"El mundo a mi alrededor se siente tan oscuro y vacío… esta sensación de estar flotando, que fue lo que pasó para que terminara de esta forma…"
- ¡Yuuki!
"No puedo recordar nada, ni siquiera sé si estoy vivo o muerto, hasta hace poco tenía ciertas memorias pero todo ha desaparecido como el polvo en el viento"
- ¡Yuuki-kun!
- ¡Por favor, vive!
"Escucho ciertas voces distantes pero no las reconozco… que está sucediendo, creo que hasta hace poco estaba en otro sitio, tenía otra identidad pero no recuerdo cual es, este nombre que estoy escuchando… Yuuki… ¿seré yo?"
- ¡No cierres los ojos, por favor!
"Esas voces… son chicas gritando el mismo nombre y hay angustia en sus tonos… ¿Qué habrá pasado? ¿Acaso voy a morir? No tengo idea, no me siento como si fuera yo quien está en esa situación ¿acaso soy otra persona? ¿Tomaré el rol de este personaje llamado Yuuki? Que alguien me dé una respuesta…"
- Estás en este espacio, Yuuki. – Escuchó una voz, no podía abrir los ojos pero esta se mezclaba totalmente con el ambiente y le daba cierta sensación de paz. – No creas que todo ha terminado, el fin de un viaje también marca el inicio de uno nuevo para ti, para la eminencia que ahora ha tomado el nombre de Yuuki… solo quiero pedirte un favor, vuelve a reconectar los lazos que has formado con aquellas personas que son importantes para ti, esta ocasión podrías generar un futuro totalmente diferente del que ya viviste y llevarás la tierra a un mejor tiempo de prosperidad… es lo que deseo pedirte, ahora… baja y vuelve a descubrir el mundo que una vez conociste.
Sintió que empezó a caer, todo fue tan rápido hasta que finalmente la brisa suave golpeó su rostro, no sabía dónde estaba hasta que abrió los ojos en ese momento y un rostro fue lo primero que pudo ver.
- Goshuji-sama, ha despertado. – Una voz suave y calmada que le habló, al aclararse su vista logró ver de quien se trataba, era una chica de apariencia joven, cabello platinado y ojos de un color rosado palido. – Me alegra.
- … Esto… ¿Dónde estoy? – Preguntó el joven.
- Estamos en un campo, lejos de la ciudad, yo le vi caer desde el cielo y al saber quién es, supe que hice lo correcto. – Respondió ella, ayudándolo a levantarte. – Las enseñanzas de Ameth-sama me llevaron hacia usted, a quien debo servir.
- … Ok, eso es extraño. – Respondió este. – Hasta hace poco estaba… ¿Dónde estaba? No lo recuerdo. – Eso preocupó a la chica peligris.
- ¿No recuerda nada? – Preguntó, el joven negó con la cabeza.
- Ese parece ser el caso, solo… Yuuki, ese debe ser mi nombre.
- Entiendo. – Ella hizo una pequeña reverencia. – Me llamo Kokkoro, estaré a su lado de ahora en adelante como seguidora de Ameth-sama, usted es alguien importante.
- Entiendo, será un gusto entonces Kokkoro. – Estrechó la mano de la chica. – Que lata es no tener recuerdos más que solo mi nombre, pero esto igual abarca que puedo aventurarme a descubrirlo.
- Se ve muy animado Goshuji-sama. – Comentó ella.
- Eso es parte de la aventura que vamos a tener… por cierto ¿por qué me llamas así? – Preguntó Yuuki enarcando una ceja, eso causó un poco de confusión en la pequeña.
- Usted es Goshuji-sama como alguien de mayor rango que yo, ya que debió ser enviado desde los cielos, entonces lo reconozco como una persona importante… a no ser que eso le moleste.
- Para nada… (A decir verdad, que una chica me diga amo de esa forma no está nada mal…) – Soltó una risa por debajo.
- ¿Sucede algo? – Preguntó ella, Yuuki negó con la cabeza.
