Hola a todos! Muchas gracias por pasarse a leer esta historia, espero que les guste a los que todavía siguen por ahí. Ya puestos y sin más qué decir… COMENZAMOS!

….

Capítulo 13.

Muralla en peligro.

El grupo llegó pronto a la entrada de Ba Sing Se, la legendaria Gran Ciudad Muralla.

-Wow, es increíble.- musitó Xiao ante la magnífica ciudad.- Enlai se le adelantó con una gran sonrisa.

-He venido a Ba Sing Se un par de veces cuando era niño. Y admito que me interesó su historia pero más que nada…- señaló entonces una gran estatua donde estaba un hombre musculoso pero anciano.- Porque la ciudad llegó a su punto más alto gracias al más poderoso maestro tierra de su época, claro, antes de que llegara Toph, la legendaria maestra del metal control, ¡el rey Bumi!- Amarillys dio un paso adelante señalando la gran estatua.

-Hay estatuas de los grandes guerreros que salvaron a la ciudad, pero la más grande es la del rey Bumi. Después de que la ciudad fuera invadida, el rey Bumi viajaba entre Omashu y Ba Sing Se para ayudar al rey Tierra con sus responsabilidades, incluso el rey tomó como ejemplo la ciudad de Omashu y mandó a construir canales que atravesaban la ciudad. Los sucesores intentaron seguir el ejemplo del rey Bumi que murió unos pocos años después del fin de la guerra. Además, tristemente la ciudad de Omashu desapareció debido a un terremoto y sus habitantes fueron bienvenidos a la ciudad gracias a la memoria de su rey. Y por eso edificaron la estatua al gran protector y guía de la ciudad, incluso, las guerreras Kyoshi y los Dai-Li le rinden respeto a su memoria.

-¿Dai-Li?- preguntó Kerion que como Xiao parecía igual de confundido. Iroh fue quien continuó.

-Los Dai-Li eran como la fuerza secreta en Ba Sing Se hasta que desaparecieron debido a la traición por aliarse con el Reino Fuego cuando sitiaron la ciudad en los últimos meses antes de que terminara la guerra. Todos ellos fueron revocados de sus cargos y por encima de ellos las guerreras de Kyoshi se volvieron las guardianas de la ciudad quedando ellos como meros oficiales del orden.

-Las guerreras de Kyoshi son ahora la fuerza principal.-explicó Amarillys.- Y son muy peligrosas.

-Kyoshi, ¿se refieren a la Avatar Kyoshi, no?- preguntó Xiao.- Vi ilustraciones de ella, ese maquillaje y esos abanicos…

-¡A que son geniales!- exclamó Amarillys.- Claro, no cualquiera puede volverse una guerrera Kyoshi.- dijo con cierta desgana.- Pero son muy habilidosas, con el paso del tiempo han admitido maestras tierra, fuego, agua en sus filas, pero las peligrosas son aquellas que pueden bloquear tu chi.

-Oh, he leído sobre eso.- dijo Enlai.- Escuché que golpean tus puntos de presión y te dejan por completo inutilizado. Muchos maestros han dicho que lo peor que podría pasarles sería conocer a un maestro de bloqueo del chi.

-Debido a que las guerreras Kyoshi se volvieron la fuerza principal los Dai-Li sólo son oficiales del orden, aunque se dice que varios de estos siguen protegiendo la ciudad intentando limpiar el nombre de sus familias a pesar de los años.- comentó Amarillys.

Xiao se quedó unos momentos viendo la estatua del rey Bumi y sonrió ladeando un poco la cabeza. En ese momento escuchó un ruido conocido, el sonido de un tren que pasó sobre el muro.

-¿Un tren?

-Es un tren de turistas.- explicó Amarillys.

-Te deja ver toda la ciudad, yo subí a este cuando era niño.- presumió Enlai.

-¡Qué pasada!- exclamó la pelirroja.- Bien, próxima parada ¡el Dragón del Jazmín!- antes de dar un paso Iroh interpuso su brazo deteniéndola en el camino.

-Sabes que hay cosas más importantes que beber té.

-Ha sido un largo viaje, ¡déjame vivir!- se quejó como una niña pero poco le importaba, en serio quería su té. Quería decir más pero la expresión de Iroh le hizo ver que no iba a aceptar réplica alguna. De ser un gato tendría las orejas caídas, incluso Enlai, Kerion y Amarillys le parecieron verle unas.

-Tendrás tu té cuando termines tu misión. Es deber del avatar proteger de otros. Y si quieres té, sólo coge las hojas de un árbol y hiérvelas. No haría gran diferencia.

Xiao siseó con el cabello erizado y casi le rasguña furiosa pero este igual la arrastró para seguir su camino.

Amarillys iba a la cabeza mientras más se adentraban en la ciudad comenzaron a notar cierta dejadez.

-Poco después de que la reina Tin-Min entró al poder ciertas partes de la ciudad comenzaron a presentar problemas.- explicó la joven de moños.- Los servicios antes dados de preservación y ayuda terminaron por desaparecer, la pobreza también fue incrementando y poco a poco esas zonas quedaron vacías ante la falta de oportunidad, empleo o…-se detuvo al ver a dos niños llorando en una esquina, se les veía muy desnutridos.- Comida.- la escena les rompió el corazón, más que nada a Xiao. Uno de los niños, el más pequeño comenzó a llorar y el otro intentaba por todos los medios de consolarlo. Amarillys bajó la mirada.- Y mientras esto va esparciéndose como una infección, la reina llena la bóveda real. Sólo un antiguo rey puede sacarla de su puesto de forma inmediata sin necesidad de llegar a juicio, pero el antiguo rey falleció poco después de su retiro.- apretó los puños furiosa cuando el sonido de una biwa llamó su atención, Xiao lo había tomado prestada de un puesto, o más bien alquilado, y comenzó a acercarse a los pequeños.

Hojas de vid

Viento sopló

Cayeron frágiles

Y con gran honor.

Mi soldado hoy

Ya regresó

Muy valiente ha sido él

Ya regresó.

Los niños sonrieron pero lo que de verdad les hizo sonreír grandemente fue que Xiao les regaló dos paquetes que debían ser parte del almuerzo del grupo. Los niños rápidamente lo tomaron y se alejaron al fondo del callejón para comer.

Amarillys al ver eso sintió deseos de llorar.

-De verdad que es como dicen, el avatar es maravilloso.

-Xiao.- le corrigió Enlai.- A ella no le gusta que le digan que es la avatar.

-¿Y eso por qué?

-Eso no me corresponde a mí contarlo. Pero su bondad es cosa de ella, no porque sea el avatar.- Iroh frunció un poco el ceño ante las palabras de Enlai. De repente una serie de gritos se escucharon a lo lejos.

Se dirigieron hacia donde escuchaban todo el ajetreo acompañado de tambores y no tardaron en ver a un grupo de gente manifestándose por una de las calles principales. Quien iba al frente era una mujer que llevaba un altavoz.

-¡No seguiremos aguantando esto! ¡Abajo la reina Tin-Min! ¡Un nuevo gobierno debe de reinar!

Las personas llevaban enormes pancartas con fotos de la reina tierra, una mujer mayor cuyo rostro parecía haber sido chupado por un limón y los tres grandes moños sobre su cabeza no le ayudaban.

-¿Esa es la reina de tierra?- preguntó Kerion y Iroh arqueó la ceja.

