Hola queridos lectores. Me eh tardado bastante en actualizar, pero no quería dejarlos sin capitulo antes de navidad :D Así que considérenlo un regalito. A demás de eso quiero decirles que muchas gracias por este año. Gracias por no solo apoyarme en esta historia, si no en todas las demás, la verdad no tienen idea de como se los agradezco.

Espero que el siguiente año sea igual que este o mejor. Que ustedes sigan aquí conmigo. Bueno basta de sentimentalismos que después lloro D: En fin espero que tengan bonitas fiestas y pues ya nos veremos el siguiente año :D Les mando un saludo y un abrazo enorme.

Capitulo 11: Cenas incomodas.

No hay peor momento para Elsa, que tener que soportar una de esas aburridas cenas de negocios de su padre. Era es un hombre importante en Arendelle, así que dos veces al mes organiza una elegante cena para algunos de sus socios más cercanos. De principio a fin, lo único de lo que se puede conversar es sobre dinero, acciones y ventas. Esa cena es sin duda el momento más deseado para cualquier persona que aspira a ser un gran empresario; excepto para Elsa.

Desde que era pequeña, a Elsa se le instruyo un poco sobre como manejar la empresa de su familia. Al ser hija única, era normal que todos pensaran que ella se haría cargo de la enorme empresa de su padre, cuando él se jubilara. Aunque la realidad era otra, Elsa no tenia el más mínimo interés en hacerlo, además, había otras cosas más importantes en las que poner su atención en ese momento. O mejor dicho, en alguien.

Y ahí estaba ella, observándose al espejo por decima vez, teniendo la mirada fija de su madre, quien le había escogido un elegante vestido de noche, era claro que la mujer estaba más entusiasmada de lo normal. Así que para darle un gusto, Elsa no puso resistencia alguna al ponerse aquel vestuario.

—Siempre eh dicho que el azul es el color que te define mejor — dijo su madre mirándola con gran ternura.

—Si tu lo dices…

—Elsa, se que no te gustan mucho estas reuniones, pero tienes que entender que eres nuestra única hija y todos tienen la esperanza de que tú puedas…

—Si mamá, ya he escuchado esa charla muchas veces.

—Esta bien, entiendo.

En el pasado, antes de que Elsa naciera, sus abuelos controlaban la enorme empresa sin ningún problema. Pero cuando se llegó el momento de pasar la batuta, hubo un gran problema. Como si se tratara de un príncipe que va a heredar el trono de algún reino, Adgar, el padre de Elsa, sabía que su hermano era principal candidato a ser el próximo dirigente de la empresa. Pero como en toda familia, siempre hay alguien que quiere ir contra la corriente. Adgar paso de ser el plato de segunda mesa a ser el nuevo presidente de la compañía.

Pero las cosas ahora habían cambiado. Elsa había sido criada, educada, entrenada para un solo propósito, un único futuro, el de dirigir esa gran compañía. Ese era aparentemente su destino y tenia que aceptarlo, ya sea para bien o para mal.

—¿Estas disfrutando tus clases en la universidad, Elsa?

—¿Por qué lo preguntas?

—Soy tu madre, me interesa saberlo, es todo.

"Esta siendo amable contigo, puedes actuar de la misma manera".

—Son muy interesantes. Los profesores dicen que soy una alumna modelo.

—Eso se escucha muy bien, Elsa. ¿Y el proyecto al que entraste?

—"Frozen Voice"…

—¿Disculpa?

—El proyecto se llama "Frozen Voice". Ese fue el nombre que Anna escogió.

—Es lindo, me gusta. También me gustaría un día conocer a esa chica, Anna.

—Si… lo que digas.

Elsa necesitaba encontrar alguna excusa para ya no seguir hablando con su madre. Y como si alguien pudiera escuchar sus plegarias, sintió como su celular empezaba a vibrar, señal de que estaba recibiendo una llamada.

—Mamá, ¿puedes disculparme por un momento? Tengo que atender esta llamada.

Su madre asintió rápidamente y procedió a salir de la habitación para darle privacidad a su hija, no sin antes recordarle que la cena empezaba en unos minutos, así que debía de estar lista para entonces. Elsa hizo caso omiso de lo que su madre le había dicho, ella estaba más interesada en responder a aquella llamada.

—¿Hola? ¿Quién es?

—Cómo que quien soy. Soy yo, la única chica que ha sido capaz de…

—¡Anna! Gracias a Dios que eres tú. Estoy apunto de volverme loca.

—Elsa, es solo una cena, créeme, hay cosas peores.

—Pero no conoces a mi familia, ni tampoco las personas con las que se relacionan.

—Bueno creo que ambas estaremos en la misma situación esta noche.

—¿A qué te refieres? — Elsa no comprendía muy bien a lo que Anna se refería.

—Bueno… No sé qué les ha picado a Rapunzel y Olaf pero están cocinando algo especial. Y al parecer quieren saber más detalles sobre… Tú sabes… Sobre lo que paso en tu departamento.

Ahora las cosas eran claras. Anna tenía razón, ambas tendría unas cenas muy incomodas.. Aunque Elsa prefería estar mejor en los pies de su vecina, seria mucho más fácil de sobre llevar esa situación.