- No es nada Kokkoro, quizás sea mejor empezar a movernos, seguro debes conocer el camino.
- Claro, Landosol no está muy lejos, si solo seguimos el camino marcado, podremos llegar.
- Ok, entonces vamos a este Landosol para acomodarnos. – Así empezaron su camino. Yuuki poseía muchas preguntas al respecto, lo más importante era respecto a su amnesia, no recordaba nada y de vez en cuando tenía la sensación de ser otra persona más que ese llamado Yuuki pero quizás con el paso del tiempo podría acabar recordando, lo otro era referente a Kokkoro, una chica así se le hacía algo raro, el color extraño de su cabello, sus orejas puntiagudas y el vestido que llevaba que dejaba ver sus piernas, de cierto modo se sentía estimulado al verla. – (Debo decirlo, puede parecer alguien menor pero es linda… no Yuuki, no te conviertas en un criminal que va tras una niña pequeña, no querrás que el FBI te persiga… un momento ¿FBI?)
- Goshuji-sama, tenga cuidado, hay monstruos al frente. – Kokkoro le sacó de sus pensamientos al ver unos dos lobos que estaban babeando de hambre al ver a los dos, ella tenía un bastón el cual colocó al frente. – Yo voy a pelear. – Este se iluminó y disparó lo que pareció ser magia.
- Wow, asombroso. – Eso lo sorprendió, así que había magia en ese mundo. – (Si eso existe, eso significa que puedo pelear de algún modo, ahora que lo veo… tengo una espada conmigo.) – La sacó y sostuvo en su mano. – Tiene un buen peso y de algún modo creo que puedo manejarla.
- ¡Goshuji-sama, cuidado! – La voz de Kokkoro lo alertó cuando uno de esos lobos fue hacia él, parecía que estaba en peligro y no tendría tiempo de reaccionar.
- ¡Eso no! – Él saltó a un costado, esquivando el ataque del lobo y al levantarse del suelo, atacó a este con su arma, haciéndole un corte al costado que empezó a sangrar, el lobo soltó un aullido de dolor. – No soy tan débil como crees, yo igual puedo defenderme.
El lobo empezó a gruñir del enojo viendo al pelinegro y regresando su ataque hacia él, este logró bloquear el zarpazo que iba dirigido a su rostro, por detrás Kokkoro apoyó con magia de viento para alejar al animal, momento que Yuuki aprovechó para saltar y cortar a la mitad al animal.
- Lo logramos Goshuji-sama, veo que puede pelear. – Exclamó ella con una sonrisa, Yuuki levantó el pulgar.
- Yo igual estoy sorprendido pero lo vale, lo que realmente no puedo sacar es que uses magia.
- Es parte de mi enseñanza como sacerdotisa de Ameth-sama, parte de mi raza se concentra en ataques mágicos y controlo muy bien la magia de viento. – Explicó ella.
- Es bueno saberlo, seremos un gran equipo. – Sonrió mientras acarició el cabello de la peligris, eso causó que ella se sonrojara.
- Deberíamos seguir nuestro camino.
- Claro. – Los dos continuaron avanzando en camino hacia la ciudad, durante el trayecto fueron encontrando más monstruos los cuales acababan y aprovechaban a comerlos cocinando su carne, Yuuki en un inicio dudó en hacerlo pero no tardó en ver como la carne de esos monstruos era deliciosa, así entonces cayó la noche, hicieron una fogata e improvisaron una cama con hojas.
- Ha sido un buen primer día Goshuji-sama. – Comentó Kokkoro frente al fuego. – Hemos acabado con varios monstruos que se cruzaron en nuestro camino.
- Y debo decir, la comida tampoco estuvo mal. – Miró al cielo. – Nunca esperé que mi nueva vida empezara de este modo.
- Seguro podrá recordarlo todo de usted cuando lleguemos o conozca más gente. – Respondió ella. – Yo estoy a cargo de usted, así que haré todo lo que sea posible por conseguirlo.
