Capítulo 4: La academia.

Era temprano en la mañana. La vida en la ciudad ya había empezado, y los estudiantes de distintos niveles se dirigían a sus respectivas escuelas.

Izuku Midoriya estaba llegando un poco tarde, más que nada porque su madre lo hizo revisar que tuviera todo lo necesario y más, unas 5 veces antes de dejarlo salir. Frente a él se encontraba una puerta enorme marcada como la clase 1-A. Izuku no podía ocultar su nerviosismo.

—Ok, ya estás aquí, solo…entra y actúa normal. Nadie aquí sabe sobre tu quirk y esos rumores. Solo sé tú mismo y hazte amigo de todos… ¿cómo se hacen amigos?

Años de que todos en la escuela le temieran y lo evitaran habían convertido al chico en un inadaptado social que apenas y sabía cómo tener una conversación con la gente que no conocía. Este problema se había resuelto un poco gracias a su interacción con los Midnight Boys y con la propia Midnight, pero aún le faltaba formar una confianza suficiente en sí mismo como para poder socializar correctamente.

—Cálmate— se repitió —, todos aquí son nuevos, ¿Qué es lo peor que puede pasar?

Izuku dio un paso adelante, abrió la puerta, y lo primero que vio fue a Katsuki con los pies sobre su escritorio, discutiendo con el chico que lo había "regañado" durante el examen.

Carajo— Izuku hizo la nota mental de nunca repetir aquella frase en voz alta de nuevo.

Rápidamente y haciendo el menor ruido posible, Izuku se dirigió a su lugar con la esperanza que ninguno de esos dos lo notaran; no le molestaba tanto el chico de lentes, pero Katsuki…

La última vez que Izuku vio a Katsuki fue en su escuela, cuando su profesor los felicitó a ambos por entrar en Yuuei, y la conversación que siguió fue… intensa por decir menos. Básicamente ambos se insultaron y casi se pelean, pero fueron separados antes de que nada pasara.

A medio camino de su lugar, Izuku escuchó la voz de Katsuki, y entendió que no logró pasar desapercibido.

—¡¿Ah?! ¡En serio te aceptaron, puto monstruo! ¡Me sorprende que tengas el valor de aparecer aquí! — gritó Katsuki, completamente ignorando lo que el chico de lentes le estaba diciendo.

—Lo sorprendente aquí es que te dejen entrar a una escuela respetable como esta. Estarías mejor con un equipo de demolición que aquí. ¿No eras tú el que siempre decía eso de "apegarse a tu papel en la vida"? — Izuku respondió más por reflejo que por otra cosa.

—¡Es por eso que no entiendo que mierda haces aquí! ¡Tú estarías mejor siendo el fenómeno de algún circo!

—No me sorprende que no lo entiendas, de hecho, me sorprendería si lo entendieras.

—¡Deja de pasarte de listo, pendejo! ¡La última vez nos separaron, pero-!

—¡Y es por qué nos separaron que no te destrocé!

—¡Alto!

Ambos fueron detenidos abruptamente por el chico de las gafas. Izuku se dio cuenta que su pequeña discusión había eclipsado todas las conversaciones de sus demás compañeros, y ahora todos guardaban silencio y los observaban, lo que lo puso un poco nervioso.

—¡Es impresionante el nivel de descaro que ustedes dos están mostrando!

El chico se giró para dirigirse a Bakugo.

—¡De ti ya casi ni me sorprende! ¡Todo lo que has hecho desde que llegaste es ser irrespetuoso! ¡Pero tú! — se giró para ver a Izuku — ¡Pensé que mi primera impresión sobre ti fue equivocada, pero estaba en lo cierto! ¡Eres un buscapleitos, igual que él!

Izuku podía soportar muchos insultos, que lo menospreciaran, que lo ignoraran y hablaran mal de él a sus espaldas, pero no que lo compararan con Katsuki, especialmente si le decían que era como él.

—¡No me metas en el mismo saco que ese imbécil! ¡Apenas llegué y lo vi, intenté evitarlo, pero fue él quien decidió empezar esto!

—¡¿Cómo me llamaste?!

—¡Te llamé por tu nombre!

—¡Ya está! — de un salto, Katsuki se puso de pie y vio con una mirada de furia directo a Izuku — ¡Hay que resolver esto, pendejo!

—¡HEY!

Una cuarta persona se había unido a la discusión. Los tres chicos voltearon para encontrar a una joven, era morena, de cabello blanco largo, con ojos rojos y de su cabeza sobresalían orejas blancas de conejo. Llevaba el uniforme de la escuela, pero lo tenía algo desaliñado. Veía a los dos que discutían con una cara de enojo e irritación.

