Capítulo 29

A medida que Harry hablaba su voz se volvía cada vez más débil hasta terminar siendo un susurro que dio paso a un silencio abrumador que solamente era rellenado por sus respiraciones, Draco tensaba la mandíbula mientras lo veía con una mezcla de pena y sorpresa dibujado en su rostro, su cuerpo aún envuelto en la sabana mientras sus manos delgadas estrujaban la tela con tanta fuerza que sus nudillos se tornaron más pálidos resaltando sus tendones, por varios segundos dudo entre si podía tocar al pelinegro o no, si seria lo adecuado o no sintiendo un cosquilleo en la punta de los dedos debido a la fuerza que ejercía o quizá al nerviosismo que sentía.

- Lo siento Draco - murmuró la voz grave del pelinegro notablemente quebrada a la par que alzaba la mirada viéndolo a los ojos por primera vez en bastantes minutos, Draco pudo ver el dolor nadando en ese par de esmeraldas ahora inundadas en lágrimas, pudo ver el dolor juntándose con el arrepentimiento y la tortura a la que estaba sometida su mente, como si fuesen sombras oscureciendo lo verde de su mirada - lo siento - repitió mientras gruesas gotas de agua salada caían de sus ojos formando caminos delgados, humedeciendo la piel de sus mejillas - fue mi culpa Draco, lo que te paso, fue, fue mi culpa, perdón, perdón - dejo caer su cuerpo hacia adelante, agazapado frente al rubio, murmurando perdón mientras su torso se movía rápidamente a la par que se escuchaba como luchaba por contener sus sollozos y estabilizar su respiración.

- Potter, no fue tu culpa - murmuró Draco logrando liberar la sabana de su agarre, moviendo su mano lo suficiente para tocar su cabello negro con una caricia suave y temblorosa sintiendo inmediatamente la suavidad del cabello bajo su tacto - tú... Tú solo... – sentía la garganta seca y su cerebro pensaba en tantas cosas que no podía formular lo que quería decir por lo tanto no podía formar oraciones.

- No Draco yo debí quedarme debí, oh Dios, debí protegerte a ti y a tu madre – habló desde su posición agazapada tensando los hombros como si intentara encogerse más sobre sí mismo.

- Potter – con rapidez y algo de torpeza el rubio tomo sus hombros con ambas manos obligándolo a enderezar su cuerpo lanzándole de inmediato una mirada molesta - no me debías nada – hablo con voz dura y firme.

- Tu madre salvó mi vida – sollozo apenas sosteniéndole la mirada, Draco sintió un nudo en la garganta e involuntariamente apretó el agarre en los hombros del moreno clavando sus uñas en su cálida piel.

- Entonces devuélvesela – murmuro - vive, vive Potter, haz que la vida de mi madre sirva – Draco hablo con una voz más firme y seria sin apartar la mirada de los ojos verdes nublados por las lágrimas, descubriendo a la vez que esas palabras también iban en su sentido, sin poder contener más la avalancha de sentimientos que había escondido durante bastante tiempo abrazo al pelinegro escondiendo su rostro entre su cuello sintiendo su respiración agitada junto con el latido de su corazón acelerándose, en ese momento su cuerpo le había gritado que se aferre al otro en búsqueda de consuelo y seguridad, aun así no esperaba que el ojiverde le devuelva el abrazo con un ímpetu tan grande que sintió como parte del aire abandonaba sus pulmones - Potter, me abrazas muy fuerte, duele - se quejó al sentir la molestia de sus costillas y la dificultad por llenar sus pulmones con aire.

- Lo siento - murmuró Harry aflojando su agarre pero sin soltarlo por completo, Draco sintió como si su mente estuviera más despejada y se alejó de inmediato volviendo a enfocar su mirada gris en la verde del opuesto notando que ya no derramaba más lágrimas.

Otro silencio abrumador se formó entre ambos apenas rellenado por sus respiraciones, Harry intento formar una sonrisa pero solo salió una mueca algo triste, con sus manos aún temblorosas recorrió la espalda del rubio formando un camino hacia la pálida mejilla del más delgado, con suavidad sus dedos apartaron unos cuantos mechones de hebras pálidas para colocarlas tras su oído, Draco no tembló bajo su toque sus ojos continuaban fijos en el rostro del pelinegro mientras sentía un calor placentero recorrer su piel, específicamente en cada segmento que el pelinegro había tocado, inclinó su cuerpo rápidamente para estampar sus labios contra los del moreno sintiendo su propio corazón latir fuertemente contra sus tímpanos.