-La última vez que la vi fue hace tres años y… pesaba como 200 kilos.

-Se nota que la dieta le funcionó de maravilla.- soltó Enlai sorprendido hasta que notaron varias figuras correr sobre los techos cercanos.

Pronto estas cayeron revelándose como guerreras Kyoshi. La líder rápidamente dio la orden.

-¡Atrapen a los alborotadores!- pronto un muro de roca se alzó y algunas comenzaron a atacar a los civiles hostiles bloqueando su chi y reduciéndolos con movimientos hechos con sus abanicos. Pronto la fuerza del orden llegó en camiones pero sólo para arrestar a los civiles que no pudieron escapar y subirlos a los vehículos.

-Wow, pero qué destreza.- admitió Kerion encantado de ver a tan hermosas mujeres luchar y con un claro sonrojo que le llegó hasta las orejas.

-¿Verdad que sí?- admitió Amarillys pero al darse cuenta de la situación empujó al grupo en una esquina para que ellas no les vieran.- Lo siento, es que en estos momentos… no creo que sea prudente que me vean.

-¿Y por qué es eso?- preguntó Xiao y la chica suspiró.

-Mi padre es considerado un traidor y está encerrado. Lo que me pone en una situación nada prometedora.

-Quiere decir que sospechan de ti.- acotó Iroh cruzándose de brazos.

-En efecto, fue un milagro que saliera por uno de los tantos pasadizos secretos que hay en la ciudad.

-¿Y quienes eran esas personas?- preguntó Xiao.

-Oh, ellos forman parte de la "Resistencia". Son un grupo que está contra el abuso de poder de la reina tierra, pero no confío en su líder.- mencionó con recelo.- Dicen que ha hecho alianzas con otro grupo llamado los Igualitarios que han hecho ataques a la ciudad en nombre de la libertad, pero muchas personas han salido heridas o han perdido sus hogares o negocios por eso.

-Creo que podemos comenzar nuestra investigación por ahí.- comentó Iroh.- ¿Tienes una idea de dónde podemos encontrar a ese líder? Quiero confirmar si no está de parte del grupo Igualitario o anti-maestros.

-Es sencillo. Se esconden en las antiguas calles de la ciudad. Si logran encontrar a uno de sus miembros este los guiará rápido a su escondite. Así los encontré la última vez, pero siempre cambian de lugar, por eso es que todavía no los han atrapado.

-Bien. Amarillys, Enlai y Kerion entrarán al palacio para obtener información sobre lo que sucede y la situación actual. Yo, Xiao y Mu iremos a buscar a los rebeldes y conocer sus verdaderas intenciones. ¿Quedo claro?- Enlai pareció querer decir algo pero Xiao montó a Mu sin pensarlo dos veces.

-Entonces nos veremos en la plaza en un par de horas. ¿Les parece?- dijo poniéndose la capucha encima. Amarillys respondió de inmediato.

-¡Lo que tú digas! ¡Oh, gran y poderosa Avatar!

-¡¿Cómo?!- exclamó Enlai y Iroh le dedicó una sonrisa burlona mientras se marchaba con Xiao.

-¡Esperen!- Kerion se acercó a Xiao que le dio una caja rectangular.- Llévense esto. Es una máquina de Grabación inmediata. Úsenla por si escuchan algo interesante y esta también, es un comunicador ambulante, funciona como una radio pero es más eficiente y abarca más rango, yo tengo otra así que podremos comunicarnos si pasa algo.

-Muy bien, vamos al palacio.- le jaló Amarillys mientras que Enlai seguía amenazando a Iroh con la mirada y gruñía a lo bajo.

Los mensajeros saltaron de su lugar cuando la reina lanzó hacia ellos el tazón de fruta dorado a sus pies.

-¡¿QUÉ QUIEREN DECIR CON QUE LES ROBARON?!- gritó furiosa y uno de los mensajeros tragó duro antes de responder.

-Eso fue lo que informaron los soldados del Loto Blanco. Es por ello que no pudieron traer la carga.

-No me lo puedo creer. ¡Son unos incompetentes!- se levantó de su trono y comenzó a pensar.- Tal parece que para deshacerme de esas moscas tendré que pensar en otro plan.

-Si me permite…- un hombre con una amplia sonrisa como de serpiente se acercó.- Creo que tengo la solución perfecta para deshacernos de esas molestias y de las que tenemos en resguardo de una vez por todas.- la reina le sonrió.

-Oh, Shai. ¿Qué haría sin mi consejero favorito?- preguntó al tiempo que una serpiente café con escamas afiladas se deslizaba placentera por el alto respaldo del trono. El consejero se inclinó.

-Para mí es un honor servir a su majestad.

Ambos rieron entre dientes, así como la serpiente siguió reptando y sacando su lengua a la pareja.

Gracias a Amarillys entraron por un pasaje secreto, revisó con cuidado cada esquina y les dio la señal de que avanzaran hasta salir a la zona de lavandería y de allí caminar por los pasillos del palacio. Enlai y Kerion iban vestidos con ropas de los sirvientes por lo que nadie les diría nada, aunque Kerion se veía demasiado descuidado.

-Ya casi llegamos. Ustedes sigan.

-Este cuello me empieza a apretar mucho.- se quejó Enlai a lo bajo y Kerion suspiró con gusto.

-Yo me siento muy bien con ropa limpia. Mi últimas mudas junto con mi dinero fueron robados cuando pedí un viaje a un chofer de coles.- Enlai se detuvo de golpe.

-¿Tú también?

-No me sigas que…

-Tipo con mala cara y con aliento a cebolla.

-Más bien de rábanos y cebollines y un poco obeso.- tras unos segundos de realización estrecharon sus manos. Un juramento silencioso que ese chofer de coles pagaría por sus crímenes un día.

-Ya llegamos.- anunció la chica que tocó a una puerta. Pronto esta se abrió y una mujer muy parecida a Amarillys les dio la bienvenida.

-¡Ami!

-¡Mamá!- las dos se abrazaron al borde de las lágrimas. Los dos entraron y cerraron la puerta detrás de sí.

-Oh, mi niña. No sabes lo preocupada que he estado. Tenía miedo de que algo te pasara.

-Estoy bien mamá. Y logre traer a la Avatar, a la verdadera para ayudarnos.

-Me alegro mucho. Pero no sé si la Avatar pueda ayudarnos ahora…

-¿Qué quieres decir?- preguntó preocupada.- ¿Y papá? ¿Cómo está?

-No lo sé.- admitió con congoja.- Hace semanas no me dejan ver a tu padre. Pero la última vez me contó que cree que Shai y la reina planean algo peligroso para deshacerse de sus opositores. Escuché el rumor de que pidieron armas al Loto Blanco.- Enlai se enderezó enseguida.

-¿Armas? Las bombas del tren, las que se robaron los Cuervos.

-Eso quiere decir que la reina se quedó sin plan.- comentó Amarillys.

-Ya, pero al mismo tiempo eso la puede volver más peligrosa.- pronunció Kerion pensativo.- Seguro tendrá un plan de contingencia.

-¿Y cómo podemos saber cuál es?

-Creo que yo puedo ayudar.- respondió Kerion que de sus bolsillos sacó una caja extraña y un dispositivo redondo.- Yo le llamo Dispositivos de Radioescucha de Chismorreo y Espionaje… todavía sigo buscando un nombre más corto. Sólo se tiene que pegar cerca o sobre el objetivo y podremos escuchar por medio de esta improvisada radio portátil lo que digan.

