Middle finger.

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No hay mayor desgraciado que aquel que cambia su forma de pensar para complacer al resto.

Marqués de Sade.

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Observo como se alejaba, un pestañeo rápido fue suficiente como para perderle el rastro y a su peculiar aura, soltó un suspiro pesado para dirigir su mirada a el cúter, examino por un momento para notar que tenía flojo el soporte, un dolor agudo se hizo presente en su muñeca, al dirigir su mirada observo el fino corte que se hizo, una línea de líquido color carmesí adornaba su piel. Talvez sería momento de volver a usar sus muñequeras nuevamente.

Su aura es rara.–Volteó su mirada por última vez a donde se fue.

Sus pies empezaron a moverse de manera automática con dirección a la casa Loud después de recoger su mochila que extrañamente estaba más cerca de lo que recordaba, ¿pudo haberla acercado más ese desconocido llamado Lincoln?, no le dio importancia ya que su mente empezaba a procesar lo que recién acababa de suceder, su "intento" de suicidio que fue interrumpido por Lincoln, la pequeña platica que tuvo sobre la vida, el como le quito la hoja del cúter y lo último, su aura color púrpura, ninguna de las personas que conoce tienen ese color en su aura principal. Dio un rápido vistazo a su alrededor, notando que las sombras de su alrededor estaban más alargadas siendo señal de que no faltaba mucho para la puesta de sol. Las calles se encontraban casi vacías, mientras seguía su recorrido observaba las casas de vecindario, viendo vagamente el estilo de cada una.

Cuando se dio cuenta se encontraba en la acera frente a su casa, desde ahí alcanzaba a escuchar el ruido y gritos que provenía de la casa Loud. Abrió la puerta con intenciones de pasar derecho a su habitación, para notar que el ruido había cesado un momento.

— Hola Lucy.

Volteó su mirada hacia la voz, encontrando a una niña de 7 años, rubia con ojos color marrón, vistiendo una camisa color morado claro, un pantalón de mezclilla y unos tenis de color morado. Se encontraba pegada a la pared cubierta de una sustancia espesa de color verde, una cosa que destacaba es su aura naranja mientras era rodeada con un aura azul.(1)

— Hola Lily. ¿Como fue que terminaste así?.- su voz apenas dio un pequeño deje de duda.

— Larga historia.- dijo con un tono cansado.

— Necesitas ayuda para salir de eso.

— No estoy bien, no quiero que nuevamente me pongan de adorno en la pared.

— Est...- fue interrumpida por el sonido de la puerta abriéndose bruscamente.

La persona que acababa de entrar vestía un pans negro que llegaba por debajo de las rodillas, estaba adornado con líneas rojas que pasaban en vertical, una playera con mangas que llegaban a mitad de brazo era de color rojo y mangas color blanco, también con unos tenis rojos, su cabello castaño estaba recogido en una cola de caballo dejando un fleco que cubría su frente y casi las cejas, ojos de color café claro y con pecas en sus mejillas, era Lynn Jr. quien acababa de entrar y se notaba molesta o irritada ya que su segunda aura estaba en un rojo intenso mientras su primer aura también es de un rojo puro.

— ¡Hola Lynn!.– dijo animada.

Volteó a donde provenía la voz quedó sorprendida al notar como la menor estaba pegada a la pared.

— Hola.- se iba acercándose sin apartar la mirada— ¿Qué fue lo que te pasó?.

— Larga historia.- expresó con un tono cansado pero divertido.

— ¿Te ayudó a salir de ahí?.

— Descuida no tardará mucho en disolverse el "moco", oye Lucy...– volteó a verla, pero ya no estaba.

— ¿He?, ¿Lucy estaba aquí?.

— Si estaba aquí, rayos creo que el viento se la llevó.– dijo para soltar un suspiro sincronizado con Lynn.

