QUE ONDA A TODOS, AQUI BRAVETHUNDER REPORTANDOSE DESPUES DE TANTO; Y SI ¡FELIZ AÑO NUEVO! MUY PERO MUY ATRASADO, DIGAMOS QUE ME SALIERON IMPREVISTOS DURANTE ESTE DICIEMBRE QUE ME HICIERON IMPOSIBLE PUBLICAR ESTE CAPITULO Y ESPERO ME PERDONEN ES QUE, TAMBIEN. QUISE HACER ESTE CAPITULO CON DEMASIADO CUIDADO, (INCLUSO USE MI CUADERNO DE APUNTES DONDE VIENE TODA LA HISTORIA A FUTURO EN MANO) PORQUE NO QUERIA COMETER ERRORES EN LA CONTINUIDAD. COMO EL TITULO LO DICE, HOMUNCULO. ES UN CAPITULO QUE YA TENIA DESEOS DE ESCRIBIR DESDE HACE MESES PERO NUNCA ENCONTRE EL MOMENTO ADECUADO HASTA AHORA. Y VAYA, QUE VIENEN MUCHAS COSAS CON ESTE HUMANO ARTIFICIAL. ¿QUE SORPRESAS NOS DARA ESTE HUMANO EN ESPIRITU GENUINO? PUES, ESPERENLO. PORQUE YO TAMBIEN YA ANDO TRABAJANDO EN ESO. ESPERO LES GUSTE ESTE CAPITULO TANTO COMO A MI AL ESCRIBIRLO, LOS VERE HASTA LA PROXIMA AMIGOS.


CAPITULO 54: HOMUNCULO—

Aunque el padre de todo diga que es perfección; Eso no es verdad. El padre de todo tambien se equivoca y no lo reconoce, lo rechaza y rehace. Asi lo ha hecho antes, asi lo hizo ahora y lo seguirá haciendo porque esa es su verdad, ese es su crimen. Porque él es asi, asi es su naturaleza.

Futuro escrito en un pasado incierto.

Shanalotte, CloudChaser y Angela se encontraban delante de una capsula de contención con un líquido verdoso, en lo más profundo del castillo, en una sala aislada del resto de la estructura. Una habitación en la cual anteriormente el Rey Arturo fue enviado a una dimensión por culpa del Rey Sombra en un desesperado intento de aniquilación. Shanalotte miraba maravillada el fruto de su trabajo mundano, aquello que pensó imposible delante de ella, aunque era la única. CloudChaser y Angela se encontraban asqueadas.

En especial CloudChaser; Shanalotte uso poder de su Angela, junto con la hoja ondulada del Rey Arturo y su propia sangre para crear un feto humano, en la cual a las pocas horas de ser formado en la capsula habría tomado la forma de un infante sin ningún rasgo físico pero eso sería prematuro pues Shanalotte usaría el libro de su madre para incrustar en ese lienzo en blanco la personalidad de su padre y peor aún, usaría toda su magia oscura para traer los últimos recuerdos de su padre antes de morir de la hoja ondulada para asegurarse que lo que salga de esa capsula sea genuinamente su padre. Un padre sediento de sangre, uno dispuesto a acabar con el poder del guardián del mundo.

—¿Y bien? —Preguntaría CloudChaser con intriga—¿Funciono?

—Claro que funcionó—Respondería Shanalotte con una sonrisa—Mi padre; 100% humano, ha vuelto a la vida. Gracias a la magia divina de tu hija, la alquimia de mi tía y mi magia. Pudimos traer de vuelta al humano genuino, mi padre.

Todas miraban ya una forma adulta de un hombre, de un hombre de larga cabellera y prominente barba, con un rostro desfigurado por los traumas implantados por su hija, sabía que era cruel pero necesario, necesitaba a su padre como murió porque asi sacaría provecho de todo su potencial, Finalmente burlo el destino que el guardián del mundo había arrebatado para dárselo a los elementos de la armonía y a sus profanos hijos. Había cometido un pecado a la creación. Una que Arkzrimiel presenciaría, pero no pondría oposición. Dejaría que los planes de Shanalotte sigan su curso para retomar la paradoja universal.

