Hola hermosas, espero hayan tenido un excelente fin de semana. Muchas gracias por estar al pendiente de la actualización, les dejo el capítulo y espero que recuerden que la historia NO es para menores de edad, espero comprendan, gracias.
LÍNEAS DEL TIEMPO
22
LÍNEA 1
Era sábado por la mañana y por primera vez en mucho tiempo Candy estaba levantada y lista para salir. Se había despertado muy temprano, había tomado un baño y había elegido un vestido de gasa color rosado, muy fresco para la mañana que apenas iniciaba. Peinó sus cabellos con delicadeza y tranquilidad, buscando la perfección en cada uno de sus rizos, acomodó sobre su espalda la mitad de ellos y el resto lo trenzó simulando una media cola, algunos rizos coquetos se negaron a ser trenzados y quedaron enmarcando su pecoso rostro. Coloreó sus labios de un tono semejante al color de sus labios, sus mejillas se encendieron al ver el resultado de su arreglo pensando en aquellos ojos azules que la hacían suspirar.
Se sentó en el pequeño sofá que adornaba la sala de su departamento y observó el reloj que tenía en la pared, aun no daban las nueve y ella ya estaba impaciente por que se diera la hora acordada. Su corazón saltó de gozo al escuchar que delicadamente alguien se anunciaba en su puerta.
Candy se levantó como un resorte decidida a abrir, sin embargo se tomó un respiro y relajó su cuerpo para reflejar una tranquilidad y una seguridad que estaba muy lejos de sentir. Respiró profundamente una vez más antes de tomar la perilla de la puerta principal y permitir el acceso del recién llegado.
-Buenos días Candy. – Saludó aquel apuesto joven que sonreía de manera seductora al tener frente a sí a la joven rubia que lo esperaba ansiosa y que en vano intentaba ocultarlo.
-Buenos días Anthony. – Dijo Candy con una sonrisa completamente iluminada al tenerlo frente a ella una vez más. Verde-Azul se mezclaron en una mirada cómplice que encerraba el entusiasmo en cada uno de ellos por volver a verse.
Anthony había despertado muy temprano como era su costumbre, sin embargo la ansiedad que él reflejaba por volver a ver a Candy no era la misma que reflejaban los dos inventores, quienes se mantenían aún envueltos entre las sábanas de sus camas.
-Anthony aún es muy temprano. – Dijo su primo intentando cubrir con la sábana la luz que entraba por la ventana una vez que Anthony había abierto las cortinas de la habitación.
-Lo siento. – Dijo Anthony seguro de que había importunado a ambos inventores, sin embargo el sueño de Stear mayor era tan pesado que nada podía importunarlo.
El rubio se adentró al cuarto de baño para comenzar a alistarse, no quería llegar tarde por Candy, había quedado de llegar por ella a las nueve en punto para ir a visitar a Patty. Eligió el traje que usaría con detenimiento, se dio el lujo de probarse dos atuendos hasta convencerse que el que llevaba puesto era el indicado.
Había elegido un pantalón marrón con una camisa añil, observó su imagen en el espejo y sonrió ilusionado, le gustaba lo que veía, no era un experto como su primo Archie, sin embargo tenía cierto conocimiento por la moda. Peinó sus rubios cabellos fijándolos aún húmedos y evito que lo largo que lo llevaba le impidiera verse impecable, suspiró al ver que ya necesitaba un corte de cabello, algo que no consideraba importante antes de volver a ver a Candy, pero que ahora le parecía que era lo adecuado.
-Vamos Anthony, que ya estamos listos. – Dijo Stear a su primo, quien había tenido menos tiempo que Anthony para alistarse pero como siempre ya se había arreglado. Anthony los miró un tanto confundido porque no se había dado cuenta del tiempo que había pasado frente al vestidor.
-Lo siento. ¿Qué hora es? – Preguntó un poco impaciente al creer que ya se le había hecho tarde.
-Van a dar las ocho y treinta. – Respondió el mayor, quien miraba en la pantalla de su teléfono la hora, algo ya normal para los chicos de principios de siglo.
-¿Nos vas a acompañar? – Preguntó Anthony al mayor, quien negó a la pregunta.
-No, iré a Lakewood para llevar de una vez las muestras. – Dijo en respuesta a la pregunta del rubio.
-¿No crees que es un poco arriesgado continuar con los viajes a diestra y siniestra? – Preguntó el menor, quien estaba convencido que por los datos dados por el mismo inventor la batería de la máquina cada vez se agotaba más.
-Sí, es por ello que he decidido quedarme hasta que tenga los resultados de ADN. – Dijo mirando convencido a ambos Andrew. – No tiene caso que me quede más tiempo, además sé que ustedes podrán manejarlo estas semanas. – Dijo convencido de que así sería.
-¿Estás seguro? – Preguntó el inventor menor al escuchar que él, Anthony y Archie serían los encargados de manejar las cosas en su ausencia.
