Capitulo 26: La trampa del cazador.
FLASHBACK
Hans se encontraba sentado junto a su familia en la cena de beneficencia, aburrido por las interminables charlas sobre negocios. Junto a ellos se encontraba el abuelo de Elsa, quien era alguien cercano a su padre. Hans observaba a su alrededor, tratando de no prestar mucha atención a la conversación que se llevaba a cabo en la mesa. Él siempre se había sentido excluido de su propia familia debido a su posición como el más joven de doce hermanos mayores. Siempre ha sentido que sus logros y contribuciones eran ignorados y minimizados por su familia, lo que había creado una profunda sensación de inseguridad y resentimiento en él. Cuando su familia se enteró de su relación con Anna y todo lo que había pasado con ella, lo alejaron de todo lo relacionado con la empresa familiar y prácticamente lo desheredaron. Hans se sintió traicionado y enfurecido, culpando a Anna por lo que había sucedido.
Sin embargo, algo llamó su atención. El abuelo de Elsa parecía estar muy interesado en su nieta. Hablaba de lo importante que era que Elsa se casara con un hombre de bien y continuara con la tradición de su familia.
Pronto su atención cambió cuando vio a Elsa y Anna entrar a aquel salón. Desde allí, puede ver cómo ambas están hablando animadamente entre risas y miradas cómplices, lo que hace que Hans se sienta aún más convencido de que su plan va a funcionar. El pelirrojo sonrió para sí mismo, pensando en cómo el abuelo reaccionaría al descubrir que su nieta estaba en una relación con otra mujer. Era el escándalo perfecto que necesitaba para demostrar su lealtad y liderazgo a la familia. Se sintió seguro de sí mismo, confiando en que su plan funcionaría sin problemas.
FIN DEL FLASHBACK
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Anna caminaba por las calles de Arendelle, distraída con sus pensamientos enredados en su cabeza junto a Rapunzel, quien parecía haber notado la distracción de su amiga.
—¿Estás bien, Anna?— preguntó Rapunzel con una sonrisa preocupada.
Anna suspiró. —Solo estoy pensando en Elsa y en cómo me siento un poco insegura con respecto a nuestra relación, he pensado mucho en esto desde lo que paso en la cena. ¿Y si no soy suficiente para ella?
Rapunzel la abrazó. —No digas tonterías, Anna. Eres increíble y Elsa te quiere por quien eres. Tienes que tener confianza en ti misma y en tu relación.
Anna suspiró y explicó: —Lo sé pero… Hans, estaba en la cena de beneficencia y me hizo sentir insegura. Me dijo que Elsa merece a alguien mejor que yo. Se que no debo dejarme influenciar por eso pero…
Rapunzel se enfureció al escuchar eso. —¿Cómo se atreve ese idiota a decirte eso, Anna? ¡Eres la mejor pareja que Elsa podría tener! Él solo está tratando de sembrar la discordia entre ustedes dos.
Anna sonrió, agradecida por las palabras de su amiga. —Gracias, Rapunzel. Siempre sabes qué decir para animarme.
Ambas amigas continuaron caminando por las calles de Arendelle, observando a la gente pasar y tratando de buscar algo en lo que distraerse, sobre todo Anna. Pero como si se tratara de una mala broma del universo, frente a ellas Hans se les había aparecido de manera inesperada. Anna se detiene en seco al encontrarse con Hans en medio de la calle. Rapunzel se queda callada
Hans, con su sonrisa falsa, se acerca a Anna y le pide disculpas por su comportamiento en la cena. Anna, sin embargo, no se deja engañar y le responde con firmeza
—No necesito tus disculpas, Hans. Ya sé que solo estás tratando de manipularme.
Hans se sorprende por la actitud de Anna, pero rápidamente cambia de estrategia y le pregunta por Elsa:
—¿Y Elsa? ¿Cómo está? Me encantaría disculparme con ella también.
Anna frunce el ceño, sabiendo que Hans solo quiere causar más problemas entre ella y su novia. Anna lo mira con desconfianza y le responde: —No me interesa lo que tengas que decir, Hans. Tú nunca te preocupaste por mí, solo me usaste para conseguir lo que querías. Y ahora que has perdido el "favor" de tu familia, vienes a buscar venganza.
Hans se pone serio y le responde: —No sabes de lo que estás hablando, Anna. Solo quiero que sepas que las cosas pueden cambiar en cualquier momento. Y quién sabe, tal vez te…
Anna lo mira fijamente, sin creer una palabra de lo que dice. —¿Cómo puedes ser tan hipócrita?— le dice ella con rabia. —Sabes muy bien lo que estás haciendo, Hans. Estás tratando de arruinar mi relación con Elsa, ¿verdad?
