Capítulo 21
Las gomitas nutritivas sin duda le resultaban más fáciles de aceptar a Harry eran dulces, suaves y no le dejaban esa sensación de incomoda pesadez en el estómago.
- Oh yo también tuve de esas - dijo Jay cuando lo vio masticar una - realmente las amé - continúo masticando sus patatas y la porción de pollo cocido que Harry había decidido entregarle - ¿Probaste el pollo frito? -
- Si, pero no el de aquí - Jay golpeó la mesa con sus palmas sorprendido, con sus cejas arqueadas y los ojos abiertos con sorpresa.
- ¿Nunca probaste uno del legendario coronel? - Harry negó con la cabeza lanzándole una mirada extrañada por su efusiva expresión - Debes probarlo, junto con una buena bebida, ya está, el primer balde va por mi cuenta – alzo el puño con un gesto triunfante.
Harry sonrió con cortesía, su estómago se encogió ante la sola idea de volver a ingerir pollo, pero no sé lo dijo a Jay ya que el castaño lucio demasiado feliz por querer enseñarle cosas nuevas.
Los tres días habían pasado, lo que significaba que volvería a ver a la doctora. Por la tarde su cuarto estaba tan sombrío por la ausencia de sol que Harry sintió que una nube gris se posaba encima de su cabeza, una como las que se podían ver por fuera de la ventana.
- Buenas tardes Harry -
- Doctora - tomo asiento frente a ella dejando que su mirada se pierda en el color gris de las nubes.
- ¿Cómo estuviste? -
- Sedado -
- ¿Qué tal dormiste? -
- Sin pesadillas -
- ¿Qué tal comiste? -
- Las gomas me ayudan, pero sigo odiando el pollo -
- Entiendo -
- ¿Vamos a hacer esto siempre? – pregunto girando la cabeza lo suficiente para encontrar sus ojos azules.
- ¿A qué te refieres? – pregunto con un tono suave.
- A qué usted me hace las mismas preguntas y yo le doy las mismas respuestas - la doctora sonrió formando esas arrugas a los costados de sus ojos.
- ¿Tienes alguna sugerencia? - Harry lo pensó un par de segundos mientras mordisqueaba distraído la uña de su pulgar sintiendo su piel humedecerse por su saliva.
- ¿Qué le parece si solo le digo que tengo tres respuestas comunes y listo? -
- Si tú lo deseas así, está bien - respondió con calma - ahora cuéntame acerca de tu quinto año - Harry trago saliva apartando la mirada de inmediato, clavándola en la pared que estaba cerca de la ventana, había tenido una sensación desagradable en el pecho durante todo el día con solo recordar que ahora tocaba contarle como fue su quinto año.
- Fue... – suspiro intentando relajarse para no volver a mordisquear sus uñas - no lo sé, Ron y Hermione no me mandaron cartas durante todo el verano y a mi primo y a mi nos atacó un Dementor -
- ¿Pudiste defenderte? -
- Tuve que hacerlo – hizo énfasis en la primera palabra - iba a matar a Dudley -
- Y quisiste salvarlo - Harry se encogió de hombros apartando de nuevo la mirada hacia la ventana.
- No lo odiaba lo suficiente para desear que muriera, pero eso solo me trajo problemas -
- ¿Por qué dices eso? -
- El ministerio decidió acusarme de uso indebido de la magia -
- Pero tú actuaste en defensa -
- Ja – rio con burla - pero eso no quería admitirlo el Ministerio, además ya tenía el antecedente de mi tía ya sabe la vez que la volví globo – hizo un ademan con las manos intentando formar un globo.
- Necesitaré que me expliques un poco más sobre eso Harry -
- ¿No es similar aquí? - pregunto girando para verla mientras alzaba una ceja - ¿Los menores pueden usar magia sin varita? -
- Tenemos un sistema que detecta cuando la varita es usada en situaciones extremas cómo el ataque de un Dementor -
- Nosotros no tenemos de esos – su tono fue levemente molesto, tras tomar una bocanada de aire se dijo que debía tranquilizarse.