Lucy se había dirigió a el baño, sabía que en el momento que Lynn llamó la atención al entrar su presencia nuevamente volvió a cero, no sabia si era malo o bueno eso ya que tenia tiempo a solas donde podía reflexionar, sintió como nuevamente la muñeca de su mano izquierda ardía por el corte, tendría que encontrar las muñequeras lo antes posible para evitar preguntas. Sin más abrió la llave del grifo para lavar la herida, sintiendo un leve ardor al tener contacto con el agua más trato de ignorarlo, una vez limpio el corte cerro el grifo para después abrir el cajón que sostenía el espejo para sacar el pequeño botiquín, saco el alcohol y una curita, vertió un poco de alcohol en la herida sintiendo instantáneamente el ardor, inmediatamente limpio el líquido para poner la curita, eso sería suficiente de momento.

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El ruido habitual de la casa Loud poco a poco empezaba a disminuir al igual que el sol descendía por el horizonte, ya todos los miembros de la casa Loud estaban presentes y el grito del padre de la gran familia no tardo en escucharse para dar aviso sobre la cena.

— ¡¡A cenaaarrr!!.- dio aviso al que no tardaron en acudir los miembros de la familia.

El sonido de pasos fue lo único que se escucho para después desaparecer, 11 personas estaban frente a la mesa incluidos los padres de familia, quienes observaban a sus hijas.

— ¿Como les fue el día de hoy?.– dijo mientras recorría su mirada por sus hijas.

— Bien.- fue lo que dijo la mayoría, que opaco un pequeño gruñido de enojo.

La cena paso normal sin nada de relevancia hasta el fin de esta.

— Cierto, chicas ¿el sábado están desocupadas sus agendas?.– recibió un "si" por parte de todas— Bien, ¿entonces que les parece si vamos a ver una película?.

Sin más casi todas las hermanas Loud se dispersaron y las que se quedaron ayudaron a limpiar los platos.

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El sol lentamente se posicionada sobre el horizonte iluminando el pueblo de Royal Wood's, todo parecía igual que otros días, siendo un día ¿normal?, si un viernes normal. Al menos eso sería lo que pensaba Lucy, desde que llegó a la escuela se sintió observada.

En su salón sentía que las miradas de todos estaban sobre ella, al mirar alrededor por debajo de su fleco noto que solo unas pocas personas la observaban y que la aura de todos tenía un tenue color rosa oscuro, cosa que casi no le dio importancia posiblemente estén hablando de cosas de jóvenes, y siguió contemplando la existencia de la nada y del todo.

Aún faltaban unos cuantos minutos para que empezarán las clases, la mayoría de sus compañeros de salón ya se encontraban ahí, se echaron unas risas un poco agudas y de cierta manera calmadas, por la puerta entraron dos mujeres, una pelinegra, su tono de piel un poco bronceada y una rubia, su tono de piel un poco más clara que su compañera, ambas tenían un aura color café.

— Pero mira a quien tenemos aquí.

Se empezaron a acercar mientras ponían una sonrisa burlona.

— ¿Como te fue en tu declaración?. Rarita.

Lucy por su parte permanecía con el rostro igual de estoico, pero sus manos le temblaban por la fuerza con que las estaba apretando para mantener su autocontrol, o evitar verse más débil ante sus bullys.

— ¿Qué están haciendo?.

Una voz suave y elegante provino de una pelirroja que entraba al salón de clases.

— Oh, hola Cristina.– saludo levantando el brazo al igual que la pelinegra.

— Les pregunte, ¿que están haciendo?.– subió el tono de voz un poco más pero aún teniendo su elegancia— No ven que no tarda en llegar el maestro.

— Oh vamos Cristi, últimamente estas siendo una aguafiestas.– reclamo mientras quitaba su sonrisa para fruncir el ceño un poco.

— Ya se los dije, últimamente no estoy de humor.

— Como pude olvidarlo.– la rubia intervino con un tono entusiasta— Estas en tu días de periodo.– su tono entusiasta se mezclo un poco con un tono burlón .

El ambiente se empezó a sentir un poco tenso, Cristina miraba a la pelinegra y rubia, las miraba mientras empezaba a fruncir el ceño, se sentía que la disputa no tardaría en empezar.

