Buenas noches lectoras y lectores. ¡8 capitulos para terminar la aventura! Y quizás se preguntén como demonios va a terminar o como se daran los eventos finales, pues muy pronto lo sabrán , aqui los dos bandos tienen sus ventajas y desventajas en el campo de batalla, una sola jugada va a cambiar el destino de la guerra pero no esperemos más. Muchas gracias por el apoyo dado, me motivan más que nunca porque el destino me ha dicho que debo terminar la trama :) Ahora vamos con el capitulo.

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Y ahora sí, vamos al capitulo de esta noche que esta siendo publicado.

Sailor Moon le pertenece a Naoko Takeuchi y no lo hago para ganar dinero y esas cosas, solo para fines no lucrativos valga la redundancia.

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Relámpago oscuro

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Capitulo 82: El incio del fin

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Calisto tenía a Sailor Pluto en el suelo inconsciente, tenía la oportunidad de matarla ya que representaba una amenaza pero algo la detenía, la visión que previamente había tenido antes le había hecho ver que ella tenía que estar viva por el momento. La general retrocedió dejando atrás a Setsuna y a Ío para que ellos no intervinieran en la visión del futuro de la general.

Calisto se reunió con Ganimedes y Europa que estaban con algunas heridas y sus armaduras algo dañadas tras la pelea, los tres generales sintieron como la tierra en donde estaban parados temblaba, la fuente de poder que sentían estaba manifestada en el castillo.

-Fueron astutos en sacarnos del castillo pero no llegarán lejos con Adrastea y Carpo protegiendo a la emperatriz pero aun así no podemos confiarnos. ¿Qué paso con Ío? Tanto su poder como el de Sailor Pluto descendieron de forma abrupta- Preguntó Ganimedes acomodándose un hombro.

-Están fuera de combate los dos, Eteros fue asesinado por ella e Ío intento detenerla pero en un ataque cruzado están vencidos, intenté ayudarlo pero no respondía. Supongo que eso nos deja a nosotros.- Decía Calisto con seriedad omitiendo la información pero lo importante es ir al castillo ahora.- Calisto fue la primera en ir adelante dejando a sus dos camaradas atrás, Europa tenía un mal presentimiento.

-No puede ser, no podemos dejar a Ío atrás. Debemos ayudarlo Sir Ganimedes- Europa trató de ir a donde el pelirrojo pero el gran general albino tomó a la rubia de su hombro, sorprendiéndola - ¿Sir Ganimedes?-

-En estos momentos Europa, tenemos que auxiliar a nuestros camaradas en el castillo, cuando resolvamos la crisis podremos ayudar a Ío. Es muy testarudo como para morir así y aunque es una pena lo que le pasó a Eteros no podemos hacer que su sacrificio sea en vano, no te apartes de mí ¿de acuerdo?- Ganimedes habló como un padre hacía Europa, la general rubia asintió y siguió a Ganimedes por el campo de batalla para terminar esta guerra en nombre del rayo negro.

Mientras tanto Metis, una de las lunas asesinas continuaba luchando en la guarida de la resistencia contra un Artemis que aún no estaba en su mejor momento, los cuchillos de la luna asesina hacían daño en él pero contra todo pronóstico fue capaz de repeler sus ataques con el pedazo de madera que tomó y tacleó a Metis fuera de la sala de juntas, cayendo los dos al mismo tiempo recibiendo Artemis la peor parte mientras Metis se reía.

-Patético ¿te haces llamar guardián? Eres sólo un fracasado sin dueña y que pelea como un vagabundo. Yo quería matarlas pero la emperatriz en su santa gloria vengó la muerte de mi hermana, me conformaré con tu cabeza- Metis estaba con la mente retorcida, la muerte de Tebes a manos de Sailor Moon la dejó tocada pero a Artemis eso le importaba poco, se levantó con las fuerzas que le quedaban.

-Nunca tendrán éxito ¡Seguimos luchando hasta el final! –El albino trató de mantener la compostura pero unas heridas se le abrían haciéndole sentir un fuerte dolor, la sangre que caía gota por gota y la falta de aire le hacían ser presa fácil.

