.09. Más Certezas, Menos Dudas.

Sora apenas pudo dormir.

Estuvo dando muchas vueltas en la cama y cuando lograba conciliar el sueño, este era liviano y poco reparador.

Se revolvía inquieta y se despertó sobresaltada.

Hablando con Yamato y Hayato durante la celebración, relatando las palabras que le había dicho en la entrega de premios, comenzó a asumir la gravedad de las actitudes de su ex novio y como él era un riesgo para su trabajo y su bienestar.

-No sé de donde sacó esas ideas raras, de que tú y Yamato estaban juntos, pero es preocupante que te quiera acosar con preguntas e insultos, porque en un futuro podría imaginarse cualquier escenario con quien sea tu cliente en ese momento y sería incómodo. Deberíamos denunciarlo.

-No quiero problemas, sería molesto para toda la compañía, y problemático si esta se viera obligada a respetar una restricción de acercamiento.

-Esto no se trata de la discográfica, Sora. Se trata de tu bienestar, de tu seguridad. No estaremos tranquilos hasta que se marche de este hotel.

Hayato tenía razón, esto excedía los contratos de trabajo.

Aunque se sentía aterrada, si la situación persistía debería marcar un límite con fuerza.

Repasó varias veces los sucesos de la noche.

Y siempre llegaba a esa despedida con Yamato que por poco no había sido un beso.

Ese era el otro asunto que le preocupaba.

Era evidente que también él sentía atracción. En otro momento le hubiera alegrado, Mimi solía decirle que a menudo ella no era capaz de leer las insinuaciones.

¿Y si se hubieran besado?

Se sentía una niñata del secundario escandalizada por un desequilibrio hormonal, pero se daba cuenta de que él parecía despertar algo más profundo que una mera química corporal.

Dio varias vueltas.

Él no había vuelto a comunicarse, tampoco ella quería dar ese paso. No podría obviar lo que había sucedido antes.

Y algo en su interior le decía que de haber conectado más, la historia no hubiera terminado en simples besos.

No iban a poder fingir que nada había pasado.

Habían leído con facilidad el deseo en los ojos del otro.

Se arrepintió de todos los momentos a solas en el gimnasio, donde había disfrutado del juego de la insinuación y él parecía no enterarse mucho.

A las diez de la mañana, su celular vibró y se apresuró a curiosear la notificación.

Era un mensaje conciso.

"Estoy subiendo, ya le arruiné el día a tu ex con la historia que monté en torno a nosotros"

Sora se incorporó en la cama.

Se levantó con rapidez y fue hacia el cuarto del baño, donde logró despertarse un poco más lavando su rostro, también cepilló su largo cabello rojizo y observó el semblante preocupado que se evidenciaba en su abatido reflejo.

Entrando al dormitorio nuevamente, se vistió apresuradamente con la ropa que había traído entre sus pertenencias la noche anterior, y aguardó a que Yamato golpeara la puerta para ingresar a la habitación.

Cuando abrió la puerta le vio aparecer con el rostro sonriente.

-¿Cómo pasaste la noche? -se internó en la salita principal y la observó expectante.

-No pude descansar muy bien -admitió ella -tenía mucho para pensar, y estaba preocupada y nerviosa.

-¿De verdad? -pareció contrariado con la respuesta -te dije que podrías dormir tranquila aquí, él no va a venir, de hecho vi que muchas de las personas que se hospedaron anoche en el hotel, ya se están largando de aquí. No dejaremos que se acerque a ti.

-Ya has hecho suficiente por mí – dijo Sora -y te lo agradezco, pero realmente pasé una muy mala noche.

Yamato tomó algo de aire y lo dejó salir en un ruidoso y pausado suspiro. Dio unos pasos hacia ella y la observó de cerca.

-¿Estás mal por lo de anoche? ¿Te enojaste?

A Sora la pilló por sorpresa que él no eludiera el tema, no quería enfrentarse tan temprano a todas esas dudas que se transformaban en certezas.

-N.. no me enojé. -se ruborizó y detestó que los nervios la delataran así.

-Descuida, me siento tan confundido como tú -admitió él sin vergüenza – creo que hay cosas más urgentes que resolver. ¿Quieres quedarte otra vez aquí esta noche? No me molestará dormir otra vez en tu habitación si eso mantiene alejado a ese sujeto peligroso de ti.

La incomodidad era tal que Sora se limitó a asentir. De pronto sentía que toda su tranquilidad y fortaleza se habían esfumado, no se reconocía a sí misma.

El golpe en la puerta les alivió.

-Entra -dijo Yamato, sabía que podría tratarse de Hayato, le había anunciado que pronto estaría nuevamente en su habitación.