—Padre—Hablaría Shanalotte con emoción y aquella figura abriría los ojos explosivamente. Se alegraría, pero poco a poco perdería esa sonrisa, pues veía en los ojos de su padre otra cosa; Rencor—¿Padre?

Y ahora el revivido Rey Arturo daría un gran grito dentro de la capsula quebrándola lentamente, Todas sentirían un gran peligro proveniente del humano que combinarían sus magias para hacer un escudo que la protegería de la gran explosión que haría derrumbar parcialmente la habitación quebrando las paredes y pilares, las lámparas explotarían desperdigando el aceite dejando tras la figura completamente erguida del Rey Arturo una sombra oscureciendo su rostro denotando únicamente sus ojos carmesíes, no era el mismo.

—¿Qué hice? —Se expresaría Shanalotte con temor hacia su padre mientras el bajaba de la capsula con liquido aun en su cuerpo.

—¿Dónde estamos? —Hablaría con una voz ronca, pesada que haría temblar a los presentes—¿Estamos en un reino?

—Estamos en lo más profundo de Equestria, padre—Shanalotte daría un paso al frente, pero se detendría ante el súbito alzamiento de la mano izquierda de su padre.

—Mi espada. La quiero—Y ella sin dudar le regresaría la hoja a su padre, quien en sus manos. El Rey Arturo la miraría con atención—Segadora de almas, tranquilizadora de dolor. Ven a mí que soy tu dueño y servidor—Y la hoja emanaría una neblina oscura que se extendería por todo el brazo izquierdo de su padre para eventualmente perder una forma física. Se había vuelto una con su legítimo dueño—Bien. Equestria. Aquí no existe la santa orden.

—Padre. ¿Está bien? —Y el Rey Arturo miraría a su hija, de pies a cabeza. Tallándose los ojos con fuerza.

—¿Shanalotte? ¿Aun sigues con vida?

—Padre, aun sigo con vida. ¿Se siente bien? La transmutación humana no es una actividad controlada, quizás se encuentre desorientado por volver a la vida. Necesito saber que realmente es usted.

—Sí hija, sí soy yo. Pero, ¿Cómo es que pudiste? Pasó mucho tiempo desde la última vez que te vi.

—¿Cuánto tiempo padre? Lleva muerto casi un siglo.

—¿Un siglo? —El Rey Arturo estaría extrañado—Pero si yo morí hace 4 milenios. ¿Cómo es posible?

Y Shanalotte miraría a su padre consternada, miraría a CloudChaser y ambas se enfocarían a algo más preocupante. ¿Quién es este hombre que se hace llamar Arturo?

Se acercarían al hombre para vestirlo con sus ropajes, mientras lo hacían. Él se mantenía estático, limitándose a mover los ojos, a los ojos del hombre. Veía diferentes cosas, entre las presencias de Shanalotte y CloudChaser veía mujeres de vestidos dorados igual cuidándolo mientras el veía el horizonte carmesí, entre un mundo devastado en escombros y un páramo árido, con una gran ciudad a sus pies que toda hora gritaba su nombre a la vez que el silencio de la habitación inundaba su cabeza. ¿Cómo es que se encuentra en dos lugares a la vez?

Una vez terminado de vestirse y portar nuevamente su capa de Rey, usarían su magia para abandonar la sala, ahora si para la eternidad. Derrumbada, ese lugar ya no tenía propósito alguno. Y aparecerían en el jardín de Canterlot, lugar donde el Rey perdió la vida y se hizo polvo en el aire.

El Rey miraba con nostalgia el hermoso paisaje de Equestria, tanta fue que derramo una lagrima. Shanalotte notó esto.

—Equelis—hablaría el Rey Arturo—Tenia tiempo que no recordaba su belleza.

—¿Cómo dijo? ¿Equelis?

—Equestria, perdona. Aun ando desorientado. Hija—Tambien notaria el cambio de nombre. Su padre nunca olvidaría el nombre del hogar que le trajo tantas bendiciones—¿Cómo es que sigue en pie? Tan hermosa, tan imponente.

—Porque he luchado para mantenerla brillante padre, asi como lo dejó cuando falleció.

—Ya veo—Y el Rey Arturo miraría a su hija. intrigado—¿Y aquí como me llamo?

