Hola todos! Muchas gracias a quienes siguen leyendo mis locuras, les recuerdo que esta historia sería después de La leyenda de Aang, un reemplazo de Korra. Así que, espero que sigan disfrutando de la lectura y sin más qué decir… COMENZAMOS!
…
Capítulo 4.
Falsa cita.
…
El día parecía perfecto. La naturaleza en calma, los pájaros trinaban, y en medio de un claro el nuevo trío y el ciervo flor pasaban la mañana juntos, aunque en el caso de Enlai que movía el cucharón en la olla no parecía feliz ante la imagen que tenía ante sus ojos.
Iroh, el nuevo agregado, estaba luchando contra Xiao en un entrenamiento básico. Iroh no necesitaba de usar su fuego control para atacar y Xiao se defendía de él, esquivando sus golpes y tratando de sacarlo un poco de balance cuando atacaba, ella era rápida pero él tenía más experiencia en combate. Cuando sus brazos chocaron y sus ojos se encontraron, Xiao intentó atacar directo pero Iroh giró sobre sí mismo y logró alcanzarla golpeándola con su palma y haciendo que cayera al pasto. El combate había terminado.
-No tienes una técnica establecida pero sabes moverte muy bien.
-Gracias, creo.- Iroh le tendió la mano y ella la aceptó de buena gana.
-Sin embargo, he sentido que te reprimías demasiado al atacar. No te reprimas en tus entrenamientos o la próxima vez que tengas una batalla real no sabrás qué hacer.- pareció pensativo.- Necesitas un maestro adecuado. Si me permites con gusto de ayudaré con lo que necesites.
-Es muy amable de tu parte, Iroh.- al darse cuenta que todavía no soltaba la mano de Iroh, ella la apartó primero un tanto avergonzada.- Pero si soy sincera, no me gusta pelear. Prefiero gastar mi tiempo en la cocina en lugar de un combate.
-Esa no es excusa para descuidarte. Con mucho gusto puedo enseñarte lo básico.
-¡Yo también puedo enseñarte algunas cosas!- exclamó Enlai poniéndose entre los dos. Iroh suspiró.
-Te he visto pelear. Nada mal aunque te falta pulir demasiado tu técnica, la verdad es que me impresiona que hayas llegado hasta aquí con tan poca preparación.
-¿Disculpa? Tuve excelentes maestros tierra. Y Xiao necesita también aprender a fortalecerse.- dijo tomándola de la mano y jalándola un poco.- Necesita algo de fuerza y yo puedo ayudarle, además de que puedo enseñarle todo sobre tierra control.
-La fuerza es importante, pero también la técnica.- dijo tomando el otro brazo de Xiao.- Yo soy bueno en ello y es el fuerte de un maestro fuego.
-No me digas.
-Pues sí, te digo.
Los dos la apretaron con sus cuerpos mientras se dedicaban una batalla de miradas ignorándola por completo. Xiao sentía que no podía respirar.
-Agh... agradezco la ayuda, pero ¿podrían soltarme ya?- ambos la soltaron dándole su espacio y ella respiró de nuevo, yendo al fuego donde tomó la sartén que estaba a un lado.- Sé que quieren ayudarme y agradezco la ayuda, pero no deben pelearse por eso. He tenido maestros que me han enseñado lo más importante y con esas bases y sus enseñanzas buen puedo ponerme en forma en poco tiempo.
Los dos chicos dejaron de verse y se sentaron al lado de ella que sacaba la olla del fuego y tomaba la sartén que estaba a un lado al tiempo que buscaba el jamón.
-¿Qué clase de maestros has tenido?- preguntó Iroh curioso.
-Del tipo que son únicos en su clase.- expresó con una sonrisa llena de añoranza.- Me enseñaron las bases de los elementos, el cómo moverme y muchos tipos de ejercicios. Mi abuelo fue quien me enseñó la mayoría de lo que sé.- dijo con emoción al recordar sus entrenamientos de cuando era niña.- Muy bien, todavía tenemos mucho camino qué seguir. ¿Cuántas lonchas de jamón quieren?
De repente un rostro salió de los arbustos.
-¡MAESTRO!
-¡AAAAH!
Xiao gritó y lanzó la sartén en dirección de aquel hombre dándole justo en la cara, por suerte todavía no la metía en el fuego. Los dos chicos se pusieron frente a ella en posición y ambos comenzaron a empujarse ante lo juntos que estaban. Fue hasta que Enlai reconoció a ese hombre.
-Un momento. Yo lo conozco. Es mi mayordomo.
-¿Tu qué?- preguntó Xiao recuperándose de la impresión y el hombre salió de su escondite, quitándose algunas hojas como si nada hubiese pasado, era un hombre mayor, con un cabello perfectamente peinado de color gris y un bigote elegante y bien recortado así como su traje negro de camisa blanca y corbata. Y en su solapa llevaba un broche cuadrado de oro con el escudo familiar representado por un ave que vuela una montaña.
