Hola a todos! Muchas gracias por el recibimiento de esta historia sacada de mi loca cabeza frustrada. Espero que lo que vaya siguiendo les siga gustando y ya sin más qué decir… COMENZAMOS!
…
Capítulo 2.
El inicio del viaje.
…
La noticia había recorrido como la pólvora a cada pequeño rincón de las naciones. Unos se mostraban escépticos, otros en verdad creían que quizás había otra Avatar, y otros pensaban que la chica del desfile era parte de un plan para desviar la atención sobre el verdadero Avatar.
Los altos mandos no sabían qué pensar ante la noticia que arrasaba cada periódico y radio comunicación de las cuatro naciones.
-¿Es cierto lo que han informado?- preguntó uno del grupo del Loto Blanco en aquella reunión de emergencia.- ¿Cómo es eso posible?
-¿Dos Avatares? Eso nunca había pasado antes.- habló otro y una mujer mayor de piel morena respondió.
-Pues tal parece que es el caso. Sin embargo, según informes, la chica que apareció en Wuxin mostró habilidad y poder mayor que la que tenemos.
-¿Quién dijo eso?
-Mai.- informó alguien que recién llegaba, siendo Zuko, el antiguo señor del fuego que entró vistiendo los usuales colores de la nación del fuego. Su cabello ahora blanco por la edad había crecido demasiado y ya no portaba la corona del señor del fuego, pero todos le guardaron el respeto que correspondía. Se sentó a un lado de la mujer que habló anteriormente y esta le sonrió amable.- Fue ella y sus allegados quienes informaron sobre ello. Podrá testificar en persona cuando llegue aquí.
A lo bajo comenzaron a discutir sobre ello. Unos todavía dudaban y era normal, dos personas que tenían el poder de los elementos era algo que no se había visto.
-¿Entonces qué hacemos?- preguntó uno.
-Se ha dado la orden de buscar a esta nueva Avatar.- dijo quien estaba en la cabeza.- Mientras tanto, Borack, ¿qué noticias tienes de la Avatar que tenemos con nosotros?- Borack sonrió un poco y levantándose de su lugar comenzó su diatriba.
-Está en shock como todos los demás, pero en dado caso que sea una especie de error, ella dice estar dispuesta a demostrar que ella es la verdadera Avatar.
-Bien, nos volveremos a reunir en el siguiente cambio de luna, pueden retirarse.
Todos se marcharon aunque los últimos en quedarse fueron Zuko y la mujer a la que ayudó a levantarse de su silla.
-Muchas cosas comenzarán a cambiar de ahora en adelante.- musitó ella.- La marea empezará a mostrar quienes son nuestros verdaderos aliados.
-Pienso que deberías regresar, Katara. Las reuniones no serán tan agradables a partir de ahora.
-Tal vez tengas razón pero lo haré por otro motivo.- se levantó usando su bastón y Zuko le acompañó a la puerta.- Salúdame a Mai, espero verla pronto.- Zuko le sonrió en respuesta y ella se marchó. Un par de chicas que portaban las ropas de la nación del agua se colocaron a su lado como sus guardianas.
A Katara ya le pesaban los años que no habían pasado en vano. Observó el cielo nocturno sintiendo cierta nostalgia y más, al ver en el horizonte, Una estatua del joven Avatar que terminó la guerra de los cien años.
-Me pregunto cómo será tu sucesora Aang.- sin más, la maestra agua abandonó el recinto a la espera de nuevas noticias.
…
La noche servía su propósito al cubrir su rastro pero sabía que debía moverse, no podía descansar por mucho tiempo pero sí lo suficiente para darse un refrigerio. Mientras bebía una taza de té pensaba con el mapa sobre su regazo y apenas iluminado por el fuego cuál era la mejor ruta.
-Si seguimos por entre los bosques no tendremos que pasar por las ciudades principales. Las pequeñas ciudades y villa serán un buen descanso.- apoyó su rostro en su mano.- Aunque se vería raro que viaje sola y de noche. Alguien podría notarlo y hacerlo saber a las autoridades.
Ya podía imaginarlo, alguien llamando a la policía clamando que una menor de edad viajaba sola, incluso podrían confundirla por ladrona y terminar tras las rejas. Deshizo la nube de pensamiento con su mano. Mu apenas alzó la cabeza para mirar a su dueña sacar una capa oscura de entre sus cosas.
-Hace frío… Hey, ¿qué te parece si me hago pasar por una maga famosa? ¡Puedo hacer volar objetos!- dijo mientras hacía volar entre sus manos su taza de cerámica favorita pero su ciervo volvió a pastear y ella tomó la taza antes de que cayera. Se puso la capucha y tomó un largo palo que no había lanzado a la fogata.- ¿O podría ser una indefensa viejecita que busca descanso? ¡O un espectrooooooo~ ¡Que te jalará de las piernas mientras duermes! ¡Muajajajaja!- habló con voz tétrica, tras unos momentos dejó de lado la actuación y se dejó caer a un lado de Mu.- Necesitamos una forma de pasar desapercibidos, Mu. ¿Tienes alguna idea?- lo vio alzar su cola y ella se retiró veloz de su lado.- ¡Que no sean tus gases!- pero luego escucharon risas y a lo lejos se vio una serie de luces avanzar por el bosque.
Apagó la fogata y se asomaron por unos arbustos para ver una caravana llena de animales y personas. Lámparas de papel iluminaban a los extraños y un cartel al costado de una de las carretas decía 'El Circo del Sol y la Luna'. Algunos actores practicaban sus actos en el camino y otros se dedicaban a descansar y dormir.
-No me lo creo… ¡ES UN CIRCOOOOO!- gritó con emoción con un brillo enorme en sus ojos.- Amo los circos. ¡Los adoro! Recuerdo cuando la abuela me llevó a uno en mi cumpleaños.
El recuerdo era uno de los más preciados de su dulce infancia. Cuando tenía seis años el circo se instaló cerca de su ciudad. Los escupe fuego le dieron la bienvenida y su abuela la llevó de la mano comprándole palomitas, un globo, y hasta un sombrero colorido de papel. Al entrar a la carpa quedó fascinada con los acróbatas y los malabaristas. Incluso quienes eran maestros mostraban técnicas sorprendentes y hermosas como cascadas de agua congeladas en bellas formas o columnas de tierra entrelazadas que aprovechaban para ejecutar sus actos. Los payasos hacían reír a los niños con sus bromas y Xiao recuerda haberse quedado dormida al final y que su abuela la llevó de regreso cargándola, perdió el globo en el camino pero nunca olvidaría ese día.
-¡Es una excelente opción de viaje! Ven Mu.
Fueron al frente en una intersección y allí cortaron camino quedando frente al carro principal que se detuvo.
-¡Oh!- gritó el cochero que calmó a sus bestias.
-¿Qué ocurre?- preguntó un hombre delgado con una trenza y bigote puntiagudo que se asomó del carro.
-Tenemos un estorbo en el camino.- respondió el cochero de complexión dura que tenía un cabello muy corto de un estilo militar y de barba.
-¿Se te ofrece algo jovencita? No son hora de caminar por el bosque.
-Buenas noches. Disculpen mi atrevimiento.- dijo intentando sonar apenada.- Pero soy una chica desempleada que busca trabajar de forma honrada y los vi en el camino de arriba, y quería preguntar si ocupaban a alguien para limpieza o cocina.
-Lo siento niña, pero estamos completos.- respondió el cochero con desconfianza.- Podrías ir a esa ciudad por el camino principal. Seguro que allí te dan empleo.- señaló el camino y le dio la vuelta. La carroza siguió y ella subió a Mu para quedar a la par con ellos.