Esto impactaría a su hija, pues. Esto profundizaría sus miedos, preocuparía más a Shanalotte que su expresión finalmente notaria temor, sus ojos se ahondarían ante la mirada de su padre.

—Padre. Usted es el Rey Arturo Rivera. El máximo gobernante de Equestria. Esposo de la Reina Celestia. ¿Qué no lo recuerda?

Y el Rey Arturo se limitaría asintiendo recordando su nombre y su pasado.

—Cierto. Disculpa hija, es que con todo el asunto del arrebatamiento. Me cambio.

—¿Arrebatamiento?

—Sí, es algo que me hizo Angel—Y el Rey sentiría un fuerte dolor en la garganta. Que no era sorpresa para el resto delante de él.

—Ya hizo efecto su maldición—Hablaría CloudChaser tras un larguísimo silencio—El guardián del mundo. Asi le decimos ahora.

—Con que asi tambien se hace llamar….

—Padre—Interrumpiría Shanalotte—Dígame algo.

—Dime hija—Respondería sin dudar, obviamente ya sabía que pregunta era.

—¿De qué época viene usted?

El Rey mantendría silencio, mientras veía los ojos bicolor de su hija, miraría a CloudChaser y a Angela. Quienes al haber sido ayudantes de su regreso. No desconfiaba de ninguna.

—Yo vengo de más allá de la verdad.

Y aquí, es cuando vengo a narrar yo todo;

Mire a mi hija, Shanalotte, a la pegaso CloudChaser y a la hija del guardián del mundo. Las tres se encontraban preocupadas, pero más mi hija. ¿Cuánto tiempo paso desde que deje de ser un protagonista? Ni idea, me senté en una de las bancas del castillo mientras que ellas se sentaban en el suelo. Me sentía un anciano que estaba a punto de contar una larga historia. Y en efecto, asi lo era. Solo espero que no afecte en nada este mundo. Y comencé a relatar.

Cuando este mundo llegó a su final. El guardián del mundo se alzó en poder, un grandísimo poder. Un poder tal que lo expulso fuera de este reino. Porque sí, asi se llaman allá fuera, en la verdad. Reinos, Equestria es un reino entero, dentro de un capullo dentro de un retoño de un árbol, donde Arkzrimiel lo observa desde su trono. Un trono de piedra, en la total soledad. Pero a diferencia del reino de la tierra, está la observa con atención.

La cosa es, que cuando el guardián del mundo volvió a la creación. Lo hizo con un poder aplastante, uno que igualaba a Arkzrimiel, uno con el que finalmente lo podía vencer. Y lo hizo, usaría su poder para asesinar a Arkzrimiel y destronarlo, y una vez que ese trono quedo vacío. Se sentó, miro a Equestria y a la Tierra. Indefensos, las tomaría con ambas manos y las uniría aplastándolas. Su fuerza fue tanta que las convertiría en una esfera roja y al arrojarlas al vacío creo la vida de nuevo y la vida seguiría su curso por sí misma hasta que se repitiera lo que dije.

Bueno, eso no pasó ya. El guardián del mundo volvió una vez más. Con ese mismo poder, con ese poder abismal, no asesinaría a Arkzrimiel, lo haría parte de sí. Y una vez que lo devoró por completo, borro toda la vida en Equestria, en la tierra. Usaría ese poder adquirido para acabar con todos y con todo de una vez por todas.

Pero ¿Cómo se todo eso? Porque yo represento a la humanidad que el tanto rechaza, represento a la naturaleza de la vida. Asi como no puede borrar la magia de la amistad. Tampoco puede borrar la humanidad que hay en mí, ni en la de él.

Como resultado, para mantener un balance, sus últimos guardianes serían enviados a 7 reinos distintos, para custodiar a toda la nueva creación que nació a partir del arrebatamiento; Tomo a tanto humanos y algunos Equestres para deformarlos y crear seres mágicos distintos, incorruptibles, nobles y a los humanos para mantener el balance porque eran totalmente lo opuesto, eran corrompibles, traidores e impuros. Pero. Tambien había humanos que no quería en su creación y seres mágicos por igual. Entre esos iban los dragones, tu tambien, hija mía. Angela. Y yo.

