QUE ONDA A TODOS, AQUI BRAVETHUNDER REPORTANDOSE CON UN CAPITULO MÁS DE ESTE FANFIC. QUE REALMENTE, A ESTE PUNTO DEBERIA DE DEJARLE DE DECIR ASI, PUES YA COMO HAN VISTO CON EL PASO DEL TIEMPO (AÑOS) ME HE IDO ALEJANDO DEMASIADO DE SUS RAICES, Y A DECIR VERDAD. ES BUENO, PUES YA QUIERO DEJAR TODO ATRAS LO QUE ES MLP Y ES BUENO. YA SIN LA SERIE, TODO FIC PIERDE UN POCO DE SU ESENCIA Y DE QUE LA PIERDA DE MALA GANA MIS FICS (HABLO DE LOS MIOS, Y MI PUNTO DE VISTA EXCLUSIVO DE MI) QUISE HACERLO VOLUNTARIAMENTE ASI QUE SÍ. ESTE FIC SE QUEDARA SIN MLP EN UN FUTURO CERCANO PUES COMO LES DIJE. ALGO MUY GRANDE VIENE, DEMASIADO GRANDE Y ESTE CAPITULO YA ES UNA ENTRADA A UNA CARTA DE DESPEDIDA. MUY ESPECIAL, PUES MLP ES TODO PARA MI HASTA HOY EN DIA A MIS CASI 30 AÑOS (CUANDO EMPECE ESTO TENIA 17. MUCHO TIEMPO) ASI QUE SI. ESPERO LES GUSTE MUCHO ESTE CAPITULO TANTO COMO A MI. REALMENTE AMO ESCRIBIR ESTOS CAPITULOS Y NO HE PERDIDO LAS GANAS DE ESCRIBIR ESTOS CAPITULOS AUN CON EL PASAR DE LOS AÑOS.
LOS VERE PRONTO AMIGOS, LOS VERE CUANDO MÁS ALLA DE LA VERDAD SEA UNA REALIDAD.
—CAPITULO 48: PERO NO QUEDARA NADA —
Báculo de Alexiel
Alexiel fue una mujer de belleza sublime en aquel mundo de oro. Fue perseguida por los hombres con el fin de tener un amorío con ella, pero fue tan inteligente que a todos los usó como combustible para alimentar su poder. Pero esto terminaría cuando conociera al Supremo de la vida, se enamoró instantáneamente de él y aprovechando el conflicto entre los siete hijos para formar una relación. Este báculo circular con una esfera color sangre representa la magia de aquellos que perecieron ante sus encantos lo cual hace que su efecto sea aleatorio, pero mayormente le beneficiaria.
Raphiel se encontraba meditando en su alcoba. Mirando el exterior tras la ventana, podía ver al pueblo de Terranova vivir sus vidas con tranquilidad. Ignorando que una vez que regrese el guardián todo sería un caos. Será una extinción, la reina no pudo ocultarle la verdad del guardián y aunque ella lo intuía quería creer en el fondo en la palabra del guardián, una parte. Muy pequeña, minúscula creía en él. Ahora tiene más que confirmado. Desea acabar con la realidad misma. Pero todavía tiene preguntas. ¿Quiénes son aquellos que se esconden en las sombras? ¿Quiénes vigilan el balance de Equestria? ¿Con que finalidad vigilan este mundo decadente?
Raphiel miraría sus cuchillas colgando de su cinturón en la pared repitiéndose una y otra vez las mismas preguntas. ¿Qué conspiran? ¿Qué conspiran entonces? Sabía que había unos entes en las tinieblas de Equestria, pero no sabía si tenían algún nombre, lo que tiene en claro es que los últimos guardianes son Radiantshield y Reinhardt.
En ese momento se escucharía un suave golpe proviniendo de la puerta, esta voltearía con calma y aquella puerta de madera se abriría mostrando finalmente a Pherica, con su ropa; Un vestido largo blanco con lentejuelas doradas en el faldón y sobre su cabeza una corona de oro puro con un cristal carmesí.
—Hola Raph —Saludaría Pherica con una tenue sonrisa, Raphiel respondería con el mismo gesto.
