Hola a todos! He aquí vengo con un nuevo capítulo y vaya que este revelará algunos misterios pero no todos. Espero que les guste tanto como yo disfruté escribiéndolo así pues sin más qué decir… COMENZAMOS!

….

Capítulo 8.

Pasado congelado.

La neblina comenzaba a desvanecerse con la débil luz del sol que comenzó a salir por el horizonte. El barco siguió avanzando apartando o partiendo algunos trozos de hielo que no le hacían nada ante la coraza de metal. Enlai salió de su habitación usando un juego de ropa de botas, pantalón negro y una abrigadora chaqueta verde mientras se mesaba el cabello y poco después la puerta a su lado se abrió, mostrando a Iroh que tenía el mismo conjunto pero en su totalidad en negro.

-Menuda forma de viajar… el barco está comenzando a darme nauseas.- se quejó Enlai ante la falta de un buen sueño.

-Al menos hoy llegamos a nuestro destino. No te quejes demasiado.- le dijo Iroh más compuesto.

-¿Crees que Xiao ya despertó?

Ambos caminaron hacia la habitación de su amiga y la encontraron apoyada en el barandal con el mismo conjunto en chaqueta azul, más la chica parecía estar congelándose.

-¿Estás bien?- preguntó Enlai acercándose a ella que parecía temblar.

-Sí… no estoy acostumbrada a tanto frío. Hace más frío que ayer.- de repente rio.- Pfft, mírenme, supuestamente soy de la tribu agua y no puedo aguantar el clima local.- intentó bromear aunque no le funcionó con el leve castañear de sus dientes.

-Te compraremos algo de ropa térmica llegando, no te preocupes.- dijo Enlai, preocupado por la vieja chaqueta que ella llevaba puesta. Iroh entonces frotó sus manos y las acercó a Xiao que sintió un aire cálido envolverla a tal grado que hasta sus mejillas se sonrojaron por el calor.

-Estoy te ayudará un poco. Y si te concentras en tu respiración y en el calor de tu centro este se expandirá y creará una fuente de calor que te ayudará a conservar calor.

-Gracias Iroh.- sonrió un poco pero volvió a sumergirse en sus pensamientos.- Me siento mal por dejar a Mu en puerto, espero que esté bien.

-¿Bromeas? Tu ciervo estará bien, nos esperará en el siguiente puerto apenas y regresemos.- le tranquilizó Enlai. Ella asintió y entonces un alto parlante sonó.

-Queridos pasajeros, pronto llegaremos al Reino del Agua del Sur, favor de alistar sus cosas para el momento de desembarcar.

-Creo que esa es nuestra señal, ¿no?- Xiao se separó de los chicos.- Voy a… recoger mis cosas. Los veré en un momento.- regresó a su habitación ignorando las miradas preocupadas de estos. Al fin había llegado a su destino y podía sentir su estómago encogido con el pasar de las horas. Tenía miedo de lo que pudiese encontrar al llegar.

Apenas pisaron tierra Xiao miró alrededor. La ciudad parecía hecha casi en su totalidad de hielo ante las paredes de azul y blanco de cada edificación. En el puerto, los pescadores trabajaban en sus redes y algunos maestros agua ayudaban en la labor.

-El Reino de agua del sur se volvió una de las ciudades más importantes de las naciones.- leía Enlai en un folleto que tomó del barco.- Con la pesca como su principal medio de comercio. En la época del Avatar Aang se creó una alianza entre las antes separadas tribus del agua y años después la Tribu del agua del sur cambió su nombre a Reino del agua del sur. Hoy en día muchas personas viven dentro de la ciudad aunque su población está esparcida por todo el lugar todavía viéndose las típicas construcciones de hielo que siguen siendo muy populares. No sé si quisiera dormir en un iglú.

-No te lo recomiendo, créeme, tienes sus cosas buenas y malas.- sugirió Iroh.

Xiao miró alrededor, la gente de repente parecía verla curiosa y ella puso su gorro de repente avergonzada, solo sobresaliendo sus trenzas.

-¿Por qué la gente se me queda viendo? ¿Acaso me reconocen?

-No veo afiches o diarios a la vista.- dijo Enlai poniéndose alerta pero Iroh tomó una de las trenzas de Xiao.

-Es por tu cabello.

-¡¿Mi cabello?!

-Sí, ¿nunca te lo han dicho? Es raro ver a alguien de la tribu agua con este color tan particular.

-Entonces eso puede facilitar la búsqueda, ¿no?- preguntó Enlai.

-Bueno, depende. Puede ser que tu padre o madre sean de la tribu pero…

-¿El otro sea del reino fuego o tierra?- preguntó Xiao.- Ahora que lo pienso sólo he visto este color similar en gente de esos dos reinos, aunque como he vivido toda la vida en los reino de tierra nunca me pregunté por ello hasta ahora.

-De todos modos podemos preguntar si alguien de tu familia vive por aquí.- dijo Enlai con entusiasmo.- Arriba ese ánimos, seguro que encontramos alguna pista.

Xiao se sintió mejor al sentir el apoyo de ambos. Primero preguntaron a la policía de la zona, los cuales no tenían reportes sobre niños desaparecidos en la época en que Xiao era una bebé, luego fueron a preguntar cerca de los puertos pero nadie les dio pista alguna, después preguntaron a los ancianos y gente mayor, algunos ya demasiado sordos, pero sin darles una respuesta, y por último fueron a la biblioteca, donde estaba el registro de las familias que han vivido a lo largo de los años, pero había una larga lista de personas que emigraron a lo largo de los años que hizo que los tres terminasen derrotados.

La emoción inicial terminó antes de ser la hora de la comida.

-Es como buscar una aguja en un pajar.- se quejó Xiao apoyándose en una pared.

-Tranquila, debe haber una pista, ¡lo que sea! ¡En este lugar!- recalcó Enlai comenzando a perder la paciencia. Iroh se mostró pensativo unos momentos.

-Hay un lugar al que no hemos preguntado.- dijo captando la atención de sus amigos.

Pronto llegaron hasta un palacio de basto terreno rodeado por un muro de roca y hielo y guardias custodiaban la entrada.

-Este lugar en definitiva es más grande que mi casa.- musitó Enlai.

-Este es el parlamento y donde reside el líder del reino agua.- explicó Iroh.- Sólo figuras importantes pueden acceder.

