Hola a todos! Y he aquí el momento esperado! Espero haber llenado las expectativas de todos porque a mi me ha encantado. Ya puestos en esto y sin más qué decir… COMENZAMOS!

…..

Capítulo 9.

Cruda realidad.

La tensión podía sentirse en el aire igual a una corriente eléctrica que erizaba los pelos a todos. Xiao apenas y se asomó por la ventana mirando a la famosa Avatar que se anunció el mismo día que ella se dio a conocer por culpa de Los Cuervos.

Arokkah dio un paso al frente enfrentando a Hisara que sonreía amigable, aunque su mirada guardaba cierta petulancia que lo molestó en gran medida.

-Gran líder, un gusto volver a verle.

-Lo mismo digo. ¿Pero qué es lo que te trae por estas tierras, jovencita?

-He venido porque he escuchado que mi doble está aquí.

-¿Doble? No entiendo.

-La farsante que se hace pasar por mí. Esa otra "Avatar".- Arokkah frunció el ceño pensativo colocando su mano debajo de su barbilla.

-¿Otra Avatar? Lo siento, pero no me suena de nada.

-¿Tenemos a otro Avatar aquí? ¡No lo sabía!- exclamó Sokkah comportándose casi como un anciano senil, aunque de senil no tenía nada. Hisara mantuvo el temple aunque por un momento sus puños se cerraron con fuerza.

-He preguntado a la gente de por aquí y me han dicho que vieron a una chica de piel morena con pelo rojo venir hasta aquí.

Por instinto, Xiao se agachó y se puso el gorro de su chaqueta metiendo sus trenzas dentro.

-No hemos recibido a nadie con esa descripción.- respondió Arokkah.- Y sin ofender, pero está causando un disturbio frente al palacio del parlamento por lo que le deberé pedir que se vaya.

-Me temo que eso no es posible.- de entre el grupo apareció Borack que sonreía a Arokkah que se sorprendió por su presencia. Los Guardianes se movieron a sus espaldas como si esperasen una orden.- Lamentamos en serio mucho la intromisión pero este es un asunto que se necesita investigar a fondo y por ello pido su cooperación y hospitalidad clamando por el antiguo acuerdo de la Tribu Agua hacia el Avatar. Sé lo incómodo que es esto pero es absolutamente necesario por el bien del buen nombre del Avatar y su legado.

Arokkah estaba listo para responder pero Sokkah lo hizo primero.

-Por supuesto, no hay ningún problema con ello.- dijo con una sonrisa.- Siempre me será un placer ayudar a quien alguna vez fue un viejo amigo. Pasa por favor, pediré que preparen las habitaciones para todos ustedes.- Sokkah extendió su mano y Hisara la tomó con amabilidad.

-Le agradezco mucho antiguo líder. ¿Está bien que mis guardias busquen a la persona en cuestión por el lugar?- preguntó ella.

-¿A cuál persona? ¡Ah, sí! Que hagan lo que quieran. Igualmente no escondemos nada.

-Muchas gracias.

Pronto los Guardianes se separaron para buscar a Xiao sin notar que Sokkah le dedicó a su hijo una mirada significativa que este entendió de inmediato e hizo una señal cruzando su dedo que fue visible desde donde estaban los chicos.

Iroh captó la señal.

-Ese viejo está loco.- musitó Enlai pensando que los había vendido.

-No, es un genio. Vengan conmigo.- ordenó Iroh tomando del brazo a Xiao y corriendo hacia el ala de las habitaciones. No tardaron mucho en ver algunos Guardianes buscando por ellos y Iroh entró rápido en una habitación. Uno de los Guardianes logró percatarse de la puerta cerrarse y se acercó con cuidado a esta, la abrió mas no había nadie. Se convenció que había visto mal y cerró la puerta de la habitación. La chimenea se movió un poco y Iroh terminó de sellar por completo la habitación secreta.

-¿Qué lugar es este? No veo nada- se quejó Enlai hasta que Iroh encendió la luz mostrando una habitación llena de libros, mapas y espadas.- Wow…

-El lugar está lleno de habitaciones y pasajes secretos. Esta es una de estas, es un viejo estudio que el líder usa para reúnes secretas o para ciertos contratiempos como este.

Xiao se dejó caer en un mullido sillón y puso sus manos sobre su cabeza.

-Está furiosa.- musitó casi al borde de un ataque de pánico.- Está furiosa y puedo sentirlo, de sólo verla sé que está furiosa conmigo porque le quité el título de Avatar el mismo día que la anunciaron. ¿Qué quiere de mí? Yo ni siquiera quería el título en su momento y todavía no lo quiero. Quiere hacerme pedazos, ¡pedacitos!

-Xiao, Xiao, respira profundo.- Enlai se arrodilló frente a ella mientras Iroh buscaba entre las cosas del lugar.- Sé que estás agobiada y que esto sería lo último que querrías pero saldremos de esta. No tienes que enfrentarte a esa chica.

-Aunque sería bueno que comenzaras a establecer tu posición.- mencionó Iroh mientras tomaba unas prendas.- No puedes ocultarte siempre del mundo. Tarde o temprano deberás asumir quién eres o todo mundo te pisoteará.- Enlai le apuñaló con la mirada.

-Oye, intento calmarla, ¿sí?

-Sólo digo la verdad. Pero entiendo que quieras evitar un enfrentamiento por ahora aunque pienso que es por las razones equivocadas.- se acercó a ella y le tendió unas prendas.- Hay que ponerse esto y Xiao, toma, esta lata tiene pintura para cambiar tu color de cabello.

Xiao tomó la ropa que era un traje de sirvienta y una lata con grasa oscura. Las palabras de Iroh se quedaron en su cabeza mientras reflexionaba sobre ello. Iroh también le pasó unas ropas a su compañero.

-Ingenioso, debo decir.

Perdida en sus pensamientos, Xiao alzó la vista y se paralizó por completo cuando vio que los chicos ya se habían quitado ya la parte de arriba de sus prendas, mostrando sus cuerpos musculosos y bien formados. El rojo subió por toda su cara y se levantó rápido del sillón. Lo siguiente que supieron los chicos fue que eran lanzados fuera del escondite.

-¡No tienen consideración!- les lanzó las ropas y cerró de nuevo la chimenea.

Xiao cambió sus ropas y pintó su cabello todo lo que pudo. Cuando no había más pintura en la lata que pudiese terminar de pintar sus puntas se hizo un recogido que escondiese el resto y se dirigió a la puerta. Preocupada se apoyó en la chimenea.

-¿Piensas que debo hacer frente a esas personas, abuelo?

Las manos de su abuelo se posaron sobre de ella, había sentido su presencia desde hacía tiempo a sabiendas que estaba cerca.

-Debemos saber cuándo pelear y cuando no, sé que temes por esa joven más que por ti misma pero la verdad es inevitable y tarde o temprano todos deben enfrentarla.- Xiao se volvió a su abuelo.