-Confío en ustedes. – Dijo Stear seguro de ello, quería ir a su línea de tiempo para estar con su Patricia, el encuentro con la joven de esa línea del tiempo había hecho que reflexionara en cuanto la extrañaba.
-Muy bien, entonces no se diga más. – Dijo Anthony estando de acuerdo con el mayor ya que sabía que no podían retenerlo ahí porque él también tenía una vida en otra línea del tiempo.
-¿Qué sucede si la máquina ya no funciona? – Preguntó Stear joven a su contraparte, sabía que existía una gran posibilidad de que así fuera.
-De ser así ya no podré volver. – Dijo Stear mayor temeroso de no poder regresar. – Pero estoy seguro que eso no sucederá. – Dijo con una sonrisa. – Ahora que si no puedo volver de mi línea del tiempo, ustedes tendrán que convencer a la tía abuela de que realmente son Anthony y Alistear. – Dijo confiado en que algo se les ocurriría a los tres para hacerlo.
Los tres jóvenes se despidieron con la promesa de verse dentro de unas semanas. Stear se subía a uno de los automóviles, mientras el joven Stear tomaba el otro auto que su contraparte había construido en esa línea del tiempo.
-Tranquilo Anthony, aún es temprano. – Dijo Stear al ver la impaciencia de su primo. Anthony sonrió apenado por su impaciencia.
Al igual que Candy, Anthony estaba afuera de la pensión esperando que estuvieran cerca de las nueve para tocar la puerta de la pecosa, puntual, ni un minuto más ni un minuto menos. Stear lo veía divertido desde el automóvil dispuesto a esperar que bajaran.
Los nervios invadieron a la joven pareja quienes se admiraban sin la intención de desviar sus atenciones del contrario, ninguno tenía la intención de demostrar las emociones que provocaba en sus jóvenes corazones su presencia en la vida de cada uno.
-¿Estás lista? – Preguntó el elegante caballero con su deslumbrante sonrisa una vez recuperado de tan bella imagen. Su sonrisa que era imposible que no derritiera el corazón de Candy, quien lo miraba atónita a la impecable apariencia que él mostraba y no era como que no lo había visto vestido de esa forma, sino que era la primera vez que se fijaba el cabello aparentando estar más corto de lo que realmente era.
-Estoy lista. – Respondió Candy con una sonrisa encendida, sonrisa que demostraba la turbación que sentía ese momento. Anthony sonrió complacido al sentir la mirada trémula de la rubia sobre él.
Ella lo admiraba en silencio mientras bajaban uno al lado del otro, incapaces de hacer contacto, temerosos de sentir de manera aplastante las emociones que se movían inquietas en su interior.
-¿Cómo dormiste? – Preguntó Anthony con ánimo, intentando desviar un poco su atención de la blanca piel expuesta de la rubia, se veía tan suave, tan tersa, que se antojaba rosar con una suave caricia con sus manos.
-Bien. – Respondió Candy con ansiedad, animada por la presencia del rubio, quien la hacía enmudecer por la emoción de tenerlo tan cerca. Anthony sonrió, no podía evitar observar que su presencia era grata para ella, tanto como lo era para él.
-¿Desayunaste? – Preguntó una vez más Anthony intentando vencer aquella timidez que los envolvía después de haber pasado un tiempo lejos el uno del otro.
-La verdad no. – Dijo Candy abochornada de reconocer que por la ansiedad de esperarlo lista y no retrasarse no había probado bocado alguno. Anthony sonrió como si estuviera esperando esa respuesta por parte de la rubia.
-Entonces te invitamos a desayunar. – Dijo Anthony un poco más tranquilo. Candy lo observó como si no comprendiera a quién más se refería, ya que él había subido completamente solo por ella. – Stear nos está esperando en el auto, también quiere visitar a la señorita O'Brian. – Dijo un tanto emocionado por pensar que su primo había estado pensando todo ese tiempo en la hermosa Patricia O'Brian.
Anthony por fin se atrevió a tomar a Candy por la espalda con un movimiento sutil y delicado, un movimiento que no era atrevido, sino que por el contrario era un movimiento natural que se presentaba entre ellos una vez que el rubio abría la puerta de la pensión para permitir su salida, mientras que con su mano derecha abría la puerta del edificio.
-¡Hola Candy! – Dijo Stear con un saludo amable. Candy sonrió al verlo tan fresco como siempre.
-Buenos días Stear. – Saludó la rubia con una sonrisa amable, mientras Anthony se dedicaba a ayudarla a subir entre medio de ellos para no obligarla a ir sola en la parte trasera del vehículo.
-Has dejado mudo a Anthony. – Dijo Stear con esa travesura que lo caracterizaba. Candy abrió sus ojos visiblemente sorprendida y sonrojada por el comentario de su ahora primo.
-¿Mudo? – Preguntó Candy sin comprender del todo el comentario hecho por el joven inventor.
