Todos los personajes de Disney y Pixar que aparecen en esta historia, corresponden a sus respectivos creadores. El único fin de esta historia es el de entretener

Capitulo 2: Vamos a conocerla.

La semana iniciaba de la mejor manera. Y no solo por hecho de que ahora, Anna y sus compañeros de piso tendrían a una nueva vecina. También eran los últimos días de Febrero y eso significaba que el cumpleaños de la pelirroja se acercaba, mas concretamente el 21 de marzo, el inicio de la primavera.

Las primeras clases ya habían acabado y los chicos disfrutaban del almuerzo en la cafetería. Hablaban sobre diversos temas, pero el tema principal era aquella chica del departamento 302. Muchos pensarían que le estaban dando mucha importancia a eso, sobre todo Anna era la que mas importancia le daba. Era algo obvio. Ellos eran los mas jóvenes de todo el edificio, ya que la mayoría consistía en matrimonios o personas solteras pero arriba de cuarenta años. Por lo que tener a una chica de maso menos su misma edad, era bastante agradable.

-¿Qué les parece si hablamos con ella, después de clases?- decía Anna dándole un mordisco a su sándwich.

-¿Podríamos invitarla a la terraza?- completo Olaf.

-Tranquilos chicos, va a creer que somos unos locos- rio Rapunzel ante la actitud de sus compañeros- Actuemos normal y solo le daremos la bienvenida.

-Bien creo que tienes razón. ¿Me pregunto, cómo será?- dijo Anna.

La conversación continuo sobre como darle la bienvenida a esa misteriosa chica. Hubo varias propuestas pero al final todos concordaron, con simplemente en ir a saludarla, presentarse y tal vez invitarle un día a algún café o alguna fiesta.

En la mente de Anna seguía la imagen de aquella rubia platino. No entendía porque la tenia en la cabeza. Simplemente ahí estaba. Es como cuando escuchas una canción y esa canción tiene algo que no te la puedes quitar de la cabeza, así durante semanas. Esa era la misma sensación que Anna tenia con aquella chica. Recordaba si alguna vez esto le había pasado antes, obviamente con alguna persona.

Anna solo miraba por la ventana de su salón de clases. Prestando poca atención a lo que el maestro decía. La curiosidad por saber quien era esa chica del departamento 302, crecía mas y mas al pasar de los minutos.

Por fin sonó el timbre de salida. Las clases ese día terminaba y con eso Anna era la primera en la puerta de salida de la universidad. Lucia como una niña que espera los regalos de navidad. Esa actitud era muy parecida a la que Anna mostraba cuando se trataba de chocolate por ejemplo.

Anna ya se encontraba esperando a Rapunzel y a Olaf afuera del auto de Olaf. Era un pequeño auto, que sus padres le habían regalado. No era el gran lujo pero vaya que los sacaba de apuro. Olaf lo había llamado tiernamente como "malvavisco". Los tres subieron al auto y partieron hacia su departamento. Durante el camino siguieron repasando el plan, se prenotarían con la chica, la invitarían a tomar algo a la terraza y conversarían, así debía de ser.

El departamento estaba relativamente cerca de la universidad. No tardaron mucho en llegar y les sorprendió ver a una chica bajar de un deportivo con unas cajas, que lucían bastante pesadas para ella. Olaf estaciono el auto y Anna salió disparada para auxiliar a esa chica, que estaba a punto de caer por culpa del peso.

Con un movimiento casi felino, Anna logro llegar justo a tiempo para evitar que la chica se fuera de bruces contra el suelo.

-¡Hey! ¿Estas bien?- dijo Anna, sosteniendo una de las cajas que estaba por caerse.

-Si…gracias por tu ayuda- contesto Elsa. Mirando fijamente a la pelirroja.

-¿Necesitas ayuda con eso?

-No es necesario, tengo todo bajo control.

-Pues no lo parece, déjame ayudarte.

Elsa seguía mirando atentamente a Anna. Esta le bridaba una amable sonrisa. Ante eso y la llegada de Olaf y Rapunzel quienes también se ofrecieron a ayudarla con sus cosas, Elsa acepto, aunque fue mas por cortesía que por otra cosa.

El edificio tenia elevador, pero llevaba casi dos años en reparación. Llevaba así desde que a alguien se le había ocurrido el tratar de subir dos sofás al ultimo piso.

Los chicos se sorprendieron, excepto Anna, que aquella chica se trataba de la nueva inquilina del departamento 302. Anna trato de disimular un poco, ella ya la "conocía", pero no le iba a decir que la estuvo espiando por su puerta desde su puerta el primer día que llego.

-Muchas gracias por ayudarme- dijo Elsa muy educadamente.

-Cuando quieras, estamos a solo unos pasos de ti- decía Olaf con una gran sonrisa.

-¿Qué?

-Lo que mi simpático amigo quiere decir- menciono Anna con una risa nerviosa- Es que nosotros somos tus vecinos. Vivimos justo enfrente- señalando la puerta del otro departamento.

-Oh con que es eso. Bueno muchas gracias y adiós- dijo muy cortante la rubia platino.