—¿Qué haces aquí? Pensé que estarías en estos momentos en un vuelo a Canterlot.
—Bueno…Sí, pero no —Pherica entro a la habitación cerrando la puerta tras ella sentándose al pie de la cama mirando al techo —Mi madre quería que fuera, pero no quiero salir.
—¿Es por la Reina Shanalotte? Escuche que desde tomo el poder se ha vuelto muy errática en sus decisiones, es como si fuera otra persona.
—No es por eso Raph. Vine porque quiero saber algo —Y Raphiel se acercaría a ella sentándose a su derecha.
—¿Y bien? ¿Qué es?
—¿Por qué nos ocultaste tu misión? —Raphiel miraría por un largo rato a su amiga y princesa. No sabía porque lado responder.
—Yo…Bueno, es complicado Pherica —La mente de Raphiel seria inundada por un gran recuerdo en la que sería abordada por la reina, conspirarían contra la suplica de Twilight y la orden dorada del guardián del mundo —Tu madre no quería que resultaras herida. Desde el momento que te concibió en su vientre. Ella quería todo lo bueno para ti, pero sabía que tu destino era este. Sabía que cuando el guardián dejara Equestria serias tu y tus amigos proteger Equestria —Y Raphiel sintió una punzada en su corazón. Quería decirle la verdad, que ella y los chicos son medios hermanos —Pero no podían cargar con todo este mundo.
—Entonces ¿Cómo le hizo el guardián para salvar a Equestria tantas veces? Él lo hizo solo ¿Por qué yo no?
—Porque realmente no lo hizo solo. Siempre necesito de Twilight y de sus amigas, necesito de tu madre y de tu tía. Necesito de Samael y su guía. No lo hizo solo, todos. Por lo más pequeño que hayamos hecho, lo apoyamos para que este fuera nuestro final.
—Entonces ¿Estuvo bien dejar a Radiant y a Reinhardt en el exterior? ¿Está bien dejarlos solos cuando el guardián nunca estuvo solo?
—Claro que no está bien —Raphiel bajaría la mirada con una gran culpa y arrepentimiento; Cuando los chicos supieron la verdad, de las veces que Raphiel pudo haber ayudado, pero se negó sintió como el miedo le invadía a su herido corazón y maltratado espíritu. Actuó instintivamente huyendo de ahí con Pherica. Angela no era una amenaza, pero si era un peligro para los chicos.
—Mi mamá. La Reina, habrá pedido protegerme, pero también a ellos. Olvidando…Olvidando que ellos también son seres vivos —Raphiel voltearía a verla, Pherica chocaba las uñas. Podía ver en ella una tristeza —Radiantshield y Reinhardt tienen alma, tienen corazón. Pueden sonreír y llorar. ¿Por qué mi madre haría de lado todo eso para salvarme a mí? Eso es… ¿No crees que eso es muy egoísta de su parte? —Y Raphiel guardaría silencio escuchando a Pherica divagar —Twilight es su mamá. Y aunque, no nos llevemos bien con ella, también los ama tanto como mi mamá me ama a mí y yo a ella. ¿Cómo se sentirá cuando le digan que uno de sus hijos murió? ¿Se pondrá muy triste como si a mí me hubieran matado?
—Pues sí, sí se hubiera puesto triste—Raphiel bajaría la mirada. Era complicado reflexionar todo. Quizás, el guardián si tenía razón. No quería que Raphiel se apartará de ellos, quería que ella los protegiera, pero ¿Por qué no pedírselo? ¿Por qué no se lo solicito, así como lo hizo la reina Phoenix? Raphiel se tallaría la frente con fastidio—No es muy fácil estar en mi lugar Pher. Muchas veces tengo que dejar de lado mi sentido común para cumplir mis órdenes. Cuidarte fue mi prioridad, si tan solo supieras toda la verdad…Pero tu madre no me lo permitiría. Nadie lo permitiría.
—No te preocupes Raphiel—Y Pherica tomaría de la mano a su mejor amiga con una sonrisa compasiva—No tienes que decirme todo. Pero sabes que estuvo mal dejar a los chicos solos. No sabemos lo que les podría pasar si Angela los atrapa.