-Sabes que nunca he querido ser el Avatar. No me importaría que alguien más tuviese el puesto.

-Entiendo que es una gran responsabilidad. Pero debes pensar, ¿a qué tipo de persona es a la que estás cediendo tu posición?

Ella reflexionó en sus palabras y asintió. Cuando salió, los chicos ya estaban listos.

-¿Nos vamos?

Alguien tocó a la puerta y se paralizaron unos segundos hasta que una suave voz femenina se escuchó del otro lado.

-Vengo de parte del líder para guiarles a la salida.- musitó la mujer y al abrir la puerta vieron a una mujer mayor con el uniforme de las sirvientas.- Me llamo Doulah, soy la jefa de sirvientas del Parlamento. No se preocupen, los sacaré de aquí muy pronto.

Caminaron detrás de la mujer. Iroh se cubrió la cabeza casi en su totalidad con una bandana ya que su piel pálida llamaba más la atención. Xiao sintió frío, quizás por el uniforme o porque no estaba acostumbrada a esas temperaturas o quizás por los nervios. Notaron del otro lado del pasillo a Hisara caminar a un lado de Sokkah y detrás de estos estaban dos guardias del palacio para cuidar a su antiguo líder y otros dos Guardianes del Avatar.

Caminaban en sentido contrario. Xiao miró de reojo a la joven y fue que notó que esta se volvió hacia ellos. Su mirada la sintió tan fría como el hielo, pero siguió avanzando deseosa de salir de allí lo más pronto posible.

-Daremos un banquete en tu honor por honrarnos con tu presencia. ¿Cuánto tiempo dijiste que te ibas a quedar?- preguntó Sokkah desvariando un poco.

-Perdone, pero no dije que me iba a quedar. Quiero a esa chica de cabello de payaso que se hace llamar a sí misma el Avatar.

-¡Ah! Haberlo dicho antes. Allí está.- señaló hacia su izquierda y Hisara se giró rápido, nada más encontrándose con un espejo que decoraba la pared. La chica hizo una mueca que apenas parecía una sonrisa.

-Je, qué buena broma, líder.

Sokkah se rio entre dientes.

-Sólo respondí a lo obvio. No hay ningún otro Avatar además de ti. Vamos, te mostraré tu habitación y pondré a tu disposición un sirviente para que te ayude a prepararte para el banquete.

-¿Un sirviente? ¿Por qué uno? Quiero a esos tres.- señaló al grupo que apenas iba a dar vuelta al pasillo para perderse de su vista.

-Oh, pero esos son nuevos. Apenas y están aprendiendo el oficio.

-Bien, pueden aprender a servir a quienes son superiores a partir de ahora. Será un buen entrenamiento.- el grupo fue cortado por unos de los Guardianes y se detuvo. Hisara caminó en su dirección mientras que Sokkah escondió su descontento siguiéndola a una distancia prudente.- Hey ustedes.- los tres se volvieron de inmediato.- Tienen suerte, porque por hoy serán mis sirvientes.

-D-Disculpe mi señora.- Doulah se acercó a ella haciendo una reverencia y sin mirarla a los ojos.- Pero estos tres son nuevos, no le servirán para atender sus necesidades y mucho menos en las tareas básicas.- explicó de forma respetuosa. En respuesta, Hisara alzó su mano y tras un suave movimiento hizo que una corriente de aire golpeara los pies de la mujer que cayó al suelo sobre su brazo. Xiao se hincó de inmediato para ayudarla, notando que su brazo se había roto en la caída.

-¿Acaso pedí tu opinión?- se volvió a Sokkah con una sonrisa.

-Deberían educar mejor a sus sirvientes. Aplicar algunos correctivos no vendría a mal.- el anciano líder dejó atrás toda simpatía y los guardias estaban asumieron una posición defensiva detrás, pero los Guardianes también estaban atentos a cualquier movimiento.

-¿Qué significa esto?- Arokkah apareció con Borack, que no parecía tan ajeno a la escena.

-Oh, tal parece que hubo un pequeño malentendido, ¿no es verdad?

Enlai quiso decirle unas verdades a esa farsante pero Iroh le detuvo y negó con la cabeza con sutileza. Si los descubrían estarían perdidos. Xiao en cambio tenía a la señora Doulah entre sus brazos y con cuidado revisó su cuerpo al tocar con delicadeza su brazo. Así como cuando estuvo envenenada pudo ver un mapa del cuerpo de la pobre mujer encontrando a la vista el hueso roto. Doulah tenía ya huesos frágiles por la edad y hasta podía saber que incluso sus rodillas ya estaban gastadas. Se había golpeado la cadera también, por suerte no percibió fractura pero si el dolor. La mujer que apenas podía esconder su dolor derramó una lágrima que Xiao sintió hasta cuando cayó sobre su brazo.

Arokkah estaba furioso y habló con firmeza.

-No voy a permitir este tipo de comportamiento en mi Palacio. Y el decreto de hospitalidad también estipula comportarte en donde se te invita Avatar Hisara.

-Por favor, no hagas una tormenta en un vaso de agua.- habló Borack con tranquilidad.- Todo fue un desafortunado accidente provocado por el cansancio del viaje, ¿no es verdad, avatar?

-Por supuesto.- respondió ella con una sonrisa.- Puedo curarla si es posible. Mis habilidades de sanación no son las indicadas pero creo que puedo hacer algo.- se acercó un poco y Xiao sintió a la anciana temblar entre sus brazos.- Oh, vaya, parece que se rompió el brazo. Bueno, los huesos rotos no son fáciles de sanar, bien podría congelarlo aunque igual debería ver si algo más no se rompió a la caída.- mencionó con una sonrisa burlona frente a la aterrada anciana.- Es broma, no haría tal cosa. Como sea, pido disculpas por mi actitud, fue mi culpa y no tengo excusa por mi comportamiento.

-¿De verdad lo sientes?- para sorpresa de todos fue Xiao quien habló.- ¿Sientes haber lastimado a una persona indefensa que no puede defenderse?- apoyó a Doulah en una columna.- Ser Avatar no da derecho a nadie de pasar sobre de otros.

Se hizo un silencio que apenas y fue roto con una leve brisa que pasó entre ellos. Hisara chasqueó los dientes.

-Tal parece que aquí no saben como educar a sus criados.- Xiao respiró profundo no entrando en provocación.

-Mis señores le pidieron que se fuera. Usted ya no es considerada una huésped en este lugar.

Sokkah dio un paso al frente.

-Eso mismo. Le abrimos las puertas mostrando nuestra hospitalidad a pesar de la ridícula petición, pero yo cuido a mi gente y no permito que nadie les falte al respeto así, ahora te pedimos que te marches y no regreses.

Hisara iba a decir algo pero Borack le detuvo alzando su mano.