-Hace unos momentos venía muy platicador. – Dijo Stear revelando que los nervios lo habían hecho hablar de más todo el camino. Anthony lo miraba un tanto en desacuerdo ya que no le parecía correcto que lo dejara en vergüenza delante de la rubia. – Creo que es el efecto que provocas en él con tanta belleza. – Le dijo para después arrancar el vehículo.
-En eso tiene razón. – Dijo Anthony, quien no se había atrevido a alabar la belleza que la joven irradiaba aquella mañana. – Estás muy hermosa el día de hoy. – Dijo con una sonrisa radiante, sonrisa que una vez más dejó sin aliento a la joven enfermera.
-Tú también estás muy guapo. – Dijo Candy fijándose enamorada en los hermosos ojos azules que tenía frente a ella, ojos que la miraban seductores y que provocaban una inmensa alegría en su joven corazón. El carraspeo de Stear se hizo presente, demostrando que estaba ahí y que lo estaban ignorando a pesar de que el piropo había salido primero de sus labios. – Los dos están muy guapos. – Dijo Candy realmente apenada por dejarse llevar bajo el embrujo de esos ojos soñadores.
-Gracias Candy, eso lo sé. – Dijo Stear con gracia, provocando la risa de ambos rubios, quienes rieron más relajados gracias a las ocurrencias del inventor. – Pero también tengo que reconocer que has logrado lo imposible con Anthony. – Dijo de nuevo sin dejar de ver al frente del camino. Candy lo miró atento, lo mismo que Anthony quien no sabía qué es lo que diría esta vez su primo para descubrirlo ante la rubia.
-¿Lo imposible? – Preguntó Candy curiosa por saber qué había logrado.
-Has hecho que Anthony por fin se preocupe por su apariencia. – Decía un tanto en broma, pero Anthony sabía bien que era cierto lo que su primo le decía, ya que tenía mucho tiempo que no se había preocupado por tener una apariencia elegante como antes lo había hecho. Anthony lo escuchó, sabía que las palabras de su primo eran de agradecimiento y no eran para hacerlo sentir incómodo, le sonrió agradecido por su genuina preocupación. – Duró horas frente al espejo preguntando si se veía guapo. – Dijo agregando un poco de humor para evitar hacerlo sentir incómodo.
-¡Basta Stear! – Dijo Anthony riendo con él por las exageraciones que inventaba frente a la rubia.
-¡Es la verdad! – Decía con gracia el chico de anteojos mientras Candy reía divertida por sus palabras. Anthony detuvo su reclamo para escuchar la risa melodiosa de la rubia, quien reía divertida junto a él. – En serio Candy, muchas gracias por lograr que Anthony regresara. – Dijo de nuevo el inventor con un tono más serio y educado, un tono en el que demostraba que estaba totalmente agradecido por el cambio tan positivo que había provocado en Anthony.
Candy dejó de reír y observó a Anthony una vez más, sus ojos se perdieron en su rostro, admirando cada fina línea que lo dibujaba, creyendo imposible que aquellos resplandecientes ojos hubieran alguna vez apagado su emoción. Anthony la miró fijamente y pudo observar una vez más aquella ansiedad que desprendía la rubia cuando lo tenía tan cerca. Sus corazones nuevamente latieron emocionados al descubrir su emoción de volver a estar juntos.
-¿Qué gustas desayunar, Candy? – Preguntó Anthony intentando no seguir incomodando a su primo, quien había guardado silencio al observar aquella plática silenciosa que se llevaba a cabo junto a él entre dos almas que era claro se pertenecían entre sí.
-Creo que un desayuno estilo americano estaría bien. – Dijo Candy con el hambre ya golpeando su estómago.
-Me parece perfecto. – Dijo Stear igual de emocionado que la rubia, ya que al igual que ella tenía mucha hambre.
-¿Por qué no regresamos entonces al hotel? – Preguntó Anthony seguro que en ese lugar servían unos desayunos exquisitos. Stear no lo pensó más y antes de que alguno de los dos se opusiera o propusiera otro lugar inmediatamente viró el volante y se regresó hasta el hotel en el que se hospedaban.
Pidieron con cargo a la cuenta de su habitación y una vez satisfechos se decidían a ir en busca de Patricia.
-Buenos días. – Dijo Archie con una gran sonrisa, el joven elegante había llegado momentos antes para buscar a los chicos e ir en busca de su prometida y de Patty.
-Buenos días Archie. – Respondieron todos con una sonrisa, les gustaba estar todos juntos.
Candy y Archie se miraron conmovidos al ver al par de jóvenes que habían desaparecido en su línea de tiempo. Ambos sonrieron emocionados, sin imaginarse que los mismos sentimientos que ellos tenían en su pecho, estaban dentro de los corazones de Stear y Anthony.
-Candy, creo que tendremos que esperarlos aquí. – Dijo Anthony seguro que no quería exponerse una vez más ante los Britter. Candy asintió y se decidió a ir hasta la mansión de Annie junto a Archie.
-¿Crees que puedan convencer a Patty? – Preguntó Stear un poco impaciente. Anthony lo miraba como a un niño pequeño quien se estaba desesperando por no tener lo que esperaba.
