Capítulo 26

Hola. Como ya saben si coloco notas al inicio es por una advertencia.

En este capítulo habrá consumo de sustancias ilícitas, de ningún modo lo recomiendo ni lo fomento, recuerden esto es ficción y no deberían igualar las acciones aquí aplicadas. Lean con precaución.

Ese jueves era especialmente soleado, mientras la administración realizaba su papeleo Harry se perdió viendo el jardín viendo cada lugar como si fuese la última vez que fuera a verlo sintiéndose ligeramente nostálgico con solo ver los columpios donde solía pasar el rato con Jay.

Fue cerca del mediodía que Jay llegó, quedando atónito al verlo vestido con ropa común.

- ¿Harry? - pregunto como si le estuviese hablando a un espejismo, Harry sonrió y asintió con la cabeza - oh mierda amigo - de inmediato su rostro lleno de sorpresa cambio a una expresión de absoluta felicidad sin esperar un segundo más lo abrazo con fuerza quitándole el aliento - ¿estás...? – pregunto con duda cuando lo soltó.

- Si, me darán el alta, sorpresa - Jay río fuertemente, tan fuerte que lágrimas cayeron por las esquinas de sus ojos - Hey sin llorar - advirtió Harry señalándolo con un dedo intentando lucir serio, pero no podía contener las ganas de sonreír.

- Yo no estoy llorando, tu si - respondió limpiándose las lágrimas rápidamente.

- Chicos - llamo Jake con una sonrisa - toma Harry tus pertenencias y tú varita - le entrego ambas y luego sacudió el cabello del pelinegro - espero que se cuiden, saben que siempre estamos para servir -

- Oh Jake gracias podría besarte ahora mismo - exclamó Jay arrancándole una sonrisa al guapo enfermero.

- Ya váyanse, Harry ve por un corte de pelo por favor -

- Oh lo hará descuida lo hará - Jay lo tomo del cuello y comenzó a andar tirando de su amigo.

- Gracias Jake - soltó Harry viéndolo por el costado, el enfermo asintió con la cabeza antes de girar y regresar al edificio.

- Bien, lo primero es un corte de pelo – sacudió su cabello cariñosamente antes de continuar caminando - luego debemos comer dónde el coronel, ya comes pollo ¿verdad? -

- Podría intentarlo - respondió Harry con una sonrisa.

Durante el resto del día Jay lo llevo por distintos lugares, le hizo comer todo lo que Harry pudo aguantar y al finalizar fueron a su departamento, no era espacioso y el barrio parecía peligroso, pero tenía aire acondicionado.

- Bueno - Jay dio una palmada al aire llamando la atención del pelinegro - debo irme, hora de trabajar -

- Oh, perdona no quería interrumpir tu trabajo -

- Descuida, solo voy por las noches -

- ¿Es demasiado duro? – pregunto Harry con duda.

- Ayuda con las cuentas - respondió encogiendo los hombros, Harry se sintió mal por un instante ya que había pensado que su presencia incrementaría los gastos de Jay.

- Tengo dinero ¿Sabes? Me refiero a que... Podría hacer algunas transferencias desde Londres, tengo suficiente para ambos, para meses - Jay lo vio con las cejas alzadas y sonrió ampliamente.

- ¿Alguna vez trabajaste Harry? -

- No, no realmente - Jay asintió con la cabeza sin quitar su sonrisa.

- No trabajo por qué quiera sino por qué me distrae, evita que piense en toda la mierda que me pasa y aparte hago algo de dinero -

- Oh, no lo había visto de ese modo – murmuro pestañeando rápidamente.

- Eso es por qué nunca trabajaste – sacudió su cabello ahora corto y con un accio rápido invoco un par de chaquetas a su mano arrojándole una a Harry - Póntela iremos a trabajar - Harry alzo las cejas con duda, pero obedeció de todas maneras.

