Todos los personajes que aparecen en este fanfic son propiedad exclusiva de Rumiko Takahashi, pero teniendo en cuenta que no voy a sacar ningún bien económico con esto solo lo hago pura diversión.
El especial de Navidad del Mundo Fanfics Inuyaha y Ranma.
Y
Ranma Fanfics Por Siempre, diciembre sin fin.
Navidad en Agosto.
El regalo.
A la mañana siguiente.
Al pasar por la puerta de entrada principal de la casa de Tendo empiezo a correr lo más rápido que puedo. Aunque aún es muy temprano, no tengo ninguna gana de perder el tiempo. Además, como Kasumi y Nabiki no tardan en recordarme durante mi rápido desayuno, le había prometido a Akane hace unos días que la ayudaría con la decoración, así que no quiero llegar tarde y arriesgarme a enfadarla más de lo que ya está.
Tan concentrado estoy, que ni siquiera noto el frío cortante, salvo por el humo que sale de mi boca. Sólo dos pensamientos, o más bien dos objetivos, tienen cabida ahora en mi cabeza.
Primero, ¡buscar el regalo pará Akane! Después... ¡pasar a Ucchan y hablar con mi mejor amiga! Sólo de pensarlo trago saliva pensando en las palabras adecuadas a utilizar, convincentes y, sobre todo, claras esperando que ella acabe entendiéndolo y no me odie por lo que le voy a decir.
En un momento que me pareció una eternidad, llego por fin al centro de Nerima, donde las calles, ahora decoradas festivamente, están repletas de innumerables tiendas listas para ser asaltadas por las compras navideñas más alocadas. Con poca fuerza de convicción, porque no estoy acostumbrado a este tipo de situaciones, pero con gran determinación yo también me dispongo a desempeñar mi papel en este torbellino llamado compras navideñas.
Sin embargo, a medida que voy de una tienda a otra sin encontrar lo más mínimo de lo que busco, mi determinación parece agotarse y con ella la confianza que había depositado en el éxito de mis propósitos del día. ¿Es posible que no encuentre nada apropiado?
Aparentemente no... y casi resignado, con la mirada abatida sigo caminando desganado por las calles del centro con las manos en los bolsillos y pateando con los pies algo que en realidad no existe.
Si al menos tuviera una vaga idea de qué buscar.
De hecho, me lancé a una búsqueda inútil pensando, y esperando, que en cuanto llegara a la ciudad seguro que encontraría algo, que la idea me caería así del cielo, o que al final me toparía con ella entre todas las tiendas sin querer.
"¡Ow!". -fui lanzado al suelo de mala manera, pronto me encuentro pensando que hoy no debe ser mi día de buena suerte.
"¡Ranmaaaa! Prepárate para morir". -esa voz suena familiar.
Con un salto digno del mejor artista marcial de Japón me pongo en guardia, anticipando ya el enfrentamiento entre ese maldito cerdo y yo. Sí, un buen desafío es justo lo que necesito para desahogarme y calmar un poco los nervios, él era lo único que faltaba para arruinarme el día.
"¡Jajaja jajaja! Que predecible eres Ranma". -confundido miro a Ryoga frente a mí con una sonrisa en el rostro.
"Vamos Ranma relájate... no estoy buscando pelea Ranma ¡estaba bromeando!".
"Debes estar bromeando, ¡P-Chan! ¿Desde cuándo tú prefiere hablar a pelear?". -maldito cerdo, si tan sólo hubiéramos empezado la pelea, su presencia habría tenido sentido.
Ryoga ignoró el comentario.
"¿Qué es esa cara tan larga que tienes?".
"Bueno... estoy buscando... ¡un regalo de navidad!". -estoy algo confundido aún más y me acerco a él con desconfianza.
"Es pará Akane, ¿verdad?".
"¡Sí! Quiero decir no... quiero decir... tal vez... espera, ¿cómo sabes eso?". -le digo tartamudeando y lo más importante, porque demonios ¿estoy contando esto al cerdo?
"Verás, no creo que haga falta ser un genio para darse cuenta, y teniendo en cuenta el difícil estado en el que te encontré, no puede ser otra cosa que un regalo para ella, a la que amas cierto". -cruzando los brazos sobre el pecho, parece darse el aire de alguien que realmente sabe mucho.