-P-Puedo cocinar, lavar y remendar ropa. Y hago un pollo kung pao exquisito.- el hombre del carro seguía asomado y le sonrió condescendiente. Este tenía una sonrisa amable mientras que quien conducía tenía una expresión hosca.
-Gracias pero tenemos ya todo cubierto jovencita.
-Soy excelente ahuyentando ladrones. Y sé hacer té. Un buen té.- el hombre del bigote suspiró.
-Bueno, se me antoja una buena taza ahora mismo. Pero no podemos incluir a nadie más. No tendríamos con qué pagarte.
-Necesito ir cerca de la frontera. Pero si voy sola podría ser peligroso.
-Oh, eso es un problema.- musitó el hombre preocupado pero el cochero gruñó molesto.
-Ni de broma.- se volvió hacia Xiao.- Mira niña, no vamos a preocuparnos por un desconocido. Y no importa qué té sepas hacer la respuesta es no.- el otro hombre dentro del carro le miró en disculpa y se metió de nuevo en la carroza.
Xiao casi quiso jalar sus trenzas pero le dio un leve golpe en los costados a Mu y este se adelantó un poco más. Ella se levantó sobre su asiento y comenzó a hacer formas con el agua de su cantimplora. Una estrella, un caballo, y luego la pequeña figura de un dragón.
-Ni aunque seas maestra agua. Y eso es de niños.- respondió tosco y Xiao se dejó caer en Mu derrotada.
Se jugó su última carta.
-Puedo limpiar vomitadas y trabajo sin cobrar.- el hombre del interior se asomó veloz con una gran sonrisa.
-¡CONTRATADA!
-¡¿QUÉ?!- gritó el chofer.
-El último renunció por quedar expuesto a gases tóxicos.- le recordó a este.- Con gusto te damos el trabajo, en unos momentos más nos detendremos a descansar.
-¡Gracias!- chilló emocionada y el cochero resignado gruñó fuerte.
-¡Bien! Pero te mantendrás alejada de nosotros. No confiamos en los desconocidos. Y no vengas a pedirnos algo, ¿entendido?
-No hay problema, ni siquiera me notarán.
-Eso espero.- siguieron andando y Xiao sonrió acariciando a Mu a sabiendas que esa noche podrían estar tranquilos.
-Muy bien Mu, parece que la suerte nos acompaña esta noche.
…
Apenas el día coronó, Enlai pasó por enormes matorrales sintiéndose tan cansado que apenas y podía mantenerse a pie. Sus ropas estaban sucias, no había dormido bien porque los sonidos de la naturaleza le asustaban por las noches ¡y ya estaba harto de comer comida fría!
-¿Cuánto tiempo llevo viajando? ¿Semanas? ¿Meses? Siento que estoy a punto de desfallecer…- miró el sol que caló sus ojos. Había seguido el camino pero al parecer la Avatar no iba por este.- ¡¿Es que me he perdido?!- se sentó en el suelo.- Ni siquiera tengo una miserable pista de dónde está…- sacó un mapa de su mochila y este voló por una brisa del viento, su estómago rugió y después sintió un pájaro hacer sus gracias sobre su hombro. Gritó furioso, hambriento y frustrado.- ¡¿DÓNDE ESTÁS?!
-Hey chico.- dijo un hombre en un camión.- ¿Para dónde vas?
Enlai sintió que tenía a su salvador frente a él.
No tardó en subir al camión y ya adentro el camionero larguirucho siguió su camino.
-Entonces andas en busca del Avatar. Sí, supe de eso Menudo escándalo y con eso de la otra Avatar, ¿quién lo diría? ¡Y justo después de tremendo desfile!
-Me imagino…- Enlai no había escuchado noticia alguna sobre ese asunto, apenas y se acordaba que otra chica había sido proclamada la Avatar ese mismo día en Ciudad Capital.
-Dicen que le han visto por esta zona.
-Ya, pero por alguna razón el Avatar no busca ser encontrado.- suspiró cansado.
-Bueno, supongo que ya le encontrarán tarde o temprano. Los caminos son fáciles de seguir, seguro que no tardarán los Guardias del Avatar en seguirle.- fue que a Enlai las ideas se le aclararon. El avatar no quería ser encontrado, ¿por qué usaría los caminos como él había hecho? Pasó su mano estirando por su rostro.
-Me siento un poco idiota de repente.- al mirar por la ventana algo captó su atención.- ¡Pare!- el camionero así lo hizo y Enlai bajó del vehículo. Encontrando un rastro de pequeños pétalos sobre unas ramas, flores que conocía muy bien. Cuando estudió los alrededores, encontró un camino apenas visible.- Claro, evita los caminos principales para no ser atrapada. ¡Tiene que estar cerca!
-¡Hey!- el camionero lanzó su mochila fuera del camión.
-¡Oiga!- recogió lo que pudo y el hombre le miró con sorna.
-Tenías muy buenas cosas, mocoso. Y suerte con encontrar al Avatar, ¡perdedor!- riéndose aceleró su camión y se fue por el camino.
Revisó su bolso, apenas y con algunas cosas dentro pero su cartera estaba vacía. Apretó los dientes y se la puso en la espalda para seguir el rastro de flores, pero con una idea en mente.
-¡Ya me las pagará algún día, chofer de coles!
Así pues, encontró otro camino secundario y muchas huellas en esta, junto con algunos pétalos de flor rosa. Era hora de seguir su ruta.
…
Los Guardianes del Avatar estaban en sus cuarteles más que sorprendidos de ver las pancartas de la nueva Avatar, era una jovencita con una cara demasiado inocente. Algunos incluso comenzaron a decir que quizás se habían equivocado.
-¿Seguro que es ella? No parece la gran cosa.
-Sí, es verdad. No parece capaz de matar una mosca.
-Eso no lo deciden ustedes.- dijo un hombre detrás de ellos y todos se callaron.
El hombre tenía un corte militar, sin barba o bigote como usaban muchos pero tenía decorando sus labios una larga cicatriz que deformaba su rostro. Sus ojos oscuros eran como los de una serpiente listo, fríos y calculadores, su uniforme estaba basado en una camisa militar color gris de hombreras, pantalones y botas negras, y algunas medallas que se había ganado a base de sangre, sudor y más sangre decoraban su traje. Su mirada acerada le daban una impresionante presencia, pero lo que de verdad imponía a aquellos que estaban presentes era el símbolo de Loto Blanco que estaba en su hombro derecho.
-A partir de ahora los Guardianes trabajaran a nuestro mando. Los soldados del Loto Blanco también quieren atrapar al Avatar así que prepárense, dentro de media hora una reunión se realizará para decirles cómo proceder.
-Perdone señor.- se acercó uno de los guardianes usando su uniforme café.
-Soy el comandante de estos hombres y no me han informado de esto.
-Ahora se le informa.- le entregó un folder que contenía la orden firmada. El comandante asintió al ver el sello en este e hizo un saludo militar.
-Estamos a sus ordenes señor.
Su superior asintió como respuesta y salió del lugar con sus allegados que iban cubiertos de pie a la cabeza de negro con visores en los ojos. Parecían una especie de ninjas y uno de los Guardianes preguntó a su superior.
-¿Por qué el Loto Blanco manda a sus mejores soldados?
-No lo sé. Pero nosotros no estamos para cuestionar sino obedecer. Tenemos que encontrar al Avatar y ponerlo a resguardo. Esas son nuestras órdenes.
Todos asintieron, ya que era bien conocido que los soldados del Loto Blanco no se iban con juegos.