-Una disculpa por la imprudencia mis señores. Nos marcharemos, pero aun así debemos terminar la inspección para saber que no nos están mintiendo. No querrán que empiecen a formarse roces con el Loto Blanco y el gobierno de las otras naciones.- sabían que no podían negarse. Incluso Xiao pudo notar el aprieto en que se meterían pero lo peor sería si la encontraran, ¿no? Estaba tan ensimismada en sus pensamientos que perdió en cuenta a Hisara hasta que la tomó de las ropas para alzarla y quedar de puntillas, así de grande era su diferencia de estaturas.

-¿Tú no habrás visto a una chica con un ridículo y horrendo cabello rojo?- Xiao intentó ver dentro de sus ojos algo de compasión, pero sólo sintió su arrogancia y su soberbia de forma tan intensa como el vinagre.

Un Guardián apareció e hizo una reverencia de rodillas a la Avatar y al líder del Loto Blanco.

-Mis señores, hemos revisado el lugar. No hay señal de la chica de pelo rojo.

Hisara se volvió a Borack que acarició su barbilla.

-Extraño, siendo que algunos dijeron haberla visto bajar del barco.

-¿Cómo es posible que no esté? ¡Tiene que estar!- gritó soltando a Xiao y perdiendo al fin su máscara de amabilidad. Se dirigió hacia Sokkah pero su hijo se interpuso.- La están escondiendo, sé que así es.

Arokkah se cruzó de brazos sin decir palabra alguna. Sohhak dio un paso a un lado para poder contemplar a la supuesta avatar perder los papeles.

-Creo que ya es hora de que te marches, jovencita. Y has el favor de no regresar.

Se dio la vuelta y comenzó a caminar dejando que su hijo se hiciera cargo de todo. Hisara estaba respirando fuerte, apretando los puños y sus ojos inyectados en sangre. Xiao tuvo un horrible presentimiento, Enlai y Iroh parecieron leer el ambiente al igual que Borack que tomó a la avatar del hombro para que se tranquilizara.

-Nos retiraremos por ahora, pero quiero que sepan que esta ofensa no pasará por alto.

-Lo mismo digo. El Loto Blanco puede tener influencia, pero nosotros también.- Arokkah arrastró sus palabras en una clara amenaza.

Borack guio a la joven hacia el pasillo, pasando por donde los jóvenes que ayudaban a la anciana. Parecía que el peligro había pasado. Sin embargo, el silencio que se ciño sobre de ellos puso a Xiao nerviosa, sintiendo su cuerpo tenso cuando ella pasó a su lado. No hubo ataque, no hubo más palabras, pero su mirada la apuñaló como haría un cuchillo. Se retiraron sin más, pero no sería todo.

La tarde cayó y pudieron ver por los alrededores a los Guardianes del Avatar, habían dejado el palacio pero no la ciudad. El grupo de jóvenes se escondía en la sala secreta, Xiao todavía no se quitaba el tinte del cabello. Pronto, los dos líderes aparecieron.

-Díganos que traen buenas noticias.- pidió Enlai.

-Me temo que no es así.- respondió el líder que invitó a los chicos a sentarse en la mesa redonda del centro.- Están vigilando la zona, incluyendo las costas.

-O sea que si Xiao pone un pie fuera del lugar su integridad estará en peligro.- aseveró Iroh mirando a la chica que tenía la mirada abajo.

-Por suerte para ustedes, hay forma de salir de aquí sin ser vistos. Cuando el Parlamento se fundó, mi padre ordenó crear en secreto unos túneles que los llevan fuera de la ciudad donde un bote les aguarda. Será fácil para ustedes marcharse sin ser vistos.

-¡Haberlo dicho antes!- exclamó Enlai.- No es que me queje pero, ¿qué rayos le pasa a esa chica? Tiene ojos de loca.

-También estarías enojado si alguien apareciera y robara tu título. Pero te doy la razón, es inestable.- explicó Iroh. Sokkah no dejaba de mirar a Xiao que permanecía encerrada en sus pensamientos mientras discutían y se quejaban. El anciano se acercó a la joven y le tendió su mano.

-¿Te gustaría despejarte un poco?

Sus palabras le sorprendieron pero aceptó en silencio dejando a los chicos hablando con el líder. Sokkah la guio por el enrevesado lugar, no pensó que el lugar fuera tan grande.

-¿A dónde vamos?

-Ya lo verás.

Abrió una puerta y al ver el interior Xiao quedó maravillada al encontrarse con un pequeño jardín iluminado con rocas luminosas azules con un estanque que rodeaba este y una banca frente a esta, no había techo en ese pequeño espacio y las estrellas brillaban intensamente ante la ausencia de la Luna. Xiao ayudó a Sokkah a recorrer el puente para cruzar el estanque y se sentaron en la banca observando el agua que reflejaba las estrellas.

-Este lugar lo hice para mi amigo Aang. A veces cuando venía y se sentía abrumado necesitaba relajarse.

-¿Cómo era el avatar Aang?- preguntó curiosa.

-Todo un pacifista y era muy sabio, siempre evitaba los conflictos pero ayudaba a resolverlos de forma justa. Poderoso, valiente e implacable cuando tenía que pelear y siempre procuró por el bien de este mundo.

-Wow, suena como un gran Avatar. No como un cobarde como yo que ni siquiera quiere ser el Avatar.- expresó con amargura.- Qué genial sería ser como él.

-¿Bromeas? ¡Aang tenía millones de defectos! Era un bufón, casi nunca le decía sus verdades a la gente, ¡y era vegetariano! … Pero también tenía muchos demonios.- expresó con más seriedad y nostalgia al recordar a su amigo.- Demonios a los que tuvo que enfrentar antes de enfrentarse con el mayor mal de todos y salvar a las cuatro naciones.

-Pero yo no quiero ser el Avatar.- expresó casi al borde del llanto.- Desde que tengo memoria cosas malas han pasado por eso. El Loto Blanco no ha dejado de cazarme junto con otros psicópatas, mucha gente ha salido lastimada por mi culpa y todos esperan que salve al mundo. Y siento que si llego a aceptar quién soy perderé todo lo que me hace feliz, mis sueños, mi futuro… todo.- cubrió su rostro con sus manos, incapaz de seguir aguantando el llanto.- No soy valiente… soy sólo una cobarde que desea escapar.

Sokkah colocó su mano temblorosa sobre su cabeza. No podía adivinar todo por lo que había pasado y mucho menos ponerse en sus zapatos, pero entendía a la perfección sus miedos.

-Sabes, cuando él se enteró que era el Avatar su mundo se derrumbó y tuvo tanto miedo que escapó del Templo del Aire y terminó congelado por cien años y ni eso le ayudó a escapar de la guerra. Tuvo que aprender que no podía huir para siempre y tuvo que aceptar quién era y ser quien terminara con la guerra para volver a unir a las naciones en armonía… aceptó ser un símbolo para todos.- dijo con una sonrisa.- Nadie te está pidiendo salvar al mundo, el Avatar es un símbolo de esperanza para todos y al mismo tiempo para sí mismo.

