Capítulo 34

Hola de nuevo.

Ya se la saben, acá van las advertencias. En este capítulo hay actos sexuales explícitos completamente consensuados. Lean bajo su propia responsabilidad.

Nos vemos al final del capítulo.

Afortunadamente el alta de Draco fue dada al día siguiente con las recomendaciones de que no olvide tomar las pastillas en caso de presentar más nauseas y que acuda a su consulta por Psiquiatría.

—Potter —gruño Draco cuando sintió los besos del pelinegro en su hombro —No quiero ir —añadió sin abrir los ojos aun cuando sentía la luz del sol que se filtraba por la ventana golpeando contra su rostro.

—Debes ir —respondió la voz del pelinegro sin separar sus labios de su hombro —¿No siente nauseas? —el rubio negó con la cabeza y sus brazos se aferraron a la almohada.

—¿Qué tal si suspendemos la cita? —sugirió con una voz suave —Y… nos quedamos en cama toooodo el día —lentamente movió su cuerpo hasta que su espalda chocó contra el pecho del pelinegro restregando descaradamente sus posaderas contra la pelvis del ojiverde.

—No funcionara —aseguro el pelinegro con una sonrisa en los labios —Vamos, te hare tostadas y… quizá luego podamos ir por algo que te guste —Draco suspiro y alejo su cuerpo sacando una risa del pelinegro —Vamos, iré a ducharme y sinceramente espero que cuando regrese estes de pie —coloco un ultimo beso en su hombro y Draco sintió como salía de la cama.

—Eres un dolor en el trasero —gruño el rubio girando por debajo de las sabanas hasta que su espalda quedo completamente recostada en el colchón, Harry soltó una corta risa en respuesta y le guiño un ojo antes de salir del cuarto.

Draco soltó otro suspiro fastidiado mientras revolvía su cabello con ambas manos, el doctor Bruce fue demasiado educado y directo cuando hablaron fue por eso que acepto la programación de sesión, pero ahora, que su cerebro estaba más despejado por la ausencia de drogas y nauseas una sensación desagradable de miedo se apoderaba de su estómago, pero no miedo al doctor, en realidad un miedo a lo desconocido, nunca había asistido a terapia, no la necesitaba, según su padre los psicomagos estaban tan locos como los muggles y un sangre pura no tenia ninguno de esos problemas "mentales", si tenias uno no eras digno de ser heredero del legado.

Mientras su cerebro intentaba alejar esa sensación de malestar pudo escuchar como la regadera se abría y su mente no tardo en imaginar al pelinegro ingresando bajo el tibio chorro de agua, de repente una idea cruzo su mente y una sonrisa maquiavélica broto en sus labios, sin perder un solo segundo se incorporo de un salto y camino rápidamente hacia el baño escuchando un suave tarareo de alguna canción que nunca había escuchado, abrió la puerta y encontró al pelinegro refregando el champú en su cabello húmedo.

—Hey así que decidiste levantarte —le saludo el pelinegro con una sonrisa inocente en el rostro, Draco soltó un bufido y de inmediato se quito la parte superior del pijama dejándola caer en la baldosa.

—Pensé que necesitarías ayuda —respondió con una sonrisa coqueta que no hizo más que aumentar al notar como el pelinegro dejaba de masajear su cabeza y su sonrisa flaqueaba. —Ya sabes, con esto de ahorrar agua —guiño un ojo descaradamente y lo siguiente que toco la baldosa fue los pantalones de su pijama junto con su ropa interior quedando así completamente desnudo bajo la mirada atenta y sorprendida del pelinegro.

—Draco… —comenzó el pelinegro con voz amortiguada mientras lo veía acercarse hasta que parte del chorro tibio que caía de la regadera humedeció su pálida piel sintiendo que el agua paso de estar tibia a increíblemente caliente.

—Y quizá… podamos hacer algo más —añadió con un brillo travieso en sus ojos tormenta, inclinándose lo suficiente para que sus labios toquen suavemente la piel que cubría la clavícula del pelinegro, Harry trago saliva y no dudo en tomar el bote de champú.

—Me parece justo, déjame lavarte el cabello —añadió y sin esperar respuesta dejo caer una buena cantidad del liquido en su mano que de inmediato llevo a las hebras rubias.

—Oye, estas siendo muy…. —comenzó Draco con un quejido al sentir las manos ansiosas del pelinegro.

—Shh podrías tragar algo de la espuma, cierra los ojos —ordeno mientras dejaba el champú y masajeaba su cabello con ambas manos.

—Te aseguro que podría tragar otra… —comenzó Draco con los ojos cerrados empleando un tono coqueto cuando sintió como el pelinegro tiraba de sus hombros hasta colocarlo bajo el chorro de agua callándolo por completo. —¡Oye! —exclamo apenas pudo apartarse de su agarre quedando fuera del chorro de agua abrió los ojos e intento acomodar su cabello hacia atrás para poder verlo, Harry tenía una expresión seria como si estuviese completamente concentrado.