—No, no sabemos—Y Raphiel miraría a Pherica. Consternada, Pherica veía a su amiga con una expresión confusa—¿Qué hacemos?
—Pensé que me lo dirías—Pherica se quedaría confundida. Raphiel no tenía iniciativa propia. Era extraño en ella, ¿En serio hacia todo lo que se le ordenara al pie de la letra? —Vamos con ellos. No deben de ir muy lejos. Deben de seguir con Rarity.
—¿Y tu madre? ¿Qué va a decir tu madre?
—Ella…Bueno—Pherica se tomaría del pecho con gran pesar—Que se preocupe por mi luego. Tendremos ventaja si nos vamos ahora. De todas formas, si no nos ve. Sabrá a donde nos fuimos.
Y Raphiel asentiría con una sonrisa y ambas se levantarían de su lugar caminando con prisa en busca de los chicos. Quienes ya tenían una gran ventaja en el campo.
Raminidez caminaba junto con su hermano y el gran grupo de estudiantes. El paisaje era devastador, algunos cargaban los cuerpos de los fallecidos sin algún sentimiento de tristeza, pero el aire delataba aquello. Rarity miraba con pesar el horizonte. Además de guiar a sus sobrinos. Buscaba un lugar digno para sus estudiantes. Quienes murieron por mantener el débil equilibrio del guardián. Serian enterrados de una forma digna.
Aunque, en lo más profundo. En la mente de Rarity yacía una semilla de duda. Todos estos estudiantes habían sido elegidos para reencarnar. Todos fueron elegidos para vivir nuevamente y no morir, pero ¿Por qué murieron entonces? ¿El guardián no los iba a proteger aun cuando no existía dentro de Equestria? Rarity quería confiar en el guardián, pero cada vez más veía contradicciones en su promesa de vida eterna. Sentía que algo no encajaba. Algo que el guardián no ha querido decir, pero ¿Quién sabe esa respuesta? Quizás, lo sepa cuando el guardián regrese. Por ahora, ha visto un lugar digno para sus estudiantes. De ella brotaría una lagrima al ver el escenario que se vislumbraba ante ella, cerca de la frontera con el imperio de cristal.
Entre todo el mar de arena y calor. Se mostraría una montaña. Tan imponente, tan perfecta. Aun con las inclemencias catastróficas del exterior, seguía desbordando agua fresca, potable. Con un hermoso pastizal a su alrededor, con flores de diferentes colores y tamaños. Pareciera que fue dibujada pues sus colores eran tan brillantes que lastimaban la vista. Rarity animaría a sus estudiantes a seguir. Pues era hora de un funeral digno de un campeón.
Los chicos sonreirían, pero no sería el suficiente animo pues seguían abatidos. Lograron ahuyentar a Angela y a CloudChaser, pero perdieron a muchos amigos. ¿En serio habían ganado?
Al llegar al pie de la montaña y el manantial que se mostraba a sus pies pudieron sentir la refrescante brisa que les rodeaba. Sus penas se iban a la vez que la espuma se evaporaba por el calor del ambiente. Raminidez vería su reflejo en el agua cristalina, tenía rasguños en su nariz y ceja. ¿Cuándo fue la última vez que se vio a la cara? Reinhardt, se arrodillaría y juntaría sus manos para dar un gran sorbo al agua sintiendo la dulzura y el frescor recorrer su garganta revitalizándose por completo. Parecía un regalo.
Ambos verían a su tía, parecía ver a alguien pues sonreía al horizonte. Ambos verían hacia ese lado, pero no habría nadie, solamente ella sabía a quién veía. Sabia el regalo que le dio el difunto guardián de la muerte. Solamente escucharían un "Gracias, Samael" y regresaría a sus estudiantes y comenzarían los preparativos. Todos bordarían la bandera de Equestria para cada fallecido; Una docena de banderas. Los que no cargaban a un caído sacaban su hilo y aguja y los que si tenían a uno. Se arrodillaban y con gran gentileza los harían descansar en el pasto y los cubrirían con sus túnicas. Así rompiendo su anonimato por completo. Raminidez no prestaría atención a los aspectos de los estudiantes de Rarity, vería a un par de cuerpos que le destrozarían el alma; Eran los cuerpos de aquellos pegasos, las hermanas pétalos. Ambas con una mirada gris, a ambas las dejarían juntas pues nacieron juntas, se irán juntas.
