Capítulo 17
El chico frente a Harry lo miraba fijamente, sin dejar de sonreír y el pelinegro podía sentir su corazón latiendo desesperado enviando señales de huida a su cerebro o quizá su cerebro era el que enviaba las señales.
- Soy Jay, de Jason, sin la J - Harry frunció el ceño pensando, ¿Sin la J? ¿Ason? ¿Ay? - Es broma - agrego al notar que no lo captaba, Harry alzo las cejas mientras sentía que su corazón regularizaba sus latidos - eres nuevo ¿Verdad? Soy tu agradable vecino - señaló su lado derecho e hizo un chasquido de lengua parecido a un click - ¿Eres mudo? – hablaba rápido y animado.
- No -
- ¿Entonces cuál es tu nombre? - el pelinegro lo pensó un par de segundos.
- James -
- ¡Genial! Nuestros nombres suenan casi iguales - Harry no sabía cómo podrían sonar similares, pero no quiso preguntar - Tu acento es distinto, ¿Eres de Boston? -
- Reino Unido - Jason o Jay soltó un silbido impresionado mientras hacia el cuerpo hacia atrás.
- Es un largo camino ¿No crees? Dime qué no fue por la comida, la comida aquí apesta – hizo una mueca de asco demasiado exagerada, Harry no quería decir nada de la comida, en realidad casi todo sabía mal para el - bien, ¿Desayunaste? Yo no, podemos ir juntos, el comedor está por allá – hablo cambiando su expresión por una feliz y animada, Harry lo vio señalar el final del pasillo.
- Ok – murmuro sintiéndose aun confundido por el chico, salió de su cuarto intentando no tambalearse al caminar.
- Vaya realmente te sedaron - expreso Jay con una voz burlona - A mi igual, pero... Diablos, hoy es día de crepas, corre - Sin ninguna delicadeza tomo del brazo de Harry y lo llevo corriendo hasta el final del pasillo.
Tras unas puertas movedizas había un comedor bastante amplio con varias mesas distribuidas alrededor, Harry sentía las piernas como gelatina y rogaba internamente porque no cedan ante su peso apenas vio una silla libre corrió a sentarse, soltando un suspiro bajo de alivio vio como un plato de crepas con chocolate apareció frente a él, sin esperar invitación Jay tomo asiento delante suyo con la respiración aún agitada.
- ¿Y bien? - engulló una de sus crepas sin la más mínima delicadeza y hablo con la boca aún llena - ¿Qué hiciste? - sus ojos cafés lo miraban fijo brillantes de curiosidad y su sonrisa no desaparecía, Harry bajo la mirada sin querer responder - Yo intenté volar sin escoba - Harry alzo mirada intrigado - Quizá no fue buena idea hacerlo semi desnudo y creyendo que podría levitarme a tiempo - Encogió sus hombros restándole importancia - siempre me sucede, mi cerebro dice hazlo Jay hazlo y termino creyéndome Superman - soltó una risa como si hubiese dicho algo realmente gracioso - Algo normal en la vida de un bipolar supongo - dio un largo sorbo a su taza llena de chocolate - ¿Vas a comerte esos? - señaló los crepes y Harry le dio un suave empujón al plato de sus crepas - gracias – al atrapar el plato sonrió aún más, si era acaso posible, y continuo comiendo, Harry dio un sorbo a su chocolate sintiendo la amargura de líquido, al menos estaba tibio.
- Intenté que me impacte... Bueno, me atropello un... Flash - Harry bajo la mirada avergonzado esperando las críticas o el "¿Por qué lo hiciste?" con un tono de reproche, pero solo escucho un silbido agudo y algo bajo.
- Woah, realmente debes estar hecho de titanio, a mí nunca me atropello un Flash, pero si un camión de carga, dolió como el infierno – alzo el brazo lo suficiente para que la manga de su pijama se deslice mostrando su antebrazo izquierdo dónde una larga cicatriz se exhibía - diez puntadas por qué me atendieron en un hospital muggle - volvió a bajar la manga de su antebrazo y dio otro gran sorbo a su chocolate - Cuando fui al hospital Harrison me dijeron que solo podrían curar mis heridas internas, me tuve que quedar con la cicatriz -
- ¿No te molesta? - Jay se encogió de hombros.
