- ¿Estas bien? - el joven se mantuvo observándola, sin responder - Oye... Inuyasha - tomó su rostro con ambas manos - ¿Puedes reconocerme?

El contacto de las cálidas palmas de la chica contra sus mejillas provocaron su reacción, al mismo tiempo en que su rostro tomaba un notable color rosado

- Hugh.. s...si.. e...eso creo - ella lo soltó, sin abandonar sus ojos - Es... imposible que no sepa quién eres

- Es bueno volver a verte - sonrió, mientras los latidos del corazón de hanyo incrementaron notoriamente - ¿Por qué Tsubaki te estaba persiguiendo?

- Bu... bueno, estábamos con Shippo...

Shippo

- ¡Shippo! - se puso de pie, volteando y viendo que seguía inconsciente en el suelo - ¡Shippo! - corrió en su dirección, tomándolo en sus brazos nuevamente - ¡Shippo, reacciona!

- ¡¿Qué le ocurrió?! - volvió a arrodillarse a su lado, con la misma desesperación que manifestaba el peliplata

- Esa bruja lanzó una serpiente y... logró alcanzarlo... mordiendo su cuello

Los ojos de la morena se abrieron de par en par

- ¡Déjalo en el suelo!

- ¿Qué? - lo tomó por sorpresa

- ¡Ponlo en el suelo, no tenemos mucho tiempo! - gritó

Obedeció aquella orden sin cuestionarla siquiera un instante. La mujer empuñó sus garras, inclinándose y elevando la manga de la pequeña camisa del zorrito

- ¿Qué harás? - preguntó, mirando la expresión contraída de su rostro

- Purificaré el veneno... para que deje de recorrer su cuerpo, pero... no será suficiente - lo miró, incrementando su preocupación - Esta clase de ataque está ligada a una poderosa maldición... pero, sé quién puede ayudarnos - sonrió - Sólo... confía en mi

- Esta bien - murmuró - Siempre... confié en ti

La joven volvió a mirar al niño y clavó sus garras en su brazo, provocando que sangre comenzara a brotar. Desenfundó a Sakura, cerró sus ojos, pidiéndole ayuda a la espada para apoyar la punta de su hoja sobre la sangre y liberar su energía, la cuál poco a poco fue envolviendo a ambos seres

Las hijas de un rey youkai, poderosas herederas...

La menor de las tres hermanas se encontraba camino a su habitación, cuando uno de los guardias la interceptó para avisarle que su padre la estaba esperando. La castaña asintió y se dirigió al lugar seleccionado

- Buenas noches, hija - sonrió, al verla ingresar

- Buenas noches, padre - le devolvió la sonrisa

- Estoy seguro de que te estas preguntando, ¿Por qué decidí llamarte a estas horas? - ella asintió - Debo decirte... que ha llegado el momento - sonrió

- ¿Qué? - murmuró, abriendo sus ojos en señal de sorpresa - ¿De... de verdad?

- Así es - asintió - La espada Tsuki está lista para recibirte como su legítima dueña, Rin

El rugir de una cascada, puede acallar hasta el llanto más doloroso...

Observaba la luna, como había aprendido a hacerlo a su lado. Era doloroso... no podía evitar pensarla cada noche, con cada aparición de aquel misterioso objeto. De hecho, fue gracias a ella que se interesó por saber lo que había más allá de sus propias narices, sin embargo, a pesar de ser consciente de la imposibilidad de su amor, jamás creyó perderla

- Nosotros no estamos destinados a estar juntos Sesshomaru, tú... lo sabías desde el principio

Si, lo sabía, el amor entre un youkai y un hanyo era algo impensado, sobretodo para su madre, ya suficiente tenía con el bastardo de su medio hermano como para sumarle una sacerdotisa mitad demonio como parte de la familia

- Kikyou - susurró, redirigiendo su mirada a la cascada, aquel lugar en dónde tantos encuentros tuvo con ella, el lugar en dónde logró conocer sus labios, su cuerpo y su alma, el lugar en el que se había enamorado por primera vez y, en dónde juró no entregarle su corazón a nadie más

Sin embargo, el destino tenía otros planes


Capítulos cortitos, pero concretos jajaja

¿Qué les parece la historia?