-¿A eso llamas luchar? ¡Te haré un favor ahora!- Metis saltó con sus dos cuchillos que iban a los ojos de Artemis, él no podía defenderse por el dolor y pensó que su fin estaba cerca.

El albino de la nada fue empujado y Metis fue recibida por una patada de Sailor Uranus, mentalmente estable por el momento que no podía permitir que todos estuvieran haciendo algo y ella estuviera llorando en una esquina. Metis dio una vuelta en el aire para caer de pie como los gatos y ponerse a la defensiva.

Sailor Uranus se interpuso entre Artemis y Metis sacando su espada de Urano, llena de polvo y algo oxidada.

-Yo la voy a parar Artemis, huye con Luna y llévatelos a todos a un lugar seguro. Aquí están comprometidos- Dijo Haruka apretando con fuerza el mango de la espada.

-Pero Haruka…-

-¡Sólo hazlo quieres! Se lo que hago- En los ojos de la rubia había determinación pero su cuerpo le temblaba un poco ¿qué podía hacer ahora sin su planeta guardián, con un ojo y sin un brazo? Debía intentarlo. Artemis con todo el pesar tuvo que retroceder y eso le disgustó a Metis.

-Genial, primero luché con un pordiosero y ahora voy a enfrentar a una deforma. Pero son peligrosos así que no puedo retirarme ahora…pero espera un segundo, te conozco. Eras la otra perra de Adrastea, vaya que sorpresa. Estás viva- Metis sonrió guardando uno de sus cuchillos y caminando de lado a lado.

-Para su desgracia sí pero no es como estuviera muerta ahora. Me quitaron todo así que no tengo nada que perder- Respondió Sailor Uranus con furia contenida pero sólo se ganó las risas de Metis que se escuchaban en la base.

-Palabras de un muerto viviente. Yo sé todo lo que pasó adentro de la habitación de la general y me sorprende que superaras lo que viviste o mejor aun lo que viste ¿Qué se siente Sailor Uranus? Sabes que tu amada "princesa" estuvo en la cama de una mujer superior a ti, espera, no me respondas. La respuesta es más que obvia: ¡Es tu destino!-

Sailor Uranus no esperó más y en un grito de guerra que hizo eco atacó a Metis, la asesina se deleitaba con sus palabras crueles, jugando con Haruka en todo momento pero la rubia ya lo había dicho antes, ya no tiene nada que perder y quería calmar su ira con acabar a quienes arruinaron su vida, los ataques de Haruka eran pesados y erráticos, impredecibles que dejaban a Metis mal parada.

Ahí fue que una ola de agua celeste se interpuso entre las dos combatientes, Haruka reconoció dicho poder y alzó su mirada, observando a Michiru con una mirada vacía, usando una variante del atuendo de los generales pero en azul aqua, con una marcha hecha con hierro caliente en su pierna con el símbolo del rayo negro.

-Michiru…no, por Dios no ¿Qué te hicieron?-

-Mi ama me envió Metis, vine ayudar a acabar con ella también.- Nuevamente respondiendo al nombre de Aqua Marine se puso por delante de la luna asesina, lista para enfrentar a Haruka.

-¿Ayuda? Yo no necesito ayuda, no recibiré ordenes de una esclava- Metis apretó los dientes molesta pero Michiru le miró con frialdad sacando un tridente con su poder de los mares.

-¿Cuestionas las ordenes de mi ama? Ella se enterará de tu osadía- Aqua Marine no se dejó intimidar por la luna asesina pero quien estaba furiosa era Haruka y se lanzó a atacar con lágrimas en sus ojos a Metis pero Michiru se interpuso con la punta de su tridente bloqueando la espada de Sailor Uranus y recibió un codazo a la cara de la rubia con fuerza.

-Vete ahora Metis, yo seré su oponente. Elimina a los que sean una amenaza en este lugar. No tardaré.- Aqua Marine no daba un paso atrás observando a Sailor Uranus limpiarse la sangre de la boca. Para no meterse en con Adrastea la asesina se retiró dejando a las dos ex amantes frente a frente.

