Capítulo 6
La imagen que le devolvió el espejo a Harry era la de siempre, su cabello desordenado, sus ojos verdes, la cicatriz en su frente y esta vez su pecho desnudo con su vello oscuro formando una pelusilla.
- Debería volver a ejercitarme.
- Deberías – concordó la voz.
Varios días habían pasado desde la fiesta sorpresa de sus amigos y por lo tanto de encontrarse con Malfoy, a veces, cuando su mente decidía tomar un paseo lo recordaba y volvía a preguntarse dónde estaría o que estaría haciendo o si era verdad todo lo que le dijo, eran esas veces donde su mente no tenía nada que hacer.
Y la realidad es que la tampoco hacia nada que hacer en concreto, ocasionalmente iba a visitar a Teddy, jugaba un poco con él y se marchaba, o tomaba el té con Hermione, si es que ella tenía tiempo, o charlaba con Ron sobre la temporada de Quidditch, cuando él no estaba en alguna misión.
- No – le dijo al reflejo al comprender que su mente volvía a divagar y llevarle a aquellas cosas sobre las que no quería pensar en realidad.
El enfocarse en las tareas de cambiarse, intentar peinar su pelo y cepillarse sus dientes logro traer de regreso a su mente a lo que él llamaba el camino de la calma.
Con un suspiro y un movimiento de varita apareció en un callejón cerrado, detrás de un basurero que olía atrozmente y lejos de la mirada de cualquier muggle, con pasos veloces salió del callejón y continúo caminando hacia su destino.
El número 12 de Grimmauld Place, la fachada lucia tan antigua como la última vez que la vio y sin embargo al abrir la puerta del número 12 el olor a polvo y cosas viejas le recordó que no había estado ahí en bastante tiempo, quizá nadie había estado ahí en bastante tiempo.
- Uh, tenebroso – la voz de su cabeza sonaba entre divertida y temerosa, una mezcla bastante rara por si sola.
Harry continúo caminando evitando tocar cualquier cosa, solamente viendo su alrededor, sus pies lo llevaron por si solos hacia las escaleras, con un rechinido a cada paso que daba comenzó a subir al primer piso, el corredor estaba vacío, oscuro y sin cuadros, conjuro un Lumos con su varita y continuo caminando, las paredes vacías con el papel tapiz desgastado, la ausencia de decoraciones, todo daba un ambiente de una casa abandonada y encantada.
La sola idea de la casa encantada divirtió a Harry unos segundos, tan solo unos cuantos antes de ver donde lo habían guiado sus pies, la antigua habitación de Sirius.
Si cerraba los ojos aun podía jurar que sentía su colonia en el aire o escuchar sus pasos y su risa, pero solo si cerraba los ojos.
Su pecho se sintió inmediatamente pesado obligándolo a abrir los ojos, el lugar estaba lúgubre pero no sucio, no pudo aguantar más y cerró la puerta para luego bajar las gradas lo más rápido que le fue posible hacia la cocina, estaba limpia, ni una mota de polvo se había posado en la mesa o en algún lugar cercano, como si hubiese sido hechizada para repeler el polvo.
- Kreacher – murmuro con algo de vergüenza, de inmediato y con un clic frente al pelinegro apareció un elfo bastante anciano, con el escaso cabello blanco esparcido por su gran cabeza, Harry sintió sus orejas enrojecerse avergonzado de haber olvidado al viejo elfo.
- Amo Potter – el viejo elfo realizo una reverencia, parecía como si fuese a partirse en dos y marcharse para siempre, pero de repente sus grandes ojos azules enfocaron al pelinegro.
- Kreacher realmente lamento dejarte aquí, yo… - comenzó a balbucear sintiendo el peso en su pecho crecer.
- No se preocupe amo, no necesita darle explicaciones a Kreacher, mantuve la casa en buen estado en caso de que regresara – Harry asintió con la cabeza, aun apenado, pero sabía que no conseguiría nada disculpándose con el elfo, era demasiado servil - ¿El amo necesita algo? – pregunto con un tono ansioso, Harry quería decirle que no, que estaba bien, pero reconoció esa mirada expectante.
- Eh… si, no tuve tiempo de comer y… -
- Kreacher se encargará amo, puede esperar o recorrer la casa – sin perder más tiempo el elfo comenzó a sacar las ollas con magia encendiendo la cocina.
Harry no quería ver al viejo elfo servirle, lo haría sentir aún peor, por lo que opto en subir de nuevo las escaleras, con calma comenzó a recorrer las habitaciones, eran demasiadas pensó, hasta que ingreso a la habitación que visito una vez con Sirius.
La que tenía el árbol familiar Black, con todos los rostros de la familia, todos, excepto el de Sirius.
Con cuidado paso los dedos por el tapiz quemado donde iba el rostro de Sirius, como si con solo tocarlo todo se desvanecería, rápidamente pellizco su pierna y al sentir el dolor pudo soltar un suspiro aliviado.