-Mi joven señor, me alegra de haberlo encontrado. Sus padres desean verlo.
-¿Cómo? Espera, ¿mis padres están aquí?
-En la ciudad que se encuentra cerca, a unos pocos minutos. Con gusto le llevaré hacia donde ellos.
Xiao se asomó por sobre los hombros de los chicos.
-Perdón, ¿pero qué hay del desayuno?
-Se les recibirá con una comida en el hotel de cinco estrellas en el que están alojados.
-¿Cinco estrellas? ¡Ya guardo todo!
Nunca había comido en un restaurante de cinco estrellas y no iba a desaprovechar. A pesar de la confusión de Enlai y el descontento de Iroh, se encaminaron a la ciudad con el mayordomo guiándolos.
…
La ciudad era más grande lo que esperaban. Los autos se movían por las calles pavimentadas con mayor libertad que en su pequeña ciudad y los grandes edificios y tiendas estaban por doquier. La joven Avatar iba en capucha por si acaso había afiches con su rostro, aunque hasta ahora no había visto alguno, y aprovechaba para admirar cada aspecto de la ciudad. No era la primera vez que Xiao había estado en una gran ciudad pero todavía le impresionaba. Vio las tiendas de ropa y vestidos con la última moda, faldas y blusas decorados con lazos, encaje e incluso con holanes y sombreros amplios y elegantes. Le parecían tan bonitos, se preguntó si ese tipo de ropa le quedaría bien.
Iroh en cambio miraba con desconfianza a Enlai, preguntándose si aquello era algún ardid que podría dañar a la Avatar.
Vieron una fuente de agua a pocos metros del hotel al llegar, una obra maestra de más dos metros de altura con una escultura hecha de acero pulido de varios cisnes con sus cuellos en forma de arcos que rodeaban una gran flor de lirio que estaba en el centro y de la que salía el chorro de agua que los mojaba. Xiao le dejó al portero encargado a Mu que no parecía tan contento de tratar al animal. Los hicieron pasar hasta un salón privado donde en el interior encontraron a una pareja que les aguardaba y Enlai se sorprendió mucho de verlos.
-¿Mamá? ¿Papá? ¿De verdad están aquí?
-¡Enlai, mi niño!- la mujer abrazó a su hijo, vestía un elegante conjunto de blusa color crema con una falda verde y su cabello estaba recortado en uno de esos nuevos estilos llamados bob pero tenía a un lado un hermoso broche dorado en forma de ave con cristales verdes, su maquillaje era simple y elegante en colores tierra que le sentaban perfecto, era obvio de quién había heredado Enlai gran parte de su atractivo.- Hemos estado tan preocupados por ti. ¡Y te fuiste sin avisarnos!- le gritó furiosa pasando del abrazo a un jalón de orejas como si fuese un crío.
-¡AYY! ¡Mamá! ¡Por favor!
-Ya, ya querida. Déjalo en paz.- dijo el hombre que parecía el más tranquilo de los dos. Tenía unas grandes entradas en su cabello corto y con un traje acorde a la moda actual de camisa de botones blanca, saco y pantalones gris con zapatos pulidos y elegantes de vestir negros con ornamentos dorados, y tenía el mismo broche en su solapa.- Déjalo respirar que tiene mucho que explicar.
La mujer se sentó al lado de su marido todavía molesta con su hijo pero luego miró a otros dos chicos presentes. Xiao se sintió algo intimidada ocultándose un poco más bajo la capucha, mermando así todo su apetito, en cambio Iroh ni siquiera movió un músculo.
-Por favor, siéntense.- les pidió el hombre aunque sonó más como una orden y los tres obedecieron sentándose en las elegantes sillas acolchadas.- Ahora sí. ¿En qué demonios estabas pensando?
-Papá, yo…
-Enlai, te he educado lo mejor posible como para que dejes botada a tu familia ante la primera aventura que se te ponga en frente. ¿Cómo puedes hacernos esto? Y todavía no dejar una nota.
-No sabes lo preocupados que estábamos por ti.- dijo la mujer limpiando las orillas de sus ojos a punto de llorar de nuevo. Xiao se sintió culpable aunque ella no fue la que obligó a Enlai a seguirla.
-Mamá, lo siento. No quise preocuparlos.
-Bueno… al menos estás bien.- dijo su padre con leve ceño fruncido y entonces su madre saltó de su lugar.
-¡Y listo para tu compromiso!
-¡¿Mi qué?!- Preguntó Enlai en un grito y dejando a Xiao con la boca abierta.- ¿De qué compromiso hablan?
-Pues tu compromiso con la hija del señor Lu. Miwa, tu novia.- explicó su padre. La sola mención del nombre de la chica dejó a ambos jóvenes con una mueca de espanto.- Hemos planeado este compromiso por meses para unir nuestras compañías pero se te da por desaparecer y dejarnos con los planes a medias. Al fin nuestras familias se unirán para bien.