Xiao alzó su rostro lleno de lágrimas y mocos.

-Pero si me doy a conocer, ¿qué será de mis sueños? La gente esperará mucho de mí y no quiero vivir a las expectativas de los demás.

-Nadie te está pidiendo renunciar a tus sueños o esperanzas. Al contrario, para conseguir lo que buscas debes pelear por ello, aférrate a lo que deseas y no lo sueltes. Nada es fácil en esta vida pero ten en cuenta que nada se consigue sin pagar un precio.- limpió torpemente sus lágrimas.- Además, como Aang no estás sola en tu camino.- señaló hacia el puente y allí vio a sus amigos observarla preocupados. Ellos se acercaron y sin decir palabra alguna Enlai se sentó a un lado rodeándola con su brazo y Iroh se hincó tomando su mano con ternura, su compañía le hicieron sentirse mejor porque ellos ya no la juzgaban como el Avatar, ahora ellos sólo veían a Xiao, la chica que le gusta cocinar y beber té.

Sokkah sintió una enorme nostalgia cuando vio al grupo, por unos segundos se vio a él, a Aang y a Katara en los inicios de su largo viaje.

Arokkah se acercó al grupo.

-Todo está listo. Será mejor que se marchen esta noche.- Sokkah suspiró a sabiendas que tenía que decirle adiós a aquella joven.

-No.- dijo Xiao limpiando sus lágrimas y levantándose de su asiento.- Voy a enfrentarla.

-¿Qué dijiste?

-¿Estás segura?- preguntaron los chicos.

-Siempre quise deshacerme del título del Avatar y cederlo a alguien más, pero no pienso dejarle este a una persona con un corazón tan cruel como ella. Además…- usó algo de agua control con el agua del estanque y lo pasó por su cabeza retirando con este el tinte de su cabello.- Se atrevió a insultar mi color de cabello.

Sokkah rio entre dientes mientras que su hijo rodó los ojos.

-Patea su presumido trasero.- le animó Enlai.

-Nosotros te apoyaremos.- dijo Iroh.

Xiao se sintió mejor. Mañana sería un día difícil y tal vez el comienzo de más calamidades en su camino pero les haría frente sin importar qué.

Hisara llegó acompañada de Borack y sus Guardianes. La tensión se cernía en cada rincón del palacio. Los guardias permanecían alertas y ocultos, sólo el sonido de sus pasos era escuchado por los pasillos hasta llegar al centro de los jardines donde la vio. En el centro de una arena circular de roca y rodeado de un camino de agua y puentes marcando los cuatro puntos cardinales, Xiao la esperaba, su némesis, la falsa avatar.

-Hasta que te dignas a aparecer.- dijo con burla al estudiarla bien. Era más pequeña que ella y por supuesto, lucía más débil.- ¿Así que sí la tenían escondida? No sé qué pensar de ustedes.

-Abstengo mi derecho a declarar sin un abogado presente.- gruñó Sokkah desviando la mirada.

-Sólo cumplíamos con el tratado.- respondió Arokkah.- Proteger y ayudar al Avatar.- la sonrisa de Hisara desapareció siendo reemplazada por una mueca de disgusto. Borack se puso de su lado.

-Eso ya lo veremos. La legítima Avatar les enseñará a quien deben rendir pleitesía.

-A nadie.- respondió Xiao para sorpresa de este.- No por ser la Avatar se le debe rendir ceremonia. El título no la hace parte de la realeza a pesar de su actitud prepotente.

Enlai e Iroh sonrieron por sus palabras. Sokkah se acercó y golpeó el suelo con su bastón.

-Esta jovencita quiere arreglar las cosas de forma pacífica, pero si no es el caso, quiere dejar en claro que no permitirá semejante abuso de poder por su parte y que deberán marcharse de aquí sin demora alguna.

Borack miró a Xiao, estudiándola con atención y luego a Hisara que sonreía ante la oportunidad que se le estaba presentando.

-Me temo que no podrá ser de forma pacífica.- Sokkah emitió un leve gruñido entre sus labios antes de mirar a Xiao que asintió.

-Que así sea entonces.

Los guardias aparecieron manteniendo cierta distancia sobre los techos o detrás de las columnas. Los Guardianes se pusieron en guardia y Arokkah dio un paso al frente.

-Se realizará un combate entre ambas y nadie puede intervenir. El vencedor será aquel que ya no pueda pelear, sea sacado de este espacio o incluso se rinda. Y quien pierda dejará el título a la verdadera Avatar.

-Me parece perfecto.- Hisara saltó a la arena usando aire control y quedando del otro extremo encarando a su enemiga.

Xiao les lanzó a sus amigos su chaqueta ya que necesitaría toda la movilidad posible.

-Ten cuidado, puede tener algunos trucos bajo la manga.- le advirtió Enlai.

-Lo sé, tendré cuidado.- Iroh, a pesar de su ceño fruncido, parecía preocupado.

-No te contengas. Porque ella no lo hará contigo.- ella asintió y al voltear vio que Hisara lanzaba su chaqueta como ella mientras la veía con una sonrisa. Los guantes oscuros como vendajes cubrían sus brazos musculosos y Xiao sintió que sus brazos eran fideos a comparación de los suyos.

Las dos se pusieron en posición, Hisara con los puños al frente y Xiao con sus manos extendidas y su pierna levemente hacia al frente.

Arokkah alzó su mano arriba y la bajó como un hacha.

-¡Comiencen!

Hisara y Xiao atacaran al mismo tiempo. Hisara con una bola de fuego enorme mientras que Xiao con una patada de aire. El aire cálido golpeó ante el choque de ambos ataques. Hisara no perdió tiempo y fue contra Xiao que comenzó a usar el agua para intentar bloquearla, pero Hisara se movía rápido hasta que llegó donde ella e intentó golpearla con un puño de aire que fue esquivado al tiempo que elevó una columna entre ambas mas Hisara también esquivó el ataque.

Todo el mundo estaba impresionado, ambas chicas en serio tenían control sobre los elementos aunque sus estilos eran por completo diferentes. Hisara era más agresiva, Xiao en cambio sabía aguardar.

Hisara pisó con fuerza elevando una gran roca que lanzó contra Xiao que aguardó hasta que la piedra estuviera cerca de ella, pisó también elevando un pico que destruyó la piedra de un golpe certero, para después golpear el suelo con sus palmas haciendo que cada piedra se moviera como una ola que desequilibró a Hisara y Xiao entonces aprovechó para lanzar una patada de fuego al levantarse. Hisara apenas y pudo poner algo de agua entre el ataque para bajar su poder pero las llamas igual la golpearon y cayó al suelo de sentón.