-No veo por qué no. – Dijo Anthony señalando con su rostro hacia dónde venía su primo y las tres jóvenes. Stear quedó impresionado por la presencia de Patricia, la joven caminaba con un poco de timidez al saber que se encontraría con el nuevo Stear. Anthony no perdía de vista la reacción de su primo, sin embargo lo que más llamaba su atención era la belleza de la rubia, quien caminaba hacia él con paso calmo, sus rizos volaban gracias al viento que los movía junto al vaporoso vestido rosa que llevaba puesto, el cual se ajustaba a sus formas víctima del aire que la envolvía en cada paso. – Es hermosa. – Dijo Anthony refiriéndose a Candy. Stear fue incapaz de emitir una palabra simplemente asintió, sin embargo Anthony fue testigo que los ojos de su primo estaban fijos en la joven de anteojos que al igual que Candy luchaba con el vendaval que las había sorprendido.
-Ni como negarlo. – Dijo Stear llenándose de la figura ahora esbelta de Patty, quien tímidamente le sonrió al ver que era observada con tanta intensidad por el joven inventor. De no ser por los cuadros que llevaba en su ropa hubiera creído que realmente era su inventor favorito el que tenía frente a ella.
-Buenos días. – Saludó Patty con una sonrisa tímida. Stear no respondió, simplemente tomó su mano con delicadeza y posó un cálido beso sobre el dorso de la dama. El sonrojo de Patty no se hizo esperar y como lo había hecho en el pasado Patty zafó su mano para llevarla hacia su espalda en señal de que estaba avergonzada.
Un destello llegó a la mente de Stear, donde se repetía una historia muy similar relacionada a las primeras veces que había interactuado con Patty en el colegio. Archie notó una vez más aquel desconcierto de su ahora hermano.
-¿Estás bien Stear? – Preguntó al ver que Stear se veía un tanto desconcertado.
-Lo siento. – Dijo Patty creyendo que había sido su culpa la reacción del inventor.
-Estoy bien, no te preocupes. – Le respondió Stear a su hermano, quien lo miraba una vez más como intentando descifrar lo que sucedía con él. Stear le sonrió y comprendió que no lo habían hablado con él. – Es solo un recuerdo que golpeó mi mente. – Dijo más tranquilo. Archie lo miró un tanto confundido al no comprender a qué recuerdo podría referirse.
Anthony ofreció su brazo hacia Candy, de la misma manera que Archie tenía a Annie al suyo. Stear no se animó a hacer lo mismo con Patty al sentirla demasiado tímida aún, así que caminó junto a ella anunciándole el pase con su mano. Ella sonrió con timidez y el mismo recuerdo que Stear había tenido con ella lo tuvo Patty un poco después.
-¿A dónde vamos? – Preguntó Anthony al ver que no tenían un plan en sí para salir todos juntos, ya que su plan inicial era pasar un día junto a Candy, pero al no tener un "pretexto" en sí para verla había aceptado la proposición que Candy le había hecho de visitar a Patricia.
-Podemos caminar por el lago. – Dijo Archie ideando la manera de que cada uno se internara entre los senderos y convivir un poco con la dama que lo acompañaba, una buena opción para cada pareja.
-Sería una buena opción. – Dijo Anthony con una esplendorosa sonrisa, sonrisa que dedicaba a Candy y esta le respondía con el mismo entusiasmo, indicando con ello que estaba de acuerdo con la propuesta.
Los tres Andrew viajaban esta vez en el auto de Archie, quien conducía junto a su hermano y su primo y en la parte trasera iban las tres chicas cada una detrás de su fiel caballero. Los rostros encendidos gracias a los rayos del sol las hacían ver más hermosas frente a los ojos de tan elegantes jóvenes.
Archie fue el primero en bajar del auto abriendo la portezuela de su lado para permitir que su prometida bajara del vehículo, Anthony fue el segundo que desmontó para hacer lo mismo con Candy, tomando su mano con delicadeza ayudándola con cuidado su descenso. Stear sabía que tenía que hacer lo mismo con Patricia, sin embargo temía que ella lo rechazara, creía que ese era el motivo por el cual permanecía en silencio cuando estaba cerca de ella.
-¿Te ayudo? – Preguntó con timidez. Patricia lo miró con los labios entreabiertos y los ojos bien abiertos, podrían apreciarse por el cristal de sus anteojos.
-Gracias. – Respondió solamente la joven tímida que al momento que tomó la mano de Stear una vez más un recuerdo golpeó su mente. Era como si todas y cada una de las situaciones que había vivido con su Stear volvieran a repetirse con este nuevo Stear, quien la miraba con una dulce sonrisa, una sonrisa que había visto hacía mucho tiempo atrás.
-Con cuidado. – Dijo Stear haciendo al frente al respaldo de su asiento y manteniéndolo ahí para que no tropezara. Patty sonrió una vez más con el rostro encendido.
Candy y Anthony observaban curiosos a la joven pareja, que si bien no lo eran técnicamente lo eran.
