01. Leather & latex || micro/macro || pegging
Afrodita observó con deleite la manera en que la constelación de llamas diminutas arrancaba destellos a partir de la oscuridad tersa del látex, de la misma forma en que el sol lo hacía durante el día con el oro de su sagrada armadura.
El espejo redondo montado delante de la cama le devolvió una expresión de gozo apacible, sosegada. Los dedos enguantados recorrieron con lentitud el camino trazado por los cordones finos que mantenían el corsé firme a su delicado talle, hasta que las piernas poco a poco se abrieron para cederles paso a la ingle desnuda.
Los tacos filosos cortaron el mármol milenario bajo sus pies. Afrodita se arqueaba y se estremecía de tanto en tanto, entregado a sus propias atenciones sabias, mordisqueando los labios excepcionalmente pintados de carmín. No pensó en nadie. Los ojos húmedos en éxtasis pasearon por la habitación dentro del espejo; se detuvieron en el cuero y la hebilla sobre su garganta; persiguieron la silueta recta de la fusta que reposaba en la cama.
Para cuando sobrevino el orgasmo, la cera derretida se había solidificado en curiosas efigies bajo las candelas, en composición con los ribetes blancuzcos que salpicaban ahora su vientre, caían por el pubis, goteaban hacia el brillo lustroso de las botas altas hasta los muslos.
Se dejó caer de espaldas, jadeante, saciado, y lentamente se fue apagando al mismo ritmo en que se extinguieron las velas en el interior de la alcoba de Piscis.
