Capítulo 15

Este capítulo podría resultar chocante para varias personas que cursan por un momento difícil así que les recomiendo que lo lean cuidadosamente, si la lectura les resulta pesada o incomoda dense un momento, lo primordial es que se sientan comodxs.

A partir de este capítulo la historia se desarrollará en el pasado, cuando haya el cambio al presente colocare marcas. Este segmento podría resultar chocante para algunos así que como siempre les recomiendo discreción, si es necesario que dejen de leerlo por su salud háganlo.

Draco al escucharlo tenía una expresión que paso de la sorpresa al escepticismo, como si no creyera que el gran Harry Potter pudo haber estado en un psiquiátrico o siquiera pisarlo si no fuera para dar donaciones a los pobres enfermos mentales.

- Después de tu juicio no pude más, tuve... Tuve uno de "esos" – su tono era bajo, como si le costara demasiado trabajo hablar, sus ojos verdes continuaban perdidos en la pared como si viera algo que Draco no podría alcanzar a comprender.

- ¿Esos? -

- Un ataque de pánico - por primera vez en muchísimo rato sus ojos se encontraron y por primera vez en aún más tiempo Harry los llamo por su nombre.

Su mirada volvió a perderse en la pared, sintió un nudo en la garganta mientras comenzaba a relatar todo lo que había sucedido realmente después de los juicios abriéndose por primera vez ante otra persona. Porque por más que intento cubrir las memorias aun podía recordar lo que paso después de que Ginny se marchó del departamento.

El departamento se sentía tan asfixiante, las paredes parecían cada vez más pequeñas, como si el espacio donde estaba se fuese cerrando un centímetro más con cada segundo que pasaba, enviando a su cuerpo señales confusas, de huida y de pelea, sus músculos estaban tan tensos que el solo respirar adecuadamente era difícil, las palabras de Ginny se repetían en su mente como si aun pudiese escucharla, como si aun estuviera a su lado.

Tomando todo el aire que le fue posible comenzó a meter ropa en una maleta, tenía que irse, su cerebro le decía que debía irse, aún no sabía a dónde, pero debía irse, esa era la única idea verdaderamente clara entre el caos que era su mente.

Fue en menos de una hora que tuvo todo empacado y el departamento estaba tan silencioso, no se sentía cálido como días anteriores, se sentía extraño, frio, lejano, con algo de prisa en un intento de alejar aquellas desagradables sensaciones conjuro un patronus y le envió un mensaje a Hermione.

- Debo viajar, cuando llegue les avisaré mi dirección, tranquilos, estoy bien - lo último era una mentira, estaba sintiéndose horrible, millones de veces horrible, el cuerpo lo sentía tan tenso que dolía, era difícil respirar y su corazón bombeaba rápidamente sangre a través de sus venas.

Cuando salió de su edificio volvió a sentir la pesadez en el pecho, dolorosa mas no incapacitante, no sabía dónde ir, un nerviosismo se apoderaba de su cuerpo recorriendo desde la punta de sus dedos hasta instalarse en su pecho juntándose con la pesadez y el latido acelerado de su corazón, vio a ambos lados de la calle como si alguien lo persiguiera, como si alguien estuviera vigilándolo, ¿Cuánto tardaría el Ministerio en darle un traslador? Seguramente demasiado y las preguntas... Merlín harían demasiadas preguntas.

- Cómo sea – soltó un suspiro intentando alejar la idea de ser cuestionado, detuvo un taxi y subió de inmediato con su maleta transfigurada en una más pequeña para que sea fácil sujetarla solo con una mano.

- ¿Dónde? -

- Al aeropuerto - el taxi se puso en marcha y Harry no quiso ver atrás, sentía un dolor en la nuca, cómo si lo hubiesen golpeado, intento relajar los músculos de su cuello, pero era una tarea casi imposible, las luces de la calle alejaban la oscuridad de la noche, intento enfocarse en lo que sucedía al otro lado del taxi, pero era difícil.

Su mente trabajaba más que un auto en medio del rally, pensaba en qué dirían los Weasley, que haría con los juicios, cómo arreglaría las cosas con Ginny, ¿Podría arreglarlas?, ¿Cómo sacaría a Malfoy de Azkaban? ¿Habría modo? Oh Merlin, la señora Malfoy, ella lo odiaría tanto por eso, ella había salvado su vida y el no pudo salvar la de su hijo.