-Oye espera. ¿quieres a la terraza del edificio? Aunque no lo creas uno pasa un rato agradable ahí, nosotros solemos ir muy seguido.

-Me parece una agradable oferta…

-Anna, me llamo Anna Summer…

"Genial Anna, ya la estas invitando y ni siquiera te has presentado" se dijo Anna para si misma.

-Como decía, Anna, me parece una oferta agradable pero tengo cosas que hacer.

-Vamos solo será solo por un momento.

-Anna no insistas, si ella no quiere ir no la obligues- decía Rapunzel.

Elsa pensó por un instante. Ella estaba mintiendo, en realidad no tenia nada que hacer, simplemente no quería socializar.

Las constantes insistencias de Anna, pero sobretodo la mención de que prepararían algo de chocolate caliente. Hizo que Elsa al final aceptara el acompañar a sus nuevos vecinos a la terraza.

Esa tarde no podía ser mejor. Había un cielo completamente despejado y para variar hacia algo de calor. Arendelle no era precisamente el lugar mas caluroso del mundo y menos en esa época del año. Por lo que el tener ese clima era mas que perfecto.

En la terraza del edificio había una pequeña zona de invernadero. No era como tal un invernadero, simplemente había un buen numero de plantas colocadas ahí, que estaban debajo de un tejado y que los demás inquilinos solían regar por las tardes. También había algunas sillas de playa, una mesa y un asador para una buena parrillada. Elsa tenia que admitir que la pelirroja tenia razón, era un lugar bastante agradable para pasar el rato.

A pesar de haber de aceptado la invitación de Anna, Elsa no estaba colaborando mucho que digamos. Todos se encontraban platicando sobre cualquier cosa o haciendo algún tipo de chiste. Mientras que Elsa se limitaba a reír levemente y darle algunos sorbos a su chocolate.

-Y bien Elsa, ¿por qué te mudaste?- pregunto Olaf.

-Motivos personales- contesto muy secamente.

-¿Alguno en especial?- ahora Anna era la que preguntaba.

-Mi padre cree que el vivir sola me ayudara a ser mas independiente.

¿Por qué le contestaste a ella?- se pregunto.

-Ya veo y ¿por qué este departamento?- seguía Anna preguntando.

-Me gusto la zona, nada en especial.

-Nosotras tenemos que darle las gracias a Olaf, el fue quien encontró este lugar- dijo Rapunzel.

Mientras Rapunzel y Olaf recordaban aquel momento. Anna cruzo su mirada con la de Elsa, ahora no había una puerta de por medio. La mirada de Elsa era bastante fría, contrarrestando mucho con la de Anna. De igual forma Elsa también miraba atentamente a la pelirroja. Anna estaba sonriendo muy animada, se notaba bastante de feliz y muy positiva, algo muy diferente a como ella solía ser.

Elsa desvió su mirada su mirada hacia otra parte. Y simplemente se limito a seguir escuchando las historias que sus nuevos vecinos le contaban. La tarde siguió avanzado. Conforme pasaban las horas y los temas a conversar, los chicos notaron que Elsa era una persona de muy pocas palabras. Se limitaba a dar respuestas cortas y directas, no contaba mucho su vida o alguna otra cosas. Curiosamente cada vez que Anna le preguntaba algo o hacia un comentario en que ponía a Elsa a participar. La rubia platino contestaba de manera diferente, un poco mas abierta si se podría decir así.

-Bueno…fue un gusto el compartir esta tarde con ustedes, pero tengo que irme- dijo Elsa poniéndose de pie.

-¿No te quedaras mas tiempo?- pregunto Olaf.

-Como dije antes, tengo algunas cosas que hacer.

-¿Volveremos a vernos?- decía Anna mirándola a los ojos.

-Vivimos en el mismo edificio, será normal que nos veamos.

-Oh si es cierto, soy una tonta claro es obvio porque tu pues vives justo frente a nosotros. Seria una locura que no nos volviéramos a ver a menos que nos evitáramos, espera ¿qué? No, no, no quise decir, nosotros no queremos evitarte y…

-Gracias por el chocolate- interrumpió Elsa- Estuvo delicioso, adiós.

Sin esperar alguna respuesta de alguno de ellos. Elsa se marcho del lugar, dejando muy pensativos a los tres amigos.

-Es algo fría- menciono Olaf.

-Y que lo digas, pensé que seria algo diferente- decía Anna que quitaba su vista de la puerta por donde se entraba al edificio.

Los chicos permanecieron por uno cuantos minutos mas, antes de también regresar a su departamento. Bajando por las escaleras, justo antes de entrar al departamento. Anna se frenaba por un instante. Su vista, como en aquella ocasión, se volvía a centrar en la puerta del departamento 302. Y sin que Anna lo supiera, Elsa se encontraba justo detrás de la puerta, mirando por la mirilla en dirección hacia Anna. Los papeles parecían haberse invertido.

"¿Por qué miras hacia acá?- se pregunto la rubia.