-Sabes que si digo que soy el Avatar podría generar un escándalo, ¿verdad?- se señaló Xiao más Iroh sonrió.

-Es por eso que me tienes a mí. No por algo soy el nieto e hijo del actual Señor del Reino Fuego.- se acercó a los dos guardias que tenían rifles y una espada a los costados, estos eran enormes, se aclaró la garganta y se presentó.- Perdonen, vengo a ver al líder.

-¿Y cómo le presentamos?- preguntó uno de estos con acritud.

-Soy Iroh, nieto e hijo de la actual Señora del Fuego.- ambos guardias lo miraron escépticos.

-¿Tiene sus papeles de identificación?- preguntó el otro guardia.

-Permítame.- buscó entre sus cosas y de repente se detuvo al darse cuenta que no portaba su identificación. Movió sus manos en los bolsillos y cada vez más rápido dándose cuenta que no lo tenía consigo. Se aclaró la garganta ante el momento incómodo.- Tal parece que mi identificación se quedó en mi otra ropa de viaje. Pero ya he estado aquí antes, así que si me permiten pasar…- en el momento en que intentó pasar entre los guardias Xiao y Enlai que hicieron muecas de dolor con cada golpe recibido. Al final lo lanzaron lejos donde Iroh chocó contra un montículo de nieve y se levantó del suelo con un montón de nieve en la boca.

-Como que no te reconocieron.- mencionó Enlai. Iroh derritió la nieve en su boca.

-¿Y si probamos el plan B?- preguntó Xiao al ver a un grupo de turistas.

El guía iba a la cabeza de la fila.

-Avancen, todos en fila. Estamos a punto de entrar a la zona del Parlamento, así que no se separen de su grupo.

Los tres avanzaron hasta el final de la cola, Iroh con un folleto que le cubría la cara, Xiao con un globo y un caramelo en la boca y Enlai con una banderilla en la mano.

Ninguno notó que desde varios metros de ellos, una figura encapuchada los observaba a la distancia y se mantuvo oculta.

-El Palacio del Parlamento es también la residencia del líder del Reino agua, por lo que les pido de favor que no se separen ya que el lugar está también custodiado por guardias. Y créanme, las prisiones aquí no son nada agradables.

Mientras el tour avanzaba, el trío pronto se separó de estos y se escondieron por un pasillo y caminaron por este. El lugar estaba elegantemente decorado en pilares de un blanco hielo, paredes azules, cuadros que tenían los retratos o momentos heroicos de personajes o líderes con sus armaduras puestas como tesoro de admiración.

-¿Seguro que vamos por buen camino?- preguntó Enlai a lo bajo.

-He estado aquí varias veces por cuestiones oficiales, incluso una vez de vacaciones cuando era niño. Pronto llegaremos a con el líder.

En su caminar Xiao se detuvo cuando vio una fotografía del Avatar Aang junto con una mujer y un hombre que eran de la tribu del agua. El Avatar parecía estar en sus veintes, era un hombre joven con una pequeña barba en la barbilla. Colocó su mano en el frío cristal sintiendo al instante una conexión. Caminó sin quitar la vista del retrato cuando sin querer se topó con una armadura. Los chicos se volvieron rápido al escuchar el golpe pero antes de que las piezas tocasen el suelo, Xiao usó aire control para impedir que cayeran. Los tres suspiraron al mismo tiempo de alivio. Más entonces, Xiao sintió una brisa fría pasar.

-A… A…¡ACHUUUU!- su estornudo fue tan grande que todas las armaduras del pasillo fueron lanzadas hasta el otro lado, incluso Enlai e Iroh quedaron con los cabellos hacia atrás por un rato. Ella sonrió apenada.- Amm, ¿perdonen?

De repente los tres fueron atrapados de las manos por un chorro de agua que les esposó en un segundo. Varios maestros agua se hicieron presentes de la nada y soldados llegaron apuntándoles con sus espadas.

-Ahora sí estamos perdidos.- se quejó Enlai.

-Esperen, por favor, esto es un malentendido.- dijo Xiao sintiendo que era la única que podía zafarlos esta vez de la situación.- Por favor, sólo queremos ver a su líder.

-¿Y quién eres tú para pedir eso?- preguntó uno de los maestros y ella suspiró.

-Yo… soy el Avatar.

Momentos después fueron puestos en celdas separadas. Xiao ni siquiera se la podía creer.

-¡Primera vez que admito ser el Avatar y pasa esto! ¿De qué sirve ser el Avatar entonces?!

-Tranquila, esto no durará mucho.- dijo Iroh apoyado en la puerta.- A lo mucho nos dejarán un día aquí, mínimo.

-¡¿UN DÍA?! ¡No tengo un día! ¡Me voy a congelar aquí!- exclamó al punto del llanto.

Mientras ellos discutían, Enlai estaba en la puerta, examinando la cerradura y buscando sentir algo en esta, al igual que los maestros metal.

-Piensa en tu respiración y en tu centro como te dije, estarás bien mientras tanto.

-¿Y qué voy a hacer cuando esté dormida? No quiero quedarme en esta prisión helada. Quiero una sopa caliente para calentar mi estómago, con algo de carne, pan y de buena sazón. ¡QUIERO SALIR!

Enlai frunció el ceño y entonces lo sintió. Partículas de tierra esparcidas en la helada puerta. Movió su mano y sus dedos con cierta fuerza y pudo escuchar claramente la cerradura moverse.

-Dales tiempo. Verás que pronto nos dejarán ir.

-O podemos irnos nosotros.- dijo Enlai que pasó frente a sus celdas y fue primero a la puerta de Xiao para abrir.

-¡Enlai!- Xiao sonrió y cuando abrió la puerta ella le abrazó.- Gracias, gracias, ¡gracias!- el chico se sonrojó un poco para descontento de Iroh.

-¿Qué estás haciendo? ¡Nos vas a meter en problemas!- regañó Iroh.

-Ya estamos en problemas, genio. Y si bien aquí no nos quieren ayudar entonces bien podemos dar la retirada.- se acercó a la puerta de Iroh, esta lucía distinta, quizás porque estaba hecha para un maestro fuego.- Una suerte que no pensaran que era maestro tierra.

-Si escapamos irán tras nosotros.

-¿Entonces no quieres salir? De acuerdo. Vamos, Xiao. Salgamos de este gélido lugar.- dijo tomándola de la mano y salir de la vista de Iroh.