-Michiru…

-Mi antiguo nombre ha quedado en el olvido, sólo respondo a Aqua Marine y a mi ama. Voy a terminar el trabajo que ella me ha encomendado. No fuiste lo suficientemente fuerte para estar a su lado. Ahora morirás Marine apuntó con su tridente a la rubia sin remordimiento pero Haruka estaba mostrando debilidad que provenía de su corazón.

-Tienes razón…no fui fuerte. Esa maldita que hizo daño, tú gritabas y llorabas cada día y cada noche. Yo no pude hacer nada para salvarte. Ahora estás ante mi diciendo esas cosas, diciendo que me matarás en nombre de tu ama... todo es mi culpa.- Sailor Uranus hablaba con el corazón lastimado, tocándose el pecho con fuerzas y después recurrió a limpiarse sus ojos mostrando una mirada retadora.

-Voy a quitarte la influencia de esa mujer, así tenga que quedar ciega. Fue una tortura no tenerte a mi lado por cinco años, no voy a perderte de nuevo Michiru Kaioh. ¡Lucha con todas tus fuerzas!-

Sailor Uranus y Aqua Marine colisionaron sus armas liberando algo de energía y aunque era Haruka la de la desventaja, no iba a rendirse hasta salvar a su amada del lavado de cerebro. Urano y Neptuno colisionarían en un lo que podría ser su último tango.

Mientras tanto en la entrada trasera del castillo, Carpo había acabado con la mayoría de las fuerzas de la resistencia pero siendo Koji el más insistente con sus flechas y pergaminos, rodeado de un círculo de fuego hecho por él estaba deteniendo al general.

-¡Nicolás llévatelos lejos! Yo me haré cargo- Koji continuaba disparando flechas con pergaminos que Carpo bloqueaba para hacer que la resistencia avanzará.

-¡No irán a ningún lado!- Carpo lanzó un rayo al techo del castillo para separar a Nicolás y sus hombres de Koji, el joven aprendiz de sacerdote se quedó atrapado con el general, siendo una lucha "pareja"

-¡Koji! Aguanta que vamos a ayudarte. ¡Vamos necesitó un explosivo aquí!-

-¡Señor se acercan más soldados, nos tienen rodeados!-

Nicolás no podía dejar a Koji sólo pero los refuerzos enemigos llegaron para complicar las cosas por lo que tuvieron que concentrarse en los soldados imperiales. Mientras el joven tenía preparado su arco y flecha pero Carpo decidió que ya no era tiempo de jugar y con otro rayo eliminó el círculo de fuego que lo tenía atrapado.

-Valiente pero estúpido. La diferencia de poderes entre tú y yo es abismal, fácilmente podría cortar tu garganta, romperte el brazo, dislocarte una pierna o romperte unos huesos pero quería ver hasta donde piensas llegar con esto.- Carpo lentamente caminaba hacía Koji, el muchacho retrocedía, atrapado entre los escombros y el general.

-Hasta las últimas consecuencias, mi maestra no murió en vano ¡En mi vive su fuerza!- Koji lanzó la flecha pero Carpo la atrapó y la destruyó en un instante pero ni siquiera eso detuvo al muchacho en usar su arco para golpear al general en la cara. Carpo sintió el golpe con fuerza y Koji trató de volver a replicarlo pero el general lanzó rayos al cuerpo del chico haciéndolo soltar su arco y gritar de dolor. A Carpo se le veía una cortada en la mejilla por el golpe del chico.

-¿Crees que no hay consecuencias en desafiar al imperio? ¡Esto va a enseñarte una lección!- Carpo intensificaba sus rayos en el cuerpo de Koji, los gritos de él llegaron a los oídos de Nicolás, quien después de haber sobrevivido a la batalla contra los soldados de Imperia con ayuda de pocos sobrevivientes trataron de sacar piedra por piedra, si usaban un explosivo podrían empeorar todo.

