Capitulo 9: ¿Qué eres para mi?
¿Qué tanto puede cambiar una persona en dos meses? ¿Qué tanto puede hacer alguien cambiar a una persona en dos meses? Esas son las preguntas del millón de dólares, aquellas que Elsa se formulaba hacia un par de días. Ya han pasado un poco mas de dos meses desde que ella había aceptado en ayudar a Anna y vaya que si había pasado muchas cosas en el tiempo.
El programa iba bastante bien, las personalidades de Anna y de Elsa constituían la formula perfecta. Los contantes divagues de Anna, la aparente inexperiencia de Elsa en algunos temas, bromas, un buen playlist, también había de vez cuando una pelea discreta entre ambas debido, a la poca participación de la rubia, pero siempre solucionaban para el final de la transmisión. Incluso las dos ahora gozaban de una especie de fama entre los alumnos de la universidad, sobre todo Elsa, quien era la que mas llamaba la atención.
—¡Gracias por la foto, son las mejores! — dijo una chica muy emocionada al tomarse una foto con Elsa y Anna mientras estas desayunaban en la cafetería — Espero sus saludos, repito, ¡son las mejores!
—Gracias, hasta pronto — dijo Anna despidiendo a aquella chica — Bien con esta ya es la cuarta fan en lo que va del desayuno, si llegamos a cinco, esta vez tendrás que comprarme un pay de chocolate.
Elsa sonrió y rodo sus ojos ante la ridícula apuesta que ambas habían hecho en la mañana. Al principio todo eso era algo nuevo para ellas, sobre todo para Elsa, aunque desde que estaba con Anna, casi todo era nuevo para ella. Salidas al centro comercial, este asunto de los "fans", también salidas a comer después de la escuela con los amigos de Anna, moda, chicos y un sin fin de temas más. En cierta forma, parecía que todo aquello que Elsa no había vivido o experimentado, ahora gracias a Anna, lo había hecho en tan solo dos meses.
—¿Estas bien, Elsa?
—¿Qué? Ah si, solo estaba… divagando.
—No se supone que yo soy la que divago.
—Ya lo creo — La risa de la pelirroja no se hizo esperar, esa risa que a Elsa tanto le fascinaba, pero que trataba de disimular.
—Ya casi es hora de volver a clases, ¿quieres que volvamos juntas, saliendo de clases?
—¿Qué? Ah si, me parecía perfecto, Anna.
Anna se despidió de Elsa con un fugaz beso la mejilla, tenia que apurarse, no podía llegar otra tarde a clase y poner de excusa el proyecto. Elsa se quedo observando como su compañera, ahora su amiga, se alejaba lentamente.
Elsa sintió una extraña sensación en su estomago, al ver como Anna se alejaba de ahí. Desde que todo este asunto del proyecto, ambas prácticamente no se separaban para nada. Aunque había ocasiones en las que Elsa deseaba estar sola, no podía resistir mucho tiempo así, sentía una especie de necesidad de estar con Anna, ya sea estar juntas frente a frente o estar siempre mandándose mensajes, necesitaba saber que la pelirroja seguía ahí, junto a ella.
Elsa no tenia muchos ánimos de entrar a clase, siempre era puntual, atenta y dedicada a la escuela, tal vez por esta ocasión podría romper las reglas, de todas formas, siempre había alumnos fuera de clases a esta hora.
"Solo por hoy no entrare".
El campus de la universidad era bastante grande, Arendelle no era una ciudad muy grande, por lo que el antiguo y majestuoso castillo y la universidad eran sus "joyas de la corana". Era la primera vez que Elsa se ponía a recorrer el campus, normalmente no salía de su facultad y de la cafetería. Mientras pasaba por la facultad de literatura, Elsa se detuvo para observar la hermosa biblioteca que estaba justo aun lado.
"No sabia que tuviéramos una biblioteca. Echare un vistazo rápido".
Desde niña, uno de sus pasatiempos favoritos era leer y aun seguía presente en ella, por lo que una biblioteca era lo más cercano al paraíso. Adentro había varios alumnos, al menos no era la única. El enorme silencio era muy reconfortante, le recordaba aquellos años en los que pasaba horas y horas leyendo los libros de la pequeña biblioteca de su padre. Y casi como si fuera un acto reflejo, Elsa se puso a buscar un buen libro para leer, al menos de aquí hasta que sonara el timbre de salida, después de todo, por una vez que faltara a clases no la iban a expulsar.
"Este se ve interesante". Se dijo a si misma, mientras tomaba un libro de la sección de fantasía.