El baterista apareció ante ellos con un visible cansancio en el rostro y bostezando.

-¿Cómo están? Así que tenías razón y el idiota fue a buscar a Sora. No puedo creerlo.

-Gracias a lo que escuchaste, pude inventarle que Sora había grabado sus palabras y quedó bastante sorprendido, se marchó pálido, entre furioso y aterrado. No pudo amenazarme.

-La seguridad del hotel me indicó que ya se retiró, al igual que el resto de los asistentes a la fiesta. -Hayato consultó su celular -ya puedes estarte tranquila.

-¿La seguridad? ¿Cómo accediste…? -Sora estaba impresionada por la celeridad en las reacciones de la banda para protegerla.

-Es que anoche en la fiesta me hice amigo del jefe de seguridad, le dije que Mishamoto era alguien que ponía la seguridad de Sora en riesgo, y se encargó de hacerle seguimiento.

-¿Hiciste eso por mí? Lo siento -Sora se inclinó hacia él con una leve reverencia -Lamento que no hayas disfrutado de la fiesta por mi culpa.

-¿Qué dices, mujer? Lo hice con gusto, y es agradable saber que puedo devolver algo de lo que tú nos has aportado estos meses, no se trata solamente de Yamato, le has hecho un bien a toda la banda. No tienes de qué avergonzarte, haces un gran trabajo y es muy injusto que ese imbécil se crea con derecho a seguir hiriéndote. Déjate cuidar.

Sora le sonrió con sinceridad. Su rostro se tornó cálido y hermoso cuando hizo ese gesto.

Yamato tuvo que desviar la vista, quedó encantado con las palabras que Hayato le había dicho a la joven, quien desde el encuentro con su ex se había transformado en una persona increíblemente vulnerable y parecía demasiado afectada por ello.

-Y dime, Sorita bonita -dijo Hayato de buen humor -¿A qué hora es que debemos ir a la prueba de sonido hoy? Espero que hayas descansado bien tu voz, Yamato, porque hoy vas a tener que esforzarte, esta noche descargaré todas mis fuerzas sobre la batería, por algún lugar canalizaré la rabia que me despertó este imbécil.

Yamato le sonrió.

-Estoy listo para gritar si es preciso.

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Sabía con antelación que aquella noche sería diferente, lo tenía claro. Y sería de las más decisivas en los largos meses que llevaban de gira.

Yamato sonrió a la audiencia, que llenaba el recinto del teatro hasta donde llegaba la última fila de butacas. Se despidió triunfalmente y escuchó los gritos de protesta del público. Sonrió y se retiró hacia la izquierda del escenario, tal como lo había acordado con los chicos.

Ingresó por la puerta lateral y vio a Akira y Hayato hacer lo mismo en la puerta que quedaba en el lateral opuesto. Los técnicos de sonido estaban también con ellos.

Las luces bajaron su intensidad y notó la presencia de Sora. No había nadie más allí y no esperaba verla en ese lugar por nada del mundo, especialmente luego de la noche anterior en la que habían intercambiado sus habitaciones y ella apenas había sido capaz de sostenerle la mirada y dirigirle la palabra durante todo el día.

La joven hizo un ademán de alejarse, porque no esperaba que él saliera en esa dirección. Siempre le gustaba presenciar los shows de los artistas al costado del escenario.

Yamato alcanzó a apoyar su mano el hombro de ella, intentando que no se marchara. Sora se volteó a mirarlo.

Él imaginaba que era bastante vergonzoso para la chica que sus clientes la hubieran visto tan vulnerable, cuando todo el tiempo se esforzaba por mantener la imagen de seriedad y llevar adelante cualquier idea que significara el mejor plan para conseguir lo que la banda quería.

Para alguien tan autosuficiente, que ellos la hubieran protegido en un momento tan vulnerable, generaba sentimientos opuestos de agradecimiento y humillación.

El público gritaba y llenaba el auditorio con sus reclamos. El show no podía haber terminado aun, pero Yamato sentía que estaba en otra dimensión, dejó caer su brazo al ver que ella había decidido quedarse pese a la incomodidad del momento.

-Ya tendrías que ir saliendo -fueron las primeras palabras que ella le dirigió en muchas horas, y no era para nada usual que le esquivara la mirada.

Yamato asintió, pero antes de asomarse por la puerta para hacerle señas a los chicos, se volvió hacia Sora y se le acercó con lentitud hasta llegar a pararse ante ella.

En los ojos de ella no había resistencia, ni rencor, tampoco había rastro de su frustración..

Nunca la había notado tan disminuida y frágil, algo grande había cambiado en ella la noche anterior. En sus ojos había un dolor que aun la hacía sentirse humillada.