-Viejo, te has ganado mis respetos.- anunció Enlai sorprendido.

-Entonces debemos poner esto en el salón del trono, la reina no sale de allí a menos que sea para descansar.- sugirió la madre de la joven.- Déjenmelo a mí. Desde que mi esposo está en prisión a la reina le gusta humillarme y tratarme como su sirvienta personal.- una campana sonó en su habitación, ya que estaba conectada al exterior de la habitación.- Esa es mi señal.

-Déjeme decirle cómo pegarlo.- dijo Kerion explicando rápido qué debía hacer.

No había difícil encontrar a una de las personas que escaparon de la fallida manifestación. Lo siguieron por entre las callejuelas y cuando estas se volvieron más estrechas, Mu tuvo que quedarse atrás para su disgusto.

-Lo siento Mu, debes quedarte.- el animal se quejó pero obedeció a su ama.

-Vamos.- le instó Iroh moviéndose hacia el frente.

Siguieron con cuidado de no ser vistos. En su recorrido en las orillas de la ciudad, Xiao vio la pobreza marcada en cada rincón. Las edificaciones se veían tan mal que parecía que caerían en cualquier momento, gente cuya mirada vacía mostraba que ya no tenían nada por lo que vivir o estaban resignados a esa vida, y algunos preferían escapar con la bebida terminando ebrios en algún rincón o callejón.

Mas en los ojos de la Avatar podía ver mucho más, personas que ya no estaban en este plano y que a pesar de ya no poder ser sentidas o escuchadas por los vivos se mantenían junto a ellos, abrazándolos o llorando con ellos.

-¿Todo bien?- preguntó Iroh a lo bajo y ella asintió en silencio.

Vieron al hombre entrar en un viejo edificio cuyos enormes hoyos en las paredes estaban cubiertos por telas sucias. Ella le pidió la mano a Iroh y este la aceptó, usando así aire control se elevaron sobre el techo cuidadosos de no pisar en falso la vieja estructura. Notaron a un grupo de personas pero entre ellos habló uno.

-¡Tranquilos amigos míos! ¡Tranquilos!- exclamó un hombre un tanto regordete.- Si la reina ha mandado esta vez a las guerreras Kyoshi quiere decir que empieza a temernos. No debemos ceder. El último movimiento será la vencida y al fin destronaremos a la reina tierra de una vez por todas.

Todos los presentes ovacionaron a su líder. Este notó entonces a unas figuras encapuchadas y junto con otro de sus aliados fueron hacia otra habitación.

-Ya era hora. ¿Trajeron lo acordado?- preguntó el líder y uno de los encapuchados le entregó una caja que Iroh y Xiao reconocieron al verle.

-Esa es una de las cajas que robaron en el tren.- musitó Xiao a lo bajo, Iroh profundizó su ceño fruncido.

-Me preguntó dónde estará el resto.

El líder se acercó y revisó las bombas que estaban en el interior con una amplia sonrisa, tomando un par entre sus manos. El aliado pareció dudar de los encapuchados.

-Señor, ¿cree necesario esto? Hacer trato con estos no nos traerá nada bueno.

-Cierra la boca. Ellos nos han dado más que esa bruja en el trono. Y han cumplido con su trato. Cuando nos hagamos de las riquezas y derrotemos a la reina los Igualitarios pueden hacer lo que deseen en esta ciudad en ruinas.

-¿Los Igualitarios? ¿Esos anti-maestros?- pronunció sorprendido y dio un paso al frente molesto.- Esto no estaba en el trato. Mi hijo es maestro tierra, no quiero que esos le hagan daño.

-Entraste en esto, no puedes echarte para atrás.

-Sí, para derrocar a la reina y obtener un buen botín, pero no a la idea de que ese grupo radical se haga con la ciudad. Si las cosas van a ser así estoy fuera. Ah…- vio un cañón de pistola en su cara y quien sostenía la pistola no dudó en disparar, aunque el sonido sonó opaco, el cuerpo cayó al suelo con fuerza.

-Bien, un estorbo menos.

Quien disparó se quitó la capucha revelando al mismo enmascarado que atacó a Xiao que cubrió su boca para evitar gritar. Sadasi se volvió hacia el líder que miraba boquiabierto la escena.

-Espero no tener que hacerte lo mismo.

-No se preocupen por eso.- respondió nervioso.- Pero ustedes también deben cumplir con lo suyo y dejarme ir con todo el dinero que consiga de esto. Ya quiero retirarme y vivir la gran vida lejos de este lugar y de estas pestes.

-No hay ningún problema.

Los encapuchados salieron por la puerta trasera, Iroh y Xiao bajaron con cuidado del techo, aunque una pequeña piedra cayó llamando la atención de Sadasi que se volvió rápido, pero no vio nada. Afiló su mirada y uno de los encapuchados le habló.

-Señor, nos avisa nuestro contacto en el interior del palacio que la Reina Tierra procederá con el plan que le propusimos.

-Perfecto. Cuando ese par de imbéciles acaben destruyéndose entre sí, nuestro grupo procederá a cercar la ciudad y hacerse de ella. Y lo primero que haremos será quitar esas estatuas, comenzando por esa.- dijo mirando por la distancia la gran estatua del rey Bumi.

-¿Y qué hay del otro plan?

-Por supuesta seguirá en pie. A veces es bueno rematar, sólo para estar seguros de la destrucción. La gran y legendaria muralla desaparecerá en un abrir y cerrar de ojos, y también el palacio entero.- rio entre dientes.

Los dos chicos se miraron sorprendidos y al querer levantarse para irse, parte del techo se rompió a los pies de Xiao. Iroh la sujetó rápido pero aquello llamó la atención de los Igualitarios. Ambos tenían que esconderse y en ese momento sintieron unas manos sujetarle con fuerza.

Sadasi subió rápido al techo pero no vio a nadie. Miró alrededor con mucho cuidado y desenfundó su espada. Caminó un poco por el techo cuando al pisar vio parte del techo vecino dejar caer un ladrillo que colgaba y cayó al suelo causando más daño al techo. Guardó su espada nuevamente al ver que se trataba de una falsa alarma.

Cuando Sadasi bajó del techo, Iroh y Xiao, que estaban en el edificio vecino, fueron soltados y vieron que lo que los había sujetado eran guantes con rocas.

-Wow…

-¿Están bien?- preguntó un hombre que estaba con quien parecía ser su hijo y otros más.

-Sí... pero ¿quiénes son ustedes?- preguntó Xiao.

-Antiguos miembros o descendientes del Dai-Li.- respondió el anciano.- Hemos intentado desmantelar este grupo desde hace mucho por ser un peligro para la ciudad, pero desde que se hicieron compañeros de los Igualitarios no hemos podido siquiera acercarnos a ellos.

-O sea que ustedes están en contra de ellos.

-No tan en contra.- respondió el hijo.- Estamos de acuerdo en sacar a la vieja del trono pero ellos no hacen más que causar destrozos y es nuestro deber proteger a la ciudad y sus ciudadanos, pero desde que las guerreras Kyoshi están del lado de la reina…

-Lo único que pedimos es un gobierno justo y que se limpie nuestros nombres. Varios de los nuestros están encarcelados injustamente por intentar intervenir.

Por la ventana vieron al grupo de Igualitarios salir del edificio. Iroh quiso seguirles pero Xiao se lo impidió.