-¡Esperen!- Enlai reapareció sonriéndole burlón. Abrió su puerta sin mucho problema, ya empezaba a tomarle el truco.

Los tres se dieron vuelta para irse cuando vieron un guardia que tenía una charola con tres platos. Apenas los vio abrió la boca pero Xiao usó el hielo en las paredes para transformarlo en agua y darle justo en la boca donde se formó una costra de hielo que le silenció. Enlai saltó al frente abriendo la roca en los pies de este y cerrándolo hasta los hombros. La bandeja casi cae de no ser por Iroh que se movió rápido.

-¡Ugh! ¿Qué es eso?- señaló Xiao lo que parecía una sopa blanda y fría.

-¿La comida?- respondió Enlai igual de dubitativo y vieron emerger de uno de estos un ojo de pescado que los dejó con un color azul en sus rostros.

-Salgamos de aquí.- dijo Iroh intentando no vomitar.

Los tres corrieron escaleras arriba fuera de la prisión subterránea. Los tres corrieron por los pasillos cuando llegaron a lo que parecía un gran jardín de roca y nieve con esculturas de hielo. Sólo tenían que abrir el muro y saldrían de allí pero de repente una gran ola casi los atrapa y pronto se vieron rodeados por una decena de maestros agua.

-Pensaba dejar mi queja por escrito, pero creo que la dejaré con ustedes.- gruñó Iroh tronando su cuello.

Los maestros agua no perdieron tiempo e intentaron atraparlos con una gran ola pero Xiao desvió la ola y la partió en dos chocando contra dos maestros a los cuales congeló e inmovilizó en el muro. Casi es atacada por detrás por dagas de hielo pero Enlai cubrió con un muro de roca y la deslizó hacia estos que cortaron el muro con agua pero no vieron a Iroh atacar por arriba con sus espadas y dejándolos fuera de combate sin siquiera sacarla de la funda. Enlai gritó de la sorpresa cuando sus piernas fueron congeladas pero Xiao retiró rápido el hielo volviéndolo agua y volviéndola una bola de hielo golpeó a quien le hizo eso a su amigo y Enlai golpeó a otro con una roca que iba a atacar a Xiao por el costado. Iroh hizo un látigo de fuego que golpeó a uno de los maestros y luego creó otro que deshizo el ataque de un par de maestros agua destruyendo sus espadas de hielo para terminar rematarlos. Los maestros restantes usaron el hielo de las estatuas para disparar proyectiles contra estos, pero Enlai los cubrió a los tres rápidamente para cuando bajó el muro Iroh lanzó una poderosa bola de fuego y Xiao le dio más poder usando aire control, sacado de combate a los maestros, aunque pronto aparecieron más por los techos que comenzaron a formar una gran ola alrededor de ellos que comenzó a cerrarse más y más hasta volverse una cúpula de grueso hielo. Tal parecía que el equipo había sido atrapado así, o al menos así pareció hasta que del centro apareció una brillante luz rojiza que en unos segundos hizo explotar la cúpula. En el centro, Xiao estaba en estado Avatar y líneas de fuego les rodeaban y quemaron su viejo abrigo hasta que no quedó nada. La cúpula desapareció casi en su totalidad y de la boca de Xiao salió vapor ante lo furiosa que estaba. Iroh y Enlai estaban sorprendidos, y cuando ella estaba a punto de atacar al grupo unos aplausos le detuvieron.

-No esperaba menos del Avatar.- dijo un hombre anciano y encorvado que iba acompañado de un hombre de lentes de cabello peinado hacia atrás en una coleta idéntica a la del viejo.

-Líder Arokkah, señor Sokkah.- Iroh hizo una reverencia y Xiao deshizo el estado Avatar.

-Sentimos mucho haberlos hecho pasar por esto pero necesitaba estar seguro de que tú fueras quien dices ser.- el anciano se acercó, Xiao y él eran casi de la misma estatura, siendo que ella le superaba apenas a pesar de ser la pequeña de sus amigos. El anciano le tomó del rostro, apretando sus mejillas haciendo que ella hiciera una mueca graciosa, este le miró fijamente a los ojos antes de esbozar una sonrisa.- Hola mi viejo, amigo, cuánto tiempo.

-Padre, por favor.- le habló su hijo que hizo una reverencia a Iroh.- Sentimos mucho lo ocurrido. Por favor, vengan a con nosotros, les proporcionaremos la hospitalidad que debieron tener desde su llegada y les explicaremos todo.

-Me gustaría escuchar esa explicación.- dijo Iroh sumamente serio.

-¡Yo voy con el Avatar!- gritó Sokkah.- Ven conmigo, que tenemos mucho de qué hablar.- ni siquiera le dio oportunidad de negarse ya que este la llevó de la mano.

-Ah, bueno…- ella sintió un escalofrío al estar desprovista de abrigo.

-¡Que alguien le traiga un abrigo a esta niña! No quiero que te enfermes cuando nos hemos conocido.- dijo Sokkah amable y jalando su mano con la misma insistencia que un niño pequeño. Enlai se veía por completo confundido.

-¿Siempre es así?- preguntó a la nada pero el líder suspiró.

-Hoy es uno de sus días buenos. Síganme por favor.

Y sin más le siguieron al interior del sitio.

Takihara entró en la habitación de su hija y para su sorpresa la encontró haciendo una maleta.

-¡Hija! ¿A dónde crees que vas?

-Al reino del sur.- dijo ella tajante sorprendiendo a su padre.

-¿Cómo? ¿Pero en qué estás pensando?

-Esa… maldita copia está allí. Lo sé, he pedido a varios espías que la busquen.- escupió con rabia.- Mientras que yo estoy aquí, sin haber nada, en los cuarteles del Loto Blanco entrenando sin parar mientras ella se está llevando la gloria y ensuciando mi nombre.

-Hisara, no puedes salir. Piensa en los riesgos, en todo lo que hemos trabajado.

-¡Todo eso no vale nada!- gritó lanzando su maleta a un lado y se recargó en el barandal de la cama.- He sido paciente, he entrenado desde que era niña hasta desfallecer, me he roto huesos, rasgado músculos, e incluso una vez casi pierdo la vista.- los músculos de sus brazos se tensaron y la madera crujió bajo sus manos.- No puedo quedarme aquí, mientras esa maldita se lleva todo por lo que he luchado y se lleva el crédito de mi nombre. No, padre. No puedo esperar más.