- Llegamos - la voz del taxista detuvo sus pensamientos, le entrego un billete y salió del taxi ignorando que el taxista le decía que era más de lo que costaba la carrera.

Harry camino lo más rápido que pudo hacia el primer mostrador que vio, el aeropuerto no estaba altamente transitado como otras veces, lo cual le resulto de algún modo agradable.

- Buenas noches, ¿Cómo puedo ayudarlo? - pregunto la encargada con una sonrisa cálida.

- Yo eh... - sintió la garganta seca, maldición sentía de nuevo "eso" apoderarse de él - Necesito tomar un vuelo, cualquiera, el primero que salga – dijo rápidamente rogando por que la sensación desaparezca, la chica asintió con la cabeza sin quitar su sonrisa y comenzó a teclear en su computadora.

- Tenemos un vuelo a Los Angeles, California Estados Unidos, solo queda en clase ejecutiva - volvió a teclear - el siguiente es en una hora a Miami, Florida con clase estándar -

- Si California como sea - respondió Harry dejando caer su maleta en el suelo para buscar dinero en sus bolsillos.

- Serían 4000 libras, ¿Desea pagar con tarjeta? -

- Efectivo - respondió mientras dejaba los billetes en el mostrador

- Está bien señor necesitaré su nombre, su identificación y su pasaporte por favor - Harry mordió el lado interno de su mejilla, no tenía pasaporte, nunca lo tuvo, tampoco pensó en sacar uno por que durante muchos años había pasado enfocado en sobrevivir ya sea con sus tíos o al Lord Tenebroso que iba tras su cabeza, alejando los recuerdos de su adolescencia se obligó a pensar rápido y pidió disculpas mentalmente antes de realizar movimiento rápido con el que lanzó un confundus a la señorita del mostrador y se inclinó lo suficiente para que lo escuchará.

- No será necesario, ya reviso mi nombre, revise Harry James Potter Evans - la chica tenía la mirada perdida, asintió levemente y comenzó a teclear, de repente parpadeo confundida y dio otra mirada a la pantalla.

- Ah sí, aquí está señor Potter - tecleo algo más y Harry escucho la impresora funcionar - aquí tiene su boleto, puede pasar a check in y luego a abordaje por puerta 5 -

- Gracias - tomo el boleto y pateó a la parte de su consciencia que le recriminaba el haber hechizado a la encargada, camino rápido hacia check in y tras dejar su maleta fue dando grandes zancadas a la puerta N 5, no quería levantar sospechas si se ponía a correr.

- Buenas noches, boleto y pasaporte por favor - pidió el encargado de seguridad, Harry reviso rápidamente sus alrededores y volvió a lanzar un confundus.

- Tengo prisa y es clase ejecutiva - le entrego el boleto, el encargado tenía la mirada perdida, reviso el boleto brevemente antes de asentir con la cabeza.

- Claro, tenga buen viaje -

- Gracias - apenas lo dejo pasar Harry camino hacia la sala de inspección, mientras colocaba su cinturón en una bandeja para pasar por el arco de detección de metales no pudo evitar sentirse mal por haber usado magia en muggles.

No es que sea su primera vez rompiendo el estatuto mágico, solo que las anteriores veces habían sido en defensa propia, esta… ¿Podía siquiera ser considerado un buen acto?

Con una sensación desagradable después de obtener permiso de los guardias de seguridad continúo caminando por el pasillo que lo conducía a abordar el avión.

En el ingreso un par de azafatas lo saludaron atentamente y una lo guío hacia su asiento.

Harry se sintió realmente agradecido cuando vio que su asiento era único, tenía una cortina que podía evitar que alguien lo moleste y una maravillosa vista por la ventana de la pista de aterrizaje.

Su mente opto por distraerse con el pasto creciendo alrededor de la pista, pensando en cómo esos hierbajos estarían acostumbrados a los fuertes vientos que producían las turbinas de los aviones, solo escucho realmente cuando el capitán les pidió abrocharse los cinturones. Su mente considero que el momento en que el avión comenzó a avanzar era el oportuno para recriminarle que estaba huyendo, pero ¿De qué?