-Debemos alertar a los demás, ¡están en el palacio!- Iroh la miró a ella y a los encapuchados. Quería ir detrás de ellos pero Xiao tenía razón, había que alertar a los otros y a quienes estuviesen en el lugar.

-Vale. Si pudieran ayudarnos…- pidió al grupo que asintio.

-¿Qué debemos hacer?

-En una guerra hay que conocer a su contrincante, y ustedes conocen la ciudad y quizás el palacio mejor que nadie, esa es su ventaja.

La campana volvió a sonar por el pasillo principal. Ya conocía la señal, se había acostumbrado al sonido de la sonora campana de la reina de tierra que la llamaba a todas horas, incluso horas de la madrugada para cumplir hasta el más mínimo o desagradable capricho de la reina. No tardó en aparecer con una bandeja que sumado al juego de café favorito de la reina pesaban una barbaridad. La reina y su consejero la vieron con sonrisas burlonas mientras se aproximaba.

-Buen trabajo, Zafira. Cada día eres mejor en tu trabajo.- felicitó la reina aplaudiendo un par de veces.

-Agradezco sus palabras, alteza.- sirvió el café y lo preparó como tantas veces había hecho ya, sirviendo una taza a la reina junto con un plato de sus pastas favoritas y otra al consejero que tuvo el descaro de rozar su mano y dedicarle una sonrisa amplia y retorcida.

-Muy bueno.- felicitó la reina.- Me alegra ya no tener que tirarte el café encima.

Zafira se mantuvo callada e inclinó la cabeza.

-Me alegra que le guste.

-Bien, puedes retirarte.- ella inclinó se arrodilló e inclinó la cabeza en agradecimiento.

-Grande sea la poderosa Reina del reino tierra.- se levantó con la elegancia que le correspondía y salió rápido del lugar, aunque poco después de salir una mano le detuvo.

-¿Por qué tanta prisa?- preguntó el consejero Shai. Zafira intentó zafarse de su agarre.

-Consejero Shai, le pido que me suelte por favor.- este le soltó con una sonrisa viperina sobre su cara.

-Podría ayudarte, ¿sabes? Te regresaría a la posición que tanto anhelas e incluso tu hija estaría a buen resguardo. Sólo debes ser un poco más amable conmigo.- tenía deseos de abofetearlo pero no podía hacerlo o terminaría en prisión.

-Prefiero tragar piedras.- el consejero se rio.

-Bien, ya cambiarás de parecer muy pronto.- ella se alejó, sintiendo su mirada sobre de ella.

Shai no era más que una serpiente igual de repugnante que la que se deslizaba por el trono de la reina a placer, incluso más. Le daba más ínfulas de grandeza a la reina tierra Tin-Min y siempre estuvo celoso de su esposo y del favor que el antiguo rey le daba, además de sus reconocimientos. Cuánto quería ver de nuevo a su marido.

Cuando regresó, su hija le abrazó y ella le correspondió sintiéndose mejor.

-Está hecho.- anunció con una sonrisa de haber cumplido su deber.

Kerion ya tenía unos audífonos puestos en las orejas e intentaba sintonizar bien la frecuencia.

-Denme un minuto…

En la radio comenzó a transmitirse sus voces.

-¿Y cuál va a ser el plan para acabar con esas pestes, mi señora?- se escuchó la voz de Shai.

-Muy sencillo, mi contacto me dijo que intentarán atacarme cuando salga del palacio en mi palanquín. El ataque será justo en el Puente de Jade, pero yo estaré preparada y haré volar el puente entero.

-Para hacerlo para creíble hay que mandar soldados.

-Eso mismo haré.- respondió sin dudarlo un momento.- Varios de mis soldados y por supuesto algunas guerreras Kyoshi. Y justo cuando llegue el momento haremos explotar todo el lugar, borrando de una vez por todas a esas basuras de mi ciudad.

Amarillys y Zafira apenas y podían creer lo que la reina decía. Por un momento la serpiente aguja de la reina pasó cerca del transmisor colocado a un costado del trono y siseó. Kerion sintió un escalofrío al escuchar a la serpiente sisear y deslizarse cerca del micrófono.

-¿Puedo sugerir una cosa, majestad?- habló Shai cuya sonrisa se ensanchó más.- ¿Por qué no nos deshacemos de una buena vez de otro estorbo?

-¿A cuál de nuestros prisioneros tienes en mente?

-Me refiero a mi antecesor, Madarok.

Amarillys ahogó un grito en su garganta y musitó a lo bajo.

-¿Mi papá?

Enlai frunció el ceño mientras seguía escuchando.

-Póngalo dentro del palanquín. Y en dado caso que quede algo de él diremos que él formaba parte de aquel grupo extremista.

-Me parece buena idea. Mi querido Shai, ¿cómo podré recompensarte por esto?

-Si le soy sincero, me gustaría una cosa. Siempre he querido tener una buena esposa que me obedezca en todo. Y la esposa de Madarok cumple con mis deseos, a pesar del equipaje extra. Tengo curiosidad sobre la paternidad.

-Bien, bien, entonces así lo haré. Apenas él muera, haré que ella sea tu esposa.

-Grande sea la reina del gran reino tierra.

El grupo estaba sorprendido, pero la madre de Amarillys parecía la más afectada en cierta manera.

-Necesito una espada. Voy a acabar con ese desgraciado de una vez.

-¡Mamá!

-Señora, aguarde.- Enlai le detuvo.- Una espada no será suficiente. Debe haber un garrote por ahí, con púas para hacerlo más doloroso.

-¿Y a ti qué mosca te picó?- le preguntó Kerion.

-Tengo en gran estima a la ciudad de Ba Sing Se porque uno de mis maestros favoritos se encargó del sitio y porque la ciudad de Omashu desapareció hace ya bastante tiempo y esto es lo que queda del rey Bumi. No me creo que una bruja reine una ciudad de leyenda como esta así que apoyo con todo lujo de detalle la violencia.

En esos momentos la radio sonó.

-Chicos, ¿dónde están?- preguntó Xiao desde el otro lado.

-¡Xiao!- Enlai tomó la radio de las manos de Kerion antes de que este pudiese hablar.- Tienes que venir aquí ahora mismo. ¡Quiero que extermines a dos basuras con tus poderes Avatar!

Xiao no sabía qué decir, sus ojos parecían dos puntos negros y tuvo que parpadear un par de veces antes de sacudir su cabeza pensando que había escuchado mal. Iroh tomó la radio.

-Iremos para allá. Y no hagan cosas raras.- terminó la transmisión.

Lograron entrar por la ventana, Xiao ayudó a Iroh que no se quejó cuando la chica usó aire control en él para que no tuviese problemas. Y ya enterados de todo, el equipo estaba pensando en su plan de ataque.

-Muy bien, esto es lo que haremos.- comenzó Iroh con el porte de general que tenía y usando algunas cosas de la habitación tenía un croquis del punto de ataque.- Enlai, deberás de detener el palanquín de la reina junto con sus guerreras mientras que yo detendré al grupo del otro lado. Nadie debe cruzar ese puente. Xiao, a ti te dejo las bombas bajo este, estoy seguro que podrás manejarlo, sin embargo, si tienes problemas con estas Kerion seguro podrá ayudarte.

-Wow, aguarden. Soy inventor pero no creo saber mucho sobre bombas.

-Si, yo tampoco.- sonrió Xiao a medias.- Pero seguro que nos la arreglaremos.