Él suspiró a lo bajo y puso sus manos en los tensos hombros de su hija.

-Pediré que soldados del Loto y algunos Guardianes te acompañen por seguridad. E hija…- se acercó a susurrar a su oído.- Si la encuentras no la enfrentes a solas. Tienes que humillarla frente a todos y hacer que sufra.- la joven sonrió ante la idea.

-Por supuesto que sí, padre. Así lo haré.- tomó su bolso y la puso sobre su hombro.- Usaré un dirigible para llegar más pronto a la bahía.

Sin decir más, salió de la habitación mientras que su padre sonrió de lado deseoso de que su hija pronto se hiciera cargo de esa chica y la hiciese desaparecer de una vez por todas.

Xiao se sentía mucho mejor. Buena comida, una nueva chaqueta azul lista para estrenarse, agradable ambiente con chimenea y lo que al principio había sido un encuentro incómodo se volvió una charla más que divertida.

-¡Y desde ese día me juré nunca en la vida volver a tomar agua de cactus!

-Papá, ya dijiste esa parte.- le dijo Arokah pero Sokkah lanzó un bufido.

-¡Mentira! ¡Es la primera vez que la digo! ¿Oh no?- preguntó a Xiao que le siguió el juego.

-Estoy segura que sí. ¿Qué otra historia tiene de mi predecesor?

-Ah, está aquella vez en la cual nos adentramos en la Biblioteca de Wan Shi Tong. Esa historia es buena.

-¿Wan Shi Tong? ¿No es uno de los espíritus sagrados y más poderosos de la historia?- preguntó Enlai.

-Así es, y lo vimos en persona…

-Disculpe señor.- alzó la mano Iroh.- Agradecemos mucho la hospitalidad y la comida, sin embargo, todavía no explican por qué nos hicieron pasar por aquella prueba.

-Yo puedo explicar la razón.- dijo Arokkah dejando de lado su tenedor con expresión seria.- Es debido al Avatar Hisara, el Loto Blanco en estos momentos se encuentra dividido entre quién es la verdadera Avatar y tu madre envió un mensaje secreto sobre que tú estabas acompañando al Avatar en su travesía.

-O sea que querían confirmar si Xiao es en realidad el Avatar.

-En efecto.- respondió Arokkah.- Tengo entendido que el estado avatar es algo que sólo el verdadero Avatar puede acceder, algo que la Avatar Hisara no ha podido realizar a pesar de su supuesto control sobre los elementos. Siento mucho la presión ejercida pero fue el único modo de ver si de verdad estábamos ante la reencarnación del avatar Aang.- dijo mirando a la joven fijamente.

-¿Y qué es lo que te trae por aquí, pequeña?- preguntó Sokkah con una amplia sonrisa. Xiao terminó de tragar su arroz con carne y bajó un poco la mirada.

-La verdad, es que estoy en busca de una pista de mi pasado.- dijo para sacar de su bolso la vestidura de bebé.- Hace años fui encontrada y adoptada en un pequeño pueblo del reino tierra, es allí donde estuve viviendo hasta hace poco. Sin embargo, necesito saber quién soy yo. Si tengo familia y… por qué me abandonaron.

Sokkah tomó la prenda y la estudió con mucho cuidado.

-Este patrón… definitivamente es de nuestra tribu.- dijo dándole la prenda a su hijo que la estudió de forma meticulosa.- No hay duda sobre ello. Tal parece que eres una hija del Sur.- los ojos de Xiao se iluminaron.

-¿En serio?

-No hay error en ello. ¿No tenías algo más?- preguntó Asokkah.- ¿Cómo un collar o pendiente? Las mujeres muchas veces se las dan a sus hijas como herencia y así podríamos averiguar sobre tu familia.

-No… eso es todo.- dijo ella con desilusión pero Enlai puso su mano sobre su hombro al estar él a su lado.

-Oye, no pongas cara triste. Encontraste que vienes del Sur, eso es un gran avance.

-Eso es verdad.- dijo Iroh que luego vio a los líderes.- ¿Es posible deducir por el patrón quién es su familia y si todavía está en la zona?

-Podría ser.- asintió Arokkah.- El patrón tiene sus variantes dependiendo la casa. Puedo mandar a buscar en los archivos y sobre si hay algún nacimiento. Creo que podemos sacar algo, más por tu color de cabello, tu padre o madre debieron ser extranjeros, pero si dices que estabas vestida con esto cuando te encontraron, entonces debes estar registrada de alguna forma.

-¡SIIII!- gritó Xiao en un brindo y usando su aire control sin querer haciendo su voz más fuerte. Ella se cubrió la boca.- Perdón…- musitó a lo bajo haciendo reír a Sokkah.

-Ya con eso se me quitó lo sordo.- tomó la mano de Xiao mirándola con un aire más sereno.- Estoy encantado de ayudarte, jovencita. No sólo porque tu fuiste mi gran amigo, sino porque tienes un gran papel que cumplir en este mundo para salvaguardar el equilibrio que existe, y hay mucha gente que desea aprovecharse de ti y de lo que representas. Tienes mi total e incondicional lealtad, así como la del reino del sur que no dudará en apoyarte pase lo que pase.

Xiao sintió un nudo en la garganta, ser el Avatar constituía un papel muy importante en el mundo y sentía que esa sombra, la sombra de Aang y de sus antecesores era tan grande que la hacía sentir por completo diminuta. Apretó las temblorosas manos de Sokkah, incapaz de mirarle a los ojos, aunque él pareció darse cuenta de la perturbación en su interior y soltó sus manos para luego sonreír de nuevo.

-¡Pero no nos pongamos tan serios ahora! Mientras se hace la investigación, ¿qué tal si damos un tour por ahí?

-Cuidado, tiene la espalda frágil.- dijo su hijo esbozando una leve sonrisa y Sokkah se enderezó.

-¡Mentira! ¡Mi espalda está más que bien!- se escuchó un claro tronar de huesos.- Bueno, no tanto como antes, pero en eso culpo a tu madre.- gruñó haciendo sonreír a los presentes.

-A mi me gustaría dar un tour.- dijo Xiao.