Harry abrió los ojos en sorpresa por el contacto algo tosco y repentino pero rápidamente su cerebro reacciono lo suficiente ordenándole a sus manos moverse hasta que se instalaron en la cintura del rubio, con sus dedos presionando la suave piel, a la par que sus labios permitían que los del ojigris lo guiaran en un beso ansioso y casi desesperado dejándole apenas tiempo para tomar bocanadas de aire, cuando sintió como su espalda tocaba el colchón sujeto la delgada cintura con mayor fuerza sintiendo en respuesta un gemido ahogado entre sus labios, tal como si el mundo se hiciera más lento cerro los ojos para continuar besándolo sintiendo como su cerebro insistía con dominar en el beso, su cuerpo lentamente llenándose de ansias por continuar devorando los labios del contrario, sin poder resistir más a los ruegos de su cerebro invirtió sus posiciones colocando al rubio contra la cama presionando su cuerpo contra el del más pálido, sus labios abandonaron los ajenos aun en contra de sus deseos, separándose solo lo suficiente para sentir su respiración agitada, lentamente abrió los ojos encontrándose de inmediato con los grises del rubio.

- No quiero... – con la voz baja y moviendo su brazo lentamente acomodo su mano para acariciar la mejilla del rubio con suavidad - no quiero que sientas que me debes algo o... No sé, solo... ¿Estás bien con esto? – Draco pudo ver como la manzana de adán del pelinegro se movía a la par que lo escuchaba tragar saliva con una clara muestra de nerviosismo.

- ¿Tú no? - Harry vio la duda en los ojos del rubio sintiendo de inmediato como su pecho se encogía por la duda que él mismo comenzaba a sentir.

- Háblame Draco, dime lo que estás pensando - rogó con la voz tan baja que sencillamente pudo ser un suspiro sin dejar de recorrer la pálida mejilla con su mano, sintiendo la suavidad de la piel en las yemas de sus dedos.

- Debo parecerte desagradable - confesó el rubio sintiéndose hipnotizado por el suave toque del pelinegro, por la voz suave y su mirada embelesada - un mortífago y un puto – agrego con un tono entre burlón y doloroso con una sonrisa a medias.

- Oh no Draco no – se apresuró a decir Harry depositando un suave beso en la barbilla del rubio sintiendo la incipiente barba picar suavemente sus labios - no - repitió con un suspiro frotando suavemente la punta de su nariz con la del rubio - solo no quiero que luego te arrepientas o te culpes, no quiero - junto sus frentes y con un tirón rápido giro de nuevo colocando al rubio encima de su cuerpo, apretándolo en su abrazo, hundiendo su rostro en el cuello del hombre encima suyo.

- ¿Por qué me abrazas tan fuerte? Duele - murmuró Draco contrario a lo que realmente su cuerpo sentía, ya que la sensación era bastante placentera y cálida, como recibir una manta cálida en un día frio.

- Por qué quiero unir todas tus piezas, quiero unir cada fragmento tuyo y mantenerlo tan unido que nadie vaya a quitarte nada, no quiero... - lo siguiente quedó en su garganta como si no supiera si era el momento para decirlo.

- ¿Y si hay piezas que no puedas unir? - murmuró Draco dejando que su nariz se hunda en el cuello del pelinegro aspirando su aroma, sintiendo como cada parte de su cuerpo se relajaba por la agradable sensación que lo recorría.

- Las encontraré para ti y las volveré a unir - Draco soltó una risita mientras sus dedos formaban círculos en el hombro del pelinegro sintiendo sus firmes músculos debajo de la piel.

- ¿No puedes dejar de ser el héroe cierto? – bromeo con un tono suave formando una estrella sobre la piel del pelinegro.

- Solo déjame hacerlo, por favor – rogó rozando su nariz contra él cuello del rubio.

- No necesitas hacerlo Potter, ya te dije que no me debes nada -

- Lo sé, solo... Quiero hacerlo – murmuro Harry mientras intentaba no abrazarlo con mayor fuerza, su mente rápidamente asimilo algo importante en esos momentos, pero supo que no podía decírselo a Draco, no en ese momento al menos - llámalo heroísmo, llámalo egoísmo, llámalo lo que quieras, pero déjame estar a tu lado y unir todo de ti - Draco guardo silencio un par de segundos identificando la desesperación en las palabras del pelinegro.

