Capítulo 14
Durante bastantes días Harry frecuento él local descubriendo que Estella no solo era la bartender del lugar, también la dueña y fundadora.
Primero tuvo que recibir instrucción teórica por parte de la alta mujer y posteriormente paso a la práctica, el pelinegro no pudo evitar sentirse agradecido por que Estella respetara su decisión de no tener una pareja para las practicas, ya que, si hacia todo eso era por Malfoy, no se imaginaba en ese nivel de confianza con otro chico o chica que haya conocido recientemente.
En la parte práctica afortunadamente recibió ayuda de Joe y Jess, después de que ella asegurara que no le molestaba ayudarlos, Joe le enseño sobre nudos ya que aparentemente eran su especialidad, sin perder oportunidad de alagar a Harry por lo increíblemente bueno que era para aprender rápido y realizarlos a la perfección, llegando a bromear sobre si el pelinegro era un pescador en sus tiempos libres.
- No - se río cuando Jess le pregunto que tipo de bote tenía - solo soy un chico con mucho tiempo libre - la verdad es que, si había aprendido de nudos, no de la manera en la que ellos pensaban, sin embargo.
- Perdón – murmuro la voz de su cabeza y Harry la ignoro.
Una vez Harry termino su nudo vio el cuerpo de Jess, con las largas sogas rojas marcando rodeando sus senos marcados por debajo de la ropa y su tórax, lo suficiente para dejarla respirar, con los brazos por detrás unidos por otra soga que conectaba con sus tobillos en una posición extraña pero que la mujer no parecía incomodarle, de otro modo hubiese dicho la palabra segura.
Otra cosa que aprendió fue que siempre debía tener una palabra segura en el juego o un gesto al menos, era la prioridad número uno, la palabra servía para cuando estaba cruzando los límites, por qué la cuestión durante el BDSM es que los límites podían parecer muy delgados y por lo tanto un paso en falso llevaría a la completa ruina o algo muchísimo peor.
Joe le había contado de la vez que casi termino en la cárcel, era aún un novato como dominante, convencido de que era capaz de controlar a todos y controlarse a si mismo, termino cegado por el descontrol, durante un juego con su anterior pareja no escucho la palabra segura mientras ahorcaba a su sumisa, hasta el punto de casi matarla, relato como le costó bastante recuperarse de aquello, aún entonces, se negaba a dejar las cuerdas alrededor del cuello de Jess.
- Está bien - le decía Jess cuando contó la historia, Jess era bastante calmada cuando no estaban jugando, comprensiva y tranquila, su personalidad completamente distinta a la controladora y posesiva de Joe – esta en el pasado – deposito un suave beso en la mejilla de Joe y el fornido hombre le sonrió con ternura.
Harry no pudo evitar sentirse conmovido por como Jess acariciaba la espalda de su pareja como si le dijera que todo paso, que él era diferente, Joe era un hombre que difícilmente podía lucir desamparado, pero por un segundo Harry pudo notar como Joe aún estaba afectado por el pasado.
Fue así como tiempo después Harry apareció cerca del edificio del rubio, con una mochila llena de "juguetes" y varias palabras seguras en mente, por supuesto, Malfoy debería elegir una entre varias, eso le daría oportunidad a ser parte fundamental del encuentro, algo que sin duda no estaba en discusión.
Harry tomo coraje y subió las gradas de dos en dos, parecía que cualquiera cedería ante su peso y terminaría la ¿cita?... En el hospital, el pelinegro se preguntó por qué el rubio vivía en aquel lugar horrible, no era para nada algo como lo que el viejo Draco Malfoy hubiese elegido para vivir, pero de nuevo, el viejo Draco Malfoy no le ofrecía su cuerpo por dinero.
Tomo algo de aire como si tomara coraje y tocó la puerta del rubio, espero un par de segundos que se le hicieron eternos antes de volver a tocar, las dudas y temores comenzaban a atormentarlo ¿Habría salido? O quizá ¿Todo fue una broma del rubio?