-¿Están locos? ¡No me voy a casar con Miwa!- exclamó indignado.- Es odiosa, prepotente, y se preocupa más si su color de uñas es del rosa correcto. ¿Me ven casado con alguien así?
-Yo siempre pensé que harían linda pareja.- admitió su madre con una sonrisa.
-¡Mamá! No me voy a casar.
-¿Y por qué no?- preguntó su padre y Enlai se paralizó. No tenía una excusa del todo viable además de que detestaba a Miwa y a su grupo de descerebrados amigos. Y entonces miró a Xiao que todavía parecía perpleja y viendo su oportunidad. Hizo a un lado a Iroh que estaba entre ambos y la jaló a hacia él.
-Porque ahora estoy saliendo con la Avatar.- le quitó la capucha mostrando a la chica.
-/ ¿Qué?/- preguntaron todos al mismo tiempo, incluyendo Xiao.
-Sí. Estoy saliendo con ella. Y espero a futuro poder casarnos, ¿no es verdad mi linda rosa?- Xiao se sonrojó hasta las orejas, en realidad ese rojo no era normal, y Iroh estaba a un costado deseando arrancarle la lengua a Enlai.
-¿Es eso cierto?- preguntó la madre del joven.- Pero… escuché que trabajaba en un… ¿restaurante?- pronunció la palabra como si le fuese difícil tratar con la clase media.
-Es la dueña del lugar. Pero ahora está en una misión. Papá, mamá, sé que les preocupa mi futuro, pero sólo piénsenlo. ¿Qué tanto renombre puede traernos que ella sea parte de nuestra familia? No necesitaríamos del dinero del señor Lu y su hija. El apellido Takayama sería reconocido y seríamos mucho más ricos que ellos en poco tiempo.
Para ambos padres sus palabras fueron como escuchar el sonido del dinero caer del cielo. Enlai sonrió aunque pudo sentir detrás de él a Iroh empezar a calentar su espalda con su fuerte respirar.
-¡Hijo mío! ¡Has hecho la mejor elección de todas!- felicitó su madre.- Hija mía, estoy segura que tú y yo nos llevaremos bien.
-Eh… ah…- la chica apenas y estaba procesando la primera parte de esa conversación cuando su "futura suegra" le sacó el aire con un fuerte abrazo, y el padre de Enlai parecía complacido.
-Muy bien, hijo. Sin embargo, quiero ver qué tan bien se llevan ustedes dos antes de poder irnos y cancelar el compromiso.
-O sea que ¿quieres vernos en una cita?
-Yo no, pero pediré a nuestro mayordomo que los vigile. Si él dice que ustedes dos pueden complementarse perfectamente entonces nos iremos mañana de regreso a Wuxin para cancelar el compromiso lo más rápido posible. Si no es el caso, regresarás con nosotros y seguirás estudiando sobre el manejo del negocio hasta que seas mayor y te cases con Miwa o con cualquier mejor prospecto.
-Perfecto. No hay problema. Ella y yo somos tal para cual.
…
Xiao despertó de su ensoñación cuando los tres jóvenes se reunieron en una habitación preparada para su estadía. Sacudió su cabeza encontrando a los dos chicos peleándose.
-¿Estás mal de la cabeza? ¿Cómo puedes usarla de esa manera?
-Me dio pánico, ¿vale? No sabes lo que es estar comprometido con alguien que tiene cerebro de mosquito.
-¡Y a mí qué me importa tu vida amorosa! Abusas demasiado de que ella. No voy a permitir que le hagas eso.
-Ella tiene que decírmelo, ¡no tú!
-Chicos, por favor, calma.- les pidió a los dos al estar segura que no tardarían en pelear.- Está bien, la verdad es que no me molesta ayudarte Enlai. Aunque fue tan repentino…- Enlai tomó su mano haciéndola sonrojar.
-Te juro que no quería meterte en esto, no cuando sigo construyendo la confianza para contigo. Pero por favor, ayúdame a no casarme con Miwa. Por favor.- le rogó temeroso de su futuro y Xiao tomó su mano sin dudar.
-Te ayudaré en lo posible. Después de todo, no me imagino a alguien casado con ella y que sea feliz.- sintió escalofríos, luego miró a Iroh.- Está bien ayudar a tus amigos y quiero ayudarlo.
El joven resopló resignado.
-Muy bien, hagan lo que quieran.
-Íbamos a hacerlo sin tu permiso.- replicó Enlai haciendo que de nuevo ambos se apuñalasen con la mirada, aunque Xiao estaba preocupada por un tema.
-Amm… sólo quisiera avisar que… nunca he salido a una cita.- admitió con vergüenza ganándose la atención de ambos chicos que la miraban ahora incrédulos.
-¿Es en serio?- preguntó Enlai ahora preocupado y ella asintió.
-E-Es que siempre he estado ocupada y no es como si alguien me hubiese invitado antes.- Enlai parecía esta vez preocupado, pero Iroh se acercó a Xiao.