…
El circo se instaló en tiempo récord a las fueras de una villa. Xiao estaba sobre una colina mirando a la gente terminar de hacer lo suyo y posarse a acampar y trabajar.
-Wow, son impresionantes.
-Oh, eso no es nada.- dijo el hombre que estuvo en el interior de la carroza mientras acariciaba su bigote.- Deberías ver cuando hay tormenta, levantamos todo tan rápido que hasta te asustas. Por cierto, soy Ho. Dueño de este circo, y el gruñón que te gritó es Han, mi hermano. Este es el circo del Sol y la Luna de los hermanos Kodarak. El nombre viene de mi padre que fue maestro de la tribu de agua.
-Y dinos, ¿qué hace una jovencita yendo hacia el sur?- preguntó Han desconfiado, para alguien que dijo que no quería nada que ver con ella…
-Quiero averiguar mis orígenes.- confesó un poco apenada.- Mi abuela me adoptó hace muchos años pero la única pista que tengo es una pequeña prenda de la tribu de agua.- dijo sacando la prenda de su bolso y acariciando la vieja tela.- Por eso quiero ir a la Nación de Agua del Sur. Es la más cercana, y ya si no encuentro nada iré a la del Norte para buscar respuestas.- los hermanos se miraron entre sí y Ho, conmovido por la historia, aspiró fuerte para evitar llorar.
-Mira, iremos cerca de la frontera y ya de ahí podrás tomar un barco para ir al Sur. No creo que tengas problemas y espero que encuentres allí lo que buscas.
-Gracias. Estos caminos pueden ser peligrosos. Me alegro ir con buena gente.- los hermanos se alejaron un poco y Ho limpió una lágrima solitaria.
-Ni se te ocurra.- advirtió Han y su hermano le miró ofendido.
-Es una huérfana que busca sus orígenes. Tal vez debiéramos darle un sueldo, algo chiquitito para que al menos tenga dinero para el viaje en barco.
-Lo hablaremos en la comida. Pero no te encariñes.- advirtió viendo la cara de puchero que puso su hermano dispuesto a no dejar ir el tema.
Cuando se alejaron, Xiao caminó lejos del campamento hasta un río que corría hacia las colinas y lleno de peces.
-Bien, antes de la función debo comer bien y ligero para no vomitar.
Momentos después un aroma delicioso comenzó a llegar desde afuera del campamento y los que ya estaban comiendo dejaron de comer al oler tan exquisito aroma. Xiao tenía una sartén en el fuego, puso con cuidado largos trozos de pescado a los que pasó una brocha con aceite aromático. Comenzó a moler las especies y nueces en un mortero y los puso dentro de otra vasija con arroz y agregó una taza de agua. Con una tabla en el suelo y un cuchillo cortó algunas verduras, las pocas que tenía, y las puso en el caldo y por último colocó la olla en otra fogata. Cuando menos se lo esperaba ya tenía a algunos del circo alrededor escondidos entre los arbustos.
-Oh, hola. No tengo mucho pero se puede compartir.- todos salieron de los arbustos con sus platos rebosantes de comida, se sentaron dispuestos a compartir lo que tenían para tomar algo de su caldo. Preguntando dónde había aprendido a cocinar y lo bien que se veía su comida. Fue que Ho aprovechó la oportunidad.
-Mmm, sabes, podrías mejor ayudarnos con el tema de la cocina, aunque claro, no podríamos pagarte demasiado.
-¡Puedo hacerlo! Incluso también limpiaré las vomitadas.
-Hecho.- respondió Ho tomando un poco de caldo.- Así le daremos a nuestro cocinero unas vacaciones. Desayunamos temprano, apenas y sale el alba.
-No es problema. Tengo quién me levanta temprano.- dijo mirando a Mu. Han iba a decir algo en contra de la idea pero su hermano le metió una cucharada de caldo y arroz en la boca.
-Calladito te vez más bonito, hermano.- su hermano gruñó pero no dijo nada.
Después de la comida Xiao caminó por el circo, el lugar tenía magia propia y quienes trabajan allí la hacían posible. El mago puso una paloma dentro de una vasija y dejó caer un cerillo tapándola y al destaparla había un enorme ramo de flores en su lugar y la paloma apareció bajo su sombrero. Los acróbatas se movían de un lado a otro dando vueltas y giros peligrosos, esquivó a los payasos que improvisaban sus bromas pesadas lanzando tortas de crema y limpiándose con chorros de agua, aunque uno se le congeló la cara y parecía un hombre de nieve. Caminó hasta la carpa y allí vio en el cielo a una chica moverse sobre la cuerda floja y a trapecistas dando asombrosos giros. Se sentó a un lado de Ho que miraba el espectáculo como ella y Han estaba abajo cerca de la red de seguridad.
-Son asombrosos, ¿no?- dijo Ho comenzando plática.
-Es casi mágico. Todos ellos parecen volar. ¿Acaso son maestros viento?
-Ninguno es un maestro pero vaya que vuelan alrededor.
-Me pregunto cómo es hacer todo eso. ¿No tienen miedo?
-¿Qué es el miedo en sí? El miedo es un estorbo, no debería impedirnos hacer las cosas ya que nos perderíamos de muchas experiencias increíbles.- señaló a los acróbatas volar por los aires. Xiao movió sus dedos nerviosa.
-Wow, recuerdo cuando aprendí control. Me daba tanto miedo al principio, pero mis abuelos me ayudaron con eso.
-Es bueno tener a alguien a tu lado en esos momentos. Yo no sabría qué hacer si a mi hermano le pasara algo.
-¿Qué no es usted el dueño?
-¡Lo soy! Me halaga que me reconozcas, soy el maestro de ceremonias. Sin embargo, mi hermano es quien administra el circo y sabe perfectamente qué necesita cada artista. A comparación suya soy algo incompetente pero intento ser como él.
-Me apuesto a que su hermano piensa lo mismo de usted. Cada uno parece complementarse.
Los acróbatas en el aire estaban terminando su truco con una vuelta, la chica en el trapecio atrapó a su compañero pero sus manos resbalaron y el chico cayó hacia la red de seguridad.
-¿Estás bien?- preguntó Han y este se levantó furioso.
-¡Ya van tres veces que pasa!
-No es mi culpa que no te sepas sujetar.- se quejó la chica que bajaba por las escaleras, con un apretado moño sobre su cabeza y un ajustado traje de malla azul que iba a la perfección con su piel blanca y su cabello negro.- Han, tal vez debamos sacarlo del acto. Es obvio que no está listo. Puedo hacerlo sola.- un aroma peculiar vino de ella y Xiao comenzó a acercarse de a poco.
-Sasha, tu acto es bueno pero no perfecto y tampoco puedo darte todo el acto.
-Soy tu mejor acróbata, debería tener más protagonismo.
-Es igual para todos. Nadie aquí es la estrella.
-Eso no es lo que dicen en las ciudades a las que vamos.- sonrió arrogante haciendo enojar a Han.- Admítelo, yo soy quien llena gran parte de los asientos, todos quieren verme a mí y no a los demás haciendo sus patéticos trucos. Y si él no puede si quiera sujetarse bien, es obvio que… ¿y esta quién es?- preguntó señalando a Xiao que olisqueaba el aire como un animal.
-Hueles a bálsamo de peonias.
-¿Qué? Sí, y eso qué.
-El bálsamo de peonias es una crema humectante para la piel. Y por tu piel puedo decir que tienes una piel muy bien cuidada. Pero se nota que tu crema no es buena, hace tu piel resbaladiza si no se absorbe como debería.- los hermanos abrieron grandes los ojos ante la sorpresa. Ho se acercó y tomó uno de los brazos pasando su dedo por este.