Estuvo a punto de tocar por tercera vez cuando la puerta del departamento se abrió emitiendo un chillido de las bisagras entreabriéndose tan solo un poco para ver que al otro lado estaba Malfoy con los ojos rojos y la nariz roja un fuerte olor a tabaco venía de la habitación golpeando las fosas nasales del pelinegro, pero afortunadamente el rubio no desprendía un olor a alcohol.
- Potter - su voz sonaba ligeramente gangosa, como si hubiese estado inhalando algo.
- Vine cómo me dijiste - el rubio frunció el ceño y tras pensar un par de segundos abrió más la puerta.
- Pasa - ordenó, Harry ingreso sin esperar una segunda invitación y vio brevemente la sala, había un solo sillón que estaba repleto de ropa desorganizada, en la mesa central había tres líneas de un polvo blanco por lo que Harry no necesito más información para saber por qué los ojos del rubio estaban rojos, escucho como cerraba la puerta y giro a verlo - así que viniste -
- Si, yo... Aprendí bastante - Malfoy soltó un bufido divertido y cruzo sus brazos sobre su pecho.
- Bien, enséñame, soy todo tuyo -
- Primero necesito saber ¿Que eres? -
- ¿Que soy? Soy bottom por supuesto - ironizó con una sonrisa burlona - creí que estaba claro la última vez que nos encontramos – le lanzo una mirada coqueta.
- No, yo... Me refiero a si eres Sumiso o Dominante -
- Ah - rodó los ojos - sumiso -
- Ok - Harry descargó su mochila - ¿Te gustan los collares? -
- ¿Claro por qué no? - respondió con una sonrisa divertida, por una fracción de segundo recordó al pelinegro en su época del colegio rebuscando en su mochila sus libros de encantamientos, con ese aspecto aun inmaduro y su cuerpo experimentando los cambios del Quidditch, sacudió la cabeza lo suficiente para alejar aquel recuerdo y noto como Harry saco un collar bastante bonito de la mochila, uno de cuero negro que contrastaba a la perfección con la piel pálida del rubio.
- ¿Puedo? - pregunto viéndolo a los ojos, intentando sonar seguro y algo demandante, Malfoy no respondió solo extendió el cuello, sintió los dedos gruesos y cálidos del pelinegro abrochar el collar en su cuello además de sentir como un nudo se instauraba en su garganta pero se aseguró de tragarlo rápidamente, intentando enfocarse en el olor del cuero nuevo - bien ahora... necesitamos una palabra de seguridad, estaba pensando - saco una hoja de papel de su mochila - algo como frutas, naranja, frambuesa, higos, peras o sino algo sencillo como aire, suelo, viento, tu... ¿Qué dices? - Malfoy tenía el ceño fruncido, pero lo reemplazo de inmediato con una expresión divertida y una sonrisa coqueta como siempre al notar como el pelinegro lo veía expectante, sus ojos brillantes esperando la respuesta.
- Esmeralda -
- Oh, ok, está bien - guardo la hoja de vuelta en su mochila - ¿Quieres prepararte o algo? Podríamos hacer algo de rol si... -
- Juguemos al policía bueno y al estafador incorregible - propuso Malfoy mientras sus dedos recorrían el cuello de Harry, el pelinegro sintió los músculos de su cuello tensarse de inmediato ante la caricia - así que dígame oficial, ¿Estoy arrestado? – el rubio alzo una ceja lanzándole una mirada burlona.
Harry saco unas esposas de la mochila y se las coloco de inmediato alrededor de las delgadas muñecas.
- Así es - respondió con una voz grave y sería, la sonrisa de Malfoy tembló por un segundo antes de ampliarse mostrando su perfecta dentadura.
- ¿A dónde me lleva oficial? - pregunto cuando sintió como el pelinegro tiraba de él hacia su habitación, no es como que el pelinegro conociera el camino, es que solo había una puerta aparte de la salida, así que no era difícil deducirlo.