-¿Nunca has tenido una cita?- ella negó con la cabeza.- Muy bien, entonces haremos lo posible para que estés lista para esta falsa cita. Míralo como un ensayo. Ahora ¿tienes algo qué ponerte?- ella miró sus ropas y las señaló.- Tal parece que iremos de compras.- y ante esas palabras, los ojos de Xiao se iluminaron.
…
No muy lejos de la ciudad, un pequeño reptil carmesí olisqueó el aire con su lengua y dio vueltas sobre el claro que hacía pocas horas había sido ocupado por los chicos. Zidan con su grupo se acercó y dejó que el reptil escalara su hombro.
-Muy buen trabajo, amiguito. Ya no es tan difícil saber hacia dónde fueron.- miró en dirección hacia la ciudad que quedaba cerca de allí y acarició su rifle nuevo.- Veamos si el Avatar puede contra mi nuevo bebé o si tendrá la fuerza para detener esta vez mis balas.
Disparó una de sus balas que atravesó una hilera de árboles hasta que se detuvo al décimo árbol. Todos sus secuaces rieron ante tal poder y Zidan avanzó con su grupo hacia la ciudad, listos para comenzar la cacería.
…
Habían ido a la mejor tienda de ropa de la zona. Iroh y Enlai le dejaron caer a Xiao decenas de vestidos y trajes pero ninguno convencer del todo a los chicos. Trajes pantalón, vestidos largos con holanes infinitos, y hasta un conjunto de falda y blusa que parecían demasiado para una chica de su edad. Y en cada una de estas, los chicos negaban con la cabeza, sentados en los sofás de la boutique y llamando la atención de las empleadas encantadas por su atractivo y envidiosas de la joven pelirroja que empezaba a sentirse cansada.
-¿Puedo tomarme cinco minutos?- preguntó desde el probador.
-No tenemos cinco minutos.- le dijo Enlai.- Tienes que estar lista en un par de horas y ni siquiera tienes un vestido para usar.
-Y todavía tenemos que ver los zapatos.- recordó Iroh.
Xiao resopló arrepintiéndose de todo, pensando que sería más divertido si ellos le dejasen escoger su ropa.
-Ya salgo.- salió del vestidor, esta vez haciendo sonrojar a los chicos ante la elección que alguno de ellos tomó al azar. Un entallado vestido oriental color verde de pronunciado corte en las piernas y con un grabado de dragón.- ¿Qué opinan?- posó un poco poniendo sus brazos detrás de su cabeza y guiñándoles un ojo. Ambos se hundieron en sus sillones intentando controlar sus pensamientos para que su sonrojo no los delatara.
-Eh…
-Pues la verdad…
-Es algo…
-Sí, yo…
Xiao sintió una vena en su cabeza hincharse.
-Ya entendí. Si se me ve fatal sólo díganlo.- se quejó para ir a por el que esperaba fuera el último vestido a probar.
Ambos suspiraron de alivio y luego se miraron con sospecha el uno al otro, la verdad era que muchos de los vestidos que se había probado le quedaban muy bien pero cada uno tenía una opinión distinta. Iroh no quería que se viera tan linda con su cita con Enlai, y Enlai no quería que Iroh se pensase un solo segundo en salir con Xiao.
-Listo. ¿Qué tal este?
Al salir ambos abrieron grande los ojos y un leve sonrojo apareció. El vestido no tenía nada que ver con el anterior. Un hermoso vestido azul de cuello redondeado color blanco y sin mangas. Tenía una delgada cinta blanca como cinturón que definía su delgada figura con la falda en A por debajo de sus rodillas. Le gustaba el vestido y les sonrió de vuelta.
-¿Me queda bien?
-T-Te queda perfecto.- logró decir Enlai.
-Es perfecto para ti...- confesó Iroh.
-Bien, ya con esto me iré a arreglar a mi habitación y podremos comenzar con esto. ¿Y quién paga?
-/¡YO!/- gritaron los chicos al mismo tiempo y Xiao sonrió.
-Vale, mitad y mitad. Muchas gracias, chicos.
Ninguno le quitó la mirada de encima, viéndola caminar con el vestido, moviendo la falda como si de una campana se tratase haciéndola reír encantada por este. Enlai se había dado cuenta que Xiao era demasiado bonita, era curioso como un simple vestido podía ensalzar todavía más su belleza, aunque claro, no era la primera vez que la veía arreglada aunque la última vez apenas y le había prestado atención a su apariencia. La mano de Iroh apretó su hombro.
-Los voy a estar vigilando. Así que no te pases de listo.
-No haré nada que ella no quiera.- sonrió de lado y se quitó el agarre del joven maestro fuego que afiló su mirada al verlo alejarse.
…
Enlai se había vestido con un traje café claro, camisa blanca y zapatos cafés. Estaba esperando a que Xiao estuviera lista, se arregló un poco el cabello en uno de los espejos del pasillo y cuando ella salió de la habitación se quedó sin palabras. Xiao arregló su cabello en una media coleta con un pequeño recogido, dejando el resto de este caer suelto, ondulado como una cascada carmesí. El vestido se complementaba con unas sencillas zapatillas azules con tacón blanco, que también le habían comprado, y con un sencillo maquillaje en su rostro y sus labios de un brillante rosa pálido la hacían ver tan hermosa que se obligó a golpearse para reaccionar.