Raminidez nuevamente se cuestionaría ¿Por qué tenemos que ver esto? ¿Por qué vemos muerte? ¿Acaso nos has abandonado? Radiant sentiría que todo esfuerzo era inútil. Aun con la protección de los más fuertes. Habría quienes morían, ¿Con que propósito era luchar entonces? ¿Por qué tratar de salvar a los demás si no podían con los que tenían cerca?
Esas pegasos. Tenían un futuro, lejos de la mirada del guardián, Lejos de toda culpa. Pero, aun así, fueron arrastradas. ¿Por qué? ¿Para atar cabos? ¿Evitar paradojas? Raminidez no lo sabe, pero si tiene miedo de lo que fuera a suceder de ahora en adelante.
Apartaría la mirada para ver hacia el desierto, esperando ver a Raphiel y a Pherica volar a toda prisa, no podría perdonar tan fácil las mentiras de Raphiel, pero la recibiría nuevamente. Porque no podía olvidar que ella siempre estuvo con ellos desde el principio.
Rarity comenzaría a tararear una canción, una canción tradicional Equestre. No recuerdan haber escuchado algo similar antes. Pero mencionaba el amor y la generosidad. Su voz suave rememoraba a un piano y el sonido de sus agujas chocar recordaban a un piano. Era algo, triste. Pero, hermoso.
Mencionaba mucho "Amor, paciencia, tolerancia, futuro" aunque para encajar mencionaba "Apariencia, Nobleza, Gala, Elegancia, Lealtad" y finalmente, en la última estrofa. Remató;
Futuro es aquel en el que te vi
Imaginar que siempre te ame
Guardaré tu recuerdo en mi
Usando tu valor para seguir
Esperando tu volver
Reiremos al vernos
O seré polvo sin ti
Amare mi tierra por ti.
Los chicos mirarían a su tía desbordar lagrimas mientras terminaba de cocer su bandera. Sentía un gran dolor despedirse de sus estudiantes. Quienes la mayoría la siguieron durante 250 años y ayudaron a todo ser en el exterior, tantas aventuras, tantas emociones, destruidas en minutos. Como si no valieran nada. Como si toda esa vida, no costara nada. Quizás, era por eso que lloraba su tía. Por esas vidas que ahora ya no valen nada, pero ¿A quiénes ya no valen nada?
Pasarían un par de horas, pero finalmente habrían terminado de bordar las banderas para cada fallecido, Rarity usaría su magia para tomar grandes piedras y con gran facilidad las convertiría en hermosas gemas de colores varios y sus estudiantes colocarían en hilera los cuerpos sin descubrirles el rostro, los hermanos verían finalmente las identidades de todos los estudiantes de Rarity, pero ninguno marcaria una diferencia a excepción de las cicatrices. Tanto varones como mujeres tenían cicatrices, algunos en los labios, otros en los parpados y en peores casos en el pecho. Todos tenían miradas distantes. Miradas llenas de cansancio. Al igual que Rarity, querían terminar.
Rarity dejaría las gemas sobre las cabezas de los cuerpos y conforme lo hacia los cubría con la bandera de Equestria mientras ella lloraba desconsoladamente pero no permitía que nadie le ayudara. Simplemente se dejó llevar por el dolor, pero su valor le movía para despedirse de sus alumnos que tanto la admiraron.
Rarity vería a sus estudiantes una vez que pondría la última bandera en el cadáver. Los vería a los ojos con lágrimas y ellos a ella por igual. Raminidez se sentaría en el pasto mientras su hermano se mantenía firme portando la guadaña de Samael, mostrando su respeto a los caídos a su manera. Raminidez nuevamente se cuestionaría mirando la triste despedida "¿Por qué? ¿Por qué tenemos que ver a nuestros amigos morir?" pero no tendría respuesta del guardián, en esta ocasión. Se quedará con la duda.