Un nudo se instalo en su garganta mientras sentía como el avión despegaba, no es que tuviera miedo a las alturas, había pasado años volando en escoba, es que no podía describir como se sentía en ese momento, además la jaqueca que comenzaba a instalarse en la parte trasera de su cabeza no mejoraba la situación.

- Buenas noches señor, ¿Desea algo? - pregunto una azafata una vez el capitán dio orden de quitarse los cinturones, la voz dulce de la chica sobresalto un poco a Harry.

- Ah sí, me preguntaba, ¿Podría traerme algo para dormir? ¿Y algo para la jaqueca? -

- Claro señor enseguida regreso - sin quitar su sonrisa la azafata se marchó, regresando poco después con una manta de viaje y una bandeja que contenía agua y dos pastillas - está le ayudará a dormir - era una blanca - y está con la jaqueca - era una amarilla.

- Magnífico, gracias eso sería todo por el momento - la chica asintió y enderezó

- ¿Desea que corra las cortinas para más privacidad? -

- Si, gracias - la chica cerro las cortinas y Harry engulló ambas pastillas de inmediato.

No pasó mucho antes de sentir el efecto de ambas, recostó su cabeza otra el respaldar con la vista perdida en la oscuridad de las nubes, escuchando el ruido bajo de las turbinas, sus parpados pesaban cada vez más y una agradable sensación de relajación cubría su cuerpo mientras iba cayendo dormido.

Despertó ligeramente asustado debido a un toque suave en su brazo, sus ojos verdes sorprendidos enfocaron a la azafata que lo había tocado, recordándose que no estaba en el Bosque de Dean y la Guerra acabado, recordando que solo había tenido otra pesadilla como todas las veces que cerraba los ojos.

- Señor abróchese el cinturón por favor tenemos un poco de turbulencia - Harry asintió y ajusto su cinturón, se sentía tan cansado.

No es que durmiera realmente bien después de la guerra, era todo lo opuesto, todas las noches, sin excepción, tenía pesadillas, revivía la pelea final, la muerte de Lupin, Tonks, la mordedura de Bill, todo era tan vivido que lo despertaba en medio de la noche sudando frio, como cuando sonaba con algo que hacía Voldemort, solo que él sabía que las pesadillas habían sido reales, Ginny siempre insistía en que debía tomar algo que le ayude a dormir, Harry respondía que estaba bien, que podía con las pesadillas, que no necesitaba ayuda desatando más peleas de las que Harry realmente podía y quería recordar.

No supo cómo volvió a caer dormido, pero la siguiente vez que despertó fue cuando soñó con la mansión Malfoy, como Hermione gritaba de dolor mientras la torturaban, la pesadilla se sentía tan vivida que le pareció que aun podía escuchar el grito desgarrador de su amiga.

- ¿Todo bien señor? - pregunto la azafata al notarlo agitado, Harry logro asentir con la cabeza y quiso limpiarse el sudor frío de su frente - ¿Desea que le traiga su comida? - Harry vio por la ventana, ya era de día, las nubes se veían tan blancas - Tenemos pollo asado con patatas o filete migñon -

- El pollo está bien - intento componerse lo mejor que pudo, logrando sacar una media sonrisa y vio marchar a la azafata, tras un par de minutos la vio regresar con una bandeja en manos, con el pollo aún humeante lo coloco en la mesa que se desplegó delante suyo - gracias - murmuró cuando la azafata dejo la comida.

- ¿Desea alguna bebida? -

- No, está bien, gracias - la joven asintió y se retiró, Harry comenzó a comer el pollo sin muchas ganas realmente, podía sentir aun el malestar en su estomago por la pesadilla junto al sudor frio que recorría su espalda.

Fue aproximadamente 15 minutos después que sintió como el pollo luchaba por ser liberado, Harry se incorporó con prisa y salió corriendo por el pasillo hacia el baño terminando vomitando absolutamente todo lo que había comido, se sentía aún peor que cuando abordo el avión, enjuago su boca con un poco de agua sintiendo su cuerpo tembloroso y su espalda mojada por el sudor, escucho como tocaban la puerta suavemente y giro la cabeza solo un poco.

- ¿Se encuentra bien? - pregunto la azafata que lo esperaba fuera del baño

- Si, solo, solo tuve algo de náuseas – giro de nuevo la cabeza para ver su reflejo en el pequeño espejo que estaba por encima del lavabo, estaba extremadamente pálido y sus ojos estaban vidriosos por las lagrimas derramadas producto del esfuerzo.