-¿V-Vamos?- le tendió su mano y ella la tomó con una amplia sonrisa y un leve sonrojo.
-Adelante. ¿Dónde está Iroh? Pensé que nos acompañaría.
-No sería una cita con un mal tercio. Además, de seguro que nos estará esperando de mal humor cuando regresemos.
Salieron del hotel sin notar como Iroh comenzaba a seguirlos a una distancia más que segura, al igual que el mayordomo que tomaría nota de cada pequeño detalle.
La cita comenzó en un pequeño parque de la zona, había un lago donde todavía algunas tortugas pato nadaban inquietas por la gente que seguía paseándose alrededor. Una pequeña familia les cortó camino al pasar y Xiao notó a un pequeño rezagado cuya patita se quedó atorada debido a un hueco del pavimento. Ella le ayudó con cuidado y el patito cruzó el camino para reunirse con su madre y hermanos. Enlai sonrió y usando algo de tierra control cubrió aquel hueco para que así no volviese a pasar.
El mayordomo asintió, mientras que Iroh frunció el ceño.
Tras su paseo llegaron hasta una cafetería donde pidieron un pastel y un café, en el caso de Xiao un té con leche. Enlai notó que su mayordomo estaba a varias mesas de distancia y manchó su boca de crema apropósito. Xiao le hizo saber aquello con un gesto y este hizo como que no le entendía, haciendo que ella tomara un pañuelo y limpiase su boca. Regalándole una sonrisa irresistible al tiempo que le compartía algo de su postre, manchándola esta vez y siendo él quien la limpiara con su pulgar y luego saborear la crema. Xiao se sonrojó tanto como las fresas que tenía en su postre.
El mayordomo volvió a asentir, en cambio el café negro que pidió Iroh comenzaba a bullir en su mano y lo bebió de un trago.
Por último fueron a una plaza de juegos. Había juegos como el pinball, juego de pelota en mesa, disco, entre otros más. Xiao nunca se había divertido tanto en su vida. Y cuando Enlai lanzó una pelota sobre unas cinco botellas nada más se cayeron las de arriba. Al parecer el juego estaba arreglado porque Xiao había visto claramente que había golpeado estas. Enlai pareció no darse cuenta y el chico del puesto coqueteó un poco con Xiao para molestia de este. Encima de sus cabezas había un enorme muñeco de bisonte volador y Xiao vio a una niña que parecía quererlo a toda costa tras haber sido también estafada. Ahora ella tomó la pelota. Y usando toda su fuerza y aire control lanzó la pelota a una gran velocidad y tiró las botellas de aluminio. El chico quedó con la boca abierta y no tuvo de otra que darle el enorme muñeco de bisonte volador y ella se lo dio a la niña que corrió feliz con él.
El mayordomo pareció más que complacido. En cambio, Iroh apretó los dientes e incendió la pelota que sostenía en sus manos y la lanzó al puesto cuando ellos se alejaron, destruyendo parte de las botellas y mostrándose la clara trampa ante los ojos de otros.
Al final, ambos comían un par de manzanas acarameladas mientras admiraban la ciudad desde lo alto de una pequeña colina.
-Esto ha sido divertido.- admitió Xiao.- Las grandes ciudades son geniales, aunque debo admitir que extraño un poco Wuxin.
-¿Alguna vez viajaste lejos de Wuxin?- le preguntó curioso.
-Pocas veces. Pero sólo cuando era pequeña y no podía valerme por mí misma. Cuando crecí y me hice más autosuficiente ella comenzó a viajar sola para que así nadie me viera. A veces pienso que la estresó demasiado cuidar de mí, pero ella siempre me sonreía y nunca me hizo sentir como una carga.
-… Fue hace poco, ¿no? Que tu abuela falleció.- dijo serio a sabiendas de lo delicado que era el tema.
-Unos meses. Y la extraño todos los días.- expresó con la cabeza baja.
-Ya veo… dijiste que tenías un abuelo, ¿lo extrañas también?
-Sí, pero a él sí lo veo aunque no tan seguido como antes.
-¿Cómo?- preguntó confundido pero el mayordomo interrumpió su cita.
-Joven amo. Sus padres desean verlo ahora.
-Entendido.
Los dos jóvenes se miraron y Xiao tomó su mano para darle ánimo, Enlai sonrió y apretó su mano en señal de aceptación, aunque se sentía mal de tener que usarla de esa forma. Y sin notar cómo ya habían sido vistos por Zidan y sus hombres.
-Vaya, qué linda pareja hacen.- sonrió al tiempo que debajo de su capa acarició el rifle, tentado a dispararle pero aguardó… lo mejor estaba por empezar.