Las exclamaciones de los Guardianes se elevaron, sólo Borack, que mantenía sus manos juntas detrás de su espalda en una pose tranquila.

-¡ESO ES!- gritó Enlai.

Iroh no compartía la misma emoción que Enlai, mirando con atención las emociones de cada persona presente, incluyendo de Hisara que parecía conmocionada.

Estaba en el suelo, era la primera vez que estaba en el suelo. No podía creerlo. Y la persona que la había dejado en el suelo era… esa farsante.

Con los dientes apretados se levantó y volvió a colocarse en posición. Xiao le aguardaba, pero Hisara tenía sus propios trucos. Comenzó a elevar rocas contra ella. Xiao se movía esquivándolas sin notar que Hisara movía una de sus manos sobre el agua combinando rocas con esta, cuando elevó una columna contra Xiao que no tuvo de otra que saltar, lanzó el ataque dándole justo en la cara y que la hizo caer al suelo. Xiao se resintió, pero Hisara no perdió tiempo y fue a por ella lanzando bolas de fuego con sus puños. Xiao intentó defenderse a pesar de todavía resentir el golpe que golpeó su ojo levantando un muro de piedra que fue atravesado fácilmente por la fuerza bruta de Hisara haciéndola trastabillar de la sorpresa y fue que Hisara usando agua y hielo la golpeó con una gran ola hasta dejarla en la orilla. Hubiese salido, pero Xiao había puesto su mano en el suelo y envuelto su mano con la roca del suelo.

-¡Hey! ¡Ese fue un truco sucio!- gritó Enlai, incluso Iroh se sintió molesto y apretó los puños obligándose a mantenerse en su sitio aunque pudo sentir la mano de Sokkah sujetar su brazo.

-Tranquilos. Que esta niña todavía no ha perdido.

Xiao tosió algo del agua y se levantó, fue que notó una leve línea de sangre sobre su ceja que limpió con sus dedos.

-¿Esto es todo lo que tienes? Voy a acabar contigo pequeña sabandija.

Xiao no respondió a la provocación, respiró profundo al tiempo que Hisara lanzó hacia ella un tornado con su puño. Movió sus manos adelante y atrás y entonces el agua detrás de ella se alzó formando un escudo de hielo que la protegió del ataque; fue tan rápido que incluso Borack no pudo ocultar su sorpresa. Comenzó a moverse casi como si bailara y el hielo volvió a su estado natural rodeándola mientras se movía hacia Hisara. Hisara comenzó a lanzar bolas de fuego, rocas, e incluso más ataques de viento y agua, pero de alguna manera cada ataque era repelido, el fuego se extinguía sin siquiera tocarla, esquivaba las rocas con facilidad, y las corrientes se destruían junto con el agua. Fue que Arokkah y Borack notaron su estrategia, estaba usando el frío a su alrededor, agua y aire. Al mover las manos no sólo se protegía de los ataques, sino que también concentraba el aire húmedo y helado mientras el agua del cauce a su alrededor se movía en pequeñas olas que mojaban el campo de pelea. Y mientras Hisara seguía atacando, no se dio cuenta del hielo que se formó bajo sus pies hasta que Xiao al fin congeló el suelo haciéndola caer igual a como hizo caer a la señora Doulah.

Esta vez fue Xiao quien no le dio cuartel.

Golpeó el suelo golpeándola en el estómago con una columna que la elevó hacia el suelo y usando aire control se elevó para darle un buen golpe doble de fuego que la hizo caer con fuerza en el suelo, para terminarla usó el agua congelando así a Hisara que estaba por completo inmovilizada, su rostro era lo único expuesto. Tras unos momentos, Hisara todavía intentaba moverse pero era inútil, estaba atrapada.

Arokkah alzó su mano en favor de Xiao.

-La vencedora.

-¡ESO ES!- gritó Enlai que le reventó el oído a Iroh, por suerte Sokkah ya estaba medio sordo de ese lado.

Xiao no sonreía. Ante los ojos de todos era la Avatar, incluso los Guardianes guardaron silencio sorprendidos o tal vez porque así eran. Tras unos momentos decidió que aquello no podía terminar así. Derritió el agua y libero a Hisara que quedó arrodillada en el suelo. Se acercó a ella y le extendió su mano.

-Debo decir que estoy sorprendida de encontrar a alguien como yo. Con mucho gusto te hubiese cedido ser la Avatar.

-Tú… ¿cómo es posible? Yo soy la Avatar, ¿cómo?- escupió con desdén pero Xiao le sonrió gentil.

-Yo tampoco entiendo cómo puedes controlar los elementos, pero podemos hablar de ello de forma civilizada. Todavía podemos arreglar esto con una taza de té y algunos bocadillos. ¿Qué dices?

Hisara respiraba con fuerza y miró la mano de Xiao extendida hacia ella. Con cierta duda alzó su mano hasta que sujetó la de ella. Xiao sonrió feliz y jaló un poco para ayudarla a levantarse pero Hisara era algo pesada y con un agarre fuerte… demasiado.

-¿En serio crees que esto ha terminado?

Antes de poder siquiera procesar sus palabras, Hisara la jaló y su puño golpeó su codo dislocando su hombro en el proceso.

-¡AAAAAAAAAHHH!

El grito de dolor de Xiao se alzó y quedó en el suelo con lágrimas que comenzaron a brotar de sus ojos mientras se retorcía de dolor.

-¡XIAO!- gritó Enlai pero Iroh fue el primero en ir contra Hisara, saltando el puente y lanzando un ataque de fuego que fue bloqueado por Borack.

-No tan rápido.

Pronto, aquello se volvió un campo de guerra. Los guardias y guardianes se encararon unos a otros. Arokkah se colocó en posición para proteger a su padre que estaba indignado ante lo que acababa de presenciar.

-¡Eso no es justo! ¡La pelea había terminado!

-¡Cierra la boca viejo! ¡Yo SOY quien decide cuándo termina!

-Eres una hija de…- Enlai intentó atacar pero tenía ya encima a dos guardianes que esperaban su ataque.

Xiao seguía en el suelo, sollozando ante el terrible dolor que estaba sintiendo y que empeoró cuando Hisara puso su pie sobre su hombro y comenzó a retorcer con una sonrisa sádica.

-No me puedo creer que la gente pensara que tú eras la legítima Avatar. ¡Eres débil! ¡Estúpida! ¡Un error que no debería existir!- con cada insulto la pisoteaba con fuerza. Iroh intentó llegar donde ella con desesperación pero Borack le detenía. El hielo en el campo se rompió con los golpes e incluso algo de la roca- Alguien como tú simplemente debería de desaparecer. ¡NO SIRVES!- y con eso la pateó con fuerza hasta casi al borde.

Xiao tenía una línea de sangre en su boca y lágrimas en sus ojos, una visión que hizo que Enlai atacase sin piedad a los guardianes que intentaban contenerlo y que hizo que Iroh sacaras espadas que encendió furioso.

