Capítulo 12
Claro que Harry sabía que la posibilidad de volver a encontrar a Malfoy por casualidad como habían sido las anteriores veces era mínima, claro que lo sabía, quizá fue por eso que decidió hacer un poco de trampa, tan solo un poco, e ir a buscarlo la semana siguiente al supermercado.
Aunque... En realidad, no había ido por él, se le habían acabado las sopas de tomate y el otro supermercado no tenía la marca que le gustaba, si, solo era eso, sopa.
Cuando lo vio de cuclillas en el pasillo vacío sintió como el nerviosismo se apoderaba de sus manos haciendo que estas se sientan más sudorosas y torpes de lo que normalmente eran, apretó la canasta con fuerza en un intento de recordarse que estaba ahí por la sopa y no por Malfoy, intento recordarse a si mismo que la sopa no estaba en esa dirección, pero su cerebro no parecía cooperar y había optado por confabular con su boca, dispuesto a llamarlo otra voz interrumpió la suya.
- Black - llamo la voz gangosa del empleado de la última vez, Harry sintió una sensación desagradable con solo escuchar su tono y cerro la boca de inmediato.
- Aún no coloco las frituras - aviso Malfoy mientras se incorporaba dándole la espalda, una perfecta vista de sus jeans ajustándose a su trasero distrajo a Harry de la tarea de recordarse que solo fue a comprar sopa.
- ¿Puedes dejar de lucir así? - Malfoy rio por el comentario del chico regordete.
- Mira Eric no es mi culpa que tú luzcas cómo salido de una historieta de un mal dibujante y yo sea el jodido protagonista - se fue acercando - ¿Qué? ¿Alguna pregunta más? ¿Quieres saber a quién me cogí el viernes de casualidad? - Harry sintió su corazón dar un fuerte latido y trago con fuerza toda la saliva que se había acumulado en su boca - oh te puedo dar detalles, fue magnífico de hecho, alto, moreno, con unos magníficos ojos verdes y una... -
- ¡Black! - grito el chico regordete, tenía la mano alzada en un ademan de querer pegar al rubio cuando Harry hizo el suficiente ruido dejando caer una lata de atún, por accidente, no es como que si su mano se haya movido a voluntad para tirarla, captando así la atención de ambos, Malfoy lucia como un poema, uno particularmente difícil de entender, escrito probablemente por un ruso y Harry no sabía ruso, el chico llamado Eric solo lucia asustado por haber sido sorprendido a punto de golpear al otro.
- Lo siento - murmuró mientras se inclinaba para tomar la lata entre sus dedos y arrojarla a su canasta mientras enderezaba la espalda luciendo más alto de lo que en realidad era.
- Hablando del César - una sonrisa traviesa apareció en los labios del rubio y él pelinegro lo vio acercarse lo suficiente para sentir el aroma a tabaco que desprendía su ropa o quizá su cabello o quizá esa pálida piel, Harry contuvo el aliento cuando sintió esos dedos acariciar su pecho por encima de su ropa, sintiendo como la saliva volvía a acumularse en su boca – vamos en un rato a la bodega, también puedes venir a ver si quieres Eric, obviamente solo a ver, con el me basta y me sobra – la mano pálida del rubio dio un par de palmaditas en su pecho y Harry rogo por que los latidos de su corazón no hagan demasiado obvio el hecho de que estaba nervioso por su toque, el chico regordete tenía un aspecto escandalizado, tras mover las manos de manera exasperada se retiró dando fuertes pisadas, Malfoy volvió a alejarse lo suficiente para que Harry deje de sentir su aroma a tabaco - siempre oportuno Potter - le sonrió con sorna - tienes un radar de damiselas en apuros o algo así? -
- Tú no eres una damisela, no estabas en apuros y no tengo un radar - respondió siguiéndole el juego intentando que su respiración no salga agitada, Malfoy rio entre dientes y asintió con la cabeza un par de veces.
- Claro, claro, bien, ¿Necesitas algo? ¿Frituras? ¿Sopa? ¿Un trabajo manual en el baño? El último tiene precio extra, por cierto - Harry sintió sus orejas enrojecer ante la oferta.
- Solo sopa está bien - el rubio camino por su lado hacia el pasillo lateral y volvió con dos latas de sopa, una de tomates y otra de cebollas -
- ¿Algo más? - sus ojos como plata derretida lo veían fijamente como si desearan decirle algo que sus labios no se atrevían a decir, Harry desvío la mirada de inmediato sintiéndose aún más nervioso de lo que estuvo cuando sintió su mano en su pecho, una cosa era sentir su tacto, otra completamente distinta era sentir aquellos irises grises verlo como si vieran absolutamente todos sus pensamientos.
- Solo eso, ehm... Gracias - dio un par de pasos hasta que giro sobre sus talones para verlo, Malfoy alzó las cejas sorprendido - quería saber si... Querías ir a tomar algo, algún día tal vez - dijo rápidamente sin verlo a los ojos, la risa de Malfoy llamo su atención, sus ojos volvieron a encontrarse.