Koji resistía todo lo que podía ante el ataque del general. Carpo intensificaba su poder para hacer sufrir al muchacho y lo peor es que sólo se estaba conteniendo, como un depredador alfa estaba jugando con su presa.

Mientras que en la puerta frontal, Adrastea con su látigo de rayo rojo había amarrado a Berthier electrocutándola con toda la malicia del mundo, Kalaberite trató de salvar a su hermana pero con la otra mano la cruel general tomó el látigo de su enemiga y la aventó contra uno de los muros del castillo destruyéndolo por completo. Pertz y Koan lanzaban sus rayos negros y llamaradas negras pero nada podían hacer contra la fuerza bruta de la castigadora que lanzó a una Berthier con quemaduras en sus brazos al techo del castillo y rematarla con una patada los costados dejándola fuera de combate.

-¡Kalaberite! ¡Berthier!- Koan se preocupó por sus hermanas que no se dio cuenta de la embestida de Adrastea, tomando a Pertz por sorpresa y ver a la general estampar a su hermana contra la pared y golpear su estómago con fuerza que sintió como una costilla se le rompió, escupiendo sangre.

-¡Rayo negro!- Pertz trató de electrocutar a la general pero ella sólo se reía de forma maniática mirando de reojo a la hermana mayor. –No lo entiendo…esto no puede ser, mi mejor ataque es ¿inútil?-

-Ni siquiera me sirves para limpiarme las botas, no voy a perder mi tiempo contigo ¡Ahora Star Killer!-

Pertz sintió un poderoso rayo detrás de ella que le quemó parte de la ropa y dejar una quemadura muy grande, ella al darse la vuelta miró a quien antes era Sailor Star Fighter pero ahora con un nuevo nombre y con la misma marca que tenía Michiru. Su mirada mostraba miedo pero sobre todo obediencia ante la general. Pertz apenas podía pasarse cuando recibió una patada voladora de parte de Star Killer que la mandó por las escaleras bajando a toda velocidad y estrellarse en una columna, empeorando su herida. La usuaria de su propia versión de rayo negro lentamente se paraba mientras escuchaba los pasos de Seiya bajar y preparando otro ataque.

-Tú eras una de las buenas ¿qué haces ayudándola?- Preguntó Pertz acomodándose su hombro.

-Lo siento mucho. Ella ya me derrotó…no quiero lastimarte pero tampoco quiero que me haga daño ¡Lo siento! – Seiya estaba arrepentida atacando a Pertz mientras que arriba Sailor Ceres era la única que podía seguirle el ritmo a Adrastea y eso ya era un logro. Molly retrocedió al ver que era la única que seguía en pie en esta batalla, creo unas lianas con espinas para seguir con su ofensiva.

-Me gusta tu espíritu pero creo que voy a tener que azotarse después de esto. Siendo mi perra tendrás muchos beneficios.- Adrastea se relamía los labios, provocando el asco de Sailor Ceres.

-¡Estás podrida por dentro y fuera! – Sailor Ceres lanzaba sus lianas con espinas a toda velocidad y aunque lograba hacer daño, Adrastea avanzaba destruyendo las lianas que crecían con su rayo rojo hasta que llegó a escasos centímetros de Sailor Ceres y la tomó del cuello para estamparla en el piso. Molly sentía que se estaba ahogando mientras Adrastea con el mango de su látigo acariciaba las piernas de Molly.

-Con el tiempo aprenderás a respetarme preciosa. Admite que has fallado. Nos eres más que…-

Adrastea dejó de hablar e ignoró por completo a Sailor Ceres. Molly con dolor en el cuerpo no entendía que pasaba y él porque la quinta general empezó a caminar hacía la entrada principal. Mientras tanto Carpo dejó de lanzarle rayos a Koji, sintiendo lo mismo que la castigadora y de inmediato salió corriendo hasta la puerta principal.

-¿Qué es esto? Por alguna razón tiene el mismo tipo de poder que la emperatriz ¿Acaso será ella? No…esto es distinto- Decía Carpo para sí mismo y tras una larga carrera logró encontrarse con Adrastea, quien miraba hacia abajo.