-¡Es cierto! Parece que estoy tocando un jabón.
-¡Ven! ¡No es mi culpa!- gritó el chico.- ¿Cómo no me voy a resbalar?
-Sasha, ve a lavarte. Y tira esa crema. No quiero que la uses de nuevo.- ordenó Han.
-¡¿Qué?! ¡Mi crema me costó mucho! ¡No voy a tirarla!
-Perfecto, entonces no la uses en los ensayos o en los actos. Pero igual ve a lavarte.
La joven salió de la carpa, no sin antes dedicarle una mirada resentida a los presentes. Han suspiró y se volvió a Xiao.
-No me di cuenta de ello, ¿cómo lo supiste?
-Un chef debe de tener un olfato agudo. Además, mi abuela usaba bálsamos para la piel. El de peonías y jazmín era su favorito pero los de buena calidad se absorben, el suyo es obvio que no lo es a pesar de que dice haber pagado mucho por él.
-Ya veo. Ho tiene razón. Sería un desperdicio dejarte limpiando vomito.
-Gracias, aunque igual lo haré.- miró de reojo el trapecio y sintió un poco de vértigo aunque Ho sonrió a esta.
-¿Quieres intentarlo?- respuesta Xiao dejó caer la quijada y sus ojos se volvieron grandes brillantes.
-Pero si lo rompes lo pagas.- señaló Han en amenaza señalándola y apretando sus brazos musculosos. Ella tragó duro rogando porque no hablara en serio.
…
Enlai pasó por unos arbustos, cansado de seguir el rastro de flores. Necesitaba comer algo pero ese sin vergüenza de las coles le había quitado también sus pocos alimentos.
-Espero ir por el camino correcto o podría terminar muerto y nadie encontraría mi cadáver.- ya casi podía imaginarse su esqueleto a mitad de la nada. De repente el sonido de risas hizo que se detuviera. Al pasar unos arbustos se encontró un claro con un espectáculo circense.- ¿Dónde estoy?
-¡Hey! ¿Buscas algo amigo?- se acercó una persona con una espesa barba.
-Buenas tardes señor, busca en realidad a una chica de esta estatura y de cabello rojizo, no sé si la habrá visto.
-¿Señor? ¿Me has llamado señor?- preguntó ofendida la mujer barbuda y Enlai se dio cuenta de su error.
-Lo siento, yo… es que pensé…
Al retroceder se topó con alguien que medía el doble que él y que cargaba una enorme piedra sobre su hombro.
-Aquí no nos gustan los espías, muchacho.- usando su fuerza la piedra se hizo pedazos y Enlai sentía que su bienestar físico estaba en grave peligro.
-L-Lo siento, nada busco a una amiga que…- fue alzado con facilidad por aquel hombre que se veía tan enfadado como la mujer barbuda.- Supongo que ustedes no saben. Con gusto me iré por mis propios pies si me ¡dejAAAAAAAA!
Fue lanzado lejos del campamento, aterrizando sobre los arbustos y salió con la boca llena de hojas que escupió de inmediato, no estaba tan hambriento como para comenzar a comer hojas… al menos no por ahora. Pero al alzar la mirada pudo ver a Mu que descansaba bajo un árbol y su mirada se iluminó al darse cuenta que estaba en el sitio correcto.
-¡Sí! ¡Lo sabía! ¡Ja! ¡Trágate esa bastardo de las coles!- gritó llamando la atención del ciervo que ahora estaba frente a él bufando molesto.- Ay no.
…
Tenía que decir que sus nervios no se comparaban con la emoción que sentía al estar jugando en el trapecio. Al principio le había aterrado pero luego se movía como un mono de un lado otro dando una vuelta y atrapando uno con sus piernas, pero por supuesto, tras su supuesta confianza estaba que la red de seguridad estaba más alta para que no experimentara una caída tan forzosa. Al fin se dejó caer en la red con los brazos extendidos y riendo como una niña pequeña.
-Bravo, para ser tu primera vez te mueves con mucha soltura. ¿Dónde aprendiste a columpiarte así?- preguntó Ho y Xiao recordó sus tardes de juegos con los monos de la zona que eran en su mayoría espíritus que comían o le ayudaban a recoger la fruta de los árboles de temporada.
-Había muchos monos por mi hogar. Así que era normal que jugara con ellos.
-Ya veo, con un poco de practica tal vez incluso puedas quedar en un acto.- dijo de broma y por una vez Han no dijo nada, más bien se quedó con una expresión estoica. Xiao estaba agradecida, en menos de un día había pasado de limpiar vomitadas a cocinar pero ¿un acto? Lo que menos quería era llamar la atención.
-Es divertido pero paso.
-Me apuesto a que si tú fueses mi compañera las cosas serían diferentes.- dijo el joven trapecista, tomando su mano y besándola, haciéndola sonrojar tanto como su cabello.- Por cierto, me llamo Soma y con gusto te entrenaría personalmente linda.
-Uh-Ummm… bu-bueno… es que yo…- tartamudeó con su cara tan roja como su cabello así como su pecas.
-¿Estoy escuchando bien?- preguntó Sasha que recién regresaba y no parecía tan contenta.- Me voy por menos de media hora ¿y esta oportunista ya quiere quitarme mi trabajo? Es por completo inaudito.
-Nadie dijo nada como eso.- respondió Han serio.
-Pues yo sugeriría un cambio. Esta pequeña es mucho más encantadora que cierta arrogante estrella.- le provocó Soma.
-Ya basta.- regañó Han no deseando que se armara una escena.- Regresen a los ensayos y tú cocinera, a la cocina donde debes estar.
-Sí señor.- respondió Xiao que pasó a un lado de Sasha que se veía furiosa y no quería hacerla enojar más de la cuenta.
-Voy a hacer que te saquen de aquí antes de que me robes algo, intrusa.- musitó ella a lo bajo y Xiao sintió un escalofrío. Demasiado tarde, ya se había hecho de una enemiga.
…
Esa noche la función comenzó. Los acróbatas, payasos y grandes maestros del entretenimiento dieron lo mejor de sí en la función. Xiao estaba ocupada en el comedor, la sopa de hongos que estaba haciendo le estaba quedando exquisita y agregó un poco más de leche, pan y pimienta negra para aumentar la cremosidad.
-Muchas gracias por la ayuda niña, en verdad necesitaba un pequeño descanso.- le dijo el chef que se abanicaba en una de las mesas.
-Al contrario, para mi es un honor.
-Bien, voy a ir a descansar en mi remolque. Diles que me envíen la comida después.
-Como usted guste.- quedó en soledad en la improvisada cocina y no pudo evitar suspirar.- Me pregunto como estarán todos en Wuxin.- dijo recordando la conmoción causada y ni qué decir de Enlai.
-Tss… tss…- ella miró a todos lados.- Xiao…
-¿Ah?- pensó que estaba escuchando cosas, de repente un rostro lleno de hojas y lodo se asomó por la ventana de la carpa.- ¡AAAAH!- lanzó lo primero que tuvo a la mano, la vasija de aluminio con los restos de harina que le quedaron, la persona tosió con fuerza y al ver su cara blanca esta le echó un chorro de agua usando su control.
-¿Estás loca? ¡Cof! ¿Quieres matarme tú también?
-Espera… ¡¿Enlai?!- reconoció al chico que se veía fatal. Lo dejó entrar al comedor, se veía tan débil que le sirvió algo de sopa, pan y pescado, apenas este vio la comida lo devoró todo como un desesperado, nada que ver con la imagen de chico perfecto y serio que tenía de él. Cuando terminó ella le sirvió un té.