No me quiso en la creación para ningún reino, nunca me quiso dentro de sus planes, pero nunca me pudo eliminar. Asi que me mando a los reinos oscuros, reinos que él creó para mandar ahí los desechos indeseables, aquellos que nunca saldrían de ahí y en cambio vivirían eternamente en un mundo en el cual el sol y la luna yacen inmóviles en el horizonte, devorándose mutuamente.

Los humanos y seres mágicos sobrevivientes viviríamos de los escombros del reino primigenio, luchando contra los seres mágicos corrompidos. Ósea, los dragones. Y para ello cree a la santa orden. Una legión de caballeros digna de poseer mi humanidad, mi poder. Para enfrentar a las maldades que existen en el reino oscuro al que fui mandado…

Y corte mi historia en seco. No podía seguir hablando más del futuro, aunque. No tenía miedo de ser escuchado por el guardián del mundo, porque sigo sin existir en la creación por lo que no es consciente de mi voz ni de mi presencia. Pero ellas si, y estaban horrorizadas. Y eso que no Conte lo peor de todo.

—Por eso, es que hay que detener al guardián del mundo—Reafirmaría mi posición y por lo que siento. Tambien quieren detenerlo—He de creer que aún no vuelve.

—No, pero fue por eso que te trajimos a la vida. Padre—Y Shanalotte trataría de reponerse, pero el impacto de las palabras fue grave—Queremos detener la paradoja.

—La paradoja no se puede detener, son dos capas. La primera, donde nos encontramos y la segunda donde Arkzrimiel es suplantado por él mismo—Las tres se veían derrotadas. Era lógico, esto no se puede evitar tan fácil—¿Acaso no lo sabían?

—Yo sabía de las dos—Respondería CloudChaser desanimada—Pero pensé que, deteniendo la primera, la segunda colapsaría.

—No. Las dos no están unidas. Arkzrimiel tiene todo planeado en caso de que alguien se tratara de oponer. Aunque matemos a los hijos del guardián del mundo, él sabe cómo solucionarlo.

—Reiniciando la historia—Diría Angela, rompiendo su silencio y yo asentí—No podemos matar a uno y dejar al otro vivir. Por eso queríamos matarlos a los dos.

—¿Dos? ¿Acaso no toman en cuenta a Pherica?

Y las tres me mirarían con interés, y es ahí donde me di cuenta. Y nuevamente explique, ahora, con detalle;

Yo vengo de más allá de la verdad, de un universo aislado. Pherica, la hija del guardián del mundo, formara parte de algo más grande. De un elemento todavía más puro que él mismo.

Al ser un Dios imperfecto, el guardián del mundo buscara una forma de crear vida. Aunque ya sepa crearla, no sabe forjar las almas, porque recuerden, él nació de un experimento de Sophitia y de Siegfried. No sabe crear lo que el verdadero Arkzrimiel sabe hacer. Aunque, ¿Quién fue el verdadero Arkzrimiel? Quizás nunca lo sepamos, pues. No sabemos en qué paradoja nos encontramos.

Y Pherica. Bueno, ella será usada para darle las almas a sus nuevas creaciones. Seres que serán usados en los nuevos reinos para tener aventuras, retos, desafíos e inclusive maldiciones para poder tener lo que desea el guardián del mundo ¿Qué es? Ni idea. Pero lo que sí es un hecho es que lo hará desde el Sacrarium Dei.

Mire a mi hija, a CloudChaser y a la hija del guardián del mundo. Angustiadas, demasiada información. Muchísima diría.

—¿Y yo? ¿Me usara a mí? —Preguntaría Angela preocupada. Se le veían los ojos brillar de la intriga.

—Lo siento mucho. Pero en lo que estuve fuera del reino oscuro. Nunca te llegue a ver o que realmente tuvieras una función para el guardián del mundo. Lo siento.

Hablar del futuro, hablar de algo incierto. Hablar de una realidad ya escrita pero no contada, me fatigaba. Y a ellas más. Trate de cerrar los ojos por un rato, pero no podía dejar de mirar aquellos cielos ensangrentados, esos cielos carmesíes y las nubes oscuras, mi reino. Mi nuevo hogar yacía en la total soledad. Esos humanos me necesitaban y yo debía ayudarles en contra de los dragones y peor aún, el asedio de los afliges. Pero, quizás. Pueda evitar ese sufrimiento, no existiría la santa orden y todos viviríamos en paz antes de ser desperdigados por toda la creación. Necesitaba asegurar el futuro.