"¿Qué has dicho?". -completamente sorprendido, ni siquiera intenté negarlo, ya que he decidido ser claro con mis pretendientes y sus pretendientes, y por qué no aprovechar y tener una pequeña charla con mi querido amigo el cerdo, que anda babeando detrás de mi prometida.
"vamos... ¿a qué viene esa cara de sorpresa? Después de lo que pasó en China en aquel entonces". -me mira divertido y no sé si aliviarme por el hecho de que lo haya entendido por sí mismo y por el ahorro de palabras y energía que eso supone o irritarme por la cara de diversión que pone.
"Ehm... hablando de eso, ya que estamos, me gustaría dejar claras algunas cosas... Akane es mi prometida y voy a aclarar las cosas con ella y, lo más importante, con las "otras" así que no seré más tolerante contigo, no permitiré que tengas ciertas actitudes con ella cuando seas P-Chan y, lo más importante, no permitiré que vuelvas a acostarte con ella en su cama, ¿entendido?". -orgulloso de mi discurso, y lo miro seriamente esperando no replicar y tener que terminar una pelea así, para volver rápidamente a mi objetivo principal, ¡el presente!
"¡Jajaja! como si tuviera otra opción... sabes, después de regresar de China y de que el matrimonio se viniera abajo, lo cual admito que también es mi culpa, pensé mucho en mi dulce Akane y".
"Ryoga, ¡cuidado con lo que dices! Acabo de decirte que no". -lo ataco después de escuchar las palabras 'mi' 'dulce' y 'Akane' todas en la misma frase.
"¡diota! ¡¿Deja que termine de hablar?! Cómo estaba diciendo... he estado pensando mucho y por más que lo intente, para ella siempre seré sólo un querido amigo que de vez en cuando le trae algún recuerdo de quién sabe dónde y aunque pueda disfrutar de su cariño en forma de mascota, eso no puede ser suficiente para mí. ¡Me cuesta mucho admitirlo pero nunca podré esperar ser correspondido y ni siquiera acercarme a lo que ella siente por un idiota como! ¡Tú! Esto, a estas alturas, lo sé bien".
"¿Mascota? Te refieres a un cerdo de nombre ¡P-Chan! De hecho". -le digo divertido y con aire de burla, en realidad enmascarando la emoción que sus palabras han despertado en mí.
"Mí buena suerte con Ryoga salió todo bien, espero tener la misma suerte con las demás, ¡al menos con Ukyo!". -pensó él chico de la trenza.
"Yo seré un cerdo, como acabas de decir, pero tú eres todo un cobarde Ranma... no te das cuenta pero empiezas a tener actitudes femeninas incluso cuando estás en tú forma masculina". -incluso Ryoga burlándose de mí, en realidad me hizo saber de manera tácita que estaba contento con nuestra aclaración.
Pero no seríamos nosotros mismos, si aún sin motivo aparente, no nos metiéramos en una buena pelea, así que sin darnos cuenta nos encontramos luchando sin parar entre transeúntes desconcertados, ajenos al hecho de que para nosotros todo equivale a un apretón de manos.
Seguimos saltando de un lado a otro de la calle principal, enfrascados en patadas en el aire y técnicas indiscriminadas que ahora ya no son tan secretas, cuando un golpe bien dado deja noqueado a mi "contrincante"
"¡Aah haaaa! Déjalo Ryoga... ¡nunca me ganarás!". -no me da tiempo a felicitarme por mi victoria por mucho tiempo cuando veo que se lanza sobre mí, gritando una de sus hábiles, y tan terribles como siempre, técnicas
"¡Bakusai Tenketsu!"
Yo, por supuesto, consigo esquivarla, retrocediendo de un salto pero me detiene el cristal de un escaparate de una de las muchas tiendas dispersas por la calle y con el convencimiento de que soy yo quien acabará noqueado esta vez, me tapo la cara con las manos, por la inminente explosión que ese irresponsable provocará en plena calle. Pero nada de esto sucede. Estoy a punto de bajar la guardia cuando un dolor en el estómago me hace caer de golpe al suelo.