—Te dije que no abras los ojos —hablo ignorando su queja, Draco intento hablar de nuevo cuando sintió como las manos del pelinegro peinaban su cabello esparciendo otro liquido bastante aromático y relajante. —Listo te coloque acondicionador, te toca aplicarte jabón iré a preparar el desayuno sino no llegamos —sin esperar respuesta salió del espacio de la ducha y anudo una toalla a su cadera.

—Esto no era… —comenzó Draco cuando el pelinegro salió prácticamente huyendo cerrando la puerta con prisa, Draco pestañeo anonadado un par de segundos hasta que sus labios se curvaron en una mueca disconforme, su plan había fallado.

Aun ligeramente molesto por como sus intentos de coqueteo habían sido claramente ignorados Draco jabono su cuerpo y al quitar todo rastro del jabón salió de la ducha cerrando la llave de la regadera para ajustar una toalla alrededor de su cintura, observo con fastidio su ropa en la baldosa como si esta se burlara de su fracaso y chasqueo la lengua, se coloco frente al espejo para observar su rostro, una pequeña sombra de barba rubia comenzaba a cubrir su barbilla y parte de la piel por encima de su labio superior, de repente la imagen del pelinegro desviando sus coqueteos vino a su mente, ¿quizá seria por que su barba le había picado la piel?

—Debería rasurarla —murmuro pasando los dedos por su vello facial, sintiendo las puntas picando contra sus dedos, el sonido de su estómago gruñendo le recordó que aún no desayunaba. —Después de desayunar.

Aun con el sentimiento desagradable por el miedo a lo desconocido y el malestar por el esquive de Harry, decidió vestirse lo más rápido que pudo para poder ir a desayunar, en la entrada a la cocina un agradable olor a café recién hecho junto con tostadas hizo que su boca produzca más saliva ante la expectativa.

—Hey —saludo Harry con una sonrisa fresca, como si el maldito no lo hubiese esquivado en la ducha —Te hice tostadas —añadió y Draco pensó que al menos ese gesto podría ablandarlo un poco.

—Vale ya —respondió con un tono algo molesto mientras tomaba asiento en su lugar habitual, Harry no tardo en colocar su desayuno en la mesa sonriendo radiante, Draco lo observo tomar asiento y mientras lo veía untar mantequilla en su tostada no dudo en hablar —¿Mi barba te molesta?

Harry quien estaba en el proceso de llevarse la tostada a la boca lo vio confundido pestañeando repetidas veces.

—¿Por qué preguntas eso? —lentamente bajo su tostada y no pudo evitar alzar una ceja confundido.

—Porque, en la ducha, cuando te bese te apartaste ¿Es molesta? —algo dentro de Draco se sintió mal de solo imaginar que el pelinegro admita que su barba le resultaba molesta.

—Claro que no —se apresuro a decir el pelinegro dejando su tostada encima de su platillo y tomando la mano de Draco de inmediato —Te queda bien ¿a ti te molesta? —añadió sin dejar de verlo a los ojos.

—No, pica a veces, pero no me molesta, pensé que te molestaba por que pica —una pequeña parte dentro del rubio suspiro de alivio al escuchar su respuesta. —Siempre te veo rasurado, pensé que te molestaba la barba.

—Para nada —aseguro el pelinegro con una sonrisa —Es solo que… —un visible sonrojo surgió en sus mejillas —Tu piel es tan suave que no quiero picarte ni nada —Draco alzo las cejas con sorpresa viendo como el pelinegro bajaba la mirada avergonzado.

—En realidad me gusta tu barba, te hace ver maduro —afirmo el rubio notando como el pelinegro lo veía a los ojos de inmediato.

—¿Dices que me veo bien? —pregunto emocionado, Draco rodo los ojos con fastidio fingido.

—Que no se te suba a la cabeza Potter —zafo su mano de la del pelinegro y comenzó a desayunar —Se nos hará tarde —añadió para recordarle que tenían una cita en el hospital, Harry parpadeo rápidamente y asintió con la cabeza antes de comenzar a engullir su desayuno.

Casi media hora después ambos esperaban sentados fuera del consultorio de Psiquiatria, en una pequeña sala de espera donde solo estaban los dos y una chica que parecía demasiado concentrada en el libro que sostenía con ambas manos.

—¿Quieres que te acompañe? —murmuro Harry mientras su dedo pulgar acariciaba suavemente el dorso de la mano de Draco.

—¿No lo harás? —pregunto Draco sorprendido, Harry dejo salir un corto suspiro.

—Si no quieres que lo haga no entrare, sé que probablemente sea la primera vez que eres atendido por un Psiquiatra y créeme que es mejor hablar a solas, sin que otra persona que te conozca este a lado, te sientes mas libre de decir las cosas, pero si quieres que vaya contigo lo haré —ambos cruzaron miradas y Draco noto la tranquilidad en las esmeraldas del pelinegro.

—¿Tengo que decirle todo? —murmuro sintiéndose inquieto, de repente ya no quería estar ahí.

—Lo que tú quieras —respondió Harry —Debes sentirte cómodo, si no te sientes cómodo quizá no es adecuado para ti.

