estela en la arena.
Angela se sorprendió pues vería la herida en su pecho casi curada por completo, pero no diría ninguna palabra se mantendría muda y recobraría su compostura para lanzarse nuevamente corriendo, pero antes de siquiera llegar a los chicos el enjambre de pegasos la rodearían atacando nuevamente y se repetiría el proceso a tal grado de perder parcialmente el movimiento en los pies por la congelación creciente, necesitaba un plan. Eran demasiados y no podía perder a esas alturas.
Raminidez se acercaría a Angela corriendo, su gran estatura hacia intimidante al mestizo sin luz, pero no lo haría inmune. Angela bloquearía su primer ataque horizontal y aprovecharía el congelamiento en su pierna para dar una vuelta sobre si misma para dar una patada en la barbilla del chico y una vez en el aire sacaría su espada de la arena para cortar parte del pecho del chico, con una herida tan simple podría hacerlo caer por el veneno que poseía su hoja, pero fracasaría pues su hermano estaría bloqueando el ataque con la guadaña. Esto desesperaría a Angela pues no tendría forma de acercarse a la espada si el escudo se entrometía.
Mientras ideaba una forma de acercarse, Rarity viajaba entre la realidad y la inexistencia luchando contra el dragón, pensando una forma de derribarlo. Era la primera vez que veía una bestia de tal poder.
CloudChaser lanzaba grandes rayos mágicos gracias al bastón mientras bloqueaba los ataques de los pegasos con facilidad.
—¡Haces esto más difícil CloudChaser! —Gritaría Rarity mientras a su alrededor la tela se distorsionaba siendo jalada hacia atrás.
—¡Son ustedes lo que lo hacen más difícil! ¡Háganse un favor y acaben con ellos! ¡Sabrán que tengo razón!
—¡No permitiré que te les acerques! ¡Son la esperanza!
—¡Son la mentira!
—¡Son luz!
—¡Son odio!
—¡Son el guardián!
—¡Son el final! —Y CloudChaser gritaría enfurecida azotando el bastón de Sacanas sobre el lomo del dragón y este lanzaría una gran llamarada eléctrica carmesí devorando la vida de varios pegasos con gran facilidad.
—¡NO! —Y Rarity mandaría a un grupo a ir por los cuerpos de los caídos con la esperanza de regresarlos a la vida—¡No dejare que acabes con mis estudiantes!
—¡Aojo! ¡Enciérranos! —Y el dragón lanzaría otra llamarada eléctrica encerrando a Rarity y a CloudChaser. Ambas se verían en un espacio tan cerrado que ninguna tendría forma de atacar a la otra. Rarity al ver tal situación bajaría sus agujas y CloudChaser el bastón—No lo ves, debes de verlo. Más allá de la verdad, más allá de su regreso. Él nos usó para su beneficio.
—Se que será para su beneficio—Respondería Rarity sin apartar su mirada de CloudChaser, tal franqueza la haría titubear.
—¿Lo sabes? —Preguntaría CloudChaser
—Claro que lo sé. ¿Acaso crees que soy ciega?
—Entonces. ¿Por qué lo permites?
—Querida—Diría Rarity mirando a CloudChaser, pero cambiaria su rostro. Tenía una gran tristeza y cansancio—Deberías de pensar igual que nosotras. El guardián te hizo eterna, a nosotras también. La bendición que nos hizo más unidas. Nos terminó dando una mayor maldición, amo estar con mis amigas. Pero ya fue mucho tiempo, llevamos con vida demasiado tiempo. Estamos cansadas. Y a diferencia de ellas, yo si quiero descansar.
—¿Por qué lo hacen?
—Porque ellos podrán vivir. Tu hija, los hijos de Twilight, todos los que no seamos Equestres, tendrán otra oportunidad.
—¿Y eso te parece justo? ¿Te parece correcto que nosotros tengamos que morir para que el guardián pueda hacer con ellos lo que quiera?
—No es de ser justo o ser correcto. Querida, no hay que ser egoísta. Nosotros tuvimos una larga vida gracias al guardián y aunque ahora estemos en las últimas. Debemos de pelear por lo bueno, aunque sea en vano.
—¿Por qué defenderlos? —Rarity bajaría la mirada, entre su campo podría distinguir a los chicos atacando y defendiéndose de Angela. Los veía cansados a comparación de la chica y como sus estudiantes ya habían caído rendidas ante el abrasador calor.
—Porque así ellos podrán vivir.
CloudChaser movería la cabeza a los lados, negando todo lo que escucho. Enfureciendo, no podía permitir que Equestria llegue a su fin, no podía imaginar un mundo en el que no esté con su hija, no. No podía permitirlo.
Rarity no se percató en qué momento, en que parpadeo ocurrió, pero sentiría un gran calor en el pecho, así como algo quebrarse, voltearía y vería a CloudChaser llorar enfurecida, ella vería lentamente como tenía el bastón de Sacanas hacia el frente y al seguir la vara vería que estaba incrustado en su pecho, así como la gruesa gota carmesí que brotaba de su pecho. Rarity vería a CloudChaser y ella estaba decidida de lo que hacía. Y no intentaría defenderse, pero si diría algo más.
—Espero estes segura de lo que acabas de hacer, CloudChaser. Porque sin mí, los que viven en el exterior. Estarán perdidos. Así como ustedes…
Y el cuerpo de Rarity caería mientras se despegaba su torso del cristal que había absorbido su magia, pero a diferencia del pasado. Tenia un aura dorada mezclado al purpura. La mirada de Rarity se tornaría gris pues su inmortalidad había sido arrebatada por el bastón de Sacanas y CloudChaser jadearía entre lagrimas asimilando lo que había hecho, pero apenas se calmaría sentiría un enorme pavor recorriendo su espalda, un escalofrió. Sus pecados se arrastraban sobre ella y esos pecados tenían figura. Una mano de energía dorada, una enorme y hermosa mano dorada recorrería el lomo de CloudChaser hasta llegar al bastón de Sacanas y tomarla con firmeza.