—Hija. ¿Y tu madre? —Y Shanalotte se sobresaltaría consternada, me miraba queriendo evitar mi pregunta con un silencio—¿Dónde está?

—Bueno, digamos que no está en su mejor forma.

Y me levantaría de mi asiento mirando hacia su habitación. No podía sentir su magia proviniendo de ahí.

—¿Dónde está?

—Padre, antes que nada. Mi madre sufrió demasiado tu muerte. No puede verlo ahora.

—¿Por qué? —Use mis habilidades mágicas, magia proveniente de aquel reino oscuro. Podía oler su esencia, podía oler la fuente de su poder. Su corazón. Venía de la cima de la montaña.

—Mi madre ya no es la misma—Mire a mi hija, aun con mi poder. Vi que no era Shanalotte.

—Tampoco tú. Satarah.

Ignore la expresión fría de mi hija y la aparte de mi camino. No me sorprendió saber que la que controla ahora el cuerpo de mi hija es Satarah, aquella versión enfermiza de mi hija. Supongo que Shanalotte tampoco soporto estar sin mí y se aisló del exterior escondiéndose de todo. ¿Sabrá que volví?

Como parte de mis nuevas habilidades. Aquí profanas, alce vuelo sin problema, pero esto consternaría a las presentes. No me importaba, si ocurre lo que más temen. Esto será lo primero de tantas cosas raras. No tuve complicaciones para llegar a la cima, Pero si me dio mucho conflicto ver lo que había ahí; una casa de madera protegía por una dragona.

De mi provinieron muchos recuerdos de dolor y sufrimiento por parte de esa dragona. De tantas vidas que asesino con tal de saciar su hambre, cuantos caballeros murieron por su hambre, eso me enfurecía. Y desenvaine mi segadora envolviéndola en trueno. La chispa encendería el aire a mi alrededor en fuerte estática mientras me igualaba mi hija y sus acompañantes, pero no sería la única consciente.

Freya había despertado. Movería la cabeza abriendo los ojos en un gran movimiento, sus pupilas se dilatarían y daría un fuerte rugido a la vez que lo sujetaba mi hoja eléctrica con ambas manos. Me había reconocido y estaba feliz. Yo no.

Me abalance hacia ella en un gran y fugaz movimiento que corte el aire tras de mí y a la vez que ella se me abalanzaba para recibirme cálidamente sin importar mis intenciones homicidas, deseaba incrustar mi hoja en su corazón para evitar un futuro caótico, pero apenas mi hoja tocaba sus escamas una fuerza dorada repelió mi hoja, una magia capaz de detener mi ira. La magia de mi esposa.

—¡Arturo! —Miraría a mi esposa, ¿Qué? ¿Asi luce ella? ¿Qué hay de su estatura? ¿Sus ojos?

—¿Celesi? —Ella me observaría extraño. cierto—Celestia—Ella ignoraría el cambio de nombre.

—Detén tu bruto ataque. ¿Asi quieres empezar nuevamente? —Tenía razón, era la tercera vez que revivía. Bueno, para ellas. Porque yo nunca morí.

Lentamente baje de los aires para emparejarme a mi esposa, quien me veía entre enojo, tristeza y alegría. Guarde mi segadora mientras que. Derrame unas lágrimas. Tenía una nueva oportunidad. Pero, no me sentía agradecido por haber vuelto, no me sentía alegre por verla nuevamente. ¿Por qué? Quizás porque ya no es mi historia.

Mi esposa me abrazo y fue cuando me di cuenta de uno de los grandes cambios, pero a diferencia de Shanalotte. Este si me aterro. No era Celestia, era Daybreaker. Un escalofrió recorrido mi mente mientras el calor de Daybreaker me quemaba por dentro. La separe de mi cuerpo y la sujete firme de los hombros mirando sus ojos, eran purpuras, pero tenían un contorno anaranjado y su melena, aunque fuera la misma tambien tenía unas ascuas que envolvían parcialmente los contornos de cada color.