- Kokkoro, yo soy el mayor aquí. – Respondió Yuuki. – En tal caso es mi deber protegerte a ti, te aseguro que puedo arreglármelas, después de todo como hombre, debo de proteger a las chicas, sobre todo a las lindas como tú.
- Goshuji-sama… - Kokkoro escondió su rostro de la vergüenza. – No me diga que es un gigoló…
- … No sé cómo aprendiste esta palabra, pero te aseguro que no lo soy, en cualquier caso, es mejor dormir.
- Es cierto, descansemos Goshuji-sama, el día de mañana hay que continuar el viaje. – Ella se acostó a un lado. – Buenas noches.
- Igualmente, buenas noches Kokkoro. – Yuuki se acostó del otro lado. – (Este tipo de vida no se ve tan mal, voy de aventuras, acabo con monstruos y viajo con una chica linda, no podría pedir nada más…) – Cerró los ojos, esperando que el siguiente día sea igual de bueno.
- Ah… ya es de mañana… - Kokkoro empezó a abrir los ojos, tuvo una buena noche de descanso y ahora que viaja junto a su amo, esperaba que sea otro día productivo. – Goshuji-sama, buenos dí… - Y en ese momento se quedó callada, un lobo estaba mordiendo la cabeza de su amo mientras este se encontraba de brazos cruzados, la boca de la peligris formó una equis.
- Buen día Kokkoro, verás… estoy en un problema… - El lobo miró a los ojos a Kokkoro mientras poco a poco empezó a alejarse, ella iba a sujetar su bastón pero antes de hacerlo, se fue corriendo con Yuuki en sus fauces.
- ¡Goshuji-sama! – Empezó a perseguirlos aunque el lobo iba a la delantera mientras mordía la cabeza de Yuuki, este simplemente se mantuvo así calmado a pesar de la posición peligrosa en la que se encontraba.
- (Ya veo… este lobo se aprovechó y ahora me mordió mientras estaba dormido, podría librarme fácilmente de este embrollo pero creo que esto podría llevar a otro encuentro sumamente importante para mi persona.)
- ¿Oh? Es un lobo ¡Toma! – Y entonces un golpe acabó mandando a volar al lobo que se estrelló contra un árbol mientras soltaba a Yuuki, este cayó al suelo de rostro.
- (Eso dolió más de lo que pensé…)
- ¿Estás bien? – Le ofrecieron una mano.
- Claro, eso no fue na… - Y lo primero que Yuuki vio fueron un par de grandes montañas que sus ojos no pudieron evitar observar. – (¡Que grandes!)
- Jeje, me alegra… - Era una chica de cabello anaranjado largo y ojos azules, su vestimenta era de color blanca con una falda roja. – Estabas en un peligro cuando ese lobo te estaba llevando.
- Jeje, no fue nada. – Yuuki se levantó sacudiéndose el polvo, a los pocos segundos Kokkoro llegó.
- Goshuji-sama ¿se encuentra bien?
- Claro, todo gracias a la señorita de aquí. – Señaló a la otra chica.
- No es nada, pero en cuanto a ese lobo… ¿lo van a querer? Podría cocinar su carne.
- Esto… puedes tenerlo. – Respondió la peligris, eso trajo un brillo a los ojos de la nueva chica que fue hacia el animal muerto para empezar a sacar su carne. – Por hoy tuvo suerte Goshuji-sama, la próxima vez debería tener más cuidado. – Regañó ella.
- Eso lo sé, no volverá a ocurrir. – Se disculpó Yuuki. Unos minutos después la chica de cabello anaranjado llegó trayendo grandes pedazos de carne.
- Esto será un gran festín ¿quisieran acompañarme a cocinarlo?
- Pues no hemos tenido desayuno luego de este incidente, claro. – Aceptó Kokkoro la invitación, los tres se sentaron mientras su nueva compañera empezó a cocinarlo en una olla, haciendo un estofado el cual olía bien.
- Se ve delicioso, esto…
- Ah, me llamo Pecorine, un gusto. – Respondió ella con una gran sonrisa.
- Yo soy Kokkoro, él es mi amo con quien viajo.