…
Al llegar al hotel, los padres de Enlai parecían más que complacidos por los resultados obtenidos. Iroh no estaba presente en esa reunión, cosa que extrañó a ambos chicos.
-Tal parece que es verdad que ustedes se quieren. Por un momento llegué a pensar que estabas fingiendo todo este tiempo, hijo.- rio el padre de Enlai sin notar como su hijo intentaba no sudar de los nervios.- Bueno, ya con todo oficial. Creo que deberíamos comenzar a planear el siguiente paso.
-¿Siguiente paso?- preguntó Enlai con duda y su madre rio.
-Su boda, por supuesto.
Los dos jóvenes se enderezaron en sus asientos.
-/ ¡¿BODA?!/
Ninguno de los dos podía creerlo y Xiao soltó la mano de Enlai sin dudarlo.
-U-Una disculpa pero ¿no cree que es demasiado precipitado? Es decir, todavía soy muy joven para casarme y tengo un viaje que hacer.
-Por supuesto que sabemos que son jóvenes para la boda.- dijo el padre del chico.- Pero queremos celebrar una fiesta de compromiso lo más pronto posible.
-Pero papá…
-Haremos la fiesta en el hotel.- interrumpió su padre.- Ya quiero ver la cara de todos cuando sepan que nuestro hijo está comprometido con la nueva Avatar. ¡Haremos publicidad de ello!
Xiao perdió color en un segundo. La escena le causó terror, su rostro en todas partes, en todos los medios, y por supuesto, el Loto Blanco detrás de ella ahora que sabrían dónde buscar.
Enlai notó cómo comenzó a temblar. Quería volver a tomarla para que se calmara pero ¿qué le diría a sus padres? Acercó su mano a la de ella que apretaban la falda del vestido y entonces.
-¡SOBRE MI CADÁVER!- gritó una chica que abrió la puerta de golpe.
Era chica alta, de hermosa y lacia cabellera suelta que cubría parte de su rostro, sexys labios rojos y ojos ambarinos con sombras azules que vestía en un bello vestido rojo de cuello alto en V. A pesar de los músculos se veía grandiosa. Esta apuntó a Enlai con una de sus manos enguantadas en encaje negro.
-No aceptaré este matrimonio porque yo soy su novia.- se abrió paso entre los dos y se sentó en medio.
Tardaron unos segundos en darse cuenta de quién era. Y Enlai y Xiao apenas y podían creer lo que veían. Enlai no sabía si estar aliviado o pasmado por la intervención, haciendo que su quijada quedase atascada. Mientras que Xiao, se sintió cohibida ante la belleza de Iroh y los grandes melones que tenía al frente... se sintió pequeña.
-¿Y quién es usted jovencita?- preguntó el padre de Enlai al ver a esa joven de figura fuerte.
-La pregunta no es quién soy yo. Sino cuánto dinero tengo en mi capital y mis negocios millonarios.
-¿Millonarios? - repitió cómo un loro el hombre ahora más interesado en su nueva futura nuera.
-Así es. Mi familia tiene millones invertidos en compañías de automotrices y aéreas. Y no por nada pertenezco a una de las familias más influyentes de la nación del Fuego. ¿No es verdad, mi caramelito?- preguntó abrazando a Enlai que seguía en aquel estado de shock incapaz de desatorar su quijada.
Xiao todavía se seguía sintiendo mal, incluso tuvo deseos de llorar. No por la intervención o por el repentino complejo a su propia belleza. Sino porque sintió que todo ese caos era por su culpa y por ser el Avatar. Tal parecía que nunca podría tener una cita normal o una relación normal con un chico sin que este, o alguien relacionado, buscaran un beneficio en ello. Limpió sus lágrimas de forma disimulada y al fijarse en la ventana deseando poder saltar por esta para escapar de ese desastre notó un arma apuntando a ella, no… no una.
-¡ABAJO!
Se levantó rápido y golpeó con su pie el elegante suelo de mármol que se agrietó y cubrió con los pedazos las ventanas.
Las balas atravesaron el duro mármol como si nada y todos se arrastraron por el suelo hasta salir de la habitación. Al abrir las puertas y varios pistoleros les estaban esperando.
Alguien silbó a un costado, el mayordomo tenía un rollo hecho del suelo del hotel que lanzó contra los maleantes que quedaron atrapados y heridos.
-¡Bien hecho! Recuérdeme aumentarte el salario y sumarle días a tus vacaciones.- felicitó el padre de Enlai a su mayordomo.
-Gracias señor. - asintió el mayordomo.
Pronto arribaron más Cuervos y Zidan entró por la puerta principal apuntando a la Avatar.
-Hola, niña. ¿Me extrañaste?
-No.- musitó ella a lo bajo.
En poco el suelo tembló y se movió, expulsando a los Cuervos y acompañados de una marea de fuego, cortesía de la nueva pareja.
Xiao aprovechó para ir contra Zidan saliendo también del hotel mientras los demás se hacían cargo de los Cuervos restantes en el interior.