—¡Dejen de gritar par de idiotas! — les dijo a ambos.

—¡Ella tiene razón! ¡No deberían estar discutiendo así! — dijo Iida.

—¡Si tanto quieren pelear, solo háganlo! — esa segunda frase de la chica sorprendió a Izuku, quien vio que ahora, más que enojada, parecía expectante.

—¡Espera, eso es justo lo que no deben hacer! — intervino nuevamente el chico de lentes.

—Si quieren pelear no podemos detenerlos, pero me molesta que solo estén ahí parados, gritándose, sin atreverse a hacer nada.

—Yo no voy a pelear con nadie — ahora la atención la tomó Izuku, quien luego giró a ver a Katsuki—. No sé tú, pero yo me esforcé mucho para entrar en esta escuela, y tirarlo todo a la basura por una estúpida pelea contigo…no gracias. Si tanto quieres sangrar, ve y golpéate contra una pared.

—…aburrido— la chica conejo dijo eso al aire, decepcionada de que no hubiera acción real.

Tras las palabras de Izuku, tanto la chica conejo como el chico de lentes se dirigieron a sus asientos, entendiendo que la discusión se había terminado.

Maldición, lo que me faltaba, otros tres años aguantando a este imbécil — se dijo Izuku mentalmente mientras llegaba a su lugar.

Al sentarse, Izuku giró a la entrada del salón y encontró a la última persona que quería ver en todo el mundo (incluso menos que Katsuki). Parada justo frente a la puerta se encontraba la chica de cabello castaño que él había salvado en el examen. Lo observaba detenidamente; lo había reconocido. La chica había llegado en algún momento durante la discusión, pero nadie la había notado.

Cuando sus miradas se cruzaron, ambos inmediatamente se sonrojaron y desviaron la mirada.

¡¿Qué?! ¡¿En serio ella está aquí también?! ¡¿La vida me odia o algo?! ¡Evidentemente me odia desde que tengo este quirk, pero ¿En serio tanto?!

Izuku hizo todo lo posible por no ver a la chica, hasta que una mano lo tomó por el hombro y una voz le habló desde su izquierda.

—Oye, chico.

Izuku giró para encontrarse a la chica de orejas de conejo sentada al lado suyo.

—¿Eh? ¿Sí?

—¿Por qué estaban discutiendo tú y el rubio? ¿Van a pelear?

La chica lucia emocionada, esperando la respuesta de Izuku, como si esperara escuchar una historia de rivalidad emocionante.

—No es la gran cosa —dijo Izuku—, nos conocemos desde niños, y a través de los años hemos crecido sin poder soportarnos, sin embargo, ambos queremos ser héroes, así que aquí estamos.

Izuku resumió lo mejor que pudo la "historia" que tenía con Katsuki, solo esperaba que no preguntara porque lo llamaba monstruo. Cuando volvió a ver el rostro de la chica, esta seguía con los ojos bien abiertos y una amplia sonrisa.

—Ok, ¿y van a pelear? —volvió a preguntar la chica.

—…No creo, al menos no ahora, ¿por qué te interesa?

Esa pregunta hizo que la sonrisa de la chica se ampliara aún más.

—Porque las peleas son lo que más me gusta. De hecho, tengo el récord por meterme en más peleas en un año en esta escuela, ¡Y sigo invicta!

—No creo que sea algo por lo que debas presu- espera, ¿cómo tienes un récord? Vamos en primer año.

El chico vio como las orejas de la chica bajaban súbitamente y su expresión pasaba a una de molestia consigo misma; su cara gritaba "no debí decir eso".

—Ah… bueno… es que… tuve ciertos problemas. — dijo la chica, desviando la mirada y jugando con su cabello.

Izuku se limitó a observar a la chica, tratando de averiguar si le estaba mintiendo e inventó esa historia, o si verdaderamente ya tenía un historial en la escuela. Antes de que pudiera deducir algo, la puerta del salón se volvió a abrir, lo que lo hizo voltear a ver.

Al salón entró un hombre alto con pinta de querer estar en cualquier otro lugar. Tenía el cabello negro, largo y desordenado, ojeras, una barba mal afeitada, y un traje de una sola pieza con un cinturón, además de un montón de vendas alrededor de su cuello que asemejaban una bufanda. Traía cargando consigo una bolsa para dormir.