"Ahora estamos en paz, Saotome". -dice divertido, enseñando esos caninos extrañamente afilados que tiene mientras cruje los dedos de la mano con la que acaba de darme un buen puñetazo.
Tras un par de toses provocadas por el mortal derechazo que acabo de recibir, me levanto más rápido que nunca y agarrándolo por el cuello de su túnica amarilla lo estrello sin contemplaciones contra el mismo escaparate que había impedido mi huida.
"¿Pero acaso eres un tonto para usar aquí la técnica de la explosión? Estamos en la ciudad, en medio de mucha gente, podrías haber hecho un desastre... alguien podría haber salido herido". -me congelo al instante atraído por algo a espaldas de Ryoga.
"Estaba bromeando... nunca usaría... ey ¿Ranma? ¡¿Ranma?!". -Ryoga agita ambas manos frente a mi cara tratando de atraer mi atención que, a estas alturas, se encuentra completamente atraído por el objeto expuesto en la tienda frente a nosotros.
Soltándome del agarre de Ryoga, comienzo a observar con las palmas de las manos salpicadas en el cristal el regalo que acabo de decidir hacerle a Akane. Sí, he encontrado el regalo adecuado para ella, estoy seguro de que éste es apropiado y espero que le guste tanto como creo, porque al fin y al cabo conozco bien a mi Akane.
"Es perfecto". -susurro apenas.
Ryoga, aún ignorante de lo que pasa por mi cabeza, está cada vez más confundido y en el momento en que se acerca a mí para pedirme una explicación, se encuentra atrapado a traición, esta vez del brazo.
"Vamos Ryoga... ¡entremos!". -sin rodeos lo arrastro al interior de la tienda en cuestión de segundos.
Nuestra entrada, no fue muy discreta, es anunciada por el timbre de la puerta principal y como era de esperar pronto se nos une la vendedora que, con mirada indescifrable, nos examina y luego suelta una suave risita, seguramente por nuestro aspecto desaliñado debido al encontronazo.
"¿Puedo hacer algo por ustedes?". -con una sonrisa ahora acentuada la empleada se pone a nuestra completa disposición y no la hago esperar más.
"Sí, bueno... me gustaría ver esos collares del escaparate... esos... esos con el mismo colgante en forma de corazón". -un poco avergonzado intento explicar a qué objeto me refiero sin parecer un completo idiota.
"Ah sí, los del colgante en forma de corazón para compartir, ¡claro! Espérame aquí, ahora vuelvo". -cordialmente la vendedora se dirige hacia el escaparate mientras nosotros esperamos allí de pie como dos completos idiotas.
"Hey, hey, Saotome... no pensé que fueras tan romántico, ya sabes". -con sus astutos ojos reducidos a dos rendijas, mi amigo intenta burlarse de nuevo de mí pero lo único que consigue es mi codazo directo al pecho.
"¡Callate! Cerdo, ya viene". -le reprendo en voz baja, sonriendo de nuevo a la empleada de la tienda, que se une a nosotros con el objeto en las manos.
"Aquí está". -dice con suficiencia, colocándolo sobre un expositor con base de terciopelo para que pueda observarlo mejor y más de cerca.
Cuanto más lo miro, más me convenzo de que es la elección correcta. No soy de las que llevan esas cosas, yo... pero estoy convencido de que es el objeto adecuado para mi situación.
Suspiro feliz por haber conseguido, al menos en parte, uno de los objetivos de hoy y sin darme cuenta empiezo a soñar despierto con la posible reacción de Akane al ver la joya. Todavía estupefacto, no me doy cuenta de que la vendedora sigue hablando hasta que sus palabras, acompañadas de una risita divertida, vuelven a captar toda mi atención.
"¿Qué?". -no entendí nada de lo que dijo, estaba totalmente distraído imaginando la reacción de Akane ante la visión del regalo y, lo admito, también ante la imagen del cuello núbil de mi prometida adornado con uno de los collares.
"Decía que es muy extraño... ¡ya es la segunda vez que me preguntan por estos collares en concreto!".
Aunque la chica que tengo delante sonríe, no puedo evitar estremecerme al pensar que alguien más también está interesado en el mismo regalo que acabo de decidir hacerle a Akane, así que, sin molestarme siquiera en preguntar el precio, le digo a la vendedora que quiero comprar la joya.