- Al principio picaba, ahora me recuerda que no es buena idea ser el príncipe de los gatos, llevándolos a la batalla contra la jauría de perros del vecindario, al menos no a las 4 de la madrugada - soltó una risita, Harry dio el último sorbo a su chocolate y dejo la taza encima de la mesa - Bien, vamos, seré tu guía – sin darle tiempo a hablar tomo su brazo y lo obligó a incorporarse tirando de él hasta que salieron del comedor - ya conociste el comedor, este es el pasillo del maravilloso piso escoba -
- ¿Escoba? -
- Si, por qué todos estamos volados - con su mano simuló un avión e hizo el sonido de uno, Harry quiso reír, pero se sentía muy distraído para que la risa salga - no importa, eventualmente te reirás, te bajarán la meditación - agito la mano en el aire como si le quitará importancia - bueno ya conoces los brazaletes - mostró el suyo - ¿Te dijeron todo lo que hacen? -
- Evitan que los muggles nos vean o nos escuchen y pueden llamar enfermeros -
- ¿Muggles? - por primera vez Jay parecía confundido, tenía la cabeza ladeada inclusive mientras sus cejas se arrugaban.
- Personas no mágicas - Jay hizo una "o" con la boca a la par que alzaba sus cejas y asintió rápidamente con la cabeza.
- Ya comprendo, nosotros les decimos nomags pero muggle suena mejor supongo - encogió sus hombros - y si, eso es básicamente lo que hacen pero también son GPS, saben exactamente dónde estamos ya sabes en caso de fuga - Harry noto que llegaron al borde de las escaleras - Los brazaletes de los doctores o enfermeras activan las puertas, el ascensor y la puerta principal - giro para ver al pelinegro - además de unas cuantas funciones especiales, por ejemplo, para un suicida estas escaleras lucirían como un pavo recién hecho en día de gracias, pero en realidad no puedes hacer nada -
- ¿Eh? -
- Si, si intentas lanzarte, levitaras y te sujetaras a la baranda - Harry frunció el ceño sin comprender como eso sería posible - Te enseñaré - sin previo aviso y con una sonrisa se dejó caer de espaldas, Harry sintió que su alma bajaba a sus pies, dio un paso al frente con las piernas aun temblorosas, dispuesto a sujetarlo cuando vio que Jay levitaba y su mano con el brazalete se sujetaba del barandal, dejo de levitar cuando se enderezó - ¿Te asustaste? – pregunto con una sonrisa en su rostro.
- Pensé que caerías - admitió sintiéndose más relajado, Jay emitió una risa divertida y negó con la cabeza.
- Es a prueba de suicidas - sacudió su brazalete como presumiendolo - también si por alguna razón consigues algo filoso e intentas cortarte, te aplica un sedante, podría mostrártelo, pero – comenzó a enumerar con sus dedos - a) no me gusta estar sedado cuando estoy maníaco y b) ya cumplí la cuota de intentos de suicidio por hoy -
- Intentos... -
- Ah sí, si intentas lanzarte de las gradas o algo que atente a tu seguridad o la de otra, la pulsera le informa al enfermero más cercano, revisan tus signos vitales y si vuelve a suceder aparece la tropa alfa -
- ¿Tropa alfa? – Jay chasqueo los dedos formando una pistola con el dedo índice y pulgar.