-¡Bien! Les enseñaré dónde se deslizan los pingüinos nutria. Recuerdo cuando te llevé a ti de niño, dejó un rastro amarillo por el susto que le metieron…- señaló a Iroh que se sonrojó tanto ante las leves risas de sus amigos.

-¡Eso no es verdad! ¡S-Se ve rompió mi cantimplora esa vez y era agua de lima!

El grupo se alejó dejando al líder Arokkah solo, este rodó los ojos pero ante la prenda se puso manos a la obra para poder encontrar una respuesta satisfactoria, aunque no pudo evitar notar la mirada de preocupación que su padre le daba a la joven Avatar cada tanto.

El tour fue mucho mejor de lo que esperaban. Aprendieron muchas cosas del Sur, como por ejemplo el control que tenían de la pesca, su historia durante la guerra y post-guerra, y la protección de la fauna y zonas consideradas espirituales, llegando por medio de un vehículo de nieve hasta una zona llena de pilares de hielo y en el centro estaba la estatua de una hermosa mujer y un gran estanque a sus pies.

-Hemos llegado, este es uno de los lugares más importantes de la zona.

-¿Qué lugar es este?- preguntó Enlai y Sokkah le sonrió.

-Aquí es donde se ofrece tributo a los espíritus del Agua y de la Luna. Cada cierto tiempo, el espíritu del Agua viene a nuestra tierra para bendecirla con las corrientes y beneficiando a la pesca, pero ahora no está, la mayor parte del tiempo se encuentra en medio del mar y en el Norte.

Xiao se acercó al estanque y miró la estatua con detenimiento.

-Y ella es Yue, el espíritu de la Luna.

-Escuché su leyenda tiempo atrás.- musitó Xiao y tocó la estatua.- Es extraño…

-¿Qué pasa?- preguntó Iroh.

-No lo sé. Siento… como si ya hubiese estado aquí antes y eso me llena de nostalgia.- Sokkah se acercó a ella.

-Veo que tienes una fuerte conexión con los espíritus. Aang también podía sentir cosas, incluso iba al mundo espiritual para hablar con ellos.

-¿Iba al mundo espiritual? ¿No podía hablar con ellos en persona?- preguntó ella para sorpresa de Sokkah.

-Eso pasaba si el espíritu tenía una forma física… ¿acaso tú puedes verlos?- preguntó para sorpresa de los presentes y Xiao asintió.

-Ahora que lo dice recuerdo cuando fui a tu casa esa noche y vi la comida desaparecer junto con varios ruidos.- recordó Enlai.

-Y también lo que nos dijiste de tu abuelo y tus maestros.- hizo mención Iroh.- Eso quiere decir que… ¿tus maestros fueron espíritus?

Ella suspiró y miró con detenimiento a la estatua.

-Desde que tengo memoria he podido ver y escuchar a los espíritus. Y ellos fueron mis maestros durante todos estos años.- con un movimiento simple de su mano elevó un poco de agua del estanque junto con una piedra y formó una esfera en su mano que dejó a la piedra como un centro mientras el agua le rodeaba en un anillo, pronto aparecieron dos anillos más, conformados por fuego y aire.- Agua, fuego, tierra y aire, los aprendí de los espíritus a mi alrededor.- comenzó a recordar sus entrenamientos y los espíritus a su alrededor.- Aprendí cómo moverme, defender, atacar y contraatacar. Nunca he tenido un maestro como tal, porque he aprendido de los mismos en los que los maestros se inspiraron desde principios de los tiempos.- hizo desaparecer los anillos, posando el agua en el estanque y la piedra se posó en sus manos.- Así ha sido mi vida desde que tengo memoria.

-¿Alguna vez has hablado con tus predecesores? Los avatares anteriores a ti.- preguntó Sokkah y ella negó.

-No, tal vez no quieran hablar conmigo. Aunque no es como si alguna vez lo hubiese intentando.- la verdad era que la idea no le parecía de lo más agradable, ya que no quería que le dijesen cómo es que debía ser el Avatar cuando no quería serlo.

-Te pareces mucho a tu predecesor. Demasiado debo decir.- dijo Sokkah mirándole con cariño y tomó su brazo.- Ya es hora de volver, y mientras quiero que me cuentes más sobre tus maestros. ¿Hubo algún espíritu mono? ¿Una tortuga? ¿Un espíritu mono tortuga?

-No, pero hay un espíritu llamado Kion que es una especie de lémur humano.

-¡Quiero oír de ello!

-¡Yo también!- exclamó Enlai.

Xiao se sintió mejor y de alguna manera se alegraba mucho que sus amigos supiesen ahora eso de ella mientras le preguntaban sobre cómo era ver espíritus, todos menos Iroh que se quedó callado todo el tiempo. Más mientras se alejaban del lugar, Xiao sintió cierta desazón.

Ya entrada la noche, Iroh y Enlai seguían despiertos en su habitación. La luz del candelabro iluminaba la habitación con luz eléctrica y Iroh estaba leyendo recostado en su cama mientras Enlai estaba sentado en la cama con una caja tipo rompecabezas de acero que comenzó a mover con lentitud.

-Me alegra que me regalaran esto. Ahora que aprenderé metal control esto me será muy útil.

-Mmmh.

-¿Me estás escuchando?

-¿Alguna vez has visto un espíritu de frente?- preguntó de repente.

-No. ¿Y tú?

-Una vez, no fue agradable.- dijo dejando el libro sobre su pecho.- Fui de vacaciones a una isla con mi familia y me alejé del grupo adentrándome al bosque. Lo que vi es algo que no puede describirse con palabras, por suerte, mi abuelo me encontró y me salvó.

-¿Qué espíritu era?

-Uno muy malo. Por eso me sorprendió lo que Xiao dijo. Tengo entendido que el mismo avatar Aang tenía cuidado de estos. Me pregunto cómo sería entrenar con estos.

-Podrías preguntarle mañana. ¡Rayos!- movió mal una pieza y la dejó de lado.- Hora de dormir.- se levantó de la cama para apagar las luces cuando vio a una sombra pasar debajo de la puerta.- ¿Quién estaría a estas horas?- se asomó a la puerta y vio una figura caminar lentamente en el pasillo.- ¿Xiao?- Iroh se levantó de golpe de la cama y se asomó. En efecto, Xiao estaba caminando por el pasillo como si no hubiese oído a Enlai. Los dos se acercaron y Iroh llegó primero.