—Entiendo —murmuro Draco sintiéndose cada vez mas nervioso —Harry… —comenzó cuando su voz se vio interrumpida por la del doctor Bruce.

—Draco Malfoy —llamo el hombre desde la puerta de su consultorio.

—Si —respondió el rubio de inmediato saltando de su asiento.

—Pasa —el doctor le sonrió de manera agradable mientras ingresaba a su consultorio, Draco dejo escapar un suspiro y giro para ver al pelinegro que un sostenía su mano con sus dedos entrelazados.

—Yo, em… iré… —Harry le sonrió y deposito un beso en el dorso de su mano.

—Estaré aquí —afirmo después de separar sus labios de la pálida piel, aflojando el agarre de sus dedos lo suficiente para soltar su mano, Draco asintió con la cabeza, trago saliva y camino hacia el consultorio cerrando la puerta tras su ingreso.

En la sala de espera Harry intento concentrarse en su respiración, había sido bastante notorio para el lo nervioso que estaba Draco antes de marcharse, el también estaba nervioso, pero no podía demostrarlo, tenia que mostrar un lado tranquilo y sereno para intentar inspirarle la misma tranquilidad al rubio.

¿Quieres que vaya a echar un vistazo? —sugirió Jay, Harry negó con la cabeza de inmediato observando de reojo a la chica que continuaba leyendo su libro.

Durante los siguientes quince minutos Harry intento concentrarse en una revista que encontró en una de las mesitas de la sala, algo sobre escándalos de la realeza que realmente no le importaba.

Hey, mira, son los corgis —aviso Jay con una voz emocionada al ver una nota sobre los perros de la Reina donde un mayordomo vestido con un elegante traje rojo bermellón paseaba a dos de los perros.

—Sarah —llamo una voz femenina desde otro de los consultorios, la chica que leía tranquilamente alzo la cabeza y camino en dirección hacia el consultorio dejando así a Harry solo en la sala.

Mira lo felices que se ven los desgraciados, solo preocupándose por hacer popo o regar los jardines reales —expreso Jay con un tono de clara envidia.

—Con mayordomo incluido —murmuro Harry lo suficientemente bajo para que nadie lo escuchara, aunque en realidad estaba completamente solo en esa sala.

¡Lo se! Les traigo una envidia de la insana —añadió Jay arrancando una sonrisa del rostro de Harry.

Los siguientes 45 minutos nadie ingreso a la sala de espera, solo era Harry, las revistas y Jay que no perdía la oportunidad de soltar algún comentario mordaz o cómico sobre alguna nota que se exhibía en las revistas, aun cuando varias eran de meses previos.

—Ya cállate —murmuro Harry conteniendo las risas después de que Jay soltó una broma sobre uno de los actores de Hollywood. —Van a pensar que estoy loco —añadió.

Todos lo estamos —Harry estuvo a punto de soltar una risotada cuando la puerta del consultorio por el que ingreso Draco se abrió, su sonrisa se borro de inmediato al ver al rubio salir con los ojos rojos y un paso lento.

—¿Estas bien? —se apresuro a preguntar mientras dejaba la revista en la mesa, Draco sonrió levemente y asintió con la cabeza.

—¿Vamos a casa? —pidió con voz suave, Harry asintió rápidamente con la cabeza incorporándose, dudando un par de segundos antes de tomar la mano de Draco sintiendo como el rubio entrelazaba sus dedos de inmediato sujetándolo con fuerza, como si necesitara sentir que está a su lado.

Ambos tomaron un taxi hasta el edificio de su departamento, sin mantener ninguna conversación y sin que Jay hable en la cabeza de Harry, solo creando un silencio que más allá de ser incomodo se sentía demasiado relajado.

Apenas ambos cruzaron la puerta del departamento Draco no tardo en enroscar sus brazos alrededor del cuello del pelinegro, pegando por completo su cuerpo, hundiendo su nariz en el cuello moreno de Harry.

—¿Draco? —pregunto Harry preocupado por su efusividad, el rubio se separo de inmediato y sonrió con los ojos brillantes por algunas lagrimas que se iban acumulando. —¿Estas bien? Ven, vamos a sentarnos —de inmediato lo llevo al sofá, sentándose lado a lado, sin dejar de observar su rostro pálido y sus ojos rojos.

—Estoy bien —aseguro el rubio con una media sonrisa —Creo que el doctor Bruce logro que pueda expresarme.

—Eso es genial Draco —alago Harry con una sonrisa mientras su mano volvía a tomar la del rubio.

—También dijo que quizá lo mejor sería complementar con un grupo de apoyo —Harry alzo una ceja —Dijo algo de grupo de rehabilitación.

—Oh ya veo —Harry recordaba a Jay yendo a sus sesiones de grupo. —¿Quieres ir?

—No lo sé, ¿Qué se dice ahí? —Draco dejo escapar un suspiro y recostó su cabeza en el hombro del pelinegro.

Hola mi nombre es Draco y soy un drogadicto, ahí todos responden "Hola Draco" —aviso la voz de Jay y Harry tuvo que contenerse para no rodar los ojos.

