Contenido: Yaoi, oneshot, intento de romance, humor, fluff, etc. Parte de la serie #Flufftober2023 propuesto por la página "Es de fanfics".
Pareja: GiyuuSane (Tomioka Giyuu x Shinazugawa Sanemi)
Disclaimer:
Hikari: Mi alma me dictaba regresar levemente a mi OTP de kimetsu: GiyuuSane, y nuevamente con referencias a mi fic mas largo del fandom. Si no lo han leído, no hay problema ya que se mencionan pocas referencias, pero me harían muy feliz de que, si no lo han hecho, le den una mirada a "Asimilando tu sonrisa" en mi perfil luego de leer este. En fin, solo les recuerdo que ni Kimetsu no Yaiba ni sus personajes me pertenecen, ya que la obra pertenece a Koyoharu Gotoge, por lo que este fic fue escrito únicamente por ocio y sin fines de lucro.
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#Flufftober2023, 3 – La sonrisa más brillante
Para Shinazugawa Sanemi aun resultaba extraño tener planes que involucraran hacer cosas diferentes a las rutinarias. A estas alturas ya debería estar acostumbrado, de todas maneras, desde que conoció a ese chico, Tomioka Giyuu, su vida había cambiado por completo.
O bueno, en realidad no tanto.
Y al mismo tiempo sí.
Era difícil de explicar.
Ya eran varios meses desde la declaración que Giyuu le había echo aquel día. Ambos conversando en el jardín de la casa que ni siquiera era de alguno de ellos, jugando con un pequeño cachorro, mientras arreglaban los malentendidos de varias semanas pasadas. Giyuu simplemente, con la mitad de su rostro oculto entre sus rodillas, decidió soltar aquella pequeña bomba.
"Creo que me estoy enamorando de ti".
Sentía el calor invadir su rostro cuando recordaba las patéticas palabras que llegaron a sus oídos esa tarde. Lo cual era absurdo, porque si bien le había dejado en claro que podía enamorarse de quien tuviese la puta gana, él tampoco había contestado nada al respecto. ¿Lo rechazó? Si rechazar era darle permiso de llamarle por su nombre, supuso que sí.
De alguna manera, su relación se estrechó aún más desde aquel momento. De por si su distanciamiento había sido acortado desde el verano del año pasado, ahora era sencillo simplemente convivir sin la necesidad de crear alguna excusa para estar juntos.
Corrían y se ejercitaban juntos. En la escuela almorzaban uno al lado del otro. Después, ambos caminaban acompañados hasta la entrada de la escuela luego de que la campana de término se dejara escuchar.
Y Sanemi estaba extrañamente demasiado cómodo al respecto.
Hasta se creaban ocasiones en que hacían planes juntos para salir durante los fines de semana. Cuando no tenía que cuidar de sus hermanos menores, Shinazugawa terminaba accediendo a regañadientes, a pesar de no estar completamente molesto.
-Sanemi- escuchó como lo nombraban desde la espalda. Detuvo su andar para esperar a que el de ojos azules al fin pudiese alcanzarlo - Buenos días.
A pesar de mantener su típica cara de póker, Sanemi no pudo sostener su mirada enfrente más de tres segundos antes de tener que desviarla, sintiendo un nada agradable cosquilleo en las palmas de sus manos.
-Buenos días- contestó seco antes de retomar el camino hacia la escuela.
Ninguno de los dos jóvenes era demasiado conversador. A pesar de estar caminando juntos, el silencio era lo que más reinaba en sus momentos a solas, aunque no era algo incomodo, sí que comenzaba a ser un tanto extraño para Sanemi, quien a veces se encontraba buscando algún tema de conversación mininamente interesante para charlar.
-Me enteré que en la primaria habrá un festival deportivo- curiosamente, fue Giyuu quien comenzó a charlar. Sanemi tardó algunos segundos en poder procesar esas palabras.
