Hinata soltó a Naruto mientras salía. La besó, y la encontró más hermosa que nunca. Su cara estaba relajada, su piel brillaba bajo la luz, sus labios estaban rojos e hinchados por sus labios, su cabello era un desastre por sus manos y su cuello tenía chupones por sus besos.
Naruto rodó a su lado, cansado pero contento, con una sonrisa en sus labios. Estaba a punto de abrazar a Hinata pero sintió que se alejaba...
"Cambiaré las sábanas". Hinata decidió sentarse en la cama.
"Podemos hacerlo mañana" dijo Naruto.
Pero Hinata ya estaba fuera de la cama. Naruto pudo ver que estaba avergonzada. ¿Hizo algo malo? Naruto estrechó sus cejas. Por supuesto que no lo hizo. Nunca olvidará la cara de Hinata mientras la acariciaba, la besaba, la penetraba. Ella había disfrutado y él también.
La alcanzó y la arrastró hacia él. En un segundo, Hinata quedó atrapada contra el cuerpo de Naruto. La agarró por la barbilla y la hizo mirarse a los ojos. Hinata comprendió que nada sería lo mismo.
"No quiero que te escondas. No quiero que te avergüences delante de mí después de lo que acaba de pasar entre nosotros. Hinata, no tengo suficientes palabras para expresarme pero fue..."
"¿Increíble? ¿Maravilloso? ¿Asombroso?"
Naruto se sorprendió.
"Sí, exactamente. Pero, ¿por qué te alejas?"
Hinata dudó y se ruborizó.
"Naruto... yo ... ¿Cómo puedo decirlo?... Estoy tan avergonzada de mí misma... porque me gustaría... hacerlo de nuevo..."
Naruto sintió que su cabeza se rompía. Pudo creer que acababa de escuchar.
"¡Maldita sea! ¿Acabo de hacer a Hinata adicta al sexo?'
Hinata vio sus ojos llenos de lujuria.
"¿Qué tal si lo haces de nuevo?" Naruto preguntó mientras se movía.
"Es que... No creo que..." Hinata inició rápidamente.
"No te preocupes.
Naruto sonreía y la besaba. Bajó, aun sosteniéndola, y apoyó su cabeza en su estómago.
"No quiero hacerte sufrir más."
Acarició su estómago. Sí, Hinata seguía sufriendo pero le ayudó a entender que lo que pasó no era un sueño sino la realidad. Se estremeció cuando Naruto tocó con su dedo la cicatriz de su costado. Su cuerpo se relajó.
Sintió sus pequeñas manos jugando con su cabello. Fue tan bueno. Ella estaba con él, no estaba solo.
"¡Hinata! Ven a vivir conmigo." Dijo mientras miraba a sus pálidos ojos. "Compraré la casa que quieras, una casa súper grande. Tengo suficiente dinero, ya sabes, con todas las misiones que me dio Kakashi-sensei. Será nuestro lugar donde sé que nunca estaremos solos... Ven a vivir conmigo..."
Hinata miró fijamente al techo.
"¿Mudarme con Naruto-kun?"
Sintió que le ardían las orejas y que su cabeza daba vueltas aunque estuviera tumbada.
"¿Qué puedo decir? Tonta de mí. Sí, la respuesta es sí."
"Estoy listo para ir a hablar con tu padre. A menos que sea demasiado pronto para ti, Hinata. Lo entiendo, ya sabes." Naruto añadió porque aún no había respondido.
Hinata se levantó y agarró la cara de Naruto y lo besó tiernamente.
"Si me ayuda a estar siempre a tu lado, entonces mi respuesta es sí". Murmuró contra su oído.
Naruto se sonrojó y sonrió. La felicidad le calentaba el corazón. Agarró la cintura de Hinata.
"Te amo tanto Hinata. "
Naruto se arrastró, listo para escapar del mal.
"¿A dónde vas?" Hinata preguntó sorprendida.
"Prepárate. Vamos a ver a tu padre."
Hinata se rio. Naruto no entendía lo que estaba pasando.
"Vamos Naruto-kun, ¿has visto el reloj? Padre nunca aceptará verte a estas horas de la noche. Además, te dije que no estaba allí."
" Es cierto." Se rio.
Naruto se recostó a su lado antes de tirar de ella contra él y ponerle las sábanas encima.
"¿Entonces mañana?"
Hinata asintió.
"Pero tengo una condición." Añadió mientras miraba directamente a los ojos azules de Naruto. "Quiero comprar la casa contigo."
"Ni hablar. Maldita sea, Hinata déjame hacerte feliz."
"Compartir la compra de la casa me hará feliz. Será nuestra primera pertenencia."
Naruto sacudió la cabeza.
"Naruto-kun, una relación no funciona así. Una relación se basa en compartir cosas."
"Pensé que era amor." Dijo jugando con sus cejas.
"Lo es, pero hay más."
Naruto se quedó callado. Todo estaba mezclado en su cabeza.
"Hablaremos de ello mañana." Hinata decidió acercarse a él.
Naruto asintió. Apretó su abrazadera alrededor de ella y puso su barbilla en la parte superior de su cabeza.
Por primera vez, se durmieron sin sentirse solos y aterrorizados, sino más bien amados y en paz.