—Anna tengo que colgar. Ya casi es la hora y tengo que estar presente.

—Comprendo… Estarás bien, copo de nieve. Te quiero.

—Yo… también te… Te…

—Descuida, lo se.

XXXXXXX

Champaña de importación, cigarrillos, charlas sobre economía, bocadillos y la sonrisa falsa de Elsa; esa era la famosa cena de Adgar Winter. En esta ocasión la familia era una a la cual Elsa no estaba relacionada, quizás era la primera vez que la veía. Curiosamente, solo habían asistido hombres, el padre y sus cinco hijos, todos pelirrojos. Aunque por lo que Elsa había escuchado, aquel hombre había logrado tener 13, los que estaban presentes eran los menores.

"Quien en su sano juicio tiene 13 hijos", pensó Elsa mientras observaba detenidamente las caras de aquellos chicos.

Dos de ellos eran gemelos, de al menos unos treinta y algo. El resto parecía solo tener un año de diferencia el uno del otro. Mientras que el padre, era un hombre de una edad algo avanzada. Tal vez tendría unos 60 años o un poco más. Elsa tenía que admitir que esos pelirrojos no eran para nada feos, lucían muy elegantes, vestidos con trajes seguramente muy costosos. Pero durante un momento, su vista se centro en el menor de ellos. Un chico que tal vez sería un año o dos mayor que ella. Algunas pecas en su rostro, patillas largas y una nariz respingada. Cualquier otra chica moriría por tener tan siquiera una mínima oportunidad de que ese chico se fijara en ella.

En el pasado, Elsa jamás había sentido nada por alguien. En algún punto de su adolescencia llegó a sentir algo por algún artista, pero era más un amor estúpido, producto de la pubertad, que cualquier otra cosa. Pero no era como si ese chico le atrajera, era otra cosa, había una sensación familiar en él.

—Tengo que admitirlo Winter. Muchos han contado varias cosas sobre tus legendarias cenas y veo que tenían razón — dijo aquel hombre luego de darle un trago a su copa con champaña.

—Creo que la gente exagera poco, Sothern. Solo trato de hacer lo mejor posible.

Aunque no lo pareciera, Elsa estaba prestando atención a aquella conversación. Tal vez entre esas palabras podría encontrar la razón de porqué ese chico pelirrojo se le hacia familiar.

No sabía en momento había pasado, pero aquel muchacho por el cual tenía interés, de pronto tenía su mirada fija en ella. Sintiéndose muy incomoda, Elsa trataba de distraerse con cualquier cosa. Ya sea con la comida o con jugando a quitarse sus zapatos por debajo de la mesa. Lo ultimo que quería era sentir aquella mirada.

—Y supongo que esté elegante joven es tu hijo Hans — dijo la madre de Elsa, rompiendo ese extraño silencio que se había formado.

—Así mismo. Hans es el menor de todos mis hijos y…

La conversación se vio interrumpida debido a que Elsa por poco y atraganta con la comida cuando escucho aquel nombre.

—Elsa, ¿te sientes bien? — preguntó su padre.

—Yo… Sí, estoy bien es solo que… Disculpen, tengo que ir al tocador.

Elsa trató de caminar lo más rápido posible, pero mientras se alejaba, ella aun podía sentir la mirada de Hans. Tenía que hablar con Anna en ese mismo instante, solo ella podía sacarla de esa duda.

Al llegar al baño, ya con su celular en la mano empezó a mandar varios mensajes, todos dirigidos a una misma persona. No podía marcarle, el baño que estaba usando estaba peligrosamente cerca, tenía que mantener la discreción.

"Vamos Anna, contesta".

Anna: Tienes que estar desesperada como para mandarme tantos mensajes xD Cómo va tu cena?

Elsa: Mal. Anna, respóndeme algo. ¿Cuál era el apellido de tu exnovio?

Anna: Por qué quieres saber?

Elsa: ¡Solo dímelo, Anna!

Anna: Esta bien, no tienes que gritar :V su apellido es Sothern

"¡No puedo creerlo!".

XXXXXXX

La cena había transcurrido de lo mas normal. Esto sin contar el hecho de que Elsa estaba cenando con el ex-novio de Anna, ese mismo que tanto sufrimiento la había hecho pasar. Parecía una broma cruel. Elsa no quiso decirle a su vecina la verdadera razón por la cual pregunto por el apellido de Hans, las dos ya tenían muchos problemas como para agregarle más leña al fuego.

La velada ahora se encontraba en una etapa a la que Elsa solía llamar; "muéstrame lo mejor que tienes". Esta consistía en que su padre se sentaba y empezaba a escuchar las mejores proposiciones de sus invitados y sus razones de por que deberían de seguir siendo socios. Ya para ese entonces, Elsa permanecía alejada de aquella charla, mirando por uno de los balcones con dirección al frio y tranquilo océano. Eso siempre la tranquilizaba.

—Es una noche hermosa, ¿no lo crees? — Esa voz no podía ser alguien más.