-Creo que tu amiga no está muy cómoda con Stear. – Dijo Anthony a la rubia, recordando que su primo le había hecho notar ese hecho. Candy sonrió en respuesta al rubio y él la admiró prendado de su hermosura. Sus cabellos dorados brillaban con los rayos del sol y sus ojos tenían ese hermoso brillo que él había añorado tantos años en silencio, incluso le parecía que estaban mucho más hermosos que como los recordaba. Candy advirtió el estado hipnótico en el que había caído Anthony y sonrió con cierta coquetería nata en ella.
-Patty es muy tímida. – Dijo Candy acercándose a Anthony quien continuaba admirándola con detenimiento, grabando en su mente cada una de sus movimientos, era como si quisiera grabar para siempre aquellos momentos que vivía con ella antes de despertar, porque a veces para él todo parecía un hermoso sueño. – Pero te aseguro que no se siente incómoda a su lado. – Dijo de nuevo segura de ello, ya que comprendía muy bien que Patty estaba atravesando lo mismo que ella había pasado días atrás.
Archie caminaba adelante con Annie de la mano y Anthony y Candy esperaban al par de tímidos muchachos que no se decidían si caminar rodeando el auto por el frente o por detrás. Anthony se rió por el nerviosismo de su primo, sabía bien que él jamás había conocido a Patricia y era algo nuevo para él, pero también sabía por medio de Stear que existía una conexión entre ellos, una conexión tal vez muy parecida a la que existía entre Candy y él.
Anthony tomó la mano de Candy con total naturalidad para después seguir a los jóvenes comprometidos, quienes no tenían la menor intención de esperar a las otras parejas. Stear volvió a ceder el paso a Patty siendo aún incapaz de tomar su mano. Patty le sonrió agradecida por su caballerosidad y se permitió relajarse por primera vez en muchos meses, al sentir que el aire le traía hacia ella el aroma de su anhelado amor.
-Stear… - Pensó la joven deteniendo su paso repentinamente. Stear que iba caminando junto a ella no se percató de momento hasta que no la sintió a su lado.
-¿Sucede algo señorita O'Brian? – Preguntó el inventor deteniendo su paso al no sentir la presencia de la joven. Patty lo miraba con los ojos inundados de lágrimas al descubrir que aquel aroma no venía de otro lado más que del hermoso joven que se preocupaba por ella.
Patty se dejó caer de rodillas frente a Stear quien de inmediato se dejó ir hacia ella preocupado por su estabilidad emocional, sabía que algo como lo que estaba viviendo era demasiado difícil de comprender, incluso más para ella que para él, ya que él no había padecido el trauma de perder a su amor y verlo aparecer repentinamente.
-Patty mírame por favor. – Dijo el inventor tomando el mentón de la joven para mirar sus ojos. Patty lo observó fijamente y sus ojos seguían derramando sus lágrimas. – Comprendo lo difícil que debe de ser para ti verme, si quieres en estos momentos me voy para que puedas…
-¡NO! – Dijo Patricia de pronto, grito que hizo a los demás detener su paso, volteando a ver preocupados que la joven Patty estaba de rodillas en el pasto mientras Stear la consolaba. – No te vayas… - Le dijo acariciando su rostro. Stear la miró sorprendido al sentir cómo su cuerpo reaccionaba a aquellas caricias recibidas. – Eres tú… - Le decía Patricia sin dejar de llorar, sus manos recorrían el rostro de Stear y este guardaba silencio temeroso de actuar y echar todo a perder.
-Soy yo Patty. – Le dijo Stear como si realmente fuese Stear de la línea uno, por un extraño motivo se sintió de pronto él, tenía recuerdos que jamás había vivido, recordaba el San Pablo, los bosques, recordó como habían paseado por los campos de Escocia y como habían bailado hasta que el baile de mayo había terminado. – No sé qué está pasando dentro de mí, pero puedes estar segura que soy yo y siento mucho haberte abandonado para irme a la guerra. – Le dijo de pronto mientras acariciaba también el fino rostro de la castaña. Patty comenzó a llorar de forma más abundante al escuchar las palabras del inventor, quien no mentía porque ella también tenía los mismos recuerdos cuando estaba junto a él.
Era como si sus almas se estuviesen encontrando de nuevo a través del nuevo Stear quien la miraba a los ojos como un día él la había mirado.
-Me duele ver tu sufrimiento y sé que fui un tonto por provocarlo, sé que no debí de haberme ido y dejarte completamente sola querida. – Le dijo de pronto. Patty abrió aún más los ojos y miró sus labios. – No sé cómo explicarlo Patty, pero te aseguro que siento aquí en mi corazón como si realmente fuera yo el que te abandonó aquella fría mañana de invierno, es como si cada una de las memorias de Stear estuvieran dentro de mí y te aseguro que cada vez que te tengo cerca éstas se acumulan más y más en mi mente. - Decía Stear de manera atropellada, desesperado por revelar a la joven lo que estaba sintiendo en su corazón.
