Prólogo
Entender la situación de este complicado mundo no era fácil. Las guerras entre los adollahs habían minado la población mundial, quienes habían tenido que desarrollar avances tecnológicos que les permitieran construir murallas y campos de fuerza para evitar que estos monstruos siguieran mermando la civilización. La ciencia y la tecnología eran esenciales en este mundo, por lo que la mayoría de las personas tenían la obligación de, además de tener una profesión u oficio, ser capaces de manejar cualquier tipo de aparato científico o tecnológico, especialmente si llegaba a ocurrir que algún adollah penetrase en los muros.
Existían diez grandes áreas gobernadas por los humanos, en donde se contaba con estructuras externas, pero también con túneles e intrincadas áreas subterráneas que muchas veces contaban con comunicación para otras regiones, de forma que la mayoría ya acostumbraba a movilizarse bajo tierra si deseaba conocer otra de las áreas. Era evidente que algunas áreas estaban más seguras que otras, pero en general casi todos vivían en condiciones similares, requiriendo mantenerse protegidos constantemente.
Nadie entendía cuán surreal podría ser para la humanidad vivir encerrados, protegiéndose de esos monstruos gigantes, que a su vez eran gobernados por una raza superior con la que no podían interactuar porque enviaban órdenes a distancia. Nunca los habían visto, pero sospechaban que eran una raza capaz de tomar posesión de los seres vivos, ya que dominaban a esos monstruos gigantes que día a día amenazaban con la extinción de la humanidad. Además, esta raza tenía tecnología súper avanzada, con la capacidad de convertir en piedra a cualquier individuo, haciendo que en muchas áreas de exploración externa hubiera una especie de cementerio de petrificación, en donde se podían ver las estatuas de personas que habían sido petrificadas por la raza dominante.
Nunca, ni en los sueños más locos de los primeros que vivieron este hecho, existió la posibilidad de creer que los seres humanos serían atacados por seres de otros planetas y que los siete mil millones de habitantes pasarían a ser nada. Se desconocía la cuantía total de seres humanos, pero lo que sí era cierto es que vivir dentro de fortalezas hacía que muchos, incluso, escondieran a sus hijos para evitar que terminaran formando parte del ejército o de grandes comités científicos en pro de la transformación de la sociedad y la recuperación de su planeta.
Así fueron pasando los años, construyendo una civilización con el objetivo de recuperar lo que se tenía y lograr dejar al planeta libre de los adollahs. Muchas personas seguían escondiendo a sus hijos, pero otros tantos mantenían a los jóvenes en una vida medianamente normal. Esto hasta que la persona salía de la preparatoria, donde se tornaba obligatorio el ingreso a contextos militares, salvo que se tratase de prodigios que fuesen capaces de participar en la transformación del mundo. Así que los cazatalentos se habían convertido en un hueso duro de roer al que muchos padres temían.
Construir esta civilización había incluido regímenes militares tan extremos que las grandes familias tenían que luchar para hacerse con un puesto privilegiado, o esconder a sus hijos como lo harían las personas de menores recursos. Toda esta estructura jerárquica era compleja y su comprensión formaba parte de los procesos educativos típicos de las escuelas comunes.
La destrucción era el pan de cada día, pero muchas personas conseguían llevar una vida medianamente normal. Así fue como transcurrieron los años y la población se acostumbró a este estilo de vida, sin preocuparse demasiado por quiénes eran sus verdaderos enemigos, y apenas enterándose de cómo iba el avance de la civilización contra los adollahs y contra sus enemigos mayoritarios.
Al ser una población conformada principalmente por militares, lo normal era encontrarse que, para muchos, era un honor que sus hijos fuesen vinculados a estos roles. Otros, en cambio, consideraban una abominación arriesgar a sus pequeños desde temprana edad por no contar con fuerzas militares suficientes el día en que se produjo el holocausto y fueron invadidos por estos monstruos. Pero, aun escondiendo el mayor tiempo posible, siempre llegaba un momento en que era inevitable.
