Capítulo 5
Después de tantos días pensando en cómo estaría Draco Malfoy, fue como si hubiese hecho un ritual o rogado demasiado al destino para volver a verlo.
Solo que esta vez no tenía la ropa delgada y desarreglada, de hecho, se veía más joven de lo que realmente era, con su camiseta verde oscuro de manga corta y cuello redondo, con sus jeans negros rasgados, además del delantal con el logo del supermercado en el pecho.
- Eh… Hola – logro decir con la voz más nerviosa que pudo tener, el rubio lucia como si odiara demasiado al destino.
- ¿Qué sopa buscabas? – sus pálidos dedos recorrieron las estanterías intentando enfocarse en la variedad de sopas del estante.
- Una de champiñones – Draco tomo de inmediato la sopa y la dejo caer en la canasta que Harry sostenía entre sus manos - ¿algo más? – noto la mirada de Potter, como si quisiera hacerle demasiadas preguntas y sintió su garganta cerrarse.
- Eh nada, ¿Estas bien? – la voz de Potter sonaba como si estuviera aliviado, Draco soltó una risa sarcástica.
- Claro, de maravilla – soltó con una sonrisa mientras colocaba ambas manos en su cadera, noto como la mirada de Potter lo recorría de arriba hacia abajo, quizá deteniéndose demasiado tiempo en su brazo izquierdo - ¿Qué? ¿Necesitas que me gire para revisar también mi trasero? – de inmediato giro lo suficiente para darle una mejor vista de su retaguardia.
- No, yo… no era eso, sino que… - se rasco el pómulo y lo señalo – me refería a tu ojo – Draco lo recordó de inmediato, el deplorable estado en el que estaba cuando tuvieron un primer reencuentro.
- Magnifico, no quede tan ciego como tu al menos – esbozo una sonrisa burlona y se acercó lo suficiente para sentir el aroma que desprecia la piel del moreno, uno demasiado fuerte y agradable, además del olor mentolado del dentífrico – ahora necesito que te apartes, tengo trabajo por hacer –
- ¿Todo bien aquí? – la voz gangosa de Eric enfado más a Draco, si era posible, no pudiendo evitar rodar los ojos al escucharlo, Harry alzo una ceja, confundido por su reacción y vio al chico regordete con el rostro lleno de granos parado a lado del final de la estantería.
- Claro Eric – Draco giro para verlo – solo un viejo conocido que vino a darle un toque a mi maravilloso trasero – tomando completamente desprevenido a Harry sintió como unos dedos delgados y fríos lo sujetaban de la muñeca, bajo la mirada de inmediato viendo como Draco llevaba su mano hacia su trasero, de inmediato dio un brinco intentando quitar la mano pero el rubio lo sostenía con firmeza, sintió sus orejas tornarse rojas y la saliva se le acumulo en la boca, vio la nuca del rubio y luego al chico llamado Eric, reconoció de inmediato la mirada de enfado del regordete muchacho y con un poco más de fuerza se libró del agarre del rubio.
- No puedo creer que hagas eso en el trabajo – soltó Eric escandalizado.
- Oh claro que puedo hacerlo, en especial si es alguien que de verdad me caliente – soltó Draco con una risa descarada, Harry sintió el calor migrar de sus orejas hacia sus mejillas – ahora si me disculpan, debo regresar al trabajo, si buscas algo más sabes dónde encontrarme – dijo mientras sus ojos grises veían directos a los verdes del pelinegro.
A Harry le tomo un par de segundos darse cuenta de que a) había tocado el trasero de Malfoy, b) Realmente no sabía dónde encontrar al rubio y c) ¿Acaso Malfoy había dicho que Harry le parecía caliente?
- Yo… debo ir a pagar – rápidamente camino hacia una de las cajas registradoras ignorando la mueca de desagrado de Eric, sentía un hormigueo en la mano que había tocado al rubio y sus mejillas no perdían el intenso color rojo.
Cualquiera que lo hubiese visto salir del supermercado pensaría que realmente estaba huyendo del diablo.