-Cuando estoy contigo es como si realmente fuese mi Stear quien me mira. – Decía Patty con una voz suave y acongojada. – Es su voz, su aroma, su mirada. – Le decía sin dejar de verlo a los ojos. Stear asentía convencido que realmente era él el que la miraba de esa forma. – Lo único que es diferente es la forma de vestir. – Dijo en un claro intento por regresar en sí y aceptar que lo había perdido.
-Me vestiré de rayas si con eso completo el acto. – Le dijo Stear con una sonrisa radiante, comprendiendo que ella estaba segura que lo que decía era cierto. Patty cerró sus ojos y ofreció sus labios una vez más y Stear comprendió su pedido, así que una vez más se acercó a ella y besó sus labios con total calma y ternura.
Candy y Annie abrieron los ojos sorprendidas por lo que veían, y al mismo tiempo que Anthony quien jamás se imaginara que su primo tuviera el valor antes que él de besar a la joven que había sido la novia de su contraparte en esa línea del tiempo. Archie lo miraba con una sonrisa, reconociendo en aquel joven a su hermano, él también sabía que era él y que el amor por Patty lo había hecho buscar la manera de regresar a ella. Miró a Anthony y sonrió al pensar que era la misma situación, solo que ellos aún no lo habían notado.
Stear y Patty terminaban su beso y este la ayudaba a levantarse del pasto. La tomó de la mano y esta vez no la soltó sino que abrazó su cuerpo y lo aferró al de él al estar seguro que aquella joven era su novia. Anthony lo miró a los ojos y Stear asintió como corroborando lo que habían hablado con el inventor mayor la noche anterior. Anthony palmeó el hombro de su primo en señal de apoyo y lo dejó avanzar frente a ellos.
-Hacen una linda pareja. – Dijo Anthony una vez que los tuvo delante de ellos. Candy asintió con el rostro enrojecido, mirando a Anthony como preguntándose si ella también tendría el mismo valor que Patricia de hacerlo.
-¿Tendré el valor de hacerlo? – Se preguntaba Candy, quien no comprendía el motivo por el cual ella estaba tan tímida con Anthony si de niña no lo había sido tanto, era más espontánea y se dejaba llevar, lo mismo con Terry, quien con su carácter impulsivo la había hecho también más arrojada y un tanto atrevida, pero con Anthony era diferente, era como si tuviera miedo de echar todo a perder, tenía miedo de mostrarse ante él así arrojada, libre, recordó cuando temía que él se diera cuenta que trepaba árboles y usaba el lazo mucho mejor que un chico, y de pronto lo comprendió. Su timidez era porque no se creía lo suficientemente buena para Anthony y por ello se había esmerado una vez más en su arreglo personal, jamás pensó de niña que llegaría a ser la dama que aquel joven caballero merecía y sintió una vez más incrementar su temor.
-¿En qué piensas Candy? – Preguntó Anthony a la rubia, quien lo miró con los ojos muy abiertos revelando claramente su sorpresa.
-En que tienes razón, hacen una hermosa pareja. – Respondió Candy con una sonrisa tímida. Anthony le sonrió en respuesta y ofreció su mano para que la tomara entrelazándolas entre sí.
-Vamos, que ya nos dejaron atrás. – Dijo Anthony comenzando a caminar de la mano de la rubia, quien admiraba aquella unión que formaban sus manos entre sí. – Candy quiero decirte algo. – Dijo el rubio sin apurar su paso. Candy le ponía toda la atención que él requería para hablar de aquello que quería decir.
-¿Qué sucede, Anthony? – Preguntó Candy esperando que él continuara hablando. Anthony suspiró profundamente dudando si decir o no lo que estaba sucediendo con él.
-No sé por dónde comenzar. – Respondió el rubio, quien se notaba le costaba trabajo decir lo que debía decir. El corazón de Candy se comenzó a inquietar al creer que le diría que se regresarían junto a Stear a su línea del tiempo. Candy se detuvo soltando su mano, tenía su respiración suspendida esperando las palabras del joven rubio. Anthony la miró y sus ojos se perdieron una vez más en aquella maravillosa imagen.
Anthony se acercó a ella y entrelazó sus manos con las de ella, en ese momento una vez más el recuerdo de la última noche que había pasado con ella se mezcló en su cabeza junto con el último momento que pasaron juntos, pero a diferencia de lo que había pasado en su línea de tiempo era él el que perdía el control del caballo. Los ojos de Anthony se abrieron confundidos y Candy lo miró comprendiendo que algo sucedía.
-¿Qué pasa Anthony? – Preguntó Candy preocupada por él al notar su semblante.
-No lo sé Candy, es algo que… - Dijo Anthony deteniéndose de pronto porque no sabía si era tiempo de revelarlo a la rubia.
-Es algo que qué, Anthony. – Dijo Candy preocupada.