La clasificación militar ha sido o que ha permitido que prácticamente todas las mujeres permanecieran dentro de la fortaleza, garantizando la preservación de la raza humana en caso de que los hombres que iban al frente militar no pudieran conseguir nada, lo que también implicaba la priorización de las mujeres como científicas-militares y de los hombres como militares dispuestos a combatir por el bien común. Todo esto con un engranaje entre las diez regiones para garantizar el bienestar general de la población, lo que quiere decir que esta estructura es satisfactoria para ofrecer un buen resultado en medio del peligro al que se enfrenta toda la humanidad.
Finalmente, la ventaja que se tiene, más allá de las simples fuerzas militares, es que se cuenta con algo de armamento que ha sido ofrecido a la humanidad por civilizaciones extraterrestres rivales, pero el conocimiento más profundo de este armamento estaba limitado a los militares de mayor rango.
…
El vídeo que reseñaba toda la situación de su mundo había resultado muy entretenido para Kohaku, quien soñaba con pertenecer a las fuerzas militares y entregar todo por el futuro de la humanidad. Nunca había pensado en familia, ni hijos, ni en nada de eso, nunca se había interesado por un chico: su único interés era proteger y preservar a la humanidad y eliminar todos los monstruos que fuese posible. A su lado, su mejor amiga, Suika, una de las mejores científicas de su edad, se encontraba tomando apuntes, ya que sabía que la clase de Historia de la Civilización Post-Adollahs era una de las materias más importantes de preparatoria y podía determinar su futuro.
Detrás de Suika pudo ver a Amarillys, su otra amiga, durmiendo en su asiento con la cabeza reposada sobre la mesa, por lo que esperaba que el profesor no se diera cuenta de lo que ocurría en ese momento.
—Y es así como el ser humano ha llegado a sobrevivir los últimos 315 años con determinación para lograr un objetivo, sin importar lo lentamente que deba avanzar, pues así es la civilización, avanza paso a paso, con decisión, con ciencia, con tecnología, hasta lograr un objetivo común… —terminaba de decir la persona del vídeo.
Sí, estar en el año 319 D. A. (Después de los Adollahs), resultaba una de las grandes demostraciones de lo increíble que resultaba ser la humanidad cuando algo se proponía. Se preguntó quién hacía esos vídeos de reseña para todas las escuelas, porque reamente resultaban gratificantes, especialmente esa última frase, que le hacía pensar en cuánta inspiración sentía de poder contribuir con la humanidad de esa forma. Sonrió cuando el profesor apagó la proyección y encendió las luces.
—¿Alguna pregunta? —cuestionó el hombre en voz alta, lo que hizo sobresaltarse a Amarillys, pero rápidamente disimuló que estaba tomando apuntes.
Suika levantó la mano. El profesor le concedió la oportunidad de preguntar.
—Sensei… quiero saber una cosa… ¿los adollahs han conseguido burlar nuestras defensas alguna vez?
—Muy buena pregunta, Suika. Primero que nada, recordemos que estamos divididos en diez áreas, y estas llevan por nombre, para distinguirlas, una etiqueta de color, siendo los colores: Negro, Gris, Blanco, Azul, Púrpura, Fucsia, Verde, Naranja, Amarillo y Marrón. Bien… nuestras defensas, particularmente en el Área Negra, tienen exactamente 15 años sin ser quebrantadas y podemos sentirnos orgullosos de ser una de las fortalezas consideradas impenetrables. Sin embargo, como siempre se les dice, chicas, para todas es importante reafirmar que no deben ir más allá de las líneas divisorias, ya que los campos de fuerza pueden fallar siempre y por eso el campo de fuerza de respaldo es importante —terminó de explicar el profesor con una sonrisa—. ¿Entendido? —cuestionó a todas sus alumnas.
—¡Sí, Ishigami-sensei! —exclamaron todas al unísono.
—Pueden llamarme Byakuya —dijo él con una sonrisa cálida.
En ese momento la campana que indicaba el fin de las clases sonó, haciendo que todas empezaran a recoger sus pertenencias.
—No olviden que el próximo lunes tendremos examen de matemáticas y, en clase de historia daremos un resumen de los hechos históricos ocurridos a lo largo de estos 315 años, chicas, es muy importante que repasen el contenido del vídeo de hoy —informó también recogiendo sus pertencias.