- Yuuki, un gusto. – Respondió este levantando las cejas, ella soltó una pequeña risa.
- Me alegra conocer a más gente, estoy en un viaje ya que deseo probar todas las grandes comidas del mundo y para eso busco ingredientes raros para cocinar. – Explicó ella.
- Ese parece ser un buen objetivo. – Respondió Yuuki. – Yo no tengo idea de quién soy más que solo mi nombre, agradezco tener la ayuda de Kokkoro para que pueda descubrirlo.
- Los dos pensamos viajar a Landosol para ver si podemos averiguar más. – Eso sorprendió un poco a Pecorine la cual bajó el rostro durante unos segundos antes de sonreír.
- Ya veo, jaja… Landosol no queda lejos realmente, así que con un día más de viaje podrán llegar.
- ¿No quieres venir con nosotros? Seguro con más gente es divertido. – Sugirió Yuuki, eso sorprendió un poco a Pecorine. – (Además, esta chica es realmente sexy, claro que verla comer esa cantidad es algo extraño, pero dejando eso de lado, sería un buen partido.)
- Me gustaría, aunque ahora estoy un poco más ocupada entrenando… pero si nos volvemos a ver, claro que quisiera ir de aventuras con ustedes. – Respondió ella, Yuuki bajó la mirada.
- Entiendo… pero eso no significa que sea el adiós definitivo, volveremos a vernos Pecorine. – Sujetó su mano. – Y juro que la próxima vez será en circunstancias diferentes, una de la cual una señorita como usted logre apreciar… - Sonrió mientras brillos salían de sus dientes, aunque la pelinaranja no entendió las intenciones de Yuuki, Kokkoro hizo un puchero.
- Goshuji-sama… la comida se enfriará.
- Eso es verdad, vamos, coman. – Señaló Pecorine. Empezaron a comer mientras hablaban un poco más, ella contando sobre sus viajes y divirtiéndose, al terminar tuvieron que separar caminos pero prometieron que volverían a encontrarse. Se despidieron de ella y continuaron su camino a Landosol, Yuuki iba al frente aunque de algún modo Kokkoro estaba molesta.
- Esto… Kokkoro ¿por qué el mal rostro? – Preguntó el pelinegro, ella seguía con su puchero.
- No es nada… - Obviamente mintió, Yuuki intentó averiguar la razón de la molestia mientras tuvo un periodo de razonamiento, entonces se dio cuenta.
- ¡ya sé! Es por qué me llevé la ración mayor de comida, lamento que quisieras ese pedazo que yo…
- No es esa la razón. – Ella soltó un suspiro. – Goshuji-sama… puede ser un tonto en ocasiones.
- Vamos Kokkoro, a menos que no me lo digas, no lo sabré. – Comentó este, ella no tenía intenciones de decirle la verdad y que mejor lo averiguara por su cuenta.
- Solo… la próxima vez dese cuenta mejor de sus alrededores. – Fue todo lo que ella dijo, con el pelinegro sin entender la razón, ya entonces ella volvió a sonreír. – Tampoco planeo estar enojada con usted todo el tiempo, es mi amo y una persona importante para mí, tenga eso siempre en cuenta.
- Kokkoro, tu igual eres muy importante para mí, sin ti estaría totalmente perdido. – No dudó en abrazarla, causando que se pusiera tan roja que expulsaba humo de la cabeza.
- P-Por favor, no haga eso tan de repente…
- Eres realmente tierna~ - Canturreó, ahora se estaba burlando de ella, causando que le de golpecitos en el pecho. Unos minutos después ella se calmó y siguieron caminando, ya en ese momento se podía ver al frente una ciudad. - ¿Esa ciudad es Landosol?
- Así es Goshuji-sama. – Respondió ella. Se veía como una ciudad grande y viva, justo al frente se sumaba un gran castillo y en el cielo brillaba algo, más bien había algo flotando que él pudo observar. - ¿Qué está viendo?