- Bien - murmuró aspirando más de ese aroma a bosque - haz lo que quieras conmigo y déjame hacer lo que quiera contigo - depósito un par de besos en su cuello sintiendo que el sueño iba ganando terreno, se sentía tan cálido con los brazos de Harry rodeándolo que el sueño termino por engatusarlo lo suficiente para que caiga también en sus brazos.

Harry no hablo más al sentir como la respiración del rubio se relajaba y permaneció lo suficientemente quieto para darle comodidad al rubio, conjuro otra manta para tapar el cuerpo delgado entre sus brazos y dejo que el sueño también gane terreno en su cuerpo.

Horas después Draco despertó sintiendo su cuerpo increíblemente relajado, no había dormido tan bien en años, con algo de pereza busco su varita por los alrededores, conjuro un tempus y de inmediato se sentó en la cama al ver los números flotar.

10:40 de la mañana, nunca había dormido tanto, sin perder un solo segundo aparto las mantas de su cuerpo revelando su delgado cuerpo apenas cubierto por unos boxers mientras se movía por la habitación comenzó a buscar su ropa, iba dando brinquitos mientras ajustaba los jeans en sus caderas cuando la puerta de su cuarto se abrió.

- Woa, lo siento - balbuceo Harry de inmediato con un tenue sonrojo cubriendo sus mejillas.

- ¿Potter? ¿Qué haces aquí? - al verlo los recuerdos de la noche anterior lo atropellaron causándole una pequeña jaqueca, decidiendo que no tenia tiempo para pensarlo se colocó una camiseta de inmediato cubriendo su pecho - oh cierto, mierda es tarde – murmuró frunciendo el ceño.

- Espera, ¿Tienes que ir a algún lugar? – las cejas oscuras del moreno se arquearon con intriga mientras su mirada lo seguía detenidamente.

- Bueno si, dah, a trabajar - respondió Draco rodando los ojos mientras guardaba su varita.

- Desayuna antes de irte – pidió el pelinegro bajando las cejas ante su duda resuelta.

- ¿Estuviste husmeando en mi cocina? – pregunto el rubio con una ceja enarcada y una pequeña mueca de desagrado trayéndole a Harry algunos recuerdos de sus años de colegio.

- Oh no, sospeché que no comerías nada bueno así que fui por cafés y panecillos - alzó las dos tazas de café y una bolsa de papel con una sonrisa boba como si fuese un cachorro.

- No tengo tiempo - respondió Draco intentando salir, pero el cuerpo de Harry cubría la puerta - Potter quítate del medio, por favor - siseo viéndolo a los ojos, Harry negó con la cabeza sin mover su cuerpo un milímetro poniendo una actitud serena.

- No hasta que comas algo -

- Potter - Harry lo callo dándole un beso fugaz en los labios, Draco de inmediato abrió los ojos con sorpresa. - por qué... – balbuceo sorprendido.

- Por qué necesito que me escuches y tomes algo de desayunar, comer no es malo Draco - el rubio balbuceo y termino dando un gruñido de derrota.

- Bien - escupió tomando un café y la bolsa de papel - ahora, ¿Te quitas? – pregunto con un tono falsamente dulce.

- No, hasta que pruebes un panecillo y el café – respondió el pelinegro sintiéndose ligeramente divertido por su tono, incapaz de contener la sonrisita satisfecha que cubría su rostro.

- Potter es tarde, puedo comerlos en el camino, ¿Bien? -

- ¿Irás así? –

- ¿Cómo así? - Harry lo señalo por completo con sus manos - bueno si, dah, no tengo más ropa limpia - Harry se quitó el saco de inmediato - ¿Qué haces? - pregunto con el ceño fruncido, el pelinegro no respondió y le quitó el café junto con la bolsa dejándolos levitando, depósito su saco encima de los hombros del rubio - Potter no necesito tu saco - Harry acuno su rostro entre sus manos con calma para verlo fijamente.

- Si, si lo necesitas, está haciendo frío hoy y no puedes ir así, solo llévalo –

- ¿Y qué hay de ti? - pregunto Draco notando que el pelinegro apenas llevaba un sweater con cuello redondo que se acoplaba perfectamente a su figura.

- Estaré bien - respondió el pelinegro con una sonrisa de costado - prometiste dejar que podría hacer lo que quiera contigo - Draco sonrió de costado y lo sujeto del sweater para acercar más su rostro.

- Nunca hice esa promesa Potter - murmuró con una risita - pero si esto será así, déjame recordarte la otra parte del trato, dónde yo hago lo que quiera contigo - dijo con una voz coqueta, Harry amplio su sonrisa.