—¿Qué hiciste con mi esposa, Daybreaker? —Y ella me miraría, y apartaría la mirada con escalofríos.

—Celestia y yo. Somos una. Arturo—Y mire a Shanalotte a la vez que soltaba a mi esposa caminando al borde de la montaña apretando mis puños con gran fuerza hasta sangrar mirando finalmente la verdad de este mundo, estaba muriendo.

—¡¿Por qué no me dejaron muerto?! —Grité con gran fuerza que hice estremecer el falso cielo que había delante de mí. Estaba enfurecido. Y voltee hacia mi familia—¡Como son cobardes! ¡Todos ustedes! —Y mi energía comenzó a desbordarse de mi cuerpo, ese alquitrán tan característico—¡No aprendieron nada!

—Pero Arturo…

—¡Pero nada! —Era inevitable, comencé a llorar—¡Sufrí por ustedes! ¡Llore por ustedes! ¡Mori por todos ustedes! ¿Y asi me pagan? —Me derrumbe finalmente—Aun recuerdo el día que deje este mundo, recuerdo como las mire una última vez. Todas alabando mi nombre, prometiendo que serían mejores… ¿Y ahora? Shanalotte…Ya no está…Celestia…Tampoco… ¿Qué más me queda?

Las lágrimas nublaron mi mente, pero podía ver que mi familia lloraba, CloudChaser y su hija Angela. Compartían mi sufrimiento. CloudChaser fue la única que se me acerco. Quizás porque no tenía vergüenza como mi familia. Me abrazo.

—Rey Arturo. El verdadero monarca de Equestria. Esto no es culpa suya. Su familia hizo lo mejor que pudo para mantener vivo su legado. Canterlot, vive en la prosperidad, vive en alegría. Pero todo esto es culpa del guardián del mundo. Ya vio la verdad de este mundo. Debemos evitar que pase lo que usted pasó tras su muerte. Necesitamos su ayuda.

—Aunque les ayude—Abriría los ojos. Colérico—Nada me devolverá a mi esposa—Y Celestia bajaría la mirada con un mar de lágrimas. Arrepentida—Nada me devolverá a mi amada hija—Y miraría a Shanalotte. No, a Satarah. Ella bajaría ligeramente la cabeza y comenzaría a llorar por uno de sus ojos—Ambas ya han muerto para mí.

Agradecí el gesto de CloudChaser con unas palmadas en su hombro y me reincorporé para mirar a mi supuesta familia. Aún falta Theresa y Celeste.

—Rey Arturo—Freya inclinaría la cabeza mirándome, tambien con tristeza, pero ella contenía el llanto con valor—Cuando usted lo diga. Surcaremos los cielos.

—Sí. Está bien—Ignore por un momento que ella era mi enemigo en el futuro distante en la creación no escrita. asentí y acaricié ligeramente su escamosa nariz mirando el panorama—No mencionen nada de esto a sus hermanas. Espero sigan siendo ellas mismas. Ya mucho sufrieron con mi muerte. No quiero darles falsas esperanzas.

—¿Qué hará padre?

—Acabaremos esto aquí y ahora. Mi llegada es el final de su historia. Eso lo debieron haber sabido ustedes cuando me trajeron de regreso.

Cuando los reinos oscuros fueron creados en la sombra de Arkzrimiel. Todo fue arrojado a perecer eternamente, pues, no tenían ningún propósito para el padre de todo o porque contenía seres que podrían hacer temblar su débil equilibrio.

Aunque en uno de esos reinos cayo envuelto en fuego un ser a su destino, a su nueva prisión. Un ser que poseía en su corazón la maldad de toda una humanidad ya extinta. Siendo el único ser de una era antiquísima una en la que no veía el nacer de un nuevo Dios.