-Bien, con ello intentaremos inmovilizar a ambos grupos. Enlai, deberás tener cuidado con las guerreras Kyoshi. No dejes que se te acerquen.

-¿Y yo qué hare?- preguntó Amarillys un tanto impaciente para susto de su madre.

-Tu papel será fundamental para rescatar a tu padre. Mientras las guerreras están distraídas con Enlai, tú mostrarás a todos que quien está dentro es tu padre y no la reina como todos creen.

-Así lo haré.- dijo a pesar de que su madre la abrazaba temerosa.

-Bien, ya con todo esto hecho y con todos fuera la segunda parte del plan comen…- en un segundo alguien tocó a la puerta. La madre de Amarillys se levantó y se acercó cauta sin abrir la puerta.

-¿Quién llama?

Pero la respuesta obtenida fue que alguien pateó la puerta abriéndola de par en par y las guerreras Kyoshi entraron inmovilizando primero a la mujer que cayó al suelo y luego contra los chicos. Kerion ni siquiera tuvo oportunidad así como Amarillys y Enlai que apenas y tuvo tiempo para alzar una columna que una de las guerreras cortó con su abanicó y dejó que su compañera lo paralizara. Iroh formó una barrera de fuego entre ellas y Xiao que usando su aire control atacó a algunas, pero nunca vieron a las guerreras que entraron por la ventana a sus espaldas y que los tomó por sorpresa. Cayeron al suelo, incapaces de moverse.

El consejero Shai entró al recinto.

-Pero miren que tenemos aquí, esto sí que hará feliz a la reina.

Un trabajador puso la señal de No permitido el paso en la estación del tren. Todo el mundo pronto abandonó la estación y los trabajadores pasaron a donde los trenes, aunque uno de ellos se detuvo cuando vio salir a su compañero.

-Hey, se te olvida la gorra.

-Oh, lo siento.- se dio la vuelta para tomar la gorra de uno de los trabajadores atados en las oficinas. Sadasi salió de uno de los vagones del tren.

-Todo ha quedado listo, señor.- anunció uno de los técnicos.- El mecanismo funciona perfectamente, cuando todos se separen y exploten la ciudad podrá ser sitiada fácilmente. A las tres con quince el tren comenzará a andar.

-Perfecto.- rio entre dientes tras la máscara.- Este día pasará a la historia, la gran muralla por fin caerá y se quedará sin defensa alguna para lo que estará por venir.

Todos fueron hincados frente a la reina todavía sujetos por las guerreras Kyoshi como muñecos desmadejados. Aunque Kerion parecía disfrutar de ello.

-Si quieren pueden apretarme un poco más. Agh, así mismo.

La reina tierra sonrió al tiempo que su serpiente bajaba del trono para ver a los visitantes más de cerca.

-Vaya, vaya, vaya. No lo puedo creer. La gran Avatar en persona. Me gustaba más la otra chiquilla, a esa la podía comprar fácilmente. Y tú, el gran general Iroh, esta es una sorpresa.- la serpiente se arrastró cerca de Iroh, luego pasó a Enlai y finalmente a Xiao sacando la lengua, aunque luego pasó cerca de Kerion que no pudo evitar chillar del miedo.- ¿En serio creyeron que podían detener mi glorioso plan?- se rio mirando al grupo con burla.- Patéticos. Voy a deshacerme de una vez por todas de las molestias habidas y por haber en este momento. En unos minutos se ejecutará mi plan y ustedes no podrán hacer nada.

-Gente como usted no merece estar en el poder.- escupió Xiao con desprecio.- Aprovechándose del pobre, sólo pensando en sus riquezas. Es usted una vergüenza para los antiguos reyes y reinas de su nación.

-Un rey está para enriquecerse del pueblo, es simple, no espero que una chiquilla como tú lo entienda. ¡Llévenlos a ejecutar! A las cámaras profundas para que nadie se entere.- su consejero tosió un poco.- Menos a Zafira, ella es el trofeo de mi leal consejero.

-¡No!- gritó la mujer viendo cómo se llevaban a su hija y a los chicos.

-¡Mamá!- gritó Amarillys.

-¡No se lleven a mi niña! ¡Mi niña!

La escena de madre e hijas separadas sin poder moverse fue algo que hizo que Xiao sintiese un fuego dentro de ella. Tomó aire y silbó con fuerza.

Al poco tiempo se escucharon gritos, golpes y decenas de objetos rompiéndose por el pasillo, abriéndose las puertas de golpe Mu entró quitándose a uno de los guardias del lomo. Xiao sonrió al verlo.

-Ese es mi amigo.

Tomó aire y sopló con fuerza hacia la reina de tierra, siendo expulsada hacia atrás y logrando que las dos chicas que le sostenían le soltasen por el impulso. Se concentró y comenzó a desbloquear su chi usando sangre control sobre su cuerpo. Cuando se acercaron a ellos para detenerle, se levantó veloz y pateó una línea de fuego que hizo retroceder a las guerreras. Con tierra control destruyó la pared del palacio y moviendo la tierra atrajo a sus amigos y a la madre de Amarillys hasta donde estaba ella.

-¡Nos vamos!- Mu también se acercó rápido.

Encerrándolos a todos en una burbuja de aire salieron despedidos con fuerza y cayeron justo en los canales hechos en honor de la antigua ciudad de Omashu.

Con cierta dificultad estabilizó la esfera y al ver que venían a por ellos comenzó una persecución.

La esfera rechinó como un neumático. Las guerreras Kyoshi, usando su agilidad y un sistema avanzado de cables comenzaron a perseguirlos. En una división, Xiao tuvo que desviarse a la izquierda de forma abrupta cuando un par de guerreras se interpuso en su camino, luego tuvo que saltar hacia otro canal, sus abanicos le rozaron por poco, provocando un aterrizaje forzoso.

-¡Eres un peligro al volante!- se quejó Enlai al tener el trasero de Mu sobre de él, al igual que Kerion, pero este no se podía quejar.

-¡Entonces conduce tú!

Vieron pasar a varias guerreras sobre sus cabezas y aterrizar a varios metros de ellos. Todos gritaron pero Enlai y Iroh ya habían recobrado parte de su movilidad. Tal como esperaban, la burbuja fue rota por el ataque de las guerreras, pero no por ello estaban indefensos. Rápidamente, Enlai formó una plancha y todos cayeron sobre de esta derribando en su camino a las guerreras.

-¡Chuza!- gritó Amarillys. Esta vez, Enlai iba a la cabeza dirigiéndolos.

-Debemos ir a donde el puente antes de que sea demasiado tarde.- ordenó Iroh y el maestro tierra cambió rápidamente de rumbo mientras que Iroh y Xiao se encargaban de defenderse del ataque de las guerreras.

-¿Es que ellas no se rinden?- preguntó Xiao.

-Y no lo harán.- respondió Zafira.- Están amenazadas por la reina con acabar con sus familias y otras compañeras que están en la prisión. No les queda de otra que obedecer.

-¿Es eso cierto?- preguntó Amarillys.- ¡Es un alivio! Yo pensé que se habían corrompido por elección propia.- dijo recobrando la admiración que sentía por las guerreras.

-Yo no empezaría a admirarlas, ¡AH!- gritó Xiao por culpa de un abanico que casi la golpea.

Siguieron avanzando por los canales entre la ciudad y Kerion jaló las ropas de Enlai para llamar su atención señalando hacia la calle.