- Le llevaré algo de agua y un medicamento para las náuseas - Harry asintió, tomo una bocanada de aire y salió del baño, vio como la azafata iba al otro lado del pasillo y lentamente regreso a su asiento, tiempo después regreso la misma azafata con agua y otra pastilla.

Fue varios minutos después de tomar la pastilla que se sintió mucho mejor, mientras veía por la ventana Harry sentía que el tiempo pasaba lento, su mente decidió que era un buen momento para preguntarse ¿Qué demonios les diría a los Weasley, ¿Dónde estaría Ginny? ¿Estaría bien? ¿Lo odiaría? Harry supuso que no podría culparla por odiarlo, él también se odiaba en cierto modo.

- Estimados pasajeros abrochen sus cinturones estamos a punto de aterrizar, si ven por el lado izquierdo podrán ver la ciudad de Los Angeles, California Estados Unidos, el clima es de 30 grados centígrados, la calidad del aire es óptima para salir a dar un paseo, espero que hayan disfrutado de la atención que les fue brindada - Harry vio discretamente hacia abajo, un montón de edificios y construcciones se extendía por debajo.

Abrochó su cinturón y continúo viendo la ciudad, con un suave bamboleo Harry sintió como el avión iba aterrizando, acercándolo cada vez más al suelo.

Cuando aterrizaron le tomo un par de minutos incorporarse, reunir el coraje que le fue posible y bajar del avión, mientras esperaba su maleta se preguntaba ¿Qué demonios haría?, estaba en una ciudad que no conocía en absoluto, con algo de dinero y un miedo a lo desconocido recorrió su cuerpo de inmediato.

- ¿Taxi? - pregunto un hombre que lo intercepto al verlo salir del aeropuerto, su acento americano realmente marcado le recordó a Harry que realmente había decidido huir de Londres, el pelinegro vio a su alrededor y asintió con la cabeza.

- Solo tengo libras -

- Ah, claro, vaya por ahí hay una casa de cambios - señaló una tienda detrás de Harry y el camino en esa dirección encontrando la tienda rápidamente, tras cambiar todo su dinero disponible pensó en cuanto tiempo duraría con eso, regreso donde dejó al conductor de taxi y alzó la mano con los dólares en ella - ¿A dónde? - pregunto cuando ambos subieron al auto, el sol brillaba con demasiada intensidad logrando que el ambiente se sintiera demasiado cálido, Harry se quitó la chaqueta y la doblo encima de su regazo bajo la ventanilla para sentir el viento soplando en un intento de refrescarse.

- A un hotel, económico - el chófer asintió y puso el auto en marcha.

- ¿Primera vez en LA? -

- En América - corrigió Harry sin quitar la vista del camino.

- Oh eso es magnífico, ¿Vino por turismo? -

- Algo así - el hombre tenía un aspecto muy agradable y amable, pero Harry realmente no tenia muchas ganas de hablar.

- Entonces debería tener una buena experiencia, detrás de mi asiento tengo algunos folletos para turistas, tome uno si quiere - Harry tomo uno por cortesía y comenzó a hojearlo, realmente no estaba leyendo, pero le ayudaba a distraer su mente del montón de preguntas a las que constantemente quería llevarlo - llegamos – informo el hombre al detener el auto, a su derecha Harry vio la fachada de un hotel, parecia bastante antiguo con la fachada de piedra con un letrero "Freehand hotel" escrito en letras rojas y curveadas - es barato dentro de todo y bastante bueno, además queda cerca de varias cosas -

- Gracias - Harry vio el taxímetro y saco suficiente dinero - tome - entrego el dinero, tomo su bolso y salió del taxi.

- Disfrute Los Angeles - le deseo el taxista con una sonrisa amigable antes de arrancar, Harry vio el hotel e ingreso directo hacia el mostrador, había mucha gente entrando y saliendo.

- Buenos días ¿En qué puedo ayudarlo? - saludo una chica rubia con una sonrisa jovial.

- Una habitación para uno por favor - saco su identificación - a este nombre -

- claro, Señor Potter, ¿Desea una con vista a la calle? -

- Si, estará bien - la chica tecleo en su computadora y le devolvió su identificación.