- Tendré que interrogarlo - Harry sentía la adrenalina recorrer sus venas cuando lo llevo a la habitación, con algo de fuerza lo arrojó contra la cama, Malfoy al caer sentado en el borde primero alzo las cejas con sorpresa para luego cambiar su expresión por una burlona.
- ¿Que se supone que hice oficial? - pregunto con las manos en su regazo, unidas por las esposas.
- Eso dímelo tú pequeño estafador, estuviste vendiendo adivinaciones incorrectas ¿No es así? -
- Yo sería incapaz oficial, palabra de boy scout - hizo una cruz en su pecho y soltó una risita, Harry tiro de su collar ágilmente con las cejas levemente fruncidas.
- No intentes hacerte el listo - le dijo entre dientes, podía oler el tabaco en la piel el rubio y Malfoy podía oler el bosque en la del pelinegro, sus ojos verdes brillaban, pero no con rabia como todas las veces que peleaban, sino con diversión.
- Sería incapaz oficial, ¿No tengo derecho a una llamada? -
- No, no lo tienes -
- Creo que eso va en contra de todos mis derechos -
- Tú no tienes derechos - Harry no despegaba su mirada verde de la gris del rubio, si no lo estuviera viendo tan intensamente hubiera notado como Malfoy clavaba sus uñas en sus muslos.
- ¿Que hará conmigo oficial? ¿Retenerme aquí? ¿Todo el día? – el tono de Malfoy ya no era burlón tenía cierto toque de temor Harry supuso que le rubio solo seguía el juego y se recordó que debía seguir luciendo firme.
- ¿Eso quisieras verdad? - Harry saco ágilmente un antifaz oscuro de su mochila - no me gusta cómo me miras - la realidad es que estaba encantado por su mirada, la plata pura era tan hipnotizante que Harry necesitaba controlarse así que solo aprovecho el rol para colocarle el antifaz, la tela negra contrastaba claramente con su piel pálida y sus labios rosados, con su pulgar delineó los labios y sintió como Malfoy gemía suavemente entreabriendo la boca lo suficiente para darle un suave mordisco que lo hizo apartar la mano - agresión a un oficial -
- Estoy seguro que si eso califica como agresión, puedo agredirlo de diferentes modos oficial - se burló Malfoy sonriendo, Harry sintió su corazón latiendo fuertemente contra su pecho y se obligó a controlarse.
- De pie - ordenó y Malfoy obedeció con calma, rápidamente sintió como le bajaban los pantalones junto con los boxers.
- Oficial hace algo de frío - expreso con voz burlona.
- Silencio, esté listo para su castigo -
- ¿Que casti...? - su voz quedó a la mitad cuando sintió como Harry tiraba de su cuerpo para colocarlo boca abajo en su regazo, sintió sus cálidas manos recorrer la piel de sus glúteos y no pudo evitar sobresaltarse.
- Deberá recibir su castigo - pronunció Harry con la voz más gruesa a la par que dejaba caer su palma contra la piel del rubio, escucho como soltaba un gimoteo y vio como la piel pálida de sus glúteos se iba tornando de un lindo color rosado con la forma de su mano - cuente cada golpe señor Malfoy - el rubio apretó los puños y contuvo el aliento, sintió como otra palmada caía en sus posaderas obligándolo a soltar el aire que tenía contenido - no lo escucho, seguiré hasta que cuente hasta diez - volvió a golpear arrancándole un chillido.
- Uno - murmuró entre dientes, otro golpe más.
- No escucho -
- ¡Uno! - exclamó lo suficientemente fuerte, otro golpe más - ¡Dos! - continúo contando, fue alrededor del octavo golpe que no podía evitar mover sus caderas con desesperación, buscando una posición que le permitiera restregar su ya despertado miembro contra algo, sus posaderas ardían y picaban - ¡Nueve! - no podía controlar sus caderas, quería algo, fricción, algún toque, lo que sea.
- Quieto - ordenó Harry sosteniendo su cadera con tanta fuerza que el rubio estuvo seguro que sus dedos quedarían marcados en su piel - uno más - dejo caer su mano con mayor fuerza.