Una hora después ambos iban cargando un par de cajas hasta la bodega, Jay tenía razón, mientras su cuerpo hacia el suficiente esfuerzo para cargar las pesadas cajas su mente no lo atormentaba.

Cuando el sol iba naciendo en el horizonte ambos regresaron al departamento, con los cuerpos agotados se dejaron caer en el sofá.

- ¿Cuánto dinero dijiste que tenías? - bromeó Jay mientras dejaba caer la cabeza en el respaldar.

- Suficiente - respondió Harry adormilado, sus parpados pesaban demasiado para mantenerlos abiertos.

- Ja, creo que lo tomaré, pero me ofenderá muchísimo - un suave ronquido corto su broma, Harry había caído dormido, Jay lo observo con una sonrisa cariñosa antes de invocar una manta para taparlos a ambos acurrucarse cerca del pelinegro para dormir a su lado.

Cuando Harry despertó el departamento tenía un delicioso olor a panquecas con mantequilla sintiendo el vacío en su estómago producto del hambre decidido dejar que su olfato lo guie, tan solo siguiendo el agradable olor encontró a Jay en la cocina volteando una panqueca sin usar la espatula con bastante maestría.

- Hey - saludo mientras apagaba la estufa - el desayuno - dejo la panqueca cocida encima de una pila de panquecas que reposaban humeantes encima de un par de platos en la mesa.

- ¿Qué hora es? Brazalete ¿Qué hora es? - pregunto sin obtener respuesta de esa voz robótica frunció el ceño confundido y Jay soltó una risotada.

- Son las 2 de la tarde y ya no llevamos brazaletes, come - empujó un plato de panquecas en su dirección, Harry se sentó sintiendo el cuerpo demasiado pesado y comenzó a picar su comida - bueno ya que vamos a vivir juntos hay reglas - el pelinegro elevo la mirada - podemos salir de fiesta en fines de semana, no hay que faltar al trabajo, si traes a alguien ponle un hechizo insonorizante a tu habitación, tu habitación será la del lado derecho del corredor y la mía del izquierdo, tienes derecho a duchas de 15 minutos si te excedes o me excedo el otro tiene permiso para entrar al baño, el que tape el baño lo destapa ah y toda la comida se come, nada se desperdicia en esta casa -

- Son muchas reglas - balbuceo Harry sintiéndose aún adormilado.

- Si, pero te acostumbrarás, yo me encargaré de las comidas y si podemos compraremos comida, ah casi lo olvido, las sustancias están permitidas, pero evita las sobredosis -

- Nunca me drogue - confesó Harry, Jay soltó un silbido mientras sus dedos sostenían su taza de humeante café oscuro.

- Bien, si quieres podemos hacerlo el viernes, descuida yo estaré como conductor designado - bromeó y continúo comiendo.

El viernes por la noche Harry se sentía algo desconfiado viendo cómo Jay preparaba una especie de cigarrillos con una hierba verde oscuro.

- Si quieres probar esto es suave y sus efectos son manejables con la medicación - aviso cuando terminó, Harry continúo viendo los extraños cigarrillos, pero tomo asiento a lado de Jay - si no estás seguro no lo hagas - advirtió relajado, Harry tomo uno de esos entre sus dedos y lo recorrió con la mirada

- Si, si estoy seguro - murmuró, pero no, no estaba tan seguro, estuvo a punto de llevarlo a sus labios cuando sintió el fuerte agarre de Jay en su muñeca, giro a verlo confundido.

- No, de verdad no lo hagas si no te sientes seguro, no estas presionado a hacerlo si no lo deseas - su voz se endureció cómo nunca antes lo había hecho y sus ojos cafés lo miraban fijamente, Harry trago saliva.

- Necesito saber un par de cosas - Jay asintió con la cabeza y bajo su mano - ¿Qué se supone que voy a sentir? Por qué las drogas del psiquiátrico me hacen sentir adormilado y sedado -

- Puede variar, puedes sentirte igual de adormilado o con mucha energía y todo te parecerá divertido - Harry volvió a ver el cigarro entre sus dedos.