- ¿Como una cita? -
- Si tú quieres – hablo rápidamente, volvió a sentir como el rubio se acercaba lo suficiente para sentir su olor.
- Yo no tengo citas Potter - sus largos dedos acariciaron su clavícula, delineando una evidente marca que era suya, Harry trago saliva y apretó con más fuerza la canasta - yo follo, por dinero, tan simple como eso, ¿Estás dispuesto a pagar? - una sonrisa burlona se instaló en sus labios y Harry se quedó viendo sus labios delgados.
- Yo... - trago saliva, atónito, con la garganta seca si hasta hace un momento su boca era el mar ahora era el desierto del Sahara, Malfoy volvió a alejarse sonriendo.
- Estaré en el mismo club el viernes, lleva dinero - sin decirle más le dio la espalda y se alejó caminando.
Harry quedó pasmado en el lugar un par de segundos antes de reaccionar y prácticamente volar a la caja registradora demasiado distraído para notar que la chica de la caja no le entrego su cambio.
El viernes no supo por qué, pero termino en el club, con los jóvenes sudorosos y ebrios rodeándolo, con dinero en los bolsillos y una sensación extraña en el estómago, no eran nauseas, ni siquiera era agradable, solo era extraña.
Iba caminando en medio de los cuerpos buscando la característica cabellera rubia en medio de la gente, esa noche al parecer muchos rubios habían decidido acudir a ese club o muchos decidieron que el rubio estaba de moda, fue mucho después que logro encontrar al rubio que el buscaba en específico notando que este no se encontraba solo.
- Hola - saludo interponiéndose en su camino, Malfoy tenía ambos brazos alrededor de los cuellos de dos chicos quedando uno a cada lado de su cuerpo, con brazos sujetando su delgada cintura, probablemente su cuerpo entero tambalearía si no fuera por el agarre de ambos muchachos.
- Potter - canturreo con la mirada vidriosa acompañado de un fuerte olor a alcohol emitiéndose de su aliento y ropa - lo siento cariño, llegaste tarde ellos pagaron - el chico alto del lado izquierdo de Malfoy lo empujó para quitarlo del camino, Harry solo pudo ver marchar al rubio junto con el par de chicos sintiendo como la extraña sensación en su estómago se tornaba desagradable.
Durante la siguiente semana no pudo encontrar una excusa o, mejor dicho, una razón, para ir al supermercado, Kreacher se había encargado a la perfección de sus comidas y ya no podía vivir solo a plan de sopas enlatadas, fue así que el viernes regreso al club, una hora antes, con tal de encontrarlo.
Por supuesto que lo encontró, sentado en el sofá de la anterior vez, inhalando algo con una chica a su lado, lo vio sonreír y reír de lo que sea que su mente le esté enseñando y se fue acercando, vio como la chica le susurraba algo al oído para luego sonreírle mientras el rubio asentía varias veces con la cabeza, vio cómo se tomaron de las manos y se fueron incorporando.
- Otra vez tarde Potter - informo cuando pasaron por su lado, con un olor a tabaco y alcohol, la chica iba pegada al brazo del rubio.
Harry se sintió frustrado, por primera vez en mucho tiempo sintió la frustración llenar su cuerpo, causar un remolino en su estómago ocasionándole una sensación desagradable, sintió que el aire era más pesado y como sus manos querían cerrarse y abrirse en un intento de calmar la frustración, se dijo que no había razón para llegar a sentir ese nivel de frustración, Malfoy había sido honesto, el primero en llegar se lo llevaba, aun cuando eso sonaba realmente mal, pero por qué se seguía sintiendo tan frustrado era un misterio.
Al día siguiente regreso al club y fue la misma historia.
Con un pequeño monstruo demasiado enojado en su pecho Harry comenzó a hacer lo que se juró no volver a hacer, seguir a Malfoy. Los recuerdos de su sexto año continuaban frescos en su memoria y como todo se fue al carajo debido a su incesante acoso hacia el rubio, aun podía sentir la sangre que brotaba del pecho del rubio y podía escuchar a Myrtle gritando como lo había matado, aun los escuchaba, cuando tenía pesadillas.
Pero eso no lo detuvo de seguir al rubio, durante toda la semana lo fue siguiendo, algunas veces lo veía perderse en hoteles, otras simplemente lo veía caminar hasta entrar al edificio donde probablemente tenía su departamento, ese edificio tan viejo que parecía que se derrumbaría en cualquier momento, y fue el jueves mientras lo seguía que vio como instalaba un pequeño puesto ambulante.
Harry se preguntó que podría vender en medio de la calle y que resultaría tan interesante que conseguía que muchas personas se acumularan a su alrededor.
- Tengo 4 tazas esta vez - la gente se movió ansiosa empujándose entre ellos, en medio de ese pequeño caos Harry aprovecho la oportunidad para acercarse un poco, lo suficiente para ver al rubio por medio de las cabezas de una pareja delante suyo, suficientemente cerca para escucharlo claramente - comiencen las ofertas - de repente todos comenzaron a dar cifras al azar, Harry se mantuvo en silencio viendo a su alrededor discretamente, cuando la puja se detuvo en 40 libras Malfoy señaló a 4 personas.