Justo cuando iba a empezar su lectura. Elsa pudo sentir la presencia de alguien a sus espaldas. Y atrás de ella ya hacia una chica de cabello castaño, llevaba una tranza similar a la que ella solía usar, sus ojos enormes la miraban fijamente, mientras le brindaba una cálida sonrisa.
—Disculpa, tu eres Elsa, la chica del programa "Frozen Voice" — dijo aquella chica en voz baja.
"Supongo que tendré que pagar ese pay".
—Si soy ella, oye no quiero ser grosera pero en este momento estoy leyendo y…
—¿Qué? O no vengo a pedirte nada de eso, solo quería preguntar si acabas de empezar a leer ese libro.
—Oh… es decir, no, apenas iba a empezar a leerlo.
—Supongo que tengo mala suerte — la chica soltó una leve risita — Por cierto me llamo Belle, estudio en la facultad de literatura. Creo que será mejor que te deje terminar el libro que por cierto… es mi favorito, disfrútalo.
Elsa apenas si tuvo tiempo para responder, Belle ya se había ido del lugar.
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—Me imagino que tu y Anna son mejores amigas.
—¿Qué?... Ah bueno, ella es…
"La única amiga que eh tenido en toda mi vida "
La pregunta que Belle le había hecho en ese momento, era muy complicada de responder, mas de lo que Elsa creía. Luego de su encuentro en la biblioteca, Elsa fue a buscar a Belle, mas que nada para entregarle aquel libro, ella le había dicho que era su favorito, por lo que sintió una especie de necesidad por entregárselo, como si en realidad ese libro le perteneciera a ella.
Después de ese momento, ambas empezaron a caminar por el campus. Elsa se sentía bastante cómoda de charlar con alguien a quien le fascinara la lectura como a ella. Belle le preguntaba sobre un sin fin de cosas, mas que nada sobre "Frozen Voice", al final resulto que Belle si era una fan después de todo. Elsa trataba de contestar lo mas sensato posible, la razón era mas que obvia. Anna era la encargada de las ideas y ella no solía contarle mucho sobre eso, quería que todo siempre fuera una sorpresa.
—¿Estas bien? Parece que te fuiste por un momento.
—¿Qué? Ah si, estoy bien
—¿Eso te pasa muy seguido?
—El día de hoy… creo que si.
El sonido de la campana la hizo reaccionar. Mirando su reloj se dio cuenta de que la hora de salida había llegado. Elsa se había saltado todas las clases restantes y todo por aquellas inseguridades y también por qué no, por Belle. Aunque había sido ella la que más hablo durante todo ese tiempo y Elsa simplemente de dedicara a contestar una que otra pregunta, había conseguido despejar su mente, al menos por unas horas.
—Bueno creo que ya es hora de irnos.
—Si… yo también tengo que irme.
—¿Vives lejos de aquí?
—No en realidad, de hecho, vivo justo enfrente del departamento de Anna.
—¿Enserio? Y dices que no es tu mejor amiga.
—Jamás dije eso.
Mientras las dos caminaban hacia la entrada de la universidad. Anna ya se encontraba ahí, junto con sus compañeros de piso, para esperar a Elsa. Ya se había vuelto una constante el que ellos regresaran juntos a casa, después de todo, viven en el mismo edificio. Anna lucia algo ansiosa, Elsa era muy puntual, esta quizás seria la primera vez que se retrasaba. No es como si fuera obligación de Elsa el estar justo a la hora de salida en la puerta, pero tampoco se negaba a hacerlo.
Miraba para un lado y para otro, tratando de ubicar a su vecina, pero nada. Rapunzel trataba de animarla, diciéndole de que posiblemente ella se haya adelantado. Anna creía que quizás eso era una posibilidad, pero ella conocía a Elsa bastante bien como para asegurar de que algo mas tenía que haber pasado.
—Oye ya no te preocupes, mira quien viene por haya — dijo Olaf apunto en dirección hacia la cafetería.
Con los ojos bien abiertos y una enorme sonrisa, Anna comenzó a tratar de ubicar a aquella chica rubia platino. Su enorme expresión de alegría cambio drásticamente, ahora lucía muy sorprendida.
"¿Quién es esa chica?"
Rapunzel y Olaf notaron de inmediato aquel cambio, ambos conocían muy bien a la pelirroja para intuir que había algo que no le agradaba.
—Parece que a alguien le están dando celos — dijo Rapunzel en voz baja,
—¿Qué dijiste?
—Nada Anna, solo bromeo es todo.
"¿Celo? Por qué sentiría celos de esa chica.