Varios recuerdos con Sirius inundaron su memoria, felices, agridulces y el más triste, el de su partida.
Ágilmente limpio la lagrima que se escapó de sus ojos y detuvo su trayecto, fue en ese movimiento de cabeza que logro ver las iniciales de un nombre.
Draco Malfoy.
Camino lo suficiente para ver el retrato del rubio de frente, el tapiz estaba hechizado, mostrando el rostro actual del integrante Black, en la imagen Draco estaba tan delgado como el ultimo día que lo vio, con su rostro afilado, sus ojos grises viendo a la nada, su cabello rubio cayendo libremente por sus costados hasta sus hombros, Harry sintió un leve cosquilleo en los dedos, movió la mano y a punto de tocar el tapiz un click lo sobresalto.
- La comida está servida amo – anuncio Kreacher antes de desaparecer nuevamente, Harry asintió y aparto la mirada de Malfoy.
Bajo las escaleras lo más suave que pudo, no quería despertar el retrato de Walburga Black y tener que aguantar sus alaridos.
Cuando ingreso a la cocina el agradable aroma del pastel de carne despertó su apetito.
- Comer no es malo - dijo una voz en su mente, no era la típica voz de su cabeza, era más bien un recuerdo.
- Huele bien –
Durante el almuerzo Harry no hablo con Kreacher y el viejo elfo tampoco le dirigió la palabra, al finalizar, en silencio recogió todo y lo deposito en el lavaplatos.
- Kreacher ¿no estas cansado? – pregunto al ver su cuerpo viejo y encorvado.
- Kreacher solo sirve al amo Señor, no conoce el cansancio – Harry sintió el peso en el pecho de nuevo - ¿Hay algo en que pueda ayudar? – El pelinegro quería decir que no, sin embargo, fue de nuevo esa mirada la que llevo a su mente a obligarlo a cambiar de idea.
- Debes seguir esta dieta, será buena para tu salud - hablo de nuevo la voz del pasado.
- Eh, si, mira Kreacher yo no volveré a vivir aquí, actualmente estoy en un departamento céntrico y… Si no te molestaría ¿Podrías ayudarme con las comidas? – el brillo de felicidad se mostró en los ojos del elfo – algo sencillo está bien, si quieres puedes mudarte conmigo – de inmediato el recuerdo de Regulus llego a su mente – o quedarte aquí, no hay ningún inconveniente – añadió, el elfo lo vio un par de segundos logrando que Harry sienta como sus palmas se tornaban sudorosas.
- Está bien amo, podre ir a dejarle las comidas – Harry suspiro aliviado y sonrió.
- Genial, magnifico – exclamo sonriente a la par que se incorporaba, de repente una idea se instaló en su cerebro, era de esas que más odiaba.
- Eso es una idea parasita – dijo la voz del pasado, una idea que no quería desaparecer y carcomía su cerebro.
- Eh… Kreacher – llamo su atención – alguien ¿alguien vino acá? Cuando no estuve, algún… ejem Algún Black – lo vio de reojo, el elfo pensó unos segundos con la mirada baja.
- Si, vino el joven amo Black – Harry trago saliva.
- ¿Ah sí? ¿dijo algo? –
- No amo, el joven amo no sabía hablar aun – Harry alzo una ceja confundido.
- ¿De quién hablamos? –
- Del joven amo Edward por supuesto – Harry se sintió de inmediato como un idiota – vino junto a la ama –
- Ah ya, ¿ninguno más? – Kreacher volvió a pensarlo.
- No señor, ninguno, ¿esperaba a alguien? –
- No, no a nadie – negó con la cabeza rápidamente – Bueno, debo irme, te mandare mi dirección de algún modo – intento mover la varita para desaparecer, pero no hubo efecto.
- Quitare la protección anti desaparición para usted amo – anuncio Kreacher moviendo su mano, Harry sintió una fluctuación en la magia y asintió, con otro movimiento de varita logro desaparecer.
Apenas sus pies tocaron el suelo de su departamento su mente comenzó a trabajar ¿Realmente había esperado que Malfoy vaya a Grimmauld Place? No, no es como que el conociera el lugar, quizá su madre si, quizá podría haber ido ¿Pero a hacer qué?
- Basta – se ordenó a sí mismo, una jaqueca se instaló de inmediato en la parte posterior de su cráneo.
Odiaba como su mente se obsesionaba con algo, con una idea, pero definitivamente lo peor eran las ideas parasitas.
Hola.
¿Cómo estuvieron estos días? Espero que bien.
Por más que sentí que este capitulo fue relleno no pude evitar escribir sobre el pobre Kreacher.
Espero que continúen disfrutando la lectura. Note que este capitulo es realmente corto así que subire otro :)
Hasta la siguiente ^^