- ¡Diez! - grito Malfoy sintiendo que estaba realmente cerca de su liberación, intento restregarse de nuevo pero esa mano firme lo sostuvo.
- Dije que quieto, parece que ese castigo no fue suficiente - sintió sus uñas acariciar suavemente su piel sensible y gimió en respuesta, paso poco tiempo antes de sentir algo cálido derramarse en sus muslos, algo como cera, sintió las gotas cayendo una a una y no podía evitar retorcerse entre el dolor y el placer sintiendo como la cera en el lado interno y externo de sus muslos formaba cortos caminos en su piel, cuando sintió las gotas en la enrojecida piel de sus posaderas apretó con fuerza lo que sea que tuviera cerca que al parecer era el borde de la cama.
- Oh Merlín, es tan, mierda - logro decir sin dejar de retorcerse, su parte delantera rogaba por atención.
- Dígame Señor Malfoy, ¿Tiene algún delito más del que no sepa? - la voz de Harry susurro contra su oído, se podía sentir la emoción en su voz, pero Malfoy solo sintió un escalofrío bajar su espalda.
- Nada - tartamudeo, sintió un fuerte golpe en la espalda baja, de algo que parecían tiras de cuero, no tuvo evitar soltar un chillido.
- No me mienta Señor - las tiras acariciaron suavemente dónde habían golpeado y Malfoy sintió el escalofrío de nuevo.
- No miento - murmuró, otro golpe.
- No lo escucho -
- ¡Yo no miento! - repitió más fuerte, podía sentir sus ojos picar, las lágrimas estaban amenazando con salir.
- Eso lo veremos - con agilidad y rapidez Harry coloco al rubio sentado en la cama, con la espalda recostada contra el cabezal, aún más rápido esposo una de sus manos a cada lado del cabezal, con salvajismo rasgo su camiseta revelando su pálido pecho, sin ninguna cicatriz, su parte delantera se alzaba con la punta brillante por las pocas gotas de líquido pre seminal que había liberado, Malfoy se removió incómodo al sentir las ásperas sábanas tocando sus sensibles posaderas - sea sincero Señor Malfoy - Draco sintió como se le cerraba la garganta - no me mienta - el rubio dejo caer la cabeza hacia adelante y sintió como los dedos cálidos del pelinegro acariciaban el interior de sus muslos retirando los pocos rastros de cera - debe ser totalmente sincero si quiere salir de esto - Malfoy cerro los puños y apretó los dientes - es la única forma -
- Jodeme - murmuró bajo, entre dientes, casi sin ser escuchado.
- ¿Que? - pregunto Harry acercando su rostro lo suficiente para escucharlo mejor.
- Jodeme, dije que me jodas - de repente no había sonrisa burlona, los labios del rubio estaban torcidos en una mueca de dolor y lágrimas bañaban la tela negra, cayendo por sus mejillas - mierda, jodeme, hazlo, hazlo de una vez Potter, mierda - maldijo con la voz rota - ¡Golpéame maldición! Golpéame, me lo merezco, ¡Golpéame! - gritaba desesperado, moviendo los brazos como si quisiera librarse ya sea para cubrir su cuerpo o golpear al pelinegro.
- Malfoy ¿Estás?... -
- ¡Estoy bien! ¡Solo haz lo que debas hacer! ¡Golpéame! ¡Hechízame! Merlín ¡Rómpeme! - gritaba con la voz rota por el llanto.
Todo el calor que Harry había estado sintiendo hasta esos momentos bajo de inmediato, fue como recibir una cubeta llena de agua fría que cubrió todo su cuerpo, como si fuese otra oleada el miedo recorrió su espalda, rodeando su pecho haciéndole difícil respirar, llegando a su corazón y apretándolo con sus garras.
Estaba por tener uno de "esos", y no podía tenerlo.
No, no podía cuando Malfoy claramente tenía uno de "esos".