Aunque lo negara, Anna estaba sí estaba sintiendo celos en ese momento. Dos meses en los que ella había sido el centro de atención de Elsa y viceversa, verla estar con otra persona le era difícil de creer. Si lo pensaba mejor, era de esperarse que algo así llegara a pasar, es decir, Elsa se estaba volviendo una persona más sociable y todo era gracias a ella, en cierta forma.
Anna contemplaba como aquella chica se despedía de Elsa. Un ligero beso de despedida en la mejilla, lo que parecía ser un intercambio de números de celular y Elsa empezó a caminar en dirección a Anna.
—Lamento haberte hecho esperar… tuve un contratiempo —decía Elsa al tiempo que llegaba con Anna.
—Descuida, nosotros también acabamos de salir, el profesor alargo un de mas la clase. Te parece si nos vamos.
Elsa sonrió levemente y asintió, lo mismo que Anna, después habría tiempo para aclarar sus dudas con respecto a quien era esa chica.
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Llevaban por lo menos una hora en la terraza del edificio, ambas con una taza de chocolate caliente. Elsa lucia algo nerviosa, mientras que Anna trataba de averiguar por qué.
Desde que llegaron al departamento, Elsa le pidió que la viera en la terraza, que tenia algo importante que hablar con ella. Anna acepto sin preguntar y sin decir nada. El chocolate caliente fue cortesía de la pelirroja.
—Y bien… me vas a decir por qué estamos aquí.
—Anna… contéstame algo… ¿qué soy yo para ti?
Anna por poco y se ahoga con el chocolate. La pregunta no era algo fuera del otro mundo, pero dado a los sucesos que habían ocurrido en la tarde, era como una broma de mal gusto.
— ¿A qué te refieres, Elsa?
—Si… ¿qué represento yo para ti?
—Oh bueno tú… eres mi amiga Elsa, creo que eso ya lo sabes.
—Mi amiga… hablas enserio.
—Claro que si Elsa, somos amigas, vecinas, compañeras de cabina, si lo piensas bien somos muchas cosas y…
—¿Mejores amigas?
Anna hizo una pausa larga. Ahora maso menos se daba una idea de por qué Elsa la había citado en la terraza. No podía mentirle, Rapunzel era su mejor amiga desde ya hacia algunos años, aunque ella le estaba teniendo un gran cariño, apenas si podía considerarla su amiga. Ella sabia muchas cosas de Elsa, pero esta no sabia muchas cosas sobre ella, mas haya de lo típico y de lo esencial.
—Elsa… eres mi amiga y quizás en un tiempo podemos llegar a ser mejores amigas pero…
—Tu eres mi única amiga Anna, quizás la única que eh tenido en toda mi vida.
—Elsa…
—Pero no entiendo por qué me es difícil aceptarlo… por qué no puedo ser mas como tú, quiero saber por qué y…
—Elsa — Anna se acercaba para tomarla de las manos — Entiendo por lo que estas pasando, se que es difícil para ti tratar de entender todo esto, tu sabes, el de ser una persona más sociable. Pero no te preocupes, yo soy tu amiga y si para ti soy tu mejor amiga, asumiré ese papel.
Elsa no pudo evitar soltar un pequeña risa. Anna sabia perfectamente como hacerla sentir mejor.
Como si fuera un acto reflejo, Elsa empezó a acariciar los dedos de Anna, haciendo pequeños círculos con sus yemas. La piel de era muy suave al tacto. Su mirada se concentraba en aquellas manos, como si una fuerza extraña la atrajera. Sus ojos terminaron por abrirse por completo cuando Anna comenzó a imitarla, haciéndole cosquillas en su palma. Elsa subió la mirada solo para encontrarse con enormes ojos verdes de Anna, aquellos ojos que parecían hipnotizarla.
La respiración de Anna se empezó a alterar, Elsa se estaba acercando peligrosamente a ella. Estaban a escasos centímetros la una de la otra, tenia que hacer algo de inmediato.
—Bueno… — dijo Anna aclarando su garganta y soltando la manos de Elsa — Tengo que terminar unas tareas…
—Ah si… entiendo — Elsa giro la vista, tratando de buscar su taza de chocolate.
—Estarás bien si te quedas aquí.
—Sí no te pre-preocupes, estaré bien.
Anna asintió un par de veces, tomó su taza de chocolate y empezó a alejarse lentamente. Pero antes de abrir la puerta de las escaleras, le hecho un ultimo vistazo a aquella rubia platino y ahí permaneció, mirándola fijamente por unos minutos sin que esta se diera cuenta.
"¿Qué rayos fue todo eso?"