- ¿Y qué quieres hacer conmigo? - murmuró sintiendo los labios del rubio cada vez más cerca.

- Que te apartes - pronuncio antes de darle una patada en la espinilla, lo suficientemente fuerte para que Harry se doble sobre sí mismo emitiendo un gruñido doloroso - fue encantador verte Potter, cierra la puerta al salir - grito antes de cerrar la puerta.

Harry rio histéricamente durante unos segundos antes de tomar los cafés con los panecillos y seguir al rubio, logrando alcanzarlo en la calle a punto de doblar la esquina, Draco iba ajustando el saco del pelinegro cuando sintió como él susodicho se colocó a su lado.

- Olvidaste el café - dijo Harry con una sonrisa como si no hubiese recibido un puntapié hace poco y su espinilla no tuviese aun un desagradable pinchazo de dolor.

- ¿Nunca te rindes verdad? – suspiro el rubio con fastidio fingido.

- Oh no, me encanta ser un dolor en el trasero – respondió en un tono divertido, Draco soltó una risotada y tomo el café junto con un panecillo.

- Estoy consciente de eso, mis caderas me mataron el otro día - soltó sin vergüenza, observando de reojo como las mejillas del pelinegro se teñían de un intenso sonrojo y miraba a los costados para verificar si nadie los había escuchado, él rubio no pudo evitar sonreír satisfecho contra su taza de café - que puritano Potter si supieras todo lo que puedo hacer -

- Podrías enseñarme – la rápida e insinuante respuesta lo tomo desprevenido por lo que casi escupió su café, ¿Acaso Potter había respondido su coqueteo con uno igual?

- ¿Y qué obtengo a cambio? - pregunto divertido girando la cabeza para verlo intentando verificar si ese también había sido un coqueteo, Harry inclinó su rostro hasta rozar su boca contra el oído del rubio.

- Todo lo que tú quieras - murmuró para luego apartarse y con total calma darle un sorbo a su café como si no acabara de hacer que el corazón del rubio aumente la velocidad de sus latidos, Draco lo vio sorprendido durante un par de segundos sin saber realmente como responder.

- ¿Dónde estuviste todos mis años de adolescencia Potter? Tenía unas ideas bastante buenas en ese entonces que involucraban esposas y el escritorio de Snape - Harry rio está vez atrayendo algunas miradas de personas que iban pasando.

- Bueno no te prometo el escritorio de Snape pero las esposas no me harán huir – fue su respuesta reduciendo la velocidad de sus pasos ya que ambos habían llegado al supermercado.

- Bueno Potter es un placer, debo entrar a agotar mi trasero en el trabajo - le dio un último sorbo a su café y le entrego el vaso casi vacío.

- Termina el panecillo - ordenó Harry viendo el panecillo aún en las manos del rubio, Draco dio un par de mordiscos y el último pedazo lo coloco a la altura de los labios del pelinegro quien lo tomo entre sus dientes sin dudarlo ni quitarle la vista de encima, Draco volvió a sonreír satisfecho.

- Uh no me tientes Potter - murmuró con voz suave guiñándole el ojo coquetamente.

- ¿A qué hora sales? –

- ¿Vendrías por mí? - bromeó Draco anticipando la respuesta, alzando la barbilla con orgullo.

- Si, ¿A qué hora sales? - esa respuesta tomo al rubio desprevenido obligándolo a bajar la barbilla y pestañear confundido.

- 6 de la tarde -

- Bien, nos veremos en ese momento, no me evites ¿Vale? -

- Oh cariño, yo sería incapaz - respondió Draco con una mueca de inocencia, Harry soltó una risa y se inclinó para juntar sus labios con los del rubio en un toque suave y corto.

- Se que no lo harás - murmuró entre sus labios después del beso, con su cálido aliento acariciando la delicada piel del rubio, Draco intento volver a besarlo, pero el pelinegro se había apartado lo suficiente - el siguiente será en tu hora de salida -

- Que estricto - bufo Draco rodando los ojos antes de darle la espalda y caminar hasta ingresar al supermercado.

Harry soltó una risa por lo divertido de la situación y por como recién notaba que el caminar del rubio era tan refinado que simplemente parecía estar flotando, por otra parte, aparentemente el guardia del supermercado no lograba encontrar la diversión en la situación y no podía esconder la sorpresa que se demostraba en su rostro.

Hola de nuevo.

Bueno a veces lo cursi no es lo mío, ya saben, dudas, reclamos, aportes, los comentarios están abiertos :)

Hasta la siguiente.