—Empiezas diciendo tu nombre y que estas en rehabilitación —Harry recostó su cabeza contra la del rubio acariciando suavemente su mano.

—¿A un montón de muggles? —Harry soltó una corta risa.

—A un montón de muggles que no conoces, ¿Entonces te agrado la terapia? —sintió como Draco asentía con la cabeza. —Todo irá bien, mientras tú te sientas bien.

—Eso dijo el doc —Draco dejo escapar un suspiro —¿Puedo continuar mi siesta interrumpida?

—Claro que si —respondió el pelinegro sintiendo como el rubio se acurrucaba contra su cuerpo.

Cuando la terapia fue surtiendo efecto junto con las sesiones de grupo y los síntomas de la abstinencia eran cada vez menos molestos, Draco comía mejor logrando así que suba un par de kilos, Harry por su parte parecía bastante contento con ese avance y no desaprovechaba la más mínima oportunidad para sacarlo a comer o a distraerse teniendo citas en restaurantes o ferias, Draco por su lado solo disfrutaba de todos los mimos que recibía.

—Harry —llamo Draco desde la puerta al salir de su terapia de grupo, el pelinegro como siempre estaba en la sala de espera donde se realizaban las reuniones, junto con otros familiares de los asistentes.

—¿Cómo te fue? —se apresuro a preguntar a la par que se colocaba a su lado y entrelazaba sus dedos, el clima aun era caluroso a pesar de ser las 8 de la noche.

—Bien, realmente bien —respondió el rubio con una sonrisa en el rostro, a pesar de que en su primera reunión grupal estaba tan nervioso que apenas podía fingir una sonrisa Harry podía ver que ahora su sonrisa era realmente genuina además de hermosa.

—¿Quieres algo de comer? —pregunto mientras comenzaban a caminar hacia la salida.

—Oh claro que si —exclamo Draco haciendo la cabeza hacia atrás con alivio —Muero de hambre —añadió con un tono dramático, Harry soltó una risa por su tono.

—¿Qué se te antoja hoy? ¿Comida típica? ¿China? ¿Tailandesa? —inclino su rostro hasta que sus labios quedaron a centímetros de su oído —¿Talvez yo? —añadió con un tono coqueto sintiendo como el rubio lo golpeaba con el hombro de inmediato.

—¿Cuándo te volviste tan atrevido? —pregunto con una sonrisa de sorpresa, Harry se encogió de hombros.

—Supongo que alguien muy cercado a mi hace ese tipo de insinuaciones y no pude evitar devolverle el favor —esta vez se gano un golpe en el pectoral por su chiste.

—Jaja si, si, muy cómico aun cuando hace días que no hacemos nada —las mejillas de Harry se tiñeron de un evidente rosado al escucharlo.

Y yo les estoy muy agradecido de que hayan dejado atrás su época de conejos en celo —añadió la voz de Jay.

—No paso tanto tiempo —intento decir Harry sintiendo un pellizco en su brazo apenas termino de hablar.

—Han pasado días Potter ¿Qué esperas? ¿Qué aparezca desnudo en la ducha? Ah espera, eso ya lo intenté no funciono —añadió con un tono ofendido a la par que chasqueaba los dedos.

—Es por que estabas en un proceso complicado Draco, mis necesidades no deben ser prioridad cuando estas atravesando un momento difícil.

—Así que admites también tener necesidades —exclamo el rubio sonriente a la par que se plantaba delante suyo, Harry rodo los ojos con una sonrisa en el rostro.

—De todo lo que dije ¿Solo eso escuchaste? —lentamente su mano libre se deslizo alrededor de la cintura estrecha del rubio.

—Quizá —respondió mientras Draco llevaba su brazo alrededor del cuello del pelinegro, pegando su cuerpo lo suficiente para depositar múltiples besos sencillos en sus labios —Créeme que ser exhibicionista no es una de mis situaciones favoritas, así que ¿Podemos dejar el resto para el departamento? —pregunto después de despegar sus labios tras un beso más profundo que los primeros.

—Mmm lo puedo pensar —Draco tiro de su cabello en respuesta sacándole un quejido adolorido —Entonces, ¿Tailandesa o China? —pregunto bajando la mano de la cintura del rubio, sintiendo como él bajaba su brazo.

—China, tengo demasiadas ganas de Chow Mein —aseguro colocándose a su lado de nuevo.

—¿En el restaurante o en el departamento?

—Departamento, sin lugar a dudas —Harry soltó otra corta risa y continuaron caminando hacia el restaurante que quedaba cerca de donde ambos vivían.

Tras comprar la comida, llegar al departamento y cambiar su ropa por los pijamas ambos estaban sentados en el sofá disfrutando de la cena mientras de fondo la radio que Harry tenia tocaba alguna pieza de música muggle reciente.

—Ah cierto —soltó Draco rápidamente después de tragar un buen bocado de fideos fritos —olvide contarte lo que paso en la reunión —Desde que Draco asistió a la segunda reunión, era algo así como costumbre que le relate los puntos que consideraba divertidos o curiosos.

