- Cuanta paz - murmuró el castaño, mientras se arrodillaba, colocando su cubeta en el agua
- ¡Shippo! - giró ante aquella voz femenina - ¡Shippo! ¡¿Estas por aquí?!
Momentos después, la exterminadora emergió del bosque, encontrándose con la mirada azulada del monje
Vaya... los ángeles caen del cielo
Pensó, sin emitir una sola palabra
- Disculpe, buenos días - se acercó - Estoy buscando a un niño... bueno, no humano exactamente, es más bien un zorrito
- Buenos días - sonrió - ¿Acaso se refiere a un youkai?
- Si, pero... pero no es maligno - respondió, cubriéndose, debido a que los aldeanos solían sucumbir al miedo al oír aquella palabra - Sólo... sólo es un niño
- Descuide... sólo estoy preguntando - se puso de pie - No fui entrenado para juzgar a las personas, ni a ningún otro ser - tomó la cubeta - Pero, creo que sé dónde está quién esta buscando
- ¿De verdad? - sus ojos se iluminaron
- Sólo... sígueme - comenzaron a caminar - Oh... disculpe mi falta de modales, ¿Cuál es su nombre?
- Sango - sonrió - ¿Y usted es...?
- Miroku - le devolvió la sonrisa - Soy el monje Miroku
El futuro heredero
- Tenseiga está inquieta desde anoche - pronunció Inu No Taisho, mientras caminaba hacia el cuarto de reuniones
- ¿Usted cree que la espada Tsuki ya tenga dueño? - preguntó Myoga, sobre su hombro
- Es lo más seguro - respondió sin detenerse - Lo mismo le ocurrió a Tessaiga
- ¡Eso es una muy buena señal amo! - comenzó a saltar - Al parecer las espadas están listas para reunirse nuevamente con Sakura y Tsuki
- ¿Y eso significa...? - sonrió
- Que el amo Inuyasha y el amo Sesshomaru deberán batirse a duelo para saber quién se quedará con cada espada
- Así es - llegó a su destino, ingresando a la habitación
- Llegas tarde - pronunció sin voltear
- Lo siento querida, pero...
- Taisho - lo miró por sobre su hombro, sonriendo cínicamente - Perdiste el derecho de llamarse así el día en el que decidiste irte con esa humana
- Irasue, no delante de Myoga...
- Tienes suerte de que te dejé regresar aquí - volvió a mirar al frente - Y sólo porque no quiero ser yo la que se encargue de este lugar
- Lo sé - suspiró - No quieres tener preocupaciones, ¿no es así?
- Lo que has dicho
- En fin, vine hasta aquí para que discutamos sobre...
- Lo sé - volteó - Elige la mejor locación para el combate y luego ve a avisarles a Sesshomaru y ese bastardo que tienes por hijo