[Riiiing]

El sonido de la campana resonó por los pasillos haciendo que los estudiantes que se encontraban fuera del salón ingresaran en estos. El maestro ingreso al salón mientras que todos se dirigían a sus lugares, tanto la rubia como la pelinegra se dirigieron a sus pupitres mientras Cristina miró a Lucy para después irse a su pupitre, su mirada indiferente y arrogante de siempre.

Gris fangoso, ese color emanaba de Cristina, no le presto más atención y dirigió su mirada al pizarrón para notar que el maestro ya había llenado más de la mitad del susodicho.

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La hora del almuerzo había llegado, el comedor estaba casi lleno solo dejando tres mesas disponibles, Lucy se sentó en una de las mesas vacías, agradecía que ningún estudiante la notará estando sin la compañía de su pequeño grupo.

El grupo al que pertenece fue perdiendo miembros que cambiaban de gustos dejando su grupo o se alejaban del grupo de los "raritos" para juntarse en otros grupos con más "decencia". La verdad no le daba muchas vueltas al asunto, todos buscan su propio bien, ¿egoísta?, talvez pero el humano aún existe en la época actual gracias al egoísmo, y en cierto modo al miedo. En fin solo quedaban tres miembros en su pequeño grupo, Haiku, Lars y ella, pero lamentablemente solo ella había podido ir a la escuela ese día.

— ¿Puedo sentarme?.

Levanto la mirada y ahí estaba, el mismo tipo del día anterior, estaba frente a ella del otro lado de la mesa, su cabello blanco dando a relucir su ojo derecho cuya iris parecía absorber la luz.

— C‐claro.– perdió su tono frío, monótono y siniestro por un momento— Ehmm, te llamas Lincoln, ¿cierto?.

— Así es.– confirmo— ¿Tu nombre es Lucy Loud, cierto?.– recibió un asentimiento por parte de Lucy.

Dejo la charola en la mesa para tomar asiento. Conecto nuevamente la mirada en su ojo descubierto, se sentía hipnotizada y, ¿atraída?, no era posible hasta ella sabía que estaba fuera de su alcance, el tiene lo que se necesita para ser popular, físicamente.

— No es por correrte pero ¿por que te sentaste en esta mesa?.– se noto curiosidad en si voz.

— Olvide mi almuerzo y no quería sentarme con personas que no conozco su nombre.– respondió de manera simple para tomar de la cajita de jugo.

— Oh.

Ambos siguieron almorzando de una manera tranquila, como lo que eran, completos desconocidos que por desgracia del destino se sentaron juntos en la misma mesa. Un golpe en la mesa interrumpió su almuerzo, una cabellera peliroja se agitó levemente frente a ambos.

— Hola rarita.– saludo con superioridad y soberbia— Y Rocky, ya no va a acompañarte.

La presencia de la bully hizo que instintivamente se encogerse en su lugar, maldiciendo en sus adentros a tal ser que le gustaba atormentar en los momentos de tranquilidad, en momentos como este deseaba tener la misma fuerza de gorila de Lynn y mandar a conocer los nueve círculos del infierno. Al mirar enfrente noto que Lincoln estaba tomando el jugo mientras miraba a Cristina con, ¿indiferencia?, ¿frialdad?, no la podría descifrar.

— Hola, Cristina.– dejo la caja de jugo en la charola y saludo con una voz "suave" y "amable" mientras tenía una pequeña sonrisa, pero aún teniendo esa mirada indescifrable.

Volteó rápidamente para ver su rostro y para sentir como el suyo se volvía pálido.

— H‐ho‐hola, Li‐linc...– su mirada lo decía claramente, no terminar de decir su nombre.

Aparto la mirada tratando de evitar hacer contacto visual lo más que pudiera, el impulso de supervivencia se había disparado y llegado a tope, quería correr, huir, pero no lo haría, motivo; mantener su imagen y evitar que revele su pecado.

— ¿Y Chandler?, no lo he visto en todo el día.– uso el mismo tono de voz.

— E‐el no vino hoy.