- Malfoy, no yo...-
- Mierda solo haz lo que digo Potter, ¡Destrúyeme! - Harry de inmediato libero sus manos y vio como el rubio se golpeaba los brazos, una y otra vez, sabía que Malfoy no había dicho la palabra segura y en sus clases nunca le enseñaron cuando detenerse sin la palabra segura o el gesto, solo que reconocía uno de "esos".
- Malfoy no, escúchame - sujeto sus brazos con suavidad, pero firmeza para evitar que continúe golpeándose - Malfoy - lucho con él y en un movimiento ágil le quitó el antifaz, pudiendo ver por fin sus ojos grises inundados en lágrimas, atormentados, demasiado atormentados - Malfoy, Malfoy está bien, está bien -
- ¡No! ¡Nada está bien! Solo... Solo... - estaba hiperventilando, logrando que le sea difícil hablar y seguir luchando - Solo debí morir, déjame, déjame morir Potter, déjame morir, mátame, no dije la palabra no puedes detenerte ¿Me oyes? No puedes - Harry sintió el miedo apretar su corazón con tanta fuerza que dolía.
- Malfoy, Malfoy está bien, no necesito la palabra, no, escúchame - sujeto su rostro clavado su mirada verde desesperada en la atormentada del rubio - Draco, Draco escúchame, solo escucha mi voz, está bien, todo está bien, ven, respira, mírame, mírame - sostuvo su mirada lo suficiente para notar como se iba relajando - estoy aquí, estoy aquí -
De repente Draco dejo de escuchar la voz del pelinegro, escucho como su tono grave y suave se mezclaba con uno agudo y delicado, el de su madre, su madre pidiéndole que respire, diciéndole que estaba ahí.
- Está bien, está bien - murmuraba Harry - voy a abrazarte ¿Vale? Solo, solo déjame abrazarte - con sumo cuidado envolvió su cuerpo en la sabana y lo abrazo contra su pecho, sintiendo como el rubio hundía la cabeza en su pecho, escondiendo la cabeza dentro de su chaqueta, lo podía sentir llorando por los espasmos que daba su cuerpo y los quejidos quedos que emitía - está bien - continúo murmurando contra su oído mientras sus dedos recorrían su brazo de arriba abajo o acariciaban su cabello con suavidad, sus labios ocasionalmente besaban su cabello suavemente.
Durante varios minutos Harry se mantuvo en silencio, solo acariciando sus brazos, su cabello y pensando, de repente algunas cosas comenzaron a tener sentido, a) Malfoy... no, Draco no había estado drogándose, estaba llorando antes de que llegue b) El rubio estaba triste, estaba tan inmensamente triste c) no quería eso del BDSM por qué si, lo quería por qué creía que necesitaba sentir dolor.
Harry se obligó a controlar el miedo, con toda su fuerza de voluntad lo obligó a retroceder, lejos de su pecho, lejos de su corazón, lejos de su mente para que pueda pensar mejor.
- Es mi cumpleaños - lo escucho murmurar contra su pecho, lo sintió temblar y soltar un sollozo - pero lo odio - no interfirió, solo lo dejo hablar - ¿Quieres saber por qué? -
- ¿Quieres decírmelo? - Draco restregó su rostro contra su pecho, escondiendo su nariz entre su cuello y su hombro.
- Es el día que mataron a mi madre - Harry hizo todo esfuerzo posible por no tensarse, en vez, lo sujeto con más fuerza entre sus brazos, como si quisiera evitar que se derrumbe - Yo... No, no importa - lo empujó rápidamente y se sentó, paso ambas manos por su cabello acomodándolo hacia atrás.
- Draco... Está bien, si quieres hablar de ello, puedes hacerlo, no te miraré si no quieres - intento tocar su hombro, intento hacerle saber que estaba ahí pero sabía que no debía hacerlo, no sin su permiso - tampoco te tocare si no quieres – agrego con un tono bajo, dejo que su mirada viaje por su pecho sus costillas casi se marcaban por debajo de la piel acompañadas de unas cicatrices nacaradas, unas líneas delgadas, antiguas - ¿Quieres que te abrace? – movió su cuerpo lentamente hacia el cabezal de la cama hasta que su espalda estuvo por completo apoyada en el respaldo de la cama, espero un par de segundos y cuando lo vio asentir con la cabeza suavemente lo rodeo con sus brazos atrayéndolo hacia su pecho.