-No sabes lo que he pasado para encontrarte. ¡Tú ciervo intentó matarme!
-¿Bromeas? Mu nunca haría daño a nadie. ¿Y por qué me buscabas? ¿Qué haces tan lejos de Wuxin?
-¿Cómo que por qué? Hice todo este viaje para encontrarte porque tú eres el…- ella tapó la boca haciéndolo callar.
-¡No lo digas!- le suplicó en voz baja.
-¿Por qué no? ¿Por qué no quieres que la gente sepa tu secreto? Que por cierto, ya no es tan secreto.- ella evocó toda su serenidad antes de responder.
-Escucha, hay cosas que no sabes de mí, obviamente.- señaló.- Pero ser el Avatar no es algo que me llene de felicidad y no quiero verme envuelta con el Loto blanco o similares.- le dio la espalda intentando controlar su miedo.- Yo he visto de lo que son capaces, además, necesito saber de mis orígenes. ¿Dónde están mis padres o qué les pasó? ¿Dónde nací? Cosas así. Pensar o actuar como el Avatar es lo último que quiero y deseo.
Enlai le miró confundido. ¿Cómo era posible que no quisiese ser el Avatar? ¿Y qué cosa había con el Loto Blanco?
-¿Qué quieres decir de que no sé de lo que son capaces?- cuando ella abrió la boca para responder cuando una gran conmoción se escuchó desde la carpa principal. Fueron a ver qué ocurría y al llegar vieron a Sasha colgando del trapecio roto y se estaba resbalando. Y para horror de Xiao, esta vez no había red de seguridad.
-¡Ho!- gritó el mayor.
-¡Han!- gritó el menor como maestro de ceremonias. Han sacó agua de un par de barriles que los payasos usaban en sus trucos y lo convirtió en un remolino al tiempo que Ho congelaba el agua. Sasha se soltó y cayó en la resbaladilla hasta caer en un montón de nieve. El publico igual aplaudió el truco que ambos hermanos adornaron al final.
-Que salgan los payasos, vamos, vamos.- ordenó Han y Ho se adelantó al público intentando alentar a que aplaudieran a los payasos. Sasha fue llevada a la parte de atrás y la sentaron sobre unas cajas mientras Han le revisaba.
-¿Qué ha pasado?
-No lo sé. De repente la cuerda se rompió en medio del acto.
-Señor.- Soma se acercó con el pedazo de cuerda.- Mire, parece que ha sido cortada.- Han revisó la soga y en efecto, había un corte en la orilla.
-¿Quién ha sido el responsable? ¡Hable!- ordenó furioso.
-¡Fue ella! ¡Estoy segura!- Sasha señaló a Xiao.
-¿Yo? No, yo no fui.- negó de inmediato.
-¿No estuviste en el trapecio antes que yo en los ensayos moviéndote como un mono?- dijo levantándose y avanzando a ella con dedo acusador.- De seguro lo hiciste mientras todos estaban ocupados creyendo que así podrías estar en los actos. ¡Eres culpable!
-¡No! Lo juro, yo nada más quiero llegar hasta puerto, no me interesa estar en los reflectores ni causar problemas.- notó que la gente la miraba con desconfianza, por supuesto, era una desconocida e iban a creerle más a su compañera. Necesitaba ayuda, ¿qué podía hacer? Fue que la mano de Enlai se puso sobre de ella y la apretó contra él.
-¿Tienes pruebas de tu acusación?- Ho recién llegaba para escuchar lo acontecido.
-¿Y tú quién eres jovencito? No eres nadie del circo.- preguntó examinándolo y Xiao intentó decir algo entre balbuceos pero apenas y le salía la voz.
-Soy su novio.- confesó apretándola más a él y la cara de Xiao se sonrojó tanto que hasta sus trenzas se elevaron por el calor y sus pecas lucían como fuegos artificiales.
-¿No dijiste que ibas al Sur sola?- preguntó Han con la ceja alzada.
-Mi novia decidió irse sin decirme nada.- confesó dramático.- Preocupada por su pasado quería atravesar todo por sí misma y eso es algo que no podía permitir. Es por eso que la he buscado por días.- se volvió a ella para mirarla a los ojos.- No me importa quién seas mi amor, buscaremos sobre tus orígenes y enfrentaremos todo juntos.- Xiao se quedó sin habla, su boca se había abierto tanto ante la visión de sus manos entrelazadas que sentía que se desmayaría en cualquier momento. Era un sueño hecho realidad ¡y no quería despertar! Incluso se había olvidado de lo que estaba pasando, hasta los del circo estaban conmovidos por la reunión de la pareja, pero Enlai seguía consiente de la situación.- Además, ¿cómo la acusas sin pruebas? ¿Dónde está el cuchillo que supuestamente uso? Si quieres pruebas de que ella no hizo nada ve a la cocina, allí está la prueba de que ha estado ocupada con una enorme cantidad de platos.
-¿Entonces quién fue?- reclamó la acróbata con furia.- Porque no creo que nadie más haya estado en mi trapecio además de este inútil.- señaló a su compañero y el joven se mostró ofendido.
-Yo no he sido pero ahora me lamento no haber sido yo.
Enlai pensó en sus palabras antes de acercarse a ella y tomarla del brazo que tenía unas muñequeras largas, fue que notó la rigidez de su movimiento.
-Interesante.- con un brusco movimiento lanzó su brazo hacia abajo y sobre el dorso de la mano apareció una navaja corta.- Tenías razón, nadie más hubiera podido hacerlo.- todos la miraron sorprendidos y Han hizo a un lado a Enlai para ser quien personalmente revisara el artefacto en su muñeca y luego la miró con furia.
-Tú y Soma saltan de trapecio a trapecio en el acto. ¿Al menos te importó la seguridad de tu compañero?
Sasha pálida como el papel se zafó del agarre de su jefe y notó como todos la miraban. Era una ofensa en el circo lo que había hecho. El circo era familia y la familia se respetaba y se protegía entre sí. Sin poder decir palabra se abrió paso cuando los payasos terminaron su acto y salió de la carpa principal. Xiao quería detenerla pero Enlai le detuvo y negó con la cabeza.
…
Esa noche no muchos disfrutaron de la comida. Había sido exquisita pero comieron de forma automática y devolvieron los platos a lavar, tarea en la que Enlai se puso para que no dijeran nada de su presencia. Cuando Ho se acercó a dejar su plato y el de su hermano, Xiao pudo ver lo mal que estaba.
-¿Gusta una taza de té? Le ayudará a conciliar el sueño.
-Muchas gracias. Un buen té siempre hace bien.- ella les tendió una taza de té a los hermanos y notó el rostro duro de Han más tieso de lo normal.
-Le pido una disculpa. Ha sido culpa mía.- dijo haciendo una reverencia.
-No digas eso.- dijo Ho de inmediato.- No fue tu culpa que a Sasha le diese por malinterpretar todo por un ataque de celos.
-Eso es culpa nuestra.- confesó Han antes de dar unos sorbos al té.- Nosotros permitimos que el ego se le subiera a la cabeza.
-Es verdad. Sasha no es mala, pero no soporta que la hagan de lado.- Xiao y Enlai pusieron su atención en ellos, curiosos de lo que iban a decir.- Cuando era niña sus padres la abandonaron y se convirtió en ladrona para sobrevivir. Era tan buena acróbata que decidimos adoptarla en el circo, pero ese sentimiento de abandono quedó marcado en ella.
-Y por eso es que siempre quiere destacar, suponemos que teme que la dejemos de lado.
