Esta historia ya está terminada, así que habrá actualizaciones constantes para poder tener todos los capítulos de este fic por aquí.
Gracias por leer y nos veremos después
¿Qué requisitos se deben cumplir para ser considerado un buen senpai?
¿Tener talento para algún deporte?
¿Tener carisma acaso?
¿La aprobación de profesores y alumnos por igual?
¿Una actitud y una personalidad a fin de tus cualidades y virtudes?
¿Todo lo anterior mencionado?
Aomine Daiki no lo sabía y si no lo sabía es porque nunca había visto a alguien mayor que el como un superior, un guía para ciertos momentos.
Alguien a quien admirar y desear ser como el en el futuro.
O al menos eso fue hasta que llego a la secundaria Teiko y lo vio a él, solo y tranquilo practicando sus tiros de tres en la cancha de baloncesto del colegio.
Sakurai Ryou, su senpai de tercer año.
Para ser sinceros el castaño podía pasar por un chico normal y hasta cierto punto común pero una vez que entraba a la cancha su semblante cambiaba. Dejaba de ser el lindo y adorable chico que todo el mundo quería para ser el maquiavélico y calculador jugador que todo el equipo de Teiko de segunda categoría temía y respetaba por igual.
Incluso Nijimura-san tenía en buen concepto al castaño y eso ya era difícil. El chico se lo había ganado a creces.
Por eso y más razones es que consideraba a Ryou como un gran senpai, alguien digno de admirar para Aomine.
-Aomine-kun- salió de sus pensamientos al oír la voz de su amigo Kuroko Tetsuya llamándole mientras se quitaba el sudor del rostro. Habían tomado un pequeño descanso luego de un duro inicio de entrenamiento -si sigues viendo de esa manera a Sakurai-senpai te tacharan de pervertido en todo Teiko- agrego el peli celeste tomando un trago de su botella de agua.
Aomine se tensó y se sonrojo con fuerza ¿tan obvio era?
-Sí, tan obvio eres- respondió a la pregunta muda del moreno -si te atrae senpai ¿por qué no le hablas?-
-E-es complicado Tetsu- sus mejillas estaban rojas -¿y si le incomoda mi presencia? Además, estamos en la tercera categoría del equipo, no creo que tenga ninguna posibilidad con el- bajo la cabeza avergonzado.
Tetsuya le vio con el ceño fruncido. Su amigo estaba desconfiando de sus habilidades y eso que era el mejor en la tercera categoría.
Maldito bastardo pretencioso.
En ese momento el castaño del que estaban hablando se giró a su dirección y justamente vio al moreno. Le sonrió y después troto hasta donde estaban el par de amigos de primer año.
Kuroko pudo jurar que su amigo ahogo un gritito para nada masculino en su boca cuando vio que el dueño de sus suspiros se acercaba a paso veloz hasta ellos.
Una sonrisa maliciosa se dibujó en su rostro inexpresivo. Era momento de actuar.
-Buenos días Kuroko-kun, Aomine-san- les saludo el castaño un par de centímetros más alto que ellos dos. El moreno no hablo para nada -¿Qué están haciendo?-
-Hablando de nuestros intereses amorosos, senpai- respondió el peli celeste acercando el moreno hasta donde estaba el castaño -creo que Aomine-kun quiere hablar con usted- luego de haber empujado al moreno hasta que este chocara con Sakurai, le dio una nalgada y después desapareció del campo visual de todo el mundo.
Maldito Tetsu, pensó para sus adentros Aomine aun tocando el pecho del castaño. Cuando se percató de su posición y como Ryou le sostenía de la cintura con firmeza se avergonzó. Sakurai sonrió.
-¿Estas bien Aomine-san?- el moreno asintió -Kuroko-kun es alguien raro ¿no crees?-
-Es mi amigo, supongo que está en su naturaleza- explico el moreno viendo de arriba abajo a su senpai. El castaño era atractivo.
¿Sera correcto tener esos pensamientos hacia el sensual castaño?
-¿Así como esta en la naturaleza de Aomine-san ser atractivo?- Aomine se abochorno.
Acaso...
¿Acaso Sakurai-senpai estaba coqueteando con él?
-Y sí, estoy coqueteando contigo Aomine-san-
¡Joder!
Entonces las mejillas de Aomine explotaron en un gran sonrojo.
¿Cómo debería tomar esa declaración de su senpai?