Se abalanzaría con velocidad tomando el bastón y a su vez el cadáver sin vida de Rarity y extendería los brazos con ambos objetos en cada extremidad paralizando el tiempo y el espacio mientras CloudChaser sentía como el miedo entraba por su corazón y veía a los ojos a la muerte encarnada disfrazada en un Dios. Era el guardián del mundo.
Una vez que su rostro se había convertido en algo tangible vería que no había nada de amor. Era puro resentimiento. Soltaría el bastón de Sacanas dejándolo inmóvil en el aire y tomaría el cadáver de Rarity y su expresión se deformaría con gran tristeza.
—¿Pero que has hecho? —Diría el guardián acariciando la melena de Rarity como de una mascota se tratase—¿Por qué has hecho tal cruel crimen contra mi voluntad?
CloudChaser se mantenía estática mientras un escalofrió recorría su espalda. Mirando al guardián.
—¡¿Por qué?! —Y la voz del guardián sería tan fuerte que rompería la barrera de la realidad mostrando las estrellas mostrando un cercano final—No permitiré que rompas mi balance, no. Podrás matar las veces que quieras a mis hijos, pero a ellas nunca. Nunca CloudChaser.
—Tú… ¿Qué eres? —CloudChaser sentiría un gran nudo en la garganta, el guardián abriría los ojos y vería una estrella blanca con 8 estrellas de diferentes colores a su alrededor mientras que el resto era oscuro como la nada.
—Soy el todo. Soy la nada, soy tu vida. Y tú muerte—Y el guardián tomaría el bastón de Sacanas del cristal y sacaría con su mano el alma de Rarity—No puedo permitir que mates a mis amados personajes. Las hice crecer y desarrollarse como para que las elimines tan fácil—Vería el alma de Rarity con gran anhelo apretándolo, estrujando el alma queriendo absorberla, pero le era imposible, no podía hacer suyo algo que no creó—Deberías intuir porque dejo que mis hijos sufran y mueran las veces que sean necesarias.
—No pienso como tú. Nadie lo piensa. Y lo que piensas. Esta mal—CloudChaser, aun con el miedo que le infundía ver el estado casi perfecto del guardián no era suficiente para dudar de su poder pese a que estaba casi rompiendo sus candados.
—No CloudChaser. No puedo estar mal cuando es una verdad. Por qué crees que mis hijos, los supuestos salvadores de Equestria no tienen un pasado. Nunca te has puesto a imaginar cuales son sus motivaciones a futuro, cuáles son sus anhelos una vez que hayan salvado Equestria. Ellos, quienes deberían de pensar como yo lo hice sobre mi futuro, no lo hacen. ¿Por qué crees? —CloudChaser guardaría silencio mirando como el guardián introducía nuevamente el alma de Rarity a su cuerpo a través de los ojos convirtiéndose en una llamarada mientras su cuerpo la recibía nuevamente hasta finalmente quedar ascuas en sus pupilas y poco a poco recobrar la vida—Exacto. Por qué, no tienen un propósito ahorita. No tienen una razón de existir, pero existen. Y su propósito es en otro reino. Permitiré que los atormentes, pero no a ellas. No a mis elementos. No permitiré que me las arrebates. Mientras tanto, no las mates. Acaba con ellos, quémalos, rómpelos, desgárralos, lo que desees. Pero a ellas, mi futuro. No. Nunca.
Y al parpadear todo habría regresado a la normalidad, Rarity estaba sosteniendo el bastón de Sacanas con su magia, mirando con enojo a CloudChaser, apenas había sido capaz de detener la embestida de CloudChaser mientras ambas descendían hacia el desierto con velocidad.
CloudChaser jadeaba exaltada, apenas pudo procesar lo que paso y el pavor que habría recorrido su espalda se había esfumado como si no existiera, pero sentía en su corazón el mismo miedo palpitar junto con su sangre.
—Lo que intentas hacer esta mal CloudChaser, detente. Por favor—Rarity trataría de tomar el bastón con su magia, pero la fuerza de la pegaso le superaría y volaría en una gran ráfaga trasera a su dragón y descendería a tomar a su hija quien había sido sometida entre los sobrevivientes de la academia de Rarity y por los heridos Reinhardt y Radiantshield. Quienes sufrían profundas heridas en las extremidades y en el pecho. Se habían envenenado.
CloudChaser usaría el poder del bastón para tomar a su hija y alejar a sus enemigos y ambas desaparecerían en el desierto sin decir ni una palabra causando una gran conmoción en el lugar.
Los chicos tratarían de seguirle, pero serian detenidos por Rarity y obviamente. Sus heridas. El grupo vería como se alejaban a toda prisa como si huyeran de algo peor. Pero ¿Qué podía ser peor que un juicio Equestre?
El rostro del Rey
Nadie ha visto el rostro del Rey, cuando este se presentó al mundo una vez caído de los cielos. Usaría una armadura fabricada por el mismo, una tosca armadura de acero con grandes hombreras y su casco sería una corona con grandes hojas en la parte superior, lo más destacable es que tenía tres piedras preciosas las cuales el mencionaría que son "La Tecnología del mundo, Sabiduría del hombre y la fuerza de voluntad" Estos tres serian pilares para el pueblo.