Enlai pateó una columna que desprendió un disco a cada patada que daba. Rompiendo algunas de las armas que llevaban.
Iroh atacó golpeando y desarmando a los cuervos con gran agilidad. Uno le apuntó con sus dos armas cortas pero él se puso entre estas y las bajó con sus grandes pechos falsos. El pistolero se sonrojó y se dio cuenta demasiado tarde de su falsedad cuando Iroh sacó los melones y los chocó contra su cabeza.
-¡¿Es un chico?! - exclamó la madre de Enlai.
-¿Qué importa? ¡Mientras sea rico!- exclamó su marido.
Los dos chicos unieron espalda con espalda comprobando que no hubiera más enemigos y tras eso escucharon el fuerte estruendo que se generaba afuera.
-/ ¡Xiao!/- gritaron al mismo tiempo y corrieron al exterior.
...
La gente había huido del campo de batalla o se refugió en los locales cercanos. Xiao intentaba bloquear las balas y atacar. Formó una barrera al frente y usando aire control mandó a volar a unos Cuervos que iban a disparar a sus espaldas. Una bala atravesó su barrera muy cerca de su rostro y chocó contra la estructura metálica de la fuente.
-Mis nuevas balas son capaces de atravesar roca. Así que no puedes ocultarte de mí esta vez.
Apuntó y disparó. Xiao volvió a crear un muro de roca pero la bala pasó muy cerca de su costado rasgando la tela y dejándole una sensación de ardor que la hizo quejarse. Fue como si una espátula caliente le hubiese golpeado.
Otra pasó muy cerca de su pierna y está rasgó la falda.
-¡Aaah!- se arrodilló e intentó sobreponerse a la sensación.
-Tengo una bala especial justo para ti.- apuntó y disparó hacia el mismo hueco por el que la anterior bala pasó. Ella se retiró a tiempo pero la bala dio justo en la base de la fuente y la bala explotó haciendo que ella fuera empujada hacia adelante por la explosión. Se levantó del suelo y miró a Zidan que sonreía listo para rematarla en el suelo, pero se movió rápido esquivando el disparo.
Poner una barrera era inútil, por lo que tendría que atacar. Miró detrás de ella a la fuente de agua destruida, el agua comenzó a llenar la calle.
-/ ¡Xiao!/
Escuchó que gritaron los chicos pero estos se cubrieron cuando una lluvia de balas provenientes del techo del negocio del frente casi les da y las balas estaban empezando a destrozar las columnas.
Aquello había sido suficiente.
Alzó sus manos y en un segundo una niebla cubrió el campo de visión de los pistoleros. Zidan dudó en disparar y sus secuaces se detuvieron. Notó una figura moverse a un costado, él disparó y le dio, pero sólo se trataba de una forma rocosa amorfa.
Los chicos intentaban ver qué pasaba pero no les era posible.
Zidan volvió a disparar pero de nuevo disparó a otra forma rocosa a la que le destrozó la parte de arriba que creyó era la cabeza.
De repente, escuchó los gritos de sus pistoleros, disparos a la nada y luego… nada. Un silencio se cernió sobre el campo de batalla.
-Hace poco me preguntaron… ¿por qué es que me contengo demasiado?- Zidan disparó al escuchar su voz, dándole a la nada. Tomó un cartucho nuevo y cargó.- Siempre he odiado pelear. Lastimar a la gente.- disparó hacia donde escuchó su voz pero sólo se escuchó el sonido metálico de uno de los cisnes.- Pero ahora me doy cuenta…- volvió a disparar dándole a la fuente de nuevo.- Prefiero pelear a dejar que gente como tú lastime a mis amigos y a inocentes.
La tierra se alzó como una ola que casi lo sacó de balance, pero Zidan saltó sobre una luminaria y de allí hacia el techo de uno de los locales donde apenas puso un pie tuvo que lanzarse a un lado para esquivar una serie de estalactitas, haciendo que se ocultara detrás de un anuncio de metal que estaba encima del local. La niebla alcanzó sus pies y no escuchó cómo gracias al aire control Xiao se posó sobre de él con la mayor suavidad posible. Sin embargo, él escuchó el sonido del tacón encima y disparó, pero lo único que cayó fueron sus zapatillas. A un par de metros de él y oculta e la niebla, Xiao dio un paso al frente con sus pies descalzos y desprovistos de las zapatillas y Zidan se volvió para disparar. La bala rozó su mano haciendo que esta sangrase, pero Xiao no lo pensó. Se abalanzó contra él cuando lo vio alzar de nuevo su rifle y usó su sangre para golpear su arma para sorpresa del pistolero que iba a sacar una segunda arma, pero ella se giró y con una fuerte corriente de aire lo lanzó hacia el hotel, rompiendo la ventana y todo el mobiliario que había en su camino.