-Eso no le da derecho de intentar lastimar a otros.- reclamó Enlai.
-No, no lo hace.- confesó Han.- Pero tampoco podemos dejarla de lado.
-Ella ha crecido con nosotros. Es parte de la familia y no queremos que se aleje, pero tampoco que lastime a otros por sus deseos egoístas. No sabemos qué hacer…
Xiao apretó sus manos sobre su regazo, ella siempre tuvo a su abuela pero muy a menudo veía a los niños con sus padres y se preguntaba dónde estaban los suyos. Su abuela le tenía mucha paciencia cuando ella se aislaba y la esperaba a que estuviese lista para hablar. Fue que recordó las palabras de su abuelo un día que ella lloraba en el jardín por sentir el deseo.
-Entonces hablen con ella y díganle cuánto la quieren.- les dijo con una sonrisa melancólica.- Una familia no es una familia por la sangre, es por el amor, la comprensión y la paciencia que se tienen. Una bella flor que perdura a pesar de los fuertes vientos y los duros inviernos.- volvió a servirles té.- Ella necesita florecer por su amor y comprensión, y saber que puede contar con ustedes a pesar de que se equivoque. Estoy segura que ella encontrará su camino de vuelta pronto.- los hermanos sonrieron levemente ante sus palabras.
-Tiene razón.
-Hablaremos con ella apenas aparezca, les diremos a todos que la busquen.- Han gruño a lo bajo.- Pero ¿qué vamos a hacer para cubrir el acto de mañana?
-Necesitamos al menos un pequeño acto.- Xiao los vio a punto de romperse la cabeza así que dio un paso al frente.
-Si me permiten, puedo sugerir algo.
…
Sasha se había escabullido entre el circo sin que nadie la notase, su velocidad y agilidad de acróbata le hacían ver más como una sombra. Vio salir de la carpa comedor a los dueños que hablaban a lo bajo entre sí y pensó que lo más seguro era que estuvieran buscando la forma de castigarla apenas la vieran. Necesitaba dinero pero la caja fuerte ya estaría cerrada y solamente los hermanos conocían la contraseña por separado. Toda su buena vida se había ido al desagüe en un solo día por culpa de una persona.
-Si no hubiese sido por ella... ¿Quién es ella para robarme lo mío?
Se había ganado su lugar con sangre, sudor y lágrimas. ¿Cómo podía ser que prefiriesen a una extraña? Se acercó a la parte de atrás donde estaban lavando platos y lista para hacerla pagar de una forma u otra, no iba a matarla pero sí quería que estuviese incapacitada. Y fue cuando escuchó al supuesto novio hablar.
-Buen consejo, aunque no eres buena siguiendo los consejos de otros.- Xiao no le hizo caso y siguió tallando las tazas.- ¿Por qué es que te niegas a aceptar quién eres?- suspiró cansada, no quería tener esa discusión cuando ella misma se negaba a aceptarlo.
-Mira, ¿sabes cuántas personas me juzgan sólo por ser quién soy? Es decir, unos esperan que sea un héroe, que arregle todo los problemas del mundo y otros nada más quieren mi cabeza y todo eso nada más porque soy el Avatar, ¿te crees que es una carga que quiero tener?
Sasha ahogó una exclamación, se escondió al escuchar la conversación y sonriendo perversa se alejó entre las sombras. Xiao se relajó y miró a Enlai con cansancio.
-No quiero decir esto pero si nada más viniste de tan lejos para decirme eso sería mejor que regresaras.
-Si estás preocupada por las responsabilidades hay gente que puede ayudarte, los Guardianes del Avatar, los líderes de los reinos, el Loto Blanco…
-¡NO!- gritó haciendo que una corriente de viento sacudiera todo alrededor.- No vuelvas a nombrar al Loto Blanco.- le advirtió molesta.- Mañana te irás y me dejarás continuar mi viaje porque eso es lo que quiero. Si de verdad me respetas por ser el Avatar respetarás mis deseos y ni una palabra más.- tomó a Mu y se alejó a descansar, Enlai se quedó allí con el resto de los platos, confundido y a la vez sorprendido por su reacción.
-¿Pero qué le pasa?
Lejos de ahí, Sasha aprovechó ir al pueblo donde encontró una ficha que pedía datos del Avatar y este tenía la fotografía de Xiao. Entró en una de esas nuevas cabinas telefónicas y marcó el número que estaba en la ficha.
-Buenas noches, tengo una información que podría ayudarles…
…
Esa noche el espectáculo estaba a punto de comenzar. Enlai miró con hastío el disfraz color verde y de abombados pantalones, ni loco quería salir así, por lo que fue a donde Xiao estaba cambiándose.
-Oye, ¿dónde puedo encontrar a los encargados? Porque ni loco voy a usar ese disfraz de paya… so.- cuando dejó de enfocarse en el disfraz y se enfocó en Xiao se quedó boquiabierto, había recogido sus trenzas en dos apretados moños, vestía un traje tipo leotardo color rosa pálido con pequeños holanes a los costados que simulaban una falda, tenía brillos blancos similares a copos de nieve que brillaban en su traje, mallas transparentes y unas zapatillas que iban a juego. Sus palabras se atoraron en la garganta.
-¿Disfraz de payaso?- preguntó ella sacándolo de trance y luego lo revisó y rio.- Esto no es un disfraz de payaso, es un disfraz de jinete. ¿Quieres que te ayude a con él?
-No.- cortó de inmediato levantando sus manos y desviando la mirada un poco sonrojado.- Yo puedo solo.- en ese momento Ho apareció.
-Dense prisa que su acto va a iniciar.
-Enseguida.- respondió Xiao pero antes de que este se diese la vuelta preguntó.- Perdón, pero Sasha ¿ya ha aparecido?
-No, pero buscaremos en los pueblos vecinos por si acaso.- ella asintió y él se fue dejándolos solos. Enlai suspiró.
-¿Estás segura que este acto va a funcionar?
-Por supuesto, sólo luce guapo como siempre y verás que todo sale bien.- al darse cuenta de sus palabras sus mejillas se colorearon de carmesí y comenzó a mover sus manos.- ¡No me malentiendas! Es decir, eres guapo, siempre lo has sido, nada más lo dije porque tu apariencia ayudará mucho al acto.
-Vale, muy bien, te veo en unos minutos.- dijo dando la vuelta y yéndose, aunque una sonrisa apareció en su rostro pero desapareció cuando pasó cerca de Mu que bufó muy cerca de él.- Animal tonto. ¡Auch!
…
El espectáculo comenzó, pero lo que no sabían era que varios guardias estaban esperando ocultos alrededor.
Afuera, el líder de los soldados del Loto Blanco apareció y habló con un subordinado.
-¿Está adentro?
-Sí, señor. Confirmado.
-Bien, esperen mi orden. No dejaremos que escape.
Mientras tanto, Sasha estaba cerca de la entrada, esperando con gusto a que atraparan a esa roba actos y que le dieran el dinero de la recompensa e irse lejos. Miró el acto de quienes alguna vez fueron su familia. Una gran pena la inundó y los buenos recuerdos la azotaron como una ola. Limpió las lágrimas que estuvieron a punto de caer, no había vuelta atrás, lo había echado a perder y no iban a perdonarle lo que había hecho.
-¿Sasha?- preguntó uno de los payasos y ella se volvió por instinto, asustada de que la hubiesen descubierto.- ¡Oigan! ¡Sasha volvió!- gritó llamando la atención de sus compañeros, ella estaba más que lista para huir cuando Ho se puso en su camino.