El miedo era dolorosamente visible en su voz y en los movimientos que hacía sin dejar de lado que el color gris fangoso se intensificará cada vez más, a diferencia de Lincoln, quien sólo tenía su aura color violeta y no mostraba ningún color secundario.

— Mhmm. ¿Podrías dejar que terminemos nuestro almuerzo?.– pidió sin cambiar su voz.

— Si. Ehm.– empezó a alejarse— Adiós.

¿Habían sido raros esos escasos minutos?, totalmente, ¿comprendía que había pasado?, ni un poco, ¿estaba en shock?, definitivamente. Miro a Lincoln quien estaba como si nada hubiera pasado, mirándola con curiosidad o no, veía como su mirada se centraba en ella y la desviaba levemente a un costado o sobre ella, si que el es raro.

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El sol se elevaba sobre el horizonte nuevamente, otro día, la misma rutina, el mismo camino, las mismas anomalías, y por mala suerte, je suerte, había olvidado su almuerzo y audífonos, si, una desgracia según quien lo vea.

En todo el camino miraba las mismas cosas de siempre, solo unos pequeños detalles diferentes que no hacían mucha diferencia. Ahora que lo recordaba el nombre de la chica de el día anterior cual era, ¿Nancy?, no, ¿Marcy?, tampoco, ¿Grucy?, eso siquiera era un nombre, ¿Lucy? si ese era, Lucy Loud, el detalle es que solo recordaba su cabello color negro, corto que llegaba a la altura de los hombros y tenia un peinado que era similar al peinado legendario de las caricaturas que había visto en clase.

Aun recordaba ese día, uno que tenía una bandana, si creo que así se llamaba lo que tenía en la frente, le había pasado un pendrive a la profesora para proyectar un video sobre la anatomía humana, la profesora entró a una carpeta que no era y inició el primer video lo siguiente que supo fue que los personajes estaban teniendo sexo en una orgia de tres mujeres y el tipo del peinado, era un buen tipo, aunque siempre se equivocaba de nombre y le llamaba Kaneki Ken y le pedía que se tornará el hueso del dedo índice con el pulgar mientras decía "cuanto es 1000 – 7".

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Mientras caminaba en los pasillos escuchaba pequeñas partes de charlas sin sentido, también sentía como lentamente una estática empezaba a inundar su cabeza, a lo lejos alcanzo a distinguir una cabellera color negro, ¿podría ser?, después lo investigaria ya que estaba por sonar la campana.

Al entrar al salón el la estática y las voces bajaron a gran medida, dirigiéndose a su lugar noto que un asiento estaba libre más no le dio importancia, al igual que noto como el tipo con la bandana estaba platicando con el callado del salón, posiblemente tratando de que le consiguiera una katana real o tratar de convencer de que revele que es un protagonista igual a las series que mira y que tiene poderes, magia o una habilidad que demuestre que es poderoso.

La campana había sonado y a consecuencia el profesor entró al salón mientras saludaba y empezaba a explicar el tema de ese día mientras todos estaban en su pupitre apuntando cosas de "relevancia" que explicaba el profesor. No lo comprendía, ¿porqué esforzarse en aprender un tema al azar que tendrá poco impacto en el futuro, un ejemplo claro son las divisiones de álgebra, donde carajos podrían aplicarse, en una entrada para el cine, en pedir la cuenta en un restaurante o en evitar un asalto, ni idea.

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Agradecía que la cafetería fuera opcional para los estudiantes, gracias a eso hay más lugares disponibles, en busca de una mesa vacía miro una cabellera negra que estaba apartada de los demás estudiantes, por curiosidad se acerco y si, la misma chica que había visto el día de ayer, ¿casualidad?, talvez, ¿obra del destino?, posiblemente, sin más se acerco.

— ¿Puedo sentarme?.

Levanto la cabeza, su fleco cubriendo sus ojos no dejaba ver de que manera lo observaba.

— C‐claro. Ehmm, te llamas Lincoln, ¿cierto?.– su tono de voz siendo frío y monótono, que de alguna manera le gustaba.