Sentía tanto dolor en todo su cuerpo, el dolor de su brazo se extendía en cada fibra de su ser y no podía evitar llorar por ello y por lo injusta que era la vida con ella. ¿Por qué tenía que pasar por todo esto? ¿Por qué ella tenía que ser la Avatar cuando había alguien más? ¿Por qué ella? Parpadeó retirando varias de las lágrimas que todavía no se derramaban y lo que vio fue caos. Gente peleando entre sí, divididos, sus amigos intentando llegar hasta ella mientras gritaban su nombre que apenas escuchaba debido al palpitar de sus oídos…

-Abuelo, ¿por qué la gente pelea?- preguntó de niña a su abuelo mientras se calentaba frente a la chimenea de su casa con su abuela que estaba dormida en su sillón y el abuelo se mecía en la mecedora.

-La gente pelea para defender su punto de vista. Todos tienen distintas formas de pensar y para algunos es difícil aceptar las creencias de cada uno.

-¿Y no pueden arreglarlo con una taza té?- él rio.

-Ojalá las cosas fueran así de fáciles, muchas guerras se hubiesen evitado. Pero las diferencias llevan al conflicto, este puede llevar a la violencia y lastimosamente eso lleva al dolor.

-No me gusta pelear.- se quejó encogiéndose dentro de su manta.

-A mí tampoco, pero en este mundo hay gente que por llevar a cabo sus ideales o ambiciones lastiman a otros. Allí es cuando debemos dar la cara, para defender lo que es correcto y a nuestros seres queridos, aunque debas patearles el trasero para ello.- se rio un poco, Xiao se levantó, caminó hacia su abuelo poniéndose sobre sus rodillas y cerró los ojos sintiéndose segura al momento en que él puso su mano sobre su cabeza.- Recuerda bien esto, pelear no tiene nada de malo si es por las razones correctas y proteger la felicidad y el amor.

Hisara comenzó a acercarse a ella, moviendo el agua con sus manos que formaron estalactitas en el aire.

-Es hora de acabar con tu miseria de una buena vez. Despídete pequeño error. Ahora yo soy la única Avatar.

-¡XIAO! ¡NOOO!

-¡XIAO! ¡LEVÁNTATE!

Gritaron Enlai y Iroh que estaban en sus propias batallas. Xiao se apoyó en su antebrazo sano con la mirada en el suelo. Su respiración comenzó a ser profunda a la vez que sus lágrimas y alguna que otra gota de sangre caían al suelo. Y entonces lo sintió, su cuerpo, cada extensión, cada conexión, y con ello su brazo, encontrando sus huesos rotos y fuera de lugar. Cuando Hisara lanzó las estalactitas, la concentración de Xiao dio sus frutos y su hueso se acomodó así como el hueso roto haciendo que lanzara un alarido de dolor pero giró en el suelo justo a tiempo para sorpresa de Hisara y del resto. La miró con su ojo entreabierto y el vaho salía de su boca cubierta de sangre.

-En tus sueños.

El agua alrededor de la arena se alzó tan alto que hizo que todos se detuvieran unos instantes al ver la escena. El agua cayó dentro de la arena golpeando a Hisara, Xiao aguantó la respiración y formó un torbellino dentro de la arena que movió a su contrincante de un lado a otro hasta que se aferró al suelo de la arena y pudo ver alrededor de Xiao cómo el agua brillaba sanando sus heridas lo más rápido posible. Dentro de su cuerpo, el hueso fue unido con su sangre así como los ligamentos de su hombro. Al fin sintiéndose mejor, Xiao pisó fuerte y alzó sus manos alzando el toda el agua fuera de la arena, sin embargo esta volvió a caer formando para sorpresa de todos una garza de agua, de filoso pico de hielo y majestuosas alas con puntas de estalactitas heladas que protegía a la avatar Xiao que se colocó en posición de ataque. Con un movimiento de sus manos lanzó la garza que rodeó el campo, las puntas congeladas de su ala rozó de las orillas del campo al acercarse a Hisara que rápidamente lanzó fuego a este pero la garza se dividió en pequeñas aves que le golpearon con fuerza y congelaron en parte. Xiao alzó dos rocas entre sus manos y las hizo girar sobre sí mismas lanzándolas contra Hisara que intentó detenerlas pero el movimiento circular de estas hizo que se les escapara de sus manos y no pudiera esquivar el ataque que le dio de lleno.

Hisara lanzó sus puños de viento pero Xiao extendió alrededor de ella un anillo de viento que bloqueó sus ataques. Desesperada, Hisara envió una ola hacia ella usando toda el agua que había alrededor, pero Xiao nose inmutó. En sus manos las llamas que aparecieron pronto rodearon sus brazos y sus piernas, corrió entonces contra la ola y la atravesó por el medio yendo contra Hisara que intentó contraatacar usando rayo control, las manos de ambas se unieron y los elementos lucharon entre sí, fuego y trueno.

-¡No me vencerás! ¡Yo soy más fuerte!- Hisara era más fuerte físicamente, pero Xiao no estaba dispuesta a rendirse.

-Despierta de una vez…

Cerró los ojos un momento y al abrirlos le mostraron el brillo del estado Avatar a su enemiga que sintió el cambio entre ambas. Con un grito el fuego de sus brazos aumentó al combinarlo con aire, pero también usó la tierra para apoyarse en el suelo y el agua para congelar alrededor en un segundo. El brillo en los ojos de Xiao se intensificó.

-Puede que tengas los cuatro elementos, ¡pero no tienes el corazón para hacer uso correcto de ellos!- Hisara sintió que Xiao se volvía más fuerte y empujar sus brazos.- Tu no eres el Avatar. ¡YO SI!

Y con esto el fuego se intensificó cubriendo los brazos de Hisara que fue lanzada como un disparo contra una de las columnas.

Los elementos rodearon a Xiao que miró alrededor a los Guardianes y al miembro del Loto Blanco que se habían detenido. Sin embargo, ella no estaba satisfecha. Girando sobre sí misma el fuego se transformó en un largo dragón que la envolvió unos momentos antes de ir sobre la gente. Todos se asustaron, pero las llamas de dragón no afectaron a los guardias del parlamento ni a sus amigos. El dragón rugió feroz tras acorralar a sus enemigos y desapareció poco después. Xiao se acercó más algo de viento seguía alrededor de ella, elevando sus trenzas mientras miraba al miembro del Loto Blanco que estaba en su sitio clavado, tenía miedo, no podía esconderlo. Ella dio un paso a su dirección y sintieron el suelo temblar.

-De rodillas.- ordenó ella.

-¿C-Cómo?- preguntó él que sonrió de lado.- ¿No dijiste que al Avatar no había que rendirle pleitesía?