La niebla se desvaneció. Los chicos miraron que los tiradores estaban en el suelo o congelados hasta el cuello. Y cuando alzaron la vista vieron a Xiao saltar de regreso hacia el hotel, entrando por la ventana sin importarle si se cortaba o no los pies. Hizo a un lado los cristales rotos con su aire control pero al ver la habitación, Zidan había huido.
Cayó al frente del hotel y se arrodilló cansada sin importarle que el agua mojara sus pies que tenían leves cortes y apoyó su mano sangrante también.
-¡Xiao!- Enlai le llamó cuando de repente se dio cuenta que sus heridas comenzaron a brillar con el toque del agua, incluida su mano cuya herida desapareció. Nunca había hecho eso.
-¿Estás bien?- preguntó Iroh y ella se levantó mirando todo el caos y la destrucción. Su corazón dolió ante esa triste escena.
-No creo que debamos seguir aquí.- expresó con tristeza.
-Tienes razón. Pero al menos deberíamos explicar la situación.- dijo Iroh.
-No se preocupen.- dijo el padre de Enlai.- Nosotros explicaremos a la policía lo sucedido.- luego se volvió a su hijo.- Hijo, sé que no te lo hemos preguntado pero, ¿esta es la vida que de verdad quieres?
-No.- expresó sincero.- Pero voy a descubrir realmente lo que quiero gracias a este viaje.- su madre le abrazó.
-Ten mucho cuidado.- ella miró a Xiao.- Por favor, cuida de él.- ella asintió. Después, su padre le dio una palmada en el hombro.
-Los estaremos apoyando lo más posible.
-Papá…
-Y recuerda, te apoyaremos sin importar qué. Incluso si tus preferencias no es lo que esperábamos.
-Te apoyamos hijo. Y qué buena elección, ¡guapo y rico!
Tanto Enlai como Iroh parecían a punto de vomitar ante la sugerencia. Xiao silbó llamando a Mu que al fin salía de las caballerizas, y así los cuatro salieron del lugar.
…
Zidan se las había arreglado para ocultarse entre el personal del hotel al tomar uno de sus uniformes y así escapar. Sólo la mitad de sus hombres habían podido escapar. La otra mitad fue arrestada.
Lanzó un grito de impotencia y pateó unos botes de basura del callejón donde estaban ocultos.
-No puedo creer que una maldita mocosa nos pusiera en ridículo. ¡Es inaceptable!
-Opino lo mismo.- dijo un joven con capucha, el mismo que le había sacado.- Tenía más esperanzas en que lograrías acabar con ella.- Zidan gruñó.- Pero creo que fue mi error subestimar al Avatar. Es por eso que te ayudaré de nuevo.- de debajo de la capa, sacó una caja que la puso frente a él y al abrirla vio dos armas cortas que complementaban al rifle.- Balas perforadoras de punta hueca. No son explosivas pero como si lo fueran. Y guardan algunas sorpresas.- presionó un botón del mango de una de las armas y este se abrió mostrándole un pequeño compartimiento.- Bombas de humo. O puedes usarlo para guardar más balas.
Zidan sonrió complacido y el joven chasqueó los dedos y varias personas aparecieron detrás de él con cajas similares para cada uno de los miembros de la banda.
-Con esto tendrás más ventaja. Pero no falles. Porque la próxima vez, quién sabe si te saque del hoyo al que te enviarán.
Sin más qué decir desapareció entre las sombras con sus demás seguidores. Zidan no dijo nada, pero estaba dispuesto a conseguir la cabeza del Avatar la próxima vez.
…
Ya a las afueras, Xiao se volvió a trenzar el cabello y se cambió de ropa, salió de detrás de los arbustos, cansada y mirando el vestido ahora arruinado.
-Bueno, debo decir que esto no terminó como esperaba.- dijo Enlai.- Y no sabía que tenías esos gustos…- enarcó una ceja mirando a Iroh que gruñó a lo bajo.
-No iba a permitir que siguieras con ese engaño para perjudicarla. Pero no volveré a vestirme así. Jamás.
-Por favor, no lo hagas.- escupió Enlai con acritud y Xiao sonrió.
-Awww~ y yo que pensé que hacían una buena pareja.
-/ ¡CLARO QUE NO!/- gritaron los dos al mismo tiempo, cosa que los hizo guardar más distancia entre ellos y comenzar a caminar.
Xiao se montó en Mu y rio una vez más, pero cuando vio el vestido de nuevo, su risa menguó y una lágrima cayó de cada uno de sus ojos agradeciendo que los chicos iban delante para no verla.
Había sido lindo haber tenido una cita y comportarse como una chica normal por una noche… pero la realidad era distinta, y le dolía el corazón darse cuenta que ella nunca podría tener una vida como la de los otros, ni portar bonitos vestidos o tener una cita con un chico que le gustase por quien es.
El vestido cayó en alguna parte del camino.
Esa noche le pesó todavía más el título del Avatar.
….
Y… espero que les haya gustado! Gracias a todos por leer. Dejen review, nada de tomatazos y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO ¡ Y HASTA LA SIGUIENTE!