—Muy bien, todos guarden silencio— ordenó el hombre al entrar —, sí que tenían un buen escándalo; escuché los gritos desde el pasillo.

Izuku se puso nervioso, en serio no quería meterse en problemas en su primer día.

—Me presento. Soy el tutor de la clase 1-A, Aizawa Shouta. Un placer conocerlos.

Más de uno se sorprendió al saber que él sería su tutor.

Apenas se terminó de presentar, el profesor rebuscó en su bolsa de dormir y sacó uniformes deportivos para todos.

—Rápido, pónganse eso y salgan al patio de educación física.

Izuku no entendía que pasaba, así como todos sus compañeros, todos menos una. Al volver a ver a la chica conejo para ver su reacción la encontró nuevamente sonriendo, como si eso fuera normal.


Al salir al patio, todos (exceptuando a la chica conejo) fueron sorprendidos con una prueba física para comprender sus quirks.

—¡¿Qué pasa con la ceremonia de ingreso?! —preguntó la chica de cabello castaño.

—Si quieren ser héroes no tienen tiempo para esas tonterías.

La prueba era 8 ejercicios simples, pero el punto era que tenían que utilizar su quirk para obtener la mejor puntuación posible.

—Usagiyama, pasa al frente a dar un ejemplo.

La chica conejo prácticamente saltó al frente del grupo cuando la llamaron. Aizawa se dirigió a la zona para la prueba de lanzamiento y le dio una pelota de beisbol a la chica.

—Escuchen— Aizawa se dirigía a toda la clase —, el punto de estos ejercicios es aprender sus limitaciones, así como averiguar posibles usos no tan obvios para su quirk.

La chica conejo se paró justo al borde del círculo reglamentario para lanzar, dio un largo respiró y levantó pronunciadamente su pierna izquierda. Al bajar su pierna, Usagiyama giro su cuerpo entero, dando 4 giros completos antes de alcanzar el borde opuesto del círculo. A los ojos de Izuku, sus movimientos se parecían a los de una bailarina; su cabello blanco creaba la ilusión de una luna llena apareciendo con cada giro.

Al terminar sus giros, aprovechando la fuerza e impulso que había creado, la chica arrojó la pelota con una gran fuerza, obteniendo un puntaje de 135 metros. Todos quedaron sorprendidos por el uso que la chica le daba a su quirk; a simple vista su quirk le daría una gran fuerza en las piernas, pero aprovechó esto para aumentar la fuerza en su lanzamiento también.

Tras la demostración de la chica, todos en general comenzaron a emocionarse, imaginando de qué forma podrían usar su quirk para mejorar su rendimiento.

—¿Así que se divierten? — preguntó Aizawa al grupo, con un tono de malicia en su voz — No pueden esperar pasarla bien en un curso de héroes. Nueva regla: quien termine en último lugar en las pruebas queda expulsado.

Al instante todos los alumnos se quedaron callados, esperando que aquella afirmación fuera una broma, pero no, su profesor estaba hablando en serio, haciendo que el ambiente se pusiera tenso de inmediato.

Así que esto es Yuuei —pensó Izuku—, un filtro desde el primer momento. Tengo que dar lo mejor que tengo.

Y así comenzó la primera prueba; la carrera de 50 metros planos. Izuku observó a algunos de sus compañeros mientras hacían la prueba, quedando sorprendido con el resultado del chico de lentes; su quirk le daba una especie de motores en las pantorrillas, que lo propulsaban, consiguiendo terminar la carrera en 3.04 segundos. Sus demás compañeros también fueron interesantes; estaba la chica con cara de rana, que se limitó a dar largos saltos; la chica de cabello castaño hizo algo con sus zapatos y ropa, pero nada que pudiera notar a simple vista. Cuando llegó su turno ya había decidido como proceder.

Al acercarse a la línea de salida, Izuku comenzó a cambiar su cuerpo; se hizo más pequeño y delgado, pero aumentó la musculatura y largo de sus extremidades, y la elasticidad de su columna, así como la forma de la misma para darle una ventaja en una posición cuadrúpeda. Esencialmente había modificado su estructura física a una muy similar a la de un guepardo, aunque sin pelaje ni garras.

Todos sus compañeros lo observaron, algo que Izuku apenas tomó en cuenta cuando se puso en posición de salida. El muchacho esperó escuchar algún comentario de miedo, tal vez asco, pero no hubo nada, de hecho, pudo escuchar un débil "genial" venir de alguna parte, esto le quitó un gran peso de encima, pero como la vida realmente lo odiaba terminó emparejado con Katsuki en la carrera.