–Así es. ¿tu nombre es Lucy Loud, cierto?.– asintió con la cabeza.

Al dejar la charola en la mesa la observo nuevamente, sintiéndose hipnotizado por su cabello negro como la brea que le cubría hasta el puente de la nariz, su piel casi como la nieve, sus labios rosados como una rosa de color rosa y un lunar debajo de la comisura de los labios del lado izquierdo, simplemente sentía que estaba contemplando una de las estatuas que crearon con mucho esmero y dedicación, una pieza de arte en otras palabras.

— No es por correrte pero ¿por que te sentaste en esta mesa?.

— Olvide mi almuerzo y no quería sentarme con personas que no conozco su nombre.– respondió de manera simple para tomar de la cajita de jugo.

— Oh.

El ambiente sentía que estaba tranquilo, al menos para el no era así, la estática, las voces y los olores que llegaban a el no lo dejaban estar tranquilo, una sensación repugnante se acerco de golpe y ya sabía de quién provenía.

— Hola rarita.– su voz lo irritó un poco, llevo la caja del jugo a su boca para tomar un poco más— Y Rocky, ya no va a acompañarte.

— Hola, Cristina.– dejo la caja de jugo en la charola y saludo con una voz suave y amable mientras formaba una sonrisa.

Volteó rápidamente a su dirección mientras que su rostro se ponía pálido.

— H‐ho‐hola, Li‐linc...– se detuvo al hacer contacto visual.

Aparto la mirada tratando de evitar hacer contacto visual lo más que pudiera, noto como quería irse corriendo de ahí, cosa que le dio algo de gracia por la ironía de llegar imponiendo respeto.

— ¿Y Chandler?, no lo he visto en todo el día.

— E‐el no vino hoy.

— Mhmm. ¿Podrías dejar que terminemos nuestro almuerzo?.– pidió sin cambiar su voz.

— Si. Ehm.– empezó a alejarse— Adiós.

Mientras se alejaba veía como una sombra de un color gris oscuro se formaba con la misma apariencia de Cristina, la abrazo de una manera reconfortante mientras le dirigía a Lincoln una mirada de odio con sus ojos totalmente negros, demostrando su deseo de acabar con el.

Al regresar su mirada al frente tenía la mirada de Lucy y de sus "acompañartes".

— ¿La conoces?.

— Si, era una amiga.– respondió con simpleza y con su tono cansado.

"Amiga", esa palabra resonó en la cabeza de Lucy dando por hecho una cosa, le haría lo mismo que le hizo Rocky.

— Antes que nada, yo no me relaciono con ella así que no pienses que estoy involucrado en uno de sus juegos infantiles.

— Dijiste que era tu amiga.– reclamo— (Yo creyendo que podría acercarme a él).

— Dije "ERA".– se detuvo un momento— ¿Porqué te doy una explicación?.

Ambos se quedaron en silencio sin dirigirse la mirada, Lincoln por su parte puso su mano sobre la mesa para usarla como soporte para su cabeza mientras Lucy se metía en sus pensamientos cada vez más.

— Si quieres que me vaya solo dilo.– la saco de sus pensamientos.

Su mirada se centro nuevamente en el, en su cabeza pasó una rápida idea de juntarse con el para que Cristina no se meta con ella, no eso sería caer igual o más bajo que Cristina, usar a alguien para beneficio propio no era algo que su moral acepte.

— Si quieres irte adelante, tu eres libre de hacer lo que quieras.– el desinterés era palpable en su voz.

El silencio nuevamente se hizo presente, mientras decidía si irse o quedarse, optando por quedarse, al desviar nuevamente su mirada vio como su cabeza estaba cubierta por una neblina muy densa y una especie de esfera de color grisáceo la estuviera cubriendo.

En las charolas aún quedaba menos de la mitad de la comida y al parecer ambos habían perdido el apetito.

— ¿Quién es Rocky?.

— ¿Porqué la pregunta?.

— Curiosidad, simplemente siento que e escuchado ese nombre antes.

— Es parte del grupo de los populares.