—CAPITULO 54.1: ¿POR QUÉ ES SU VOLUNTAD? —

Uno de los tantos Arkzrimiel que reino sobre la creación recién había tomado el poder, se sentía satisfecho. Se sentía realizado, finalmente había acabado con la tiranía del anterior Arkzrimiel, miraría ambos reinos con una sonrisa, finalmente podría mirar a todos como sus súbditos. Pero veía en ambos sufrimientos, veía que el anterior padre de todo había dejado un caos;

Los astros habían colisionado y solo unos cuantos habían sido seleccionados para mantenerse lejos del apocalipsis mientras otros sufrían las plagas del exterior mientras que el otro reino, dominado por el hombre. Sufrían por su propia mano, abandonados por Arkzrimiel. Anterior a él.

Asi que no se le ocurrió otra forma para solucionar esto que reiniciar la vida en el mundo, aunque. En este punto no era consciente que era parte de una paradoja en la que al haber hecho eso se había condenado a ser reemplazado por un humano que ascendería a su mismo rango.

Ambos reinos serian reiniciados, por un lado; Equestria crecía en la prosperidad, y, aunque había conflictos que ponían en riesgo su balance, dichos conflictos no se comparaban con las catástrofes que la humanidad estaba haciendo en su etapa infante. Por lo que crearía a sus primeros guardianes. Seres con gran poder para crear un balance en ese reino y dar recompensas a los bondadosos y a los criminales castigos.

Entre los primeros se encontraba el primero de todos; Siegfried, el guardián de la vida, siguiéndole como primera hija Sophitia, la guardiana de las emociones, El tercer hijo, Alfarel, no tendría un don como tal, sino que seria usado como guardia para Sophitia pues. Daría prioridad a las emociones pues entre una de ellas venia una emoción en particular. Amor. Terial, el cuarto hijo dotaría de las almas a aquellos que Siegfried tratase de dar vida y con ello la motivación de vivir y los destinos a cumplir, la quinta hija. Alexiel, guardián de la educación, criaría a los creados de Siegfried para seguir la voluntad del padre de todo con la ayuda de Homaliel quien era el guardián de a sabiduría, y aunque. Era tambien respetado, Arkzrimiel dotó a su ultimo hijo, Ariel, guardián del tiempo. Aunque su labor era fuera de la creación pues dicha tarea era única y de él dependía la continuidad de la creación.

Lo que no vería este Arkzrimiel, es que olvido que el anterior a él fue traicionado por sus hijos al crear su paraíso die Göttliche Grenze Y en un intento desesperado en no ser eliminado crearía el abismo, una prisión universal y atemporal que mandaría a sus hijos allí con tal de saciar su codicia, pero seria engañado y enviado a esa prisión para pasar toda la eternidad en su interior permitiendo así a sus hijos liderar la creación a su antojo. Lo que no sabían, es que este Arkzrimiel ya había pasado por una situación similar hace eones. Antes de tener un nombre, por lo que separaría su parte divina con su parte humana para escapar del abismo y, por ende, de la creación.

Con eso, seria meramente un espectador de las crueldades de sus hijos, entre las más destacables fue la primera guerra divina; en la que Siegfried, junto con Sophitia y Alexiel. Matarían al resto de hijos con tal de tener control absoluto en die Göttliche Grenze a excepción de Ariel quien se mantenía ignorante de todo lo sucedido pues tambien se encontraba fuera de la creación siendo inmune a cualquier caos proveniente, pero él apoyaría el movimiento de sus hermanos, a su manera.

Arkzrimiel, en vez de ver esto con ira. Miraría con calma pues sabia que asi las cosas deben de ser para poder seguir viendo a su amada enamorarse de él y tener una nueva vida juntos a pesar de tener un trágico final. Y tambien, la parte que quedo atrapada en el abismo, se alimentaria infinitamente hasta tener a un humano en su interior perfecto para corromperlo y mandarlo a la creación bajo otro nombre; Samael.

Y asi ha sido, asi es. Y asi siempre será. Arkzrimiel tambien tiene su propia condena, provocada por él mismo. El amor que tiene al reino de Equestria sobre otra cosa, ha hecho que reviva toda la vida nuevamente hasta ser alzado en poder y derrocarse a sí mismo para rehacer todo nuevamente.

Pero ahora, tiempos oscuros se avecinan. Pues nadie sabe lo que hará aquel que esta destinado a ser el nuevo Arkzrimiel, no saben lo que hará pues. Ya es consciente de toda la paradoja y no ha hecho nada para mantenerla y esta. Pende de un hilo.