Rarity no daría ningún discurso, ni una palabra pues el silencio era la mejor muestra de respeto a los caídos, el máximo honor pues los llantos. Aquellas lagrimas no eran más que una debilidad para ellos y fuerza para el enemigo. Rarity y su academia quería demostrar que aun sin sus amigos saldrían adelante, sin demostrar su debilidad.
Raminidez flexionaría las piernas, apoyaría su cabeza sobre ellas y vería como Rarity encendía los cuerpos de los fallecidos. A ninguno le sorprendió tal acto. Era predecible, no quería dejar los cadáveres en el exterior de la ilusión. Quería dejar sus gemas únicamente, pues en ellas quedaría para toda la eternidad la valentía de cada uno que pereció por querer lo justo, aunque fuera injusto.
Vería el humo blanco desprenderse de los cuerpos dispersándose al cielo y consecuente desaparecer en el crepúsculo eterno. Todos descansarían esa aparente noche.
Por otro lado, en un lugar. No, en un momento. Alguien, susurraría algo. Pues veía la escena acompañada de su homónimo. Ambos, miraban la escena con desdén.
—¿No han sufrido lo suficiente?
—Claro que no, ellos deben de ganar más, pero deben de perder todo.
—¿No han sufrido lo suficiente? —Repetiría la otra persona mirándola a los ojos.
—No, tienen que perder todo para ganar más. Ya lo he dicho. Y lo bueno que les diste Samael. Atrasa todo.
—Has cambiado, Guardian. Si esto hubiera pasado hace 250 años. Estarías derramando lágrimas y hubieras hecho una rabieta.
—Tal vez. Pero ahora es diferente, soy una deidad. Ellos tienen que evolucionar, tienen que hacerlo. Tengo que regresar.
—¿No crees que Equestria ya sufrió lo suficiente?
—Para nada. Para salvarse, tiene que ser destruido—Aquella persona vería a su hermano, con una franqueza abrumadora—Deberías de entenderlo mejor que yo Samael. Tu hiciste esto en vida.
—Pero no condene mi Equestria haciéndolo.
—No. Pero los dejaste sin protección y pasó lo que tuvo que pasar.
—¿Y qué pasó con mi amado hogar? ¿Aquel que me dio mi vida y mi muerte?
—La consumí.
Raphiel estaría lista para salir de la ilusión con Pherica. Ambas tendrían en su poder bastantes suministros para toda la academia de Rarity. Aunque todos tenían un hechizo que les inhibía comer sabían que al ver tanta comida les haría bien. Pherica también había llevado alimentos, pero llevaba algo especial para los chicos; Un cuadro. Un cuadro donde se vería al grupo más joven, en esa foto se veía a Radiantshield y Reinhardt en una etapa de niñez y en ese entonces Reinhardt todavía mantenía su forma equina con aquel pelaje rojizo.
Vería a su mejor amiga. También con una mochila llena de suministros, ambas se veían con temor pues volverían a salir de la ilusión del guardián ahora por su cuenta. Sin la bendición de la reina, sin la protección del guardián, sin nada que les cuidara. Solo su amistad. Rodeadas entre el bosque de Everfree. Verían la tela de la ilusión, con grandes manchas como si fuera aceite en un telar. Verían por ratos el exterior con interferencia, sabían que eso era señal que la ilusión estaba colapsando y si colapsa será el final de la gran mentira del guardián.
—Si piensan irse, al menos hubieran avisado—Detrás de ellas, en un movimiento súbito aparecería Featherhope. Una misteriosa alicornio, de una gran edad avanzada y mirada cansada. Vería a ambas chicas con franqueza—Es de mala educación irse sin una notificación.
—¡Capitana! —Raphiel haría un saludo militar mientras Featherhope se acercaba.
—Siempre fuiste muy estricta contigo misma Raphiel. Aun cuando no pertenezco a tu nación, ni la de Twilight. Aun mantienes eso. Respeto. Pero no es momento de tener tanta formalidad—Featherhope vería todas sus pertenencias por un largo rato—No creo que sea necesario llevar tantos objetos al exterior, pueden ser asaltadas en el camino.