— Mm.– busco con la mirada al grupo— ¿Quieres dar una vuelta a el jardín trasero de la escuela?.

Sintió la "mirada" de Lucy y sus acompañantes mientras localizaba a los populares.

— ¿Para que?.

— No se, pensé que sería buena idea tomar el sol.– su voz se volvió un poco más desganada.

— No puedo estar bajo el sol, moriría si recibo los rayos solares.

— ¿Qué eres, una clase de reina vampiro?.

— Intente convertirme en un vampiro pero no pude atraer ninguno. Lamentablemente mi sangre no es apetecible para los vampiros.– dijo detonado desilusión.

— Posiblemente muy dulce o agria para su gusto.– señaló como posible opción— O comiste ajo y por eso no se acerco ninguno.

— No comí ajo esa vez.– se detuvo a pensar— Posiblemente si fue por el olor a ajo, mi hermana comió mucho ajo ese día.

— Puede que si fuera por eso. (Menudo cambio de tema).

Había localizado al grupo y todos estaban dirigiendo su mirada hacia Lucy y el, había tres hombres sentados ahí, dos castaños y un pelirojo, el pelirojo los miraba con más regularidad que los castaños, bingo el pelirojo es el llamado Rocky.

— Oye.

— ¿Qué pasa?.

— Dijiste que ya no te relacionas con Cristina, ¿qué fue lo que pasó?.

— Esa pregunta ya es muy personal.

— Oh, perdón es solo que muchos quieren estar en ese grupo.

— Comprendo, bueno digamos que la conocí por influencia de mi padre, al principio me agradaba pero mientras más la conocía se volvía más insoportable, lo que me acabo convenciendo de alejarme fue una "broma" de mal gusto.

Su iris visible se fue haciendo más oscuro, dando una frialdad e indiferencia que nunca había visto, a diferencia de su aura que permanecía igual de indistinguible. De verdad con cada pequeño detalle se empezaba a sentir un poco más intrigada, y un ¿sentimiento? que daba origen como el sol al amanecer, atracción.

Al voltear a verla nuevamente noto que una de sus "acompañartes" se había ido, una espina de curiosidad se clavo en su cabeza o mejor dicho se sentía intrigado al observar las similitudes de las tres, eran muy similares por no decir idénticas a Lucy, otra parte que le daba curiosidad era el fleco que cubrían sus ojos, al igual que era curioso su tono de voz, frío, seco y monótono pero a la vez adictivo y que hacía querer escuchar más su voz, una extraña sensación de paz la rodeaba o al menos eso sentía el. Todo eso junto hacia que sintiera ¿curiosidad?, ¿intriga?, o ¿atracción? hacia ella.

Ambos se miraban fijamente, notando los detalles del otro, viéndose entre sí como si fuera el amanecer o anochecer, pareciendo estar en un trance que parecía semi‐eterno.

[Riiiing]

El sonido de la campana anunciaba el fin del receso y la reanudación de las clases, muchos se quejaron un poco y otros se animaban en voz baja diciéndose "por fin es viernes".

Ambos apartaron las miradas y recogieron las charolas para llevarlas a donde pertenecían, avanzaron en silencio por los pasillos hasta llegar a los salones 8‐a y 8‐b, Lucy se detuvo frente a la puerta del salón 8‐b mientras Lincoln seguía su camino bajo la mirada de Lucy.

Se detuvo frente a la puerta, sintiendo una mirada sobre el volteó hacia el salón anterior, ahí estaba ella, observándolo bajo su flequillo estaba tan quieta que parecía que estaba plantada en el suelo, perturbó su pose de estatua para levar la mano haciendo el gesto de saludo/despedida, que correspondió haciendo el mismo gesto.

–(Talvez si es una buena idea el relacionarme con ella y sus amigos).

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Día:07/02/20XX

Tiempo:686:11:57:09

Continuará...

1:Hay dos auras, la primaria; es la que domina, por decir la personalidad de una persona, no puede cambiar, creo, varía según la persona, la secundaria; es que demuestra nuestro estado de ánimo, varia según que emoción este sintiendo la persona.