- … No es nada, es mejor que vayamos. – Ella asintió. Así caminaron hasta la entrada de la ciudad la cual mucha gente estaba caminando, los comercios eran vivos y establecimientos como restaurantes tenían mucha gente. – Esto realmente se siente como una ciudad.
- ¿Qué desea que hagamos Goshuji-sama? Podríamos hospedarnos en un hotel, pero… - Revisó la bolsa donde llevaba su dinero y vio que era poco, ella soltó un suspiro. – Estamos un poco cortos de fondos…
- ¿Hay formas de ganar dinero? – Preguntó él, la peligris se puso a pensar en ese momento.
- Además de los trabajos normales, está el gremio de aventureros donde podemos hacer misiones del tablero, claro que antes hay que registrarnos como aventureros para hacerlos.
- Oh, un gremio, eso suena más como una historia de fantasía. – Respondió él. – Vamos Kokkoro, es mejor si nos registramos.
- Claro Goshuji-sama. – Asintió a la idea de Yuuki. Ambos caminaron hasta llegar a un edificio grande que tenía el letrero de gremio arriba, los dos entraron en ese momento al edificio, mucha gente estaba sentada hablando y bebiendo, los dos fueron a la recepción en ese momento. – Hola ¿hay alguien?
- Sí, ya voy. – Se escuchó una voz por detrás, en ese momento apareció una mujer de largo cabello verdoso, llevaba lentes y un vestido negro con un delantal blanco. – Oh, que hacen unos jóvenes como ustedes.
- Deseamos registrarnos como aventureros, si no es molestia. – Respondió Kokkoro, la recepcionista asintió.
- Por supuesto ¿son solo ustedes dos?
- Claro, yo soy Kokkoro.
- Y yo, Yuuki, esperamos sea suficiente. – Respondió el pelinegro, esta sonrió tomando un par de hojas.
- Claro, solo escriban sus nombres y firmas aquí y estarán registrados, les entregaré sus tarjetas que los certifican como aventureros del gremio.
- Muy bien, hagámoslos Goshuji-sama. – Los dos firmaron las hojas para certificarse como aventureros, una vez todo estaba en orden, ella las tomó y fue atrás para buscar algo, entregando tarjetas a los dos.
- Aquí tienen sus tarjetas que los certifican como aventureros… la verdad, si fueran al menos dos más podrían registrarse como un gremio y les daría su propio edificio.
- Por ahora estamos bien nosotros dos, necesitamos hacer trabajos para ganar dinero. – Respondió Kokkoro, esta sonrió.
- Que jovencita tan responsable, me llamo Karin, por si regresan la próxima vez, ya saben cómo llamarme.
- Entendido, nos estaremos viendo. – Se despidió Yuuki, así ambos salieron, ya siendo aventureros registrados. – Eso fue más fácil de lo pensado.
- Ahora que somos aventureros, deberíamos ir al tablero y buscar algún trabajo Goshuji-sama. – Sugirió Kokkoro, Yuuki asintió y fueron al tablero, sin saber que eran observados por alguien.
Los dos se acercaron a este, ya estaban algunas personas que observaban por trabajos al igual que ellos dos, observando por encima algunos de los puestos.
- Que podríamos tomar… - Yuuki empezó a verlos con Kokkoro a su lado. – En retrospectiva, somo aventureros de clase F ¿no? Debemos tomar trabajos sencillos como recoger hierbas y todo eso.
- Es lo normal, ya que aquí en Landosol se valora mucho la gastronomía sobre otras cosas, así que la búsqueda de ingredientes para restaurantes es común, claro que entre más valioso es el ingrediente, más peligrosa es la misión. – Explicó la peligris.
- Ya veo… así que no tenemos de otra más que escoger una misión de estas de rango bajo, no tenemos un equipo adecuado para poder escoger una de mayor rango. – Yuuki tomó una hoja en ese momento pero entonces otra mano intervino. – Oye, tomé este trabajo y…
- No, yo lo haré. – Era una voz femenina, una chica de largo cabello negro, ojos verdes y tenía orejas y cola de gato, lleva un vestido negro con toques purpuras, largas medias y botas. – Es mi trabajo.