-Xiao, ¿estás…? Dormida.- su cabeza estaba hacia adelante, con los ojos cerrados y los brazos lánguidos a los costados.

-¿Desde cuándo es sonámbula?

-No lo sé, pero hay que llevarla a su habitación.- la tomó ligeramente de los hombros.- Vamos a cama, Xiao. Te guiaremos de vuelta.

Justo cuando iba a voltearla ella se movió veloz y pasó por debajo de sus brazos siguiendo su camino.

-¡¿Qué rayos?!- exclamó Enlai. Iroh salió del asombro primero y fue a con Xiao otra vez.

-A la cama he dicho.- la tomó con más firmeza colocándose frente a ella. Y apenas puso sus manos sobre sus brazos sintió una patada justo en la barbilla que lo hizo caer al suelo, ella dio una vuelta al aire cayendo de pie y siguiendo su camino.

Enlai quedó frío, y no por el clima. Iroh se frotó la mandíbula mientras que Xiao seguía avanzando por el pasillo.

-¡Ciérrale el paso!- le gritó a Enlai sacándolo de su estupor. Usando el suelo logró crear una barrera que le cerrase el pasillo, sin embargo, en un movimiento que nadie previó ella corrió hacia el gran arco y saltó por esta.

-¡¿Qué rayos está pasando?!- preguntó el maestro tierra antes de también saltar por la ventana al igual que Iroh.

Al llegar a la puerta, los guardias divisaron a la joven y alzaron sus espadas confundidos. Ella saltó y juntando el hielo alrededor inmovilizó a los guardias que quedaron pegados en el muro. Abrió la pesada reja con aire control. Pero apenas e intentó dar un paso afuera Enlai alzó de nuevo una alta muralla.

-No sabemos qué te pasa, Xiao, pero sea lo que sea debes parar ahora.

La avatar no respondió, sino que lentamente se dio la vuelta y después corrió hacia sus amigos. Enlai intentó atrapar sus pies pero ella comenzó a saltar y a dar giros apenas dándole tiempo de esquivar la patada que por poco le pega y manda a volar. Aprovechando el momento, Iroh logró sostenerla y hacer una llave hincándola en el suelo, pero ella alzó su cabeza cerca de él y exhaló una llamarada que le obligó a soltarla. Ella giró lo golpeó con una ráfaga de aire que casi lo manda a volar pero Enlai lo atrapó y aferró sus pies en roca hasta que terminó.

Xiao movió sus manos y juntó todo el agua en el hielo a su alrededor formando alrededor un anillo. No se movió, el mensaje era claro, no atacaría si ellos no se acercaban.

-¿Qué hacemos?- preguntó Enlai a Iroh que no sabía que responder. Xiao estaba demostrando habilidades que no sabía que tuviera. Sí, la había visto pelear y ella misma había admitido cuanto se contenía en batalla. ¿Acaso estas eran sus verdaderas habilidades? Tragó saliva y sintió un escalofrío recorrer su espina al darse cuenta lo verdaderamente peligrosa que era.

Antes de siguiera pensar en su siguiente movimiento, Xiao movió la cabeza a su costado y atacó a los maestros que llegaron a la escena usando su agua control. Arokkah apareció de entre las sombras junto con más guardias.

-Atrápenla y conténganla hasta que sepamos qué sucede. No la lastimen.- ordenó a sus guardias que rápidamente ejecutaron la orden.

Xiao pronto se vio envuelta entre tres enormes olas que la atraparon y congelaron dejando solo su cabeza fuera del hielo.- Arokkah se acercó al dúo.- ¿Pueden explicar qué sucede?

-Eso nos gustaría saber.- respondió Enlai.

Iroh miró atento a Xiao, acercándose poco a poco a ella sintiendo que algo no estaba bien. Y lo sintió… un aire caliente en cada respiración que ella daba.

-¡CUBRANSE!

El hielo comenzó a emitir un sonido de crujido y entonces una explosión dio a lugar. Pero el hielo no se dispersó, este permaneció alrededor de Xiao que rápido lo convirtió en agua y volvió a crear un anillo de agua, esta vez mucho más grande y se colocó en posición para atacar en cualquier momento. Los Guardias estuvieron a punto de atacarla cuando una voz se alzó.

-¡DETÉNGANSE!

Sokkah apareció, vistiendo un pijama azul con pingüinos y grandes pantuflas de conejos, pero el antiguo líder se mostró serio ante todos y comenzó a acercarse a ella.

-¡Padre!

-Sé lo que hago. Tú tranquilo.

Sokkah se acercó a ella, cuya figura estaba bañada por la luz de la luna que entraba por los arcos. El aro de agua se abrió dejando pasar al anciano líder que se detuvo cuando estuvo frente a la joven que tras unos momentos miró hacia la luna llena. Sonrió y tomó su rostro entre sus manos.

-Ve a donde tengas que ir.

Ante lo dicho, Xiao deshizo el anillo y avanzó pasando a Sokkah de lado y a los demás. Todos quedaron sorprendidos y reaccionaron cuando Sokkah le dio un zape a su hijo en el brazo.

-¿Qué hacen ustedes parados como tontos? ¡Hay que seguirla!

-¿A dónde crees que vaya?- preguntó Enlai a Iroh.

-No lo sé.- dijo mirando a Xiao y recordó algo.- Enseguida regreso.- dijo yéndose corriendo hacia las habitaciones.

Cuando Xiao salió del parlamento creó una ola bajo sus pies para moverse más rápido, ellos le siguieron por medio del vehículo de nieve. Pronto llegaron al altar hecho para los espíritus de la Luna y Mar. Xiao bajó de la ola y se acercó al gran estanque donde la luna se reflejaba. De repente sobre de este, apareció Yue con un brillo blanco y vaporoso alrededor. Esta vio con pena a la chica, pero al ver a Sokkah sonrió.

-Es bueno verte de nuevo.

-Lo mismo digo.- respondió el anciano.- Ya sabía que tenías que ver en esto.- dijo mirando la luna llena.- Porque estoy muy seguro que la luna debería estar en cuarto menguante.- los demás estaban pasmados al ver al espíritu.

-Wow, ¿los espíritus son así de bellos?- preguntó Enlai.

-No, no todos.- respondió Iroh bajando del vehículo con la chaqueta de Xia en mano.- ¿Cuál es el propósito para traerla hasta aquí?

-Respuestas.- respondió Yue y sin más Xiao cayó al interior del estanque.