"¡Me la llevo!". -puede que lo haya gritado demasiado a juzgar por las caras de sorpresa tanto de la vendedora como del cerdo que tengo a mi lado.
"Ranma, ¿estás seguro? Ni siquiera preguntaste el precio". -me señalo Ryoga.
"Oh bueno... eh jajaja...cierto". -trato de hacerme el tonto para no quedar como el tonto que realmente soy y a la vez esperando que la cantidad que pronto anuncia la vendedora esté dentro del presupuesto 'amablemente' otorgado por Nabiki.
"Oh bueno, ¡ambos collares salen por 18.000 yenes! Pero tengo entendido que es un regalo de Navidad muy especial para tú novia, así que si quieres añadir sólo otros 2.000 yenes podemos grabar los nombres respectivos en la parte posterior de las dos mitades de los corazones". -la empleada muestra su mejor sonrisa, orgullosa de la sugerencia que acaba de hacer, mientras que yo, aunque al principio me alegro de saber que tengo exactamente la cantidad que necesito, me pongo de todos los colores posibles ante la insinuación que acaba de hacer.
La empleada de la tienda sigue mirándome divertida, esperando una respuesta, mientras Ryoga se ríe descaradamente y sin un ápice de comprensión hacia su amigo en apuros. Me gustaría verlo en una situación así, de hecho cuántas veces lo he visto entretenerse y tartamudear en el mero acto de entregarle un recuerdo a Akane. Por eso podría ser más comprensivo y dejar de burlarse de mí, haciéndolo aún más vergonzoso, después de todo estoy haciendo cosas que no acostumbro y de las que recién me he dado cuenta.
Tomando los collares en mis manos y más seria que nunca, acepto agradecido la sugerencia de los grabados y señalo los nombres a la vendedora que meticulosamente los anota en el recibo de compra.
Estoy seguro de que Nabiki aprobaría este gasto de dinero, al fin y al cabo fue ella quien me dijo que con el regalo adecuado podía marcar la diferencia, podía solucionar en parte la situación cuanto menos extraña en la que me había metido con mi prometida. Y justo cuando pienso en mi astuta cuñada y en sus "desapasionados" consejos, saco los billetes de mi cartera, insinuando una sonrisa divertida que sólo yo puedo entender, dada la situación.
Esta vez, tendré que pagar a mi querida cuñada como es debido.
Después de desearnos lo mejor para la próxima celebración, la empleada me recuerda que pase el día señalado a recoger el paquete.
Feliz y con una carga menos en el corazón, le doy las gracias y junto con Ryoga salgo de la tienda, no sin antes desearle lo mejor a su vez.
Pero la serenidad en la que me deleitaba, tal y como llegó, se esfuma de repente al pensar que ahora me espera otro reto.
Quizás, ahora tendré que enfrentarme a una de las batallas más duras a las que jamás me he tenido que enfrentar. Enfrentarme de una vez por todas a esas tres furias que se consideran mis prometidas.
"Ranma, oye Ranma, ¿no estás feliz de haber encontrado el regalo de Akane? ¿Por qué te pones melancólico otra vez? El que te entiende es bueno". -obviamente no entendió que aún no puedo sentirme aliviado.
"Si... mira, ahora tengo que ser capaz de hablar con ellas. Tengo que hacer que estas navidades sean especiales para Akane y para ello tengo que dejar las cosas claras con las "otras" no quiero que su imprudente comportamiento arruine también este año la fiesta, el Dojo y su serenidad". -mirándolo directamente a los ojos intento que Ryoga comprenda la situación en la que estoy a punto de meterme y por la expresión de su rostro entiendo que ha comprendido mi disgusto.
"Lo entiendo... ¿con quién crees que vas a empezar?". -me pregunta poniéndome una mano en el hombro, tal vez para darme un poco de valor.
"¡Ukyo! Primero iré con ella, creo que entre las tres será la más comprensiva".
Continuará.
Gracias por sus comentarios.
El pasó qué estoy creo que la voy a terminar hasta diciembre de este año sólo faltan tres meses pará Navidad de nuevo.
Nos vemos en la próxima actualización.