- Si, si lo haré - aviso más convencido.

- Estoy aquí descuida – Jay palmeo suavemente su hombro, Harry se llevó el cigarro a los labios y tras encenderlo con un movimiento de su varita aspiro con fuerza, sintió un olor extraño entrando por sus pulmones y termino tosiendo estrepitosamente - con cuidado - rio Jay golpeteando su espalda - con suavidad, da una calada suave y saca el aire - Harry dejo de toser e intento hacer lo que le decían, está vez no tosió - así, lento -

No sentía nada diferente, al menos no hasta la mitad del cigarrillo dónde su cerebro se sentía tan suave y sus brazos como de gelatina, una sonrisa bobalicona se instaló en su rostro mientras veía el techo.

- Jay - murmuró con voz divertida antes de reír suavemente.

- Dime -

- ¿Por qué el techo es tan plano? -

- Oh no se realmente, supongo que es para que no se caigan las cosas de arriba - Harry asintió con la cabeza y vio su polera.

- ¿Por qué el verde es tan verde? - Jay soltó una risotada.

- Exceso de color asumo - Harry paso sus manos por su polera sintiendo la suavidad de la tela - ¿Qué tal te sientes? - pregunto viéndolo, Harry giro a verlo.

- Cómo en una montaña rusa -

- ¿Alguna vez estuviste en una? -

- No, pero así debería sentirse - su mirada se perdía rápido, viajaba del rostro de Jay hacia los costados y de vuelta a Jay, intento incorporarse, pero su cuerpo no reaccionaba - tengo hambre -

- ¿Cuánta? -

- La suficiente para comerme el mundo - Jay volvió a reírse, invoco el teléfono y pidió 3 pizzas de pepperoni.

- Intenta no pararte ¿Quieres? - pidió Jay después de verlo intentarlo de nuevo - mira veamos tele - con otro movimiento de su varita encendió el televisor y comenzó a cambiar los canales hasta dejarlo en un canal infantil, Harry veía la pantalla completamente embelesado y con una sonrisa divertida en el rostro.

- Ahí está lo que buscas ahí está - le decía a la pantalla señalándola con un dedo.

- No te escuchan Harry - dijo Jay con calma, su amigo hizo un puchero, pero continuo tranquilo.

Un par de minutos pasaron hasta que el timbre sonó.

- Es la comida, no te levantes - ordenó corriendo hacia la puerta, pago en efectivo y al regresar encontró a Harry recostado en la alfombra murmurando algo acerca de lo suave que estaba - está sucia Harry vas a enfermarte -

- Yo nunca me enfermo - balbuceo para luego reír - excepto de la cabeza, estoy algo loco - volvió a reír con tanta libertad que pequeñas arrugas se formaron en las comisuras de sus ojos, Jay negó con la cabeza y dejo las cajas de pizza en el suelo a lado de Harry.

- La pizza llego, come algo -

- Comida - de inmediato se incorporó y comenzó a devorar una pizza entera como si nunca hubiese comido.

- Ten cuidado, si vomitas limpiaras tu - amenazó, Harry asintió y continúo comiendo está vez con mucha más calma.

La siguiente hora Harry continúo preguntando por qué el morado era tan morado y tras una sería discusión de por qué Barney, el dinosaurio morado, debería ser declarado el mejor dinosaurio del mundo cayó totalmente rendido en el sofá, con los ojos perdidos en algún punto de la sala entre la caja vacía de pizza y un zapato que probablemente era de Jay.

- Harry -

- ¿Mmh? - murmuró sin verlo.

- Debes ir a tu cama - Harry emitió un quejido infantil y Jay soltó una risotada - bien, ven, deja tu cabeza en mis muslos - Harry obedeció lentamente, en un par de segundos sintió los dedos de Jay acariciar su cuero cabelludo de una manera lenta y relajante - ¿Estás bien? - pregunto.