Años de mentiras, engaños y falsas promesas. Años de pequeños sueños hecho añicos cada vez que en el pasado, aquel cruel hombre había pisoteado su corazón. Y que alguien conociera su dolor más allá de su mejor amiga le hacía sentirse especialmente débil.

Yamato no esperó a que ella se alejara nuevamente, también él llevaba a cuestas sus miedos y dudas, pero ya no quería resistirse a lo que sentía. Se inclinó hacia adelante y apoyó su frente sobre la de ella, mirándola con fijeza y sintiendo la deliciosa adrenalina llenando su cuerpo.

Ella no se movió. Solo lo observó unos instantes, con mucha determinación mientras que Yamato se debatía entre qué hacer y qué no. Con suavidad inclinó su rostro hacia un lado, besó una de las mejillas de Sora, y de inmediato sus labios se desplazaron hacia la oreja de la chica.

-Realmente me gustas mucho.

Fue un susurro lo suficientemente audible como para que ella fijara sus ojos en él con una expresión nerviosa.

Yamato se retiró lentamente hacia atrás y curioseó por la puerta hacia el escenario. Divisó el rostro sonriente de Hayato al otro lado y le hizo una seña con la mano.

Vio al baterista salir y el griterío aumentó. Ya debía irse. Se echó la correa del bajo al hombro y aguardó a que apareciera Akira para salir él.

Se giró brevemente para volver a contemplar a Sora, que parecía haberse quedado clavada en el mismo lugar donde él se le había declarado.

Desvió la vista una vez más hacia el escenario, lamentando profundamente tener que marcharse sin más para continuar con el show. La volvió a observar y le sonrió de medio lado, luego se sacudió el pelo para salir ante la ensordecedora multitud.

Sora tardó bastante en recuperarse de la sorpresa.

Nunca había vivido algo así.

Cuando finalmente pudo aceptar las palabras de Yamato, decidió que lo más prudente sería alejarse de allí hacia los camerinos y aguardar allí a que ellos bajaran del escenario.

Respiraba agitadamente. Casi se había desarmado cuando él se le acercó tanto.

No había podido reaccionar.

Y lo agradecía, porque no sabía en qué podría haber terminado aquello.

Llegó a la parte del backstage y se quedó observando todo allí en estado ausente.

"Contrólate" se reprochó a sí misma.

Estaban todas las pertenencias de la banda, cuando terminaran con el show de esa noche, luego de que se ducharan y cenaran allí, su destino sería el hotel, para terminar de preparar sus equipajes para marcharse muy temprano hacia el aeropuerto internacional.

Los países nórdicos parecían prometedores.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos al ver ingresar los integrantes de la banda, de a uno.

-¿No estabas viéndonos? -preguntó extrañado Hayato.

-Oh, sí, hasta que salieron del escenario la primera vez, y allí vine para disponer de la cena, que ya nos estarán trayendo el pedido y he solicitado al personal que lo recojan para nosotros en una puerta lateral del auditorio.

-Atenta a todo -agregó Akira, de muy buen talante -me voy a la ducha -agregó rápidamente, mientras Yamato entraba al lugar y curioseaba la situación fingiendo completo desinterés.

Si Sora no le había sostenido la mirada durante todo el día, no le sorprendería que ella le ignorara completamente ahora.

Él se sentía particularmente cansado, también aliviado.

Durante los últimos meses había aprendido lo liberador que era hablar de lo que sentía y ahora ya nada estaba en sus manos.

Todo iba a depender de Sora.

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Al día siguiente arribaron al avión, tomaron asiento en la aeronave y le gustó comprobar que ella había mantenido su sitio sin tentarse a cambiarlo con alguno de los chicos.

-¿Pudiste descansar bien anoche? -estaba decidido a romper el hielo, el viaje llevaría algunas horas y no quería hacerlo en completo silencio.

Iban en una cabina en primera clase, que les brindaba bastante privacidad.

-Dormí muy bien -dijo Sora dignándose a mirarle, hizo una pequeña pausa - Gran show el de anoche, Yamato – agregó a continuación, terminando de ordenar sus pertenencias.

-¿Cuál fue tu parte favorita? -preguntó sonriendo.

-La parte en la que fuiste tan irresponsable de no medir tus palabras. – dijo de manera cortante.

Él se quedó helado. No se imaginaba un ataque tan frontal de parte de la pelirroja, pero ahora ella le miraba de brazos cruzados, completamente cerrada al diálogo con semblante serio.

-¿Disculpa? -no sabía qué decirle.

Vio que Sora tomaba aire pausadamente, desviando sus ojos brevemente hacia la pequeña ventana que tenía a su lado, para luego finalmente enfrentarlo con la mirada.