-¡Sasha!- para su sorpresa este la abrazó.- No sabes lo preocupados que hemos estado de ti. ¿Dónde estabas?
-¿C-Cómo?- preguntó confundida ante tanta amabilidad y Han apareció detrás de su hermano.
-Mira hermano, ha vuelto.
-Nos alegra mucho que hayas vuelto. Ya íbamos a buscarte más lejos si no aparecías esta noche.
-No entiendo. ¿Por qué están siendo amables conmigo?- preguntó confundida.
-Bueno, es lo que hace la familia.- respondió Han cruzándose de brazos.
-Y la familia se apoya y cuida aun cuando algunos cometen errores.
-Una familia se perdona y se mantiene unida. Claro, esperamos que tú sientas también lo que has hecho.- Sasha abrió la boca sin poder decir nada. La estaban perdonando tan fácil que no podía creerlo.
-Pero… puse en peligro el acto y a Soma.
-Con que no lo vuelvas a hacer estaré feliz.- dijo el joven acróbata.- Claro, pediré cierta compensación como una bolsa de calamar frito, eso me suena bien. Y no puedo hacer todo el acto solo. Necesito a mi compañera conmigo.
-¿Por qué?- miró a los encargados todavía confundida pero sintiéndose conmovida.
-Nos dimos cuenta que nosotros también tuvimos la culpa a dejar que sintieras que debías ser el centro de atención siempre y que así debía ser.- dijo Ho y Han asintió.
-Todos somos parte del espectáculo, y no importa si eres buena, mala, o incluso si haces el ridículo, siempre estaremos allí como tu familia porque eres especial para nosotros y te queremos.- lágrimas comenzaron a caer de los ojos de Sasha y todos le dieron su espacio dejándola llorar.
-Yo… no sé qué decir…
-Dale las gracias a la cocinera. Nos ayudó a entender mucho y nada más por hoy cubrirá el acto, sólo espero que no lo eche a perder...- gruñó Han y entonces Sasha sintió deseos de ir a verla y decirle cuánto lo sentía pero fue que captó movimiento en el público y recordó a los guardias.
-Ay no, ¿qué hice?- habló mortificada y todos sus compañeros la miraron confundidos hasta que esta les miró con decisión.- Necesito de su ayuda para arreglar otro error.
…
-¡El siguiente acto es una muestra de destreza y control!- habló uno de los payasos.- ¡Aquí están los inigualables acróbatas Jin y Shang!
El telón se abrió y de este salieron Enlai y Xiao montando a Mu, el ciervo flor no se veía nada contento y mucho menos al ver a su jinete.
-¿Estás segura de esto?- preguntó Enlai con clara desconfianza al animal que le miró de soslayo con lo que creía era una mirada asesina.
-Tú tranquilo, tú con tu tierra control y yo haré el resto.
Comenzaron el acto sin percatarse que en la parte más alta soldados del Loto Blanco y algunos Guardianes estaban aguardando la orden.
Xiao tomó las manos de Enlai que la alzó gracias a dos pequeñas piedras que ella podía usar como apoyo. Abrió sus piernas y al pasar por un aro de fuego que estaba a lo alto, ella logró pasarlo sin sufrir una sola quemadura y caer de nuevo en la misma pose gracias a que controló el fuego. La gente comenzó a aplaudir, incluso Enlai comenzó a disfrutar de la atención, se alzó un poco más en la montura para sostenerla con una sola mano y la lanzó al aire donde ella sorprendida dio una vuelta y al estar a punto de caer él la volvió a atrapar pero esta vez de una pierna. Xiao no pudo evitar reír y comenzó a hacer poses en aquella posición mientras se acercaban al siguiente aro de fuego. Sin embargo, de repente las flamas de este aumentaron, Enlai lo notó primero que Xiao que todavía no pasaba de la sorpresa cuando este la bajó y ella cayó detrás de él. Los tres aros que estaban puestos ahora parecían enormes bolas de fuego, de repente sus llamas se expandieron por toda la arena dejándolos a ellos en medio.
-¿Qué es esto?- preguntó Xiao y fue que Enlai señaló a los soldados.
-Soldados del Loto Blanco.- dijo reconociendo el logo que tenían en el hombro. Uno de estos se acercó.
-Por orden de las naciones, pedimos al Avatar entregarse pacíficamente para poder llevarle con nuestros líderes.
Xiao se encogió un poco detrás de Enlai que miró su expresión mortificada. ¿De verdad era tan malo ir con ellos?
De repente el sonido de sirenas llamó la atención de todos y los payasos entraron abriéndose paso con una manguera de agua y disparando no sólo alrededor, sino también hacia los soldados.
-¿Alguien llamó a los bomberos?
-¡No, tonto! ¡A los pasteleros!- gritó un payaso desde atrás vestido como chef y seguido de otros dos lanzó pasteles de crema a las caras de los soldados. La gente comenzó a reír. Los acróbatas hicieron acto de presencia, alzándolos por el aire y depositándolos cerca de la salida. Sasha y Soma les guiñaron y rápidamente atraparon entre sus cuerdas a un par de soldados que intentaron darles alcance. Regalándoles la oportunidad de irse.
-¡Vamos!- gritó Ho desde atrás y Xiao asintió silbando a Mu que saltó a la multitud y los alzó, echándose a correr para escapar.
Un par de Guardianes se abrieron paso entre los acróbatas y estuvieron a punto de saltarles encima cuando Ho les interceptó en el aire con una ola y llevándolos al centro de la arena dejándolos inconscientes.
-¡Corre! ¡Ya!- Xiao asintió agradeciendo su ayuda. No sin antes de irse patear un par de barriles de espuma que imposibilitaron aún más el camino de los soldados.
Han estaba afuera con sus cosas listas.
-Vaya que al final sí que causaste problemas.- Xiao bajó la mirada apenada pero la mano de este se puso sobre su cabeza.- Gracias por tu ayuda.- la joven vio que no estaba molesto, y casi le pareció ver una ligera sonrisa en la comisura de sus labios.
-Muchas gracias.
Rápidamente se alejaron del lugar adentrándose en el bosque. Enlai no parecía para nada convencido de todo ello así que grande fue la sorpresa de Xiao cuando este bajó de Mu y levantó una pared de roca que bloqueó su camino.
-¡Para! Esto no tiene que ser así.
-¿Qué dices? ¿Me estás ayudando a mí o a ellos?
-A ellos.- respondió Enlai sin pizca de duda en su voz.- Lo que estás haciendo es una locura. Es el Loto Blanco por amor al cielo.
En esos momentos largas cuerdas de metal aparecieron entre los árboles atrapando a Xiao de sus muñecas y cuello, la elevaron por el aire y entonces la electrocutaron. Mu quiso intervenir pero más cuerdas le ataron y dejaron en su sitio a pesar que el animal intentaba con brío ayudar a su dueña.
-¡Xiao!- la chica cayó casi inconsciente cuando la descarga terminó, pero Enlai no puso acercarse cuando un guardia del Loto Blanco le detuvo por atrás y le golpeó en el estómago dejándolo en el suelo.
-Tenemos al Avatar.- dijo el capitán. La tomó de la barbilla para verla mejor.- No sabes cuánto quieren verte los líderes. Has causado demasiados problemas en las altas esferas.- ella furiosa le mordió el pulgar, este se quejó y la abofeteó para sorpresa de Enlai que no podía creer lo que estaba pasando. ¡Ella el Avatar! ¿Cómo podía atreverse a ponerle la mano encima?- Tal vez otra descarga te haga ser más amable. Así la llevaremos sin que intente algo.
-Señor, ¿y qué hacemos con este?