Cuando Harry llego a su departamento fue apenas consciente de que su pecho luchaba por captar todo el aire que fuera posible, subiendo y bajando rápidamente, su mano aun sujetaba con fuerza la bolsa de compras, un sudor frio recorrió su espalda.
- No – murmuro antes de salir corriendo hacia el baño, dejando caer la bolsa en el proceso, apenas ingreso abrió el grifo de agua metiendo sus manos temblorosas bajo el choro sintiendo el líquido frio escurrir entre sus dedos, hizo un cuenco con las manos y comenzó a echarse agua en el rostro múltiples veces empañando sus lentes con agua.
¿Ese era realmente Draco Malfoy? ¿Cómo podía serlo? ¿Acaso era una alucinación? ¿Un sueño? ¿Pesadilla?
- No – repitió antes de quitarse los lentes y echarse más agua en el rostro, su respiración se iba normalizando poco a poco, sus manos ya no temblaban y gotas de agua caían por las puntas de su cabello y los bordes de su rostro.
Elevo la mirada sin quitar las manos de los bordes del lavado, viéndose fijamente, su cabello negro lo suficientemente largo para tener un pequeño flequillo se pegaba a su frente formando pequeños rizos, otro tanto de esa mata negra caía por sus oídos curveándose en varias direcciones, su piel morena y sin ninguna otra marca más que la cicatriz de su frente en forma de rayo, su barbilla con una sombra oscura por la barba que iba creciendo, sus ojos verdes devolviéndole la mirada a través del espejo, todo era tan real.
- Es real, descuida – hablo la voz de su cabeza.
Tomo una toalla y comenzó a secar su rostro hasta que sintió su piel seca.
Con más calma y sintiendo que su cerebro estaba más tranquilo regreso a la puerta de ingreso a su departamento, con lentitud recogió la bolsa de compras y todo lo que había caído, camino hacia la cocina para volver a sacar las compras dejándolas en la encimera.
Su departamento estaba en silencio, siendo llenado por el sonido de las latas siendo apoyadas en la encimera.
- Yo… ¿realmente hice eso? – vio su mano sintiéndose confundido.
- Sep, y fue bastante suave si puedo opinar – Harry gruño al escuchar la voz de su cabeza.
- Tu cállate – espeto al aire.
- Solo digo, deberías comer la sopa primero –
- Tomates – pronuncio Harry mientras tomaba la lata con una de sus manos, con un movimiento de su varita la tapa salió volando aterrizando perfectamente en el basurero.
Se sintió más relajado cuando su mente pudo distraerse con la sopa calentándose en una cazuela, Molly Weasley sin duda tendría mucho que decirle acerca de comer comida enlatada, procesada, con conservantes y en su opinión nada saludable además de como lo llevaría a una muerte segura.
Una risa sonó en su cabeza y Harry también rio suavemente, apago la cazuela justo cuando la sopa empezaba a burbujear y amenazaba con dejar un desastre en su cocina, procedió a vaciarla en uno de sus platos y el olor agridulce del tomate inundo la cocina.
- Debería cocinar más a menudo – los olores lo mantendrían ocupado y no sería necesario tener que perderse en su mente, con la cadera apoyada en el mostrador y una cuchara en mano comenzó a comer su sopa.
- Deberías ponerle algo de pan – Harry no le respondió a la voz en su cabeza.
Al terminar su sopa camino hacia el sofá de su habitación, dejándose caer con un sonido sordo, conjuro un Accio no verbal y de inmediato una libreta azul con las esquinas desgastadas voló hasta su mano, la abrió sobre su regazo y comenzó a leer lentamente un par de páginas hasta que la dejo caer sobre su pecho y suspiro viendo el techo.
- ¿Demasiado jodido? –
- Solo un poco – su mirada se perdió en el techo, podía escuchar sus latidos tranquilos contra sus tímpanos y su pecho, su respiración tranquila y calculada.