Hans sonríe con malicia. —No sé de qué estás hablando, Anna. Yo solo quería hablar contigo, para explicarte mi punto de vista.
Rapunzel interviene. —No tienes ningún punto de vista válido, Hans. Anna ya te dejó en el pasado, deja de perseguirla y sigue adelante.
Anna asiente. —Exactamente, no tengo nada que hablar contigo. Así que te sugiero que te alejes de nosotras.
Hans se encoge de hombros. —Bueno, solo digo que ella podría estar metiéndose en problemas por salir con alguien como tú. Su familia es muy conservadora y no aceptarán su relación fácilmente.
Anna se quedó en el lugar, observando a Hans alejarse con una sonrisa cínica en su rostro. Rapunzel le preguntó si estaba bien, a lo que Anna respondió afirmativamente. Pero en su mente, seguía pensando en lo que Hans le había dicho, sobre cómo Elsa no podía confiar en ella y cómo siempre había sido una carga para su hermana mayor.
Anna sabía que Hans estaba mintiendo, que sólo quería causar problemas entre ella y Elsa. Pero eso no impedía que sintiera cierta inseguridad. ¿Y si había algo de verdad en lo que decía? ¿Y si Elsa estaba cansada de tener que cuidar de ella todo el tiempo?
Pero entonces Anna recordó todas las veces en las que Elsa había estado allí para ella, incluso cuando Anna había sido difícil de tratar. Recordó cómo habían superado juntas todos los obstáculos y cómo habían construido una relación sólida basada en el amor y la confianza.
"No importa lo que pase, no voy a permitir que esto se derrumbe", se dijo Anna a sí misma. "Voy a demostrarle a Elsa que puede confiar en mí, que siempre voy a estar aquí para ella. Juntas, podemos superar cualquier cosa".
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Elsa se encontraba en su departamento, sentada en su sofá y con la mirada perdida en el vacío. A pesar de que han pasado varios días desde la cena de beneficencia, la preocupación por Anna sigue latente en su mente. La pelirroja es lo más importante para Elsa, su amiga, su confidente, su amor, y el hecho de que esté siendo atacada por toda esta situación con su familia, es algo que la afectaba profundamente.
Elsa suspiró y apoyó su cabeza en el respaldo del sofá. Siente un nudo en su garganta y una sensación de impotencia, como si no pudiera hacer nada para proteger a Anna. Se levanta y camina hacia la ventana, mirando hacia la ciudad de Arendelle. Piensa en todo lo que ha pasado en los últimos días, en los rumores y la especulación que han surgido, y se siente abrumada.
Es entonces cuando suena su teléfono y al ver que es su amiga Belle quien llama, Elsa duda en contestar. No está segura de si quiere hablar sobre el tema, pero al final decide tomar la llamada y escuchar lo que Belle tiene que decir.
"¿Hola, Belle?" Elsa preguntó con cautela.
"¡Elsa, mi amiga favorita de todas!" Belle exclamó en tono alegre. "¿Cómo has estado? No he sabido de ti en días"
"Eh, bien, gracias", respondió Elsa, intentando sonar normal.
Elsa escuchaba distraídamente mientras Belle le contaba sobre sus aventuras en su trabajo en el café del centro de la ciudad. La tubia trató de mantenerse fuerte, pero cuando Belle le preguntó directamente si estaba bien, Elsa no pudo evitar dejar escapar un suspiro.
"Oh Elsa, por favor, dime que pasa", dijo Belle, notando el tono abatido en la voz de Elsa.
"No es nada, Belle, solo estoy preocupada por Anna", respondió Elsa, tratando de minimizar el problema.
"Bueno, eso no suena a 'nada'", respondió Belle con un tono de voz serio. "¿Qué pasó en la cena de beneficencia? ¿Qué está sucediendo entre tú y Anna?"
Elsa suspiró. Sabía que no podía mantener las cosas ocultas de Belle, quien era su amiga más cercana aparte de Anna. Así que comenzó a contarle todo sobre la cena, incluyendo los rumores, lo de Hans y su preocupación por Anna.
Belle se sintió aliviada al escuchar a Elsa abrirse con ella y compartir sus preocupaciones. Sabía que Elsa no era de las personas que se abrían fácilmente, por lo que se tomó en serio la situación. "Elsa, sé que te preocupas mucho por Anna y lo que pasó en la cena, pero no puedes cargar todo el peso del mundo en tus hombros", dijo Belle con seriedad. "A veces tienes que aceptar que no puedes controlar todo y simplemente confiar en las personas que amas. Anna te ama y te respeta, y ella sabe que tú también lo haces. Así que no te preocupes tanto, confía en ella".