—Ya lo creo — Trató de lucir lo más indiferente posible. Él no debía de saber que ella lo conocía.

—Creo que no nos han presentado como es debido. Soy Hans Sothern, es un gusto conocerte, Elsa.

Elsa le brindo la sonrisa más falsa que podía dar. Cosa que para ella no era nada difícil, incluso podía decir que tenía mucha practica en eso.

—¿Y qué tal esta la pequeña Anna? Sigue con sus extraños divagues — El pelirrojo cuestionó.

—¿Disculpe? — Preguntó Elsa sorprendida. Hans la volvió a mirar de la misma manera que en la mesa. Ahora agregándole una sonrisa muy egocéntrica.

"¿Cómo sabe que conozco a Anna?".

En ese momento Elsa recordó algo que Anna ya la había mencionado sobre Hans, que él era una persona que le gustaba siempre tener la delantera, siempre buscando alguna ventaja. Y fue en ese mismo memento que la respuesta llegó a su cabeza. ¡"Frozen Voice"! El programa a que empezaba a ser conocido fuera de la universidad.

[FLASHBACK]

Hans se encontraba en la sala de su casa, junto con unos ex compañeros de la universidad. Él había decidió ya no estudiar una carrera, prefería mejor esperar a que algunos de sus hermanos mayores le dejara su parte de la empresa de su padre. Era un plan de mucha paciencia pero seguro.

Gaston, Ursula y Cruela eran las únicas personas que seguían hablando con él después de que abandono la escuela. Hans era bastante popular durante su época de estudiante, sobre todo entre las chicas.

—Entonces Hans, ¿cuándo será el día en que me invites a tu proyecto? — dijo Cruela, mientras se miraba frente al espejo. Admirando su hermoso abrigo de piel.

—Ya les dije que es un proyecto personal. Recuerden que soy el menor de 13 hermanos, necesito esperar un poco más.

—Clásico de ti Hans, siempre maldiciendo tu mala suerte — dijo Gastón con cierta burla.

Había solo una forma en la que Hans podía acceder a todo el control de la compañía de su padre. Este había prometido que al primero de sus hijos que se casara, ese iba acreditar a un 80% de las acciones. Sus tres hermanos más grandes ya se habían casado, pero estos se habían deslingado de la empresa de su padre, al perecer ninguno quería llevar esa vida de negocios. Lo mismo sucedió con siguientes cinco, que también decidieron tomar otros rumbos. Quedándose solamente los últimos cinco, él incluido.

Por un breve lapso de tiempo, Hans estuvo apunto de tomar la ventaja cuando fue novio de Anna. En ese tiempo ella era una chica ingenua y locamente enamorada, por lo que a Hans no le tomó mucho tiempo en convencerla de casarse.

—Si Anna hubiera dicho que sí…

—Sigues pensando en esa chiquilla — mencionó Úrsula, que había estado ajena a la conversación —. ¿No sabes que ahora esta con alguien más?

—¿Alguien más? No me digas que ese idiota que huele a reno por fin se digno a invitarla a salir.

—Ella al parecer esta saliendo con alguien… y no precisamente un chico — dijo Gaston — ¡Rayos viejo! Jamás debimos de hacer esa apuesta. Creo que la afectaste tanto que…

—¡Quieres decirme con quién demonios sale!

Todos se sorprendieron un poco ante la reacción de su amigo. Aunque tratándose de Anna, no era sorpresa que actuara de esa manera.

—Pues veras… Anna junto con otra chica llamada Elsa tienen un programa de radio desde hace unos meses. La verdad es que es bastante bueno y pues… Están empezando a correr rumores sobre ellas.

—¿Rumores? ¿Quieres decir que Anna ahora es… ?

—Eso es lo que piensan muchos. Pasa demasiado tiempo con esa chica.

[FIN DEL FLASHBACK]

Elsa no estaba segura si responder a la pregunta. Ese chico era una persona que le había hecho mucho daño a Anna. No existía ninguna razón real para que ella se volviera su amiga o tan siquiera para hablarle.

—Espero que este bien — dijo Hans acabando con ese silencio.

—Sí, lo está. Eso es todo lo que necesita saber.

—Oh vamos Elsa, puedes hablarme de tú, no es necesaria tanta formalidad.

—Como yo lo veo, entre nosotros no existe la confianza suficiente como para hablarle de esa manera. Así que si me disculpa, paso a retirarme.

—Esta bien… como tú gustes.

Elsa asintió levemente. Parecía que por fin se había librado de Hans y de esa situación. Su caminata de vio frenada cuando escucho unas palabras en voz baja…

—¿Qué fue lo que dijo?

—Dije… Jamás pensé que Anna fuera a salir con otra chica.

—Eso es ridículo. Yo no estoy saliendo con Anna.

—Nadie dijo que fueras tú.

Hans dio media vuelta para mirar la expresión de Elsa. Dicen que el pez muere por su propia boca y ella había mordido el anzuelo. Toda esta situación de tener ese programa, estaba llegando muy lejos. Ajeno a lo que ella estaba sintiendo por Anna, nadie se podía enterar; menos su familia.