—¡Sí, Byakuya-sensei! —exclamaron animosamente las chicas.
Ishigami Byakuga era el profesor favorito de todas las chicas de la escuela, y en las escuelas de este mundo era común tener profesores para varias materias. En este caso, Byakuya tenía el rol de darles clases de matemáticas, historia y geografía, haciendo que generalmente estuvieran con él siempre toda la mañana. A pesar de ser su primera clase de primer año de preparatoria, las chicas habían logrado tomarle cariño al profesor, y ahora también un poco de confianza al saber que podrían llamarlo por su nombre.
Kohaku, Suika y Amarillys terminaron de tomar sus cosas y fueron al comedor juntas, para hablar un poco antes de continuar la jornada educativa.
—No presté casi nada de atención al vídeo de hoy —lloriqueó Amarillys sacando su almuerzo.
—Estuvo muy interesante —mencionó Suika colocando una pajilla en un jugo que había comprado en una de las máquinas que se encontraban de camino—. Me parece curioso cómo consiguieron toda la tecnología extraterrestre que utilizamos hoy en día para protegernos.
—¡Ja! ¡Tenemos la mejor fuerza militar! ¡Los seres humanos no se rendirán nunca! —señaló Kohaku con devoción.
—Cierto que tu hermana trabaja en la CIRAN —le dijo Amarillys probando un bocado de su comida.
La CIRAN era el servicio militar del Área Negra, las siglas significaban "Contrainteligencia Resolutiva del Área Negra" y la hermana mayor de Kohaku prestaba servicio como todos en su familia. Es por ello por lo que ella había sido inscrita en la Escuela Militar Femenina del Área Negra (EMFAN): para continuar con la larga trayectoria militar de la familia Yamada.
—Deberíamos ir a explorar cerca de las líneas divisorias —propuso Suika—. Sólo para ver un poco cómo es la tecnología.
—Eso es peligroso, Suika —se aterrorizó Amarillys.
—¡Ja! A mí me causa curiosidad —se interesó Kohaku—. Pero sólo iremos un momento —enfatizó posteriormente, porque sabía que no podía llegar tarde a casa—. Esta tarde tenemos prácticas militares, así que saldremos seguramente a las 16:00 horas. Podemos ir luego a las líneas divisorias, siempre que esté volviendo a casa máximo a las 18:00 horas —finalizó.
—¡Sí! ¡Suika está muy emocionada con esto! —expresó la más pequeña con alegría—. Saldremos luego de las prácticas militares —dijo y continuó comiendo.
Amarillys suspiró.
—Irán a mi casa el domingo para ayudarme a estudiar, entonces —amenazó, accediendo finalmente.
—Claro, claro.
Sonrieron con complicidad y terminaron de comer: necesitaban energías antes de las prácticas militares.
…
Bueno, este es el Prólogo (súper corto, principalmente informativo), de esta nueva historia extraña que se me ocurrió. Sé que no tiene mucho sentido al principio, pero necesitaba ir introduciendo a la complejidad de la historia, especialmente porque tiene muchos personajes y tendré que hacer uso de creo que todos los personajes de Dr. Stone. Pero la verdad es que me emociona bastante y creo que estoy dispuesta a tomar el riesgo para hacer esta historia tan extraña. Espero que les llame la atención y me dejen comentarios para motivarme a seguir escribiendo.
Como bien saben todos, los personajes de Dr. Stone no me pertenecen, son de Inagaki y Boichi. Sólo existen tres personajes de mi autoría en esta historia (al menos en la planificación preliminar, pero puede que aparezcan otros). La historia sí es de mi autoría y el mundo distópico que he creado también, espero que de verdad les guste.
No sé si quieren que les ponga fecha y eso, pero bueno, lo dejo a su criterio. Creo que este no será como Souvenir que llevo escritos 2-3 capítulos más de los que publico, porque la verdad quiero asegurarme de tener lectores antes de continuarlo, ya que la historia que pensé es bien densa y no me atrevo a escribirla y sentir que perdí el tiempo.
Si esta es la primera historia mía que leen, porfis, den amor a Souvenir y los diferentes OneShots asociados que tengo. Y si ya han leído mis historias, quiero que sepan que los amo mucho.