-Mira, entiendo que necesites desahogarte cuando sientes algo, es el enfoque que has trabajado en el tratamiento y es importante. Pero debemos ser cuidadosos, aprender a evaluar el momento adecuado de soltar algo como lo que dijiste.

Volvía a ser la misma de antes. ¿A dónde se había ido la chica vulnerable y terriblemente tímida de la noche anterior?

-¿Tengo que asumir que este es un rechazo? -las palabras de él, cargadas de reproche, no se hicieron esperar.

-No -pareció contrariada y se ruborizó levemente -pero es bastante egoísta de tu parte dejar que yo resuelva algo tan complejo, sabiendo sobre mis limitaciones contractuales -ella suspiró -y no me malinterpretes, creo que la otra noche quedó bastante claro lo que ambos sentimos, pero dejar que esto avance pondría en riesgo todo lo que has logrado, sería contraproducente para el tratamiento, sin mencionar que si los chicos o la discográfica tomaran conocimiento de esta situación, me despedirían.

-Y tu prestigio pesa más que esto -replicó él, molesto.

-No seas infantil, Yamato, no es mi prestigio lo que está en juego -le miró con la intensidad que le había faltado durante las últimas dos noches - es tu bienestar, tu tratamiento y tu evolución.

-Pero si estoy bien, nunca me he sentido más a gusto con estar limpio.

Sora se inclinó hacia adelante para bajar la voz, apoyó sus manos sobre su regazo para conversar lo más tranquila que pudiera.

-No te recuperas de las adicciones, ¿sabes? Solamente aprendes a convivir con la amenaza de cada tentación que se te presente en adelante. Y aún no has vivido una situación así, porque te hemos protegido en todo momento para que eso no suceda. Ahora mismo estás en una burbuja de cristal que es muy frágil. Debes avanzar con tus herramientas y desarrollo emocional, debes llevar todas estas cuestiones a un nivel más racional, y ha quedado claro que aún eres bastante impulsivo.

Yamato se sintió abatido.

¿Qué era aquello? Se atraían mutuamente, era evidente y hasta ella lo había admitido, pero ¿por qué Sora se empeñaba en complicar la situación?

Ella no quería que todo se fuera al demonio, pero en aquel momento, todo el tratamiento peligraba. Aunque sentía que su propio corazón se rompía, quería que el joven que tenía en frente entendiera eso, independientemente de lo mucho que él le gustara.

-¿Es otro signo de mi autodestrucción? -él pareció dudar un poco de su postura inflexible.

Yamato comenzaba a procesar todo lo que ella le había dicho. Ahora comprendía que Sora tenía razón, y entendió que esta era su manera de mostrarle que estaba preocupada por él genuinamente.

Su expresión se volvió apática y la observó un poco cabizbajo.

-Lamento mucho haberte causado una incomodidad así, Sora. Sin dudas aun tengo bastante que aprender. Fue tonto y egoísta de mi parte. Lo siento.

-No te sientas mal -ella no quería echar abajo la toma de consciencia pero también quería darle alguna señal de paz - Mira, sigamos avanzando en el tratamiento. Yo realmente me siento a gusto contigo.

Yamato la miró, decidido. Extendió su mano hacia la de ella y la tomó.

-Esperaré a terminar el contrato para avanzar contigo.

La chica se ruborizó. Ahora deseaba que la gira terminara de una buena vez.

Yamato se llevó la mano de Sora a los labios y le besó el dorso con ternura.

Ella se estremeció. La invadieron sensaciones encontradas.

-Estaremos bien -susurró la joven, queriendo creerse sus propias palabras.

"Si no nos gana la química antes"

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Natesgo: Qué lindo saber de ti, me alegra que te guste esta historia y la estés leyendo, y MUCHAS MUCHAS GRACIAS por este precioso primer review, me hizo muy bien leerlo, gracias por tus palabras, desde el fondo de mi corazón. Como escribo como autómata, si bien había notado que nadie dejaba review, seguía adelante, además en la app de ffnet se me había cambiado una configuración y ya no me llegaban correos a la casilla, así que pensaba que quizás nadie se enteraba de los capítulos xD Intento darle más profundidad a mis personajes porque cuando releo las historias viejas me encuentro con un montón de fallas e incoherencias (por eso hubo algunas que las eliminé y las volví a subir corregidas) Celebro mucho que te guste esta historia y a mí también me gustan los Yamatos más sufridos que van aprendiendo y madurando con la trama, dramáticos. Por algo es mi personaje favorito y siempre suelo centrar las historias en él, aunque Sora me parece un complemento perfecto para él, y por algo funcionan tan bien. Gracias nuevamente por este review y un saludo para ti.