-¡Mira!- el maestro tierra vio un camión de coles y un hombre que descargaba con otros el cargamento, un hombre que ambos reconocieron como el malvado chofer de coles que les robó. Enlai apretó los dientes, quería darle una lección pero había prioridades.

-Nuestra venganza tendrá que esperar.

Pronto divisaron el puente y con ello la caravana de la reina con el palanquín, donde en su interior ya estaba el antiguo consejero que estaba inconsciente para que no hiciera ruido. Pero también notaron al grupo Revolucionario que se acercaba, listos para atacar.

-¡No lo lograremos! ¡No hay forma de lograrlo!- exclamó Amarillys.

-Sí hay una forma.- dijo Xiao aprovechando a una de las guerreras que se columpiaba sobre de ellos. La joven avatar saltó sobre de ella y la usó para impulsarse.

Los civiles atacaron cuando el palanquín llegó a mitad del puente y las guerreras y guardias se pusieron en posición para defender el palanquín. Xiao cayó en medio de ellos y entrando en su estado avatar invocó dos torbellinos desde sus brazos expulsó a todos fuera del puente. En ese instante, las bombas explotaron debajo del puente.

-No… ¡XIAOOOOO!- el grito de Iroh hizo que por un momento Enlai se distrajera y debido a ello no viera los cables que las guerreras habían puesto frente a ellos para frenar su paso. Una telaraña improvisada que funcionó y los atrapó.

El puente estaba destruido y una columna de humo separaba a ambos bandos que estaban confundidos, pero eso sirvió para despertar al antiguo consejero que salió del palanquín por la fuerza de la caída. Un guardia le ayudó a quitarle la venda de la boca y todos contemplaban la aterradora escena.

-¿Quién hizo eso?

-¿Qué sucedió?

-¿Fue una trampa?- se preguntaron entre sí. Incluso los revolucionarios se dieron cuenta que estuvieron a punto de morir.

El equipo Avatar fue llevado a donde estaba el resto y Amarillys se lanzó hacia su padre que todavía estaba atado.

-¡Papá!- lloró aferrándose a él.

Iroh y Enlai miraban con absoluta incredulidad la escena. Mu comenzó a bramar lastimosamente al aire esperando que su ama respondiera, pero no hubo respuesta.

-Yo… no quiero seguir con esto.- dijo un hombre del otro lado y todos los demás comenzaron a dejar en el suelo las armas y granadas que iban a usar en su ataque.

-Yo tampoco.

-Esto está mal.

El líder al ver esto se volvió a su gente.

-¡¿Pero qué dicen?! ¿No lo ven? Esto fue una trampa de la reina de tierra para deshacerse de nosotros. ¡Si nos rendimos ahora qué será de nuestra gente! ¡De lo que siempre hemos querido!

Una piedra le dio por detrás tirándolo en el suelo. La columna de humo poco a poco se volvió más delgada y una figura se distinguía en medio de esta, una roca flotaba en medio y unas trenzas se moviéndose con el aire. Aferrándose con fuerza de la roca por el susto, y algo sucia, pero frente a ellos, estaba la Avatar.

-Lo dice la persona que iba a vender a su gente a unos asesinos.- con eso, sacó el invento de Kerion.

-Señor, ¿cree necesario esto? Hacer trato con estos no nos traerá nada bueno.

-Cierra la boca. Ellos nos han dado más que esa bruja en el trono. Y han cumplido con su trato. Cuando nos hagamos de las riquezas y derrotemos a la reina los Igualitarios pueden hacer lo que deseen en esta ciudad en ruinas.

-¿Los Igualitarios? ¿Esos anti-maestro? Esto no estaba en el trato. Mi hijo es maestro tierra, no quiero que esos le hagan daño.

-Entraste en esto, no puedes echarte para atrás.

-Sí, para derrocar a la reina y obtener un buen botín, pero no a la idea de que ese grupo radical se haga con la ciudad. Si las cosas van a ser así estoy fuera. Ah...

Se escuchó el sonido opaco de la bala y del cuerpo caer.

-Bien, un estorbo menos. Espero no tener que hacerte lo mismo.

-No se preocupen por eso. Pero ustedes también deben cumplir con lo suyo y dejarme ir con todo el dinero que consiga de esto. Ya quiero retirarme y vivir la gran vida lejos de este lugar y de estas pestes.

Todos miraron al líder que todavía yacía en el suelo y no dudaron en atraparlo, desarmándolo de sus armas y atándolo muy bien. Las guerreras Kyoshi también guardaron sus armas y una de ellas, la capitana, se acercó al grupo.

-¿Usted iba en el palanquín?- preguntó al padre de la joven que lloraba ante el abrazo de su padre.-…Todo fue una trampa. Lo sentimos mucho. Estamos a su completo servicio para derrocar a la reina.

Xiao hizo flotar la roca donde sus amigos y Mu fue quien le recibió primero entre lengüetazos apenas y pisó seguro.

-Sí, sí, yo también te quiero. ¡Puaj! Ya no te daré de comer raíces de loto.- Enlai corrió a ella y la abrazó y alzó en el aire dándole vueltas.

-¡Xiao! No vuelvas a hacernos esto, por favor. En serio pensé…- casi parecía que se pondría a llorar.

-Sí, yo tampoco quiero volver a hacerlo.- logró que le diera su espacio y entonces vio a Iroh que parecía querer hacer algo, ella ladeó un poco la cabeza, ¿también iba a abrazarla? Pero este se contuvo.

-En serio, nos preocupaste.- ella bajó los hombros un poco decepcionada.

-Ya… ¿no se supone que el avatar debe proteger a todos?- Iroh sonrió un poco a sus palabras. Pero Xiao estaba lejos de terminar.- Ahora, es hora de darle una visita a la reina.

Momentos después el grupo se abrió paso en el palacio. La reina que estaba celebrando con el consejero Shai, se extrañó de todo el repentino escándalo en el pasillo.

-¡¿QUÉ ES LO QUE SUCEDE?! ¡SILENCIO!- hubo silencio, hasta que las puertas de la cámara real salieron despedidas y el grupo entró encarando a la reina.

-Lo sentimos, el comité de bienvenida es algo ruidoso.- habló Iroh guardando sus espadas.

La reina y el consejero palidecieron pero la reina se levantó de su trono.

-¡Guerreras! ¡Guardias! ¡Acaben con estos intrusos!- pero ninguno se movió, no cuando su reina iba a acabar con ellos.- ¿Es que no escuchan? ¡ACABEN CON ELLOS!

Por fin, las guerreras se movieron, pero sólo para inmovilizar a la reina y a su consejero que cayeron en el suelo cual sacos de huesos.

-¿Cómo se atreven? ¡Yo soy la reina!

-¡Yo no tengo nada que ver! ¡Todo fue idea de ella!

-¿Qué debemos hacer con ellos?- preguntó Amarillys mirándolos con el mismo desprecio que todos los presentes.

-Bueno, deberán estar en prisión hasta que un nuevo rey sea nombrado.- habló su padre con parsimonia.

-Seh… ¿no les podemos dar unas pataditas?- preguntó su esposa y su esposo miró a su compañero a sabiendas de lo que quiso hacerle a su esposa.

-¿Tienes tus zapatos de punta, mi amor?- en ese momento se escuchó una explosión, todos se asustaron y al ver al cielo miraron la gran nube de humo que se formó. Los antiguos miembros del Dai-Li llegaron a donde ellos.