- No gatita, esto lo haremos Kokkoro y yo, así que escoge otro trabajo. – Entrecerró los ojos.
- Goshuji-sama, no es necesario pelear. – Kokkoro buscó calmarlo. – Esto… puedes tener el trabajo, buscaremos otro.
- En serio… me han molestado. – Esta se cruzó de brazos. – Yo fui la primera que vio este trabajo así que es mi derecho total el tomarlo, quien lo ve primero, lo gana después de todo.
- Pues yo solo observé que mi mano estuvo dos centímetros antes y lo tomó, no intentes cambiar las cosas, gatita.
- ¡¿AAaah!? – Esa chica miró a Yuuki de mala gana. - ¿Qué cosas inventas? Además, no me digas gatita, tengo un nombre.
- P-Por favor, cálmense. – Kokkoro ya tuvo que intervenir entre ambos. – No queremos armar un alboroto, Goshuji-sama, es mejor que veamos otro trabajo ¿sí? – Puesto que la peligris se veía un poco asustada, Yuuki entendió.
- Muy bien… te dejaremos ese trabajo entonces ¿feliz? Has ganado.
- Jeje, así es… - Esta sonrió con complacencia. – Ahora, sí me disculpan. – Y esta se fue por otro lado, Yuuki apretó su puño con fuerza.
- Que le pasa a esa… no niego que es linda, pero tiene mala actitud…
- Ya. – Kokkoro lo sujetó del costado. – Podemos ver otro trabajo y seguro lo haremos bien. – De ese modo vieron otro trabajo sencillo que agarraron, una vez lo llevaron a recepción, salieron para buscar lo que señalaba el trabajo, una vez fuera de la ciudad, empezaron a buscar esas hierbas en los bosques alrededor de la ciudad, los dos empezaron a buscarlas.
- Donde estarán esas hierbas… - Yuuki empezó a cansarse luego de un rato recogiendo hierbas. – Realmente los primeros trabajos siempre son los más aburridos…
- ¿Cómo le va Goshuji-sama? – Preguntó Kokkoro que llegó en ese momento con una bolsa de hierbas.
- Creo que recogí lo suficiente… - Se dejó recostar en el suelo. – Que aburrido…
- No tenemos de otra, es el tipo de trabajo con el que empezamos, cuando empecemos a ganar más, seguro conseguiremos más dinero. – Señaló Kokkoro con positivismo, Yuuki asintió.
- Muy bien, estaré confiando en ti. – Le sonrió, causando que ella se sonroje un poco.
- E-Esto, ya que hemos terminado, es mejor que volvamos y…
¡ROOOOOOOOOAAARGH!
- ¿Qué fue eso? – Preguntó Yuuki, de repente un rugido acabó por sorprenderlos a ambos en ese momento.
- Parece peligroso Goshuji-sama, es mejor sí… - La peligris no pudo terminar de hablar cuando un oso gigante salió por detrás de ella en ese momento, buscando atacarla con su garra, Yuuki se dio cuenta.
- ¡Kokkoro! – Este saltó con su espada para detener el ataque de la bestia que quiso lastimar a su compañera, apenas lográndolo pero hizo que saliera volando.
- ¡Goshuji-sama! – Kokkoro fue preocupada con el pelinegro el cual había aterrizado en el suelo, este se estaba levantando. - ¿Se encuentra bien?
- Sí… debería decirlo de tu parte, estuviste en peligro.
- Es cierto… lamento haberme distraído, debido a eso, debió protegerme.
- No es nada… - Este sonrió por debajo. – Es mi trabajo como el mayor aquí. – Se levantó cuando ese oso nuevamente se acercaba a ellos. – No parece que este animal vaya a dejarnos ir en cualquier momento.