- Solo... No me mires -
- Vale - lo sintió temblar bajo su abrazo y depósito un beso en su cabello, Draco tomo aire varias veces antes de comenzar a hablar.
- Fue... Cuando te fuiste - su voz estaba quebrada - poco después de mi juicio comenzaron los ataques, esos... Los... - volvió a temblar.
- Está bien, comprendo - con su pulgar acaricio su brazo por encima de la tela de la sabana.
- Mi padre seguía en Azkaban, mi madre estaba conmigo, recluida en la mansión - Harry recordaba que a Narcissa Malfoy también se le había dado probatorio - ambos estábamos en probatorio - Harry volvió a depositar un beso en su cabello y se contuvo de estrechar más su abrazo, el miedo volvía a pelear por el terreno que había proclamado como suyo, hacia su pecho - Nosotros... No... No sé cómo, no sé cómo pasaron la barrera mágica - soltó un sollozo - nos llevaron, no sé dónde nos llevaron, no sé cuántos días pasaron, no había nadie, solo nosotros, no sé cuándo nos sacaron, fue... - volvió a sollozar, Harry acaricio sus brazos y sintió como Draco clavaba sus uñas en su brazo tan profundo que dolía, pero Harry no emitió ninguna queja - la torturaron, torturaron a mi madre y yo... Yo desee tanto tener mi varita, poder usarla, hacer algo - su voz se llenó de enojo, de impotencia - la profanaron y me hicieron verlo, una y otra y otra vez - Harry volvió a besar su cabello - luego, luego hicieron lo mismo conmigo, la hicieron ver - Harry sintió un nuevo contrincante del miedo, el enojo, el enojo era un digno oponente, rápidamente tomaba terreno, desde su estómago, hacia su pecho, instalando todo un campamento en su garganta, quemando todo a su paso, enviando tropas incendiarias por sus venas - no sé cómo mamá logro liberarse, robo una varita y logro liberarme, le pedí que venga conmigo, se lo rogué - sollozo - pero dijo que debía distraerlos - su voz salió demasiado quebrada y ahogada para que alguien pudiera entenderlo, pero Harry pudo, pudo entender su voz y su dolor - debí, yo debí morir -
- Draco - murmuró contra su cabello, sus dientes castañeaban con ira y sus brazos permanecían firmes alrededor del rubio, apenas controlando las ganas de gritar.
- Debí ser yo Potter, yo debí… -
- Tu sobreviviste por ella, lo hiciste por ella -
- ¡Pero ya no quiero sobrevivir! - explotó - estoy harto, ¡Estoy tan cansado! - clavo sus uñas con más fuerza en el brazo de Harry - desearía tanto tener lo de antes o siquiera tener otra cosa, irme del país hubiese sido tan sencillo si no fuese quien soy, quizá mi madre seguiría viva, quizá mi padre no hubiese muerto en Azkaban, quizá un tren hubiese podido arrollarme en algún lugar de Europa y darle fin a mi estúpida existencia -
Otro silencio se instaló en medio de ambos y Harry dejo salir el aire que tenía contenido.
- Díselo - le dijo la voz de su cabeza, Harry se perdió viendo la pared - sabes bien cómo se siente, díselo -
- Esto fue estúpido - murmuró Draco librándose de su agarre, Harry lucia como un muñeco con su mirada perdida en la pared, como si su cuerpo hubiese quedado sin vida - olvídalo Potter - murmuró limpiándose las lágrimas y girando para verlo, Potter no lucia enojado, sorprendido o triste, estaba calmado, viendo la pared.
- No me fui de vacaciones - murmuró, su mirada aún perdida en la pared - estuve internado en un hospital psiquiátrico.
Hasta la siguiente…
