Flufftober
Día 1: First Kiss
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No me temas
—Dégel &Oc/Mihaela Tepes—
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Ella desconocía el sentimiento del amor, lo solía repudiar y hasta hablar mal de el, hasta que casualmente encontró ese sentimiento en un caballero de Atenea, que se mostró muy osado, que no tenía ni un rastro de miedo a su poder y sobretodo ablandó su duro corazón.
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Disclaimers
Saint Seiya: ©Masami Kurumada
The Lost Canvas:© Shiori Teshigori
No me temas:© LadySirin
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Advertencias: Presencia de Oc, relación entre humano y vampiro, irrespeto por el trana real y sus parejas formadas (tengo entendido que Dégel tiene pareja y me discupo si esto les llegase a disgustar), beso pasional, sin contenido explícito.
Notas:
Hace dos años, solía decir: "Voy a hacer el susodicho Flufftober pero acababa haciendo uno o dos episodios por el temor a hate, igual, siempre habrán lectores que te apoyaran como haters que te hundiran, pero ¡Bah! ¡Al diablo con ello!.
Esto no lo hago porque entré a un reto o estoy participando en una página donde hay un ganador, porque si entro en una pierdo (en serio, nunca he ganado y prefiero no pasar una humillación), pero espero que puedan disfrutar un poco de mis fics, así sea una ojeada rápida.
Si los emparejamientos con Oc, no les gusta, cierren la pestaña y pasen a la historia que les gusta y así nos ahorramos un disgusto.
Gracias.
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Brăila, Antiguo Castillo de Radu.
Pasaron muchos meses desde que Mihaela asesinó a su tío Radu y lo destronó, con ayuda de dos caballeros que fueron a investigar quienes son los vampiros y que clase de fuerzas sobrenaturales poseen. La princesa vampiro casualmente conoció a uno de ellos que se mostraba muy osado y sin mostrar temor alguno, al comienzo ella lo miraba con mucha desconfianza, mas sus acciones le cambiaron sus perspectivas.
Logrando su objetivo de derrocar a Radu, ya que traicionó a su padre; Vlad Tepes y conspiró a escondidas en su contra.
Muchos vampiros de clase baja y miembros del consejo de guerra, querían chuparles la sangre hasta dejarlos muertos. Tras ser mal vistos, no se rindieron y demostraron con acciones que estaban dispuestos a ofrecer su amparo a toda la sociedad vampirica de Vlad Tepes.
Actualmente son miembros honorarios del castillo de Bram y toda Rumania, se decreto por orden, que ningún vampiro puede atacarlos, ni intentar enterrar sus colmillos en sus yugulares.
Una generosa recompensa por protege a la princesa Mihaela y salvar a Valaquia de una guerra sin sentido.
Drácula permitió que Dégel tuviera una cercanía más profunda con su hija, considerando al santo dorado, como un posible futuro esposo para ella, pero si él quisiera, sin forzarlo, ni obligarlo, prefiere dejar que ese sentimiento nazca por si solo.
El hombre de larga cabellera verdosa, nacionalidad francesa, mostraba un gran interés por la princesa, junto con un gran sentimiento de amor genuino hacia ella.
Miraban la puesta de sol, desde el balcón y como los murciélagos salían a cazar.
Él pudo notar, cierto desconcierto en la princesa y todo su mano que no era para nada tierna, si no con dedos casi huesudos, equipados de garras negruzcas y afiladas. Estaba sumamente adaptado a la ausencia de calor en la piel de ella.
Lentamente ella bajaba su cabeza, pero Dégel le subió con una mano su mirada casi cabizbaja—¿Todo bien, Mihaela?—un molesto nudo se formó en su garganta.
—Estoy muy agradecida, que tú y Kardia hayan salvado mi gente, sin embargo...—soltando un suspiro lleno de preocupación—Si te ven conmigo, te catalogarán de un acto de brujería, la maldita iglesia ortodoxa controla el mundo entero y dicen que la unión de un vampiro y un humano es tabú, por lo que ellos...