- Comprendo, continúa -
- Bueno - suspiro apartando la mirada de nuevo, por más que la mirada de la doctora era tranquila él no podía verla a los ojos durante mucho tiempo sin sentirse expuesto y eso no le agradaba - después del ataque tuvieron que llevarme al Wizengamont, el jurado mágico, dónde un montón de magos y brujas que nunca había conocido decidieron si yo podía conservar mi varita o la romperían por haber violado la ley - soltó un bufido ante lo estúpido que sonaba.
- ¿Alguien te ayudo durante el juicio? -
- Oh sí, la señora Figg testificó a mi favor, era mi vecina y una squib, Dumbledore también intento ayudarme, pero él estaba distinto – sus labios se tornaron en una mueca con solo recordarlo.
- ¿Cómo? -
- Distante, casi no me veía y me hacía sentir que era el popo del perro - soltó una risa entre dientes intentando quitar la sensación de rechazo que invadió su mente - afortunadamente gané el juicio como puede ver, pero Fudge, el antiguo ministro, no estaba muy contento con eso, aun así, logré regresar con Sirius a su casa ancestral, intenté reclamarle el por qué no recibí una carta suya y me dijo que Dumbledore se lo había prohibido, lo mismo paso con Ron y Hermione -
- ¿Y cómo te sentiste con eso? -
- Horrible – suspiro mientras relajaba los hombros como si parte de una carga estuviera siendo liberada - pensé que por fin se dieron cuenta de que era mejor ser adolescentes normales que perseguir magos tenebrosos o huir de ellos - sacudió la cabeza alejando el pensamiento de sus amigos haciéndolo de lado - los ignore un par de días, pero eventualmente volvimos a hablar -
- ¿Intentaron hablar sobre el porqué de tu molestia? -
- Nosotros no hacemos eso – afirmo de inmediato.
- Ya veo, continúa -
- Bueno cuando regresamos a Hogwarts conocimos a otra chica, Luna, todo mundo decía que estaba lunática por qué hablaba de criaturas invisibles o de otras que aparentemente no existían -
- ¿Tú que pensaste de ella? -
- Que si yo hablaba de Voldemort y ella de nargles nos dejaba igual de lunáticos ante el mundo – ironizó con una sonrisa de lado - luego descubrí que ella solo era risueña y yo tenía mala suerte, ¿Usted conoce los nargles? -
- Los he visto si - respondió con simpleza - ¿Qué paso después? -
- Bueno, debido a la vacante en el cargo de profesor de defensa contra las artes oscuras el Ministerio nos asignó una maestra -
- Pensé que ese lugar lo ocupaba el señor Moody -
- Oh sí, solo que el año anterior había sido atacado por un mortífago y reemplazado, esa fue la razón por la que actuaba tan extraño, no era él, era Barthy Crouch Jr - respondió rápido - bueno, la nueva profesora era Dolores Umbridge - un escalofrío recorrió su cuerpo con desagrado.
- Puedo notar que ella no es de tu agrado -
- Para nada, era como un sapo rosado, no es que la juzgue por su apariencia, pero esa mujer era horrenda - tuvo otro escalofrío sacudiendo los hombros - ella comenzó a instaurar nuevas normas, era bastante estricta y enseñaba bastante mal, después de un desacuerdo con Dumbledore, él se marchó y el ministerio se encargó de colocarla como directora sustituta, un completo infierno, ¿Aquí el gobierno también interfiere en el colegio? -
- No, Ilvermorny tiene una junta directiva compuesta por varios magos o brujas con grandes contribuciones a la educación, si hay la ausencia de un director uno de ellos asume la posición -
- Cool, bueno en Hogwarts no fue así, Dumbledore era buscado y Umbridge no enseñaba nada, Hermione tuvo la idea de que aparentemente yo sería bueno enseñando -
- ¿Y que hicieron? -
- Fundamos un club de práctica, algo así, éramos el - una risa salió de su pecho, era como sé si riera de sí mismo - El Ejército de Dumbledore - volvió a reír ante el nombre - comencé a enseñarles a defenderse – carraspeo un poco para alejar la risa - con mi limitado conocimiento en hechizos de batalla, también comencé a salir con Cho -
- La señorita del año anterior -
- Sí, pero no duramos mucho, ella no podía besarme sin llorar y yo no podía evitar pensar en Cedric -
- Ambos tenían su duelo a su modo -