El cerebro era una cosa bastante mágica para Harry, era sorprendente para el cómo podía manejar sus extremidades a voluntad, pero no su corazón y pulmones, casi como si su cerebro le dijera: "Relájate y diviértete, yo me encargo del trabajo duro amigo", ¿Que tal difícil seria estar pensando constantemente en si debía respirar y hacer latir su corazón? Seguramente sería una tarea bastante dura, no podría saltarse ni un latido para no perder el ritmo, Harry había visto Dragones, Thestralls, elfos y varias criaturas de lo más bizarras, pero nada sería tan sorprendente como el cerebro humano, era bastante asombroso como podía tenerlo realizando tareas motoras y cognitivas como en ese momento, su corazón latiendo relajado y sus pensamientos rápidos como el viento.
De repente se encontró pensando en cómo sería ser un pájaro, solo volando por los cielos, anidando, comiendo.
- Cagando en los autos – la voz de su cabeza pronuncio aquello entre risas.
Harry soltó una risa desde su garganta, si, también le gustaría cagar en los autos sin que nadie lo vaya a detener o juzgar, solo estaría en su naturaleza.
Volar, que asombroso era volar, volar en escoba se sentía maravilloso, el viento golpeando su rostro, el frio o el calor atravesando su ropa, sus dedos sujetando con fuerza la escoba, la sensación de adrenalina que recorría sus dedos y su cuerpo en general.
Escucho un ladrido suave y al bajar la mirada de su ensoñación encontró un Jack Russel Terrier color perla fantasmal delante suyo y de su hocico salió la voz de Ron.
- Hey amigo, nos reuniremos hoy en el Caldero Chorreante a las 7 seria genial que te nos unas y no te preocupes del dinero que todo irá por mi cuenta – apenas entrego el mensaje la figura del perro se desvaneció.
Harry conjuro un tempus no verbal y vio los números en el aire, 6:30, se incorporó sintiendo sus músculos entumecidos, quizá había pasado demasiado tiempo echado en el sofá.
En 20 minutos estuvo listo, con una chaqueta negra bastante cómoda y cálida, además de unos vaqueros y camiseta oscura, quizá se veía muy monocromo, pero estaba cómodo, perdió cualquier esperanza con su cabello oscuro y desordenado.
Con un hechizo de aparición sintió el calor del Caldero Chorreante, con las manos metidas en los bolsillos de la chaqueta se preparó, o al menos lo intento, para las felicitaciones y las solicitudes de apretón de manos o autógrafos. Su estatus de superestrella Salvador del Mundo aún estaba vigente después de todo.
Pudo respirar más relajado cuando no sintió nada de lo esperado, el Caldero estaba vacío con solo sus luces amarillas bajas iluminando todo.
De repente un grito fuerte le obligo a contener la respiración, su corazón bombeo sangre con mayor rapidez y fuerza, los músculos de sus piernas y espalda no reaccionaban.
- ¡Sorpresa! – múltiples voces de distintos lugares lo sorprendieron, de todos los lugares fueron brotando cabezas pelirrojas, castañas y algunas rubias.
Harry aun sentía su corazón bombear con fuerza contra sus tímpanos, luchando por escapar de su pecho, cuando Hermione se acercó por un costado tocando suavemente su codo.
- ¿Todo bien? – murmuro por lo bajo, Harry se permitió expulsar todo el aire que tenía contenido y giro la cabeza para verla.
- Si, solo… me sorprendieron – esbozo una sonrisa y con gentileza se liberó del agarre de su amiga - ¿Qué celebramos? – pregunto mientras recorría con la mirada a todos.
- Tu regreso hermano – exclamo la animada voz de George mientras alzaba su tarro con cerveza de mantequilla.
Una opresión se instaló en el pecho de Harry, no dolorosa, pero molesta.
- Es agradable verte de nuevo Harry – como si fuese una estampida sintió como su cuerpo era aprisionado por otro más grande que el suyo, cuando por fin se sintió libre Harry pudo ver mejor a su "atacante".