-¡XIAO!- intentó lanzarse al agua pero Sokkah le detuvo.

-Tranquilo, confía en ella. Yue no le haría daño al Avatar, es una vieja amiga y aliada.- Iroh no quería creerlo, tenía sus razones para desconfiar.

Dentro del agua, Xiao bajó hasta las profundidades donde Lá, el espíritu del Mar nadó alrededor de ella y nadó en círculos alrededor de una caja de madera. Esta parecía haberse atascado entre las rocas y el hielo.

En la superficie, Iroh veía el agua tranquila, no veía burbujas o una figura y eso lo ponía cada vez más nervioso estando a poco de lanzarse al agua él mismo para sacarla. De repente, Xiao salió usando Aire control y cayó al suelo comenzando a toser, al fin despierta.

-¡Xiao!- Iroh se acercó y puso su chaqueta sobre ella.

-¿I-Iroh?- se estaba congelando.- ¿Q-Q-Qué hacemos aquí?- preguntó castañeando los dientes y este le abrazó intentando hacerla entrar en calor. Fue que ambos notaron lo que tenía en mano y Xiao miró a Yue que le sonrió con tristeza.

-Esto es en todo lo que te puedo ayudar.- el espíritu desapareció y la luz de la luna llena desapareció quedando un cuarto menguante.

Enlai se acercó con una manta extra que sacó del vehículo y lo puso alrededor de Xiao.

-¿Qué es lo que tienes allí?

-N-No lo sé…- tosió un poco y con cuidado giró el seguro que tenía y la abrió. Su contenido se mantenía casi intacto, había unos listones, broches, pero entre estos estaba una fotografía donde aparecía una chica de la tribu acompañada de dos personas cuyos rostros no podían distinguirse ya que el agua se filtró en las esquinas, pero la chica de la foto devolvía una dulce sonrisa. Y en la tapa de la caja podía leerse el nombre "Ashia".- Podría ser… ¿Qué sea mi madre?- miró a los chicos y Sokkah tomó a la chica de los hombros.

-Ven, volvamos o terminarás por convertirse en una paleta de hielo.- ella asintió, deseosa de una bebida caliente y más mantas.

Una hora después, Arokkah dejó caer sobre la mesa del salón privado un expediente.

-Ashia fue una joven maestra agua de nuestra tribu.- dijo sacando de este la foto de la misma joven, tenía el traje de la tribu con el patrón correspondiente a la ropa de bebé de Xiao, su cabello estaba peinado con un flequillo recto al frente y dos coletas al frente recogidas con lazos azules. El grupo miró con atención la foto, más Xiao que estaba envuelta gruesas mantas con todo su cabello desperdigado y Iroh detrás estaba emitiendo calor desde sus manos.- Tenía 16 años en ese entonces, su familia vivía adyacente de la tribu y de la ciudad, sus padres fallecieron cuando era una niña por fiebre escarlata, fue encontrada poco tiempo después y puesta en el orfanato a la edad de 3 años.

-Demostró gran habilidad de sanación.- dijo Sokkah que le pasó a Xiao una taza de chocolate caliente.- La recuerdo muy bien, tenía talento. Fui yo quien la encontró cuando era pequeña.

-¿Por qué vivía ella separada de la tribu?- preguntó Enlai mientras Xiao bebía.

-Hay personas que creen que el crecimiento de la tribu iba contra las tradiciones.- explicó Arokkah.- Incluso se sublevaron contra el líder pero en ese entonces en una pequeña revolución pero fallaron. Por lo que se separaron de todos sin contacto alguno.- Sokkah siguió con la explicación de su hijo.

-Tuvimos una ola de fiebre escarlata muchos años atrás, fue una época terrible para todos, por lo que busqué junto con otro grupo a quienes necesitasen ayuda. Cuando llegué a una casa, sólo la niña vivía.- recordó ese momento, los cuerpos desparramados en las camas con sangre a los costados era una visión horripilante, se acercó a la cuna esperando lo peor pero encontró a la pequeña niña envuelta en mantas y emitiendo pequeños ruiditos aquejada por la fiebre. Sin perder tiempo la tomó en brazos y la sacó de allí.- Los de la foto somos yo y mi hermana Katarah antes de que se fuera a la Ciudad del Norte para estudiar sanación, recuerdo bien cuando nos la tomamos.

Enlai tomó la foto y comparó a la joven con Xiao.

-Pues mira, vaya que se parecen.

-¿Eso quiere decir que ella es mi mamá?

-Es lo más seguro.- dijo Sokkah.- Recuerdo que mi hermana me envió una carta sobre Ashia, debo todavía tenerla en mi viejo escritorio.- su hijo tensó su la mandíbula.

-Tienes muchos papeles en tu viejo escritorio padre.

-¡Y así me gusta que esté!

Xiao miraba la foto con detenimiento, la joven que le sonreía se veía muy guapa y parecía agradable. Iroh pareció adivinar sus pensamientos y se inclinó un poco hacia ella.

-Parece una buena persona.

-Así parece, ¿verdad?

-Me gustaría saber más de ella. Y qué fue de ella.

-Creo que podría contarte algunas cosas más.- mencionó Sokkah.- Pero eso sería hasta mañana. Por ahora, creo que todos necesitamos un descanso.

Los jóvenes se levantaron para irse y cuando Arokkah iba a hacer lo mismo, su padre le detuvo.

-Tú no.- el líder suspiró resignado.

Los chicos fueron a sus habitaciones, Enlai bostezó y se despidió de todos siendo el primero en entrar al cuarto. Iroh se quedó un momento en el pasillo mientras Xiao se alejaba.

-¿Vas a estar bien?- le preguntó preocupado, ella se volvió a él con una sonrisa.

-Si te soy sincera siento mariposas en el estómago, pero al mismo tiempo estoy tan cansada que sólo quiero dormir. Me siento feliz y demasiado ansiosa por no saber más.

-Has encontrado parte de tu pasado, pienso que hoy es una victoria.

-Es cierto. Buenas noches, Iroh, descansa.

-Igualmente.

Iroh se cruzó de brazos y no se movió hasta que la vio entrar en su habitación, al fin sintiendo que nada más pasaría entró para descansar también.

En su cuarto, Xiao miró la foto de su madre y sintió su corazón calentarse al verla y la puso debajo de su almohada esperando tener dulces sueños con ella.