Elsa se quedó en silencio durante unos momentos, procesando las palabras de Belle. Sabía que tenía razón, pero a veces era difícil dejar de preocuparse por Anna y protegerla de cualquier daño posible. "Tienes razón, Belle", dijo Elsa finalmente con voz suave. "A veces me siento abrumada por mis propios miedos e inseguridades, y me cuesta confiar... pero sé que tengo que hacerlo".
Belle sonrió al otro lado de la línea. "Exactamente, Elsa. No tienes que hacer esto sola, tienes a Anna. Y si necesitas hablar o desahogarte en cualquier momento, estoy aquí para ti".
Elsa se sintió agradecida por la amistad y el apoyo de Belle. A pesar de que no habían sido amigos por mucho tiempo, ella valoraba su relación. "Gracias, Belle. Significa mucho para mí tener a alguien con quien hablar y contar", dijo Elsa sinceramente.
Después de seguir hablando un poco más, Elsa y Belle se despidieron. Elsa se sintió más aliviada después de hablar con su amiga, sabiendo que no estaba sola en sus preocupaciones y que tenía a Anna y a Belle a su lado para ayudarla a superarlas. Después de colgar con Belle, Elsa se queda un momento en silencio procesando todo lo que habían hablado. Pero su momento de paz se ve interrumpido por una llamada de Rapunzel, quien suena apurada.
"Hola, Rapunzel. ¿Qué pasa?" pregunta Elsa, preocupada.
"Elsa, lo siento, no quería molestarte, pero... se trata de Anna, ella se ha ido con Hans a no se donde"
"¿Qué?" exclama Elsa, incrédula "¿Anna se fue con Hans?" "¿Dónde están? ¿Están bien?", preguntó la rubia con una voz temblorosa, tratando de contener su miedo.
"Sí, Anna y yo estábamos caminando por la calle cuando nos encontramos con él. Anna se detuvo a hablar con él y lo mando al diablo y seguimos caminando. Pero al poco tiempo nos volvió a alcanzar, Anna volvió a hablar con él y luego simplemente se fue con él en su auto, no sé qué le dijo o qué paso", explica Rapunzel con un tono apresurado.
Elsa siente que su corazón late más rápido que nunca, y las palabras de Belle resuenan en su mente: "No dejes que nada se interponga entre ustedes dos".
"No puedo permitir que esto suceda", se dice Elsa a sí misma, mientras se dirige a la puerta de su departamento. "¿Cómo es posible que haya caído en las mentiras de Hans?", pensó Elsa mientras se apresuraba a ponerse el abrigo y salir de su departamento. "Tengo que encontrarla antes de que sea demasiado tarde".
Al salir del edificio, Elsa siente la frialdad del aire nocturno en su piel, pero está demasiado preocupada por Anna como para preocuparse por su propio confort. Corre hacia su auto y arranca, conduciendo hacia el centro de la ciudad, tratando de localizar a Anna y Hans.
Sus manos sudorosas aferran el volante mientras se imagina lo peor. ¿Qué está haciendo Anna con Hans? ¿Por qué se fue con él? Elsa sintió cómo el corazón le latía con fuerza, el miedo se apoderó de ella, y sintió que todo lo que había avanzado en su relación con Anna podría venirse abajo en cuestión de minutos.
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Anna se sentía atrapada en aquel elegante restaurante, mirando fijamente su plato sin apenas tocar la comida que le habían servido. No podía creer que había caído en la trampa de Hans una vez más.
—No te preocupes, Anna, vamos a hablar de cosas interesantes— dijo él con su típica sonrisa engañosa.
Anna no podía creer que había caído de nuevo en su trampa, pero algo dentro de ella la hacía seguir escuchando lo que tenía que decir. Hablaron de cosas triviales al principio, pero luego Hans empezó a hablar sobre su pasado, sobre cómo había sido marginado por su familia y cómo había encontrado consuelo en Anna.
—¿Cómo pudiste hacerme esto, Hans?— le preguntó Anna, interrumpiéndolo. —¿Cómo pudiste jugar con mis sentimientos de esa manera?
—Lo siento, Anna— respondió él con una voz falsamente arrepentida. —Pero en aquel momento estaba desesperado y no sabía qué más hacer. Tú eres la única persona que realmente se preocupó por mí, pero yo estaba tan confundido y perdido que no supe cómo actuar.
Anna lo miró con incredulidad. —No puedo creer que después de todo lo que pasó, todavía tengas el descaro de justificarte. Me lastimaste, Hans. Me lastimaste de una manera que no puedo perdonar.
Hans pareció apenado por un momento, pero rápidamente recuperó su sonrisa falsa. —Lo siento, Anna. Realmente lo siento. Pero no puedo cambiar el pasado. Lo único que puedo hacer es tratar de ser un mejor hombre en el futuro.