—Dime —respondió Harry mientras masticaba uno de los rollitos primavera que pidió para ambos.

—Bueno vino esta chica nueva que comenzó a hablar de como su ex la ingreso en el mundo de las drogas —Harry hizo una mueca de disgusto —Descuida salvador ella termino con él.

—No me digas así —pidió sonriendo mientras tomaba un wonton frito.

—Bien, la cuestión es que ella dijo que ingreso a rehabilitación por un compañero de universidad y que ahora él le envía señales de que le gusta, pero ella no sabe como reaccionar y es el típico drama universitario —rodo los ojos con fastidio fingido —Y no pude evitar pensar, wow esos somos Potter y yo, si terminé yendo a rehabilitación es básicamente tu culpa y nos conocemos desde el colegio.

—Yo no te estoy obligando —aseguro el pelinegro tras darle el ultimo mordisco a su wonton —Fue tu iniciativa el desintoxicarte.

—Como quieras llamarlo, el punto es que no pude evitar pensar en las similitudes, extraño ¿cierto? —Harry lo vio a los ojos, hace poco había descubierto que cuando la boca de Draco decía cosas que su corazón no sentía, sus ojos lo delataban. Esta vez en particular su par de tormentas se mostraban algo temerosos.

—No tanto, en realidad me parece más… curioso —Harry movió su muslo hasta que su rodilla entro en contacto con la del rubio.

—¿Curiosa la forma en la que nos reencontramos? ¿O como termine en terapia?

—Todo quizá, no le des muchas vueltas —el pelinegro inclino su cuerpo lo suficiente para depositar un beso en la mejilla del rubio que estaba a medio camino de llevarse otro bocado de fideos fritos a la boca. —Lo que importa ahora es que te sientas cómodo ¿Lo haces? —Draco dejo su tenedor aun con fideos de vuelta en el vaso de comida china.

—¿No luzco cómodo? —pregunto viéndolo a los ojos, Harry sonrió de costado y sintió como el rubio se acercaba para besar sus labios.

El beso que comenzó con una tierna caricia, un toque entre sus labios, fue escalando lentamente hasta que sus respiraciones se tornaron agitadas, sus manos ansiosas recorriendo el cuerpo del contrario, los ojos cerrados disfrutando de la seguridad que les brindaba el ambiente y su compañero.

Harry sintió que el ambiente se tornaba tan solo unos grados más caluroso, como si hubiese encendido la chimenea, mientras sentía las delgadas y ansiosas manos del rubio recorriendo su pecho y abdomen, dejando que el rubio lo empuje suavemente hasta que su cabeza toco el brazo del sofá y su espalda quedo en completo contacto con el cojín, esta vez no se sentía como las anteriores, no había prisa, no había ansia, solo había calma y demasiada calidez.

Draco no tardo mucho en rodear las caderas de pelinegro con sus muslos, dejando que sus posaderas descansen en los firmes músculos del muslo de Harry, sintiendo como las manos cálidas del moreno se aferraban a su cadera, sus dedos lentamente levantando el borde de su camiseta para entrar en contacto con su piel arrancándole un gemido entre el beso que se negaban a romper.

Oh genial, lo que fácil viene fácil se va —expreso Jay.

—¿No quieres ir a la cama? —murmuro Harry entre sus labios con la respiración agitada y sus belfos brillantes por la saliva, Draco llevo ambas manos a la hebilla del cinturón del pelinegro sintiendo el bulto que se había formado en sus pantalones.

—Realmente… —comenzó cuando una luz desvió su atención de los labios del moreno hacia su lado derecho, donde estaba la comida probablemente fría y ahora también una imagen perlada, casi translucida, de una nutria estaba en medio de la sala.

Harry, en vista de que has decidido ignorar mis cartas y no te has contactado conmigo, quedas informado que mañana te esperamos para una cena en honor a tus cumpleaños en nuestro departamento —la voz de Hermione Granger resonó en toda la habitación, si bien había un tono de molestia también uno de extremos modales, tal cual Draco la recordaba —Debes estar a las 20:00 procura no llegar tarde, dudo que quieras que me aparezca en tu departamento ¿Cierto? Hasta mañana Harry.

Dicho lo ultimo la pequeña nutria blanco perla se desvaneció dejando la habitación mas oscura de lo que Draco recordaba.

—¿Draco? —murmuro Harry al notar que el rubio no hablaba y fruncia el ceño —¿Estas...?

—Diablos, olvide que mañana es tu cumpleaños —de inmediato el rubio giro la cabeza para verlo, sus ojos tormentas exhibiendo como pasaban del fastidio a la sorpresa y luego a la pena.

—Si, pero no es nada importante —la mirada que le lanzo el rubio fue particularmente afilada, tanto que Harry movió sus manos lo suficiente para que sus dedos no estén en contacto con la piel del rubio.

—Claro que lo es cabeza rajada —aseguro con un tono fastidiado —Es tu cumpleaños, ¿Qué quieres comer?