-Candy, Anthony ¿No van a venir? – Preguntó Archie interrumpiendo la plática entre los rubios. Anthony giró su rostro para ver a su primo y asintió con una sonrisa de lado. Archie lo miró fijamente y comprendió que había interrumpido algo importante.
-¿Qué es lo que está pasando? – Preguntó Archie a Anthony una vez que se acercaron a él. - ¿Hay algún problema? – Preguntó de nuevo el elegante joven, quien lucía preocupado por su primo y su hermano, sabía que algo pasaba pero ninguno de los dos le había dicho nada.
-¿Quieren regresar a su línea del tiempo? – Preguntó Candy quien también estaba comenzando a sospechar que ese era el motivo por el cual estaban actuando raro. Anthony le sonrió a Candy y tomó su mano, en ese momento unas imágenes para Candy desconocidas cruzaron su mente, en ellas se veía junto a Anthony en un balcón de la mansión de Lakewood, supo reconocer el lugar, sin embargo no supo reconocer el momento en el que Anthony se acercaba a ella acorralándola sutilmente en un rincón y tímidamente le daba un beso en los labios. Aquella imagen la hizo estremecer.
-De ninguna manera Candy. – Dijo Anthony seguro de que no era ese el motivo de su inquietud. Anthony sintió el nerviosismo repentino de Candy. - ¿Sucede algo? – Preguntó ahora él porque sabía que algo había pasado en la rubia.
-Tuve un recuerdo… - Dijo con duda. Anthony la miró sospechando que tal vez a ella podría pasarle algo parecido a lo que él y su primo sufrían.
-¿Qué clase de recuerdo? – Preguntó Anthony impaciente por descubrir si era eso posible. Candy se puso de todos colores al imaginarse revelar lo que había pensado.
-No lo sé… - Dijo Candy confundida. - No sé si sea un recuerdo. – Dijo Candy insegura. – Es algo que nunca pasó. – Dijo segura de que ella jamás había besado a Anthony en los labios. Anthony la miró fijamente y Archie no comprendía lo que sucedía.
-Dime y te diré si alguna vez pasó. – Dijo Anthony deseando que Candy también tuviera ese tipo de recuerdos. Candy lo miró fijamente y sus ojos se desviaron hacia sus labios, su rostro se encendió de la pena.
-Estábamos tú y yo en el balcón principal de la mansión de las rosas. – Dijo Candy con suma pena. Anthony asintió para dejarla continuar, deseaba no equivocarse. – Pero lo que pasó por mi mente no sucedió. – Dijo avergonzada. Anthony la miró animándola a continuar. – Tú me besabas… - Dijo Candy con un hilo de voz. Anthony sonrió aliviado por saber que al igual que él y Stear, Candy estaba sufriendo "recuerdos" que les pertenecían a él y a la pequeña pecosa de la línea tres.
-Fue nuestro primer y único beso. – Dijo Anthony ante la sorpresa de Candy. – Te llevé a la terraza principal porque tenía que confesarte mis sentimientos, temía que Stear o Archie se me adelantaran. – Dijo ante la sorpresa de Archie quien lo escuchaba atento. Los tres jóvenes se sentaron cerca de los demás y Annie se acercó a Archie de manera tierna, él le sonrió por aquel gesto y la atrajo hacia él.
-¿Pero cómo es posible que yo lo recuerde? – Preguntó Candy aún más confundida que antes.
-Es algo que no podemos explicar. – Dijo Anthony a la rubia mientras miraba a Stear.
-Es verdad. – Dijo Stear para apoyar a su primo. – El día que conocí a Patty y que ella… - Agregó sin querer recalcar que ella lo había besado. – En ese momento vinieron a mi mente imágenes que jamás sucedieron en mi vida. – Dijo Stear mirando a Archie y a Candy.
-Pensé que solo nos ocurría a nosotros dos. – Dijo Anthony queriendo saber por qué Candy también tenía esos recuerdos que le pertenecían a él y a su pequeña pecosa.
-También yo. – Dijo Stear seguro de ello. Miró a Patty y ella negó que sabía de lo que estaban hablando ya que ella no había tenido ese tipo de imágenes en su cabeza.
Stear comenzó a hablar y a explicar todo lo que había visto en su mente, relató la manera en la que había conocido a Patricia en el San Pablo, su paseo en Escocia y al mencionar aquella parte Candy bajó su rostro apenada, sabía que si era verdad Stear recordaría que ella estaba junto a Terry.
-De hecho hasta me vi mordiendo una torta que tenía un tenedor dentro, todos reían, incluso Grandchester estaba ahí. – Dijo Stear cada vez más animado. Candy abrió los ojos sorprendida y miró a Anthony quien para él según ella aquel comentario no tenía ningún significado ya que Stear no había aclarado a quien estaba acompañando el actor.
-Todo eso ocurrió en el verano que pasamos en Escocia. – Dijo Archie sorprendido, ya que todo lo que Stear había descrito era lo que había vivido junto a su hermano en el colegio y lo que había vivido con Patty ella misma podía constatarlo. - ¿Pero, cómo es eso posible? – Preguntó Archie aún más confundido que antes por lo que recién se enteraba.