-¿Qué significa esto Carpo? ¿Qué es esta energía?- Preguntó la castigadora sintiendo como el viento era más frío de lo que ya era y Carpo trató de ver lo que ella veía. Un halo negro se hizo presente ante ellos y Calisto como Ganimedes y Europa que apenas llegaban se percataron de la misma energía. De inmediato la vidente sentía como la visión previa había cambiado y era algo distinto.

-No puede ser ¡Imposible!- La expresión de Calisto sorprendió a los generales cuando del halo de luz negro salió alguien. Portando una espada reluciente con un aura oscura junto con una empuñadura de rosas y su elegante uniforme real de color negro. Su antifaz cubría su mirada pero podría reflejar odio ante ellos.

Se hizo un silencio incomodo mientras el azabache había vuelto del abismo y eso podía confirmarse con el símbolo de la luna negra en su frente.

-¡Ya han hecho sufrir a la humanidad! Yo, Endimión futuro monarca del Milenio de Plata…tomaré sus vidas aquí y ahora.- El poder de Darién sorprendió a los generales por el tipo de poder que tenía pero Darién estaba consciente que sólo tenía una oportunidad ahora, si la desperdiciaba ahora no sólo sería el fin de la tierra sino que él moriría…el reino oscuro se lo había hecho saber antes de realizar el pacto.

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-Flashback-

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Darién después de abandonar la base de la resistencia, apareció en un abrir y cerrar de ojos en los antiguos vestigios del Reino oscuro. Un castillo en la miseria, cubierto de neblina y un ambiente de muerte total. Darién se percató que las ánimas que estaba usando el lugar como un hogar lo observaban pero no podían atacarlo. El azabache caminó hasta que una fuerza misteriosa impidió su paso.

-Este no es tu lugar…este es lugar para aquellos que cargan con una culpa tan grande como el universo. Estamos afrontando nuestro castigo aquí.- Dijo una voz fantasmal que hacía eco en todo el lugar.

-Tú alma sigue atrapada aquí. Lamento que estés vagando como alma en pena Malachite- Darién se dio la vuelta y encontró en una forma fantasmal a Malachite, aquel quien era uno de los cuatro grandes del Reino Oscuro tras su caída a la maldad. Ahora debía permanecer ahí hasta encontrar la redención.

-Estoy pagando por mi crimen Endimión pero el que tú hayas logrado entrar aquí me hace preguntar muchas cosas- Malachite ponía parte de su cabello detrás de su hombro, mientras otra figura aparecía a su lado aferrado a su pecho.

-¿Qué haces aquí? ¿Vienes a reírte?- Dijo otro de los grandes generales caídos mostrando rencor, era inconfundible su cabellera rubia atada con una cola de caballo.

-Zoisite tranquilo. Recuerda que este es el castigo que nos ha tocado, no es el culpa del futuro rey- Dijo Malachite con seriedad abrazando a al rubio con cariño.-

-El tiempo te ha afectado Zoisite, es una fortuna que Malachite haya despejado su mente a tiempo o todos seriamos seres sin rostro- Nephrite apareció detrás de Darién, se veía mucho más lúcido que el rubio haciendo una leve reverencia.

-Pero eso no responde la pregunta que él hizo. Somos almas en pena sin futuro alguno y ahora aparece el príncipe ante nosotros. Eso significa que las cosas en el reino están mal ¿o me equivoco?- Jadeite fue el último en aparecer mostrando curiosidad sobre lo que pasaba en la tierra.

Darién observó la situación en la que estaba, tenía una oportunidad de oro mostrándose calmado ante quienes fueron sus guardianes hace ya mucho tiempo atrás.

-Necesitó su ayuda, más que nunca y hare que sus almas no estén atadas a este lugar, nunca más.- Las palabras de Darién hicieron eco mientras las almas de los cuatro grandes generales mostraban confusión, escepticismo, desconfianza y dudas.

-Habla Endimión y yo seré quien juzgue eso-

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-Fin del flashback-