—Parece que ahora puedes fingir un poco frente a los demás, monstruo.

Izuku ignoró el comentario de Katsuki y se mantuvo centrado en la carrera, algo que el chico rubio notó y prefirió centrarse también.

Cuando les dieron la señal, ambos chicos salieron disparados de la línea de salida. Bakugo soltó varias explosiones sucesivas de sus manos, impulsándose en el aire, pero para su sorpresa, desde el polvo y humo apareció Izuku, corriendo a cuatro patas, con una velocidad que Katsuki nunca había visto en el chico, rebasando a su compañero fácilmente.

Cuando terminaron, Izuku había obtenido un tiempo de 3.37 segundos, mientras que Katsuki obtuvo 4.13.

Bakugo estaba furioso por decir menos, en toda su vida no había perdido nunca contra Izuku. Aquel incidente ni siquiera fue una pelea, así que no contaba. Bakugo vio a Izuku con sus ojos molestos, pero no dijo nada, aun si había perdido en la carrera, el puntaje final sería el que decidiría al mejor. Resoplando, Bakugo se alejó de Izuku murmurando por lo bajo.

Tras la carrera, el cuerpo de Izuku lentamente volvió a la normalidad. Tras terminar de des transformarse Izuku escuchó una voz que lo llamaba desde un lado.

—¡Oye ¿Cuál se supone que es tu quirk?!

Era aquella chica conejo, Usagiyama.

En general a Izuku no le gustaba hablar de su quirk, especialmente si debía entrar en detalles, pero asumió que tarde o temprano su clase se enteraría (tomando en cuenta que Bakugo estaba en esa misma clase.

—Pues…puedo alterar la anatomía de mi cuerpo. Puedo alterar mi composición muscular, ósea, incluso mis nervios. También puedo hacer crecer garras, cuernos y colmillos.

—¡Genial! — expresó la chica, con los ojos bien abiertos y una amplia sonrisa — ¡Oye, ¿y puedes hacer crecer varios brazos o algo así?!

Nunca nadie había mostrado tanto interés en su quirk, por lo que Izuku no supo cómo reaccionar a la chica, quien se había acercado mucho a su rostro, sin dejar de verlo.

—T-técnicamente sí puedo, pero es muy doloroso. La única extremidad extra que puedo crear ahora mismo es una cola.

La chica se emocionó aún más tras ese comentario.

—¡Genial! ¡Solo te falta más práctica, ¿no?! ¡En cuanto lo domines será muy divertido pelear contigo!

—¡¿Pelear?!

—¡Obvio! ¡Un oponente que puede cambiar y adaptarse a cada situación! ¡Podrías sacar alas y garras y ponerte a volar! ¡O incluso volverte una masa enorme de tentáculos! ¡¿Puedes crecer?! ¡¿Cuánto puedes crecer?!

—¡Wow! ¡Tranquilízate! ¡No es tan sencillo, tengo que visualizar en lo que me quiero transformar! ¡No puedo modificar drásticamente mi cuerpo de forma instantánea! ¡Además, si lo utilizo mucho, podría-!

Fue en ese momento que Izuku se dio cuenta que estaba hablando demasiado, pero el dejar de hablar repentinamente también fue un error. La chica frente a él lo notó y lo vio con una mirada curiosa, casi como si pudiera sentir su secreto acercarse.

—Si lo usas mucho, podrías… ¿qué?

El chico lo había arruinado, y lo sabía. Tenía que inventar algo rápido.

—Podría…desgastarme demasiado, sí. Si uso mucho mi quirk mi cuerpo se queda sin energía y ya no puedo moverme.

Usagiyama observó su rostro. El chico estaba desviando la mirada, con una sonrisa nerviosa, mientras se rascaba la cabeza.

—Eres horrible mintiendo —dijo la chica—, pero si no quieres decirme no hay problema.

El chico no protestó, ya había fallado en engañarla, así que defender su mentira sería inútil.

—… ¿tiene que ver con el hecho de que ese imbécil te llame monstruo? — preguntó la chica, haciendo un ademán con la cabeza apuntando a Katsuki.

El mundo verdaderamente odiaba a Midoriya Izuku. La única pregunta que realmente no quería contestar acababa de salir a la superficie.

—Tengo buen oído, mis orejas no están de adorno; no intentes decir que no te llama así. Lo escuché en el pasillo, antes de llegar al salón, y también hace un momento, antes de que empezaran a correr— continuó la chica al ver que el chico se había quedado callado.