Ha pasado ya una semana desde que Elsa se mudo al departamento 302. A Anna aun le pica la curiosidad de saber un poco mas de ella. Sabia las cosas mas básicas de ella, por ejemplo, que Elsa es un año mayor que ella, que al parecer le gusta el chocolate, que estudiaba la universidad. Fuera de eso Anna no sabia mas. Incluso durante toda la semana, después de aquella tarde en la terraza, Anna solo se cruzo con Elsa un par de ocasiones y solo intercambiaron un simple saludo.

Como ya era costumbre a la hora del almuerzo. Anna en compañía de sus otros compañeros se encontraban platicando de varias cosas. Aunque el tema principal, era que la universidad había decidió reabrir la cabina de radio escolar. Era mas que nada un proyecto que la escuela ofrecía para los estudiantes de la carrera de comunicación. La idea era bastante sencilla, se elegían a dos personas como conductores y estos tenían la tarea de dar noticias referentes a la universidad, poner algo de música y crear un buen ambiente. Sin embargo nadie duraba mas de un mes ahí, ya que los que tomaban el "trabajo" generalmente se ponían a hacer bromas, declaraciones de amor y cualquier otra cosa que no tenia nada que ver.

La hora del descanso estaba por terminar y los chicos se disponían a ir a sus respectivos salones. Anna se separo por un momento para atender una llamada que estaba recibiendo. Era su madre.

-Hola mama, ¿Qué sucede?

-Anna…hay algo que tengo que decirte,

-¿Qué pasa? ¿Esta todo bien?

-Recuerdas que te había mencionado que tu padre tenia mucho trabajo en estos días.

-Si lo recuerdo, ¿Por qué?

-Bueno…veras…hubo unos cambios en su empresa y tuvieron que recortar personal…

-¿Despidieron a papá?

-Anna no te preocupes, el pago de la universidad ya se hizo y también el del departamento de este mes. Así que…¿Anna?...¿¡Anna!?

Anna no pudo contestar. Tenia la respiración agitada, estaba preocupada por su padre. El era un buen hombre, jamás se había metido en problemas, ¿por qué ahora pasaba esto? Y también, si su padre ya no tenia, eso significaba que su carrera estaba en peligro. Anna tenia que actuar y tenia que ser rápido.

-¿Mamá?- por fin Anna respondió.

-Anna estará todo bien, no te preocupes.

-Tengo que volver a clases, hablare contigo llegando al departamento, ¿vale?

-Esta bien hija, recuerda todo estará bien.

Anna caminaba con dirección a su salón de clases. Tenia la mirada perdida. A pesar de las palabras de su madre, ella estaba segura de que esto no tenia buena pinta.

Olaf noto a Anna diferente. La actitud que ella siempre mostraba a todos, contrastaba bastante con la actitud que ahora ella tenia. No pudo evitar preguntarle como se sentía. Anna se limito a decir que se encontraba bien, pero todo era mentira.

-Anna te conozco, se que algo te pasa- insistió su amigo.

-Yo…a quien quiero engañar, si algo paso Olaf.

-¿Qué pasa?

Anna comenzó a explicarle toda la situación. Olaf no pudo contener su expresión de sorpresa ante la noticia. Esto era algo serio. Olaf le dio palabras de apoyo a la pelirroja.

Las horas pasaron y la hora de salir había llegado. Anna no quiso regresar al departamento en compañía de Olaf y Rapunzel y opto por caminar. Tenia que despejar su cabeza. El trayecto de regreso para ella fue algo largo, pero no lo suficiente como para hacer que todas sus dudas se disiparan.

"¿Qué es lo que voy a hacer?"- se repetía una y otra vez.

La expresión de preocupación, nerviosa y de cierta tristeza, de pronto empezó a desaparecer. ¿La causa? Justo en la entrada del edificio se encontraba Elsa, buscando algo dentro de su bolso.

Elsa hurgaba dentro de su bolso, tratando de encontrar sus llaves. Su búsqueda fue interrumpida, cuando sintió una presencia a su lado. Se trataba de nada menos que de aquella chica pelirroja, Anna.

-¿Necesitas ayuda?- pregunto Anna.

-No exactamente, es solo que no encuentro mis llaves.

-Oh no hay problema.

Enseguida Anna uso su juego de llaves para abrir la puerta del edificio. Elsa al ver el amable gesto de Anna, no pudo evitar sonreírle, aunque fue una sonrisa apenas visible. Ese simple gesto de la rubia, basto para que Anna olvidare por unos momentos todo lo que le había pasado ese día. Acompaño a Elsa hasta la puerta del departamento. Ninguna de las dos dijo palabra alguna en todo el trayecto, excepto hasta el final.

-Gracias por ayudarme, ya son dos veces que lo haces- dijo Elsa, abriendo la puerta de su departamento. Por fin había encontrado las llaves.

-Si para la próxima, tendré que cobrarte jeje.

-Supongo…bueno hasta pronto Anna.

Elsa termino por despedirse y cerro la puerta tras de si. Anna se quedo ahí unos instantes antes de entrar ahora ella a su departamento. No sin antes echar una ultima vista, hacia aquella puerta que tenia marcado el numero 302. Aunque haya sido por un momento, el día de Anna no había sido tan malo después de todo.