-Ah si, Genya me dijo que no era necesario que fuese, pero ya me encargué de estar libre ese día, aunque no lo diga, seguramente se sentiría solo si fuese el único chico sin ningún familiar apoyándolo- Sanemi ignoró la media sonrisa que mostraba Giyuu al escucharlo.
-La señora Kamado me comentó eso también. Aunque los padres de familia están invitados al evento, para ella es difícil cerrar la panadería un día, aún siendo fin de semana, así que me pidió que fuese en su representación para apoyar a Tanjiro y Nezuko- el entrecejo de Sanemi se frunció un poco más, pero de alguna forma no era un gesto de furia la que había adoptado- Supongo que nos veremos ahí entonces. ¿Llevo algunos ohagis?
- ¿Por qué sigues creyendo que soy un adicto a esos dulces? - respondió con un tono altivo- Supongo que tendré que ver tu estúpida cara en mi día libre también- suspiró resignado. A esa altura del camino pudo vislumbrar a lo lejos la entrada de la escuela. Aumentando el ritmo de sus pasos, comenzó a separarse un poco de Giyuu- Genya seguramente querrá invitar a sus amigos para probar la comida que le prepararé, así que asegúrate de traer suficientes para todos.
Giyuu tuvo que reprimir una risita al notar que, a pesar del par de metros de distancia, aun podía ver a lo lejos el sonrojo en las orejas del albino.
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- ¡Gracias por la comida! - recitaron todos juntos antes de comenzar a degustar la gran variedad de platillos que se amontaban al centro de todos. En aquel rincón bajo un árbol, cinco personas disfrutaban sobre una manta el almuerzo del día deportivo de la escuela primaria, llenando sus estómagos antes de las actividades vespertinas.
Genya soltó un suspiro luego de probar un poco de pollo con sus palillos. Tanjiro y Nezuko conversaban sobre las divertidas caras que tenían las salchichas en forma de pulpo. Por otro lado, Giyuu y Sanemi eran un poco más silenciosos viendo a los más pequeños disfrutar el momento.
-Por cierto, ¿dónde están los otros dos? - preguntó Genya a su amigo Tanjiro, mientras terminaba de darle un sorbo a su té. Tanjiro sonrió con cierta vergüenza.
-Zenitsu estaba huyendo de Inosuke porque lo invitó a participar con él en la carrera de tres piernas- una gotita de sudor recorrió su frente a pesar de querer parecer calmado- Zenitsu dijo algo sobre que eso era un acto suicida así que salió corriendo mientras lloraba.
-Ciertamente lo es…- afirmó Genya mientras comía otro pedazo de pollo frito- ¡Nemi-nii, esto está delicioso!
-Kamado-san también dio parte de comida, así que asegúrate de agradecerle adecuadamente después- Shinazugawa menor asintió con felicidad antes de regresar a la plática con su amigo. Tomioka, quien siempre observó en silencio, fue descubierto por la severa mirada del albino- ¿Y tú, qué mierdas miras?
-Nada- contestó monótono- Estaba tratando de recordar cuando fue la última vez que te vi sonreír. No es que lo hagas mucho, pero ciertamente ya tiene un rato que no lo veo.
El comentario pareció tan fuera de lugar que hasta los menores detuvieron su parloteo al escuchar tan curiosa frase. Sanemi sintió una venita de enojo palpitar en su frente y, luego de una pequeña lucha interna, terminó golpeando con puño cerrado la cabeza de su compañero.
-No digas tonterías. Solo harás que la comida pierda su gran sabor- un ambiente tenso fue lo que siguió después de aquello. Nadie sabía exactamente como retomar el buen humor. Aun siendo personas cercanas, ni siquiera los más pequeños podían comprender bien la relación entre ambos.
-S-Shinazugawa-san- fue el valiente Tanjiro quien trató de apaciguar la extraña situación- ¿vas a participar en la carrera de padres? Es la de obstáculos, ¿verdad Genya?