- Cómodo - respondió Harry cerrando los ojos lentamente, solo Hermione había acariciado su cabeza después de algunas pesadillas y había olvidado lo cálido que se sentía recibir esa caricia de otra persona.

Cuando Harry despertó noto que Jay se había ido, sobresaltado se incorporó y siguió el olor del café recién hecho.

- Hey, ¿Como te sientes? - pregunto mientras le pasaba una taza de café humeante.

- ¿Hice muchas tonterías? – pregunto apenado, Jay rio y negó con la cabeza.

- Pero estabas bastante seguro de que Barney debía ser considerado el mejor dinosaurio del mundo -

- Oh Dios que vergüenza - murmuró escondiendo su rostro entre sus manos.

- No fue nada amigo - aseguro palmeando su hombro suavemente - créeme he tenido peores viajes, una vez estaba bastante seguro de que me perseguía una especie de Nosferatu gigante -

- ¿Un qué? – pregunto quitando el rostro de sus manos.

- Oh, es lo que los muggles creen que es un vampiro - bromeó - hay una película, deberíamos verla, también Drácula de Bram Stoker la actuación de Gary Oldman es sencillamente perfecta - Harry no entendía nada y su cerebro sentía que era muy temprano para tantos datos - toma el café, te ayudará, hoy veamos películas - Harry asintió con la cabeza y le dio un sorbo al café que ya estaba tibio.

El resto del día como Jay prometió se quedaron viendo películas, Harry no entendía los sustos que querían causar los muggles pero tampoco estallaba en risas como lo hacía Jay, pero agradecía que las películas mantenían a su cerebro distraído.

El domingo limpiaron un poco del departamento, pero Harry no ingreso para nada al cuarto de Jay tal cual se lo dijo. Ambos estaban sentados en el sofá comiendo helados y viendo algún reality show en la tv sobre preguntas de cultura general fue ahí que Harry comprendió de dónde sacaba Jay sus datos curiosos.

- Jay ¿Conoces el ministerio? -

- ¿De qué? – pregunto mientras mordía su helado de chocolate.

- Ah espera aquí es distinto, la presidencia - Jay asintió con la cabeza.

- Claro, está en Washington DC – chasqueo los dedos - ah espera te refieres a la mágica, si, está igual en Washington, pero tenemos un conducto, ¿Por qué? - pregunto curioso dejando de prestarle atención al show.

- Me preguntaba si me podías llevar, quiero hablar para trasferir parte de mi dinero acá o si quiera es posible -

- Claro, pero será difícil y tendrás que llenar un montón de papeleo, sabes que no me molesta para nada que estés aquí – aseguro viéndolo a los ojos.

- Lo sé, solo... Creo que necesitaré más ropa y quiero – peino sus cabellos oscuros hacia atrás con sus dedos - no sé, quiero cooperar con los gastos - Jay lo considero un par de minutos mientras se rascaba la barbilla.

- Vale, iremos mañana - acepto Jay volviendo a morder su helado.

Al día siguiente a las 11 de la mañana ambos estaban frente a una oficina abandonada.

- Jay ¿Seguro que no se mudaron? - pregunto Harry desconfiado, los ojos cafés de Jay brillaron.

- Seguro - respondió, dio un par de toques a la puerta con su varita sin decir ningún hechizo y luego la abrió - vamos - lo empujó dentro y Harry vio un gran recibidor que sin duda no podría estar en esa oficina abandonada, entonces se dio cuenta de que la puerta era como los inodoros que conducían al Ministerio - bueno no sé dónde deberíamos ir, supongo que al Departamento de Economía - señaló un corredor y comenzó a caminar con Harry siguiéndolo de cerca, había un gran reloj que indicaba "sin problemas" y los magos iban y venían sin dirigirle la mirada, Harry se sintió mucho más cómodo con eso de lo que jamás había imaginado ya que generalmente apenas ponía un pie en el Ministerio diversas cámaras disparando sus flash lo dejaban casi ciego - oh aquí es - señaló Jay una mesa de mármol con una ventanilla - disculpe - le dijo a uno de los hombres detrás de la ventanilla.