- Así es, los alfa son los enfermeros más grandes que podrás ver - intento hacer una imitación de alguien gigante alzando los hombros e inflando el pecho, pero solo se veía cómico siendo el tan delgado - te reducirán y estarás disfrutando de un delicioso cóctel de sedantes por unos días - volvió a encogerse de hombros sin dejar de sonreír, Jay parecía saber muchas cosas - tuve muchas internaciones – añadió como si pudiera leer sus pensamientos, movió la mano quitándole importancia - bien vamos al patio - comenzó a bajar las gradas con Harry a un lado controlando el temblor de sus piernas, en el piso de abajo pudo ver un grupo de personas mirando el suelo - este es el piso de los drogadictos, la mayoría son muggles, quizá encuentres alguno que otro mago, pero son muggles, son inofensivos, la mayor parte del tiempo, pero si alguno te agarra el brazo pidiéndote heroína o alguna cosa similar, solo llama a un enfermero - continuaron bajando las gradas, el segundo piso estaba desierto y se podían escuchar gritos de una habitación - Esquizos - hablo Jay - todos son muggles, los esquizos tienen alucinaciones o algo así, ven u oyen cosas que no están, la mayoría están sedados y algunos otros están lo suficientemente medicados para que les den el alta pero sus familiares no vienen - encogió sus hombros como si no le pareciera importante - el de los gritos es Erwin, es muggle, su familia lo abandonó hace años, no responde al tratamiento muggle, los docs magos hablaron con los docs muggles para intentar darle pociones pero solo lo mantiene tranquilo unas horas, generalmente grita por el día hasta que se cansa, antes lo hacía por la noche también, era un martirio por qué lo escuchábamos en el piso de arriba, eventualmente insonorizaron nuestro piso y le dieron las pociones de noche - otro grito volvió a sonar y Harry sintió pena por el hombre que ni siquiera había visto, continuaron bajando las gradas, el primer piso tenia un fuerte olor a orín y desechos humanos - El de los dementes, verás a alguno que otro mago pero son muy pocos, la mayoría son ancianos con demencia o simplemente abandonados, si me preguntas, los hijos somos una mierda - Harry sintió aún más pena y continuaron bajando, la planta baja estaba vacía, excepto por una persona al final del pasillo, con la cabeza en una esquina, agazapado contra sí mismo, moviendo sus manos pero Harry no alcanzaba a ver que estaba haciendo - ugh siempre hay uno de esos - Jay sonaba realmente asqueado - Aquí están los retrasados, antes habían dos magos aquí, ahora solo es Caroline, sé que no debería llamarlos retrasados pero lo son - señaló con su mano al hombre que estaba en la esquina - son los que nacieron mal de la cabeza, no psicológicamente, físicamente o a los que les reventaron el coco, cualquiera de las dos maneras, su cerebro no funciona lo suficientemente bien, el por ejemplo – señalo al hombre con la barbilla - le gusta comer sus heces - Harry sintió el fuerte olor de las heces y sintió náuseas - ven por acá - tiro de su brazo y lo llevo fuera del edificio hacia un jardín que Harry solo había visto a través de su ventana, uno que estaba rodeado por un muro pero era bastante amplio.
- ¿No deberían detenerlo? - pregunto Harry sintiendo el aire fresco llenar sus fosas nasales reemplazando el nauseabundo olor previo.
- Es un muggle, ellos tienen su propio personal, aunque a la mayor parte no les importa, los nuestros intentaron ayudar una vez, fue tremendo caos - soltó una risa como si de solo recordarlo le alegrara el dia.
- Que pasa si uno de ellos... Ya sabes, se accidenta en las gradas -
- Lo llevan a emergencias, lo curan, lo vendan y lo traen de nuevo, los muggles no quieren nuestra ayuda, además, ¿Te imaginas un esquizo volando? - soltó una risa burlona y negó con la cabeza - Los doctores pensaran que ellos también están locos - Harry considero que eso era cierto.
- ¿Por qué hay esos muros? - pregunto sintiéndose más tranquilo.
- Oh, es para evitar que nos escapemos, si intentas saltarlo se hará cada vez más grande hasta que caigas y aterrices suavemente en el suelo - Jay sonaba como si ya lo hubiese intentado - Lo intenté una vez, solo hice mucho ejercicio, demonios estoy hambriento de nuevo, brazalete ¿Qué hora es? - pregunto a la nada.
- Son las 10:34 de la mañana - respondió una voz robótica proveniente de su brazalete asustando un poco a Harry.