-Esto no es para mí. Sino para ellos.- dijo alzando su mano pasándola alrededor.- Ellos a los que han faltado al respeto. Y después de eso se marcharán y no van a volver aquí, dejando en paz este lugar y a su pueblo. O si no… - el viento que expulsó puso nervioso a Borack.- Verán lo que es de verdad una Avatar furiosa.

Todos se arrodillaron, incluyendo Borack que se arrodilló frente a los líderes que se mostraron más que disgustados.

-Saldrán de esta tierra y no van a volver.- declaró Arokkah.- Y mandaremos un mensaje explicando lo sucedido. Borack no pudo decir nada ante la humillación por lo que tuvo que ceder. De repente, Enlai señaló algo extraño.

-Hey, ¿qué es eso?- señaló en dirección a Hisara. Xiao retiró el Estado Avatar y al volverse quedó tan confundida como los demás. Los guantes hechos de vendajes de Hisara se habían deshecho, mostrando bajo esta la tela delgados cables que comenzaron a hacer corto circuito, y sus manos estaban cubiertas por lo que parecían garras metálicas pero en el centro de la palma había una especie de cristal rojo que estaba ya cuarteado.

-Yo conozco eso.- musitó Iroh con sorpresa.- Es una nueva tecnología que se intentó desarrollar hace muchos años. Sirve para dar al usuario el poder de controlar un elemento como si fuese de verdad un maestro usando una especie de ondas o energía.

-Usa distintos tipos.- respondió Arokkah conocedor de ello.- Magnética, térmica, de ondas, incluso eléctrica. Fue un proyecto que se abandonó hace ya muchos años por lo peligroso que era y lo inestable. Tal parece que no abandonaron el proyecto del todo.

-Eso quiere decir que la verdadera farsante es ella.- le señaló Enlai.

Xiao estaba confundida, era la primera vez que escuchaba algo así, ¿un maestro falso? Quiso decir algo pero los Guardianes pronto se dieron cuenta de la situación y volvieron contra su antigua líder.

-¿Eso quiere decir que alguien puede hacer los elementos con eso?

-¿Entonces ella no es el Avatar?

-¿Nos han engañado todo este tiempo?

Borack se mantuvo callado con un profundo ceño fruncido.

-Yo no tenía idea de esto.- dijo zafándose de la situación.- Me la llevaré para poder explicar el asunto al consejo. Pero esto aclara muchas cosas.- hizo una reverencia a Xiao.- Siento mucho el enorme malentendido, Avatar.

Todos los guardianes miraron a Hisara con desprecio y se volvieron a Xiao arrodillándose ante ella.

-/¡Gran Avatar!/- dijeron a la vez.

-Qué hipócritas.- dijo Enlai molesto por su actitud y Iroh se colocó a un lado de Xiao y se interpuso entre ella y Borack.

-Mi abuelo estará encantado de escuchar lo sucedido hoy.- Borack escondió una mueca de frustración.

-Por favor, levántense, no tienen que hacer eso.- pidió Xiao a los Guardianes que seguían arrodillados.

-¡Aguarden!- gritó Hisara en el fondo.- Esto… Esto no es lo que creen.- se levantó tambaleante con los cables rotos colgando de sus brazos.- E-Estos son apoyos. Porque mi control con los demás elementos es débil. Por eso…- pudo sentir los ojos de todos sobre de ella, desprecio, asco, furia, decepción eran los sentimientos que podía sentir sobre de ella, pero al ver hacia Xiao, ella le miraba de otra forma era… compasión.- No me miren así…- llevó sus manos sobre su cabeza.- ¡No me miren así! ¡NO ME MIREN ASÍ! ¡YO SOY EL AVATAR! ¡No esa chica debilucha! ¡Yo soy quien ha entrenado por años para ser el Avatar! ¡Yo soy quien se ha roto huesos y lastimado con tal de proteger al mundo! ¡NO SE ATREVAN A MIRARME ASÍ!- extendió sus manos hacia ellos y de estas chispas saltaron de las palmas que pronto se transformaron en llamaradas que lastimaron a los más cercanos y alejaron al resto.- ¡CREARÉ UN NUEVO MUNDO COMO EL AVATAR! ¡NADIE SE INTERPONDRÁ EN MI CAMINO!

Las enormes flamas comenzaron a moverse hacia el grupo con una fuerza imposible de detener. Xiao actuó de inmediato y movió sus manos antes de que las llamas llegaran a ellos y a los líderes, los brazos de Hisara se paralizaron y alzó sus manos hacia el aire de la misma forma en que Xiao lo estaba haciendo.

-¡Tienen que detenerla ahora!- gritó Xiao a sus amigos. Las llamas se extendieron dándole un toque siniestro al cielo que Sokkah no veía desde la guerra contra la nación del fuego, pero lo que de verdad lo dejó sin palabras fue ver a la joven Avatar controlarla.

Iroh disparó un rayo en dirección de Hisara que la incapacitó por completo y Xiao la dejó. Pero algo sucedió. El rayo creó un corto circuito y pronto las llamas antes formadas se salieron de control y el cristal de la mano derecha explotó creando una llamarada que cubrió todo ese lado. Hisara fue envuelta en llamas, sus gritos fueron escalofriantes, pero los guardias actuaron rápido y apagaron el fuego con agua y Hisara cayó al suelo.

-No…- Xiao corrió hacia ella y la giró con cuidado, su piel sufrió graves quemaduras e incluso había perdido parte de su cabello.- M-Médico… ¡Un médico!- pidió para que alguien la curara cuando escuchó un leve quejido salir de Hisara se volvió otra vez a ella cuando…- ¡Agh!- sintió cómo la sujetaba del cuello con su mano quemada, pudiendo sentir la carne pegarse a su piel y la rigidez de los tendones. Hisara la veía con un tremendo odio.

-Tú… Tú… Farsante.

-¡Xiao!- Iroh y Enlai rápido llegaron y la alejaron de ella. Y fue que Hisara comenzó a llorar, sin poder conmover a nadie más que a Xiao que le partió el corazón al verla herida por una mentira que se convenció en creer.

Horas después, Xiao aguardaba frente a la enfermería con Enlai y los líderes. Pronto Iroh apareció

-Hice las llamadas pertinentes. Cuando esa chica regrese estará en serios problemas.

-Supongo que hacerse pasar por el Avatar para alcanzar fama y fortuna no le valdrá más.- dijo Enlai.

-Eso qué importa.- soltó Xiao que se levantó de su asiento.- ¿Qué importa todo eso si terminó herida? No entiendo por qué deseaba tanto ser yo. Yo… lo vi en sus ojos.- sus manos cubrieron sus ojos como si estuviese a punto de llorar.- Ella en serio creía que era el Avatar.

Arrokah se acercó a ella colocando sus manos sobre sus hombros. Una sanadora salió de la habitación y se acercó al grupo.