-Hicimos lo que nos pidieron. Encontramos la bomba y la elevamos para que no hiciese daño a nadie.- dijo el anciano.

-También liberamos a los prisioneros inocentes.- dijo su hijo y vieron por el hueco de la pared que los patios del palacio estaban llenos de gente que a pesar de su mal estado se abrazaron felices y libres de su oscura prisión.

Todo pareció terminar, sin embargo, Iroh sabía que no era así.

-El muro.- musitó hacia Xiao que también recordó aquello.- Van a activar una bomba en los muros de Ba Sing Se.

-¿Estás de broma, verdad?- dijo Enlai.- ¿Hasta ahorita lo dices?

-¿Y cómo lo harán?- preguntó Amarillys.- ¡Es imposible dañar la estructura por completo.

Kerion comenzó a pensar y estudiar con detenimiento el paisaje.

-Aguarden… aguarden…- tomó del tazón de la reina unos cuantos de sus chocolates favoritos, aunque cuando la serpiente se alzó para morderle este le pegó primero al fin venciendo su miedo a las serpientes.- ¡Sí! Al fin algo de azúcar. ¡Lo tengo!- corrió de vuelta al hueco.- Usarán el tren de turistas. Si van a usar explosivos como los del tren separarán los vagones mientras rodea la ciudad y estos crearán una serie de explosiones que debilitarán el muro y llevará a su completa destrucción. ¡Hay que sacar ese tren de las vías ahora!

-¿Alguien tiene la hora?- preguntó Xiao y el padre de Amarillys respondió sacando su reloj de bolsillo.

-El tren tiene un paseo a las 3:15, tenemos menos de diez minutos.

-Nosotras ayudaremos.- se ofrecieron las guerreras Kyoshi y Xiao asintió con una sonrisa agradeciendo su ayuda.

-Gracias, pero necesitaremos la ayuda de alguien más.

Cuando el tren comenzó a avanzar, las guerreras Kyoshi ya habían llegado y subieron por el techo del tren. Iroh les acompañó y entró rápidamente en una de las ventanas. Tal y como esperaban, una bomba estaba a la espera de explotar y el contador tenía menos de tres minutos. Intentó retirarla del suelo, pero habían hecho un buen trabajo.

-Permitame.- pidió la capitana que golpeó el suelo alrededor para intentar retirar la bomba, pero se dieron cuenta que aquello no iba a ser posible. Iroh vio por la ventana.

-Xiao, si tienes un plan es buen momento.

Con ayuda de una de las guerreras, Xiao y Enlai llegaron justo al pie de la entrada, justo en frente de la estatua del antiguo rey Bumi.

-¿Muy bien? ¿A quién le pedimos ayuda?- preguntó Enlai.

-Lo estás viendo justo ahora.- señaló Xiao a la gran estatua.

-… ¿Hablas en serio?- Xiao se acercó a la estatua y posó su mano en la base.

-Por favor, necesitamos tu ayuda. Sé que puedes escucharme. Por favor, te lo pido…

Sólo podían escuchar el silencio. Enlai por un momento pensó que la explosión le había golpeado muy duro la cabeza y se acercó a su amiga, hasta que un ligero temblor llamó su atención. Miró hacia arriba, y entonces vio lo que nunca pensó que vería en su vida. Pequeñas piedras se desprendieron de la estatua y crujidos se hicieron escuchar. Un brazo se movió primero, ahuyentando a las aves que posaban todavía en este y luego la base en sí se partió a la mitad cuando la estatua alzó su primer pie ante la mirada incrédula de la mayoría de los presentes. La estatua de Bumi miró hacia abajo y se hincó para bajar su mano y dejar que Xiao y Enlai subieran. Xiao tuvo que jalar de las ropas a su amigo.

-No te quedes ahí parado. ¡Vamos!

-Ah…- logró exhalar todavía incrédulo.

Cuando los puso en su hombro, Xiao vio que el tren ya estaba en movimiento.

-¡Hay que sacar ese tren de la ciudad!- señaló a este y la estatua se puso en movimiento.

Largas zancadas hicieron temblar a la ciudad. Cada ciudadano se asomó de sus casas para ver a la estatua corriendo por las calles de la gran ciudad. Quitándose de su camino, anonadados o incluso lanzando vítores al legendario rey.

Algunos vehículos y calles se vieron afectados, entre ellos un camión de coles cuyo chofer apenas estaba recibiendo su paga mientras se robaba un poco más para el camino.

-¡MI CAMIÓN!

Enlai rio al ver eso.

-¡SÍ! ¡La venganza era dulce!

Poco a poco los carros comenzaron a separarse, pero las guerreras y Iroh impidieron que eso sucediera. Usando su fuego control para fundir el metal o colocando sus abanicos de acero en las uniones. Si los vagones se separaban sería el fin, tenían que reducir el daño lo más posible.

-¡Iroh!- escuchó la voz de Enlai en la radio.- ¡Todos salgan del tren!

-¿Ahora? Todavía no terminamos.

-No te preocupes, que la caballería ya llegó.- no entendió a qué se refería hasta que notó una sombra detrás. Al voltearse casi se le cae la radio de la mano al ver la estatua correr en la orilla del muro.

Xiao respiró hondo. Tendría que volver a usar el estado Avatar pero no estaba sola.

-Enlai, ¿nos das una mano?- la pregunta hizo que los ojos de Enlai brillaran y sonrió ampliamente.

-¡Adelante!

Los dos se colocaron en una posición idéntica extendiendo sus brazos, uno delante y otro atrás con las palmas extendidas con los pies separados. Y entonces la estatua se detuvo y golpeó el muro con la misma postura, los puños de los tres se alzaron como uno. Creando un nuevo muro por el que el tren se desvió sobre rieles de roca, alejándolo lo más posible de la ciudad. Las guerreras y Iroh saltaron a casi nada que las bombas explotasen y entonces… la explosión sacudió por completo a los presentes. Cada vagón explotó y el nuevo muro de rieles que formaron quedó destruido en polvo y lo que quedó del tren se convirtió en una bola de fuego de metales retorcidos que cayó al suelo.

Iroh llegó con una de las guerreras sobre el muro y miró a sus amigos quedando casi a su altura.

-Muy bien, admito que esto no me la esperaba.

-¡A que es una pasada!- gritó Enlai emocionado y abrazó la oreja de la estatua.- Usted es mi rey favorito, habido y por haber.

-Calma, Enlai.- dijo Xiao.- Que todavía queda un lugar al cual ir. ¡Todos a bordo!

En el palacio, la reina y el consejero ya podían moverse. Fueron llevados hasta la entrada del palacio donde vieron con absoluto horror a la estatua que estaba en cuclillas.

Los chicos sonreían ante lo que estaba por venir. Iroh dio un paso al frente.

-Bien, de acuerdo a las leyes de Ba Sing Se. En dado caso que el gobierno actual esté llevando actos de corrupción, abuso de poder, entre otras cosas que gracias a las pruebas que su antiguo consejero y esposa lograron acumular contra usted. Se le debe retirar del cargo de forma inmediata.

-¡N-No pueden hacerme esto! ¡Soy la reina! ¡Esto es un atropello! ¡Ustedes no son nadie!

-Es verdad.- dijo Xiao con una amplia sonrisa.- Pero escuché algo muy interesante… ¿qué era?- Amarillys fue quien respondió alzando su mano como en la escuela.

