Esta historia ya está terminada, así que habrá actualizaciones constantes para poder tener todos los capítulos de este fic por aquí.

Gracias por leer y nos veremos después.

P.D. Amo ver el mundo arder :3.


-¿Cómo está Ryou?- pregunto un alpha alto, de cabellos azules y ojos del mismo color. Su piel morena contrastaba con las marcadas ojeras que tenía en sus ojos. El brillo de su mirada había desaparecido.

El anciano galeno beta negó con la cabeza, esa señal no le gusto al moreno -el omega murió. Y se llevó consigo al feto que llevaba en su vientre. Ninguno soporto el malestar de un lazo roto-

Aomine Daiki cayó de rodillas. Gruesas lágrimas de dolor y pena brotaban de sus ojos. Soltó un fuerte alarido de dolor asustando al beta que tenía apoyado una mano en el hombro del alpha buscando consolarle. Daiki siguió llorando, su alma fue arrancada del cuerpo, su cuerpo era un cascaron vacío.

Su Ryou.

Su omega.

Su bebé.

Ellos...

Ellos estaban...

Ellos habían...

-¡AHHHHHH!- fue el desgarrador de un alpha al perder a su pareja destinada por un error. Un horrible error que Aomine Daiki sabe que nunca, jamás, podrá enmendar.

El había matado a Ryou.

Y su alpha interno jamás se lo perdonaría.


-Mmm... ¿Aomine-san? ¿Está bien?- peguntó un bajito y atractivo omega de cabellos castaños y ojos caramelo. El bajito veía preocupado al alpha que gruñía molesto y enojado.

No sabía cómo tratar con su pareja en ese estado.

-Te he dicho que no me gusta que hables con otros alphas, solo conmigo ¿es tan difícil entender eso? ¿Te gusta ser su centro de atención o qué?- reclamo celoso y enojado con su omega. Ryou era un descuidado que no veía las intenciones de los demás con él.

-¡No! ¡No es eso, Aomine-san!- se apresuró a aclarar el omega -es solo que Kasamatsu-san quería hacer algo especial para Kise-san y me pidió ayuda para eso- explico rápido el castaño. Podía sentir a través de su lazo que su alpha estaba enojado con él. Trato de tomar el brazo de Aomine pero este lo rechazo causando dolor en el corazón del castaño.

-Y como es un estúpido vas y lo ayudas pero si se trata de mi prefieres que me coma el perro ¿no?- le encaro molesto. Sabía que se estaba pasando con sus palabras hacia el bonito omega que la vida le dio por pareja destinada pero Ryou sabía que le cabreaba que fuera tan amable con otras personas que no fueran él.

Estaba celoso y enojado y estaba a punto de hacer una tontería si no se controlaba.

-¿Por qué es tan cruel conmigo? Yo lo amo Daiki-san, no es justo que me trate de esa manera- lagrimas rodaban por las pálidas mejillas. Desde que supo que Aomine era su pareja destinada le ha complacido en todo lo que ha querido, se enlazaron siendo aún un par de estudiantes de preparatoria, viven juntos desde que Aomine se enteró que eran destinados. Dejo a sus amistades solo porque el moreno no lo quería cerca de betas u otros alphas.

Se embarazo solo porque Daiki menciono que quería ya formar una familia a su lado.

¿Entonces porque su alpha lo trataba de esa manera?

-Eres el omega que el jodido destino quiso darme por pareja. De haber sido otro, nunca me hubiera fijado en ti Ryou- después de esas palabras detuvo toda intención de Ryou de acercarse a él.

Algo muy dentro del castaño se rompió. Ni siquiera hizo el intento de detener a Aomine cuando este salió de un portazo del departamento que compartían juntos.

Solo se quedó parado entre esas cuatro paredes.

Eso fue hace quince días, quince días estando lejos de su omega, de su tranquilizante aroma, de su acogedora protección.

Lo último que recuerda de la noche en la que abandono a Ryou fue que había parado en un bar de mala muerte.

Una mujer omega. Y colonia de prostituta barata.

Demasiado alcohol y otras porquerías mas.

Un hotel, sexo desenfrenado.

Una nueva marca.

Un agudo dolor en el pecho.

Y después... vacío, el frio y cruel vacío de la oscuridad.


-Un omega muere en vida cuando su alpha marca a otro omega que no sea él. El lazo que los une es tan fuerte y tan dependiente que uno no puede vivir sin el otro. Quien paga los platos rotos es el omega, en caso de que muera, el alpha puede seguir con su vida pero si se llegara a sobrevivir el omega queda marcado para siempre, ningún otro alpha lo marcara, se volverá estéril, su vida se reducirá a cenizas llevándolo a un camino de depresión, anhelando la muerte y conduciéndolo al suicidio al saber que su pareja, la persona que juro protegerle ahora le pertenece a otro omega- dejo su lectura al notar que su amigo no le prestaba atención. Aomine estaba más irritable de lo normal.

-¿Por qué me dices todo eso, Midorima?- se quejó molesto el peli azul. Nunca le agrado que el maniático de Shintaro solo lo citara para hablar con el sobre su tema de investigación para su tesis.

-Por qué de todos eres el único alpha que esta enlazado lo que te convierte en mi sujeto de experimentación. Creí que te lo dije cuando empecé a citarte en esta cafetería- explico Midorima acomodando sus lentes -además...- el otro alpha pudo notar que al peli verde le costaba hablar sobre el otro tema -Kazunari no quiere que lo marque aun, ha estado leyendo mi tesis y no quiere que terminemos como todas las parejas a las que he investigado. Tiene miedo- explico sus intenciones.

Aomine suspiro, con Ryou no tuvo tantos problemas con eso. Su honguito era muy sumiso con él.

-Habla con el seriamente si eso es lo que les preocupa a ambos. Y si tus instintos pueden más que tu racionalidad solo... solo intenta no lastimarlo, convéncelo que jamás, nunca, harías todo eso con otro omega que no fuera él. Quizá con eso la pulga que tienes por omega se tranquilice un poco-

Después de eso dio por terminada la conversación con el pasante de medicina.


Ojala él hubiera hecho caso a su consejo.

-Te amo Daiki-san ¿lo sabes, cierto?-

-Claro que lo se Ryou ¿por qué creería lo contrario?-

El castaño que tenía en brazos acaricio sus mejillas y después le dio un suave beso en los labios.

Después soltó una suave risita -si mañana muero, quiero que sepas que si en esta vida no estábamos destinados a permanecer juntos, quizá en la próxima lo estaremos, siempre te buscare y te encontrare para permanecer juntos ¿harías lo mismo por mí?- Aomine le abrazo con fuerza.

Daiki no respondió. Le aterraba el hecho de perder a su omega.

»Si en esta vida no eras para mí, te juro que en la siguiente te encontrare y nada ni nadie nos va a separar. Ya te perdí una vez...

No me pidas perderte en otra«