—Tomaremos el riesgo, capitana—Pherica bajaría el brazo de Raphiel con una sonrisa amable—Si somos asaltadas o no. Es bueno—Y Featherhope alzaría una ceja curiosa—Si aparecen ponys o humanos en el camino y se llevan todo esto. Les habremos dado un día más de vida.
—¿Por qué tomarse tanta molestia? Ellos no pertenecen a nuestro hogar.
—Pero antes sí—Y con tal respuesta, Featherhope sonreiría.
—Claro que sí—Featherhope caminaría hacia ellas asintiendo—Tienes razón. Antes de todo esto, todos ellos Vivian aquí, a nuestro lado; Hombres, mujeres, niños, potros y potras. Todos en uno solo. Éramos una especie tan bella ¿Cómo terminamos así? —Featherhope sabia la respuesta, pero tenía un atisbo de fe que habría un final feliz.
—Si me permite preguntar—Interrumpiría Raphiel—¿Cómo supo que estábamos aquí?
—Digamos. Vengo de más allá de la verdad—Featherhope trataría de decirles una realidad, un futuro cubierto de nieve y escarcha. De calma y maldición, pero non podía violar la ley trascendental—Donde todo fue nada y la nada fue todo. Y quise, ver como éramos antes—Featherhope sacaría debajo o de su ala un amuleto. Una brújula—Tomen esto, los llevara al Imperio de cristal. Aun por como sea el desierto de truculento. Esta brújula les dirá el camino indicado. Vayan, y salven a sus amigos. Que el final esta cerca. Todo estará terminando muy pronto.
Y Pherica tomaría la brújula, mirándola. Vería en su interior hermosas luces de colores, moviéndose de lado a otro hasta alinearse en un extremo formando un bello arcoíris. Ahí era su camino. Ambas chicas verían a Featherhope y Darian media vuelta en silencio y ella vería como se desvanecían saliendo de la ilusión. A su lado, aparecería Noblesoul y Bravethunder mirando las siluetas desvanecerse.
—¿Crees que todo se repetirá? Capitana Das-Corea—Diría Noblesoul
—Claro que se repetirá todo. Pero no esta historia, esta historia si terminara. La nuestra apenas está empezando.
En algún momento, en una centésima de segundo. Sobre una mota de luz, alguien observaba todo, toda la escena. Una hermosa reina, de melena multicolor. Antigua monarca de Equestria. La reina Celestia veía como su pueblo conspiraba para cualquier final inminente. Mientras ella, refugiada en su cabaña en el punto más alto de la montaña de Canterlot tramaba algo para traer de regreso a su esposo.
Miraba por un orbe de cristal como la capitana desaparecía sobre si misma dejando copos de nieve en el aire al igual que sus acompañantes, regresaría su mirada hacia la cegadora, aquella espada de hoja ondulada que se materializo cuando su esposo. El Rey Arturo falleció.
Usaría toda su magia para analizar todos sus componentes ayudada de artefactos humanos como microscopios y lupas, buscando material genético de su esposo. No podía traer el recuerdo de su esposo a la vida, pues era como ella lo conocía en vida. Necesitaba la misma esencia del Rey para poder ser él mismo nuevamente. No una imagen.
Con el tiempo, descubriría que la espada estaba compuesta de obsidiana, cobre y azufre. También de elementos que no pertenecientes a Equestria. Elementos inexistentes en ese lugar o momento, la reina desentrañaría parte del misterio de la espada que se formaba conforme más escarbaba en su historia. "¡No!" Gritaría dentro de ella mientras se alejaba del arma. "Esta arma, no es Equestre. No es de mi esposo" Luego dudaría, asintiendo que sí era de su esposo. "Esta arma no es de esta época, no. De este universo, pero ¿De donde proviene?" Pensaría pues ese era el único lugar donde el guardián no sería capaz de leer. El lugar más seguro de la creación.
Usaría cortadores laser dejados por la compañía Phoenix Inc. En el pasado en un intento de conquistar Equestria y ella guardaría con recelo hasta que fuera necesario. Conseguiría cortar un trozo del mango y usaría su magia y alquimia para descubrir que el mango estaba compuesto de carbono y litio. "Esta espada, es muy vieja. No tiene la edad que tuvo mi esposo cuando murió. Es mucho más vieja. Y muestra restos de sangre. Esta espada, es de más allá de la verdad" Dejaría la espada en la mesa y vería a su alrededor extrañada.