-Hemos hecho lo posible para sanar a los que sufrieron quemaduras. Por suerte la mayoría fueron quemaduras superficiales y otros apenas y les quedará cicatriz.

-¿Qué hay de la joven?- preguntó Arokkah y la sanadora suspiró a lo bajo con ceño fruncido.

-Lamentablemente presenta quemaduras de primer y segundo grado en la mitad de la parte superior de su cuerpo, necesitará cuidados especiales hasta que sane o pueda cicatrizar por completo. Nuestros sanadores estarán a su cuidado las siguientes 24 horas esperando una mejoría. Por suerte, las llamas no se extendieron más, por lo que no tendrá problemas visuales o respiratorios, aunque su movilidad podría verse limitada pero eso sólo el tiempo lo dirá.

-Nos alegra saber que se pondrá bien.- respondió Arokkah ya que Xiao sentía las palabras atoradas en su garganta.

-Xiao, ¿no quieres que te examine la sanadora?- preguntó Enlai.- Esa loca, digo, esa chica lastimó también y te rompió el brazo, ¿no? ¿Cómo es que lo estás moviendo?- la sanadora la miró extrañada.

-¿Puedo examinarte jovencita?- Xiao asintió y la llevó a otra habitación. La sanadora tenía una cantimplora de la cual sacó algo de agua y comenzó a examinarla con detalle.- Tienes algunos golpes, también puedo ver el moretón del brazo dislocado pero, tu hueso, ¿cómo es que está unido? ¿Y los tendones? Deberían estar desgarrados.

-Oh… bueno, cuando me lastimó tuve que concentrarme para ver con cuidado mi brazo, así que lo reacomodé de nuevo y formé una especie de parche que rodea el hueso y músculo. Me duele todavía así que creo que igual necesitaré una férula, ¿no?

-Nunca había escuchado de algo así… ¿Cómo?- preguntó la sanadora sorprendida.

-Sangre control.- dijo Sokkah en medio del grupo.- Usaste sangre control, ¿no es verdad?- la sanadora de inmediato dio un paso hacia atrás como si la hubiesen abofeteado. Iroh y Enlai se quedaron clavados en su sitio y Sokkah fue el único que avanzó hacia ella.- Hoy también te vi usarla contra tu oponente. ¿Desde cuándo sabes usarla?- de repente Xiao sintió como si la estuviesen juzgando.

-… Hace tiempo.- rememoró la pelea contra Zidan en la ciudad.- Me lastimaron en la mano y cuando me atacaron usé mi sangre como si fuese agua para atacar. Y he aprendido sobre el cuerpo, sus conexiones y su flujo desde entonces… hoy fue la primera vez que uso esto en mí o en otra persona.

Sokkah cerró un momento sus ojos mientras aspiró con fuerza, sus manos temblaban en su bastón. Los abrió poco después y puso su mano sobre su cabeza.

-Jamás debes usar esa técnica de nuevo. La sangre control es una técnica oscura y muy peligrosa que solamente puede causar dolor a sus víctimas e incluso perturbarlas. Promete que nunca usarás esa técnica de nuevo.

Xiao asintió prometiendo a lo bajo ante el ambiente de la habitación que se tornó tan serio como el líder. Y no era el único, Iroh también parecía de alguna manera perturbado por ello.

Le dieron a Xiao una férula que por suerte no usaría por mucho tiempo. Las costas estaban llenas de gente y se dio aviso de arribar al barco que los llevaría de regreso.

-Espero que tengan un buen viaje.- deseó Arokkah.

-Nos gustaría quedarnos más tiempo pero este viaje debe seguir.- dijo Iroh dándole un apretón de mano al líder.

-Al fin, no más nieve y hola tierra, ¡cálida y sólida!- exclamó Enlai que ya quería subir al barco. Sokkah se rio y miró al grupo con cierto cariño.

-Cuídense mucho, y recuerden, si algún día se llegan a perder en el desierto…

-/¡No debemos beber agua de cactus!/- respondieron al mismo tiempo y Sokkah rio.

-Muy bien. Están listos para enfrentar el mundo.

-Fue un honor haberles conocido.- Xiao hizo una respetuosa reverencia.- Espero volver a verles algún día.

-Igualmente, cuídense mucho en su viaje.- dijo Arokkah también haciendo una leve reverencia con la cabeza. Sokkah en cambio tomó la mano de Xiao antes de que subiera.

-Te enfrentarás a muchos retos, la mayoría serán difíciles e incluso pienses que no podrás sola, pero tienes más fuerza de la que crees y no estás sola jovencita, tienes a un buen par cuidándote las espaldas.- señaló a sus amigos y ella sonrió asintiendo.

-Sí, tengo mucha suerte.

-También…

Dieron aviso de subir al barco y Xiao se escabulló del agarre de Sokkah que parecía querer decir algo más, pero ella sabía qué era.

Una última persona encapuchada subió rápido al barco antes de que quitaran las escaleras y se escabulló por los pasillos observando al grupo que se despedía de los líderes mientras poco a poco se iban alejando.

-Creo que necesito relajarme un momento.- dijo Iroh sintiendo los hombros tensos.

-Sí, yo igual. Este sitio fue de locos, ¿no Xiao?

Xiao no les prestaba atención, estaba mirando la fotografía de su madre con atención. Cada uno de los chicos se puso a su lado.

-Al menos no nos fuimos con las manos vacías.- dijo Iroh.- Y averiguarás más cuando vayamos al norte.

-Es verdad, y las demás paradas que nos quedan harán el viaje más divertido.- sonrió Enlai y Xiao hizo un amago de sonrisa.

-Tienen razón. Ya quiero llegar y poder ver a Mu, lo extraño a morir.

-Yo no.- declaró Enlai ganándose un golpe por parte de Iroh.

Xiao rio y los chicos pronto se adelantaron a sus camarotes pero Xiao se quedó atrás mientras guardaba la fotografía. De repente, en su mente pasó el momento en que su brazo se rompió, cómo se curó y la forma en la que pudo manipular a Hisara. Cerró el puño y miró hacia la ciudad del Sur que pronto se perdería de vista ante lo que sentía era una despedida demasiado agridulce.

Las sanadoras susurraban entre sí, no deseando acercarse a la habitación donde estaba su paciente. Un par de sanadoras salieron con cuencos de aguas llenos de vendas horrorizadas por lo que estaba dentro.

-Ya verá… esto no quedará así…

Hisara siseó ante la falta de la mitad de su labio superior y el agujero que mostraba parte de sus dientes, su voz se escuchaba desde afuera.

-Esa farsante debe pagar… esa falsa Avatar no se quedará con lo que es mío...- apretó los dientes y con la vista en el techo sonrió.- Porque yo… soy el Avatar.

Y… espero que les haya gustado! Gracias a todos por leer! Dejen review, nada de tomatazos! Y sin más qué decir además que agradecería una bebida bien helada… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!