-¡Oh! ¡Oh! Yo sé. Normalmente se hace un juicio, pero si un antiguo rey decide despojar del título al rey o reina actual de acuerdo a su sabio juicio este se hace de forma inmediata. Y puede nombrar a un nuevo rey a cargo.

-Y por si todavía les quedan dudas, de esta no se zafan.- se mofó Enlai.

-E-Esto es un truco.- chilló la reina.- ¡La Avatar debe estar haciendo esto para desacreditarme! ¡Yo soy su reina! ¡Deben de obedecerme a mí!- de repente, unas manos fantasmales aparecieron detrás quitándole el sello del rey de su mano.

-Ay, ya cállate. Me tienes harto.- todos, excepto Xiao, retrocedieron de la sorpresa al ver nada más que el azulado espíritu del rey Bumi. Este se volvió a Xiao.- Hola, pequeña, bueno ya no estás tan pequeña.- ella se lanzó a sus brazos.

-¡Padrino!

-/¡¿PADRINO?!/- gritaron todos.

-¿Qué? Dije que mis maestros eran fuera de serie.- el viejo rey rio.

-Debo decir que fue divertido todo esto. Y estoy seguro que este par merece ser enterrado hasta el cuello por sus crímenes.

-¿Del cuello para abajo?- preguntó Enlai.

-¡No! Yo decía para arriba. Pero esos ya son castigos que ya no imponen en estos tiempo… a veces extraño los viejos tiempos.- lanzó una gran carcajada.- Pero bueno, me he estado enterando de muchas cosas y me alegra ver que entre los presentes hay una persona digna del puesto de rey.- se volvió hacia una persona y extendió el anillo. El padre de Amarillys.

-¿C-Cómo? ¿Yo?

-Te he estado viendo. Te preocupas mucho por la ciudad, procuras de la gente y también tienes agallas. Eso es lo que se necesita para ser rey.- dejó caer el anillo en sus manos y luego puso su mano sobre su cabeza.- Desde hoy, le nombre Rey Tierra Madarok. Pilar de la ciudad de Ba Sing Se y honorable regidor.- a pesar de la sorpresa, el antiguo consejero terminó aceptando.

-Gracias. Haré todo cuanto esté mis manos para traer la antigua gloria a la ciudad.- las guerreras Kyoshi se inclinaron a su nuevo rey así como los antiguos guerreros Dai Li y del pueblo que se había congregado.

-Más te vale… ¡O te espantaré en tus sueños!- dijo asustándolo en ello. Bumi caminó entre los jóvenes hasta llegar donde su ahijada y notó a Enlai que parecía a punto de darle un ataque.

-Nada más tu técnica chico, pero pon más fuerza en las piernas.

-¡Sí, señor! ¡Rey! ¡Gran maestro!... Lo admiro tanto.- musitó lo último al borde del llanto y Amarillys rio a lo bajo.

-¿Ahora quién es el fan loco?- Bumi lanzó otra carcajada.

-Bien, fue bueno verte, pequeñaja. Ahora debo volver… ¡Oh! Pero antes de eso, ¡qué memoria la mía!- con un movimiento de su mano, la estatua se movió y su puño dio justo sobre una de las paredes del palacio. Los tesoros y bolsas de dinero que la reina estuvo acumulando y escondiendo celosamente comenzaron a caer como cascadas ante los ojos del pueblo que se acercó.

Incluso el líder de los revolucionarios quería acercarse, pero sólo pudo llorar ya que lo tenían bien atado el joven Dai-Li y una guerrera Kyoshi que sonrieron de placer al verlo sufrir.

El trio vio con gusto lo que habían logrado.

-¿Y bien? ¿Qué tal para mi primera vez salvando una ciudad?- preguntó a Iroh que se puso en pose pensativa.

-Bueno, considerando ejecución, acción y elecciones… te doy un 6.

-¡Un 6!- exclamó ofendida.- ¿Es en serio? ¡Enlai! ¡Mu! ¡Iroh es malo!- se abrazó a su amigo que la consoló dándole unas palmaditas en la cabeza.

-Ya, ya, no le hagas caso al amargado ese.

-¡No la consientas demasiado!- ella le sacó la lengua.

Mientras el grupo reía, Amarillys sonreía viendo al grupo que se picaba entre sí las costillas.

-Yo… ammm… yo… ¡¿puedo acompañarlos en su viaje?!- exclamó la chica dándose a escuchar.

-¿Cómo?- preguntó Xiao confundida.

-Hija, pero qué dices. – preguntó su madre preocupada.

-Sé que no soy una maestra, pero mientras viajaba observándolos me di cuenta que no quiero quedarme en la ciudad de Ba Sing Se. Quiero buscar también mi propósito y ayudar en cualquier misión que tengan. Por eso, por favor, déjenme ir con ustedes.

-Esto no es un viaje de vacaciones. Nuestras vidas corren peligro muy a menudo.- regañó Iroh.- Así que no, alguien como tú no puede venir.

-Yo… no sé. Nos ayudó mucho.- admitió Enlai.- Pero la decisión es de Xiao.- la joven avatar se acercó a Amarillys y la chica le sostuvo la mirada con anhelo y algo de miedo.

-¿Estás segura? Como dijo Iroh, el camino por el que vamos es peligroso.

-Estoy muy segura.- la pelirroja suspiró y tras unos momentos, puso su mano sobre Amarillys dándole unas palmadas de condolencia.

-Creo que lo decidiremos con una taza de té. Necesitas despejarte y pensar en ello con claridad.

-El té blanco es muy bueno para esa tarea. Aunque yo prefiero el té verde o de perlas de tapioca, es delicioso y con un efecto relajante.- dijo con seguridad y Xiao de repente la abrazó.

-Nos la llevamos.

-¿Cómo?- preguntó Iroh con incredulidad.

-Se ha ganado su lugar. ¡Se queda!- afirmó.

Los padres de la joven se acercaron a ella.

-Hija, ¿esto es lo que de verdad quieres?- preguntó su padre.

-Sí, más que nada. No me veo como una princesa pienso que puedo hacer más por la gente pero debo aprender cómo y quedándome aquí no podré crecer como quiero.- sus padres se miraron entre sí unos momentos más tras un asentimiento de su padre, ambos le sonrieron.

-Nosotros te apoyaremos en tu decisión, pero deberás cuidarte mucho.

-Te la encargamos joven avatar.

-No se preocupen, algo me dice que entre nos llevaremos muy bien.

Enlai notó a Kerion que se mecía sobre sus talones contento después de que Enlai le dijese lo ocurrido con el chofer de coles.

-¿Y qué vas a hacer tú?

-Yo me voy a quedar. Necesitan ayuda para modernizar la ciudad y les han gustado mis modelos, así que tengo ya el apoyo que necesito.

-¡Bien! ¡Hora del té!- gritó Xiao lista para ir al Dragón del Jazmín para de una vez por todas tener el té que tanto ha querido.

-Ojala tengan buenos bocadillos. Quiero una tarta de queso.- comentó Enlai.

-Venden allí las mejores tartas, de todo tipo.- respondió Amarillys mientras Iroh les seguía con desgana.

El grupo tenía un nuevo integrante haciendo más interesante este viaje. Muchas sorpresas le esperaban al equipo Avatar, pero estaban seguros que podrían sobrellevarlas juntos.

Y… espero que les haya gustado! Gracias a todos por venir a leer esta historia. Dejen review, nada de tomatazos, y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!