En absoluto silencio Harry pudo ver cómo el rubio llamaba a la primera, tras hacerle beber de la taza de té Harry supo lo que estaba haciendo, leía el futuro.
No es que Harry no creyera en las profecías, después de Voldemort si lo hacía, pero no recordaba que Malfoy fuera tan bueno en adivinación y sin duda no recordaba que la taza pudiera decir tantas cosas, generalmente solo era un "debes tener cuidado con tu desayuno" no era algo realmente preciso como la cantidad de palabras que decía el rubio.
Iba escuchando el destino de la segunda persona, algo acerca de su auto siendo reparado o algo de sus frenos, cuando escucho el sonido de un radio a su derecha, con cautela vio de reojo y pudo ver a un hombre de corte militar, con un audífono en espiral conectado a su oído.
- Si, lo tengo de frente, recibido, solicito refuerzos - el hombre no lo veía y había hablado lo suficientemente bajo para que solo Harry pudiera escucharlo, el pelinegro regreso la mirada a Malfoy y comenzó a abrirse paso cuando el sonido de un silbato lo paralizó un segundo.
- Alto ahí, están todos detenidos, agarren al estafador - Harry sintió la sangre bombear con fuerza en su pecho junto con la adrenalina gritándole que salga de ahí.
- Corre, ahora – le dijo la voz de su cabeza, Harry soltó un suspiro largo para intentar calmar el subidón de adrenalina, ya suficiente tenía con la gente que comenzó a empujarlo intentando escapar, con dificultad logro abrirse paso en medio de la caótica multitud cuando logro llegar hacia Malfoy noto que el hombre de corte militar lo sujetaba del cabello, su mano gruesa y varonil cerrada con fuerza en aquel cabello rubio.
- Uh más fuerte daddy - se burló Malfoy con una mueca que iba del placer al dolor, Harry sin dudarlo un segundo conjuro la alfombrilla en su mano y con la otra lanzo un puñetazo al hombre, que al parecer ni se percató de que él lo veía, causando que el mismo tambalee hacia atrás confundido por el golpe sujetando su barbilla herida aflojando así el agarre que ejercían sus dedos en el cabello de Malfoy, lo suficiente para que el rubio se aparte, Harry aprovecho el instante en tomarlo del brazo para tirar de él.
- Vámonos - ordenó y salió corriendo sujetándolo con una mano y en la otra la alfombrilla con la tetera.
Tras correr varias cuadras ambos se detuvieron en un callejón.
- Oh mierda - Malfoy respiraba agitado
- ¿Estás bien? - pregunto Harry soltando su brazo y revisando su rostro en busca de cualquier cosa, cualquier signo de maltrato o daño, Malfoy soltó un manotazo alejando su mano.
- Magnifico - una sonrisa burlona apareció en sus labios - quería saber cuándo saldrías de tu escondite -
- ¿Sabías que te seguía? – no pudo evitar sentirse avergonzado por haber sido atrapado.
- Nunca fuiste bueno en los escondites sabes Potter - soltó una risa burlona con la respiración aún entrecortada por la carrera y Harry se sintió avergonzado de inmediato
- Yo... No quise... Pero... -
- Ah, así que realmente quieres acostarte conmigo - Harry noto cómo el rubio se iba acercando lentamente hasta que lo acorraló contra la pared - Bien Potter te daré una oportunidad - el pecho de Harry se sintió cálido - pero con una condición -
- Sin tocar - respondió de inmediato recordando el primer encuentro, el rubio rio, su risa era ronca y grave.
- Ya comprendes - con uno de sus dedos jugueteo con el borde del cuello de la chaqueta del pelinegro - pero no, quiero algo más divertido, el sexo tradicional ya no me está divirtiendo - sus dedos acariciaron suavemente la manzana de Adán del pelinegro sintiendo como el cartílago subía y bajar cuando tragaba saliva - quiero probar algo de sado -
- ¿Sado? -
- Así es - se alejó y Harry sintió su piel caliente dónde los dedos del rubio habían tocado, vio como sus dedos conjuraban un pedazo de papel y con tinta dorada algo se escribía en el - ve a esta dirección, pídeles que te enseñen o algo así y luego búscame - coloco el papel en su bolsillo y luego le dio una caricia ligera en medio de sus pectorales, Harry contuvo el aliento brevemente sin dejar de ver sus labios - búscame el 5 de junio - pronuncio antes de alejarse definitivamente - Sabes dónde vivo - agrego con una sonrisa juguetona, con un movimiento rápido le arrebató la alfombrilla de las manos y desapareció ante sus ojos, dejando a un atónito y emocionado Harry en el callejón.
Hola
Harry esperando sus coincidencias y no más no suceden jaja.
¿Qué les va pareciendo?
Ya saben los comentarios están abiertos :)
Hasta la siguiente^^