- ¿Neville? – pregunto sorprendido, su amigo sonrió y asintió con la cabeza, quizá era la barba de leñador o el evidente aumento de masa muscular lo que confundió a Harry alejándolo del recuerdo del joven delgado, pero en forma y con el rostro lampiño – casi no te reconozco –
- Tranquilamente puedo decir lo mismo amigo – no quiso decirlo de mala manera, pero algo dentro de Harry se sintió mal, era bastante obvio que no era tan corpulento como cuando se vieron por última vez, pero tampoco estaba tan delgado.
- Gracias, supongo – lo último lo murmuro tan bajo que nadie lo escucho, mantuvo una sonrisa ladina en su rostro.
Después de varios abrazos, felicitaciones por regresar y alguna que otra broma acerca de su cabello Harry pudo saludar a la última persona que había estado tranquila esperando su turno, con su cabello rubio recortado por encima de sus hombros, unas ojeras bastante pronunciadas por debajo de sus ojos azules y unos colgantes en forma de rábanos en sus orejas.
- Luna – la saludo casi con un suspiro, su amiga le devolvió la sonrisa y se acercó cautelosa.
- ¿Está bien si te abrazo? – pregunto, Harry borro su sonrisa ante la pregunta, durante toda la noche había recibido abrazos más nadie había pedido permiso, solo Luna.
- Claro – murmuro bajo, Luna lo envolvió con sus delgados brazos, su abrazo no fue fuerte ni débil ni incomodo, simplemente calmado, cálido y fugaz dejando como efecto que el pecho de Harry se sintiera cálido.
- Luces bien – alago su amiga con una sonrisa cariñosa.
- Tú también –
- Gracias por no mencionar las ojeras – bromeo ella con una risita risueña, sus ojos azules no dejaban de verlo, pero no como si controlara sus movimientos, simplemente como si lo estuviera viendo y ya.
- Bueno, me dijeron que estas como aprendiz así que asumo que debe ser bastante agotador –
- Oh, algo así, extraño seguir buscando nargles pero las noticias nacionales también son importantes –
- Quizá puedas buscarlos en tu tiempo libre – Luna rio
- Si es que lo tuviera, pero está bien, lo disfruto –
- Ojalá tuviéramos algo así – murmuro la voz en su cabeza y Harry rasco su palma distraídamente.
- Como sea, me alegro de que regresaras Harry y espero que hayas encontrado algo en tu viaje – Harry alzo las cejas, generalmente le decían que ojalá se haya divertido o como Ron, que haya tenido un montón de aventuras sexuales, pero nadie le había dicho que haya encontrado algo.
- ¿Qué podría encontrar? –
- No lo sé – Luna encogió sus hombros despreocupada – Siempre se encuentra algo donde vayas – sus ojos risueños le trajeron un recuerdo a Harry.
De repente ya no estaba en el Caldero Chorreante, sino en una habitación pintada de colores pastel, con la luz matutina inundándolo todo, sentado en un sofá. El recuerdo duro un par de segundos, pero al parecer Luna que lo había notado decidido no interrumpirlo y Harry se lo agradeció en silencio.
- Iré por una cerveza ¿quieres una? – pregunto con calma, Harry negó con la cabeza, aun no sentía que podía hablar, ella asintió y se alejó bajo la mirada del pelinegro, de repente su cabello rubio se volvió muy parecido al de Draco Malfoy.
- Hey, vamos por una bebida – el brazo de Ron se colocó encima de sus hombros tirando de su cuerpo hacia la barra.
Hola.
No pude evitar describir el aspecto de Neville ya que siento que es el que más ha cambiado (físicamente) del cast original.
¿Han notado que generalmente la gente tiende a dar abrazos sin preguntar si la otra persona se siente cómoda con recibirlo? Es algo que mucha gente ignora ya que desde que somos pequeños nos dan abrazos sin pedirlos, me pareció que Luna es un personaje que podría ser así de perceptivo con respecto a como se siente la otra persona con respecto a ese tipo de contacto físico.
¿Creen que sea importante el recuerdo de Harry sobre la habitación?
Piénsenlo.
Hasta la siguiente ^^