- ¿Cuánto tiempo desea quedarse? - Harry pensó en el dinero que llevaba.

- Dos días -

- Serían 180 dólares, ¿Desea pagar con efectivo o tarjeta? -

- efectivo - dejo 200 dólares en el mostrador y la chica le devolvió 20 junto con una tarjeta azul oscuro.

- Aquí tiene su cambio y su tarjeta, ¿Desea que le ayuden con su equipaje? -

- No es necesario, gracias -

- Comprendo, su habitación es la 11B del segundo piso, disfrute su estadía -

Harry asintió y camino hacia el elevador, subió junto con dos turistas y un hombre de traje que seguramente estaba por negocios, decidido no prestarle atención a ninguno enfocándose en los números que cambiaban en la pequeña pantalla por encima de las puertas de metal, bajo en el segundo piso y camino hacia su habitación.

Una vez dentro sintió demasiado sueño, como si no hubiese cerrado los ojos en días, su estómago también rugía por comida, pero el recuerdo del pollo a medio digerir continuaba en su mente.

El resto del día durmió, o eso intento al menos, no sabía que hacer, tenía solo 500 dólares más en el bolsillo, lo suficiente para un par de días en Los Angeles pero quizá no lo suficiente para regresar a Londres.

¿Qué debería hacer? ¿Regresar a Londres? ¿Decirle a la presidencia americana que había cometido un error y que le habiliten un traslador a Londres? Nadie tomaba un avión por error, ni se instalaba en un hotel por error.

Salió de la habitación por la noche cuando una mujer encargada de la limpieza le pidió ingresar, no era necesario que abandone la habitación, pero el considero mejor hacerlo de ese modo también podría aprovechar en buscar algo de comida, fue hasta el restaurante que estaba en la planta baja del hotel y pidió algo sencillo, un filete bien cocido con algunas verduras, aun cuando el recuerdo del pollo seguía vigente decidió obligarse a tragar cada bocado, pero sin disfrutarlo realmente.

En silencio examinó el restaurante, estaba relativamente lleno, algunas familias, algunas parejas, algunos grupos de hombres y mujeres de traje, ellos más cerca del fondo del restaurante, dónde las luces eran más bajas y había una barra junto con un bartender.

Harry se preguntó si sería adecuado beber algo, casi nunca bebía, pero desde la guerra descubrió que a veces el whisky de fuego le ayudaba a dormir mejor, quizá era eso o el tener a Ginny abrazándolo de una manera que lo hacia sentir seguro, aunque el nunca se lo dijo.

Pero ahora no había Ginny, no había whisky de fuego y Harry volvió a sentir el peso de sus decisiones en su cuerpo, volvió a sentir la presión pesando en sus hombros y la pregunta de qué demonios haría regreso a su cabeza.

Debía avisarle a la Presidencia Estadounidense que estaba en su territorio, era algo de cortesía internacional, no podía simplemente aparecer y rondar por ahí, pero eso significaría que harían muchas preguntas, Merlín estaba cansado de responder preguntas.

Fue así que sin una gota de alcohol en su sangre y sin saber realmente que hacer regreso a su habitación, a dormir, o al menos intentarlo.

No habían pasado muchas horas hasta que las pesadillas regresaron, esta vez era una realmente elaborada, dónde veía morir a Hermione y a Ron, dónde veía como Voldemort torturaba a los Weasley, no había pasado, intentaba repetirse, pero todo era tan vivido que era difícil convencerse de que sus amigos estaban vivos, en especial en esos momentos donde no los había contactado.

Termino despertando a las 4 de la madrugada, con el sonido de las bocinas por fuera de su cuarto y un sudor frío bañándolo.

Las náuseas regresaron obligándolo a correr hacia el baño para vomitar toda su cena en el retrete, su estómago se sentía cada vez más molesto y amenazaba con iniciar una revolución, intento calmar el temblor de su cuerpo tomando una ducha tibia, el vapor empañando el baño le daba cierta privacidad.

- ¿Que voy a hacer? - se preguntó mientras pasaba las manos por su cuero cabelludo, tirando de su cabello con fuerza, dejo caer la frente contra la pared del baño y sintió las gotas de agua caer por su espalda, quería llorar, realmente quería deshacerse en llanto.