-Déjenlo allí. Total, nuestra misión es llevarla a los cuarteles. Este no es nadie para nosotros.
Enlai al escuchar la frialdad con la que hablaban y trataban a Xiao sintió que algo dentro de él se rompía. Esa fe ciega que siempre tuvo con el Loto Blanco y los Guerreros del Avatar, mismas personas que habían jurado proteger al mundo y al Avatar en cuestión… Su puño se estrelló contra el suelo y la tierra se levantó casi golpeando al capitán que supo esquivar el golpe y así levantarse al mismo tiempo. Golpeó por ambos lados a los soldados que tenían atrapado a Mu que al fin libre fue contra uno que tenía atada a Xiao soltándola, y Enlai atacó al otro lanzando una roca sobre este que apenas y puso levantar un muro que se rompió y le dio de lleno. Mu levantó a su dueña con sus astas y el capitán levantó una muralla de rocas y tierra que estaba por aplastarlos, pero Enlai se puso al frente y dividió la ola con un muro en forma triangular y lo lanzó sobre el capitán que lo esquivó. Enlai tenía una mirada feroz en sus ojos verdes y golpeó el suelo alzando otra roca y lanzándola al capitán que la esquivó al tiempo que él también lanzaba un ataque y Enlai, firme en su posición destruyó la roca con sus puños.
-Parece que me equivoqué en subestimarte. ¿Quién eres, chico? Podría ponerte en una de nuestras divisiones ya que no peleas mal.
-Me llamo Enlai. Y no me llame chico, viejo.
Volvió a atacar, ambos se lanzaron varias rocas a la vez pero el capitán era un hombre que sabía cuándo aguardar, así que cuando Enlai se apoyó por completo en sus piernas para dispersar unas rocas, aprovechó el momento para ablandar la tierra bajo los pies del joven y haciendo que sus pies se hundieran al intentar atacar, sin embargo, se había olvidado de su objetivo. Una corriente de viento le golpeó en un costado y chocó contra los árboles. Xiao que estaba sobre Mu tomó a Enlai y lo sacó de la tierra para subirlo y así alejarse del lugar a toda prisa. Llegaron hasta un río y al escuchar a los soldados detrás de ellos decidieron saltar y dejar que la corriente los llevase lejos de allí y desaparecer, logrando que perdieran su rastro.
El capitán gruñó tras haber perdido a su objetivo pero estaba seguro que tarde o temprano se volverían a ver.
Kilómetros más adelante, los tres salieron del río gracias al agua control de Xiao pero eso no quería decir que no hubiesen estado a punto de ahogarse. Xiao y Enlai se quedaron sobre el pasto suave unos momentos intentando recobrar el aliento y Mu se echó a un lado de su dueña que le acarició el mojado pelaje.
-Gra… Gracias…- le dijo a Enlai.
-Ni lo digas…- respondió Enlai sin mirarla.- Tenías razón… ellos no te están buscado, más bien… parecía que te estuvieran cazando. ¿Por qué?- ella logró sentarse.
-No lo sé… sólo sé que sus intenciones para conmigo no son buenas. Por eso es que debo viajar ahora que saben quién soy. Tú deberías regresar a tu hogar. No es seguro estar conmigo.- Enlai todavía intentaba recuperar el aliento mientras la escuchaba. Apretó los puños y se volvió a ella.
-Durante mucho tiempo quise hacer algo con mi vida… siempre supe que mi lugar no era en una ciudad pequeña rodeado de idiotas prepotentes ricos. Quería buscar mi camino, mi destino, y por eso quise entrar con los Guardianes pero… ahora que he visto esto no quiero regresar por haber sido un cobarde y dejado al Avatar. Voy contigo.- declaró mirándola a los ojos y ella se sorprendió de su franqueza.- Así ambos nos ayudaremos y sabremos qué hacer con nuestras vidas. Si tú no quieres ser el Avatar, vale, lo acepto por ahora.
Ella sonrió y terminó por asentir, levantándose y ofreciendo su mano, Enlai la tomó agradeciendo la ayuda.
-Debemos seguir en movimiento entonces y buscar un escondite para pasar la noche.
-Muy bien, Avatar.
-Tengo un nombre. Úsalo.
-Bien, Xiao. Será un placer estar en este viaje contigo.- su sonrisa la hizo sonrojar y de repente Mu se puso entre ellos lanzando un bufido y mirando mal al chico.- Y también con tu bestia.- Mu le resopló en la cara y Xiao rio a lo bajo. Tenían un largo camino que recorrer de ahora en adelante pero esta vez no estaban solos.
…
Mientras trasladaban a los delincuentes de los Cuervos Nocturno a la prisión, el camión que los transportaba se detuvo y la puerta se abrió. Zidan alzó la mirada ante quien debía escoltarlo fuera junto con sus hombres, pero el soldado sólo lo tomó a él y lo sacó fuera notando que estaba todavía en el camino en medio de la nada.
-¿Qué es esto? ¿Una ejecución?
-Para nada.- dijo un encapuchado que se acercó a él, un joven quizás debido a la estatura y a su voz.- Más bien, queremos contratar tus servicios.- dijo sacando de debajo de su capucha un nuevo rifle largo, de plata oscura y con mango carmesí que hizo sonreír al Cuervo.
-¿Y qué tengo que hacer?
-Sencillo. Lo único que tienes que hacer es… matar al Avatar.
Zidan rio encantado cuando le quitaron las esposas.
-¿Sólo eso? Será todo un placer.- tomó su nueva arma deseando probarla lo más pronto posible.
...
Muy lejos de allí, en las antiguas prisiones, se estaba llevando a cabo una reunión secreta. Allí, la Señora del Fuego estaba en una cámara subterránea y a su lado su padre que apenas era visible por la llama de la lámpara que ella llevaba en mano. Pronto, un joven de larga cabellera negra atada a una coleta y uniforme militar apareció frente a ellos, sus finos rasgos y ojos ambarinos fueron iluminados por la lámpara y la Señora del fuego puso su mano en su rostro.
-Esta misión será difícil hijo mío, pero estamos seguros que lo harás bien.- el antiguo Lord de Fuego dio un paso al frente.
-Tu misión será buscar y proteger al Avatar en el camino que le lleve el destino. El Loto Blanco ya no es confiable así que deberás tener cuidado. Sabes qué hacer, confío en ti.
-Lo tendré abuelo. Y su confianza no es en vano.- dijo el joven antes de ponerse una capucha y desaparecer en las sombras del pasillo hasta que sus pasos no fueron más escuchados.
Una leve risa se escuchó en la celda que estaba a un costado y una figura se movió en una esquina, en el rincón más oscuro. Zuko afiló su mirada y luego guio a su hija fuera del lugar pero una voz le llamó como un fantasma.
-No lo conseguirá… hay muchos enemigos aguardando a por el Avatar… y todos buscarán acabar con este.
-Puede que sea así, pero también hay muchos que estarán para protegerle, Azula.- no podía ver a la decrépita figura atada en aquella camisa de fuerza pero podía escuchar las cadenas y su risa imaginándose que estaría revolcándose en el suelo riendo ante sus palabras. Zuko sacó a su hija de esa prisión secreta que antes había resguardado al antiguo Señor del Fuego Ozai y del que sólo quedaban sus huesos, huesos que cargaban todavía con su pasado y que conllevaron sus acciones hasta la perdición de su hermana y de otros que quisieron seguir su camino de sangre y poder, y que todavía muchos seguían buscando hoy en día.
….
Y… espero que les haya gustado! Gracias a todos por leer! Dejen review, nada de tomatazos, en serio por favor no me ejecuten! Y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!