—…No quiero hablar de eso. — respondió Izuku de manera cortante.

—Ok.

La respuesta fue rápida y simple, algo que sorprendió a Izuku. Aquella chica no insistió al notar que era un tema sensible. El comportamiento de Usagiyama lo dejaba desconcertado; en un momento estaba emocionada, haciendo preguntas sobre el funcionamiento de su quirk y hablando de peleas, y al siguiente estaba tranquila y entendía los limites personales del chico.

—… ¿Por qué te interesa? — preguntó el chico luego de un momento.

—Mmm—la chica se llevó una mano a la barbilla y se puso a pensar—, no lo sé…creo que es tu olor.

— ¿Mi…olor? — el chico no entendía. Estaba seguro de que se había duchado en la mañana.

—Sí, tengo buen olfato, y tu hueles…diferente, no mal, solo diferente.

Dicho esto, sin más explicación, la chica se alejó de él para continuar haciendo las pruebas. Izuku solo se quedó ahí, sin entender qué había pasado.

—… ¿Se supone que ahora somo amigos?


Las siguientes pruebas fueron similares para Izuku, quien modificó su cuerpo de la mejor forma que ese le ocurría. Al final de las pruebas, Aizawa mostró el puntaje de la clase.

Izuku pasó sin problemas las pruebas físicas, posicionándose en segundo lugar de toda la clase, cosa que enojó increíblemente a Bakugo. Para el alivio de todos, Aizawa les dijo que lo de expulsar al que quedara en último fue solo una broma.

—¡No puedo creer que el profesor nos engañara! — se quejaba el chico de lentes, que Izuku había aprendido que su nombre era Iida Tenya.

La clase 1-A estaba regresando a su salón luego de las pruebas.

—Tampoco estés tan seguro.

Este comentario hizo que varios del grupo voltearan, encontrando a Usagiyama con una mirada despreocupada.

—El año pasado sí expulsó al último lugar. Supongo que vio algo de héroe en todos, aunque fuera un poco.

Esto hizo que todos se sintieran mejor, pero Izuku sintió que algo no cuadraba con lo que decía su compañera.

—Oye, me estaba preguntando desde hace un rato, sabes mucho sobre esta escuela, hablas como si ya hubieras cursado aquí…

—Ah…bueno…es que…

Nuevamente, la chica desvió la mirada y comenzó a jugar con su cabello, intentando evitar el tema. Por suerte para ella, los demás de la clase no escucharon el comentario de Izuku, por lo que siguieron caminando, dejando algo de distancia entre ellos dos y el resto. Izuku se acercó un poco y le habló en voz baja.

—De casualidad… ¿repetiste año?

Usagiyama había girado su rostro, por lo que Izuku no podía ver como la chica se había sonrojado de la vergüenza. De un movimiento rápido, ella tomó a Izuku del cuello de su camisa y lo jaló hasta que sus rostros estuvieron a unos pocos centímetros.

—¡Escúchame idiota! ¡Sí, repetí el año, pero ni creas que puedes burlarte de-!

—¡Wow! ¡Tranquila, nunca lo dije por eso!

Usagiyama observó al chico a los ojos, intentando ver si mentía, pero no notó nada extraño. Ella terminó soltándolo.

—¿Por qué te interesa? — preguntó la chica.

—…Bueno, lo que decías no me cuadraba, así que solo lo supuse, pero si te molesta no se lo diré a nadie.

Ambos se vieron un momento, hasta que Izuku continuó.

—Escucha, sé que no tienes razones para confiar en mí, pero-

—Confío en ti.

Esto descolocó al muchacho.

—… ¿En serio? ¿Así de fácil?

—Te lo dije, hay algo en ti que me resulta interesante, así que confiaré en ti.

—…Ok

Izuku no sabía cómo reaccionar al comportamiento de la chica. Él había crecido siendo temido por todos a su alrededor, por lo que nunca tuvo realmente amigos antes, ¿era realmente tan fácil confiar en los demás? Ambos comenzaron a caminar de nuevo, lo que la chica aprovechó para comenzar a hablar.

—Pero, ahora que conoces mi secreto, es justo que yo conozca uno tuyo, ¿no?

—Oh, sé a dónde va esto.

—¡Vamos! ¡¿Qué es eso que escondes sobre tu quirk?! — la chica había empezado a dar saltitos mientras avanzaba junto a Izuku.

—…Ya te dije que no quiero hablar de eso. ¡Además, yo deduje tu "secreto", tu deberías hacer lo mismo!