- Genial, dos horas más para el almuerzo, cómo sea - bajo el brazo - vamos a caminar, me gustaría correr, pero no lo recomiendo, una vez un enfermero pensó que estaba huyendo, su primer día, me tacleo como si fuese alguien de los Broncos de Denver - hizo un escalofrío y sacudió la cabeza - cuando claramente yo soy de los Bolts -
- ¿Quienes? -
- Futbol americano - movió la mano quitándole importancia - el punto es que no te recomiendo ir corriendo por ahí - Harry vio los árboles, sus hojas se movían con el viento, rasco su barba distraídamente - Te gusta el look de leñador ¿eh? -
- ¿Eh? - Jay señaló su barbilla - Ah no, solo... Llevaba muchos días internado, no podía rasurarme y no tengo la varita -
- Eso se puede solucionar - Jay lo guio a una caseta en el patio, antes de ellos dos estaban dos personas, uno vestido con pijama y otro con una chaqueta y jeans, ambos se fueron con helados en las manos - está es la caseta del patio, venden golosinas y también puedes pedirle una rasurada - en la caseta estaba una chica leyendo una historieta con la barbilla apoyada en su mano exhibiendo un brazalete celeste - hola Anne -
- Jay - respondió ella aburrida viéndolo de reojo.
- Quiero pedirte una rasurada para mi amigo - señalo al pelinegro y la chica con gesto aburrido agito su mano, Harry sintió algo fresco en la barbilla y tras tocarla sintió la suavidad de su piel - cool, gracias - la chica asintió y continuo con su lectura, Jay continuo caminando y Harry lo siguió observando de rato en rato su alrededor - Anne siempre podrá ayudarte con una rasurada aunque no te aconsejo el corte de pelo - se llevó una mano a un costado de la cabeza alzando sus rulos - no le salen bien - tenía un segmento rasurado que se cubría bastante bien con su cabello enrulado, bajo la mano lo suficiente para señalar algo adelante - vamos a los columpios – expreso animadamente ambos se acercaron y se sentaron balanceándose suavemente con sus pies rozando el suelo.
- ¿Los muggles nos ven? - pregunto recordando el hechizo desilusionador.
- Ah claro, nos ven cuando estamos en espacios comunes interactuando con otros, por ejemplo, nos vieron en la caseta y nos ven en los columpios, si no nos vieran y los columpios se movieran, pensarían que están más locos - soltó una risa y continúo balanceándose - por cierto, los días de visita son martes y jueves, de 8 a 12 y de 2 a 6, armas y comida están prohibidos - hizo una cruz con ambos brazos con un rostro que parecía serio, pero tenía los labios fruncidos como si aguantara la risa.
- No tengo nadie que me visite - murmuró Harry recordando sus amigos y como aun no los había contactado.
- Yo tampoco - Jay el tono que empleo era uno triste, pero no dejaba de sonreír y ver el horizonte.
Estuvieron balanceándose un par de minutos hasta que Jake se acercó lo suficiente para quedar frente a ambos chicos.
- ¿Que hay Jake? - saludo Jay extendiendo el brazo Jake choco los puños con él en un gesto amigable.
- ¿Todo bien Jay? – hablo con voz grave.
- Si ya sabes, intento crear mi propia secta, por el momento solo somos James y yo, pero somos optimistas - bromeó, Jake dejo escapar una risa por su broma y enfocó su mirada gris en Harry analizándolo por un par de segundos.
- La doctora lo espera – aviso con un tono calmado, Harry asintió con la cabeza y de un salto bajo del columpio sintiendo sus piernas algo débiles.
- Nos veremos después de la terapia James - le despidió Jay moviendo sus piernas como si fuese un niño pequeño Harry asintió con la cabeza y camino junto a Jake de regreso al edificio, el hombre que comía sus heces ya no estaba y tampoco el olor este último reemplazado por el olor del desinfectante lo cual Harry agradeció enormemente.
- Tomemos el ascensor - sugirió Jake caminando hacia las puertas metálicas, paso su brazalete por los botones y Harry comprendió la información de Jay, los brazaletes de los enfermeros y doctores tenían características distintas, ambos entraron a la caja metálica y las puertas se cerraron - desea que lo siga llamando Señor Potter o... -
- James o Harry estará bien - respondió el pelinegro de inmediato.
- Dígame Jake - Harry asintió con la cabeza sin decir una sola palabra más, cuando las puertas del ascensor volvieron a abrirse ambos salieron y regresaron a su habitación donde la doctora Meyers los esperaba.
Hola
Gracias a todas las personitas que leen la historia :D Manténganse sanos :)
Hasta la siguiente ^^