—¿Cocinaras? —pregunto Harry sorprendido.

—No, pero puedo pedir comida a domicilio —su respuesta fue tan natural que el pelinegro no pudo evitar sonreír con ternura.

—Draco, en realidad no quiero nada, esta bien si solo… desayunamos juntos, vamos a pasear o al cine —aseguro mientras se movía lo suficiente para que sus omoplatos queden en contacto con el brazo del sofá y de ese modo quedar semi sentado.

—Pero eso lo hacemos todos los días.

—Por eso —suavemente paso la yema de sus dedos por la mejilla del rubio, deslizándolos hasta que su palma acuno parte de su rostro. —Me la paso bien todos los días —para el pelinegro fue sorprendente y demasiado satisfactorio notar el sonrojo que cubría las mejillas pálidas del rubio, además de verlo abrir y cerrar la boca como si no supiese que contestar.

—Esta bien, pero voy a tratarte como cualquier otro día —Harry soltó una risita y asintió con la cabeza tirando suavemente del rostro del rubio hacia el suyo. —Ni se te ocurra quejarte ¿eh? Yo intente que sea un día especial.

—Todos lo son —respondió el pelinegro antes de unir sus labios en otro beso lento y suave.

Al día siguiente tal cual Harry lo pidió fue un día como cualquier otro, ambos desayunaron lo que Kreacher había preparado, posteriormente salieron a dar un paseo por el parque observando los distintos perros que jugaban entre ellos o con sus respectivos dueños, almorzaron cerca al cine ya que habían optado por comprar boletos para todas las películas que no hubiesen visto y les llame la atención y por más intentos de seducción que hubo por parte de Draco el pelinegro se mantuvo firme en no responder.

Fue así como ambos regresaron al departamento alrededor de las 19:05 con tazas de chocolate caliente que compraron en el camino y sus dedos entrelazados.

—Realmente no quiero ir —rezongaba Harry mientras se colocaba un sweater que Hermione le regalo y mantenía guardado en el armario, su teoría de que era mas delgado que antes se hizo más certera ya que recordaba que ese sweater le apretaba lo suficiente en el pecho como para marcarlo.

—Debes ir —respondía Draco recostado en la cama observando como el pelinegro cambiaba su ropa.

—Pero y tu…

—No soy un niño pequeño Potter podre soportar un par de horas sin ti —aseguro el rubio rodando los ojos como si fuese obvio, Harry hizo un puchero y ajusto la hebilla de su cinturón.

—Llámame a casa de Ron si necesitas algo, el numero esta…

—Anotado en un papel en el refrigerador, si Potter me lo dijiste tres veces —soltó el rubio con fastidio, Harry suspiro mientras pasaba una mano por su cabello indomable.

—Entonces…

—Entonces —ambos se vieron a los ojos —Ya largo, vas a llegar tarde —con una mano Draco le hizo una seña como si quisiera espantarlo mientras Harry fruncia los labios.

Amigo no te quiero apresurar, pero casi son las 8 —informo Jay.

—Intentare apresurarme —aseguro Harry mientras avanzaba hacia el rubio que permanecía recostado en la cama.

—Si, si como digas —se burló y sintió un beso suave en su frente —vete.

Con una expresión abatida y casi lastimera Harry apareció en el departamento de sus amigos, sintiéndose tan fuera de lugar que intento fingir durante toda la velada, ni siquiera disfruto tanto la comida que Hermione había hecho con tanto esmero, y Jay le recordó sonreír emocionado cuando recibió los regalos por parte de los Señores Weasley que tuvieron que asistir a una cena por el trabajo de Arthur. Así mismo hizo todo esfuerzo por esquivar los tragos que Ron insistía en que beba, dando la excusa de que debía retornar a su departamento y no tenia en sus planes regresar por partes.

—Oh vamos Harry, solo uno —insistia Ron en su tercer o cuarto brindis de whisky.

Solo dile que ya y vámonos a casa, ya ni puedes fingir —aseguro la voz de Jay, Harry esbozo algo que fue más una mueca que una sonrisa.

—Esta bien, pero uno y me voy —hablo tan rápido que el cerebro de Ron apenas proceso la información cuando su amigo había vaciado su copa.

—Harry ¿Entonces te quedaras? —pregunto Hermione que regresaba con una bandeja llena de patatas fritas.

—Nop —respondió el pelinegro con una sonrisa mas feliz por saber que podría retirarse. —Ya me voy, el trato era un trago y me marcho —rápidamente palmeo el hombro de Ron que aun lo miraba anonadado, con la misma rapidez coloco un beso en la mejilla de Hermione y tomo un par de patatas —Nos vemos —añadió antes de desaparecer.

Su departamento estaba a oscuras, vagamente iluminado por la luz de la calle que se filtraba por la ventana de la sala, tampoco había un solo ruido.

—Que raro… ¿Estará durmiendo? —murmuro Harry pensando en Draco, lentamente y sin hacer ruido camino hacia su habitación, al abrir la puerta la luz de una vela lo hizo parpadear repetidas veces para acostumbrarse al ambiente.

—Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños cabeza rajada, feliz cumpleaños a ti —canturreo Draco con una voz suave y gruesa, Harry pudo verlo gracias a la luz de la vela, su rostro brillante y sus ojos reflejando la llama mientras sus manos sostenían un pequeño queque con una única vela encendida clavada en el medio.

—Draco —suspiro sonriendo, sintiendo una calidez ascender por su garganta e instalarse en sus orejas.

—Pide un deseo —sintió como el rubio se acercaba lo suficiente para que pueda soplar la vela, Harry vio aquel par de tormentas observarlo tan fijamente que su corazón latió con mayor fuerza.

Si los ojos de Draco eran el cielo, uno lleno de nubes, la luz de la vela que se reflejaba en esos instantes eran como estrellas, un cielo con nubes y estrellas luchando por mostrar su brillo, por mostrar que no todo era oscuridad, que no todo estaba perdido. De repente las últimas semanas, la preocupación por Draco, por no saber si su estado mejoraría, el tener que verlo vomitando o temblando, todo aquello pareció parte de una pesadilla, un horrible sueño que estaba en el pasado.

Un solo deseo atravesó su mente mientras no apartaba la mirada de aquellas estrellas con nubes grises.

"Deseo un cielo lleno de estrellas y una noche sin pesadillas"

Suavemente soplo la vela apagando así la luz de la habitación, pero no sintió miedo, solo comodidad y calidez.

—Feliz cumpleaños Harry —murmuro Draco besando su barbilla en medio de la oscuridad, Harry sonrió y beso la punta de la nariz del rubio, un segundo después la luz del cuarto se encendió revelando el queque que Draco aun sostenía en manos, el pelinegro pudo ver el glaseado blanco que cubría la parte superior junto con un par de cherrys rojizos resaltando.

—¿Lo hiciste tu? —pregunto sorprendido, Draco soltó una risa burlona.

—Claro que no tonto, lo compre ¿quieres un poco?

—Oh claro que sí, ¿Sala? —Draco negó con la cabeza y se sentó en la cama, con la espalda recostada en el cabezal.

—Luego limpiamos con magia —añadió palmeando el lugar a su lado, Harry sonrió y se quito los zapatos antes de subirse a su lado, ninguno necesito cubiertos o un platillo para comenzar a comer de la dulce masa.

—Mmm estuve pensando —comenzó Harry después de engullir una buena porción del delicioso queque —Que en el colegio realmente éramos dos críos.

—Habla por ti, yo era maduro para mi edad —respondio Draco mientras quitaba con su lengua el glaseado que quedo en uno de sus dedos.

—¿Maduro? ¿Tú? —pregunto con una sonrisa de incredulidad. —Quiero recordarte que fue por tu culpa que nos castigaron en primero.

—Si no te hubieses pavoneado como el gran mago del siglo no hubiese tenido que ponerte en tu lugar —respondió de manera descarada, Harry abrió la boca en una perfecta "o" demostrando su sorpresa.

—¿Mi lugar? Draco… —con rapidez quito el queque de en medio y lo coloco en la mesita de noche ganándose una mirada afilada por parte del rubio que estaba a punto de sacar otro pedazo —Admítelo, ambos éramos inmaduros.

—Lo eras, ahora devuélveme esa masa —Draco intento tomar el queque, pero Harry lo abrazo impidiendo que pueda acercarse. —Oye, suéltame déjame comer.

—¿Qué harás si no lo hago? —reto Harry mientras lo sujetaba con fuerza contra su pecho, observando como sus ojos grises adquirían cierto brillo como el que vio durante su adolescencia, ese que mostraba cuando claramente tenía las de perder, pero aun así no se rendía.

—Voy a decirle a mi… —los viejos hábitos no se cambiaban, cuando repites algo durante demasiado tiempo, permanece ahí aun cuando quieras corregirlo, el subconsciente es una parte maravillosa.

—¿Quieres saber algo? —pregunto Harry notando como sus ojos grises se oscurecían por el recuerdo de su familia —Odiaba cuando me decías eso "Mi padre se enterará de esto" —imito una voz chillona que claramente Draco no recordaba como suya —Bien, que lo haga, tu y yo ya nos habíamos golpeado ¿Qué hará? ¿Avisarle a mi padre? —aunque la broma tocaba puntos sensibles Draco pudo notar como el pelinegro parecía divertido por la situación, así que él decidió hacer lo mismo.

—Ugh Potter haciendo bromas de tus padres y de los míos cuando somos un par de huérfanos —hizo una mueca como si aquello le disgustara demasiado —Mi Psiquiatra se enterará de esto —la risa que escapo del cuerpo del pelinegro fue tan alta que los oídos de Draco zumbaron un par de segundos, pero no pudo evitar contagiarse por la felicidad de su sonido.

—Eres un tonto —afirmo el pelinegro mientras acercaba su rostro al del rubio.

—Paso demasiado tiempo contigo, te culpo por eso —respondió el rubio antes de plantar un beso en los labios del moreno.