- ¿Así es como se llama? - alzo una ceja viéndola - bueno, terminamos, y su amiga decidió oportuno contarle sobre nuestro club a Umbridge, los clubs estaban prohibidos, andar en grupos estaba prohibido, todo lo que no sea respirar estaba prohibido, cuando el ejército de Umbridge nos encontró tuvimos una batalla bastante reñida -
- ¿Trabajadores del Ministerio? -
- Nah, solo Slytherin's liderados por Malfoy - con solo recordar al rubio sintió un vacío en el estómago - durante uno de los exámenes de fin de año los gemelos, hermanos de Ron, decidieron que era suficiente, tras explotar todos los exámenes salieron huyendo por lo grande del colegio, Hermione estaba horrorizada, yo encantado por los fuegos artificiales, pero entonces tuve una visión - apretó los puños contra sus rodillas - pude ver cómo Voldemort torturaba a Sirius en el Ministerio -
- ¿Qué hiciste entonces? -
- Reuní a mis amigos y les dije que debía ir por él, fue difícil salir de Hogwarts pero logramos llegar al ministerio, era tarde por la noche, estábamos en la sala de profecías cuando descubrimos que era una trampa, los Mortifagos nos atacaron, entre ellos Bellatrix Lestrange y Lucius Malfoy - aún podía recordarlos lanzándoles hechizos y los vidrios de las bolas de cristal volando por los aires - aparentemente Voldemort me manipuló para que viera lo que él quería y así él podría obtener la profecía sobre nuestra pelea - rio suavemente y su sonrisa rápidamente se transformó en una mueca - no había Sirius siendo torturado, pero pronto la Orden del Fénix llegó -
- Nunca los mencionaste antes, ¿Quiénes son ellos? -
- Eran un grupo de magos y brujas que habían prometido luchar contra Voldemort y los Mortifagos, dentro de ellos estaban Lupin, Tonks, Sirius y los Weasley -
- Ya veo, continúa -
- Después de que ellos llegaron lucharon con los mortifagos pero Sirius - la voz se le fue y fue consciente de que estaba llorando - Sirius murió, Bellatrix le lanzó un Avada y el... El cayó en el velo, un artefacto que conecta aparentemente con el más allá, el... El... - su respiración se fue agitando y su voz se tornó baja - fue mi culpa, si yo hubiese sido más fuerte, si yo lo hubiese contrarrestado - se sujetó la cabeza con fuerza con ambas manos mientras sollozaba - Sirius no hubiese tenido que salvarnos ni hubiese muerto, yo mate a Sirius - sintió una mano suave presionarse con fuerza contra su hombro.
- Harry no había manera de que descubrieras que la visión era una trampa - hablo la doctora-
- Si había, pude... – sollozo.
- No Harry, eras solo un chico, que había derrotado varias veces a Voldemort, sin una adecuada guía, sin un adecuado manejo de tus emociones, solo eras un chico que era sobresaliente en muchos aspectos pero que no tenía la madurez para diferenciarlo, no fue tu culpa - Harry continuo llorando entre sus manos durante un par de minutos hasta que pudo relajarse, la doctora había dejado de tocar su hombro y lo miraba en silencio, el pelinegro trago saliva y regreso la mirada a la ventana, estaba lloviendo
- Después de eso Fudge no pudo continuar negando que Voldemort había vuelto, todo mundo lo sabía ya, los Mortifagos fueron atrapados y los metieron a Azkaban y todo eso no iba a revivir a Sirius - clavo sus uñas en su rodilla sintiendo como su cerebro se distraía con el dolor, lo suficiente para evitar colapsar de nuevo, pero no lo suficiente para que las lagrimas continuaran cayendo por sus mejillas.
Noto como una caja de pañuelos flotaban a su lado y tomo varios para limpiar su rostro.
- Gracias – logro murmurar tras sonarse la nariz.
- De nada, veámonos en dos días Harry – propuso la doctora, Harry asintió con la cabeza mientras escuchaba como la mujer se ponía de pie – No fue tu culpa – murmuro tocando suavemente su hombro, Harry volvió a asentir con la cabeza incapaz de decir algo, cuando sintió como la mano de la doctora dejaba su hombro y la escuchaba caminar hacia la puerta inhalo cuanto aire pudo para intentar calmarse.
- No fue mi culpa – murmuro bajo, como si intentara convencerse de ello.
Hasta la siguiente ^^