Xiao despertó sintiendo que había tenido dulces sueños a pesar de no recordarlos, tomó la fotografía de su madre y sonrió al instante.

-Buenos días, mamá. Hoy vamos a ver qué más puedo averiguar de ti.

En la oficina de Sokkah, una mano se alzó sobre una montaña de papeles y Arokkah al fin pudo respirar algo de aire puro.

-Papá, por centésima vez… ¡LIMPIA ESTE MALDITO ESCRITORIO!- le dio la carta que les tomó toda la noche encontrar.

-¡Bah! ¿Para qué? Si a los dos días queda igual.- Arokkah rechinó los dientes pero luego suspiró resignado ya que su padre no mentía. Sokkah al revisar la carta alzó las cejas.

-Oh, vaya…

Los chicos estaban aguardando en la sala. Xiao no dejaba de tocar sus trenzas y ambos chicos no sabían qué hacer para calmarla. Cuando ambos se inclinaron para decirle algo, la puerta se abrió y Xiao se levantó tan rápido que no notó que las manos de sus amigos se tocaron al mismo tiempo. Ambos emitieron un grito mudo de horror y se separaron del otro.

-¿Encontraron algo?

-Sí, es una carta de mi hermana.- Xiao la tomó de sus dedos tan rápido que tardó incluso en sentir que ya no estaba allí. La joven comenzó a leer con sus amigos leyendo desde sus hombros.

-Querido hermano, ¿cómo estás? ¿Ya estás mejor de tus hemorroides?- la cara de los tres adquirió un tono azulado y Sokkah se rio de ello.

-¡Ya no me acordaba de eso!- Xiao fue la primera en recomponerse.

-Hoy Ashia ha hecho progresos en sanación y cada día está empeñada a buscar más formas de sanar a las personas. Hace meses llegó un investigador a estudiar la cultura e historia de la Tribu Agua y ambos se llevan muy bien. Ashia me ha preguntado si es posible realizar un viaje con este para ampliar más su investigación. Espero tu pronta respuesta. Y sobre tus hemorroides…

-Esa parte no la lea, por favor.- suplicó Enlai no deseando imaginarse algo que podría traumatizarlo de por vida.

-¿Un investigador? ¿Quién era esa persona? No dice nombre o de qué nación pertenecía.

-Bueno… no lo sé. Esto es todo lo que tengo, lo siento.- Xiao bajó la cabeza decepcionada.- Pero quizás…- Xiao alzó la vista golpeando a sus amigos con sus trenzas que saltaron por la fuerza del movimiento.- Quizás podrías ir a ver a mi hermana. Katara vive en el reino del Norte y fue la guardiana y maestra de Ashia. Podría ayudarte y de seguro tendrá más respuestas sobre tu familia. Y bien podrías aprovechar el viaje para también pulir un poco más tu carácter.

-¿Mi carácter?

-Les sugiero que se dirijan cerca al Antiguo Templo de los Nómadas del Aire al Oeste, al Templo, la Antigua ciudad de los guerreros del sol y a la Escuela de Tierra y Metal Control que está a las afueras de Ciudad República. Te he visto y veo un gran potencial y poder, pero es aquí dentro donde necesitas trabajar mucho.- dijo señalando su pecho.- Tienes muchas cosas que te restringen y por ello no puedes sacar todo tu potencial. Y muchas veces el miedo y la inseguridad son más pesadas que cualquier cadena.- la tomó de los hombros con una sonrisa.- Te aseguro que a donde irás te ayudarán mucho, y tus amigos también.

Ella le sonrió y asintió. Enlai gritó de la emoción.

-¡La legendaria escuela de Metal Control! ¡Es como un sueño! Que alguien me golpee para saber que no estoy soñando.- Iroh le hizo el favor dándole un zape con aire pensativo.

-Los guerreros del sol, mi abuelo me contó historias sobre de estos.

-Entonces no se diga más.- dijo Xiao girándose hacia ellos.- ¡El viaje sigue señores!

Sokkah vio a los tres muy animados. Por un momento recordó sus años de juventud con el equipo avatar pero al ver sus manos temblar sabía que esos años nunca regresarían.

Alguien tocó a la puerta y un guardia encontró con expresión pálida y se acercó a Arokkah.

-Mi señor, tenemos una situación.

-¿Qué sucede?- el guardia susurró a su oído y la expresión alerta del líder terminó la pequeña celebración que el trío tenía.- Padre, esa persona ha llegado.

Los chicos no sabían a quién se referían cuando decían "esa persona", pero Sokkah frunció el ceño.

-Ustedes quédense aquí. Que nadie los vea.- salió de allí con su hijo a paso apurado.

-¿Quién creen que haya llegado para ponerlos así?- preguntó Enlai.

-Vamos a averiguarlo.- dijo Iroh y los tres se escabulleron hasta llegar a una de las torres del palacio donde se veía la entrada abierta, allí vieron con asombro a varios Guardianes del Avatar. Arokkah y Sokkah salieron para encarar la situación. Estos partieron su formación e inclinaron ante la persona que caminó en medio de estos.

-Líder Arrokah, antiguo líder, un placer volver a verlos.

-No puede ser…- musitó Iroh que rápidamente escondió a Xiao que estaba asomándose por la ventana.

-¿Qué ocurre?- preguntó Enlai.- ¿Quién es ella?

-¿Y por qué me estás agachando tan fuerte?- preguntó Xiao quejándose un poco, pero Iroh mantuvo su expresión dura.- ¿Iroh?

-Ella es Hisara, la chica que supuestamente era el Avatar antes de ti.

-Espera, ¿qué?- preguntó Xiao con un hilo de voz y se asomó para verla mejor. Hisara llevaba un ajustado abrigo largo y negro. Miraba a los líderes con una sonrisa amable pero en sus ojos asomaba la arrogancia.

-Perdonen mi intromisión, pero he venido buscando a la chica que se hace pasar por mí y sé de buenas fuentes que ella está aquí. ¿Puedo conocerla?

No supo por qué, pero Xiao sintió un escalofrío al verla, sabiendo de buenas a primeras que no tenía nada bueno entre manos con ella.

…..

Y… espero que les haya gustado! Gracias a todos por leer! Sólo aviso que en el siguiente capítulo habrá pelea, pero no me hago responsable de lo que pueda suceder. Así pues sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!