El comienzo de su beso fue lento, suave y dulce debido a la comida que habían estado compartiendo pero también a los sentimientos que ambos podían expresar solo con sus acciones, las manos de ambos no tardaron en recorrer el cuerpo del otro sintiendo las diferentes texturas de la ropa que cubría sus pieles, la textura de la lana contra la piel de los dedos de Draco mientras el acariciaba los pectorales del moreno, la textura del algodón acariciando las yemas de los dedos de Harry mientras él formaba círculos con sus pulgares en su cintura.

Lentamente Harry acomodo su cuerpo de costado con Draco frente suyo, sus labios aun disfrutando de los contrarios, sintiendo la calidez de su aliento y los latidos de sus labios, sintió como los dedos del rubio se colaban por debajo de su sweater y luego por debajo de su camiseta, sus dedos delgados acariciando la piel de sus abdominales y sus uñas cortas rascándolo suavemente.

Ninguno buscaba separarse, como si sus cuerpos se hubiesen convertido en imanes buscaban permanecer juntos, sus labios unidos, sus pechos agitados entrando en contacto.

—¿Tienes protección? —pregunto Draco entre los besos cada vez mas demandantes, en una de sus sesiones conoció la importancia de los preservativos, aun cuando estaba completamente seguro que el pelinegro no salía con nadie aparte que con él.

—Rayos —gruño Harry en respuesta, Draco beso otro poco sus labios y sus manos fueron deslizándose hasta encontrar la hebilla del cinturón del pelinegro —¿Estas seguro? —murmuro dudoso, el rubio quito la hebilla del cinturón al igual que abrió el botón y bajo el cierre del pantalón del pelinegro arrancándole un gemido cuando sus nudillos rozaron su erección.

—No creo que llegues muy lejos —respondió burlonamente metiendo una de sus manos por debajo de los boxers del pelinegro deleitándose con sus mejillas sonrojadas y por cómo se mordía el labio conteniendo sus gemidos.

—Ha pasado, ahhh, bastante —logro decir el pelinegro mientras movía sus caderas para que la mano del rubio toque por completo su falo.

—Lo se —Draco deposito un beso en los labios hinchados del pelinegro, satisfecho por cómo podía dejarlo en ese estado, su triunfo duro poco cuando sintió una mano cálida bajar sus pantalones deportivos junto con sus boxers, lo suficiente para revelar su propia erección. —¿Qué crees que...? Ah —su voz se entrecorto al sentir como aquella cálida mano rodeaba la base de su miembro moviéndose a un ritmo similar que él empleaba en el miembro de tenia en la mano.

—¿No es fuerte? —murmuro Harry con voz ahogada en placer por la maravillosa corriente eléctrica que recorría su cuerpo con cada movimiento.

—Es… ah, perfecto —respondió el rubio escondiendo su rostro en el cuello del pelinegro aprovechando así para dejar marcas de besos, sintiendo como el pelinegro soltaba cortos gruñidos mezclados con gemidos cada que lo hacía. —Quiero, quiero… —empujo sus caderas hasta que sintió la mano del pelinegro rozando la suya.

—¿Quieres que lo hagamos juntos? —murmuro el pelinegro a su oído, Draco asintió de inmediato sin despegar el rostro de su cuello, sintió como la mano del pelinegro envolvía la suya y de inmediato devolvió el agarre, sintiendo el falo del pelinegro entrar en contacto con el suyo.

—Caliente —musito antes de volver a morderlo, sintiendo como la mano del pelinegro volvía a moverse en un ritmo demasiado placentero, escuchándolo gemir cerca de su oído y sintiendo como su aliento cálido chocaba contra su piel.

—Creo que… —gruñó el pelinegro con una voz ronca y agonizante.

—Yo igual —empleando mayor velocidad Draco sintió un tirón en la parte baja de su abdomen, alcanzando a besar los labios del pelinegro torpemente antes de sentir su liberación y las gotas del líquido cálido en su mano, no pudo evitar morder el labio inferior del pelinegro al sentir como el se contraria y también liberaba el mismo liquido en su agarre.

Tras varios besos torpes y bocanadas de aire ambos se miraron a los ojos, no con vergüenza, más con satisfacción y complicidad, como si hubiesen hecho una broma que esperaban hace tiempo y nadie los hubiese encontrado.

—Debemos hacer esto más seguido —afirmo Draco sintiéndose mucho mas relajado —mira lo espeso que esta —alzo su mano aun manchada por un liquido espeso y blanquecino, Harry rodo los ojos con una sonrisa en el rostro.

—Esta vez te daré la razón —soltó en un suspiro —Pero esta vez.

—Lo que digas tonto —Harry soltó una corta risa y deposito un beso en la nariz del rubio sintiendo su cuerpo mucho más relajado.

Hola.

Gracias por el apoyo gentecita, realmente lo aprecio, como siempre ya saben que mis DM y reviews están abiertos, de igual manera me cree una cuenta en Insta así que si gustan pueden seguirme amnemea/

Dicho todo esto.

Hasta la siguiente^^