—¡Eso es demasiado complicado, idiota! ¡Solo dímelo y ya!

—¡Agh! ¡Conociendo al imbécil de Katsuki, en algún momento comenzará a decírselo a todos en la clase, así que solo espera a eso!

—¡¿Qué?! ¡No! ¡No quiero escucharlo de parte de ese tipo! ¡Quiero escucharlo de ti!

Izuku vio el rostro de Usagiyama, que estaba con una expresión ansiosa, pero sin nada de malicia, y entendió que no se libraría de esto.

—…Bien, pero…quiero que me prometas que-

—¿Qué no le diga a nadie? ¿Por quién me tomas?, yo no haría eso.

Pero eso no es lo que Izuku quería decir.

Con un rostro serio, Izuku vio a Usagiyama a los ojos y continuó.

—Quiero que me prometas que no te vas a asustar.

Usagiyama se sorprendió por el comentario de Izuku, pero contrario a lo que pensaba el chico, su reacción fue esbozar una enorme sonrisa divertida.

—¿Quién me crees?, técnicamente soy una heroína semiprofesional. Tengo mi licencia provisional y todo. Nada de lo que digas puede asustarme.

Ahora era el chico el sorprendido. No pudo ver duda en los ojos rojos de la chica, por lo que se resignó y terminó confesando.

—Yo…no puedo controlar por completo mi quirk. Verás, mi quirk tiene…mente propia, por así decirlo. Normalmente puedo mantener a esa…cosa encerrada, pero usar mucho mi quirk lentamente lo hace salir a la superficie, y si llego a perder el control…bueno, no es nada bonito.

—… ¿Por eso ese idiota te llama monstruo? — preguntó Usagiyama.

—Exacto. Estuvo presente una vez que perdí el control de niño, y hace tres años, en primero de secundaria, me retó a una pelea y volví a perder el control. En ese entonces no lo controlaba para nada, pero aun ahora puedo sentirlo acercarse si no soy cuidadoso.

—…Y… ¿qué pasaría si esa cosa se libera?

—No lo sé. Nunca lo he dejado salir por completo, pero las veces que ha salido, aunque fuera un poco, lo primero que ha intentado ha sido atacar a todo el que esté cerca. No es un animal, solo busca matar todo y a todos los que pueda. Eh intentado razonar con…eso, pero no se puede. Si llega a salir por completo…estoy seguro de que mataría a alguien.

Ambos continuaron caminando en silencio. El chico estaba seguro de que había terminado por asustar a Usagiyama, o al menos que había perdido su confianza, pero lo siguiente que dijo la chica no fue nada de lo que esperaba.

—Entonces eso era.

—… ¿Qué?

—Eso es lo que es diferente en ti.

—…técnicamente es cierto, pero no veo como eso sería algo bueno.

—¿Bromeas? Me acabas de decir que dentro de ti hay un monstruo sediento de sangre, que en cualquier momento podría salir y matarnos a todos, y solo no lo hace porque tú lo mantienes encerrado con fuerza de voluntad. Si eso no es interesante, no sé qué lo es. Mierda, por la forma en que lo describes debes tener más experiencia lidiando con "villanos" que nadie aquí.

Izuku nunca lo había pensado así. Toda su vida había visto su situación como una desventaja que tenía que superar; un defecto que sería mejor que no existiera, pero aquí estaba esa chica, asombrada por esa misma situación.

—… ¿en serio no te asusta? ¿ni un poco?

—Na, he tenido mis encuentros con criminales peligrosos, y aun si esa cosa saliera…

Usagiyama levantó rápidamente su pierna derecha hasta que su pie estaba a la altura de la cara de Izuku. El chico recibió un golpe de aire directamente en el rostro, mostrando la fuerza que esa chica tenía en las piernas.

—…lo regresaré a su jaula de una patada.

Usagiyama regresó a su posición anterior, observando a Izuku directamente a los ojos. No lo veía con miedo o desconfianza, sus ojos reflejaban un sincero respeto por él.

Izuku contuvo sus lágrimas lo mejor que pudo y le dio un sincero agradecimiento.

—Gracias, Usagiyama-san.

—Rumi.

El chico giró a ver a la chica.

—Llámame Rumi, y no te preocupes Izuku, tu secreto está a salvo conmigo.

Izuku siguió caminando junto a Rumi, sin saber muy bien qué era ese sentimiento dentro de él. Lo que sí sabía, era que estaba más que feliz de que ella fuera su primera amiga.