Un par de manos cálidas, incluso llevando unos gualetes dorados, siendo parte de la estructura de la armadura de acuario, no perdió el calor de la piel de su poseedor.
Tocaron sus hombros, callando la negatividad de la princesa—¿Recuerdas lo que te había dicho?—ella débilmente asiente—Que te amaba sin importar la clase de monstruo que la gente te juzga, me importa cuan mal la gente ortodoxa me juzgue o intente alzar calumnias en mi contra, es mi decisión y nadie puede cambiarlas por caprichos suyos.
Admiraba mucho al caballero por su forma tan determinada de hablar, tanto que desearía ser tan valiente como él, que luchase por una buena causa; su amor y que se muestre como un verdadero hombre, mas no como un mentiroso o farsante que escupe promesas y no las cumple.
Los ojos de ella con pupilas rasgadas de gato, se fijaron en las nubes del ocaso, contemplado la caída del sol—Todavía tengo tus palabras memorizadas en mi corazón, si tuviera uno—seguidamente se retracta de esa última palabra—El ocaso es hermoso y me recuerda cuando me invitaste a un baile, en esa fiesta mascarada y fuí muy vulgar contigo, no debí tratarte así, fue muy vergonzoso que te...dejara a un lado, lo siento de verdad, Dégel.
El hombre de la larga y verdosa cabellera niega—Nada fue culpa tuya, los inquisidores de Radu, ya habían trazado sus planes malignos y estabas en riesgo—le dedicó una suave y cálida sonrisa, tomando sus manos—¿Me concedes el honor de invitarte a una pieza conmigo?.
Usando el mismo valor y tono con el que se vieron por primera vez.
Al principio ella titubeaba mentalmente, pero se armó de valor y decidió aceptar su invitación, en sus clases de etiqueta y protocolo, le enseñaron todo sobre los bailes elegantes.
Ella le suelta la mano y hace una reverencia muy respetuosa—¿Por qué no?, por favor continúa.
Tomando su cintura y una mano, sin necesidad de una orquesta o música, imaginaron un tema específico y bailaron con una buena sincronización, esta vez sin que ella frunciera el ceño. Al cerrar sus ojos, se acordaron del salón grande, llenos de vampiros y personas bailando en parejas, con la orquesta que tocaba la pieza.
Los invitados con antifaz, solo que ella tenía una máscara bastante particularz basada en la de los médicos de la peste negra, con pico de cuervo al final.
Pero ahora estaban solos y nadie puede interrumpirles su baile—Siempre te he amado, tal como eres, Mihaela Tepes, una hermosa princesa vampiro.
Mihaela traga hondo y siente sus pálidas mejillas arder, tuvo esa sensación de querer huir nuevamente, luchando contra su propia filofobia, impidiendo que ésta volviese a ganar.
—¿Incluso si soy un monstruo con colmillos y garras, poco femenina de cabello pequeño?—él asiente—Sin ti, estaría eternamente solitaria.
Él toma sus mejillas y sin necesidad de nivelarla a su altura, porque ella es alta, bajo unos centímetros hasta estar muy cerca de sus labios—Nunca más volverás a estar sola.
Sin dudarlo, sus labios se presionaron contra los de ella, en un beso apasionado. Por parte de ella, estaba siendo muy cautelosa de que sus colmillos no lo lastimen y se aferró a sus brazos, no quería soltarlo, ni dejarlo, lo amaba con tanta desesperación que no quiso renunciar a su amor.
Tras un breve instante, ella acaricia su rostro, con mucho cuidado de no arañarlo con sus garras—Gracias por quedarte conmigo, Dégel.
Ambos se quedaron viendo la puesta del sol hasta el final. Mihaela finalmente dejo de desdeñar al amor, porque alguien estaba a su lado, para siempre.
Fin
Espero que les halla gustado mucho, y lamento si empareje a Dégel de Acuario con una Oc, pero es mi fic y no pienso cambiarlo.
Como dije si ésta historia no te gusta, cierra la pestaña o retrocede a buscar la historia que os gusta y ya.
Nos vemos en un próximo episodio, chao.