Anna lo miró con desprecio y tristeza. —Nunca podrás ser un mejor hombre, Hans. Eres un manipulador y un mentiroso. Y yo ya no tengo nada que ver contigo.
Anna se toma un sorbo de agua y luego le pregunta a Hans: —¿Qué es lo que realmente quieres, Hans?
—¿A qué te refieres, Anna?— responde él, tratando de mantener su fachada amable.
—¿Por qué me trajiste aquí? ¿Quieres arruinar mi relación con Elsa?— dice Anna con voz firme.
Hans sonríe con suficiencia. —Oh, Anna, siempre tan inteligente. Sabes perfectamente por qué te traje aquí. Pero te diré una cosa, no necesito arruinar tu relación con Elsa, tú misma lo estás haciendo muy bien.
Anna frunce el ceño ante su respuesta. —¿De qué estás hablando?
—Estoy hablando de que ella está preocupada por ti. Demasiado preocupada, diría yo y eso me parece algo... inseguro— responde Hans con un tono burlón. Anna se levanta de la mesa y lo enfrenta.
—No te atrevas a hablar de Elsa así. Ella me ama y me respeta, algo que tú nunca hiciste. Y si piensas que me vas a alejar de ella, estás muy equivocado. —Hans se encoge de hombros y le sonríe con malicia.
—Bueno, al menos estoy intentando hacer que tengas una noche interesante, Anna. No seas tan aburrida.
Anna se sentía impotente y vulnerable ante la situación. Sabía que su amor por Elsa es verdadero, pero no puede evitar sentirse insegura. ¿Y si Elsa se da cuenta de que ella estuvo con Hans? ¿Y si eso arruina todo lo que han construido juntas? La pelirroja sabe que no puede permitir que eso suceda, que tiene que enfrentar a Hans y poner fin a esto de una vez por todas. Pero al mismo tiempo, tiene miedo. Miedo de perder a Elsa, miedo de no ser suficiente para ella, miedo de que todo esto se venga abajo.
—¡Anna!— se pudo escuchar una voz por todo el lugar. Elsa había llegado.
Anna estaba sorprendida de verla allí. Elsa se acercó a ella y la mira con cariño, sintiendo un gran alivio al verla sana y salva, la pelirroja se disculpa por lo todo lo que estaba pasando casi al borde del llanto, pero a Elsa nada de eso le importa, ella solo quiere abrazar a Anna.
—¿Qué haces aquí, Elsa?— pregunta Anna, con un tono que mezcla sorpresa y preocupación.
—Vine a salvarte, Anna— responde Elsa con determinación.
Pero la mirada de la rubia platino se endurece cuando se posa en Hans, quien parece incómodo ante su presencia. La tensión en el ambiente es palpable, y las personas a su alrededor comienzan a mirar la escena con curiosidad.
—Anna es mi novia, Hans. No permitiré que la lastimes de ninguna forma— dice Elsa, con una voz firme y segura a diferencia de lo que había sido aquella vez en el centro comercial.
El pelirrojo se puso de pie encarando a las chicas. Elsa se mantuvo firme en su posición.
—Te lo vuelvo a repetir… No tienes derecho a hablar así de Anna, ella es mi novia y la defenderé siempre— le dijo Elsa con determinación en la voz. Hans, sin embargo, no parecía dispuesto a ceder y respondió con una sonrisa irónica.
—Oh, ¿es eso? Qué interesante. Pensé que tú siempre negabas tus sentimientos por ella, igual como aquella vez del centro comercial.
Elsa recordó ese día y sintió una punzada de culpa. Él tenía razón, ella había negado a Anna en ese entonces y se había marchado.
—Yo… Esa vez…
—Y ahora estás aquí, pretendiendo ser la heroína. Pero no te preocupes, te aseguro que no durará mucho…
Elsa se siente abrumada por todo esto, pero no va a dejarse romper tan fácilmente. Por un lado, está aliviada de que Anna esté a salvo y de que ella misma haya sido capaz de defenderla. Pero por otro lado, está triste y enojada por lo que Hans intentó hacer
—¡Elsa!— se escucho una ronca voz en el lugar.
Elsa se volteó al escuchar su nombre y se encontró con la figura imponente de su abuelo parada frente a ella. Se quedó en shock mirando a aquel hombre, sin saber qué decir o hacer. Su abuelo la fulminaba con la mirada, y Elsa sentía su presencia como un peso en su espalda.
Finalmente, Elsa se armó de valor y se acercó a su abuelo. —Abuelo… — dijo con voz temblorosa. —¿Qué haces aquí?