El tiempo de Equestria tiene muchas bifurcaciones, el pasado esta en el futuro y el futuro en el pasado, pero en un momento tienden a cruzarse creando el presente, pero nunca habían hecho que algo existiese cuando no existe en ninguna de las épocas. Fue traída de otra época, de otro reino. Muy lejos de la creación. Algo más grande que una paradoja lo trajo a Equestria. Una entropía.
Pero tenía muy claro que esta espada es perteneciente al Rey Arturo, y si existe fuera de la creación. Hay manera de traerlo de vuelta, después de un largo descanso y meditación. Regresaría a su labor analizando la espada hasta encontrar algo muy pero muy aterrador que lo leería con mucho temor al descifrarlo "La sombra de Arkzrimiel"
Los chicos habrían descansado lo suficiente o al parecer esa hora de sueño equivalió a una de ocho. Despertarían más tranquilos mirando a todos los estudiantes de Rarity levantarse del suelo, pero verían a su tía sentada al pie del lago con una larga espada negra. Apoyada en el mango mirando a lo lejos el imperio de cristal. Ambos se acercarían y conforme avanzaban la academia también lo hacía.
—Más adelante esta el imperio de cristal—Expresaría Rarity con tristeza—Allí encontraran a Cadence y a FlurryHeart.
—Y ahí encontraremos más respuestas.
—Y más preguntas, querido—Rarity vería a Radiantshield, ya en su forma original. Y sonreiría—Eres muy hermoso en tu naturaleza equina. No la olvides.
—Tía…—Radiantshield bajaría la mirada—…Es un regalo del guardián.
—Y también una maldición—Rarity miraría la espada haciendo una mueca—Todos los humanos que luchan por nosotros o terminan muriendo o hacen que muchos mueran para que ellos sean recordados. Eso incluye al Rey y al guardián. En especial el guardián.
—Nosotros haremos que todos sean recordados. Sean humanos o Equestres—Y Rarity asentiría sonriendo. Extendería sus dos patas cediendo la espada—Esta espada. Es la gemela de otra que ya poseen. Espadón diestro del abismo. No era del guardián, obviamente por el nombre. Sino de su hermano, Samael. Si unen las dos espadas crearan una sola arma y con ello. Traer de vuelta a la vida al guardián de la muerte Samael.
Los hermanos cruzarían miradas sorprendidos, pero sin emoción. Reinhardt tomaría el espadón y lo pondría en su espalda sintiendo un abrumador poder recorriendo su cuerpo, así como un gran pesar.
Una horrible soledad.
—Debemos irnos, tía—Radiantshield no se veía animado. Se veía cansado, fatigado de tanto sufrimiento. Rarity asentiría y les daría la espalda mirando el imperio de cristal apenas mostrándose en el borde del desierto.
—Vayan, busquen a Cadence y sepan que hacer. Ella tiene el poder ilimitado para poder salvarnos del final. Y allí junten las espadas. Necesitan a alguien que sepa todo esto. A alguien con una gnosis muy grande como el mismo guardián.
Ambos chicos se despedirían de su tía para tomar camino hacia el enigmático imperio de cristal donde serian tomados prisioneros de una horrible realidad. De algo que sucedió hace mucho y poco tiempo. Mientras que sus amigas le seguían el rastro a toda velocidad pasando sobre pequeños asentamientos de sobrevivientes mientras todos en Equestria sentían que el final era inminente. Que el verdadero final caería sobre Equestria.
Espadón Diestro del abismo
Este espadón es la contraparte perfecta del espadón zurdo, este espadón aun siendo del abismo emana un aura de luz tan poderosa que es capaz de cortar la oscuridad. Superando con creces a la oscuridad de Arkzrimiel del abismo. Pero solo aquel que decida erradicar su propia humanidad podrá sostener dicho espadón. Al juntarse, se liberará el poder del dueño original.