- Saque una ficha - respondió el hombre sin verlo siquiera y señalando el lado derecho con una mano, Harry tomo un ticket - espere su turno - señaló arriba de su cabeza un monitor flotante que anunciaba el número 4, Harry vio el ticket en su mano con el número 16 escrito en tinta oscura.

- Okey - respondió Jay sonriente, tiro del brazo de Harry hacia una sala de espera al frente de la mesa de mármol y el tiempo comenzó a pasar.

Harry espero pacientemente ser atendido, demasiado paciente en realidad, cuando todas las personas tras el vidrio se retiraron a las 12 intento mantener la calma y clavo las uñas en su rodilla para controlar el temblor que tenía su pierna Jay silbaba distraído mientras veía sus uñas, todos regresaron a la 1 y el monitor continuaba en el número 8.

- ¿Siempre es así? - pregunto Harry sintiéndose enojado.

- Oh la mayor parte del tiempo, burocracia, ya sabes – respondió agitaba una mano como si no importara - creo que con los muggles es peor - Jay mordisqueo una de sus uñas tranquilamente cuando vio a su amigo ponerse de pie - ¿Harry? ¿Qué haces? -

- Hablaré con el de la ventanilla - respondió molesto con las manos cerradas en puños, Jay se incorporó y lo siguió sonriente, divertido - disculpe - le dijo al hombre que ni los había mirado.

- Tome un ticket y espere su turno - repitió como un robot.

- Ya tengo un ticket quiero... -

- Espere su turno - repitió con voz monótona.

- No, llevamos horas aquí, ¿No hay algún modo de agilizar todo? -

- Espere su turno - Harry le dio una fuerte palmada a la mesa ocasionando que todos lo vean, incluido el servidor público.

- Ya tengo ticket ya esperé bastante, necesito hacer algo rápido o que por lo menos me digan si puede hacerse – siseo entre dientes conteniéndose.

- Señor le pediré que tome asiento o... -

- ¿O qué? - le reto Harry con sus ojos verdes relampagueantes, el hombre sonrió con burla.

- Llamaré a mi jefe que llamara a los aurores -

- Bien, hágalo - escupió entre dientes inflando el pecho intentando lucir intimidante, el hombrecillo soltó una pequeña risa y a punto de agitar su varita unas fuertes pisadas hicieron eco por el lugar.

- Joe, ¿Qué sucede? - pregunto una voz varonil, Harry giro la cabeza lo suficiente para ver que por un costado se acercaba un hombre alto de cabello canoso y bastante fornido vestido con un traje oscuro cubierto por una túnica azul marino.

- Oh señor Michaelis, este joven está causando algo de problemas, estaba por llamarlo -

- Y los aurores -

- Si, también a ellos señor - respondió el hombre con una actitud más tranquila el otro hombre miro a Harry desde arriba tensando la barbilla.

- ¿Y usted es? -

- Harry Potter - respondió entre dientes, el hombre reconoció de inmediato su nombre, bajando la barbilla y desinflando el pecho.

- Señor Potter sígame a mi despacho -

- Oh claro que lo haré - respondió enojado – Jay – llamo a su amigo, el castaño parecía demasiado divertido siendo un mero espectador al escuchar como lo llamaban asintió con la cabeza y ambos siguieron al fornido hombre por otro pasillo ignorando la mirada confundida del hombre tras la ventanilla.

- Señor le pediría hablar solo con usted, su amigo puede esperar acá - pidió el hombre señalando otra sala con unos sofás que tenían un aspecto más cómodo que las sillas de la sala de espera. - Jane - llamo y una mujer bajita y regordeta apareció al instante con un chasquido.