-No lo sabemos. – Dijo Anthony seguro de que era verdad que no habían dado con el motivo. – Stear dice que tal vez esta línea del tiempo nos está reclamando en el espacio que dejaron Stear y Anthony de aquí. - Candy escuchaba a Anthony aún más sorprendida y un tanto apenada de que él descubriera que había tenido otro amor.
-Suena lógico lo que dices. – Dijo Archie pensativo.
-Pero yo no tengo nada de esos "recuerdos". – Dijo Patricia al ver que Candy también comenzaba a recordar cosas que sucedieron en la línea de tiempo de Anthony.
-Tal vez porque yo no te conocí en mi línea de tiempo. – Dijo Stear seguro que podría ser un motivo para ello. – Como no nos conocimos, no generamos recuerdos entre nosotros. – Dijo explicando lo que podría ser una respuesta a tan loco suceso.
-Buen punto. – Dijo Anthony pensativo. Candy lo observó con una sonrisa tierna.
-¿Entonces sí sucedió? – Preguntó con el rostro encendido y una sonrisa tímida, refiriéndose al beso que habían compartido en la línea tres. Anthony asintió con una hermosa sonrisa.
-Esa noche me atreví a declararte mis sentimientos y te pedí que fueras mi novia. – Dijo Anthony con cierta nostalgia en su voz, seguían doliendo los recuerdos, solo que esta vez era a su misma Candy a quien se los revelaba. La mirada de Candy se llenó de ilusión al escuchar el motivo por el cual estaban juntos en aquella terraza, su corazón palpitaba acelerado y su respiración se mantenía contenida en su pecho.
Continuará…
Cla1969:
Ciao meraviglia! Ci sono ancora cose da rivelare in questa storia, ma state certi che lo saranno. Grazie mille per il tuo interesse nella lettura, apprezzo che tu sia a conoscenza di ogni aggiornamento. Ti mando un grande abbraccio amico, saluti e ovviamente benedizioni.
TeamColombia:
Hola hermosas, cómo están? Espero que muy bien, muchas gracias por sus comentarios y sobre todo por sus lindas palabras, me emociona bastante que les guste lo que escribo, les aseguro que lo hago con mucho cariño y emoción. Me alegra que les haya gustado el capítulo anterior, espero que les guste este también, les mando un fuerte abrazo a cada una de ustedes.
lemh2001:
Hola amiga, muchas gracias por tú preocupación, aquí andamos todavía y como dicen por ahí "ya es ganancia" jaja. Muchas gracias por tus felicitaciones y van de vuelta para ti, espero lo hayan celebrado en total armonía. Muchas gracias por comentar y estar al pendiente de la historia. Te mando un fuerte abrazo amiga.
Rose1404:
Hola hermosa! ¿Cómo estás? Espero que muy bien, creo que ya era hora que tu pequeño durmiera un poco, se debe de haber cansado de tanto leer jijijiji. Muchas gracias por tus buenos deseos, ahí la llevo gracias a Dios. Hola hermosa, aún no se revela quien o quienes son la o las personas que están siguiendo a los rubios, pero te aseguro que se sabrá la verdad. Muchas gracias por leer y sobre todo por comentar, te mando un fuerte abrazo doble hermosa.
Julie-Andley-00:
Hola hermosa, muchas gracias por tus lindos deseos, tampoco sé qué es lo que me sucede, aún sigo esperando los estudios ya que el sistema de salud de mi país es totalmente lento y precario, así que solo me toca esperar hasta el día de la cita para los estudios y esperar a que me digan "tenía esto", lo bueno que me siento mejor gracias a Dios. Muchas gracias por tú comentario, a mí también me da un alivio que Terry "metiche" (como le dices tú jajaja) se vaya por donde vino. Te mando un fuerte abrazo amiga, saludos y bendiciones.
Mayely León:
Hola hermosa, ya decía yo que alguien me faltaba. Muchas gracias por leer no te preocupes sé que lo leerás tarde o temprano, me alegra que te haya gustado. Te mando un fuerte abrazo hermosa, saludos y bendiciones para ti y toda tu hermosa familia.
María José M:
Hola hermosa, me extrañó no leer tus comentarios, pero creo que por la fecha no trabajaste, así que creo que te tocará leer doble de capítulos, no importa si solo comentas al final de la lectura no quiero que te llamen la atención por no trabajar jijijiji. Te mando un fuerte abrazo amiga, saludos y bendiciones.
Silandrew:
Hola hermosa, cómo vas? Ya más recuperada? Espero que sí. Te mando un fuerte abrazo y mis mejores deseos para que pronto estés como nueva, bendiciones amiga bella.
Muchas gracias a todos y cada una de las personas que leen esta historia, gracias por esperar cada actualización, agradezco lo hagan, les mando un fuerte abrazo a cada uno de ustedes y les deseo a todos una excelente y bendecida semana.
GeoMtzR
18/09/2023.