- Es demasiado para solo nosotros dos, sería mejor si retrocedemos y… - El oso no iba a permitir que los dos se fueran, por lo que dio un salto para bloquearles el paso, sosteniendo una sonrisa victoriosa. – Es malo…
- Descuida Kokkoro, solo necesito concentrarme y seguro podremos superarlo. – Yuuki sostuvo la espada con ambas manos. – (Sí de antemano tenía esta espada, eso quiere decir que tengo algún tipo de experiencia en combate, solo es cuestión de que mi cuerpo pueda recordarlo.)
Fue al ataque primero para ver si podía hacerle algo de daño al oso, este no dudó en atacar a Yuuki, logrando bloquear el ataque en aquel, el pelinegro pensaba que lo tenía todo.
- Goshuji-sama. – Kokkoro apoyó lanzando magia para alejar al oso y usar la cobertura para que él pudiera atacar, al recibir el ataque del viento, este quedó desequilibrado, el momento que Yuuki aprovechó.
- ¡Perfecto, eres mío oso! – Saltó para rematarlo de una vez pero ocurrió algo inesperado. La criatura acabó por recuperarse mientras él estaba en el aire y entonces sujetó al pelinegro con su garra.
- ¡Goshuji-sama! – Kokkoro quiso auxiliar a su señor en aquel momento, para evitar que se mueva, el oso acabó por arrancar un árbol de raíz y lanzarla hacia ella. - ¡Kyaah!
- ¡Kokkoro, maldito animal! – Yuuki quiso librarse pero el oso empezó a abrazarlo con fuerza, comenzando a sacarle el aire. – Mierda… no puedo respirar… - la criatura se sentía victoriosa mientras empezaba a sacarle el aire a Yuuki, este comenzaba a perder el conocimiento. – No… no puedo caer aquí… no mientras Kokkoro… - No había forma de la cual lograra liberarse, ya todo parecía ser un final malo para él.
- ¡Princess Strike! – De repente un ataque golpeó a la criatura con tanta fuerza que lo acabó soltando, cayendo al suelo mientras recuperaba el aire.
- Agh… eso realmente dolió…
- ¿Estás bien? – Una mano le fue ofrecida, levantando la vista, reconoció a su salvadora, este sonrió.
- Que acaso tienes el afán de salvarme… Pecorine…
- Jeje, solo iba de paso. – La pelinaranja sonrió, ya entonces encaró al oso el cual se levantó muy enojado. – Ese oso no parece que se vaya a detener.
- Es verdad… como estará Kokkoro, ella igual se encuentra conmigo.
- Goshuji-sama… - La peligris llegó a su lado en ese momento, alegrando a Yuuki.
- Kokkoro, te encuentras bien.
- Sí, por suerte pude usar mi magia para amortiguar el árbol y me escondí… es bueno vernos de nuevo Pecorine-sama.
- Pienso lo mismo, aunque no pasó mucho tiempo, por ahora este oso ha sido realmente malo.
- Es cierto. – Yuuki sonrió con confianza. – Ahora somos tres contra él solo, no podrá hacer nada, podremos acabarlo.
"Puedes usarlo…"
- ¿Oh? – De repente una voz resonó en su cabeza. – (¿Qué fue eso?)
"El poder que solo tu posees, necesitas concentrarte, una vez lo hagas, aquellos relacionados contigo serán más fuertes"
- (Así que debo concentrarme… veré si puedo hacerlo…) – Miró al frente a la criatura y sujetando su espada, comenzó. - ¡Aaaaaaah! – De repente él empezó a brillar, un brillo rojizo y cálido que de igual manera envolvió a las otras dos chicas, ambas se sorprendieron.
- ¿Qué es esto? – Preguntó Kokkoro. – De repente… me siento más fuerte.
- Yo igual… - Pecorine sentía mayor seguridad y poder en su ataque, mirando al oso. – Yo… puedo hacerlo, podemos acabar con este oso, vamos Yuuki-kun, Kokkoro-chan.
- ¡Claro! – La peligris lanzó una gran ráfaga de viento, mucho más fuerte de las que nunca antes había hecho que incluso arrancó un par de árboles, el oso buscó de donde sujetarse para evitar ser arrastrado.