- Dígame señor - respondió la mujer con voz chillona.

- Atiende al joven y no me pases ninguna llamada a menos que sea importante -

- Entendido - respondió la mujer y señaló el sofá esbozando una sonrisa de cortesía.

- Sígame por favor - pidió el señor Michaelis y Harry lo siguió tras darle una mirada rápida a Jay, su amigo le hizo una seña con la mano indicando que se marche, ambos ingresaron a un gran despacho con un escritorio caoba en medio - tome asiento - el camino hacia su asiento y Harry tomo asiento de inmediato - permítame disculparme por mis subordinados, dígame en qué puedo ayudarlo – pregunto con un tono cortes mientras entrelazaba los dedos por encima de su escritorio, de repente todas las ganas de pelear en Harry desaparecieron, tomo aire y coloco las manos encima del escritorio.

- Necesito saber si hay algún modo de que Gringotts transfiera parte de mi dinero a algún banco estadounidense -

- Claro que la hay Señor Potter, cómo jefe de departamento estoy consciente de su situación -

- ¿Mi situación? – alzo una ceja con una expresión confundida.

- Refugiado político - Harry asintió con la cabeza bajando las cejas, así que eso habían usado para mantenerlo en el país - nos encargaremos de todo el papeleo sin embargo vamos a necesitar su firma para presentar al banco de Gringotts -

- ¿Habrá forma de que el Ministerio sepa que estoy aquí? -

- Descuide, el banco Nacional de América tiene contacto directo con el banco de Gringotts por lo tanto no habrá posibilidad de que el Ministerio sepa que se encuentra aquí -

- Genial, ¿Cuánto...? ¿Cuánto tiempo tomara? -

- ¿Necesita dinero? -

- Bueno, algo si – respondió sintiéndose algo cohibido por eso, habían pasado años desde que le pidió dinero a un adulto.

- Entiendo – el hombre asintió con la cabeza - ¿Cuánto necesitaría? -

- Unos 3000 galeones, la mitad en dólar estadounidense y la otra mitad ¿En galeones? -

- Oh no habrá ningún problema – aseguro con una sonrisa amable, movió su varita y frente a Harry apareció un monto considerable de dinero y oro - una vez que los trámites estén concluidos este monto se descontará de su cuenta, ¿Cuánto necesita tener en reserva en el banco? -

- No lo sé, 10000 creo estaría bien – murmuro sin dejar de ver el dinero, no es que fuera la primera vez que vea tanto dinero, solo que era la primera vez que hacia un retiro tan considerable.

- Bien, firme aquí por favor - le pasó un papel con varias letras escritas - léalo y si le convence firme -

Harry tomo el papel entre sus manos y tras una lectura rápida coloco su firma al final, solo decía cosas como transferencia, daba el nombre de los bancos y el monto, nada demasiado comprometedor.

- Bien, le pediría que regrese la siguiente semana para terminar el papeleo, cualquier cosa que necesite estamos para ayudarlo -

Harry tomo el dinero y como pudo lo metió en sus bolsillos sintiendo toda la ropa pesada, el hombre lo acompaño a la salida con una actitud cortes, al abrir la puerta pudo ver a Jay devorando todo un platillo de galletas con una taza de café en mano.

- ¿Todo bien? - pregunto con la boca llena y los labios llenos de migajas.

- Todo bien, vamos – se tomó un segundo para girar y ver al hombre por encima del hombro - gracias señor Michaelis -

- El placer es mío señor Potter, por favor Jane acompaña a los señores a la salida - pidió con un gesto educado.

- No será necesario, gracias - repitió Harry y tiro de su amigo que aún se lamia las migas de las comisuras del labio.

- Deberíamos ser funcionarios públicos, sus galletas son magníficas no probé ninguna igual - exclamo Jay sonriente, Harry sonrió nervioso y continuaron caminando.