Pero ninguna lagrima salió de sus ojos y se obligó a "estar bien", como siempre lo hacía, salió de la ducha, se vistió y salió del hotel.

Recorrió varias calles de Los Angeles, en algunas había más desamparados que en otras, y pensó, la vida podría ser peor, podría estar en la calle rogando por algo de dinero, pero otra parte le decía que no, que su vida ya era horrible y que era egoísta compararse con otras personas, lo cual solo lo llevo a sentirse aun peor.

Paso gran parte del día en un parque viendo a la gente divertirse, reír, ejercitarse, el sol que brillaba con fuerte le parecía tan opaco que todas las escenas que aparentemente eran alegres le parecían grises y carentes de vida. Regreso al hotel por la noche con apenas un hot dog en el estómago, sintiendo como también sus tripas se unían a la revolución del general estómago, gruñendo por qué sus demandas sean atendidas y reciban un poco de nutrientes.

Por suerte la cena era ensalada cesar, mientras Harry picoteaba su ensalada esperando tener algo de apetito, no pudo evitar ver la barra del bar donde había menos gente que el día anterior.

De repente fue consciente de que debía irse, solo había pagado por dos noches, al día siguiente tendría que marcharse, y ¿Que haría? El peso de su vida regreso encima de sus hombros, la idea de tener que hacer algo, ya sea quedarse, ya sea irse, rondo su cabeza causándole otra sensación desagradable en el estomago como si se mezclara con la falta de alimento, irónicamente obligándolo a rechazar la ensalada Cesar.

- Cómo sea - murmuró cansado del peso, de pensar, de todo.

Dejando su ensalada intacta, tan solo revuelta, camino al bar donde pidió un trago tras otro, durante horas, sin hablar con el barman más que para decir "otro".

- Señor creo que debería regresar a su habitación - le dijo el barman tras negarle su... No sabía cuál, trago de la noche. Harry se sentía mareado y extremadamente relajado.

- Solo dame otro - hablaba ahogado, su vista se nublaba cada tanto y sentía su cuerpo tambalear.

- Señor fue suficiente, vamos a cerrar - Harry chasqueo la lengua y se incorporó sin lograr verlo, sosteniéndose de la barra para dejar de tambalear.

- Bien - saco tres billetes de 100 de su bolsillo y los dejo en el mostrador, escucho al bartender decir que eso era demasiado, pero decidió ignorarlo.

Con pasos descoordinados logro salir del hotel, la avenida era tan bulliciosa y llena de luces que continúo caminando con tal de no sentir que las luces lo molestaban, su cabeza se sentía tan mareada, no podía pensar en nada en concreto por lo que supuso que nada tenía sentido.

No tenía sentido la Guerra, ni Ron, Ni Hermione, Ni Ginny, ni sus pesadillas, nada tenía sentido.

Camino durante varios minutos, chocando con gente y basureros, realmente no sabía dónde estaba y todo se veía tan borroso, por suerte estaba silencioso, esa calle estaba tan silenciosa.

- Dame todo tu dinero – alguien se le cruzó por delante con una navaja en mano, ya que Harry supuso que era una por como la luz se reflejaba en la hoja, su mirada no lograba enfocar a quien sea que le haya hablado y de algún modo le pareció divertido encontrarse en ese estado, con una sonrisa en su rostro metió la mano en su bolsillo.

- tómalo - le arrojó el dinero y continúo caminando como si no le importara nada, el hombre se apresuró a recoger todos los billetes y lo dejo seguir avanzando.

Harry caminaba y caminaba, sentía su cuerpo tan ligero, su cerebro había dejado de sentirse mareado, supuso que el alcohol iba lentamente abandonando su sistema dejando que su mente pueda pensar mejor.

Iba cruzando la calle cuando vio un par de luces dejarlo aún más ciego por un segundo, cuando sus ojos se acostumbraron logro ver un bus acercándose a toda velocidad.

Mientras sus ojos veían al frente su mente pensaba, si nada tenía sentido, entonces... ¿Por qué esquivar el bus?

Extendió los brazos antes de sentir el impacto en todo su cuerpo.

Hola

Bueno ya vieron las advertencias. Para quien haya experimentado uno o más ataques de pánico, estas bien, estas segurx, busca ayuda cuando lo necesites, está bien buscar ayuda, por que tú eres importante.

Hasta la siguiente ^^