- ¡Ah! ¡Pero no sé si a mi hermano le guste! - respondió rápidamente el otro. Sanemi, comprendiendo las intenciones, decidió continuar con el tema.
-Si no hay límite de edad, supongo que puedo participar. Tengo bastante resistencia física- trató de sonar desinteresado para que el presumir delante de su hermanito no fuese tan evidente.
-Tú también participarás, ¿verdad Giyuu-san? - el albino sintió un leve arrepentimiento cuando Giyuu asintió en silencio, aun sobándose donde recientemente había sido golpeado.
"Maldita sea, otra vez haremos lo mismo…", pensó, mientras desviaba la mirada. Sin poder ver la manera alborotada en que el cabello de Giyuu había quedado en el lugar donde le golpeó. "Otra vez se está dejando crecer su cabello…".
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De haber sabido que la carrera de obstáculos era tan… vistosa, probablemente Sanemi se lo hubiese pensado dos veces antes de afirmar que participaría en ella.
Y aunque sentía que sus mejillas se sonrojaban no solamente por los rayos del sol, después de brincar varias veces y para pescar un trozo de pan de la boca, creyó que lo peor había terminado cuando vio la cajita que representaba el último obstáculo.
De ella sacó un papel doblado, que le indicaba el objeto o la persona que debía conseguir antes de llegar a la meta.
"Un anillo de compromiso".
Menuda petición más romántica y patética que tuvo que tocarle. A pesar de estar en el primer puesto, Tomioka y varios padres de familia comenzaban a amontonarse a sus lados. No quiso perder más tiempo cuando veía cómo el ojiazul comenzaba a desdoblar su papel asignado.
- ¿¡Alguien tiene un ani…?!- apenas estaba comenzando a gritar hacia las gradas cuando sintió que alguien más jalaba de su muñeca. Confundido, iba a soltar algunas palabras altisonantes cuando se percató de la identidad de su raptor- ¿Pero que demonios crees que…?
-¡Corre!- sin mayor explicación, a pesar de poderse haber resistido, Sanemi terminó siendo arrastrado hasta la línea de meta, siendo ovacionado por haber sido el primero en hacerlo. Un chico le pidió el papel a Tomioka y, después de un rato donde su sonrisa parecía forzada, el joven terminó asintiendo con algo de duda.
-S-Supongo que tendremos que creerle- nervioso, el joven se apartó a paso veloz de ambos, luego de darle el banderín de primer lugar a Tomioka y regresarle el trozo de papel.
- ¿Sanemi, no lograste tu objeto? Te van a descalificar- preguntaba mientras ladeaba su cabeza. Shinazugawa, tratando aun de recuperar un poco el aliento, lo miró severamente.
- ¿¡Y de quien crees que es la maldita culpa que no haya podido?! ¡¿Qué mierda decía tu estúpido papel?!- velozmente, le arrebató la hoja aun entre sus dedos, pero su respiración se detuvo ante la sorpresa revelada.
"La sonrisa más brillante de todas".
-Tuve suerte de tenerla cerca. De otra manera, hubiese perdido mientras buscaba en la multitud- Tomioka sintió un verdadero escalofrío de terror cuando notó la amenazante aura saliendo de Shinazugawa. Dio un paso hacia atrás, luchando contra sus propios instintos para no salir despavorido del lugar.
Era tanta la furia almacenada en el chico, que Tomioka juraba que en cualquier momento comenzaría a sacar humo por las orejas.
-¡Jódete, Tomioka Giyuu!
En algún futuro, tal vez Sanemi podría aceptar, al menos para sí mismo, que lo ocurrido aquel día, lo había echo, demasiado feliz en realidad.
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Hikari: GiyuuSane para mi corazón es algo sencillamente liberador. Me sigue encantando mucho esta shipp, lamento hacer algo tan corto dentro del mundo de mi otro fic, pero realmente me gustó el desarrollo de aquella historia y pues… terminé escribiendo esto jajaja. ¡En fin, apenas el tercer reto y vamos por más! ¡Bye bye-perowna!