Jay no pregunto por qué caminaban con tanta prisa ni por que Harry veía discretamente a los costados como si alguien los siguiera, apenas salieron de la oficina abandonada se desaparecieron, Jay lo entendió todo cuando apenas estuvieron en el departamento Harry saco todo el dinero para dejarlo en la mesa.

- ¿Todo es tuyo? - pregunto sorprendido pestañeando rápidamente para verificar que la vista no le fallaba.

- Si, pedí solo un poco -

- ¡¿Solo un poco?! – exclamo sorprendido - Debes tener casi 10000 dólares en efectivo y mira esto – tomo un par de galeones - otros mil galeones, ¿Acaso acabamos de asaltar la presidencia? - pregunto atónito, Harry soltó una risotada, pocas veces veía a Jay tan sorprendido.

- No, solo es parte de mi dinero, tranquilo -

- Harry – hablo con un tono serio - ¿Alguna vez te dije que te amo? - pregunto mientras colgaba un brazo encima de sus hombros, Harry lo empujó juguetonamente - en serio Harry te amo, ¿Quieres casarte conmigo? – pregunto volviendo a acercarse.

- Basta - soltó Harry riendo volviendo a empujarlo - ¿Qué quieres hacer con el dinero? – pregunto viendo los billetes.

- No lo sé, tengo muchas ideas de hecho, ¿Seguro que es legal? -

- Completamente seguro - Jay sonrió ampliamente.

- Vámonos por comida, comamos todo lo que podamos y compremos todo lo que queramos -

- Claro - respondió Harry viéndolo con una sonrisa - y debemos trabajar por la noche – advirtió con seriedad, Jay rodo los ojos con fastidio - dijiste que no podíamos faltar ¿eh? Fueron tus reglas -

- Lo sé, lo sé – alzo las manos - solo que no sabía que estabas podrido en dinero, ¿Quién eres? ¿El hijo secreto de la presidenta? Cómo es que puedes entrar y decir Soy Harry Potter – imito una voz grave - ¿Y todos te abren la puerta? - pregunto sin verlo y con prisa.

- ¿Realmente quieres saber? -

- ¿Realmente quieres decírmelo? -

- No aún – el castaño asintió con la cabeza.

- Entonces no quiero saber aún - Jay soltó otra gran risa sin dejar de ver el dinero - Debemos comer muchas cosas y ver el Titanic prometiste ver el Titanic - Harry no recordaba haberlo prometido, pero no iba a negarlo, no cuando Jay parecía un niño en navidad, el castaño giro la cabeza lo suficiente para verlo - y salir de fiesta -

- ¿De fiesta? – el pelinegro alzo una ceja.

- Ajaaa – canturreo con una sonrisa traviesa - debemos ponernos ebrios, muy ebrios y drogados, muy drogados – echo la cabeza hacia atrás mientras hablaba.

- Pensé que tú época maniaca había pasado -

- Oh lo hizo – bajo la cabeza para verlo - esto es solo Jay – se señaló con sus manos y Harry asintió con la cabeza sintiéndose verdaderamente divertido.

- Nunca me perdí bebiendo para que lo sepas -

- Nunca es muy tarde - aseguro Jay pasando un brazo por encima de sus hombros para atraerlo.

Hola de nuevo

Ha pasado un tiempo.

Originalmente tenía este capítulo corregido antes de publicar el capítulo previo, pero durante estas semanas estuve ocupada con una situación familiar bastante delicada, razón por la cual no encontraba el tiempo o la motivación de volver a publicar algo, tengo tantas cosas que quisiera decir que no logro unirlo de una manera coherente, raro ¿cierto?

Supongo que solo me queda decir que espero continuar publicando esta historia. A los que esperaron la actualización, gracias de todo corazón y a los que recién la encontraron gracias por darle una oportunidad y bienvenidos sean.

Intentare actualizar mañana.

Hasta la siguiente.