- ¡Ahora es mi turno! – Pecorine corrió mientras dio un salto, su espada entonces empezó a brillar en aquel momento, era una ráfaga de poder la cual se extendió bastante. - ¡Serás comida para nosotros, Princess Strike!
¡RRRRRRRRROOOOOOOOOOOOAAAAAAAARGH!
El oso se vio totalmente envuelto por el ataque tan fuerte de la pelinaranja que hasta incluso una buena parte del bosque salió volando, quedando solamente un terreno baldío, en ese momento el oso ya no existía nada más, al igual que los alrededores.
- … Esto… creo que exageramos un poco… - Comentó Kokkoro, Pecorine volteó a verlos con una pequeña risa.
- Esto es malo, jeje~ - Sacó la lengua.
- No sé como vamos a explicar esto al gremio… - La peligris soltó un suspiro. – Pero, lo bueno es que estamos a salvo.
- Nuevamente nos ayudaste Pecorine, no hay forma de como agradecerlo. – Respondió Yuuki, esta sonrió.
- No es nada, mientras mis amigos estén a salvo, soy más que feliz.
- Es cierto… a decir verdad, tengo una propuesta. – Habló Yuuki en aquel momento, Pecorine se mostró confundida cuando el pelinegro tomó su mano y luego la de Kokkoro. – Los tres hicimos un gran equipo, por eso es que se me ocurrió la idea de seguir combatiendo juntos… hagamos un gremio, tendremos aventuras y a la par obtendremos ingredientes deliciosos como quiere Pecorine, así ganaremos dinero ¿Qué dicen?
- Goshuji-sama… eso me gustaría. – Sonrió Kokkoro, Pecorine por el otro lado.
- Yo… no lo sé, estaba bien sola pero… - Yuuki la miró al rostro, sus ojos expresaban sinceridad total, a lo cual la pelinaranja supo corresponder. – Acepto, quiero tener compañeros que compartan mi gusto y seguro entre los tres podremos divertirnos bastante.
- Entonces está decidido. – Yuuki levantó el puño al cielo. – Esto marca el inicio de nuestro nuevo gremio (Y además, al ser el único chico entre chicas, sería como mi harem, termino ganando de todos modos)
- Claro, busquemos nuevas comidas. – Pecorine igual celebró, Kokkoro vio a los dos estar muy animados, sonriendo por debajo.
- (Esto debe ser la razón por la cual Ameth-sama me llevó hacia usted Goshuji-sama, seguro podrá traer un cambio a este mundo y lo haré, a su lado.)
Justamente no muy lejos de ahí alguien los estaba observando, dejando ver su cola de animal y orejas de gato, vio a los tres, era aquella chica con la cual había chocado Yuuki, esta tenía un rostro serio.
- (Debo de seguir vigilando… todo sea por mi señora…)
El inicio de Yuuki y con nuevas amigas en ese mundo fue bastante idóneo y ahora muchas aventuras estaban a punto de suceder, en una tierra como Landosol, todas las vivencias y experiencias que ocurrirían alrededor de ellos era un camino tanto lleno de sonrisas como de tragedias y para el pelinegro, la oportunidad para reconectar los lazos que se habían perdido, todo un paso a la vez.
La verdad, no sé detenerme. Aquí vengo yo con una nueva historia, Princess Connect es de esos juegos que empecé igual apenas llegó el server global y ya cargaba con el interés desde el anime, la verdad es una historia como tal divertida, entretenida y hay tantas chicas, en este caso no será algún OC, sino usaré a Yuuki como tal pero algo cambiado, ya en el canon es un poco más relajado pero no habla demasiado y aquí cambiaré eso, volviéndolo alguien más vivo, inteligente y algo pervertido como vieron jaja, ya aprovechará lo que es estar con tantas chicas y veremos muchas aventuras, en sí mi intención es hacer cosas originales, no me guiaré demasiado del juego o anime más que solo unos cuantos aspectos, pero buscaré respetar el espíritu cómico que tiene la serie, ya nos veremos en un próximo cap cuando pueda subirlo. Saludos.
